Capítulo 20

Bajo tierra

Al día siguiente, siguiendo su máxima de no entrenar antes de una batalla de gimnasio, Rizzo desayunó sin mucha prisa y estuvo haciendo tiempo en la sala de ordenadores en compañía de keldeo, el cual no pudo evitar compartir su opinión al respecto.

-No entiendo cómo te puede gustar tanto perder el tiempo enfrente de ese cacharro...

-Si no fuera por éste cacharro la vida no sería tan cómoda ni entretenida...-murmuró el chico, sin darle mayor importancia.

-¿Entretenida? ¿Cómo puede ser entretenido estar sentado sin hacer nada?

-Bueno, eres un pokémon, no lo entenderías...

Ante eso el aludido frunció el ceño, un tanto molesto al respecto, aunque en ese momento murmuró.

-¿No tenemos una batalla a la que asistir?

-Ay, sí, son menos cuarto, vamos para allá.

Recogió a keldeo y se dirigió al gimnasio a no más tardar. Una vez allí la secretaria le recibió y le dejó pasar al campo de batalla, donde Yakón le estaba esperando junto con un árbitro.

-¡Ah, aquí estás! ¿Preparado, pipiolo? ¡Voy a ponerte en tu sitio, a ti y a tus modales!-aseguró el líder, recordando la afrenta del otro día.

-¡Me encantaría verlo!-exclamó Rizzo, sin alterarse.

-¡Ya lo creo, eso y más verás!

Con los ánimos ya un tanto caldeados, ambos se colocaron en sus respectivos lugares en el campo. El líder de gimnasio fue el primero en mostrar sus cartas, sacando a un imponente krokorok. Rizzo se informó al respecto rápidamente.

-Krokorok, el pokémon desierdrilo; gracias a la película que recubre sus ojos, pueden ver incluso de noche, además de protegerlos de la arena. Viven en pequeñas manadas.

Rizzo no se lo pensó mucho y finalmente sacó a rufflet; a una señal del árbitro la batalla dio comienzo y él comenzó primero.

-¡Rufflet, cuchillada!

-¡Tajo umbrío!

El pokémon volador se lanzó primero con las garras de sus patas brillando en un destello blanquecino y krokorok le imitó, con las suyas envueltas en un halo rojizo; ambos pokémon se encontraron e hicieron chocar sus garras, bloqueándose mutuamente por unos breves segundos antes de que krokorok superara rápidamente a su rival. El posterior golpe fue directo, tirándolo al suelo bastante magullado y sorprendiendo visiblemente al chico.

-¡Te creías que tendrías ventaja al ser volador! ¿Verdad? ¡La compatibilidad de tipos no es determinante, ya deberías saberlo! ¡Triturar!-exclamó el líder, contundente.

El pokémon tierra siniestro se abalanzó sobre rufflet con sus colmillos brillando intensamente, demostrando una velocidad destacable, aunque antes de que le alcanzara Rizzo exclamó.

-¡Golpe aéreo!

En un visto y no visto, el pokémon volador se abalanzó hacia delante sin dudar, aprovechando el impulso y logrando esquivar por los pelos las mandíbulas de su oponente, golpeándole de refilón con las alas.

-¡Cara susto!

-¡Roca afilada!

Aun a pesar de que rufflet fue el primero en atacar, lanzándole una intimidante mirada que le bajó la velocidad en el proceso, krokorok golpeó el suelo con su puño, al tiempo que una serie de rocas surgían de improviso del mismo dirigiéndose directamente hacia él. Antes de que Rizzo pudiera siquiera indicarle nada, la última roca le alcanzó, asestándole un fortísimo golpe que le elevó en el aire un par de metros para luego caer al suelo duramente, de donde no se volvió a levantar.

-¡Rufflet está fuera de combate, krokorok es el ganador!-anunció el árbitro en ese momento.

Nada más decir eso el pokémon tierra siniestro dejó escapar un grave rugido, al tiempo que su ataque subía en consonancia, creciéndose ante la victoria.

