Capítulo 6

Dando la nota

A la mañana siguiente, Rizzo se despertó temprano para poder combatir a la líder de gimnasio; desayunó rápido y se dirigió a no más tardar al gimnasio, pero encontrarlo fue más complicado de lo que pensó que sería en un principio. Tuvo que preguntar a un chico con pintas de metalero y le guió encantado; para su sorpresa, se encontró con un estrecho y triste callejón de mala muerte que daba a una puerta descolorida con el signo de los gimnasios de Teselia encima del dintel.

-Ahí lo tienes, colega, pero si vienes al concierto vas a tener que esperar hasta esta noche…-comentó en ese momento el metalero.

-¿Concierto? ¿Hasta la noche dices?-inquirió Rizzo, temiéndose lo peor.

-Claro, la líder no toca hasta las once y media que es cuando empieza, ahora mismo deben de estar preparándose. Nos vemos-se despidió el metalero, yéndose calle abajo.

Para cerciorarse, Rizzo se acercó hasta la puerta para leer un comunicado oficial pegado en la misma en el que se podía leer: Por motivos personales cierro el gimnasio durante todo el día para prepararme para el concierto de esta noche; para los aspirantes, siento las molestias causadas, para mis fans: ¡Os espero esta noche! Firmado, Hiedra, la líder del gimnasio.

-Hiedra… un momento ¿no sería esa misma chica que vi discutiendo aquella noche con su padre?

Pero en ese momento Rizzo estaba demasiado enfadado como para hacer memoria; había madrugado para eso mismo y ahora se encontraba con que el gimnasio estaba cerrado durante todo el día por un estúpido concierto de metal. Y él no tenía intención de esperar ni un solo día más en ese intento de ciudad. Indignante, simplemente indignante. Se fue de allí dando largas zancadas, con un cabreo importante presente y aguantándose las ganas de patear todo lo que se le ponía por delante.

Atravesó toda la ciudad de sur a norte hasta lo que parecía unos estudios cinematográficos situados no muy lejos de la ciudad; en una entrada que se asemejaba mucho a la de los estudios Universal, encima del dintel del arco de entrada se podía leer: Pokéwood. Y es que la industria cinematográfica era una de las tantas que estaban al alza en esa parte de China de un tiempo a esta parte. Inspirándose tanto en el propio Hollywood americano como en el Bollywood indio, el país quería marcarse otro tanto con el cine, con la ligera diferencia de incluir en sus repartos a pokémon para que se diferenciara del cine convencional, haciéndoles partícipes en los guiones y mostrando batallas en pantalla junto a la propia historia. Desde su puesta en marcha hacía ya diez años atrás había ido creciendo exponencialmente, ganándose cierto reconocimiento internacional.

Pero apenas prestó atención a casi nada de lo que había alrededor puesto que vio a cierta persona que lo acaparaba todo; y esa era ni más ni menos que la única mujer que todavía no había caído en sus brazos. Era LA mujer.

-Nanci…-musitó el chico al verla.

De golpe y porrazo sus ánimos se renovaron, olvidando el combate de gimnasio y preparándose mentalmente. Como la primera vez que la vio, se encontraba de espaldas a él sosteniendo en sus brazos ese extraño dispositivo táctil y portátil con el que parecía estar muy entretenida; preparó bien todas sus armas de seducción para volverlo a intentar las veces que hiciera falta y se acercó a ella con paso recto y decidido. Pero de alguna forma, Nanci debió de oírle acercarse y se dio la vuelta justo cuando él ya estaba a su lado, reaccionando de seguido.

-No me lo puedo creer…

-Lo sé, lo sé, no hace falta que me lo digas, me viene de nacimiento… soy como soy y ésta vez no voy a aceptar un no como respuesta.

-Pues ya te lo puedes ir tragando.

La chica recogió sus cosas a velocidad record con intenciones de irse, pero antes de que eso sucediera, el chico la detuvo cogiéndola del brazo.

-¡Un momento!

-¡Suéltame, suéltame o te…!

-¿O qué? ¿Me pegarás? ¿O quizás no harás nada?

Como respuesta Nanci le golpeó con la rodilla derecha en la entrepierna, haciendo que el chico se doblara de dolor ante ella hasta caer al suelo.

-Eso es un golpe bajo…-musitó él, con voz aflautada.

-No, eso es por gilipollas, no por otra cosa. Me largo, no puedo estar aquí contigo cerca.

-Espe… ra…

-Sí, esperaré cuando los wailord canten por seguiriyas-murmuró la chica, cínica.

-No te puedes ir…-insistió él, cogiéndola del tobillo.

Como respuesta la chica le rechazó con un seco golpe en todos los morros con su zapatilla que le dejó tirado en el suelo, aún más magullado si cabía y lamentándose abiertamente. Nanci se dio la vuelta para marcharse, pero por alguna extraña razón la chica se detuvo y le miró de reojo, echado en el suelo y reposando el dolor, con la cara algo magullada. Por un momento le contempló, como si no estuviera del todo segura, pero finalmente se dio la vuelta y se agachó ante él mientras comentaba.

-Quizás me pasé un poco...

-¿Un poco, dices?-musitó el chico, aún tocado.

-Espera, recuéstate.

