Capítulo 23
"Hermano, ¿puedo hablar contigo?" preguntó Georgiana.
"Georgiana, qué haces en pie tan temprano. Por supuesto que podemos hablar, pasa, siéntate," dijo el señor Darcy. Él estaba un poco tenso esperando la hora para desayunar y poder ir a Longbourn y ayudar en lo que fuera posible.
Por su parte, Georgiana no había dormido bien pensando en todo lo que le dijo Caroline. Entonces, decidió que era mejor aclarar todo con su hermano.
"¿En qué puedo ayudarte, querida hermana? Me imagino que debe ser algo importante ya que te levantaste tan temprano.
"Sí, William. Me gustaría hacerte algunas preguntas de tu primera visita a este lugar. ¿Qué pasó entre el señor Bingley y la hermana de Lizzy? Caroline me contó algunas cosas, pero me gustaría escuchar tu versión de los hechos."
"Comprendo, y prometo que te diré toda la verdad. Pero antes, me gustaría que supieras que estoy consciente que me comporté de una manera atroz y que he hecho todo lo posible por enmendar mis errores."
El señor Darcy tomó la mano de su hermana y le contó todo lo que había pasado desde el primer momento que llegó a Hertfordshire y como había tratado a las personas de Meryton.
"Me alegro mucho que te hayas dado cuenta que tu comportamiento no fue apropiado, William. Tú siempre me enseñaste que había que tratar con respecto a todas las personas. ¿Pero cómo se relaciona todo esto con el señor Bingley y Jane?"
"Georgie, yo estaba convencido que la señorita Jane Bennet no era la mujer para Bingley y le aconsejé que se olvidara de ella. Pero quienes se opusieron con mayor vehemencia fueron la señora Hurst y la señorita Bingley. Ellas deseaban una mujer con una buena dote y mejores conexiones para esposa de su hermano." El señor Darcy le contó todo lo que había pasado y cómo él le había ocultado a su amigo la muerte del señor Bennet.
"William, ustedes se comportaron de una manera horrible con el señor Bingley."
"Lo sé, querida, y por eso me he disculpado con él. Pero Bingley ha reconocido que su falta de coraje y decisión fue lo que lo llevaron a perder el cariño de la señorita Bennet, hoy Lady Norton."
"William, sabías que cuando el señor Bingley se fue de aquí, muchos hicieron comentarios sobre Jane y sobre lo triste que fue que él la abandonara."
"No, sólo lo supe hace muy poco tiempo. Bingley pasaba mucho tiempo con ella y era lógico que eso provocaría rumores y especulaciones."
"William, tú pasas mucho tiempo con Lizzy… Yo no quiero que la gente insinúe o diga cosas de ella."
"Georgiana, creo que hay otras cosas que debes saber y que debo contarte." El señor Darcy le acarició el rostro a su hermana y le contó toda su historia con Elizabeth. "Querida hermana, yo estoy enamorado de la señorita Bennet y mi intención es ganarme su cariño y no perjudicarla."
"William, eso es maravilloso… Pero cómo pudiste decirle esas cosas horribles. William, si Lizzy decide darte una segunda oportunidad, te juro que no permitiré que… Tendrás que respetarla o te las verás conmigo," dijo Georgiana.
"No te preocupes, querida, te prometo que esta vez estoy haciendo las cosas como corresponden."
Georgiana abrazó a su hermano y lo besó en la mejilla. Ella estaba feliz pensando en la posibilidad de que su querida amiga pudiera ser algún día su hermana. "No puedo esperar a que ustedes se casen, y quiero tener muchos sobrinos y sobrinas…"
"Georgie, no quiero que te hagas ilusiones. Yo estoy haciendo todo lo posible, pero…"
"No te preocupes, sé que una vez que Lizzy pueda ver el hombre bueno y maravilloso que eres se enamorará de ti. Además, tendrá la mejor cuñada del mundo y una hermosa casa donde todos la quieren y respetan."
El señor Darcy se sentía contento de ver a su hermana tan feliz, aunque él no estaba tan seguro de que Elizabeth algún día llegara a amarlo y a aceptar pasar el resto de sus días junto a él.
En cuanto el señor Bingley se levantó, ellos fueron a desayunar con él para luego poder ir a Longbourn. Mientras comían, el señor Bingley les contó lo que pensaba hacer durante el día.
