Capítulo 33: Inicio de los preparativos.

Habían pasado un par de semanas desde que se hizo oficial el compromiso de Elvira y Severus. Nunca habían sido más felices. Al día siguiente del cumpleaños de Elvira, enviaron una carta a sus padres que le habían enviado a Elvira un bonito vestido de fiesta estilo años 30 que había encontrado Caliope en una tienda de ropa vintage, Elvira pensó que sería perfecto para la cena que les regaló Albus, cuando fueron a cenar, Elvira estaba genial con él. Dos días después recibieron la respuesta, estaban emocionados y deseando que por fin se casaran, también les dijeron que estaban muy bien en la foto del baile de Halloween. Severus, Elvira y Morgana decidieron que les hablarían de la adopción de Morgana cuando llegaran allí en Navidad.

Era sábado, dos semanas después, Severus y Elvira habían estado hablando mucho de cómo querían que fuera su boda, ambos querían algo íntimo y no querían nada lujoso o con intromisiones de la prensa, por eso creían que la idea de Severus era perfecta. Cuando estuvieron decididos a casarse en Hogwarts, Elvira dijo que fueran cuanto antes al despacho a hablar con Albus para preguntarle si es posible.

-Sabes Elvira, si queremos tener intimidad, preguntarle a Albus en su despacho no es el mejor sitio…a algunos de esos retratos les encanta hablar con los fantasmas, si Nick Casidecapitado se entera en segundos se enterará todo el castillo de nuestros planes. - Elvira dijo:

-Tienes razón, ¿Te parece bien si le decimos a Albus que venga aquí?

-Había pensado en otra opción. Hoy tengo que ir al ministerio por el tema de la patente de la nueva poción que queremos registrar, Albus tiene que ir a llevar unos documentos, le puedo decir que si podemos ir juntos, que quiero discutir algo con él, después podría convencerle de ir a algún pub y contarle nuestros planes usando un hechizo silenciador, antes de que preguntes, en su despacho no funciona con los retratos desde que terminó la guerra, según Albus ya no es necesario ocultar nada.

-Está bien, pero sabes, aún no te has ido y ya estoy deseando que vuelvas. - Elvira lo besó y él le dijo:

-Quieres que vuelva para esto o para saber lo que me diga Albus. - Volvió a besarlo.

-Para las dos cosas.

Severus se encontró con Albus en uno de los pasillos y accedió encantado a ir con él. Elvira se quedó corrigiendo unos ejercicios de primer año y planeando las clases de la siguiente semana, esperaba tenerlo todo preparado para cuando Severus volviera, así podrían dedicar la tarde a celebrar que ya tenían eso solucionado por el momento. Severus quedó con Albus en su despacho para usar el floo de su chimenea, no le extrañaba que los funcionarios del ministerio tuvieran peor genio que él si tenían que trabajar un sábado por la mañana. Llegaron y, sorprendentemente en menos de una hora terminaron sus trámites, se ve que ir con Dumbledore tenía sus ventajas.

Cuando salieron Severus le sugirió ir a tomar algo a un pub mágico cercano, Albus lo miró extrañado.

-Tranquilo, Albus, sólo quiero hablar de algo contigo a solas y ese castillo tiene oídos por todas partes.

Ahora Dumbledore estaba aún más intrigado. Cuando llegaron en pocos minutos se sentaron en una mesa discreta, ambos despertaban bastante interés entre la gente y la prensa, una semana antes salió la noticia del compromiso de Severus y Elvira en El Profeta y aunque había disminuido la conmoción aún lo miraban con curiosidad. Pidieron unas bebidas y Severus lanzó discretamente un hechizo silenciador cuando una joven camarera rubia y bastante coqueta se las sirvió y le dedicó un guiño a Severus, que puso cara de fastidio. Una vez en la privacidad de su hechizo Severus empezó a hablar:

-Albus, como te he dicho, quería hablar contigo en privado, voy a ir al grano, Elvira y yo habíamos pensado en celebrar nuestra boda durante las vacaciones de primavera.

-Eso es estupendo Severus. ¿Ya tenéis pensada una fecha concreta?