Antes de que Rizzo dijera nada, ella se sentó sobre los talones y apoyó la cabeza del chico sobre sus piernas, al tiempo que sacaba unas toallitas húmedas de su bolso. Le limpió las heridas de la cara y las trató un poco con gasas y agua oxigenada; una vez que terminó, inquirió.

-¿Ya no te duele?

-Sólo cuando me rio-murmuró él, algo adolorido.

-Qué gracioso eres…

-Sí, suele ser en momentos como estos cuando más me da la vena cómica… sentir dolor en las partes es inspirador.

Para su sorpresa Nanci se rio, divertida, y el chico la miró con atención por primera vez; tenía una sonrisa muy tierna, enseñando unos dientes blancos y rectos. Pero él no era de esos en los que se fijan en pequeños y nimios detalles, por lo que desechó la observación al tiempo que comentaba.

-Eres una chica rara…

-¿Y eso por qué?-inquirió ella, extrañada.

-Hombre, a ver, primero me das una patada en los huevos y luego me pateas la cara, para luego pensártelo mejor y ayudarme. Normalmente cuando se da una patada en los huevos uno no se retracta; yo no lo haría.

Nanci se lo pensó bien antes de hablar hasta que finalmente murmuró.

-Bueno, lo de la patada te la merecías por gilipollas… sigo pensando que eres un gilipollas. Pero lo de la cara sobraba, claro… ahí me crecí demasiado. Aun así sigo pensando que te la merecías, por capullo.

-¿Es que ahora es de capullos intentar cortejar a una dama?-inquirió el chico, melodramático.

-No tengas tanta jeta que ibas a lo que ibas, tío. Te tengo calado, listillo…

-Pues este listillo tiene pensado cortejarte cueste lo que me cueste… ¿lo puedo volver a intentar?

-No-soltó ella, con expresión plana.

-¡Vamos! ¿Por qué eres tan estrecha?

-En primer lugar, no soy estrecha…

-¡Ja!

-En segundo lugar, no soy ni el segundo ni el tercer plato de nadie…

-¿Quién ha hablado de ningún plato?-inquirió el chico, haciéndose el tonto.

-Y en tercer lugar, que te quede bien claro, no soy como tus otras chicas ¿vale? Te lo dije en su día y te lo vuelvo a decir, si quieres.

-Ha pasado ya tanto tiempo… me viene bien recordar las cosas, a decir verdad.

-Pues eso, que no soy ninguna facilona-repitió ella, con voz queda.

-Bueno, eso está claro. Tengo una duda, aunque me da palo decirla en voz alta…-murmuró el chico en ese momento, como quien no quiere la cosa.

-Eres como un niño.

-Pues sí… ¿podrías acercarte?

Conocía muy bien la técnica y casi siempre funcionaba; Nanci dudó por unos segundos, aunque al final se inclinó sobre él. Al segundo siguiente él se tiró a sus labios, pero ella reaccionó enseguida e interpuso la mano a tiempo, fallando el intento. Nanci le empujó la cara hacia atrás al tiempo que le gritaba.

-¡Eres un cerdo!

-¡Tenía que intentarlo!-exclamó el chico.

-¡Eres un imbécil sin cerebro, no sé para qué me apiado de ti! ¡Baboso, salido de mierda! ¡Todos los tíos sois iguales, no os soporto!

Se levantó muy airada y él la imitó, inquiriendo de seguido.

-¿Me das tu número de videoemisor y hablamos?

-¿¡Tú te crees que soy tonta!? ¡Vete a la mierda!-le espetó, antes de irse a zancadas de allí y muy enfadada.

Rizzo la observó marcharse hasta que finalmente la perdió de vista dirigiéndose hacia ciudad Hormigón; lo había intentado, pero no desesperaría, con un poco más de insistencia y paciencia conseguiría sus propósitos. Por esta.


Nanci sentía como le hervía a la sangre y ésta se desplazaba muy rápidamente hasta la cabeza, haciendo que ardiera de rabia; ese imbécil redomado… le daba una ínfima oportunidad y él la desperdiciaba cinco minutos después. No sabía ni para qué lo intentaba, ese tipo de personas no se podían enderezar ni con calzador. Iba tan enfadada y pensando en sus cosas, que al torcer la esquina en dirección hacia el centro pokémon se chocó de bruces contra alguien.

-¡Uy, perdón, lo siento!-masculló ella.

-No, lo siento yo, no miré por donde iba.

Nanci levantó la vista y vio entonces a un chico de ojos color carmesí, pelo en pincho y tintado de azul, con una mirada penetrante y muy profunda; ella quiso contestar, pero por un momento se quedó muda, incapaz de decir nada más.

-¿Estás bien, te he hecho daño?-inquirió él, preocupado al ver que no reaccionaba.

-¿Eh? Ah, no, no, para nada, qué va… estoy bien, sí, estoy bien…-murmuró ella, reaccionando de seguido y tratando de ocultar como podía un incipiente sonrojo.

-Ah… es que como te vi que te quedabas tan callada…-explicó el chico, pero enseguida se dio cuenta de quien se trataba, pensando de seguido.

-Espera un momento… ¿Ésta no es la tía que le dio calabazas a Rizzo?

-No, es que iba pensando en mis cosas, nada más… hay mucho tonto suelto y soy alérgica…-murmuró ella, un tanto azorada y con mucho salero.