Desafortunadamente, justo antes que ellos terminaran de desayunar, Caroline apareció en el comedor y el señor Darcy y Georgiana no tuvieron más remedio que quedarse por unos minutos más en la mesa. Cuando finalmente todos terminaron, Georgiana fue a su cuarto para prepararse para ir a Longbourn. Mientras el señor Darcy esperaba en la sala por su hermana, Caroline se le acercó.
"Señor Darcy, ¿piensan pasar el día en Longbourn? Charles me dijo que hoy debían entregar la casa. No sabe la pena que me da pensar en Eliza, su madre y sus pobres hermanas."
"Sí, hoy acompañaremos a la familia Bennet. Afortunadamente, Lord y Lady Norton están acompañando a su familia. Tengo entendido que ellas pasarán el verano en la finca de los Norton, por lo que estoy seguro que estarán muy bien."
"Me alegra saberlo," dijo Caroline no muy contenta. "Señor Darcy, me imagino que usted y Georgiana viajarán muy pronto a Pemberley. No creo que sea correcto que permanezcan más tiempo aquí… Usted sabe cómo es la gente, pueden comenzar a correr rumores y usted puede verse obligado a…"
"¿Qué rumores?" preguntó el señor Darcy muy serio.
"Los mismos rumores que se generaron cuando Charles pasaba mucho tiempo junto a Jane."
"Ah, esos rumores. Georgiana me dijo lo que habían conversado. Señorita Bingley, no sé cómo decir esto de una forma que no suene tan dura… Si mi comportamiento generara algún rumor, quiero que sepa que estaré feliz de asumir cualquier obligación que eso generara. Mi intención es cortejar a la señorita Bennet y ganarme su cariño y para eso necesito pasar tiempo con ella, ¿no cree?"
Caroline quedó tan impactada con lo que escuchó que no pudo decir nada por varios segundos. "Señor Darcy, veo que su opinión de Eliza y su familia ha mejorado mucho. ¿Será porque ahora Jane es una Baronesa?"
"No, yo he admirado a la señorita Bennet por mucho tiempo… En fin, señorita Bingley, no deseo hablar más de este tema. Ahora si me disculpas, iré a buscar a mi hermana para poder partir rumbo a Longbourn."
En cuanto el señor Darcy salió del cuarto, Caroline no pudo aguantar su rabia y frustración y tomó el periódico que estaba sobre la mesa y lo arrojó sobre la chimenea.
"Caroline, no te desquites con mi periódico, aún no he terminado de leerlo."
"Charles, quiero irme mañana mismo de este lugar. No soporto pasar ni un día más aquí."
"Veo que te diste cuenta que Darcy jamás se va a interesar en ti. Caroline, es hora que empieces a pensar seriamente que deseas hacer con tu vida. Has pasado los últimos cuatro años persiguiendo a un hombre al que nunca le has interesado."
"Me imagino que debes estar feliz de verme derrotada. Pero no cantes victoria porque me casaré con alguien con más dinero y consecuencias que el señor Darcy. Mi futuro marido tendrá título y…"
"Caroline, no me gusta oírte hablar así. Si no cambias de actitud nunca lograrás ser feliz."
"Yo no soy como tú, Charles. Yo no me conformo con cualquier cosa, yo quiero ser reconocida y admirada y aunque a ti no te guste, sé que lo lograré."
Caroline dejó el cuarto y el señor Bingley pensó que no había peor ciego que el que no quería ver. Tal vez la vida le enseñaría a su hermana a valorar lo realmente importante. Por el momento, él tenía muchos planes para rearmar su vida y no tenía tiempo para lidiar con los continuos cambios de humor de su hermana.
P&P
"Doctor, ¿mi madre está bien?" preguntó Elizabeth. Ella había estado impacientemente esperando fuera de la habitación de su madre.
"No se preocupe, señorita Bennet, todo está bien con su madre. Ahora, ella desea hablar con su cuñado el señor Phillips, ¿puede pedirle que venga?"
