Capítulo 4
Desaprendiendo
Al día siguiente Rizzo se levantó temprano, con los ánimos completamente renovados y contemplando por un instante las vistas antes de marcharse a su habitación, dejándola dormir. Había sido una noche de lo más movidita, pero ahora había cosas que hacer, estando del todo dispuesto para la batalla doble que Mirto le ofreció ayer; desayunó rápidamente y se dirigió hacia la casa del hombre, el cual le esperaba junto a la puerta.
-Ah, Rizzo, buenos días ¿estás listo?-inquirió al verle.
-Sí, por supuesto.
-Muy bien, pasa, mis alumnos esperan.
En el salón de la casa, un niño y una niña un tanto más pequeños que él esperaban sentados en el sofá.
-Rizzo, te presento a Pilar y Tarsi, mis dos alumnos; chicos, éste es Rizzo, un entrenador que acaba de empezar su viaje y con el que tendréis un combate doble amistoso para practicar todo lo que habéis aprendido ¿de acuerdo?
-Vale-respondieron los dos a la vez.
-Muy bien, vamos fuera-indicó Mirto.
Una vez en el campo de batalla del patio delantero, todos se mentalizaron para el combate; Pilar y Tarsi sacaron a un pansear y un pansage respectivamente, por su parte Rizzo sacó a sus dos únicos pokémon. Oshawott blandió su vieira con gesto retador, al tiempo que riolu se preparaba en pose de ataque. Mirto se puso de árbitro y, a su señal, el combate dio comienzo.
-¡Oshawott, concha filo a pansear; riolu, ataque rápido a pansage!-exclamó Rizzo.
El pequeño pokémon lucha fue el primero en atacar y muy rápidamente, embistiendo a pansage y lanzándolo lejos; pansear fue a defender a su compañero, pero oshawott se lanzó a tiempo y le asestó una fuerte estocada con su vieira.
-¡Recurrente!
Pansage se puso en pie enseguida y contraatacó lanzando una ristra de semillas hacia el pokémon agua.
-¡Protégete! ¡Riolu, amago!
Usando su vieira como un escudo, oshawott pudo soportar la primera embatida de semillas, al tiempo que riolu esquivaba las siguientes con gran rapidez; acto seguido, y haciendo un rápido amago para confundirle antes de atacar, golpeó a pansage.
-¡Calcinación a riolu!-exclamó Pilar.
-¡Apágalo con pistola agua! ¡Riolu, ataque rápido!
Oshawott lanzó una columna de agua que apagó el ataque de tipo fuego rápidamente, al tiempo que riolu se movía evitando el peligro para luego abalanzarse sobre su oponente. Sin embargo, Tarsi se adelantó antes de que le golpeara.
-¡Intercéptalo con látigo cepa!
-¡Deshazte de él; riolu, cúbrele!
Pansage trató de atraparlo usando sus lianas, pero oshawott las repelió con su vieira, mientras que riolu se mantenía cerca de él para protegerle de cualquier amenaza que se presentara.
-¡Calcinación!
-¡Recurrente!
Ambos pokémon atacaron a la vez y los dos ataques se fundieron en uno sólo, dirigiéndose hacia oshawott y riolu con súbita fuerza.
-¡Pistola agua! ¡Riolu, ataca justo después!-masculló Rizzo, yendo con todo.
Oshawott lanzó con todas sus fuerzas un chorro de agua que paró por un instante al ataque combinado, haciendo fuerza hacia el lado contrario; por un momento pareció que el ataque combinado ganaría terreno, pero oshawott no cejó en ningún instante y, finalmente, lo consiguió vencer al tiempo que el agua arrastraba tanto a pansage como a pansear, dejándolos medio aturrullados. A continuación riolu se acercó hacia ellos con extrema rapidez y, alzando su pata derecha, la posó sobre los dos pokémon al tiempo que un aura amarillenta hacía acto de presencia, provocando una onda de vacío que los lanzó hacia el otro lado con inusitada fuerza.
Ambos pokémon cayeron al suelo duramente, de donde no se volvieron a levantar.
-¡Pansage y pansear están fuera de combate, oshawott y riolu ganan! ¡El vencedor es el aspirante Rizzo de Ciudad Engobe!-anunció Mirto.