-Entiendo…

Los dos se rieron del comentario bastante tontamente, por un instante la chica se le quedó mirando al igual que él, que no dijo nada. Hubo un breve y un tanto incómodo silencio entre los dos hasta que finalmente ella decidió romperlo presentándose.

-Ah, perdona, con las prisas no me he presentado… soy Nanci.

-Matís, encantado.

-Igualmente… ¿haces algo esta tarde, Matís?-inquirió ella en ese momento.

-Ah, pues… no, la verdad es que no…

-¿Qué te parece entonces si quedamos y hacemos algo divertido?-sugirió ella, como quien no quiere la cosa.

Por un momento el chico se quedó callado sin saber muy bien qué responder, sin embargo, y al ver la animada sonrisa en el rostro de la chica, finalmente murmuró.

-Ah, vale… sí, de acuerdo, no tengo mucho que hacer…

-¡Genial! Pues te espero a las cinco en el Pokéwood ¿lo conoces, te gusta el cine?-inquirió ella.

-Sí, claro ¿a quién no le gusta una buena peli del Pokéwood?

-Pues sí, son todas muy buenas… pues allí te espero ¿vale? Dame un toque cuando llegues.

Se intercambiaron los números del videoemisor y se despidieron antes de que Nanci desapareciera en dirección hacia el puerto.

-Como Rizzo se entere de esto me entierra vivo…-pensó Matís, un tanto preocupado por eso mismo.

A decir verdad no se consideraba un chico problemático, al contrario que su amigo, pero por alguna razón quiso dar a la chica una oportunidad, por lo que se pasó por allí esa misma tarde a la hora convenida. Lo cierto era que nunca antes había tenido una cita con una chica y estaba un tanto nervioso al respecto, aun así hizo de tripas corazón y se adentró en el amplio complejo del Pokéwood.

Nada más entrar, a mano derecha, había una amplia plaza con una fuente en el centro que servía como punto de reunión tanto para trabajadores como visitantes; a mano izquierda había una serie de caravanas para los actores aparcadas, así como maquetas a escala tanto del puente Saeta y el Real Teselia. Al fondo del todo a mano izquierda se podían observar los estudios propiamente dichos, donde se realizaban y rodaban las películas, y a mano derecha había un gran cine donde se proyectaban las películas en grandes preestrenos antes de lanzarse en el resto del cantón.

Matís estuvo buscando a Nanci entre el gentío, encontrándola cerca de la plaza apoyada en una palmera; al verle, la chica esbozó una gran sonrisa al tiempo que le saludaba.

-¡Hola!

-Hola, ya estoy aquí…

-Qué bien, pensaba que a lo mejor no vendrías…

-¿Y eso?-inquirió él, extrañado.

-Ah, bueno, pensé que a lo mejor fui muy directa contigo, después de todo nos acabamos de conocer…-murmuró ella, algo cortada.

-No, está bien, no pasa nada… podemos conocernos ahora, si quieres…-añadió él, también algo azorado.

-Claro…

El silencio posterior fue breve pero algo confuso por parte de ambos, pero en ese momento la chica comentó.

-Por cierto, he estado curioseando un poco antes por ahí y andan buscando a entrenadores para que rueden ellos las escenas de combate y acción con pokémon, he pensado que nos podríamos apuntar…

-¿En serio? ¿Ya se puede hacer eso?-inquirió el chico, sorprendido al respecto.

-¡Sí! Dado que los actores no suelen tener mucha idea de entrenamiento, dejan que sean entrenadores los que rueden dichas escenas, actuando de dobles, y luego retocan un poco los rasgos y otros detalles en posproducción para que no se note. No nos pagan nada, eso sí, pero nos dan de comer gratis. ¿Vamos?

-Está bien, suena divertido…

Se dirigieron a los estudios y, una vez allí, los aceptaron rápidamente y sin muchos miramientos, poniéndoles a grabar enseguida; se tuvieron que vestir de manera determinada, incluso con pelucas de distintos peinados y colores, y les maquillaron un poco para que no se notara mucho el cambio entre ellos y los actores a los que doblaban. Luego, para las escenas de combate, usaron pokémon prestados que pertenecían a los estudios, el director les estuvo explicando un poco al respecto.

-Vale, para esta escena quiero un empate técnico ¿de acuerdo? Y nada de medias tintas o tirarse a la vez, quiero un KO mutuo real que se sienta a todos los niveles ¿creeis que podréis hacerlo?

-Sin problema-murmuró Nanci, preparada.

-Sí, no será muy complicado-asintió Matís, decidido.

-Muy bien, a mi señal… ¡Silencio, se rueda! ¡Acción!

Los pokémon que les prestaron para la escena destacaban por ser de especies muy exóticas, al menos en Teselia, además de ser particularmente fuertes para el nivel de Matís, aunque Nanci se desenvolvió mucho mejor usando a un sneasel, mientras que el chico la hacía frente con un heracross.

-¡Finta!

-¡Intercéptalo con cornada!

Ambos pokémon demostraron una fuerza considerable logrando bloquearse mutuamente, aunque enseguida volvieron al ataque con todo lo que tenían.

-¡Golpe aéreo!

-¡Demolición!

Ésta vez sneasel fue el primero en atacar, logrando asestarle un fuerte golpe a su contrincante, al tiempo que heracross hacía lo propio logrando alcanzarle de refilón; tal fue la fuerza esgrimida por ambas partes al hacerlo que los dos cayeron KO al mismo tiempo, cayendo al suelo duramente y dando por finalizada la escena.

