Capítulo 7

Primer contacto

Rizzo hubiera dormido del tirón y recuperado horas de sueño si no hubiera sido por un huracán que entró en su habitación y lo zarandeó; eso pensó al principio, pero cuando enfocó mejor vio que era Matís.

-¡Despierta, Rizzo, despierta!

-Ya, ya estoy despierto… ¿qué pasa?-farfulló el chico, aún algo dormido.

-¡Se trata del equipo Plasma, han reaparecido, necesitamos tu ayuda!

Ante eso Rizzo rodó los ojos, como si no se creyera la razón por la que ahora estaba despierto, mascullando de seguido y sin muchas ganas.

-¿Y qué han hecho esta vez?

-¡Han robado todos los pokémon de prueba del Pokéwood, son los que usan para hacer las escenas de combate! ¡Yo estaba allí cuando sucedió!-explicó Matís, mientras esperaba a que el chico se levantara y se cambiara.

-¿Que tú estabas allí? ¿Y qué hacías allí?-inquirió el chico, extrañado, mientras se terminaba de vestir a su ritmo.

-¡Ayudar! Últimamente necesitan entrenadores que hagan de dobles y que cubran las escenas de combate mientras que los actores hacen el resto, ya que no tienen ni idea de entrenamiento. En cada escena de acción, el director nos presta una serie de pokémon que el Pokéwood tiene en posesión, pero justo cuando íbamos a grabar la escena final, sonó la alarma del almacén.

-Ya veo… ¿y cómo es que te dio por ir?-quiso saber Rizzo, mientras se encaminaban hacia allí.

-Bueno, lo cierto es que… conocí a una chica y bueno… me pidió ir con ella-murmuró Matís, no muy seguro de si decirlo todo.

-¿¡Una chica?! ¡Vaya, vaya, así que has ligado!-exclamó su amigo, impresionado.

-Sí, bueno, se podría decir que sí… je, je…

-¿Ves como tienes estilo? Te lo tengo dicho, las puedes tener así, ahí tienes una, no la dejes escapar-insistió el chico, apretando el paso.

-Como lo descubra todo me aprieta las meninges…-pensó Matís, preocupado.

Quedaba poco para llegar al Pokéwood, pero unos gritos desde el puerto les llamaron la atención; fueron a ver qué venía todo ese revuelo y se encontraron con toda una troupe del equipo Plasma, compuesta por hombres y mujeres. Uno de ellos llevaba un saco enorme a su espalda.

-¡Ahí tienen los pokémon robados!-observó Matís, adelantándose.

Pero para la sorpresa de Rizzo, se encontró entonces con Hiedra y su padre, los cuales les cortaban el paso a los soldados del equipo Plasma. La líder de gimnasio vio a Rizzo y frunció el ceño con gesto molesto, sin embargo prefirió dejarlo estar y hacer como si no existiera.

-¡Estáis rodeados, no podéis escapar por agua, rendíos!-exclamó el padre de Hiedra.

-Ah, eso creéis ¿verdad? El equipo Plasma tiene muchos recursos, no pongáis en duda eso-masculló una mujer.

-Y quien se entrometa en nuestros planes lo lamentará durante el resto de su vida-aseguró el hombre que portaba los pokémon robados.

-¡Burdas amenazas, no me dais miedo! ¡Soltad ahora mismo esos pokémon u os las veréis conmigo!-aseguró Hiedra, cogiendo la ball de su koffing.

-¡No dejaré que robéis nada a nadie más, por esta!-masculló Matís, rabioso.

El equipo Plasma respondió a las amenazas de batalla sacando a sus pokémon, entre ellos a trubbish, scraggy, sandile o purrloin; al ver a éste pokémon, Matís no pudo evitar dejar escapar un tic nervioso, al tiempo que se dejaba llevar por la rabia acumulada. Sin que nadie dijera nada o atacara antes, se desencadenó una batalla enorme entre los soldados, Hiedra, su padre, Matís y Rizzo, los cuales sacaron a todos sus pokémon.

-¡Oshawott, acua jet! ¡Riolu, palmeo! ¡Magnemite, impactrueno!-ordenó Rizzo.

-¡Snivy, látigo cepa! ¡Pidove, aire afilado!-masculló Matís.

-¡Koffing, polución! ¡Whirlipede, cargatóxica!-exclamó Hiedra.

-¡Garbodor, lanza mugre!-indicó el padre de la líder.

El resultado fue un compendio de ataques fortísimos que casi todos dieron en el blanco, cayendo KO varios pokémon del equipo Plasma nada más empezar.

-¡Maldita sea, son muy fuertes, replegaos!-gritó el soldado que llevaba a los pokémon robados.

Varios soldados soltaron sendas bombas de humo que hicieron explotar y todo el puerto se llenó de humo negro; los soldados aprovecharon la ocasión para dividirse y huir.