Para entonces la cara de Rizzo era un poema, sin poder ocultar su sorpresa y dándose cuenta de que estaba en serios problemas. Fue entonces cuando el líder de gimnasio opinó al respecto.

-¿Eso es todo lo que tenías que decir? ¡Me esperaba más al respecto, ni siquiera has aprovechado la ventaja! ¡Empezamos mal!

Esas palabras sacaron al chico de su estupor inicial, apretando los dientes con fuerza mientras pensaba en posibilidades; tenía que adelantarse como fuera a su rival o no lo contaría. Por lo que finalmente decidió.

-¡Vamos, glaceon, canto helado!

Nada más salir de su ball, el pokémon hielo formó rápidamente los cantos rodados helados y se los lanzó hacia su rival, el cual los vio venir y, sin que Yakón le dijera nada, los interceptó todos y cada uno de ellos con sus garras hasta reducirlos a trocitos de hielo que se derritieron rápidamente. Aun así Rizzo no se detuvo.

-¡Ataque rápido!

Adelantándose en todo momento a su rival, glaceon lo rodeó rápidamente y, en cuanto vio su oportunidad, le embistió con todas sus fuerzas. Fue en ese momento cuando Yakón exclamó.

-¡Terratemblor!

Al punto, krokorok pataleó el suelo con fuerza, al tiempo que una serie de temblores afectaron a glaceon, haciéndole daño en el proceso y bajando su velocidad.

-¡No te detengas, mordisco!-indicó Rizzo.

Aprovechando su cercanía, e ignorando la inquisitiva mirada de Yakón, glaceon se abalanzó sobre su rival de un salto y le asestó una dentellada en uno de sus brazos que krokorok apenas notó, mirándole con gesto burlón.

-¡Quítatelo de encima, krokorok!

El aludido sacudió su brazo con fuerza, obligando a glaceon a soltarle, pero éste no cejó en ningún instante, alentado por su entrenador.

-¡Ataque arena!

Desde donde estaba le lanzó un puñado de arena a la cara que, por un instante, cegó al pokémon tierra, lo cual aprovechó Rizzo para continuar con la ofensiva.

-¡Colmillo hielo!

Ésta vez el pokémon tierra siniestro notó la mordedura en sus carnes, al tiempo que el frío se extendía por su otro brazo, amenazándole con congelarlo. Aun a pesar de esto krokorok no se amilanó, sacudiendo el brazo una vez más y librándose del hielo rápidamente. Para entonces Yakón ya estaba lo suficientemente mosca al respecto, aunque antes de que pudiera decir nada, Rizzo exclamó.

-¡Ahora, última baza!

Glaceon reunió entonces la energía rápidamente en forma de estrella y la lanzó hacia delante, dando en el blanco y empujando a su oponente hacia atrás. Fue entonces cuando Yakón murmuró.

-Ya veo, ahora entiendo a qué venía tanto ataque indiscriminado. Aunque si ya has terminado, ahora me toca a mí. ¡Bucle arena!

Ésta vez fue el turno de krokorok, convocando entonces un súbito torbellino de arena que atrapó a glaceon en su interior, sacudiéndolo en el proceso y haciéndole daño residual.

-¡Aguanta ahí, glaceon, canto helado!-exclamó Rizzo.

-¡No tan rápido, terratemblor!

Aun a pesar de ser un movimiento prioritario, el pokémon tierra siniestro soportó con entereza los golpes para, acto seguido, volver a golpear con fuerza y bajando la velocidad aún más, moviéndose glaceon más lento. El azote del bucle arena apenas le permitió moverse, dejándolo clavado en el sitio, y aprovechando entonces Yakón para atacar.

-¡Todo tuyo, roca afilada!

Otra ristra de rocas emergieron del suelo, rodeando a glaceon y asestándole un golpe directo que le dejaron para el arrastre, cayendo KO en cuanto volvió a tocar el suelo.

-¡Glaceon está fuera de combate, krokorok es el ganador!-dictaminó el árbitro de nuevo, para su horror.

