Capítulo 30: El nuevo profesor.

Y por fin llegó el nuevo profesor, como imaginaba Severus se produjo una conmoción. Cuando estaba terminando el desayuno el nuevo instructor de vuelo entró en el comedor buscando a Dumbledore y se convirtió en el centro de atención de todos los habitantes del colegio. Se presentó como Lars Johansson y, también como imaginaba Severus, era alto, cerca de 2 metros, musculoso, tenía el pelo rubio dorado más bien oscuro, piel muy ligeramente bronceada, profundos ojos azules y una bonita sonrisa con labios carnosos, llevaba el pelo largo recogido en una coleta baja y una barba corta y bien recortada. Todas las mujeres del personal lo desnudaban con la mirada, a muchas alumnas se les escapaban suspiros, los alumnos lo miraban con admiración, darían lo que fuera por parecerse a ese apuesto hombre. El personal masculino lo miraba también sorprendido, menos Severus, que ya lo odiaba, era simpático y en pocos minutos se había ganado a todos los habitantes del colegio. Elvira lo miraba también admirada, ese hombre parecía el mismísimo Thor. Severus se sintió incómodo y mortificado cuando vio la forma en que Elvira miraba a ese hombre.

Lars pidió a todo el personal que, por favor, lo llamaran por su nombre de pila, el único que no hizo caso fue Severus. Intentó colarse en su mente, no terminaba de confiar en él, pero viendo que sólo pensaba en quidditch y en las clases de vuelo salió, era un simple atleta que no tenía mucho más en su cabeza. Como aún no había terminado el desayuno, Albus le dijo que se tomara un café con ellos, Lars sin dudarlo tomó asiento junto a Severus, Elvira lo saludó con simpatía y se presentó, Severus sentado entre ellos lo saludó un poco serio. Elvira notó sus celos.

-Yo soy la ayudante de Severus Snape el profesor de pociones, aquí sentado entre nosotros. ¿Te has instalado ya, Lars? - Él hablo con un marcado acento sueco.

-No, he venido directamente aquí, los elfos han recogido mi equipaje, cuando termine de tomarme el café iré a ello y después revisaré las anotaciones de Rolanda, mañana empezaré las clases, hoy me dedicaré a arreglar el material, Rolanda me dijo que lo revisara todo antes, estaba revisando las escobas cuando llegó el aviso del accidente de Candice.

El único punto a su favor que le dio Severus es que no parecía un vago y parecía eficiente. Le preguntó a Severus por sus clases, lo cual le sorprendió.

-Vaya, no sabía que a los jugadores de quidditch le interesaban las pociones. - Lars sonrió.

-Uno de mis tíos paternos es maestro de pociones, no tiene hijos y nos ponía a jugar a las pociones desde los dos años a todos sus sobrinos, a todos nos encantaban. Si no me llego a dedicar al quidditch hubiera hecho un aprendizaje en pociones, pero siempre me gustó más volar.

Elvira y Severus lo miraron asombrados, normalmente los hombres como él tenían poco en la cabeza, además del quidditch. Sorprendentemente Severus se mostró cordial con él, dentro de sus posibilidades, Elvira se sorprendió de que Lars prefiriera charlar con Severus de todos los que había allí sentados, el resto de habitantes del colegio estaba pensando en lo mismo que ella.

Cuando terminó el desayuno todos los profesores fueron a sus clases, los alumnos corrieron a sus aulas, después de echar un último vistazo al nuevo profesor. Morgana y Charlotte estaban mirándolo embobadas, como muchas de las alumnas, cuando Severus lo notó puso los ojos en blanco. Elvira le preguntó mientras iban a su aula:

-¿Qué pasa ahora? - Él la miró con extrañeza. - Te he visto poniendo los ojos en blanco cuando nos levantamos de la mesa. - Llegaron al aula y la cerró e insonorizó cuando llegaran los niños levantaría el hechizo.

-¿No te has dado cuenta de todas las niñas mirando embobadas al vikingo? - Elvira se echó a reír.

