Prólogo
Orario.
Lugar de reunión de muchas de las razas del mundo y hogar de incontables aventureros y sus Dioses.
Sobreviviente de la guerra contra Rakia, reino dirigido por el mismísimo dios de la guerra, Ares.
Sobreviviente a los últimos dioses malignos de Evilus y su tiranía en las profundidades del Dungeon.
Sobreviviente de la calamidad más grande jamás creada, temida asta por los mismos dioses, aquel llamado el Dragon negro de un ojo, asesino de incontables aventureros.
Jamás en los últimos 7 años la ciudad del laberinto se rindió ante una amenaza, prevaleciendo y saliendo victoriosa en cada una de ellas.
Por muchos años la ciudad fue conocida por ser la única en el mundo con una Dungeon, una mazmorra… Pero en los últimos años la ciudad comenzó a ser conocida como la cuna de los héroes, principalmente por su más famoso héroe, Bell Cranel, aventurero Nivel 8 y mayormente conocido por su apodo King Rabbit.
Muchas cosas han pasado en la corta vida de Bell Cranel, muchas dificultades lo han derribado y así como caía se volvía a levantar, para continuar luchando por sus ideales.
El llamado héroe de Orario, pensar que aquel valiente aventurero que le plantó cara al infame dragon negro de un ojo y lo derroto junto a sus amigos, seria derribado por la misma mujer a la que él le entrego su corazón, además de las que el algunas ves llamo amigas.
Barrios bajos de Orario, taberna del enano.
Un peliblanco se encontraba en una de las mesas alejadas del bar, bebiendo lo que parecía ser la décima jarra de cerveza, pero él no parecía estar afectado por el alcohol.
En una de sus manos enguantadas se encontraba un anillo de oro, el cual, repetidas veces pasaba entre los dedos de su mano, mientras lo miraba fijamente, para seguidamente dar un suspiro cansado.
Welf: Creí que estabas explorando los pisos profundos junto a Lid y los demás… (Hablo mientras caminaba en dirección del hombre peliblanco, quien lo miro de reojo, para seguidamente dar una media carcajada) Es bueno ver que estas bien, Bell…
Bell: También es un gusto verte, viejo amigo… (Decía mientras guardaba el anillo y le hacía señas al pelirrojo para que se sentara) Y con lo de la exploración, Lid decidió cancelarla por rumores de que nuevos Xenos están apareciendo de Rivira y los alrededores…
Welf: Ya veo, supongo que la familia crecerá si eso es verdad… (Hablaba mientras tomaba haciendo frente al peliblanco, quien dio una media sonrisa)
Bell: Wiene está muy emocionada diciendo que tendrá algún hermano o hermana pequeña… (Decía recordando a la animada adolecente mientras daba ligeros saltitos y pequeñas risas) Por cierto, Let quiere que lo ayudes en algunas cosas en su forja…
Welf: Debe ser por la espada de la que me hablo hace un tiempo, mañana bajare al piso 18 para ayudarlo… (Hablo en un tono feliz, recordando a su pequeño aprendiz)
Bell: ¿Y cómo están las cosas aquí arriba…? ¿Algún avance con Tsubaki…? (Decía esta vez en un tono un tanto burlón, causando que el pelirrojo tomara una coloración similar a su cabello, causando risas en el peliblanco)
Y así una amena conversación entre los dos amigos comenzó, con una que otra burla de por medio, además de unas cuantas rizas de parte del peliblanco al ver el rostro cohibido del pelirrojo cuando hablaba de las insinuaciones de la mitad enano.
Después de un largo par de horas y de una que otra jarra de cerveza, el par de amigos ya se estaba comenzando a retirar, pero, la entrada de una mujer rubia a la taberna los detuvo y causo que la expresión de Bell se oscureciera.
La mujer que avía aparecido era Ais Wallenstein, Reina de la espada y actual aventurera nivel 7, además de ser la ex prometida de Bell.
Esto provocó un tenso ambiente, el cual ponía nerviosos a los demás en la taberna al ser mayormente civiles y uno que otro aventurero novato.