El pokémon tierra siniestro aulló una vez más, volviéndose un poco más fuerte, y Rizzo recogió a glaceon con un gesto sombrío cruzando su rostro. El líder volvió a expresar su opinión sin cortarse un pelo.

-¿En serio ésa era toda tu estrategia, atacar sin pensar y rematar al instante? ¡Es peor de lo que pensaba! ¿¡Dónde está la fuerza de la que tanto presumías!?

El chico prefirió quedarse callado, aunque sin poder evitar rabiar al respecto, apretando los dientes cada vez más fuerte. Odiaba esa actitud paternalista, como si le estuviera echando la bronca a un niño pequeño, pero no iba a dejar que le minara por muy jodidas que estuvieran las cosas. Por lo que, sin pensarlo mucho más, sacó a lucario. Al verlo, Yakón murmuró.

-Vaya, no sabes cuándo parar ¿verdad?

Haciendo acopio de fuerzas para no responderle directamente, Rizzo gritó.

-¡Ataque rápido!

En un visto y no visto, el pokémon lucha acero se adelantó, acercándose a krokorok rápidamente y logrando embestirle, teniéndole entonces a tiro.

-¡Palmeo!

-¡Terratemblor!

Ambos pokémon atacaron al mismo tiempo, el suelo tembló con inusitada fuerza, al tiempo que lucario le asestaba un fuerte golpe en el pecho que krokorok notó en sus carnes. Los dos se vieron obligados a poner distancia entre ellos, aunque lucario salió más mal parado al no ser tan veloz en comparación.

-¡Esfera aural!

-¡Desvíala con bucle arena!

Antes de que la esfera aural le llegara a alcanzar, otro torbellino de arena hizo acto de presencia envolviendo al pokémon lucha acero, viéndose atrapado por él y quedando ese intento de ataque a distancia en nada.

-¡Tajo umbrío!

-¡Bloquéalo con ataque óseo!

Aprovechando que se movía más lento, krokorok se acercó a él con sus garras brillando en un aura rojiza, pero lucario convocó un alargado y brillante hueso con el que se intercambió golpes con él, logrando mantenerle a raya en todo momento. Sin embargo los efectos de bucle arena volvieron a hacer acto de presencia, dejándole atrapado una vez más y aprovechando entonces para contraatacar.

-¡Excavar!

El pokémon tierra siniestro se ocultó bajo tierra rápidamente, al tiempo que lucario trataba de deshacerse del bucle que lo aprisionaba sin mucho éxito. Fue entonces cuando el suelo bajo sus pies cedió y, de golpe y porrazo, krokorok reapareció y le embistió de lleno, haciendo que se tambaleara.

-¡Aguanta, lucario, palmeo!-masculló Rizzo, muy apurado.

-¡Muy lento, terratemblor!

Una vez más, el campo se sacudió con mucha más fuerza que antes, dejando al pokémon lucha acero al borde del abismo, tratando de mantenerse en pie por todos los medios. Sin embargo su propio peso le acabó venciendo, cayendo al suelo de seguido y sin volverse a levantar.

-¡Lucario está fuera de combate, krokorok es el ganador!-anunció el árbitro de nuevo.

A cada asalto que pasaba Rizzo se sentía como si estuviera a punto de caer por una sima muy profunda a la que se iba asomando cada vez más y más, provocándole mareos en el proceso. No se esperaba para nada que Yakón fuera tan fuerte, sintiéndose sobrepasado por momentos.

-¿¡Qué pasa, pipiolo, demasiada presión para ti?! ¡¿Acaso te esperabas un líder de gimnasio del tres al cuarto al cual es fácil de derrotar?! ¡Llevo en este puesto años, y me he sometido a un entrenamiento intensivo desde hace dos para elevar el nivel de la competición por petición expresa de la Asociación Pokémon! ¡Y como tal pienso hacerla valer en todo momento!