-No me digas que eso te preocupa.

-¿A ti no? ¿no has visto a Morgana y su amiguita? Yo nunca la he visto mirar así a un hombre.

-Yo sí, a Christopher Reeve y John Travolta.

-Eso no cuenta, son actores en una película.

-Tranquilo Severus, es normal que aprecie la belleza masculina a su edad, además no será la primera ni la última que tenga un bobo enamoramiento con un profesor, además es más preocupante cómo lo miran las profesoras y las alumnas mayores, estará aquí temporalmente y no sé si aguantará todo el tiempo, seguro que se irá al sentirse acosado. Así que no te preocupes por Morgana, es sólo una fase, todos nos hemos creído enamorados de algún profesor, ¿A ti no te ha pasado? - Severus la miró horrorizado y dijo:

-Por supuesto que no, ¿de quién me iba a enamorar? ¿De Minerva? Nunca ha sido mi tipo. - Elvira se echó a reír, él la miró interrogativamente.

-Tranquilo, algún día te lo contaré. Pero ahora vienen los chicos a clase.

Levantaron el hechizo y prepararon el aula, ese día Severus empezó sus clases con los Ravenclaw y los Slytherin de sexto año.

El día transcurrió con normalidad, hasta el almuerzo, todos se preguntaban donde estaba el nuevo profesor, Dumbledore mandó a Dobby a buscarlo, resultó estar ocupado organizando las escobas y le había pedido a su elfo algo de comer y se reuniría con ellos para cenar, quería terminar cuanto antes la revisión del material para poder empezar las clases al día siguiente sin pérdida de tiempo. Pomona dijo:

-Vaya Minerva, has acertado con el chico, por ahora es bastante eficiente y trabajador… si además no se le accidentan los niños, será un buen sustituto temporal de Rolanda. - Entonces dijo Poppy:

-Además a mí me está alegrando la vista… - Todos reían su ocurrencia, menos Severus, que observaba como muchas alumnas miraban a la puerta esperando que su nuevo profesor vuelva a aparecer.

La tarde continuó, cuando terminaron las clases de la tarde, muchas alumnas salieron al patio donde se daban las clases de vuelo, algunos profesores pasaban por allí y las dispersaban, las alumnas más mayores y atrevidas intentaban coquetear con él, Lars ignoraba sus insinuaciones, pero los profesores las mandaban a estudiar. Lars se lo agradecía, les dijo que le incomodaba un poco ese tipo de atención, pero que no sabía cómo librarse de esa atención sin ser desagradable. A todos les pareció un hombre decente, cualquier cerdo en su lugar quizás le hubiera dado alas a esas jovencitas con las hormonas alteradas para aprovecharse de ellas. Cuando llegó la hora de la cena, se sentó de nuevo junto a Severus y le preguntó si podía pasar un rato al día siguiente tras el almuerzo, le quería preguntar sobre las pociones para lesiones deportivas de un libro que le regaló su tío en Navidad, si sería factible y útil hacerlas allí, Severus, con su habitual simpatía le dijo que tenían todo tipo de pociones para lesiones en la enfermería, elaboradas por él mismo y su ayudante.

-Está bien, profesor Snape, es que es un libro bastante reciente, hay algunas pociones recién patentadas bastante interesantes, sé que usted las elabora, por eso quiero consultarle la posibilidad de hacerlas a usted en lugar de a Poppy, quería ver el libro con usted porque está escrito en sueco y no sé si conoce el idioma.

-Está bien, si puede venir lo esperaremos sobre las 5 y media.

Elvira estaba sorprendida, pero también sabía que a Severus le gustaba experimentar con nuevas pociones, además de que lo regañaba cuando era desagradable con los demás profesores y Severus no quería que volviera a castigarlo sin sexo. Lars estaba contento y el resto de profesores, que estaba pendiente de su conversación, miraba a Severus como si el profesor de pociones de pronto llevara puesto un vestido de flamenca.