Los pokémon ganadores festejaron la victoria, mientras que los alumnos de Mirto recogían a sus pokémon; Rizzo esbozó una satisfecha sonrisa, al tiempo que riolu se subió por la pierna del chico hasta llegar a su hombro.
-Qué manía la tuya…-murmuró el chico, mirándole con gesto ligeramente molesto.
-Muy bien, Rizzo, eso era palmeo-comentó Mirto, acercándose a él.
-¿Cómo?-inquirió el chico, sin comprender.
-Palmeo, el último movimiento realizado por riolu, un fuerte ataque de tipo lucha que puede llegar a paralizar; lo ha aprendido por si solo durante el combate.
-Entiendo…
-Te has desenvuelto muy bien a pesar de que apenas habías llegado a entrenar con ellos… y no me lo niegues, se les nota-añadió el hombre, al ver que el chico iba a contestar.
-Vale, vale… es que ayer no estaba muy animado, supongo que ha sido suerte.
Mirto le miró de arriba abajo, como analizándolo detenidamente, hasta que finalmente murmuró.
-Puede que tan sólo haya sido suerte o bien… es que eres un chico con una técnica diferente.
Ante eso Rizzo no supo muy bien qué decir, sin entender del todo lo que le decía Mirto. Al ver su cara, el hombre explicó.
-A lo largo de todos mis años viajando he visto muchos y muy variados estilos de combate. Mucha gente se apoya netamente en el entrenamiento diario, mientras que otros confían más en la fuerza de sus pokémon y van con todo, al tiempo que otros prefieren estrategias que les ayuden a alcanzar la victoria. Por lo que he visto observándote luchar tú no pareces decantarte por un estilo en concreto, lo cual me llama la atención. No entrenar lo suficiente puede llegar a ser contraproducente, pero tú pareces compensar ese defecto de otra forma. Es ciertamente curioso…
Ese súbito análisis dejó un tanto descolocado a Rizzo, el cual se apresuró a comentar.
-No sé muy bien qué decirte… simplemente nos ponemos a luchar y el resto sale solo. Siempre con la victoria en mente.
Ante eso Mirto le miró fijamente, pensando en una posibilidad, aunque en ese momento se dirigió a sus alumnos directamente.
-Chicos ¿qué pensáis acerca del estilo de combate de Rizzo?
Los dos niños se quedaron pensativos por un momento antes de llegar a una conclusión, hablando justo después.
-Por un lado parece que van con todo, pero por otro…
-… parece dejarlo todo al azar, apoyándose enteramente en la fuerza natural de sus pokémon. Es muy curioso.
Rizzo permaneció en silencio sin saber muy bien cómo tomarse esas palabras. Al contrario que Mirto o sus alumnos, no era tan sesudo a la hora de combatir, simplemente se ponía a ello y hacía todo lo posible por ganar. Salvo aquella vez con Nanci. El simple hecho de recordarlo hizo que le hirviera un poco la sangre, sin embargo lo dejó estar enseguida, comentando de seguido.
-Lo que vosotros digáis, yo simplemente me pongo a combatir y el resto sale solo.
-Ciertamente curioso… ¿te ves capacitado para retar al líder de gimnasio de ciudad Engobe? Su nombramiento es muy reciente, pero es un chico al que conozco personalmente y ha demostrado tener aptitudes-inquirió Mirto en ese momento.
Ésta vez el entrenador se mostró más interesado, recordando al susodicho y la última vez que hablaron, esbozando una leve sonrisita; esa última victoria le había animado bastante, por lo que decidió rápidamente al respecto.
-Está bien, por qué no… después de todo le debo al bueno de Cheren una visita…
-Vaya, parece que ya lo conocías de antes… mucha suerte entonces, estaré por aquí si me necesitas.
Estuvo hablando un rato más con ellos, y se dirigió de vuelta a su ciudad natal pensando en todo lo que le habían dicho acerca de su estilo de combate.
Seguía sin comprender del todo sus planteamientos, no era como si tuviera intención de especializarse al respecto ni mucho menos, sin embargo había algo en las palabras de Mirto que parecía hacer cierto efecto con él. Cerca del camino vio a varios pokémon salvajes entre la hierba alta mirándole atentamente y, sin pensarlo siquiera, sacó por un momento tanto a riolu como a oshawott. Los pokémon salvajes y los del chico se miraron entre sí con gestos un tanto indiferentes, Rizzo abrió la boca para ordenarles atacar, sin embargo algo le detuvo. De alguna manera sentía que no valía la pena el esfuerzo, al menos contra pokémon salvajes tan débiles como esos. Éstos se alejaron sin decir nada y, por un momento, el chico se agachó junto a los suyos, los cuales le miraron atentamente. Rizzo les devolvió la mirada, llegando a esbozar un gesto lleno de complicidad, con una sonrisa confidente en su rostro y dirigiéndose a ellos directamente.