Elizabeth quedó un poco confundida. Ella hubiera esperado que su madre deseara hablar con Jane, pero nunca con tío Phillips. Pero hizo lo que el doctor le pidió y fue en busca de su tío. Mientras el señor Phillips conversaba con la señora Bennet, el doctor tranquilizó a la familia sin darle detalles de lo que estaba ocurriendo. Era ella la encargada de hablar de ese tema con sus hijas.
Después de unos minutos, tío Phillips regresó al salón muy pensativo. "Niñas, Fanny quiere hablar con ustedes y las está esperando en su habitación. Yo necesito ir a mi oficina para revisar algunos documentos, Andrew, ¿puedes acompañarme?"
"Por supuesto, tío." Andrew pensó que algo estaba pasando y que el señor Phillips deseaba conversar de manera privada con él y lejos de la inquisitiva mirada del señor King.
"Yo iré a revisar los jardines y las huertas. Mi cliente está muy interesado en conocer el estado de esos lugares de la casa. Él es un excelente agricultor, y gracias a los consejos de Lady Catherine de Bourgh, ha logrado que la huerta de su casa produzca no sólo variados tipos de cultivos sino también de excelente calidad. Si ustedes tuvieran la oportunidad de ver el tamaño de las zanahorias que esa huerta produce, junto con deliciosos…"
"Lo siento señor King, pero debemos irnos inmediatamente," dijo Andrew. De otra forma ese hombre hubiera continuado hablando por horas.
Una vez que todas sus hijas estaban sentadas alrededor de su cama, les explicó lo que estaba pasando. "Mis queridas niñas, no quiero que se preocupen porque yo no estoy enferma… Yo estoy embarazada."
Las cinco hermanas se quedaron en silencio, se miraron entre ellas y finalmente con risas de alegría abrazaron a su madre por varios minutos hasta que Lydia hizo una pregunta, que aunque inapropiada, despertó la curiosidad de todas las hermanas.
"Mamá, ¿cómo estás embarazada si nuestro padre…?
"Hijas, vuestro padre y yo estuvimos alejados por mucho tiempo, pero antes de que él falleciera, nosotros hablamos mucho…" la señora Bennet se puso a llorar y una vez que se calmó continuó. "En los últimos días de su vida, Thomas y yo logramos recomponer nuestra relación y este bebé es el resultado de eso."
"Mamá, no tienes que estar triste. Nosotras te ayudaremos con todo lo que necesites," dijo Jane.
"Lo sé, mi querida niña."
"Mamá, si ese bebé que esperas es un niño, ¿podremos quedarnos aquí en nuestra casa?" preguntó Mary.
"No había pensado en eso, Mary," agregó Elizabeth desconcertada.
"Sería maravilloso no tener que dejar nuestra casa," dijo Kitty.
"Y poder reírnos en la cara del señor Collins," agregó Lydia.
Las cinco hermanas comenzaron a hablar y especular sobre todo lo que podría pasar con el nacimiento del próximo bebé. Todas estaban contentas, y lo que debía ser un día muy triste se transformó en un día de mucha felicidad.
"Hijas, quisiera pedirles un favor y que me ayudaran con este tema. Cada vez que estuve embarazada de ustedes fueron meses de mucha angustia soñando que una de ustedes fuera el deseado varón que pudiera heredar a vuestro padre. Aún recuerdo la decepción que sentí cada vez que me decían que había nacido una niña. Yo no deseo sentirme así con este bebé… Para mí es un regalo que me dio mi esposo antes de partir y quiero sentirme feliz cuando después de nacer lo pongan en mis brazos, sea un niño o una niña. Dios me dio cinco hijas maravillosas y si me envía una sexta, mi vida será aún más feliz de lo que ya es. Con el dinero que nos dejó vuestro padre compramos una casa en Meryton, y gracias a la ayuda de mi querido Andrew y mi hermano Gardiner nunca nos faltará nada."
"Tienes razón, Mamá, nosotras vamos a querer al bebé sin importar si es niño o niña," dijo Elizabeth.
"Si es una niña, será tan divertido poder hacerle ropa, ahora que he aprendido," dijo Kitty.
"Y yo le haré los peinados más bonitos," dijo Lydia.
"Y yo le enseñaré a tocar el piano. Tía Amanda dijo que después de unas cuantas lecciones podré tocar muy bien," agregó Mary.
"Lidya, ya no serás la hija menor," dijo Kitty.