-¡Y corten! ¡Perfecto, eso es lo que buscaba, bien hecho, tenéis madera!-exclamó el director, satisfecho.

-Muchas gracias, ha servido de entrenamiento-murmuró Matís.

-Vaya, estos pokémon son muy fuertes…-comentó Nanci en ese momento.

-Sí, han sido cuidadosamente entrenados y traídos de sus respectivos lugares de origen para que rindan como deben en las escenas de combate, es una política muy estricta del estudio y se lleva a rajatabla siempre. Muchas gracias por vuestra ayuda, aquí al lado teneis el catering, podéis coger lo que queráis.

Devolvieron los pokémon a los ayudantes de producción, los cuales se los llevaron a un almacén cercano, y luego dieron buena cuenta del catering comiendo un poco de todo.

-Bueno, comida gratis siempre es bien-murmuró Matís en ese momento.

-Sí, es una buena motivación-asintió Nanci.

Los dos se rieron tontamente, sin saber muy bien qué decir a continuación sin sonar demasiado azorados. Fue el chico quien rompió el hielo, murmurando de seguido.

-Entonces… ¿tú también estás de viaje?

-Ah… sí, podría decirse que sí…

-Ya veo ¿de dónde eres?

-No soy de aquí, estoy de visita.

-Oh, ya veo, por eso tienes más nivel… no me lo niegues, manejaste muy bien a ese sneasel-murmuró él, interesado.

-Sí, algo de experiencia tengo… ¿tanto se me nota?

-Un poco… quizás te pida entrenar más adelante si tú también vas a retar los gimnasios.

-¿Ah, sí? ¿Y eso?-inquirió Nanci, curiosa al respecto.

-Es una cuestión personal, por así decirlo, pero deseo hacerme más fuerte… mucho, mucho más fuerte. Hay algo que quiero recuperar a toda costa y para ello necesito entrenar a tope todo lo posible. He visto que tienes nivel y por eso te lo he pedido… sólo si tú quieres, claro, quiero decir…

Por un momento el chico se quedó un tanto cortado, a lo que ella esbozó una divertida sonrisita, al tiempo que decía.

-Por supuesto, yo encantada de ayudarte.

-Muchas gracias…

El silencio posterior fue mucho más relajado, dando espacio a otros temas de conversación y conociéndose un poco mejor. Nanci era una chica alegre y extrovertida, con cierto lado muy dulce y de actitud serena y algo seria en ocasiones, pero sin perder ese lado tierno. Fue una agradable sorpresa para Matís, puesto que de alguna manera se esperaba a alguien más dura e inflexible, sobre todo teniendo en cuenta cómo manejó aquella vez a Rizzo. Ni siquiera ese detalle que tanto apuro le daba antes le molestó en ningún momento, disfrutando de su compañía.

Cerca de las nueve los estudios cerraron y los dos se encaminaron hacia la salida, en un momento dado Nanci comentó.

-Eres un chico majo, Matís, me has sorprendido…

-¿Y eso por qué?-inquirió él, curioso.

-Pensaba que todos los tíos erais iguales, pero me has demostrado todo lo contrario. Últimamente me he estado encontrando con un baboso que sólo quiere revolcarse conmigo, el tío es un asqueroso, pero tú… me tratas con respeto. Gracias.

-Ah, entiendo… es lo menos que puedo hacer, quiero decir… yo no soy así después de todo.

Ante esa respuesta la chica esbozó una sincera sonrisa, a lo que él la respondió con el mismo gesto. Hubo otro silencio más relajado y casual, siendo roto por ella mientras comentaba.

-Me lo he pasado muy bien…

-Yo también.

-¿Quieres repetir? ¿Mañana por la mañana a primera hora aquí? Así entrenamos un poco también.

-Vale, genial, me apunto.

-Genial, mañana te veo. Adiós, Matís.

-Adiós, Nanci, buenas noches.

La chica se marchó y él la observó irse hasta que la perdió en la distancia. El chico dibujó una sonrisita en su rostro, tratando de no pensar en el hecho de que había ligado con la misma chica que Rizzo había intentado conquistar con desastrosos resultados. Mientras no se enterara, no tendría que pasar nada.


Esa misma noche, después de varias aburridas horas en las que Rizzo no hizo absolutamente nada, ni siquiera entrenar, se dirigió al gimnasio después de cenar, aunque supiera de antemano que estaba cerrado; sabía que había concierto, pero no le importaba, tal vez incluso fuera bueno, quien sabía.

-Más le vale a esa líder de gimnasio que la cosa merezca la pena…-pensó él, mientras bajaba unas escaleras igual de estrechas y cochambrosas que el pasillo que daba a la puerta de entrada.

Desde donde se encontraba podía oír música un tanto apagada debido a que la puerta de acceso, similar a la de una salida de emergencia, impedía que fuera más allá; abrió una de ellas y vio a un montón de gente congregada ante un escenario, en el cual la líder, Hiedra, tocaba un bajo de colores morados y vocalizaba las canciones. Su grupo consistía en un batería calvo con pintas de macarra, una chica que tocaba la guitarra eléctrica y con pintas de gótica y ella misma. Hiedra cantaba la mayoría de las letras, pero a veces también la apoyaban tanto la gótica como el calvo en algunas estrofas. Parecía que había llegado algo tarde, ya que según le contaron llevaban casi una hora de concierto; en cuanto Hiedra acabó con la última estrofa de esa canción, todos menos Rizzo aplaudieron a rabiar.