Por su parte se refería Rizzo quería contestar, pero sentía que no podía por mucho que lo intentaba. De cierta manera era consciente de lo que ocurría y de lo que se estaba jugando, aun así quería ir con todo, por lo que sacó a magneton aun a pesar de todo. Sabía que no tenía mucha oportunidad, y así fue, ni siquiera su robustez le dio una oportunidad de contraatacar, con un par de excavares krokorok lo puso fuera de combate más rápido incluso que con los anteriores. Yakón no dijo nada al respecto, permaneciendo impasible con los brazos cruzados y mirándole con un deje decepcionado dibujado en su rostro.

Sin embargo aún no había perdido. Llevó la mano a su cinto y cogió la ultra ball de keldeo, asiéndola con fuerza. Si tenía alguna oportunidad, debía de aprovecharla muy bien con él. Por lo que, sin más demora, la lanzó y lo sacó.

Al verlo el ceño de Yakón se amplió por primera vez desde que empezó el combate, mostrándose visiblemente sorprendido por lo que veía, aunque sin abandonar del todo su duro semblante, sin decir nada al respecto. Fue entonces cuando Rizzo indicó.

-¡Vamos a remontar esto, keldeo! ¡Represalia!

En un visto y no visto, el pokémon lucha agua se movió como una gacela hasta llegar a krokorok, asestándole una serie de fuertes y constantes golpes con sus cascos y parte de su cuerpo que le pillaron completamente desprevenido, viéndose impulsado hacia atrás un tanto tocado. Al ver esto, Yakón se apresuró a contraatacar.

-¡Tajo umbrío!

Krokorok recortó distancia rápidamente y le asestó un par de fuertes tajos en su grupa, pero al recibirlos keldeo se creció, al tiempo que su ataque aumentó súbitamente.

-¡Ahora, espada santa!

Al segundo siguiente, el cuerno de keldeo se envolvió en un brillante filo rojizo y le asestó un sólo tajo en el pecho con tal fuerza que lanzó hacia atrás a krokorok, cayendo al suelo duramente y sin volverse a levantar.

-¡Krokorok está fuera de combate, keldeo es el ganador!-anunció el árbitro ésta vez, levantando la banderilla a su favor por primera vez desde el comienzo del combate.

Ésta vez el líder de gimnasio habló tras recoger a su pokémon.

-Vaya, así que tienes un peso pesado... me pregunto si eso será suficiente como para enfrentarte a mí teniendo en cuenta los precedentes.

-¡Desde luego que sí, y se lo voy a demostrar!-exclamó Rizzo, logrando por fin replicarle.

-¡Confiarlo todo a una sola baza es un riesgo propio de principiantes! ¡Si realmente piensas así entonces podré derrotarte por muy fuerte que él sea!

-¡A ver si es verdad!

Como respuesta el líder de gimnasio sacó a un sandlash, indicándole de seguido.

-¡Terratemblor!

Nada más empezar el suelo del campo volvió a temblar una vez más, aunque no tan fuerte como las últimas veces con krokorok, lo que le permitió a keldeo encajar mejor el golpe, pero sin poder evitar que su velocidad se viera perjudicada, cosa que Yakón aprovechó a su favor.

-¡Desenrollar!

Sandlash se hizo un ovillo y se lanzó hacia delante rápidamente, logrando embestir una vez a keldeo, pero éste se repuso enseguida, contraatacando de seguido.

-¡Acua cola!

En cuanto se acercó lo suficiente a él, el pokémon singular sacudió su cola hacia delante, al tiempo que una fuerte tromba de agua frenaba en seco a sandlash, haciéndole daño en el proceso.

-¡Rayo burbuja!

-¡Intercéptalo con garra brutal!

Ése intento por alcanzarle a larga distancia se quedó en nada rápidamente al interceptar todas y cada una de las burbujas con sus afiladas garras, aunque sandlash no se paró y se acercó a él para continuar con su ofensiva.

-¡Enfréntalo con espada santa!-indicó Rizzo.