-¡Escapan, tras ellos!-ordenó el padre de Hiedra.

Matís salió disparado y Rizzo fue tras él, inquiriéndole de seguido.

-¿¡Has visto algo?!

-¡Vaya que sí, le han pasado los pokémon robados a esa soldado de allí! ¡Vamos!-urgió el chico, apretando el paso.

Cuando estaban a punto de salir de la ciudad, oyeron un motor rugir a sus espaldas y vieron a Hiedra, conduciendo un jeep y acercándose a ellos.

-¡Subid, iremos más rápidos que ellos!

Los chicos no se hicieron de rogar y ocuparon los asientos traseros, al tiempo que Hiedra pisaba a fondo; estuvieron paliando varios kilómetros, en dirección contraria y volviendo tras los pasos que Rizzo y Matís hicieron hace ya varios días atrás. Finalmente, cerca del cruce entre la ruta 20 y el rancho Ocre, la vieron apoyada en un árbol y descansando un rato.

-Bof, menuda carrerita, estoy matada…-masculló la mujer, con el saco a su lado.

-¡Pues descansa un poco! ¡En prisión!-gritó Matís, saltando del jeep.

-¡Maldita sea, me han seguido!-exclamó ella, poniéndose en guardia.

-¡Pues claro! ¿Te creías que nos íbamos a quedar de brazos cruzados?-la espetó Rizzo.

-¡Se acabó, devuelve esos pokémon ahora mismo!-masculló Matís, ciego de rabia.

-¡Por encima de mi cadáver! ¡Sandile, scraggy!-exclamó ella, sacándolos.

Sin acordarlo siquiera, Rizzo y Matís sacaron a sus pokémon también a la vez y se organizó un combate doble en menos de cinco segundos.

-¡Vamos, oshawott!

-¡Adelante, pidove!

-¡Patada salto alta! ¡Bucle arena!-exclamó la soldado.

-¡Pistola agua, oshawott!

-¡Disipa la arena con tornado!

Una fuerte corriente de aire se llevó por delante la arena y el intento de cegarlos quedó en nada; scraggy saltó con la rodilla brillando, pero oshawott lanzó el chorro de agua contra él, dándole de lleno y haciéndole caer, provocándole mayor daño.

-¡Aire afilado!-masculló Matís.

-¡Acua jet!

Oshawott se lanzó en picado contra sandile, al tiempo que pidove lanzó fuertes corrientes de aire contra scraggy, echándolo hacia atrás.

-¡Golpe cabeza a oshawott! ¡Persecución a pidove!

Scraggy se levantó de un salto y fue a propinar un cabezazo a oshawott, al tiempo que sandile hacía lo propio para atacar al pokémon volador.

-¡Impídeselo, pidove!-exclamó Matís.

-¡Apóyalo, oshawott! ¡Concha filo!-ordenó Rizzo.

Pidove protegió a su compañero, alejando a scraggy con un fuerte ataque ala, al tiempo que oshawott blandía su vieira en dirección hacia sandile; el resultado fueron los dos pokémon de la mujer plasma completamente KO.

-¡Bien hecho, oshawott!-le felicitó Rizzo.

-Así se hace, pidove-dijo Matís a su pokémon, mientras este se posaba en su hombro.

Oshawott alzó su vieira en señal de victoria, dejando escapar un sonoro grito, y al segundo siguiente comenzó a brillar en un aura azulada intensa, sorprendiendo a todos, Rizzo el primero.

El cuerpo del pequeño pokémon comenzó a crecer y abultarse, sobre todo en la parte de abajo, sus patas tanto traseras como delanteras crecieron, al tiempo que su cabeza se redondeaba un poco más y dos vistosos bigotes crecían a cada lado de su cara. La vieira que alzaba se hizo un poco más grande, al tiempo que le crecía otra en el costado izquierdo y el pelaje detrás de la cabeza crecía un poco más. Tras unos pocos segundos así, se mostró con una forma muy diferente. Su dueño se informó rápidamente.

-Dewott, el pokémon superación; usa sus dos vieiras con soltura al ejecutar diferentes técnicas que aprende con una disciplina espartana. Nunca son las mismas y mantienen sus vieiras con mucho esmero.

-¡Genial, y además has aprendido desquite e hidropulso!-observó el chico, gracias al aparato.

-Agh, maldita sea vuestra estampa… ¡no nos olvidaremos de esto, lo juro!-exclamó la mujer, antes de hacer explotar una bomba de humo.

En cuanto ése se disipó con el viento, la mujer ya no estaba.

-¡Ha escapado!-chilló Matís, rabioso.

-Pero mira, se ha dejado los pokémon-observó Rizzo, cogiendo el saco.

-¡No, teníamos que cogerla, maldita sea! ¡Ha escapado impunemente!