-¡Gracias, gracias a todos, chicos, me encanta veros así de animados! ¡La noche no ha hecho nada más que empezar y vamos a estar a tope hasta las tantas! ¿¡Estáis conmigo?!-chilló ella, como loca.

Todos exclamaron un sonoro sí que debieron oír todos los vecinos, a juicio de Rizzo. Hiedra comenzó a tocar con su bajo, al tiempo que el calvo macarra la acompañaba con la batería.

-¡Vamos ésta vez con quizás mi canción favorita, está dedicada a mi querido koffing, como bien sabéis! ¡Bendigo el momento en el que decidí capturarlo! ¡Vamos allá!

Fue justo cuando comenzó a cantar la siguiente canción, una mezcla un tanto curiosa de metal y rock.

Es redondo, es oloroso, es tóxico, como mi pasión; rueda y rueda sin parar, sin cansar, sin apurar, va a tope, ¡cómo no! ¡Es venenoso, como yo! ¡Es audaz, lanzado, va sin pensar! ¿Qué más? ¿Qué hay? ¡Nubes odorantes, eso hay! ¡Es un obús, bala de cañón, imparable, incansable! ¡Es genuino, es esencial, es algo excepcional! ¡No te lo digo, lo has de acertar! ¡Y su nombre dice: K-O-F-F-I-N-G! ¡Koffing!

-Madre mía de mi vida y de mi corazón… qué basura…-musitó Rizzo, sin creérselo.

Nunca le había gustado el metal ni el rock, pero es que ahora tenía muchos más motivos para hacerlo. ¿Para esto tenía cerrado el gimnasio? ¿Para desperdiciar horas y horas berreando sin parar?

-No te lo crees ni tú… voy a tener batalla de gimnasio ahora mismito como que me llamo Rizzo-se dijo el chico, convencidísimo al respecto.

Empezó a atravesar toda la marea de gente que tenía delante suyo para llegar al otro lado del enorme lugar, junto al escenario; casi no había vigilancia, tan sólo un gorilón al que pudo esquivar sin ningún problema, por lo que colarse tras bastidores fue más fácil de lo que un principio pensó. Pasando tras el telón, siguió los cables de la guitarra y el bajo hasta el amplificador, donde todo estaba muy ordenadito y bien colocado; el panel entero estaba casi cubierto por clavijas enganchadas, vio el cable de la corriente conectado a la pared y varios reguladores de potencia ya marcados, así como los niveles de hertzios controlando la situación. Buscó el cable general hasta encontrarlo, lo siguió hasta que finalmente encontró la clavija, era justamente la del centro; Rizzo sonrió al tiempo que la cogía y al segundo siguiente la desenchufó de su sitio anunciando por lo bajini.

-Se acabó la fiesta.

El amplificador se apagó, y por ende todo dejó de sonar, incluyendo el bajo de Hiedra y la guitarra eléctrica de la gótica. La líder del gimnasio se quedó callada durante unos ínfimos segundos para después gritar como una descosida.

-¿¡Quien ha sido el desgraciado que ha desconectado el cable general del amplificador?!

Todo el mundo se quedó confundido y un tanto molesto, pero en ese justo momento salió Rizzo tras el telón, con el cable de la clavija en su mano y moviéndola en círculos, al tiempo que anunciaba.

-He sido yo.

Hiedra se dio la vuelta y observó a Rizzo detenidamente antes de volver a chillar.

-¡Tú! ¿¡Cómo te atreves a interrumpir mi concierto!?

-¿Concierto? ¿Llamas concierto a semejante show?-inquirió Rizzo, con voz queda.

-¡Es mí concierto, lo he organizado yo, y claro que es tal! ¡De metal/rock! ¿¡Tienes alguna objeción?!-le espetó Hiedra, muy enfadada.

-Sí, la verdad es que sí… el metal no es música, es ruido-anunció el chico, como quien anuncia rebajas.

Todo el mundo se quedó callado durante unos ínfimos segundos antes de saltar encolerizados, llamando de todo a Rizzo. Hiedra le taladró con la mirada, espetándole de seguido.

-Tú, pequeño infeliz… largo de aquí ahora mismo o juro que te encasqueto el bajo.

-Pues verás, yo no me voy puesto que he venido a por una batalla de gimnasio, no a ver cómo una escandalosa como tú se deja la garganta durante varias horas-aseguró el chico, sin alterarse lo más mínimo.

Al oír eso la expresión de la chica cambió ligeramente, como si hubiera tenido una gran idea, al tiempo que murmuraba.

-Ah, así que un aspirante… ya veo, por eso has parado el concierto. Muy bien, hagamos un trato: tendrás tu batalla aquí y ahora, pero si gano yo tendrás que humillarte públicamente delante de mí y de mis fans, retractándote de lo que has dicho y quedándote aquí hasta que yo termine mi concierto.

-Muy bien... y en caso de que el menda gane, tendrás que admitir públicamente y ante todos tus fan y yo que eres una escandalosa que sólo sabe chillar y chillar-impuso Rizzo sus condiciones.