-¿Qué me decís? ¿Vamos a demostrar a ese líder de gimnasio cómo nos las gastamos?
Tanto oshawott como riolu asintieron enérgicamente, al tiempo que el pokémon lucha se encaramaba de nuevo al hombro del chico, el cual ésta vez no se lo tuvo en cuenta. Sí, definitivamente así rolaban. Y, con esa misma actitud resuelta, se encaminaron hacia el gimnasio.
Llegaron a ciudad Engobe a mediodía, dirigiéndose directamente hacia la escuela de entrenadores, que era donde se encontraba el gimnasio. Nada más entrar, en una de las aulas cercanas, se encontró a Cheren dando clase a varios chicos, los cuales escuchaban atentamente.
-Ya sé que esto sólo es un curso intensivo de verano, por lo que veremos los conceptos básicos de manera pormenorizada para aprovechar el poco tiempo que tenemos todo lo posible. Es importante conocer bien las debilidades de cada tipo de pokémon, aplicarlas durante un combate es uno de los puntos clave para lograr la victoria; en el caso del tipo normal sólo tiene una debilidad: el tipo lucha. Éste tipo en concreto se caracteriza por poseer un ataque muy fuerte y que da muchos problemas a los pokémon normales, pero éstos tienen una ventaja a su favor, y ésa es la variedad de estilos y ataques de diferentes tipos que son capaces de aprender debido sobre todo a la gran adaptabilidad que muchas de las especies de éste tipo posee. Combinando bien esos factores, y aplicándolos debidamente a la hora de luchar, un tipo normal podría hacer frente a un tipo lucha e incluso vencerle en batalla.
Antes de que alguien más pudiera decir o preguntar algo al respecto, él se adelantó comentando.
-Me gustaría ver eso.
Todos se giraron para mirarle y Cheren le fulminó con la mirada, recordando al chico del otro día y murmurando de seguido.
-Vaya, Rizzo, ya pensaba que no te dignarías a aparecer...
-Tan sólo estaba planeando mis affaires para el día siguiente… creo que mi riolu acabaría contigo en un santiamén-anunció el chico, muy convencido al respecto.
-Ah, así que un riolu… el rancho Ocre no escatimó en gastos cuando solicitaron sus especies durante el proceso de reavivamiento-murmuró Cheren, con gesto breve y subiéndose las gafas.
-Déjate de comentarios inteligentes, vengo a derrotarte para que me des la medalla.
-Muy bien, pues vamos al campo entonces… chicos, acaba de empezar la parte práctica de la lección-anunció Cheren, mirando fijamente a su contrincante.
Los alumnos se mostraron ciertamente entusiasmados por ver a Cheren en un combate de verdad, por lo que les acompañaron fuera a no más tardar.
El campo de batalla se situaba en el patio trasero de la escuela, Cheren llamó a un árbitro para que llevara la batalla; los alumnos del líder ocuparon las gradas, ansiosos por ver luchar a su profesor. Cheren sacó a un patrat y Rizzo optó por oshawott.
-Los aspirantes empiezan primero-indicó el líder, ajustándose la corbata.
-Muy bien… ¡oshawott, concha filo!
Nada más empezar, el pokémon agua hizo mano de su vieira y se lanzó al ataque, con su arma blanca en alto.
-¡Ataque arena!
Antes de que le alcanzara, patrat le lanzó un buen puñado de arena a la cara, cegándole momentáneamente e impidiéndole así atacar, aprovechando el momento para contraatacar.
-¡Placaje!
El golpe fue directo, embistiendo a oshawott con una fuerza notable y empujándole hacia atrás, devolviéndole hasta su posición inicial.
-¡Pistola agua!
-¡Avivar!
Oshawott se adelantó y atacó primero, pero como andaba algo cegado por la arena no atinó bien y el tiro le salió desviado, fallando de ésta forma. A su vez patrat se envolvió en un aura rojiza, aumentando de forma exponencial su ataque.