Lentamente, los ojos dorados de la mujer se posaron sobre el peliblanco quien tenía una mirada fría en su dirección, inmediatamente después, la pelidorada se acercó rápidamente a este en un intento de abrazarlo, solo para ser rápidamente esquivada.
Ais: Bell… (Intento hablar, pero fue rápidamente detenida por una mirada de muerte de parte del peliblanco)
Bell: Nosotros no tenemos nada de qué hablar, todo ya fue dicho ese día… (Decía en un tono cargado de odio, mientras que, en sus ojos carmesí aparecía un brillo peligroso, lo que ciertamente puso nerviosa a la pelidorada)
Mientras ambos estaban en una lucha de miradas, un borrón negro se acercó al peliblanco.
Tiona: ¡Argonauta-kun…! (Hablaba mientras se lanzaba a abrazar al peliblanco, pero cuando estaba por tocarlo este desapareció en un destello blanco) ¿Are…?
Bell: Lo lamento Welf, hablaremos más en otra ocasión… (Hablo mientras aparecía en la entrada, mirando de reojo al herrero pelirrojo, quien solo le respondió con un asentimiento)
Después de esto Bell se retiró del bar, dejando al par de mujeres con diferentes reacciones, mientras que Tiona solo bajo la cabeza con tristeza, Ais tenía un mar de emociones dentro de ella, aunque mantenía su expresión sin emociones.
Seguidamente después de esto y en un rápido movimiento, la pelidorada tomo del cuello de la camisa al pelirrojo, mientras una mirada enojada aparecía en sus rasgos.
Ais: Me dirás donde se está quedando Bell… (Decía en un tono serio, mirando con un aire peligroso al herrero, quien ni se inmuto por esto)
Welf: No lo sé y aunque supiera, jamás te lo diría… (Habla en un tono enojado, para seguidamente soltarse bruscamente del agarre de la pelidorada) No deberías intentar acercártele después de lo que le hiciste, después de lo que todas le hicieron… (Hablo con una clara amenaza, causando que la pelidorada flaqueara levemente en su arrebato, mientras la amazona a su lado solo bajo la cabeza, mientras un par de lágrimas caían de sus ojos)
Una vez dijo esas palabras, el herrero pelirrojo salio de la taberna después de pagar la cerveza que avía consumido.
La salida del pelirrojo causo un silencio incomodo en el local, mientras que todos mantenían la mirada fija en las mujeres que se tenían la cabeza agachada después de la declaración del herrero, para seguidamente y en total silencio, ambas salieran sin decir nada.
Mientras esto sucedía, Bell ya se encontraba llegando a la base de Babel, intentando que ningún civil o aventurero lo reconociera, pero a un par de metros de llegar a la entrada de la mazmorra, se detuvo rápidamente.
Bell: "Aún es temprano, tal vez debería ir con Hephaestus para ver si necesitan algún mantenimiento…" (Pensaba mientras miraba de reojo a una de sus enguantadas manos, mientras daba un ligero apretón)
Con esa línea de pensamiento, el peliblanco de adentro en Babel, subiendo algunos pisos, dirigiéndose hacia la oficina principal de la diosa de la herrería, donde llego minutos después, encontrándose con cierta mitad enano, quien rápidamente lo miro sorprendida.
Tsubaki: es bueno volver a verte Cranel… (Hablo con una media sonrisa, mientras veía como el peliblanco se acercaba)
Bell: Buenas tardes, Tsubaki ¿Se encuentra Hephaestus-sama…? (Decía en un tono tranquilo, mientras se acercaba a la mujer, la cual dio una sonrisa un tanto picara)
Tsubaki: ¿Are… no será que estas tras nuestra querida diosa…? No sabía que eras tan atrevido Cranel… (Hablaba en un tono entre pícaro y burlón, cosa que ni inmuto al peliblanco, quien no cambio de expresión ante las burlas de la mitad enano) Eres aburrido sabes, Hephaestus-sama está en su oficina, apresúrate antes que salga o entre en su herrería personal…
Bell: Gracias por tu tiempo Tsubaki… (Decía mientras comenzaba a caminar en dirección de la oficina de la diosa, dejando atrás a una decaída Tsubaki, quien nuevamente no avía logrado hacer que el peliblanco se sonrojara o se pusiera nervioso)
Una vez el peliblanco llego a la puerta de la oficina, espero un par de momentos antes de dar unos ligeros golpes en esta, donde segundos después se escuchó un "adelante" del otro lado.