-Eso depende de lo que tú me digas. Habíamos pensado en que la boda se celebre en Hogwarts. Es el único sitio donde sabemos que no se colará ningún periodista carroñero y no queremos un evento multitudinario como ese circo que está montando Potter, además, sólo habrá unos pocos invitados de fuera de Hogwarts, los padres de Elvira, la sanadora que me ayudó a curarme, la herbóloga que nos facilitó la planta con la que mejoramos la poción calmante y Narcissa Malfoy, por supuesto. Evidentemente estará invitado todo el personal de Hogwarts, no quiero que venga nadie del ministerio, así que nada de invitar a Kingsley, no queremos que se entere nadie mientras sea posible. - Albus lo miraba estupefacto. - Avisaremos a los invitados que vengan de Estados Unidos y a Narcissa y Draco antes de Navidad, pero al personal de Hogwarts no se lo diremos hasta después de las fiestas, por eso me gustaría pedirte discreción hasta entonces. - Albus por fin reaccionó.

-Severus, esa es una gran idea y, por supuesto que os ayudaré en lo que pueda, si queréis puedo hacer que se levante una carpa en el jardín si es que llueve y podremos celebrar una pequeña recepción con baile en el gran salón. - Severus bajó la mirada y dijo:

-Gracias, habíamos pensado en algo así, Elvira ha pensado que si hay algunos alumnos pasando las vacaciones en Hogwarts, ella quiere que asistan, a mí eso me da un poco igual, pero si todo el personal está en la boda, nadie los podrá vigilar y si enredan a el castillo la culpa será nuestra, así que mejor será que asistan y estén vigilados. También quería saber si te gustaría ser el oficiante de la boda. Eres miembro del Wizengamot y además no me gustaría que lo haga nadie de fuera ni que sea un desconocido. - Cuando miró de nuevo a Albus estaba completamente emocionado.

-Por supuesto que sí, Severus, será un honor oficiar vuestra boda. Has hecho bien en hablar conmigo aquí, ese castillo tiene demasiados ojos y oídos indiscretos.

Justo en ese momento Severus le dijo a Albus que se callaran un momento, había visto acercarse de nuevo la camarera a ofrecerles otra bebida inclinándose en la mesa y ofreciendo a Severus una vista demasiado cercana de su poco discreto escote. Cuando se fue, después de pedirle unas copas de vino espumoso, Albus le dijo:

-Porque has encontrado a Elvira, pero hay que ver el éxito que tienes entre las mujeres.

Severus entornó los ojos con cansancio.

-Sabes lo peor de todo, que no me interesa ninguna de ellas y que estoy seguro que sabe del compromiso y parece no importarles. - Albus se reía.

-Mira que puedes llegar a ser mojigato. La chica puede intentar ligar con quien quiera, ahora que le funcione es otra cosa, además creo que lo que intenta es tener una buena propina. - Severus miró cómo atendía otra mesa.

-Conmigo no le funcionará, aunque por lo que veo, con otros clientes le funciona muy bien. - Albus miró en la misma dirección de Severus y vio a la chica coquetear descaradamente con Lucius Malfoy y varios hombres que estaban en una mesa poco discreta cerca de la puerta. Severus le dijo:

-¿Quieres ver cómo le fastidio la tarde a Malfoy? - Albus sonrió y le dijo:

-Adelante, Severus.

Pagaron en la barra y fueron hacia la puerta asegurándose de pasar cerca de la mesa donde estaban Malfoy y sus amigos. Malfoy tenía una de sus manos en el trasero respingón de la chica ella la apartó con falsa molestia riendo falsamente y cuando Lucius los vio se levantó rápidamente a saludarlos.

-Buenas tardes, Severus, Albus, me alegra veros. - Severus dijo:

-Lamento no poder decir lo mismo. - Albus aguantó una risita y Lucius lo miró con ira mal disimulada e ignoró su comentario.

-Albus, quería informarte de que me casaré en unos meses y me gustaría que asistieras, será el 17 de marzo en París. - Dumbledore le miró con una sonrisa forzada.

-Te felicito Lucius, a ti y a tu futura esposa, pero lo siento no podré asistir. - Severus y Albus sabían que sólo lo invitaba porque quería que estuviera en su boda uno de los magos más famosos del mundo. Entonces Lucius dijo:

-Me sorprende no verte acompañado de tu prometida, últimamente parece imposible verte sin ella. - Severus le contestó:

-Tenía cosas que hacer en Hogwarts y Albus y yo teníamos gestiones que hacer en el ministerio. - Lucius lo miró con una media sonrisa.