Antes de que le alcanzara, keldeo preparó su cuerno y ambos comenzaron a intercambiarse golpes el uno contra el otro, en una lucha encarnizada por tratar de sobrepasarse mutuamente. Las garras de sandlash chocaban contra el filo de la espada de keldeo, saltando chispas, literalmente hablando. En un momento dado ambos pokémon se echaron hacia delante y chocaron entre sí haciendo fuerza el uno sobre el otro, sandlash con sus garras cruzadas y keldeo con el filo de la hoja sobre ellas. Se mantuvieron en esa pose por unos breves pero intensos segundos en los que ninguno de los dos parecía querer ceder. El pokémon tierra chilló con fuerza, echando la cabeza hacia delante sobre sus garras, a lo que Rizzo vio entonces una oportunidad.

-¡De frente, onda certera!

Keldeo lo entendió y, sin moverse de donde estaba, formó rápidamente la bola rojiza en su boca y se la lanzó a bocajarro a sandlash, desconcentrándole por un instante debido al golpe.

-¡No, reacciona, sandlash!-exclamó en ese momento Yakón, apurado por primera vez.

-¡Es tuyo, acua cola!-gritó Rizzo, sintiéndose en control por fin.

La sacudida acuática fue directa y potente, lanzando hacia atrás a sandlash y cayendo al suelo, de donde no se volvió a levantar.

-¡Sandlash está fuera de combate, keldeo es el ganador!-dictaminó el árbitro.

-¡Eso es, muy bien keldeo!-exclamó el chico, satisfecho.

Por su parte Yakón recogió a su pokémon, mirando atentamente a keldeo con el ceño fruncido, al tiempo que comentaba al respecto.

-Sí, sin duda el pokémon tiene aptitudes... sin embargo no se puede decir lo mismo del entrenador.

-¿¡Qué?!

-Lo que oyes. Está claro que ese pokémon no es fuerte por tu mano, ya era fuerte de antes, ahora está contigo, y no lo diriges mal, pero se nota que su fuerza no es tu fuerza. Si fuera así, el combate hubiera empezado de otra manera. Aun y con todo, no estoy seguro de si él podrá conmigo...

Eso molestó particularmente a Rizzo, el cual le espetó.

-¡Aunque no lo creas keldeo y yo estamos juntos en esto, y te lo voy a demostrar!

-¿Sí? Mira tú qué bien...

Nada más decir eso sacó entonces a su siguiente pokémon, un gran e imponente onix que se irguió nada más salir de su ball y le miró fijamente desde donde estaba. Al verle, el chico exclamó.

-¡Qué fácil nos lo está poniendo! ¡Rayo burbuja!

-¡Avalancha!

Aunque keldeo atacó primero, lanzando la ristra de burbujas hacia él, onix sacudió su alargada cola lanzando una serie de rocas que bloquearon por completo las burbujas, mientras que el resto se abalanzó sobre el pokémon singular; pero éste, al verlas venir, blandió una vez más su espada y las rompió todas con ella sin mucho esfuerzo. En cuanto terminó con ellas volvió a centrarse en onix, para descubrir entonces que ya no estaba allí.

-¿¡Qué?! ¿¡Dónde está?!-masculló Rizzo, anonadado, ya que él tampoco lo vio.

Por un momento creyó que se había ocultado bajo tierra, vigilando el suelo a su alrededor, pero de golpe y porrazo el enorme pokémon roca tierra reapareció justo delante de él saliendo del mismo aire, dejando aún más anonadados si cabían tanto a pokémon singular como a entrenador.

-¡¿Pero cómo...?!

-¡No estamos atentos! ¡Una vez más, pulimento!-exclamó Yakón.

Antes de que keldeo pudiera reaccionar la pétrea superficie de onix resplandeció intensamente, metalizándose en el proceso, y volviendo a desparecer al moverse a velocidades anormalmente altas para un tipo roca como él.

-¡Atento, keldeo, usa acua cola en cuanto lo veas aparecer!-indicó Rizzo rápidamente.

El pokémon singular se puso en guardia, adoptando una pose vigilante y sin dejar de mirar a todas direcciones; en un momento dado vio algo moviéndose a su vera, pero antes de que pudiera sacudir su cola, la de onix fue mucho más rápida y, en un visto y no visto, le agarró con ella y le ató, sin posibilidad alguna de escape. Onix se inclinó sobre él y Rizzo no lo dudó.