-¡Acércate a él y usa concha filo!
Para que el golpe no le saliera mal, oshawott se lanzó a la carrera para golpear a patrat con su vieira, pero en cuanto estuvo a dos palmos de golpearle, Cheren indicó.
-¡Detección!
Antes de que oshawott le golpeara, los ojillos de patrat emitieron un leve brillo, viéndole venir y deteniéndole en seco, evitando así el ataque y salvando el golpe; inmediatamente después, el pokémon normal contraatacó con sus incisivos brillando intensamente y le asestó un súbito mordisco en la garra con la que sostenía la vieira, haciéndole daño en el proceso y obligándole a soltarla. El arma salió despedida y cayó al otro lado del campo.
-¡Maldición! ¡Ve a por ella, vamos!-masculló Rizzo, contrariado.
-¡Córtale el paso!
El pokémon agua corrió hacia su vieira, pero patrat se puso en medio para impedírselo.
-¡Placaje, quítale del medio!
-¡Venganza!
Oshawott se lanzó sobre él desde donde estaba, pero para entonces patrat estaba acumulando energía dentro de su pequeño cuerpo recibiendo de lleno el ataque y quedándose muy quieto; oshawott aprovechó la oportunidad y recuperó la vieira a tiempo, enfocándose en su oponente rápidamente.
-¡Bien! ¡Concha filo!
Acto seguido le golpeó con todas sus fuerzas, empujando a patrat hacia el otro lado, el cual aguantó la estocada como un jabato.
-¡Sigue, no te pares!-indicó Rizzo.
Cheren tan sólo esbozó media sonrisa cuando lo oyó; oshawott le asestó un par de golpes más, aún así patrat no cejó en ningún instante aun a pesar de las visibles heridas.
-¡Te aconsejo que te rindas!-exclamó el chico, con tonito triunfal.
-Oh ¿eso crees? ¡Ahora!
En ese momento patrat reaccionó de improviso, acercándose a oshawott aprovechando la cercnía y propinándole un fortísimo golpe que le lanzó al otro lado del campo, acabando junto a la pared muy magullado.
-¡Oshawott!-exclamó su entrenador, anonadado.
-Eres demasiado impulsivo, crees que ya lo tienes cuando en realidad sólo estás a un paso de la derrota. Apenas piensas bien tus ataques, apenas está entrenado, si oshawott es así derrotaré a tu riolu en menos de cinco minutos-le espetó Cheren, como si estuviera regañando a un alumno más.
Rizzo sintió como toda la sangre se le subía a la cabeza de golpe, mascullando de seguido.
-¡Porque tú me lo digas, sabelotodo!
-Ncht, ncht, no se habla así a tus mayores…-murmuró Cheren, divertido.
El chico ardió de rabia, gritando de seguido.
-¡Te voy a dar una buena! ¡Arriba, oshawott, ahora!
Nada más oír a su entrenador, el pokémon agua se levantó de un salto, pero se le notaba que estaba muy tocado, apenas se tenía en pie.
-¡Embístele!-ordenó Rizzo, señalando a su oponente.
Aun a pesar de las circunstancias adversas, el pokémon de tipo agua echó a correr, sin cejar en un solo momento y notando la rabia de su entrenador en sus propias carnes. Fue entonces cuando, a mitad de camino, apareció mucha agua bajo sus pies, viéndose envuelto por ésta y avanzando como un obús duplicando la velocidad en el proceso.
-Eso es…-masculló Cheren al verlo.
Al segundo siguiente, oshawott se abalanzó sobre un desprevenido patrat, que poco tiempo tuvo para verlo venir.
-¡Esquívalo, patrat!
Sin embargo no pudo evitarlo y oshawott le embistió con súbita fuerza, empapando a patrat y lanzándolo hacia atrás. En cuanto el agua dejó de envolverle, pudo verse cómo un aura azulada rodeaba todo su cuerpo, haciéndole ver mucho más fuerte que antes.
-¡Ahora, concha filo!
Sin detenerse en ningún instante oshawott preparó su vieira y, antes de que patrat tocase el suelo, le dio una estocada en el aire que le hizo elevarse un poco más hacia arriba; patrat cayó al suelo con un golpe seco y levantando una nube de polvo en el proceso.
-¡Oh no, arriba patrat, puedes hacerlo!-masculló Cheren.