-Por cierto, Severus, felicidades por tu compromiso. - Entonces se dirigió a sus amigotes que, a pesar de la hora, ya estaban un poco achispados. - No sabéis lo afortunado que es este cabrón, seguro que habréis visto a su prometida en El Profeta, pues en persona tiene una delantera aún más impresionante.

Todos empezaron a reír como hienas. Severus los miró con furia y sorprendió a Lucius agarrándolo de la solapa de su capa.

-Mira, capullo, a Elvira la respetas, es una mujer, no sólo un par de pechos. Y otra cosa, si no quieres que todo el mundo mágico se entere de la sucia rata hipócrita que eres será mejor que cierres tu bocaza y no me toques los cojones, ¿Está claro? O puedo mandar una lechuza a tu futura esposa y su familia contándole cuanto disfrutas metiendo mano a camareras facilonas o sobre tus viajecitos a Suecia… - Lucius palidecía por momentos, Severus lo soltó y le dedicó una mirada furiosa mientras sacaba su varita. - Como te he dicho, mantén la bocaza cerrada o lo más grave que te haré será esto.

Entonces lanzó un hechizo y Lucius Malfoy de repente estaba calvo como una bola de billar. Toda la clientela del pub había estado pendiente de ellos y empezaron a reír histéricamente, Lucius estaba horrorizado, enrojeciendo, mirándolo con furia.

-Tranquilo, Malfoy, el efecto del hechizo se revertirá en un par de horas, pero es sólo una advertencia, si sigues fastidiándome te lo lanzaré de nuevo y lo haré permanente, sabes que puedo hacerlo. O puedo darte unas almorranas, dolorosas e incurables, tú eliges…también puedo revelar algunos secretos, te conozco demasiado bien y sabes que tengo poca paciencia. - Lucius palideció por momentos.

-Está bien, tienes suerte de que tras mi boda me instalaré en mi nueva casa de la Costa Azul o me vengaría de ti. - Severus decidió que ya había sufrido suficiente humillación. Hizo un gesto con su mano y la larga melena de Lucius volvió a su lugar.

-Como te dije, ha sido sólo una advertencia. No te acerques a mí ni a mi prometida nunca.

Lucius vio la furia en sus ojos y supo que debía hacerle caso, puede que nunca fuera un auténtico seguidor de Voldemort, pero era un mago muy poderoso y si te amenaza alguien con su poder sabía que era mejor no tomárselo a broma.

Tras despedirse, Lucius volvió a sentarse con sus amigos y empezó a beber de nuevo. Severus y Albus salieron del pub, dejando detrás de ellos a unos parroquianos que seguían alucinados con lo sucedido. Volvieron al ministerio y cogieron el floo del vestíbulo al despacho de Dumbledore. Cuando llegaron allí Albus por fin soltó la carcajada que llevaba aguantando desde el incidente con Malfoy, Severus se unió a su risa, cuando terminó ese momento de hilaridad Albus le dijo mientras se secaba las lágrimas:

-Nunca imaginé que viviría para ver a Lucius Malfoy calvo. Creo que ha sido lo mejor que he visto en mucho tiempo. - Severus le dijo:

-Y eso fue sólo una advertencia, él sabe que no amenazo en vano y que no debe provocar mi ira.

-Por cierto, lo que me has propuesto, sé que no quieres hablar de ello aquí por ahora, sólo te diré que estoy muy feliz por vosotros y que me hace muy feliz tu oferta. Gracias por pensar en mí. - Severus dijo:

-De nada, Albus, además ¿Quién sería mejor opción que tú? Fuiste quién la trajo a mí, es lo justo. - Albus abrazó a Severus, un gesto que sorprendió al maestro de pociones. Susurró al oído del profesor.

-Gracias, hijo, has hecho muy feliz a este viejo, dile a Elvira que después iré a verla, me gustaría hablar también con ella de los planes que habéis hecho.

Cuando lo soltó, Severus se despidió, y fue corriendo a su habitación a contarle las novedades a Elvira.