-¡Rayo burbuja!

-¡Explosión!

Sin esperarse para nada esa orden, y mucho antes de que keldeo pudiera contraatacar, el cuerpo de onix brilló intensamente antes de detonar con tremenda fuerza, dejando atónito a Rizzo, el cual vio como keldeo caía al suelo duramente e incapaz de volverse a levantar.

-¡Ni keldeo ni onix pueden continuar, tablas!-anunció entonces el árbitro por primera vez.

Tanto el chico como el líder de gimnasio recogieron a sus pokémon, mientras que éste último comentaba al respecto.

-¡Hablas demasiado rápido! ¿Demasiado fácil para ti? ¡Ni lo viste venir! ¿Qué vas a hacer ahora que no puedes contar con su fuerza?

Fue en ese mismo instante cuando Rizzo notó como el abismo se abría ante él en todo su negro esplendor, comprendiendo entonces que ahora era todo o nada. Por lo que, sin otra opción, cogió la ball de dewott y lo sacó, al tiempo que Yakón hacía lo propio con su último pokémon, un fiero e intimidante excadrill. Antes de que Yakón se moviera, Rizzo se adelantó.

-¡Acua jet!

Al punto, dewott se envolvió en agua y se abalanzó como un obús sobre su oponente, logrando encajarle un fuerte golpe; sin embargo, Yakón contraatacó rápidamente.

-¡Terratemblor!

De nuevo el suelo se sacudió con fuerza, saliendo dañado y bajándole su velocidad, aprovechándolo entonces a su favor.

-¡Taladradora!

Excadrill se plegó sobre sí mismo y se abalanzó sobre él girando con furia visigoda, el golpe fue directo y contundente, lanzándolo hacia atrás un tanto dañado.

-¡Aguanta ahí, dewott, concha filo!-musitó Rizzo, apuradísimo.

-¡Garra metal!

El pokémon agua hizo mano de sus vieiras y se lanzó sobre excadrill, el cual hizo lo propio con sus garras metalizadas; al igual que con keldeo y sandlash, ambos pokémon se intercambiaron golpes entre sí, sabiendo que era el último asalto. Aun a pesar de tener la ventaja por tipo, dewott se veía ampliamente superado por la fuerza bruta de excadrill, el cual le iba empujando hacia atrás poco a poco con cada estocada que le asestaba y conseguía bloquear con sus vieiras. Aun así el pokémon agua no cejó en ningún instante, poniendo todas sus fuerzas en tratar de devolverle los ataques y cansándose cada vez más en el proceso. El pokémon tierra acero continuó presionando hasta que finalmente, en cuanto vio la oportunidad, logró alcanzarle, asestándole un fuerte golpe en el pecho que le hizo caer de espaldas al suelo.

-¡No, dewott!-masculló Rizzo.

-¡Es inútil! ¡Ya veo que dependías por completo de keldeo, eso es del todo inaceptable, es imposible que un sólo pokémon pueda sostener por sí mismo el peso de todo un equipo! ¡Acabemos de una vez con esta catastrófica desdicha! ¡Taladradora!-bramó Yakón.

Dicho y hecho, excadrill se recogió sobre sí mismo una vez más y se abalanzó sobre su oponente girando con todas sus fuerzas; por un momento Rizzo se quedó en blanco, demasiado bloqueado como para decir nada. Sin embargo, y haciendo un esfuerzo considerable, dewott se levantó y, asiendo sus vieiras con fuerza, las cruzó delante de él y las utilizó como escudo. Excadrill impactó sobre ellas y, por un instante, fue bloqueado. Aun así el pokémon continuó girando, al tiempo que dewott trataba de detenerlo como fuera aun a pesar de la presión que se echaba sobre él. Al ver esto el chico reaccionó, gritando de seguido.

-¡Vamos, dewott, da igual que al final nos derroten, demuéstrale que no somos débiles para nada! ¡Echa el resto!