-Tranquilo, tío, hemos recuperado lo robado, eso es lo que cuenta…-le tranquilizó su amigo, sosteniendo el saco.

-¡Para mí no! ¿¡Vale?! ¡No pararé hasta ver a todos y cada uno de ellos en la cárcel!

No hubo manera de hacerle ver lo contrario, por lo que le dejaron estar y volvieron a ciudad Hormigón; la misma Hiedra se encargó de devolver los pokémon robados a los estudios de Pokéwood y el padre de la líder, máximo fan de los estudios y del cine, se lo agradeció enormemente a los dos.

-En serio, habéis salvado a los estudios, sin esos pokémon las escenas de batalla hubieran sido imposibles de grabar… gracias, muchísimas gracias a los dos.

-Ah, no ha sido nada-restó importancia Rizzo.

-Sí, era lo menos que podíamos hacer-afirmó Matís, más calmado.

-Gracias una vez más… si hay algo que pueda hacer para compensaros, decídmelo-murmuró el hombre.

-Pues mire, quizás sí… ¿sabe hacia donde escapó el equipo Plasma, los vio irse?-inquirió Matís, cambiando el semblante.

-Pues sí, ahora que lo comentas sí… cogieron un bote negro que estaba amarrado en el muelle más alejado y pusieron rumbo hacia ciudad Porcelana-anunció el padre de Hiedra, haciendo memoria.

-¡Tenemos que ir hacia allí! ¿¡Nos podría llevar?!-inquirió el chico, alterado de nuevo.

-Sí, claro que sí, por algo llevo el servicio de ferris. Subid abordo, zarpamos dentro de poco-indicó el hombre.

Los dos amigos entraron en el ferry más cercano y al cabo de unos pocos minutos, el padre de Hiedra embarcó también; los marineros soltaron amarras y el ferry puso proa hacia la capital de Teselia. Durante todo el trayecto, los dos amigos estuvieron hablando de todo un poco, pero Rizzo comentó algo.

-Por cierto, Matís, ¿a qué viene esa obsesión en cuanto al equipo Plasma? Puede que sólo sean unos mangantes pero también son unos mataos, ya has visto que apenas tienen dos tortas…

-Es una cuestión de respeto, Rizzo. Esos malnacidos robaron a mi hermana, la hicieron llorar y yo… yo… juré que los atraparía, da igual lo lejos que tenga que ir, no pararé hasta dar con ellos y meterlos a todos en la cárcel. No quiero que más niños corran la suerte de mi hermana… no quiero que los hagan llorar-explicó Matís, con el ego exacerbado.

Rizzo le miró, sin comprender del todo su postura, aunque no le volvió a sacar el tema al ver que le ponía muy nervioso; para variar un poco, lo preguntó.

-Por cierto ¿y qué hay de esa chica que conociste? Cuenta, cuenta ¿cómo es, quién es, la conozco?

Matís parpadeó un poco, como si no se esperara esa pregunta, y habló enseguida.

-Eh… no, no, la conocí visitando el Pokéwood, me pidió que les ayudara con varias escenas y, bueno, yo acepté.

-Ajá… ¿cómo se llama, está buena?-inquirió Rizzo, metiendo cizaña.

-Se llama… Susan, es rubia, de pelo largo, hasta la cintura y sí, es guapa.

-Huy, pillín, te ha salido un ligue sin proponértelo ¡qué mamón! ¿La pediste su número?

-Pues no, con esto del robo no me dio tiempo a nada, la verdad… si me paso de nuevo por allí, sí, se lo pediré...

-No la dejes escapar ¿me oyes? Por lo que me has contado tiene que ser un buen partido, como la dejes escapar te capo-le amenazó su amigo.

-Sí, sí… mira, ya estamos llegando-observó entonces Matís, para cambiar de tema.


¡Más Pokémon! Fuah, estoy que lo tiro, hay que seguir... pero antes, hablemos del capítulo.

Como habéis visto es más un capítulo de transición que otra cosa, pero me ha permitido introducir el primer enfrentamiento contra el equipo Plasma, que ya empieza a ponerse en movimiento, al menos más visiblemente. He aprovechado también para hacer evolucionar a oshawott, que ya tocaba, y darle más carácter a Matís, que ya sabéis que el tío es temperamental, mostrándose tanto en el trailer animado de Blanco y Negro 2, como más recientemente en el Masters, aunque todavía no es jugable. En un principio pensé en dar a Nanci la personalidad que se ve en el Masters, ahora que ya sabemos cómo son los protagonistas principales de los juegos, pero he preferido apegarme a lo que concebí en su momento. Puede que para posteriores generaciones sí que me fije más en el Masters, pero de momento se queda así.

Y nada más hasta ahora, esperad el siguiente más pronto que tarde, hay que aprovechar que sigo en racha. ¡Nos leemos!