Cuando llegó se encontró con que Morgana y Charlotte habían ido a pedirle ayuda a Elvira con un ensayo por parejas particularmente difícil que tenían que preparar para Defensa Contra Las Artes Oscuras. Elvira les estaba explicando qué libro podrían usar y por donde empezar a buscar. Cuando llegó, Morgana lo saludó contenta, Charlotte bastante cohibida. Les preguntó qué necesitaban, Morgana se lo explicó y le enseñó el libro que les prestó Elvira.

-Sí, perfecto, ése os servirá muy bien. Por cierto, ¿Habéis terminado los deberes que os mandé para el fin de semana? - Las niñas asintieron enérgicamente. Morgana dijo:

-Lo terminamos esta mañana y vinimos antes del almuerzo porque después de comer queremos a empezar a hacer el ensayo de Defensa y no sabíamos por dónde empezar.

Severus les guiñó un ojo.

-Buenas chicas, ahora id a prepararos para almorzar, ya nos veremos. - Morgana y Charlotte sonrieron dulcemente por su elogio y se fueron corriendo.

Cuando se quedaron a solas, Severus la besó en la boca, Elvira le preguntó:

-¿Qué tal te ha ido esta mañana? Yo he terminado el trabajo pendiente, tenemos el fin de semana entero para nosotros…

-Me alegro preciosa. Pues en el ministerio bien, terminamos rápido, ventajas de ir con Dumbledore, después fuimos a un pub por allí cerca, le conté a Albus lo que habíamos pensado y se mostró entusiasmado, Albus casi lloró cuando le pedí que oficiara la ceremonia. - Elvira sonreía. Severus y ella estaban en el sofá, él la abrazó más cerca y le dijo: - No me extraña siempre ha sido un bobo sentimental. - Elvira reía.

-Y tú siempre has sido bastante capullo, pero aún así te quiero. - Él empezó a hacerle cosquillas y a le dijo:

-¿Ah, sí? Entonces no te contaré lo que pasó cuando nos encontramos a Lucius Malfoy.

Entonces ella se sentó a horcajadas sobre él y le dijo:

-Ahora mismo me lo cuentas o esta noche no nos bañaremos juntos. - Severus la abrazó.

-¿Cómo voy a poder rechazar esa oferta tan irresistible?

Entonces le contó todo el asunto incluida la calvicie que le provocó a Lucius y que le advirtió que si no dejaba de molestarlo haría de su vida un infierno y que podría hacerlo. Elvira se rió hasta las lágrimas sólo de pensar en un Lucius Malfoy sin su rubia melena. Severus le dijo que si quería verlo podría pedirle a Albus que le dejara usar su pensadero. Ella le dijo que después del almuerzo lo haría. Se fueron a almorzar, ya era hora y tenían hambre.

Cuando volvieron a su habitación Elvira fue un momento al despacho de Dumbledore, le pidió que le dejara ver el recuerdo de Lucius Malfoy calvo, Albus le dejó verlo encantado y pasaron un agradable rato riendo y bromeando sobre cómo Severus lo tenía dominado. Después Albus le dijo:

-Se lo agradecí a Severus antes, pero quisiera agradecértelo a ti también. Habéis hecho muy feliz a este viejo. - Elvira sonrió y besó su mejilla.

-¿Quién mejor que tú, tío Albus? - Lo abrazó y le dio un beso antes de despedirse de él, sabía que quería un momento a solas y que si se emocionaba no querría a nadie delante.

Estaba yendo por uno de los pasillos cuando se cruzó con Hermione, la chica estaba muy enfadada bajando de la lechucería y regañaba a unos chicos mayores de Gryffindor que iban sonrojados y cabizbajos. No pudo evitar preguntarle, era raro ese mal humor y esa regañina a los niños por muy grave que fuera lo que estaban haciendo.

-¡Hola Hermione! ¿Qué te ha pasado, querida? - Hermione resopló.

-Nada grave, he subido a la lechucería y me he encontrado a estos dos en un pasillo semidesnudos metiéndose mano…ahora mismo voy a llevarlos al despacho de Minerva para que les sancione adecuadamente. - Elvira decidió ir con ellos y dejaron a los chicos en el despacho. Elvira en ese momento le dijo:

-A mí no me engañas, a ti te pasa algo más, normalmente no eres tan borde con los chicos aunque los pilles en esas cosas, ven conmigo a mi habitación y hablamos, creo que lo necesitas.