Después Lars estuvo consultando con Poppy si podría dejarle unas pociones para primeros auxilios para lesiones leves, así él podría atender a los niños si era necesario y los llevaría directamente a la enfermería si era algo más grave. Poppy lo agradeció, le facilitaría su trabajo sobretodo cuando empezaran los entrenamientos de quidditch. A partir de allí la cena transcurrió con normalidad.

Cuando Severus y Elvira llegaron a su habitación ella no pudo evitar preguntarle por qué había accedido a la petición de Lars.

-Elvira, no hay quien te entienda, siempre me exiges que sea amable con los demás profesores y ahora te extraña que te obedezca. - Elvira sonrió.

-Es que normalmente no me obedeces de buena gana…excepto cuando estamos en la cama, ahí eres deliciosamente dócil y obediente. - Ambos se rieron.

-Pero eso no lo sabrá nadie, bruja. Veremos si mañana vale la pena hacer esas pociones para la enfermería.

Al día siguiente la mañana pasó tranquila, tras el almuerzo, Severus y Elvira tenían su tarde libre y Morgana fue a verlos tras su clase de herbología, estuvieron charlando un rato y les contó que esa mañana tuvo clase de vuelo y que el profesor Johansson le dijo que lo hacía muy bien, ella estaba muy orgullosa de los halagos de su nuevo profesor, Severus se tocó la cara exasperado, Morgana se dio cuenta y le preguntó:

-¿Qué pasa Severus? ¿No te gusta que vuele bien? Ya te lo he dicho, no voy a hacer las pruebas para entrar al equipo de quidditch. - Elvira le contestó:

-No es eso, cariño, creo que a Severus le preocupa que el profesor Johansson te guste más de la cuenta, que te distraigas mirándolo y tengas algún accidente. - Morgana se sentó en el regazo de Severus y le rodeó el cuello con sus brazos.

-No te preocupes Severus, te prometo que cuando vuelo nunca me distraigo y siempre obedezco al profesor, sea la profesora Hooch o el profesor Johansson, sé que volar en escoba puede ser peligroso y no quiero que Elvira y tú sufráis por mí. Además, el profesor Johansson es guapo, pero no me gustan mucho los rubios y es demasiado mayor para fijarse en las alumnas, aunque parece que las mayores no se dan cuenta de ello.

Después le dio un beso en la mejilla a Severus y se despidió, tenía que irse a hacer sus deberes, los dos adultos se quedaron en shock, sabían que esa niña había madurado bastante rápido, pero nunca se imaginaron hasta qué punto. Severus y Elvira se sintieron orgullosos de ella.

Unos minutos después llegó Lars con su libro bajo el brazo, Elvira lo saludó, pero tenía que ir a corregir unos exámenes que puso esa mañana, así que se despidió y fue al despacho. Llamó a Tuky que les sirvió un té con galletas. Estuvieron sentados ambos en el sofá, revisando el libro y las pociones que había mencionado, tomando algunas notas de las pociones traducidas, en un momento dado, aunque no entendía el sueco, a Severus le llamó la atención que en uno de los apéndices salía el nombre de Lars.

-O casualmente uno de los autores o de los asesores se llama igual que usted o no me ha contado toda la verdad sobre el origen de este libro. - Lars sonrió.

-Ya me dijo Minerva que era usted muy perspicaz. El autor es mi tío Hans, el que me enseñaba pociones de pequeño, así que cuando le propusieron escribir el libro me propuso asesorarle como antiguo jugador de quidditch profesional, además de como ayudante para preparar las pociones, siempre le gustó que le ayudara.

-Bueno, probaré a ver si puedo preparar las pociones en mi laboratorio privado, no será necesario que me ayude, para eso tengo a Elvira.

-Tengo curiosidad por saber algo, ella se hace cargo de las clases de primer año y de ayudarle con las pociones de la enfermería, pero sé que ya no necesita ayuda para ello, Minerva me hizo jurar, como a todo el personal, que no diría nada de su recuperación, pero ¿Dumbledore no debería haber prescindido de su puesto de profesora auxiliar? - Severus tomó un sorbo de té para no soltarle una impertinencia.