"¡Verdad, pero aún lo soy y tú no!" replicó Lydia enojada.
"Me hace tan feliz tenerlas a todas conmigo. Hijas, quiero que entiendan que mientras estemos juntas siempre estaremos felices," dijo la señora Bennet sonriendo. "Vengan aquí y déjenme abrazarlas."
Todas sus hijas se acostaron en la cama alrededor de ella y mientras su madre les acariciaba el cabello, ella hacían bromas, reían y especulaban sobre cómo sería el futuro bebé. En lo que todas estaban de acuerdo era que el futuro integrante de la familia Bennet sería el bebé más querido de todo Inglaterra.
P&P
Cuando Lady Catherine descendió de su lujoso carruaje y miró con desprecio hacia su alrededor. Sin duda alguna, aquella finca perteneció a un caballero sin mucho dinero y ninguna importancia. Si las circunstancias no fueran tan apremiantes, ella jamás se hubiera dignado a poner un pie en un lugar como ese.
"Mi estimada Lady Catherine, no sabe el honor que siento que usted me haya acompañado en este momento tan importante en que tomaré posesión de mi herencia…" El señor Collins no pudo terminar de hablar porque nada de lo que tenía que decir le importaba a su amada patrona.
"Anne, no quiero que te quedes en el carruaje. Quiero que Darcy te vea para que se acuerde que mientras está aquí jugando a ser el protector de mujeres desvalidas, deja abandonada a su prometida."
Cuando el señor Collins le contó a Lady Catherine que su sobrino estaba en Longbourn ayudando a la familia Bennet, ella inmediatamente tuvo el presentimiento de que algo más había detrás de todo eso, y creía que se relacionaba con Elizabeth Bennet. Esa mujer, fingiendo ser la amiga de Georgiana, seguramente había engatusado a su sobrino buscando forzar una posible unión entre ellos. Pero ella no pensaba permitirlo y pondría fin a esa situación de una vez por todas.
Mientras Lady Catherine y el señor Collins caminaban a paso ligero rumbo a la entrada de la casa, Anne tuvo una idea.
"Madre, estoy un poco pálida…"
"Anne, debido a tu noble origen, siempre te verás pálida…"
"Madre, estoy pálida porque estoy mareada. Sabes que debido a mi delicada complexión los viajes en carruaje no me hacen bien. Necesito tomar algo de aire… No quiero que Darcy me vea así, tan descompuesta."
Lady Catherine miró a Anne tan delgada y pálida como siempre y no pudo evitar compararla con Elizabeth Bennet. "Está bien, quédate unos minutos aquí, pero en cuanto te sientas mejor te quiero dentro de esa casa."
"Sí, madre."
Anne estaba furiosa con el bobo de Collins por siempre llevar chismes a su madre. Ella hubiera preferido quedarse con Charlotte en casa de los Lucas, pero su madre le exigió que debía acompañarla. Ella esperaba que su madre se olvidara de su presencia en cuanto se pusiera a discutir con las personas de la familia Bennet.
Al contrario que a su madre, a Anne Longbourn le pareció una casa muy bonita. El jardín era pequeño pero se notaba bien cuidado y la huerta cerca de la parte trasera de la casa parecía tener varios tipos de cultivo. Anne se iba a sentar en una banca debajo de un árbol cuando vio a un señor haciendo algo muy curioso. Entonces, sintió curiosidad y quiso ir a ver que estaba ocurriendo.
"Disculpe señor, ¿pero qué está haciendo?" preguntó Anne en una voz muy suave.
El señor King estaba muy concentrado midiendo el tamaño de las zanahorias. De esa forma podría informarle a su amigo y cliente si aquella huerta estaba siendo debidamente cultivada. De repente escuchó una voz muy suave y cuando se volteó, entre los rayos de la luz vio el rostro de una mujer tan pálida y delicada que parecía un ángel.
"Buenos días, mi apreciada dama, permítame presentarme… Soy Clarence King, procurador del nuevo dueño de esta hacienda."
"Buenos días, señor King… Soy… Soy la señorita Anne, es un gusto conocerlo."