Hermione accedió, Elvira tenía razón, necesitaba hablarlo con alguien y Neville estaba ocupado ayudando a Pomona y no quería interrumpir. Llegaron a las habitaciones de Elvira y Severus, antes de abrir la puerta Hermione dijo:

-¿Snape no se enfadará porque me has invitado aquí? - Elvira sonrió.

-Para nada, además si se enfada yo puedo hacer que se le pase en cuestión de segundos.

Le guiñó un ojo y ambas rieron un poco. Entraron a la sala de estar y se sentaron en el sofá. Poe saltó al sofá a saludar a su dueña y su amiga.

-Hola Poe, saluda a Hermione. - El gato pareció entenderla y se restregó contra la joven.

-Hola pequeño. Cada vez que lo veo echo más de menos a Crookshanks, mi gato, murió hace unos años, se lo comenté a Neville hace unos días y me da la sensación de que está buscando un gato para regalármelo para Navidad.

-Seguro que sí, es un gran chico y muy detallista, pero ahora cuéntame lo que te pasa.

Hermione acarició por un momento al gato.

-Pues lo de siempre, que Ron es imbécil y no sé qué pude ver en él.

En ese momento salió Severus de su despacho privado descalzo y vestido sólo con su pantalón y una camisa blanca con el cuello abierto.

-Elvira, ¿Has visto donde he dejado el libro que estuve leyendo ayer? Creía que lo había dejado en el despacho y no lo encuentro allí. - Entonces se percató de la presencia de Hermione en el sofá y la saludó extrañado de que estuviera en su sala de estar.

-Señorita Granger.

-Profesor Snape.

-Severus, Hermione no se sentía muy bien y la he invitado a venir aquí un momento a charlar, creo que ese libro lo vi en la mesilla de noche o en la cómoda del dormitorio.

-Iré a buscarlo allí. Sí me disculpáis. - Fue al dormitorio y Elvira y Hermione volvieron a quedarse a solas.

-Hermione, querida, ¿Quieres un té?

-No es necesario, Elvira, pero si tú quieres, puedes hacer lo que quieras.

Elvira llamó a Polly y le pidió té y dulces para las dos y le dijo que le llevara algo a Severus que estaba en la habitación. La elfa se mostró tan solícita como siempre y notó la furia en la expresión de Hermione y le dijo:

-Polly le ha traído esto especialmente a la señorita Granger, creo que necesita algo que le haga sentir mejor. - Hermione casi se emocionó cuando vio sus galletas de canela favoritas, supuso que su elfa le dijo a Polly cuando fue a la cocina cuales eran.

-Gracias, Polly, eres muy amable.

-De nada señorita, Lotty dice que la señorita Granger es muy amable con ella y es un honor servirla. - Desapareció con un chasquido.

-¡Qué criatura tan encantadora!

-Sí, lo es, yo quiero mucho a Polly, creo que es recíproco. Estoy pensando en liberarla y ponerle un sueldo como hizo Dumbledore con Dobby. Pero ahora me vas a contar lo que te pasa. - Hermione suspiró, bebió un poco de té y mordisqueó una galleta.

-Pues bien, esta mañana recibí una carta de Ginny, estaba muy enfadada con Ronald, resulta que el muy imbécil, de repente no se siente cómodo con la idea de que yo sea la dama de honor de Ginny y que Neville sea uno de los padrinos, dice que se sentirá incómodo durante la ceremonia con su ex así de cerca y que no le gusta la idea de que "un amigo suyo sea el que se la está tirando", palabras textuales, que dice que eso es humillante para él. Es un completo idiota, me deja para casarse con la cabeza hueca de Lavender sólo porque yo quiero esperar un poco para tener niños y encima pone pegas con que yo asista a la boda como dama de honor de mis mejores amigos. Sé que él también es padrino de boda y que la novia es su hermana, pero se está portando como un niño malcriado. - Elvira la miró comprensiva.

-¿Qué van a hacer Ginny y Harry? - Hermione dijo:

-Ginny me lo ha contado sólo para avisarme por si noto que su comportamiento no es muy normal el día de la boda, que es el próximo sábado, pero que no piensan cambiar nada de lo acordado por él. Sorprendentemente, Molly está de acuerdo con ellos y le ha regañado como el niño que es. Sé que es una tontería enfadarme con él por eso, pero esperaba que ya hubiera superado nuestra relación, por favor, si se casó este verano…y, no te lo he contado, pero ella ya está embarazada, se casó de penalti, como se suele decir, ¿cómo va a criar a un niño si él mismo no ha crecido? - En ese momento salió Severus de la habitación, se había puesto los calcetines y llevaba a Poe en brazos.