-Elvira, se ha convertido en alguien imprescindible aquí, desde el curso pasado se está haciendo cargo de las clases de pociones de primer año y, no sé usted, pero a mí me desespera tratar con esos críos, sé que son pequeños, pero entre mi poca paciencia y su terror hacía mí, esas clases terminaban siendo un desastre, algo que a veces se notaba en los cursos posteriores, desde que ella se hizo cargo de los de primero el año pasado, las clases de segundo curso son las mejores que he impartido en años, Elvira enseña muy bien y los chicos la adoran y obedecen ciegamente, así que cuando han llegado a mi clase de segundo cumplen con mis exigencias bastante bien, siempre hay excepciones, pero no todo el mundo es bueno en pociones naturalmente. - Lars lo escuchaba atentamente.

-Ahora lo entiendo profesor, disculpe, no quería dar a entender que el trabajo de Elvira sea innecesario, pero si se hubiera dado el mismo caso en el colegio donde estuve en Noruega, seguramente hubieran terminado el contrato.

-Ya, pero esto es Hogwarts y si vemos que algo es beneficioso para los alumnos, lo mantenemos así, aunque lo contrario ahorre un sueldo.

Lars sonrió de nuevo y se acercó a Severus, lo que incomodó un poco al profesor de pociones. Severus le preguntó y se apartó un poco de él con la esperanza de que pillara la indirecta y se alejara un poco de él:

-¿Cómo es que dejó su antiguo trabajo en Noruega? ¿Por qué se decidió a venir a Inglaterra y no a Suecia? Dice Minerva que llevaba algunos años trabajando allí, sería lógico que volviera a su país de origen.

No pretendía cotillear, pero Elvira le dijo que intentara ser simpático, que se interesara por él, ese hombre no tenía amigos allí y parecía que, sorprendentemente, disfrutaba charlando con él, a pesar de ser un borde.

-Sí, me fui porque rompí con mi pareja, descubrí que me era infiel y como trabajábamos juntos no podía seguir allí, no volví a Suecia porque debía volver a casa de mis padres por un tiempo y no tenemos buena relación, son sangre pura muy conservadores y no les gusta mi estilo de vida, no les gusta ni mi profesión ni mis relaciones, mi última pareja nació de muggles y las anteriores también, apenas me hablan, con mi tío Hans es diferente, nos queremos mucho, según él soy el hijo que nunca tuvo, pero está pasando una temporada en Estados Unidos por negocios y no vuelve hasta el año que viene…así que pensé en cambiar de aires y aquí estoy, le escribí al tío Hans cuando llegué y dice que si puede le gustaría conocerle, ni se imagina lo famoso que es su trabajo en pociones en Suecia. Su poción calmante mejorada es muy apreciada allí.

-Vaya, me extraña que le hayan sido infiel, parece increíble viendo el efecto que ha tenido entre el personal y alumnado femenino de Hogwarts. Además debes saber que Elvira contribuyó de forma muy importante en la elaboración de esa poción.

Lars se acercó un poco más y puso su brazo en el respaldo del sofá, a Severus no le gustaba nada esa actitud.

-Profesor, sabe, en Suecia oí hablar de sus habilidades como maestro de pociones…lo que no me imaginaba es que además de un hombre tan inteligente, pudiera ser tan atractivo.

Entonces con un movimiento rápido sujetó la nuca de Severus y comenzó a besarlo apasionadamente, Severus se quedó en estado de shock, no esperaba que hiciera eso. Cuando salió de su estupor lo apartó bruscamente tirándolo al suelo y sacó su varita.

-¿Qué pretendes, imbécil? - Lars se levantó un poco avergonzado.

-Lo siento, señor, es que todo el mundo dice que es usted un borde y como conmigo no lo era tanto pensé que mi atracción por usted era recíproca.