Hiedra le miró como si le quisiera asesinar, pero finalmente aceptó el reto; se colocaron en sus respectivos sitios, vino un árbitro medio dormido y dio comienzo el combate.

-¡Vamos, oshawott!-hizo lo propio él, sacándolo.

-¡Adelante koffing!-exclamó ella, sacando al susodicho.

Dado que nunca antes había visto uno, se informó de seguido.

-Koffing, el pokémon gas venenoso; su cuerpo, con forma de globo, encierra gases muy tóxicos que pueden ocasionar explosiones espontáneas. Estos mismos gases son los que le permiten flotar en el aire.

-Los aspirantes empiezan primero-indicó la líder.

-¡Muy bien! ¡Pistola agua!

Oshawott lanzó un gran chorro de agua que fue directo hacia koffing.

-¡Giro bola!

El pokémon veneno comenzó a girar sobre si mismo muy rápidamente avanzando hacia su oponente, en cuanto enfiló el pistola agua el giro hizo que el agua se deshiciese y el ataque quedó en nada. Al segundo siguiente, koffing cargó contra él, embistiéndole de seguido y lanzándolo hacia atrás.

-¡Concha filo!

Oshawott hizo mano de su vieira y la blandió contra el pokémon veneno, asestándole un par de tajos directos que le hicieron daño.

-¡Buena baza!-indicó Hiedra, jugueteando con las cuerdas de su bajo.

Al segundo siguiente, koffing se adelantó y le golpeó abiertamente con su poroso cuerpo con gran fuerza, haciendo que oshawott soltase la vieira e impidiéndole atacar.

-¡Recupérala, rápido!-masculló Rizzo.

-¡No le dejes, polución!

Koffing soltó una densa nube de humo negruzco tóxico de los orificios de su cuerpo que rodeó a oshawott, haciéndole daño e impidiéndole ir a por su vieira.

-¡Sal de ahí, oshawott!

-¡Ciérrale el paso, giro bola!-indicó Hiedra.

Koffing echó a rodar, pero en vez de atacar rodeó la nube de humo en la que se encontraba el pokémon agua, para imposibilitar que saliese y concentrando aún más el humo; oshawott lo veía todo desde donde estaba y sin casi poder evitarlo respiró el humo tóxico, tosiendo varias veces. Pero para cuando el humo se disipó ya no pudo hacer nada y acabó envenenado.

-¡Mierda!-masculló el chico, con rabia.

-¡Te tengo, pequeño infeliz! ¡Carga tóxica!-exclamó la líder, rascando las cuerdas de su bajo con la púa aun a pesar de que no podía sonar.

Koffing soltó de su boca un chorro de veneno viscoso púrpura que le golpeó de frente, haciéndole un tremendo daño en el proceso. Oshawott se tambaleó por un momento, pero enseguida se puso firme de nuevo.

-¡Haz un esfuerzo! ¡Acua jet!-indicó Rizzo, señalando hacia la vieira.

Oshawott lo entendió y se lanzó desde donde estaba rápidamente, embistiendo a koffing y dejándolo algo mareado por el golpe; acto seguido el pokémon agua siguió atacando, moviéndose todo lo deprisa que podía. Recuperó su vieira yendo a ras de suelo y regresó para golpearle de nuevo.

-¡Eso es, no te pares, concha filo!

En cuanto lo tuvo a tiro, y aún envuelto en el agua de acua jet, le asestó una fuerte estocada en la cabeza.

-¡Buena baza, koffing!-indicó la líder, esbozando en todo momento una sonrisita confidente.

No se hizo de rogar y, desde donde estaba, le embistió con todo su cuerpo con tanta fuerza que el efecto del agua de acua jet se disipó. Oshawott cayó al suelo jadeando.

-¡No te pares, acua jet!

Oshawott fue a atacar de nuevo, pero en ese momento el veneno hizo acto de presencia e incidió sobre él, dejándole clavado en el sitio y sufriendo en sus carnes el efecto.

-¡Oh, sí, adoro este momento! ¡Giro bola!-masculló Hiedra, recreándose con su bajo.

Echando a rodar una vez más, koffing golpeó a oshawott repetidas veces, sin darle tiempo a reaccionar y vapuleándolo en el proceso. El pokémon agua apenas pudo contratacar ni defenderse debido al efecto del veneno, martirizándolo.

-¡Maldita sea, oshawott, muévete! ¡Concha filo!-masculló Rizzo, agobiándose por momentos.

-¡Es inútil! ¡Carga tóxica!-exclamó Hiedra, triunfal.

Ese movimiento fue desencadenante y dejó a oshawott en las últimas; finalmente el veneno hizo el resto y se dejó caer, exhausto.

-¡Oshawott está fuera de combate, koffing es el ganador!-anunció el árbitro, despertando de golpe.

Los fans de la líder de gimnasio aplaudieron a rabiar, coreando su nombre y jaleándola en el proceso.

-¡Eso es, Hiedra, barre el suelo con él!

-¡Que sufra!

-¡Dale una buena lección!

Rizzo recogió a su pokémon sin poder evitar esbozar un sorprendido gesto en su cara y recordando entonces las palabras de Matís. Esa tía iba muy en serio.

-¿Quieres seguir o prefieres rendirte?-inquirió Hiedra en ese momento.