-Señorita Granger, creía que era más inteligente, ¿De verdad le sorprende que ese cenutrio se siga comportando como el idiota que ha sido desde los 11 años? - Hermione se ruborizó. Elvira dijo:

-Tranquila, Hermione, esa es la única forma que tiene Severus de ser un poco amable. - Las dos empezaron a reír. Hermione dijo:

-Lo siento, profesor, no me reía de usted, es que tiene razón, no sé de qué me sorprendo, hace mucho que no lo veo…y no me entusiasma la idea, pero es que sabiendo que ya está casado y esperando un hijo, creía que había dejado esas tonterías de niñato atrás. - Severus se sentó en un sillón junto a Elvira con Poe en su regazo.

-Sólo le diré una cosa y que no salga de aquí, siempre pensé que estaba perdiendo el tiempo con ese imbécil, usted es demasiado buena para él, igual que Elvira es demasiado buena para mí, aunque ella lo niegue. Cuando ella me contó que él la dejó para tener niños cuanto antes con la boba de la señorita Brown, me dio la razón, era un idiota, dejar a una joven inteligente y educada por esa imbécil tan ordinaria… algún día se arrepentirá, sabe, no se lo diga a Longbottom creo que usted ha ganado con el cambio, por lo menos no intenta frenarla y convertirla en otra Molly Weasley, no sería algo malo, si usted sirviera para ello, pero se nota que quiere hacer algo más y se merece hacer lo que quiera, trabajar o tener hijos, o las dos cosas, con un compañero competente puede hacer ambas cosas, pero ese compañero no es Weasley, seguro que Longbottom será más adecuado para tener las dos cosas, por lo menos no tiene una edad mental de 15 años, es un adulto funcional y se comporta en la mesa como un ser humano adulto. - Cuando Severus se calló y se sirvió un té, Hermione y Elvira estaban alucinadas, nunca pensaron que Severus pudiera opinar así sobre Neville.

-Cariño, nunca imaginé que puedas hablar tan amablemente de Neville. - Elvira se sentó en el brazo del sillón y le besó en la sien.

-Que sea el peor alumno que he tenido en clase de pociones no quiere decir que no sepa que tiene otras cualidades y, según Pomona, es un herbólogo brillante, y me fío del criterio de Pomona, por lo menos en lo que a herbología se refiere. - Ambas rieron. Elvira dijo:

-Bueno, Hermione, ¿qué estuviste haciendo en la lechucería? ¿Le escribiste a Ginny y Harry? - Hermione dijo:

-Sí, estuve respondiendo a su carta, después de tranquilizarme un poco. Les dije que no se preocuparan que por mi parte no haría nada que les fastidiara el día. - Entonces Severus contestó:

-Vaya, yo estaba pensando en darle una poción que provoca diarrea, por si le molestaba de alguna manera, para que el pelirrojo amenizara el banquete, hubiera sido un gran titular para El Profeta "Héroe de guerra se caga encima delante del ministro de magia en la boda de Harry Potter" . - Elvira y Hermione reían incontroladamente. Cuando consiguieron parar Severus les dijo con total seriedad: - ¿De qué os reís? No estaba de broma. Tengo unos viales siempre preparados por si me cruzo con alguien que me toque los huevos. - Las mujeres volvieron a reírse. Pero Hermione ya tenía que irse.

-Gracias a los dos, me habéis ayudado mucho y le tomaré la palabra, Snape, si en la cena de ensayo del viernes me fastidia, le pediré uno de los viales.

-Cuenta con él, si lo haces será la primera vez que tenga auténtico interés en leer El Profeta, te aconsejo que le pidas colaboración a sus hermanos George o Fred, seguro que les encantará ayudarla.

-Ya había pensado en esa posibilidad. - Severus se unió discretamente a las risas y Hermione se despidió y se fue reconfortada, después de prometer que no contaría nada de lo que hablaron allí.

En cuanto se fue Hermione, Elvira lo abrazó y lo besó.