Sin embargo en cuanto el polvo se posó el pokémon normal dio un respingo y se quedó tirado en el suelo, agotado.
-¡Patrat está fuera de combate, oshawott es el ganador!-anunció el árbitro, levantando la banderilla a su favor.
Cheren lo recogió, felicitándole por su trabajo, al tiempo que Rizzo dejaba a oshawott descansar pero sin recogerle. Sin embargo, el líder de gimnasio tuvo unas cuantas palabras con respecto al combate.
-Ha sido pura suerte, tu oshawott apenas está entrenado, que haya aprendido acua jet por el camino ha sido puramente circunstancial.
-Ya, claro, circunstancial mis cojones, a ti lo que te pasa es que te jode que te haya reventado el asalto-le espetó Rizzo, aún encendido.
Cheren puso mala cara y masculló, sacando a su último pokémon.
-Te voy a poner en tu sitio, niñato insolente… ¡lillipup!
El pokémon normal hizo acto de presencia, rascando el suelo y ladrando con estridencia, consciente de que era el último asalto. Rizzo optó por ir con todo con oshawott, exclamando de seguido.
-¡Acua jet!
-¡Represalia!
El pokémon agua atacó primero, abalanzándose sobre él envuelto en agua; en cuanto lo tuvo a dos palmos, lillipup lo recibió y, con una tremenda fuerza completamente inesperada, embistió a oshawott lanzándolo hacia atrás y estampándose contra el muro, del todo KO.
-¡Oshawott está fuera de combate, lillipup es el ganador!-dictaminó el árbitro rápidamente.
Aún con la sorpresa grabada en su cara Rizzo lo recogió, al tiempo que miraba a Cheren, el cual le dirigió una mirada severa al tiempo que comentaba.
-Que no se diga que no lo hemos dado todo. Yo también tengo trucos bajo la manga ensayados de antes, la fuerza no lo es todo, también cuenta la estrategia. No conseguirás nada si sólo cuentas con la fuerza bruta y la suerte, que a la larga se puede terminar.
Rizzo rechinó los dientes, cada vez más y más molesto, exclamando de seguido.
-¡Me dan igual tus estrategias, te derrotaré igualmente! ¡Vamos, riolu!
Ambos pokémon se enfrentaron con la mirada, la tensión se podía palpar en el ambiente tanto por parte de los entrenadores como de los pokémon, contagiados por ese mismo ardor.
-¡Ataque rápido!
-¡Bloquéalo!
Riolu se lanzó el primero al ataque, pero lillipup contraatacó lanzándose también y consiguiendo bloquear el golpe.
-¡Avivar!
-¡Amago!
Lillipup fue más rápido y se envolvió en un aura rojiza, subiéndole sus características de ataque; acto seguido, riolu hizo un ademán de ir a atacar y le golpeó cuando menos se lo esperaba, pero apenas le hizo gran cosa.
-¡Derribo!
El pokémon normal atacó justo después, el golpe fue contundente, empujando a riolu hacia atrás; fue tan fuerte que el propio lillipup salió regolpeado en el proceso, pero eso no le paró, estando encima de él sin dejar de presionar en todo momento.
-¡No te rindas, ve a por él! ¡Palmeo!
Riolu echó a correr con su pata derecha preparada; cuando estuvo a medio centímetro de él la echó hacia delante para atacar, pero en ese momento Cheren ordenó.
-¡Mordisco!
Lillipup no lo dudó ni un instante y se tiró a mordisquear la pata de riolu, imposibilitándole atacar.
-¡Agh, záfate de él!-masculló Rizzo.
-¡No le dejes, aprieta!
El pokémon normal incidió en el mordisco y riolu se estremeció del dolor, echándose hacia atrás ligeramente intimidado por la fiereza que esgrimía.
-¡Quítatelo de encima, deshazte de él!-insistió su entrenador.
En un intento por que le soltara, riolu llevó toda su fuerza a su brazo y se puso a dar vueltas sobre sí mismo, arrastrando a lillipup en el proceso; aun a pesar de que el pokémon normal no dejó de morder en ningún instante, eventualmente se acabó mareando con tanta vuelta y se vio obligado a soltarlo, saliendo volando y cayendo al suelo estrepitosamente.
-¡Ataque rápido, ahora!
-¡Contrataca con derribo!