-¡Los cojones! ¡Riolu!-masculló él, sacándolo.

El pokémon lucha hizo acto de presencia y miró fijamente a koffing, desafiándole.

-¡Ataque rápido!

Riolu fue mucho más rápido y golpeó primero, empujando a koffing hacia atrás.

-¡Giro bola!

-¡Apóyate sobre él y palmeo!

Antes de que koffing echara a rodar, riolu se hizo un punto de apoyo sobre su cabeza y le golpeó directamente, mandándolo al suelo debido a la potencia del golpe.

-¡Polución!

-¡Ataque rápido!

Los dos atacaron a la vez, koffing extendió una nube de humo tóxica delante de él al tiempo que riolu se lanzaba desde el aire a golpearlo; atravesó la nube rápidamente y le consiguió golpear con fuerza, empotrándolo aún más en el suelo y formando una gran nube de polvo. En cuanto el polvo se posó de nuevo, koffing estaba tirado en el fondo del hoyo, KO; aunque por su parte, riolu había caído envenenado.

-¡Koffing está fuera de combate, riolu es el ganador!-indicó el árbitro, con gesto cansado.

Hiedra recogió a su pokémon con la sorpresa dibujada en el rostro, aun así comentó mientras rasgaba su bajo.

-Has conseguido tumbarlo, pero sigues a mi merced, así que… ¡rock'n'roll!

En su lugar sacó entonces a un whirlipede, el cual giró sobre sí mismo en actitud intimidante, dispuesto para la batalla.

-¿Estás al combate o a raspar cuerdas y berrear como una mamarracha? ¡Riolu, ataque rápido!-indicó Rizzo.

Riolu se lanzó primero al ataque, pero para su sorpresa, Hiedra ordenó.

-¡Protección!

El pokémon se protegió a tiempo y libró el golpe fácilmente; en ese justo momento el efecto del veneno se hizo presente en riolu, inmovilizándolo de golpe y haciéndole daño al mismo tiempo.

-¡Oh, yeah! ¡Cargatóxica!-exclamó la líder.

Whirlipede reunió un montón de líquido nocivo en sus puntas y se lo lanzó a riolu, envolviéndole en él; el pokémon lucha se vio sometido a fuertes convulsiones tóxicas que aumentaron drásticamente de potencia al estar envenenado. Finalmente salió disparado debido a la fuerza y acabó a los pies de Rizzo, entre temblores muy fuertes y al borde del abismo.

-¡Riolu está fuera de combate, whirlipede es el ganador!-anunció el árbitro, levantando la banderilla a favor de Hiedra, la cual le miraba con una sonrisita de autocomplacencia.

Otra ola de aplausos y vítores se extendió por toda la sala de conciertos y gimnasio, coreando el nombre de la líder, la cual se creció por momentos y dirigiéndose directamente a él con gesto serio y severo.

-¿Lo ves, chico listo? Nada me puede parar, estás acabado. Tus pokémon son débiles, apenas están entrenados, y tú… eres un imbécil arrogante y sin cerebro.

Rizzo devolvió a riolu a su ball, al tiempo como notaba la vena de la sien palpitar.

-¿¡Eso te crees tú, metalera del tres al cuarto?! ¡Te voy a dar la nota! ¡Magnemite!-masculló el chico, sacando al susodicho.

Hiedra arrugó el entrecejo al verlo, un tanto molesta; al ser de tipo acero no podría usar sus técnicas venenosas al ser este tipo completamente inmune. Aun así eso no la detuvo, exclamando acto seguido.

-¡Es igual, atacaremos con fuerza! ¡Rodillo púas!

-¡Impactrueno!

Magnemite cargó energía en sus imanes al tiempo que whirlipede echaba a rodar hacia él con gran velocidad y visible fuerza; la descarga eléctrica rebotó en el duro cuerpo rodante de whirlipede, el cual continuó atacando hasta golpear a magnemite, el cual pudo resistir el golpe sin muchos problemas.

-¡Dale con bomba sónica!

El pokémon eléctrico acero rodó sobre sí mismo, lanzando varias bombas sónicas en dirección hacia whirlipede.

-¡Intercéptalas con picotazo venenoso!

Muchas agujas venenosas se lanzaron sobre ellas, logrando bloquear a unas cuantas, pero el resto dio de lleno sobre whirlipede, empujándolo hacia atrás.

-¡Rodillo púas!

-¡Placaje!

Los dos pokémon se lanzaron y se encontraron en el medio del escenario, haciendo fuerza uno contra el otro; por un momento parecía que estaban a la par en cuanto a fuerza se refería, pero el continuo giro se acabó llevando por delante a magnemite, empujándole hacia atrás. El golpe fue contundente, aun así éste regresó, todavía con fuerzas.

-¡Persecución!

-¡Esquívalo y onda trueno!

El pokémon acero no tuvo problemas para poder evadir el ataque y, acto seguido, le lanzó una descarga paralizante que consiguió dar en el blanco, dejando a whirlipede rodeado de chispas.

-¡Rodillo púas, vamos!-urgió Hiedra, apurada.

-¡Échate sobre él!-indicó entonces Rizzo.

Magnemite se lanzó a la carrera y en ese justo momento su cuerpo brilló fugazmente, haciendo aparecer muchos trozos de metal a su alrededor que luego lanzó sobre el pokémon veneno, el cual iba lanzado; los trozos le rodearon y le golpearon todos a la vez, haciéndole trastabillar y cayéndose hacia delante.

