Hola queridos lectores.
Tuve una semana muy pesada, pero hice todo lo posible por traerles una nueva actualización. Agradezco infinitamente a todos los que se han tomado su tiempo para leer, ahora que FanFiction muestra el número de visitas, me doy cuenta el alcance que tiene esta historia. Muchas gracias a quienes han dado seguir y agregado a sus favoritos.
Shikon de Oz: No, no puedes morir, tienes que llegar hasta el final. Además, si no estás, ¿quién golpeará a Koga? Jajaja. Me alegra que hayas pasado por todas las emociones, eso quiere decir que voy por buen camino. Y claro, cuando necesites ayuda, no dudes en preguntarme. El apoyo entre colegas es lo mejor. Espero que este capítulo te resulte interesante.
Cbt1996: Por fortuna todo quedó en una cruel pesadilla, producto del terror vivido con Koga. Y con Inuyasha a su lado, Kagome ha logrado superar sus miedos, y éste no podía ser la excepción. Fue una entrega más emocional que física, esta parejita se profesa un amor indescriptible que ojalá puedan mantener. Respecto al tema de los cuidados, me pareció interesante abordarlo, quizás no como el tema principal, pero si como un elemento importante en nuestras vidas y no solo de los personajes. Ojalá que este capítulo también logre transmitirte muchas emociones.
Rosa Taisho: Perdón jajaja, no es ser mala, es dejarte con el suspenso. Me alegra que tu corazoncito haya recuperado su paz y tranquilidad al saber que solo era una horrible pesadilla. Y bueno, el que Koga y Kikyo estén sueltos por ahí, ya significa peligro tanto para Kag como para Inuyasha. Esperemos que le den más tiempo de felicidad a nuestros protagonistas. En este capítulo se despejará la duda de si está o no embarazada. Ojalá sea de tu agrado.
Rocio K. Echeverria: Inuyasha ama demasiado a Kagome, que incluso no puede imaginar su vida sin ella a su lado. Él haría cualquier cosa con tal de hacerla sentirse protegida en todos los sentidos. Efectivamente, su vida sexual inició con Inu, pero olvidó tomar en cuenta ese pequeño detalle, que podría traerle dolores de cabeza jajaja; y en este capítulo se sabrá que pasará. Kikyo es alguien con quien no se debería bajar la guardia, esperemos que no aparezca para arruinar la felicidad de esta parejita. Espero que disfrutes este capítulo.
Karii Taisho: Lo siento jaja, creo que asusté a todos con ese adelanto, pero se trataba de dejarlos en suspenso. Y si te soy sincera, el lemon no estaba en mis planes, pero este es uno de los tantos capítulo en que son los personajes quienes me van llevando en la trama y decidieron tener ese encuentro pasional y sanador para Kag. En este capítulo sabremos si Morohita ya nos acompañará en esta historia. Ojalá que te guste este capítulo.
Sin más, aquí les dejo el capitulo 15 de esta bella historia.
CAPITULO 15: BUENAS O MALAS NOTICIAS
Narra Kagome
Flash Back
Después de salir del baño, Inuyasha y yo caminamos hacia la pista de baile, mezclándonos entre la multitud, hasta que la voz de Rin nos sobresaltó.
-Kag, ¿Dónde estaban? -preguntó curiosa.
-Bailando -respondí un poco nerviosa- ¿Ustedes donde estaban?
Ayame nos observó detenidamente con una sonrisa pícara y me susurró al oído.
-Tienes cara de recién follada -mis mejillas se ruborizaron en ese instante, y agradecí por la tenue luz del lugar que Ayame no lo pudiera notar-. Dime que te estás cuidando, Kag.
Esa frase me golpeó como un balde de agua fría, haciendo que el ambiente se volviera tenso de inmediato. No podía creer que había pasado por alto ese pequeño detalle, y un nudo de preocupación se formó en mi estómago. Estaba a punto de responderle cuando vi a Inuyasha un poco incómodo, y parecía que buscaba a alguien entre la multitud. Ignoré a Ayame y me acerqué a él.
-¿Pasa algo, Inuyasha? -pregunté preocupada.
Fin Flash Back
El recuerdo de aquella noche en el antro y las palabras de Ayame se aferraban a mi mente como sombras persistentes. Dejarme llevar por la pasión me hizo olvidar todo. ¿Y si estoy embarazada? Esa inquietante posibilidad me comenzó a atormentar, y la realidad de no estar lista para ser mamá chocaba con las metas que aún tenía por alcanzar.
-Kag ¿Te estás cuidando? -insistió Ayame
-Yo… -dije titubeante
-Claro que se está cuidando. -intervino Rin- Estás hablando de Kagome Higurashi, la persona más responsable que conozco
-Rin, para ser sincera... olvidé ese pequeño detalle -respondí avergonzada, bajando la mirada, mientras Rin me miraba sorprendida
-Novata -bromeó Ayame aligerando la tensión en el ambiente-. Según mis cálculos, en estos días debe llegar tu periodo, así que lo mejor es esperar para descartar la idea de un posible embarazo.