Lillipup se puso en pie enseguida y se lanzó con fuerza, al tiempo que riolu también se lanzaba para atacar; el resultado fueron dos fuerzas colisionando y bloqueándose mutuamente, los dos pokémon cayeron al suelo de pie, jadeando debido al cansancio.
-¡Me estás dando mucha cancha! ¡Vamos a terminar de una vez, avivar!-exclamó Cheren.
Lillipup se envolvió en un aura rojiza una vez más, aumentando por segunda vez su ataque drásticamente; Rizzo mantuvo en todo momento cara de póquer, pero enseguida pudo ver que había peligro.
-Mierda… si le toca, se acabó…
-¡Y termina con derribo!-masculló Cheren, encendido.
Lillipup se lanzó con fuerza y se dirigió directo hacia riolu, el cual se preparó para recibirle.
-Pues en ese caso… ¡palmeo con todas tus fuerzas!-exclamó Rizzo, igual de exaltado.
Riolu se echó a la carrera también y preparó su pata derecha; parecía que los dos pokémon nunca se iban a encontrar, pero a la mitad de campo se dio el esperado encontronazo. Riolu posó su mano en su cabeza mientras que lillipup embistió con dureza.
El súbito encuentro de fuerzas provocó una abrupta explosión que extendió una densa nube de humo y polvo que les cubrió durante un buen rato; una vez que el polvo se posó, tanto riolu como lillipup seguían en pie a duras penas, con las piernas flaqueándoles.
-Diablos, es más duro de lo que aparenta… ¡venga, remata con placaje!-exclamó Cheren.
Sin embargo, y para su mala sorpresa, lillipup no fue capaz de moverse al estar rodeado de chispas eléctricas, evidenciando entonces su estado.
-¡No, paralizado no!-masculló el líder.
-¡Ahora, riolu, ataque rápido!
Reuniendo las fuerzas que le quedaban, riolu echó a correr y consiguió embestir de lleno al pokémon normal, lanzándole a los pies de Cheren, y cayendo completamente exhausto.
-¡Lillipup!
-¡Lillipup está fuera de combate, riolu es el ganador! ¡La victoria es para el aspirante Rizzo de Ciudad Engobe!-anunció el árbitro, sentenciando el encuentro.
-¡Sí! ¡Bien hecho, riolu, sabía que lo conseguiríamos!-exclamó el chico, satisfecho.
Una vez más, el pokémon lucha subió por su pierna hasta el hombro y una vez allí se durmió, ya que estaba agotado. Rizzo lo recogió y Cheren hizo lo mismo con su pokémon mirando al chico de mala gana, pero le había vencido y las reglas eran las reglas. Se ausentó un momento y regresó con una bandejita.
-Rizzo… no me gusta tu forma de ser lo más mínimo ni tu técnica tan pasiva. Pero te ha funcionado. Como reconocimiento de tu victoria te hago entrega de la medalla base-murmuró el líder secamente.
-Te lo dije… di lo que quieras acerca de la estrategia y todo eso, pero yo siempre tengo en mente una cosa cuando combato: la victoria. Eso es lo que me da fuerzas.
Ante eso Cheren esbozó el ceño con gesto muy poco convencido, a lo que entonces murmuró.
-Ya, yo también entonaba esa cantinela cuando tenía tu edad. Pero con el tiempo y viajando aprendí que no todo en esta vida es llegar a ser el más fuerte, sino aprender por el camino y saber lo que hacer con la fuerza obtenida, por eso decidí dedicarme a la enseñanza y ser líder de gimnasio en cuanto Aloe se retiró. Ojalá aprendas y madures en tu viaje… pero teniendo en cuenta cómo eres, dudo mucho que eso pase.
-¿Qué eres ahora, mi padre? Guárdate tus lecciones para tus alumnos, a mí me dan igual.
Y, tras esas palabras, Rizzo se marchó de allí sin volver a mirar atrás. Cheren simplemente negó con la cabeza, regresando con sus alumnos.
Una vez fuera del gimnasio se pasó por el centro pokémon para curar a su equipo antes de marcharse. En cuanto estuvo listo, y tras unas compras de última hora en la zona comercial del centro, se dirigió a la salida, aunque al pasar al lado de los baños se encontró con su madre saliendo de éstos con varias toallas usadas; quiso pasar de largo, pero ella ya le había visto, dirigiéndose a él directamente.
-Oh, hola cariño… ¿qué tal? ¿Qué haces aquí?