-¡Dita sea! ¡Arriba, whirlipede, rodillo púas!-masculló Hiedra.

Pero para su horror vio como su pokémon no se podía mover, debido a que la parálisis se agravó en ese preciso momento.

-¡Ahora, magnemite, impactrueno!-exclamó el chico, viendo su oportunidad.

El pokémon acero eléctrico cargó energía en su pequeño cuerpo y la soltó, dando de lleno en whirlipede e intensificándole la parálisis.

-¡Sal de ahí, rodillo púas!

-¡Bomba imán!-ordenó Rizzo, consultando en la pokédex ése último ataque.

De nuevo aparecieron muchos trozos de metal que se pegaron sobre whirlipede y le golpearon repetidamente. El pokémon bicho veneno se tambaleó, cada vez más y más cansado, y Hiedra apretó los dientes en un gesto de evidente rabia. No podía desplegar todo su potencial debido a la tipología imperante, y eso la frustraba sobremanera.

-¡Bomba imán una vez más!-exclamó Rizzo, notándose en control del combate.

Antes de que le alcanzara, Hiedra masculló.

-¡Protección!

Whirlipede se adelantó y alzó una barrera que le protegió del ataque. Fue entonces cuando la líder supo que debía ser todo o nada. Por lo que, sin más opción, exclamó.

-¡Con todas tus fuerzas! ¡Rodillo púas!

El pokémon bicho veneno se abalanzó a toda velocidad sobre magnemite, el cual contraatacó con impactrueno sin que Rizzo le tuviera que decir nada. Aun a pesar de recibir de lleno la descarga, whirlipede no se detuvo y siguió rodando hasta alcanzar a magnemite, que seguía atacando con impactrueno, y haciendo contacto. Hubo entonces una abrupta explosión que provocó una espesa nube de humo que rodeó a ambos pokémon por unos breves segundos. En cuanto el humo pasó, se vio a magnemite algo dañado pero entero, y a whirlipede tirado en el suelo, KO.

-¡Whirlipede está fuera de combate, magnemite es el ganador! ¡La victoria es para el aspirante Rizzo de Ciudad Engobe!-anunció entonces el árbitro.

Ésta vez nadie aplaudió ni vitoreó, puesto que no daba lugar. Había derrotado a Hiedra. La aludida recogió a su pokémon, aún sin creerse vencida, y miró a Rizzo, con un deje de furia en sus ojos.

-Ya sabes lo que toca…-le recordó el chico, con una sonrisita.

Hiedra le fulminó con la mirada, perdiendo de golpe las formas y tirándole la medalla ponzoña a su regazo, al tiempo que chillaba.

-¡Así te la confites, ahora largo de aquí, desaparece!

-A Hiedra le aprietan las bragas…-canturreó el chico, cogiendo la medalla al vuelo y colocándola en su estuche.

La chica quiso lanzarse sobre él, con intención de encasquetarle el bajo en la cabeza, pero los de su banda la pararon antes de que cometiera una estupidez.

-¡No, Hiedra, para!-masculló el calvo macarra.

-No merece la pena…-la dijo la gótica.

Rizzo se marchó de allí bajo la odiosa mirada tanto de Hiedra como de todos sus fans. Se fue directamente hacia el centro pokémon para que los trataran, mientras que él se fue a la cama satisfecho con el resultado del combate. Sí, definitivamente ese era su estilo. Y no lo cambiaría por nada del mundo.


¡Y aquí está el segundo combate de gimnasio! No sé vosotros, pero creo que voy a seguir porque voy a tope y estoy super inspirado, aprovecharé el bug XD pero bueno, hablemos un poco del capítulo.

Rizzo sigue en su línea, tanto en su nueva interacción con Nanci y en el combate de gimnasio, aunque hablemos del segundo encuentro con ella; seguirán chocando, por supuesto, ya que son muy distintos y el chico no la ve de otra manera que no sea la de un trofeo o similar, lo único que quiere es echarla un polvo. Ella reacciona en consecuencia, con un intento de acercamiento por su parte que él desperdicia, y entonces tenemos... la otra cara de la moneda, exacto, la dualidad de todas las cosas. La cita con Matís es nueva, y he aprovechado para meter un poco el Pokéwood, pero no le voy a dedicar más tiempo en la historia en sí. Es un añadido chulo y muy distinto que para el post game viene fenomenal, pero la cosa no da para más.

En cuanto al combate de gimnasio está bastante íntegro a cuando lo escribí originalmente, he hecho algunos cambios menores y añadidos, pero la esencia permanece ahí. Puede que algunos estéis pensando que es un tanto injusto puesto que el chico parte con ventaja al tener a magnemite, pero me interesa que os de esa sensación, puesto que la quiero usar para seguir construyendo a Rizzo, el cual hace lo que quiere, suelta lo que piensa, y si cuela, cuela, y si no, se la pela. Su estilo pasivo de entrenamiento, aunque se vea rancio, funciona y le hace ver muy distinto al resto de protagonistas, cosa que me interesa puesto que es lo que quería hacer desde el principio.

Y eso es todo de momento, esperad el siguiente más pronto que tarde, comentad, dejad reviews y todo eso. ¡Nos leemos!