Bell: Disculpe la intromisión, Hephaestus-sama… (Decía mientras entraba a la oficina, causando que la nombrada lo mirara con sorpresa)
Hefesto: ¿Bell, que te trae por aquí…? (Hablo un tanto extrañada por la presencia del peliblanco, después de estar desaparecido durante meses)
Bell: estaba de paso y pensé que tal vez necesiten algún mantenimiento… (Decía en un tono serio, causando que la mujer pelirroja tomara un aire serio igualmente, para seguidamente indicarle que la siguiera)
Hefesto: ¿has tenido problemas últimamente con la movilidad o el uso de tus magias…? (Hablaba mientras entraba a su taller, siendo seguida por Bell, quien solo respondió con un serio "Si") Bien, habría sido grave que tu cuerpo las rechazara, por favor siéntate ahí y descubre tu trozo y brazos… (Hablo mientras se detenía frente a una pequeña silla de madera, donde el peliblanco se sentó rápidamente, mientras se quitaba la rota superior, revelando múltiples cicatrices, pero lo que más resalto fueron sus brazos, o lo que deberían ser sus brazos) Se han adaptado muy bien a tu cuerpo y a tus magias…
Lo que antes eran brazos de carne y hueso, ahora eran reemplazados por dos prótesis mecánicas de color plata opaco, en las cuales estaban tallados miles de runas en el idioma de los dioses, las cuales brillaban levemente al toque de las manos de la diosa.
Bell: Hace poco intente usar magia en los pisos profundos, pero algo ocurrió cuando la lance… (Decía mientras veía como la diosa revisaba minuciosamente cada parte de las prótesis) El ataque era un tanto débil, pero al lanzarlo se amplifico y casi me daña a mí mismo…
Hefesto: Ya veo, debe tratarse de la Falna inscrita en las prótesis y la conexión que esta está haciendo con tu alma… Esta aumentado tu poder o… (Hablaba en un tono calmado, para seguidamente pasar a uno serio) ¿Cuándo fue la última vez que Hestia actualizo tu estado…?
Bell: poco más de medio año… (Decía en un tono serio, causando que la diosa pelirroja soltara un suspiro frustrado)
Hefesto: Eses es el problema, debes tener las estadísticas suficientes para subir de nivel, pero como no has actualizado tu estado, solo la Falna inscrita en tus brazos reacciona a ese aumento… (hablo en un tono serio, mientras se tomaba el puente de la nariz, solo para soltar un gran suspiro cansado) Supongo que ella no accederá a actualizar tu estado…
Bell: Hace casi dos años me hecho de la mansión, usted cree que accederá a verme… (Decía en un tono enojado, causando que la pelirroja soltara otro suspiro, esta vez irritado)
Hefesto: Aun después de sus eones de vida, sigue siendo una inmadura… (Hablo con un claro tono de fastidio, pero seguidamente una idea un tanto loca apareció en su mente) Mira, hay una forma de actualizar tu estado y que no tengas que ir a rogarle a Hestia, pero podríamos llevarnos un castigo de Ouranos… (Hablo llamando la atención del peliblanco, quien aún tenía el torso descubierto, lo que causo un ligero sonrojo en la diosa) Puedo romper la autoridad de Hestia y darte mi Falna, pero eso podría ponernos en problemas con Ouranos ya que estaría rompiendo una de las tantas leyes que hay en Orario…
Esto dejo un tanto sorprendido al peliblanco, pero seguidamente recordó que Hephaestus era una de las diosas mayores en el Olimpo, junto a Artemisa, Hera y Afrodita, por lo que anular la autoridad de un dios menor como lo era Hestia no era nada para ella.
Pero igualmente recordó que acá en el Genkai, Ouranos era quien tenía la mayor jurisdicción, incluso ante Zeus u Odín, pero también recordó que tanto Ouranos como Fels le debían un favor, por lo que no tendría problemas con esto.