-He ganado al líder, me iba ya-anunció él, secamente.
-¿De veras? Vaya, qué rápido… ¿me dejas ver la medalla?-pidió ella con suavidad.
Rizzo la miró de soslayo, como si se lo estuviera pensando mejor, pero al final sacó el estuche y se lo mostró.
-Oh, qué bien, enhorabuena… ¿qué pokémon has atrapado?-inquirió entonces ella, tratando de darle conversación.
-Un riolu.
-¿De veras? No es muy común aquí en Teselia ¿Me dejas verlo?-murmuró la mujer, pero Rizzo la cortó rápidamente.
-Me tengo que ir ya, tengo prisa.
Y, tras esas palabras, la dio la espalda y se puso a caminar.
-Buen viaje, ve con cuidado, llámame…
Sin embargo su hijo no la dijo nada más y desapareció tras pasar por la puerta principal. La mujer dibujó un gesto apenado en su rostro, al tiempo que veía por el rabillo del ojo como otras compañeras cuchicheaban a sus espaldas. Aun así no las tomó en cuenta, asiendo las toallas y llevándoselas a la lavandería, aunque no pudo evitar escuchar retazos de su conversación al pasar a su lado.
-¿Has visto cómo la trata su propio hijo? Valiente desvergonzado, soy yo y le arreo unos guantazos para que se le quite la tontería enseguida…
-Desde luego, menuda pieza… ¿es que acaso no habla con su marido? El mío le pondría las pilas muy rápidamente…
Aceleró el paso para llegar cuanto antes a su destino, echando las toallas a la cesta de la ropa sucia una vez allí; al verse sola, se permitió el lujo de soltar un quebrado suspiro. Nunca había sido fácil para ella. Después de todo, no había tenido a nadie más. Quizás el viaje podría venirle bien.
Rizzo volvió tras sus pasos rápidamente y llegó a pueblo Ocre en torno a la hora de comer; antes de entrar en el pueblo, pasando por el mismo sendero, se reencontró con Mirto como la primera vez, estando subido en lo alto del cerro.
-¡Rizzo, muchacho!-le saludó al verle.
Bajó de un solo salto hasta su lado, observándole atentamente y murmurando de seguido.
-A juzgar por tu cara, tienes toda la pinta de haber ganado al líder de Engobe, Cheren…
-Pues sí, mire-asintió él, enseñándole la medalla.
-Claro que sí… felicidades, muchacho.
-Gracias.
-¿Sabes? De alguna manera supe que ibas a ganar, algo me lo decía. Y sin apenas entrenar, qué curioso…
Ante eso Rizzo esbozó un gesto un tanto molesto, recordando entonces las palabras de Cheren y espetándole de seguido.
-¿Es que no sabe decir otra cosa? Parezca que me lo esté echando en cara cada vez…
-¡Para nada, muchacho! Es sólo que me llama mucho la atención ya que nunca antes me había topado con alguien como tú, eso es todo.
Aun a pesar de sus conciliadoras palabras el chico no se quedó del todo convencido, murmurando rápidamente.
-No hace falta que sea tan condescendiente conmigo…
-No era mi intención para nada, aunque ¿puedo hacerte una pregunta?
Ante eso Rizzo levantó una ceja con gesto inquisitivo, a lo que Mirto murmuró de seguido.
-Está claro que eres un chico con mucha garra y que te gusta hacer las cosas a tu forma, sin duda apuntas maneras, y si has empezado a viajar asumo que es porque apuntas al campeonato. En tal caso ¿qué es lo que te motiva a hacer el viaje?
Eso cogió un poco desprevenido al muchacho, que por un momento no supo muy bien qué contestar. Sin embargo enseguida tuvo algo que decir al respecto.
-Si estoy de viaje es por la oportunidad, eso es todo. Por aquí no hay mucha gente que salga de viaje y la mayoría prefiere asentarse, pero yo paso de todo eso a decir verdad. Conseguí un pokémon gracias a que mi madre intercedió por mí, y ya que estoy, llegaré hasta donde haga falta.
Las cejas de Mirto se alzaron en un gesto visiblemente sorprendido, comentando de seguido.