-Aunque digas que no me mereces eres el mejor de los hombres. Has sido muy amable con ella, dentro de tus posibilidades.

-No es amabilidad, es simplemente que reconozco los hechos y esa chica era demasiado buena para ese troglodita. - Elvira volvió a besarlo.

-Sabes cuando volvamos después de cenar, nos daremos un baño juntos…

-Ya estoy deseando que termine la cena. - Se besaron de nuevo.

-Bueno, Severus, tendremos que esperar un poco más, hoy tengo ronda de vigilancia con Hermione. - Él miró al techo con fastidio.

-Está bien, te esperaré con la bañera preparada con tus sales de baño favoritas.

-Y dices que no me mereces… No sabes la suerte que tengo de tenerte. - Severus volvió a ponerse su ropa de trabajo y Elvira su capa y fueron a la cena.

Cuando terminó la cena Elvira fue un momento a su habitación con Severus, fue a ponerse la capa más gruesa que se compró hacia algunas semanas, esa noche los pasillos estaban especialmente fríos, estaba lloviendo y parecía que el frio húmedo de esa noche se filtraba a través de los gruesos muros del castillo. Dejó a Severus con la promesa de no tardar en volver, antes de empezar la ronda fue a ver a Morgana, quería decirle que se había encontrado a Lestat dormido en la camita con Poe, para que no se preocupara. Una vez hecho esto fue a buscar a Hermione, se la encontró hablando con Neville diciéndole que no se preocupara por el tema de la boda, que si se ponía especialmente insoportable podrían recurrir a Molly, Arthur o Ginny… en ese momento Elvira dijo:

-También podríais considerar hacer lo que te sugirió Severus esta tarde.

Neville pareció extrañado y Hermione se echó a reír, le contó a su novio la sugerencia del profesor de pociones y Neville se echó a reír como nunca sólo de pensarlo.

-En serio, ¿el profesor Snape ha sugerido hacer algo así? - Elvira dijo:

-Sí y sugirió que busquéis la complicidad de George o Fred Weasley para ello.

Hermione dijo:

-Eso puede no ser muy buena idea, si funciona, que lo hará, seguro que querrán venderla en su tienda de bromas. - Elvira se quedó pensativa:

-Eso tendríamos que preguntárselo a Severus, pero un dinero extra no le viene mal a nadie. - Se rieron los tres, Neville volvió a la habitación que compartía con Hermione y ella fue con Elvira a hacer la ronda de vigilancia.

Las dos estaban bromeando y charlando, los chicos no se aventuraban a salir de sus habitaciones, hacía demasiado frío esa noche para enredar por ahí con lo calentito que se estaba en la cama. Hermione se aseguró que nadie podía oírla.

-Elvira, desde que vi salir al profesor Snape buscando el libro estoy deseando decirte algo que he notado, está muy cambiado, no sólo físicamente, lo conozco desde que yo tenía 11 años y nunca lo había visto con un aspecto tan saludable, pero es que conmigo ha sido casi amable y comprensivo y ha hablado bien de Neville, aunque no quiera que él lo sepa. Yo creo que si en la boda el bocazas de Ron dice algo que le haga sentirse mal, se lo contaré, eso sí, le haré prometer que Severus no se enterará nunca de que lo sabe.

-Harías bien, yo creo que ese chico tiene muchas y muy buenas cualidades y no debe dejar que nadie lo menosprecie.

-Gracias Elvira, hablando de otra cosa, me quedé muy impactada al ver a Snape en mangas de camisa, físicamente está mejor de lo que aparenta… - Le sonrió con picardía.

-Lo sé, aunque me gusta charlar contigo, estoy deseando terminar la ronda y volver a mis habitaciones, me está esperando con un baño de espuma para rematar el día…

-Te entiendo, yo también tengo ganas de ir a mi habitación, Neville dijo que como tuve un mal día me iba a mimar. - Las dos rieron y viendo que no había nadie fuera de sus habitaciones o salas comunes se fueron rápido a sus respectivas habitaciones, esa noche de sábado no invitaba a enredar por ahí ni a tener intimidad en ninguno de esos pasillos helados.