Bell: Ouranos-sama me debía un favor después de todo, así que no sería problema… (Decía en un tono pensativo, causando que la diosa pelirroja lo mirara sorprendida, sabiendo que el dios gobernante de Orario le debía una) Es un honor estas a su servicio, Kami-sama… (Decía mientras inclinaba su cabeza, mientras una de sus manos descansaba en su pecho sobre su corazón)
Esto ciertamente volvió a sorprender a la pelirroja, para seguidamente dar una media sonrisa, recordando la actitud del hombre frente a ella.
Hefesto: Bien, pero no me llames Kami-sama, solo llámame Hefesto… (Hablo con una media sonrisa, mientras que el peliblanco solo le dio un asentimiento, igualmente con una media sonrisa) Ahora, date la vuelta para poder darte mi Falna… (Hablo mientras se sacaba uno de sus guantes y buscaba algún cuchillo o algo con punta)
Después de esto, los minutos pasaron lentamente para el peliblanco, ya que sentía como la Falna anteriormente arraigada a él era lentamente eliminada y reemplazada con una nueva que extrañamente se sentía más poderosa que la anterior.
Después de unos eternos treinta minutos, finalmente Bell sintió como su anterior Falna era completamente retirada, donde una vez sintió que Hefesto se alejó un poco, se levantó, viendo que ahora las runas que cubrías sus brazos protésicos, brillaban en una tenue luz roja, además de que se sentía mucho más fuerte.
Hefesto: Bueno Bell, bienvenido a la familia Hefesto y felicidades, ahora eres nivel 9… (Hablaba mientras miraba al peliblanco, quien solo le dio una media sonrisa, no estando sorprendido por su subida de nivel)
Al mismo tiempo, mansión chimenea.
Una acalorada discusión se estaba llevando a cabo en la sala de dicha mansión, esta discusión era entre la diosa patrona de la familia, la capitana de la familia y el herrero de la familia.
Poco después de llegar a la mansión, Welf fue interceptado por una molesta Hestia, diciendo sobre qué estaba haciendo en los bares tan tarde, lo que ciertamente irrito al pelirrojo, quien, sin pelos en la lengua le dijo que estaba haciendo y con quien estaba.
Lo que inicio la acalorada discusión, donde segundos después, una irritada Lili se metió, causando aún más molestia en Welf, quien ya estaba totalmente cansado de la actitud de Hestia y de la arrogancia que gano Lili después de ser nombrada capitana.
Pero de la nada, dicha discusión se cortó de golpe, siendo que Hestia de un momento a otro se puso pálida, para seguidamente comenzar a derramar lágrimas a la vez que temblaba levemente.
Lili: ¿Hestia-sama…? (Hablo un tanto confundida por el estado de su diosa, pero esa confusión cambio rápidamente a preocupación al ver como la pelinegra caía de rodillas) ¡¿Hestia-sama…?!
Hestia: N-No, e-es i-imposible… (Balbuceaba mientras se abrazaba a sí misma, a la vez que temblara y derramaba un mar de lágrimas) B-Bell-kun… N-No siento la Falna de Bell-kun… (Habla con cierta dificultad, para seguidamente romper en lágrimas)
Esto fue un golpe fuerte para Lili y Haruhime que se acercó al escuchar el ruido de la discusión, mientras que Welf miraba esto con duda, ya que solo avía unos pocos que podían darle pelea a Bell y en el caso de que lo atacaran, seria Bell quien los matase en vez de matarlo a él, por lo que sería muy difícil que estuviera muerto.
Y así una noche que traería un gran cambio en Orario comenzó, sin saber que las balanzas de poder entre las familias principales comenzaban a cambiar lentamente.
Además de que un nuevo amor comenzaba a nacer entre una herrera y un conejo de la suerte.
Fin del prólogo.
¡Nueva Historia…!
Del 1 al 10 cuanto le dan al capítulo.
Deja tu estrellita si te gusto.
Yo soy Horst y nos vemos en el siguiente capítulo…