-Qué inesperada respuesta… realmente curioso, nunca antes había visto ni oído a alguien que lo dejara todo al azar. Es muy, pero que muy curioso…
Para entonces Rizzo comenzaba a impacientarse, cada vez más y más molesto por los comentarios de ese hombre, entendiéndole aún menos. Si bien en un primer momento parecía estar dispuesto a aceptarle, sus constantes dimes y diretes que no parecían llegar a ninguna parte comenzaban a sacarle de sus casillas, cosa que se lo hizo saber rápidamente.
-Oiga ¿a cuento de qué viene todo esto? No deja de repetir lo mismo una y otra vez, con esa actitud tan paternalista, y le voy a ser sincero, me está empezando a cansar…
-Vaya, realmente eres un chico de lo más rígido ¿eh? Está bien, después de todo así son las cosas…
-Pues sí, así son las cosas, y dado que esta conversación no parece ir a ninguna parte, yo me voy a ir yendo ya antes de que me acabe muriendo del asco hablando con usted.
Ante eso, y lejos de reaccionar negativamente ante tan airada respuesta, Mirto esbozó una sonrisa al tiempo que le dijo.
-De acuerdo, que te vaya muy bien en tu viaje, suerte en tus combates de gimnasio.
Descolocado por la respuesta, ya que no se esperaba para nada esa salida por su parte, Rizzo no dijo nada más y se marchó de allí rápidamente.
Mirto le observó irse y, una vez solo, murmuró por lo bajo.
-Todo el mundo tiene su forma de ver la vida… aun te queda mucho por aprender, Rizzo. Hasta entonces, sigue buscando.
Llegó a pueblo Ocre rápidamente y, como empezaba a tener hambre, se detuvo un momento en el centro pokémon para comer antes de seguir. Fue entonces allí, en la cafetería, cuando se encontró con alguien a quien no pensaba que volvería a ver.
-Hola, guapo, menuda nochecita me diste ayer… ahora que lo pienso no me dijiste tu nombre…
-Ni falta que hacía-contestó él, tajante.
Ese exabrupto dejó un tanto cortada a la chica, la cual inquirió no muy segura al respecto.
-¿Qué? Pero… bueno, yo pensaba que…
-¿Qué pensabas? ¿Que íbamos a ser felices y comer perdices como en los putos cuentos de hadas que tanto te gustan? Si es así eres más ingenua de lo que en un principio pensé…
La muchacha se quedó en el sitio, sin saber muy bien qué decir de buenas a primeras y con una cara que parecía un poema. En un momento dado, logró murmurar.
-Entonces… anoche no pasó nada…
-Je, nada de lo que yo ya me sepa…-agregó Rizzo, con una sonrisita.
Fue entonces cuando ella reaccionó y le sacudió un sonoro sopapo, taladrándole con un gesto lleno de asco y rencor, espetándole de seguido.
-Eres un gilipollas.
Y, tras eso, se largó con viento fresco y pisando fuerte. El chico se frotó la mejilla derecha, lugar del bofetón, y continuó comiendo tranquilamente, como si nada hubiera pasado, y una vez que terminó se fue de allí. Después de todo estaba de viaje, y debía continuar hacia su siguiente medalla.
¡Más Pokémon! Estoy inspirado, así que continuaré, había pensado en parar aquí con la primera medalla, pero voy a seguir mientras la cosa fluya. Ahora hablemos del capítulo.
La batalla de gimnasio está bastante íntegra a cuando la escribí en su momento, con los líderes de gimnasio nuevos seguiré un esquema similar a los de la anterior historia, mientras que con los ya conocidos ahí sí que meteré algo más de variedad y novedad, para mostrar que el paso del tiempo los ha vuelto más fuertes, así evitaré tener que copiar del todo el mismo esquema que usé en su día en Sueños Rotos.
Por otro lado, está el tema del estilo de combate de Rizzo, que no se apoya ni en la estrategia ni en ninguna otra cosa antes vista, sino más bien en el azar, confiando de cierta forma en la fuerza natural de sus pokémon para ganar. Ya habéis visto que el chico no sólo es un mujeriego, sino que también es vago, informal y muy jactancioso, lo que le hará chocar con todos y cada uno de los líderes de gimnasio con los que se vaya encontrando. No os vais a aburrir con él, aunque seguramente no os caiga especialmente bien, pero bueno, es parte del proceso, así que paciencia.
Y nada más de momento, esperad el siguiente más pronto que tarde, comentad, dejad reviews y todo eso. ¡Nos leemos!