"El gusto es todo mío, mi estimada señorita Anne. Me siento muy honrado que se haya tomado el trabajo de caminar hasta aquí para saludarme. Me imagino que una señorita como usted debe tener muchas cosas que hacer, siempre he sabido que las damas después de desayunar se disponen a organizar sus actividades para el resto del día. ¿Sabe? Siempre me he preguntado por qué las señoritas disfrutan tanto tomar el té y conversar con otras damas cuando hay tantas otras cosas que podrían hacer, por ejemplo…"
Anne no podía creer lo que veía y escuchaba. Aquel señor hablaba tanto y de tantas cosas al mismo tiempo que era difícil poder saber qué decía. Pero ella pensó que era el hombre más gracioso que jamás había conocido y quiso seguir hablando con él.
"Señor King, aún no me dice qué estaba haciendo…"
"Tiene razón, mi estimada Dama. Estaba midiendo las zanahorias. El nuevo dueño de esta finca es un gran agricultor y está muy interesado en que todo en esta finca cumpla con los estándares de calidad apropiados. Sabe usted que los pepinos pueden llegar a medir…"
Anne escuchaba al señor King fascinada. Ese curioso hombre era como una versión mejorada del señor Collins porque era mucho más guapo y cuando hablaba lo hacía con humildad y no con presunción.
Mientras tanto dentro de la casa Lady Catherine de Bourgh y el señor Collins esperaban impacientemente a que alguien los recibiera. Las hermanas estaban en la habitación de la señora Bennet cuando les avisaron que el señor Collins y una señora habían llegado.
"Ese hombre no esperó a que fuera una hora prudente para venir a exigir sus derechos," dijo la señora Bennet. "Jane, Lizzy, Peter fue a su oficina a buscar algunos documentos y a pedirle al magistrado que viniera. Hagan todo lo posible por distraer a esa gente hasta que él llegue."
"No te preocupes, madre, yo distraeré con el señor Collins," dijo Jane.
"Ustedes tres quédense aquí acompañando a mamá," dijo Elizabeth.
"Nos quedaremos acompañando a mamá y al bebé," dijo Lydia y besó el vientre de su madre haciendo reír a todos.
Jane y Elizabeth respiraron hondo porque sabían que no sería fácil tener que soportar al señor Collins y sus arrebatos autoritarios y condescendientes.
Cuando Elizabeth entró en el cuarto, Lady Catherine estaba lista para atacarla y decirle todo lo que había pensado durante las horas de viaje. Pero cuando vio a Jane no tuvo más remedio que controlarse.
"Buenos días señor Collins, Lady Catherine," dijeron Jane y Elizabeth. Ellas se miraron con sorpresa porque no comprendían qué hacía esa mujer allí.
"Buenos días primas. Me imagino que saben que hoy es el gran día y que he venido a tomar posesión de mi finca. En unas horas más vendrá mi amada esposa y su familia. Mi suegra está muy interesada en recorrer la casa y asesorar a mi querida Charlotte en como decorarla a nuestro gusto, que es muy distinto al de ustedes. Nosotros ahora somos hacendados y ustedes sólo tienen una pequeña casa en Meryton, que según dice mi suegra es muy bonita, pero modesta." El señor Collins estaba disfrutando cada una de las cosas que decía. Él le hablaba directamente a Elizabeth porque asumió que ella debía estar muy arrepentida de haberlo rechazado.
"Al menos tendrán un lugar donde vivir, hay muchas otras mujeres que en esta misma situación quedan en la calle. Sin duda alguna, vuestra madre es una mujer muy irresponsable. Cómo se le ocurre tener cinco hijas si no tiene nada para ofrecerles," agregó Lady Catherine, también mirando a Elizabeth.
"Les agradezco mucho sus palabras tan consideradas y sus buenos deseos," dijo Jane. Ella no deseaba discutir con esas personas tan desagradables.
"Señor Collins, mi tío Phillips debe estar por llegar y el señor King está revisando la parte trasera de la casa. Qué les parece si se sientan y les sirvo una taza de té," dijo Elizabeth tratando de ser amable. Al igual que Jane estaba conteniéndose para no decir lo que realmente deseaba decir.
"Prima Jane, siento mucho que el señor Phillips no esté aquí, pero yo quiero tomar posesión de todo esto que es mío."