-A ver, que no tengo nada contra los homosexuales, puedes hacer lo que te dé la gana con quién quieras mientras sea con un adulto que consiente, pero no soy homosexual, es más Elvira es mi novia, además de mi ayudante, me extraña que ninguno de esos cotillas te lo haya contado. Está aquí por méritos propios y nuestra historia comenzó cuando llevaba un tiempo contratada, y no fue por enchufe, por si se lo está preguntando. Así que por favor, olvídese de todo esté incidente, si quiere le puedo ayudar con el tema de las pociones cuando lo necesite, pero no se equivoque conmigo, si he sido medianamente educado con usted sólo es porque no quiero que Elvira se enfade, que no salga de aquí, pero es la única persona del mundo a la que no deseo enfadar.

-Está bien profesor, lo siento, yo…será mejor que me vaya… - Severus lo vio bastante avergonzado y muy nervioso, guardó de nuevo su varita.

-Espere un momento, siéntese y tranquilícese, si le ven salir de mis habitaciones en ese estado de nervios, los cotillas que pululan por aquí pensarán cualquier cosa y se dedicarán a contar un montón de estupideces. Podría empezar por contarme de donde ha sacado la conclusión de que yo podría querer tener algo con usted y que soy homosexual.

-Supe de su historia en Suecia, por allí no llegaban noticias de que tuviera pareja o se le viera con mujeres, luego lo vi aquí con Elvira, una mujer tan hermosa y ella era tan cariñosa con usted y parecía indiferente a sus encantos… - Severus empezó a reírse. Lars lo miró extrañado. Cuando se le pasó dijo:

-Disculpa, hombre, es que me ha hecho gracia que pensara eso…no soy indiferente a sus encantos, es que las normas de la escuela permiten las relaciones amorosas entre el personal, pero debemos controlar las muestras públicas de afecto delante de los alumnos, lo más que podemos hacer es cogernos de la mano o caminar del brazo, algunos padres son muy chapados a la antigua y si se enteran de que una pareja de maestros se besa ante sus hijos se pondrían muy pesados. - Lars pareció relajarse.

-Bueno, yo pensaba que usted sólo era el mejor amigo gay de esa hermosa mujer y pensé que las pociones que estuve investigando con el tío Hans sería una buena excusa para lanzarme, porque de veras que me ha atraído desde que le vi. - Severus le miró estupefacto.

-Espero que esto no sea una broma de Albus y Minerva para hacerme pasar un mal rato, no sería la primera vez que hacen una tontería así. - Lars pareció ofenderse.

-Le puedo asegurar que nadie sabe nada de mi atracción por usted, profesor.

-Eso espero, yo no contaré nada de lo que ha pasado aquí, intentaré ser lo más civilizado posible, como con el resto del personal, le agradezco la información que me ha dado, veré si puedo conseguir preparar las pociones que sugiere y nuestra relación será sólo profesional, ¿De acuerdo?

-De acuerdo, sólo quiero disculparme, gracias a usted por no hechizarme, la última vez que me equivoqué me gané unos forúnculos dolorosos. - Ambos rieron, Lars se disponía a irse.

-Antes de que se vaya, si quiere que dejen de perseguirle esas brujas, quizás debería salir del armario, aquí nadie le juzgaría, sería muy hipócrita hacerlo, sobretodo porque es de dominio público que Dumbledore es homosexual. Lo único malo es que empezarían a perseguirle un montón de jovencitos salidos y el profesor de Astronomía, que es quizás el tipo más aburrido que he conocido en mi vida y he conocido a muchos.

Ambos volvieron a reírse.

-No sé, quizás lo haga, sé que usted es un hombre serio y que no me engañaría con algo así. La verdad es que lo estaba considerando, diré que tengo una cita con un hombre este fin de semana, antes de que Pomona me pida salir. - Volvieron a reír, a Severus le estaba empezando a caer bien.