Cuando llegó a su habitación, Severus la estaba esperando con unas copas de vino en la mesita de café, sólo vestido con un albornoz negro de material esponjoso. Ella al verlo dijo:

-Estaba deseando volver para ver si cumplías tu promesa…

-Dime, ¿Cuándo no he cumplido lo que prometo?

-Tienes razón. Bueno no dejemos que se enfríe el agua. Vengo helada y me gustaría calentarme. - Entonces él la cogió en brazos y la llevó al cálido baño.

-Si tienes frío yo te calentaré, mi bruja.

Se besaron apasionadamente, Elvira metía sus manos por dentro de su albornoz, exponiendo un poco más de su pecho. Hermione tenía razón, cada vez tenía mejor aspecto. Él la dejó en el suelo del cuarto de baño, lo había llenado de pequeñas luces mágicas y con un movimiento de su mano empezó a sonar una suave música.

-Me encanta. - Dijo Elvira.

-Ahora creo que es el momento de desnudarnos. - Elvira con un hechizo no verbal se quedó completamente desnuda y su ropa voló a su dormitorio. Él estaba en albornoz todavía.

-Ahora eres tú el que está demasiado vestido. - Ella desató el albornoz y lo dejó caer al suelo. Empezaron a besarse y acariciarse. Elvira le dijo:

-Siéntate aquí.

Señaló el borde de la bañera y él obedeció. Ella se arrodilló delante de él aún besándolo y empezó a besar su cuello, bajando por su clavícula y llegando a su pecho y mordió suavemente sus pezones, bajó por su vientre y llegó a su ombligo.

-Severus, cariño, relájate y disfruta, éste es tu premio por haberte portado tan bien con Hermione.

Empezó a lamer su polla despacio y poco a poco la fue metiendo en su boca hasta el fondo, quería que se corriera en su boca. No paraba, Severus no podía aguantar mucho más.

-Cariño, no puedo aguantar más.

-Córrete, no te preocupes, ahora nos metemos en la bañera y allí volveré a despertar a la bestia… - Volvió a introducirla en su boca y en pocos segundos se corrió.

-Joder, Elvira, me vas a matar… - Ella se reía y le dijo:

-Antes de que eso pase, bañémonos cariño…

Ya recuperado, Severus la cogió en brazos de nuevo y entró en la bañera, la puso de pie con delicadeza y se sentó en la bañera, ella le dijo que se tumbara y él obedeció, ella se sentó a horcajadas sobre él entre la agradable espuma. Empezaron a besarse y acariciarse, se frotaban y jugaban un poco con la espuma. Elvira lo besó apasionadamente y le dijo:

-Un momento, cariño. - Se levantó por un segundo y se sentó sobre él de espaldas.

-Ya se está despertando la bestia.

Él empezó a besar su cuello desde atrás y a acariciar sus pechos, una de sus manos bajó por su vientre y metió uno de sus dedos dentro de ella. Ella gimió de placer y él dijo:

-Creo que estás lista, mi bruja.

-Sí cariño, fóllame ahora.

Elvira se levantó un poco y él la ayudó a poner su polla en posición, la penetró lentamente hasta el fondo. Ambos gimieron de placer. Ella se movía arriba y abajo, el nivel del agua caliente y la espuma cada vez subía un poco más, empezando a salpicar el suelo, Elvira aumentó un poco la velocidad, y Severus hizo que volviera un poco la cara para besar sus labios, después ella se agachó ligeramente y él cogió con fuerza sus nalgas penetrándola hasta el fondo. Severus la hizo tumbarse en su pecho y le apretó los pechos y pellizcó sus pezones duros.

-Bruja, estoy a punto, ya no aguanto más.

-Yo también estoy a punto…

Entonces él bajó una mano y acarició su clítoris, provocando un orgasmo intenso en ella, lo que lo llevó a correrse dentro de su coño ardiente. Ambos estaban agotados y felices, disfrutando del agua ya templada, su polla aún estaba dentro de ella y descansaban abrazados acariciándose perezosamente.

Cuando se enfrió un poco más el agua, salieron de la bañera, quitaron el tapón, se secaron rápidamente, se envolvieron en sus esponjosos albornoces y fueron corriendo a la cama, no querían enfriarse ni siquiera un poquito. En cuanto terminaron con sus abluciones nocturnas, se pusieron sus pijamas habituales y se metieron en la cama, en pocos minutos estaban dormidos, relajados y felices.