"Además, usted, señorita Bennet debería sentir vergüenza de ofrecernos té fingiendo ser la anfitriona. Espero que tenga claro que esta no es su casa y que nosotros no somos sus huéspedes," dijo Lady Catherine con furia.
"Señor Collins, le voy a pedir que no vuelva a llamarme prima. Por favor no olvide que ahora soy Lady Norton. Lady Catherine, me parece muy desconsiderado de su parte responder de una manera tan desconsiderada a una amabilidad de mi hermana." Jane estaba muy nerviosa, ella siempre evitaba las confrontaciones, pero no iba a permitir que ese hombre y esa mujer intentaran humillar a Elizabeth.
"No se preocupe, Lady Catherine, no volveré a ofrecerle nada para evitar que se sienta ofendida," dijo Elizabeth. Ella se sentía enojada pero al mismo tiempo divertida ante la absurda situación.
Pero Lady Catherine estaba furiosa. Ella no le iba a permitir a una nueva rica que le dijera cómo debía comportarse. "¿Quién crees que eres, Jane Bennet? Crees que porque lograste atrapar a un hombre con título y fortuna con quizas que sucios trucos me voy a olvidar que no eres más que una pobre muerta de hambre. Y tú, Elizabeth Bennet, ¿crees que porque esta mujer logró atrapar a Lord Norton tú podrás hacer lo mismo con mi sobrino? Conozco muy bien a las mujeres de vuestra clase y jamás, escúchame bien, jamás permitiré que atrapes a mi sobrino Darcy. Él es el prometido de mi hija y con ella se va a casar."
Andrew y el señor Phillips habían tenido suerte porque encontraron los documentos que necesitaban y habían logrado hablar con el magistrado. El señor Walker vendría en una hora más a Longbourn para resolver el asunto y llegar a un acuerdo.
Cuando el señor Darcy llegó a Longbourn se preocupó mucho al ver el carruaje de su tía. Aunque no podía imaginar qué hacía allí, suponía que no era por ningún motivo bueno. Al bajar del carruaje se encontraron con Andrew y el señor Phillips, después de saludarlos ingresaron a la casa.
Desgraciadamente para todos, los gritos e insultos que profería Lady Catherine se escuchaban desde el vestíbulo y Andrew corrió para ver que estaba ocurriendo.
"Lady Catherine, ¿cómo se atreve a hablarle de aquella forma a mi esposa y mi cuñada? Le exijo que se disculpe inmediatamente o me veré obligado a buscar otra forma de reparación," gritó Andrew enfurecido.
"Jamás me he disculpado y jamás lo haré porque siempre digo la verdad…" respondió Lady Catherine desafiante.
"En cuanto llegue a Londres hablaré con Lord Matlock. Él me ha pedido mi favor en la votación de algunas leyes, le diré que es imposible que pueda ayudar a una familia que no es capaz de respetar a la mía."
"Lady Catherine, si no te disculpas, no sólo perderás el apoyo de mi tío sino también el mío."
Lady Catherine seguía mirando de manera desafiante a todos a su alrededor, aunque en el fondo estaba asustada. Ella no podía enfrentarse a un Barón y su poder político y no podía perder el apoyo económico de su sobrino.
Jane se tomó del brazo de su esposo y Andrew le ofreció su otro brazo a Elizabeth. Luego dijo, "Estoy esperando escuchar sus disculpas, Lady Catherine."
P&P
Muchas gracias a todos los que siguen la historia con entusiasmo y dejan comentarios de apoyo. Ya casi llegamos al final
Intentaré publicar el último capítulo lo antes posible. Les advierto que será un poco largo. Además, quiero recordarles que una vez que haya subido el último capítulo, dejaré la historia por un par de días. Al menos para mí, las notificaciones vía correo electrónico no están funcionando. Si tienen el mismo problema, revisen la página de P&P regularmente en los dos próximos días, que es cuando tengo planeado publicar el capítulo final.
Me considero una persona paciente, perseverante y que rara vez se enoja. Pero debo confesar que detesto a las personas que jamás se toman el trabajo de dejar comentarios, que no leen mis notas de autor, y que en cuanto quito una historia se declaran enojados y ofendidos. No sean uno de ellos, por favor 😡😡😡😡
En el próximo capítulo todo se decidirá 😂
¡Nos vemos pronto!
Saludos,
Yo