-Sabe, si no fuera porque él ya tiene novio y está muy enamorado, le presentaría a Draco, mi ahijado.

-No sé si sería una buena idea, no me van los jovencitos, por eso me gustó usted, me gustan los hombres más maduros.

-Que no se entere Albus o también lo acosará él… a no ser que le guste la gerontofilia.

Lars soltó una risita nerviosa.

-No me gustan tan mayores, será mejor que me vaya antes de que llegue Elvira, si la veo ahora pasaré vergüenza…

-No se preocupe por ella, si quiere no le contaré nada de lo que ha pasado, aunque le puedo asegurar que es muy comprensiva, discreta y de mente abierta.

-Está bien, Elvira me parece una gran mujer, pero precisamente por eso me da vergüenza, acabo de intentar seducir a su novio, por favor. - Severus se rió y provocó una carcajada nerviosa en Lars, en ese momento, llegó Elvira del despacho, se sorprendió al verlos reírse.

-Bueno, pareja, ¿a qué vienen esas risas? - Los dos empezaron a reírse aún más fuerte, hasta las lágrimas. Cuando se recuperó un poco, Severus dijo:

-Disculpa, cariño, ¿se lo contamos, Johansson? - Lars sonrió y dijo:

-Creo que será mejor que se lo contemos o pensará que nos hemos vuelto locos o nos han hechizado.

Se sentaron de nuevo en el sofá, Elvira en medio de los dos hombres y entre ambos le contaron el incidente y lo que hablaron después. Elvira se reía y les dijo que no contaría nada, tranquilizó a Lars diciéndole que entendía perfectamente que se sintiera atraído por Severus, que a ella también le gustaba, pero que era sólo suyo, los tres reían y Lars les dijo que le gustó mucho conocerlos un poco mejor, Elvira igual que Severus le aconsejó salir del armario, las alumnas mayores podían ser muy insistentes y los alumnos que estuvieran enamorados de él seguro que se limitarían a enviarle alguna carta, había notado que los adolescentes homosexuales en Hogwarts seguían siendo tímidos a la hora de expresar sus sentimientos, si aún temían contarlo en casa…en el colegio también se sentían inseguros. Lars estuvo con ellos un rato, Poe se acercó a reclamar su comida, Lars lo acarició, aunque no le gustaban mucho los gatos, dijo que le recordaba a un gato que tenía un compañero de colegio en Suecia…era de un compañero de dormitorio y al maldito bicho le dio por afilarse las uñas un día con el palo de su escoba, no la partió pero la dejó hecha un desastre, llena de arañazos y astillas, casi no la podía coger sin clavarse una astilla. Elvira le contó la historia de cuando Severus le regaló a Poe, el significado de su nombre y el motivo por el que se lo regaló y dijo:

-Si llego a conocer esa historia no me hubiera lanzado a comerle así los morros, profesor Snape. Un detalle así de considerado sólo se tiene cuando la otra persona te importa de verdad. - Elvira le dijo:

-Sabes Lars, después de lo de hoy quizás sería mejor que lo llames Severus como el resto del personal, creo que ya tenéis los dos suficiente confianza, incluso eres el único, además de mí, que ha probado sus labios…

Severus miró al techo acariciando a Poe y levantándose del sofá con la excusa de darle de comer. Lars se reía de la ocurrencia de Elvira. Le dijo a Severus:

-Bueno, si a usted no le importa, me gustaría que nos llamemos por nuestro nombre de pila, me queda claro que sólo podremos tener amistad, así que, Severus, llámame Lars y considérame un amigo. - Lars le tendió la mano, Severus se lo pensó y dijo, estrechándole la mano:

-Está bien, pero lo que ha pasado aquí sólo quedará entre nosotros. - Quedaron en eso, Lars sonrió, se despidió y fue a su habitación a ducharse antes de la cena.

Cuando Severus y Elvira se quedaron a solas, él se apresuró a decir:

-No quiero ni una sola broma sobre lo que ha pasado aquí esta tarde.