Al oír esto el pokémon agua dejó escapar un agudo chillido, al tiempo que un aura azulada le envolvió de golpe y porrazo, haciéndole un poco más fuerte y ayudándole a resistir mejor. Aun así, excadrill continuó presionando hasta que finalmente logró sobrepasar sus defensas, rompiendo las vieiras y echándose sobre él. El golpe posterior fue tremendo, sin embargo los ojos de dewott brillaron en un resplandor rojizo, al tiempo que blandía su puño derecho envuelto también en un aura rojiza y golpeaba con él a excadrill por debajo. El impacto fue sumamente potente, tan potente que excadrill deshizo su forma de obús de sopetón, mostrando un gesto adolorido en su rostro.

Ambos pokémon cayeron entonces al suelo, de donde no se volvieron a mover ninguno de los dos, sorprendiendo gratamente tanto a Rizzo como a Yakón.

-¡Ni excadrill ni dewott pueden continuar, tablas! ¡El combate acaba en empate técnico!-dictaminó el árbitro.

Hubo un denso silencio en el campo durante unos breves pero interminables segundos, sólo roto por los láseres de las poké ball al recoger a sus respectivos pokémon. Tanto Rizzo como Yakón se miraron, no muy seguros de qué decir a continuación. El líder de gimnasio parecía estar teniendo una discusión acalorada consigo mismo en esos momentos aun a pesar de su aparente cara de póker, aunque en ese momento dejó escapar un respingo, murmurando de seguido.

-Vale, he de admitir que no me esperaba ese último remate. Bien jugado.

Por su parte Rizzo no dijo nada, mirando al suelo con gesto circunstancial. Finalmente anunció secamente y con gesto queda.

-Pediré cita para otro día.

Eso pilló con la guardia baja a Yakón, que no se esperaba para nada una reacción tan calmada por su parte. Abrió la boca para decir algo, pero en ese momento entró en el campo alguien que no se esperaba ver en ese momento.


¡Dios, por fin, lo que me ha costado sacar todo eso! Lo cierto es que me sentía ciertamente presionado por las circunstancias; por un lado no quería caer en el maniqueísmo a la hora de narrar el combate, y por otro lado tampoco quería dejar que Rizzo perdiera por cuestiones de trama. Hasta ahora, salvo con Oro, todos los protagonistas han ganado de formas muy variadas, esto lo hago así para no romper la progresión de la historia, ya que después de todo ya está escrita y, a decir verdad, no quiero ponerme a reestructurarlo todo, ya que me rompería el esquema que en su momento monté. En la cuarta y posteriores generaciones ya tendré más oportunidades de hacer esto, ya que después de todo no están aún escritas, pero éstas que ya lo están preferí no tocarlo demasiado por la razón que os acabo de explicar.

Dicho esto, y después de un tiempo pensándolo bien, decidí descartar todo el combate que hice en su día, por lo que lo que habéis leído es un combate reescrito de arriba abajo. En un principio tenía intención de hacerle ganar in extremis, pero en cuanto llegué al final supe entonces lo que hacer, por lo que decidí dejarlo en empate y cortar el capítulo justamente ahí. Y sí, en el siguiente se seguirá desarrollando la premisa que he establecido aquí, así que tendréis que esperar para ver el resultado, ya lo siento, pero al menos me ha permitido salirme de lo ya establecido sin trastocar demasiado el siguiente capítulo. Pero bueno, que no se diga que no ofrezco algo nuevo cada vez ¿eh? XD

Ahora, para el próximo capítulo voy a darle un pequeño descanso a Pokémon para ver si retomo de una vez el multicrossover de reshiram en distintos universos, ya tengo el crossover final pensado, pero me atasqué con el de This War of Mine, así que a ver si consigo sacarlo. En cuanto al de Vocaloid ya he tomado una decisión al respecto, así que pasaos en cuanto podáis por él. Lo siento de antemano, eso sí.

Y nada más de momento, comentad, dejad reviews y todo eso (insultos aparte por MD, por favor). ¡Nos leemos!