Elvira empezó a reírse histéricamente al ver su seriedad… cuando se le pasó un poco dijo:

-Tranquilo cariño, no me voy a burlar de ti, a mi también me pasó algo parecido, una chica me besó y dijo que se había enamorado de mí, no fue tan fácil de convencer de que no me gustaba, pero al final lo conseguí. - Severus la miró extrañado.

-¿Cómo es que no aceptaba que no eres lesbiana? - Elvira decidió ser sincera con él, después de todo esa historia ya la conocían sus amigas.

-Verás, en esa época yo salía con un hombre que, la verdad, no era un gran amante pero lo intentaba, yo trataba de mejorar nuestra vida sexual, resulta que dijo que quería hacer un trio conmigo y con otra mujer, yo accedí, como último recurso, si la cosa no iba a mejor yo de todas formas iba a dejarlo…lo hicimos y con él fue un desastre, con ella lo pasé bien y ella conmigo, estuvo bien probarlo, pero no me gustan las mujeres, ella por lo visto descubrió lo contrario, que le gustaban las mujeres y se creyó enamorada de mí. Tuve que obliviarla para que me dejara en paz, le hice olvidarse de mí, pero no de que le gustan las mujeres, lo último que escuché de ella fue que estaba felizmente casada con una chica. - Severus estaba alucinando.

-¿De verdad lo hiciste con un hombre y otra mujer? - Elvira lo abrazó y dijo:

-Sí y no voy a repetirlo contigo, tu polla es sólo para mí. - Lo besó intensamente.

-Elvira no te lo iba a proponer, sólo es que no sé en qué pensaba ese tío, yo sería incapaz de compartirte con nadie, ni siquiera con otra mujer…con un hombre es que ni me lo planteo, mataría a ese pobre desgraciado en cuanto tocara tu mejilla… - Elvira se echó a reír. Severus la miró con una ceja levantada.

-Perdona cariño, es que en la última noche de chicas estuvimos hablando de tríos y experiencias homosexuales y les dije que contigo no podría hacer un trio por lo mismo que tú acabas de decir… - Severus de pronto palideció.

-Por favor, dime que no fue Minerva quien sacó el tema... - Elvira sonrió:

-Sí, nos contó que cuando estaba estudiando en Hogwarts echó un polvete con una amiga, pero mejor no te cuento más, que tenemos que ir a cenar y no podrás mirarla a la cara.

-Sí será mejor… - Elvira decidió ser un poco malvada.

-Por cierto, ¿Qué tal besa el dios nórdico? - Severus dijo simplemente:

-Fue horrible, vamos a cenar. - Elvira se rió y lo abrazó, le dio un beso en la boca y dijo:

-No te enfades, sólo se estoy de broma, me perdonas. - Hizo un ligero puchero y Severus dijo:

-Está bien, no me puedo enfadar contigo, vamos a cenar.

Y se marcharon bromeando al comedor. La cena transcurrió con normalidad, Severus miraba a Minerva lo menos posible, Lars estuvo charlando con ellos con toda normalidad y nadie notó ningún cambio de actitud en ninguno de los tres. Cuando terminaron de cenar, Morgana se acercó a ellos y les preguntó si el sábado por la tarde podría ir a su habitación a terminar unos deberes de transformaciones pendientes para el lunes, le dijeron que por supuesto, la niña fue contenta a reunirse con Charlotte y sus amigas, que la esperaban para ir a su sala común hasta la hora de dormir. Lars observó su conversación y les preguntó cómo es que dejaban que fuera a hacer los deberes a su habitación. Le contaron la historia de cómo Elvira ahora tenía la tutela de la niña.

-Sabéis, si no me lo llegáis a contar y no supiera su apellido, hubiera pensado que es vuestra hija biológica. - Elvira sonrió.

-Sabes, no es la primera vez que nos lo dicen.

Se despidieron de Lars y fueron a su habitación a descansar, había sido un día un poco intenso, especialmente la tarde.