Escucharla decir esa palabra produjo en mí una oleada de nerviosismo y ansiedad. Aunque Rin y Ayame seguían hablando, sus voces se percibían distantes, como si estuviera en un túnel. Comencé a sudar frío, sintiendo cómo la preocupación se intensificaba. La espera se tornaba cada vez más angustiante, y mi mente se sumía en un torbellino de pensamientos sobre las posibles consecuencias de aquel descuido. Intenté mantener la compostura frente a mis amigas, pero la incertidumbre sobre lo que vendría acentuaba la sensación de desconcierto. Las palabras de Ayame resonaban fuerte en mi cabeza: " En estos días debe llegar tu periodo". Pero ¿si no llegaba? Respiré profundamente y me dejé caer en la cama.
-¡Kag! -dijeron al unísono.
-Bien, no tengo más opción que esperar -solté frustrada- Pero... -las miré seriamente- No mencionen nada frente a Inuyasha.
Ambas asintieron con complicidad, comprendiendo la delicadeza de la situación. Mantener este secreto se volvió una carga compartida entre nosotras, y la complicidad entre amigas se fortalecía. Terminamos de empacar las últimas cosas, y esperamos a que Inuyasha llegara por nosotras.
XxXxXxXxXx
Los días transcurrieron más lentamente de lo que había pensado. En primera, estaba adaptándome a mi nueva vida junto a Inuyasha. En segunda, él había insistido en que descansara unos días para recuperarme por completo de lo sucedido con Koga, incluso contactó a la Directora del Colegio para notificar mi ausencia. Y en tercera, la preocupación por un posible embarazo se intensificó cuando mi periodo no llegó.
-Kag, ¿Estás bien?
La voz de Inuyasha me sacó de mis pensamientos. Estábamos en el sofá viendo una película, a la cual le había dejado de prestar atención.
-Si, amor, estoy bien, -mentí- ¿Por qué lo preguntas?
-Te veo preocupada, ¿Pasó algo?
¡Felicidades, Inuyasha! Creo que seremos padres. Lo miré directamente a los ojos en un intento por saber cuál sería su reacción si le dijera mis sospechas; probablemente tendría las mismas que yo: ansiedad, miedo, incertidumbre. Y si en sus planes no estaba el ser papá, podría reprocharme el no haberme cuidado, lo cual podría desencadenar una discusión debido a que el descuido habría sido responsabilidad de ambos.
El sonido de mi teléfono me distrajo de mis pensamientos. Lo miré con alivio, agradecida por el respiro temporal que me brindaba aquella distracción.
-Es Rin -mencioné mientras tomaba el teléfono.
- Kag, ¿Alguna noticia? -su pregunta me puso nerviosa, e intenté disimularlo
-Me parece bien, nos vemos en tu casa. -Inuyasha sonrío, me dio un beso en la frente y se fue a nuestra habitación
- ¿Qué? Kag, no me entendiste…
-Sí, dile a Ayame que no tardo
- Oh, creo que no puedes hablar. Entonces le avisaré que nos vea aquí en mi casa.
-Perfecto, -suspiré aliviada-. Nos vemos en un rato. -terminé la llamada.
Me puse de pie para buscar mi bolsa, y me sorprendió ver a Inuyasha en la puerta con las llaves del auto y mis cosas.
-¿Lista para ir a casa de Rin? -preguntó divertido
-¡Que buen servicio! -Exclamé acercándome a él y abrazándolo por la cintura-. Podría acostumbrarme a esto.
-Créeme, pequeña, que este servicio lo cobraré por la noche. -respondió con una sonrisa pícara.
-Tendré que hacer el esfuerzo para saldar la deuda, Sr. Taisho. -Me estiré de puntillas para alcanzar sus labios, cerrando el momento con un beso lleno de complicidad y promesas.
Narra Inuyasha
Mientras Kagome hablaba en privado con Rin, decidí revisar mi teléfono, notando un mensaje inquietante de Miroku que agitó mi tranquilidad: "Tenemos indicios de que quisieron violar la seguridad de la empresa". La gravedad de esas palabras me golpeó como un puñetazo. De inmediato, mi mente se llenó de preocupación y preguntas. ¿Qué estaba sucediendo en la empresa? ¿Había algún peligro real para nosotros?
Decidí mantener la calma, al menos por ahora, y responder a Miroku para obtener más detalles. Mis dedos teclearon con rapidez en la pantalla del teléfono: "¿Qué ha pasado exactamente? ¿Hay alguna amenaza concreta?"
Mientras esperaba su respuesta, observé a Kagome terminar su conversación con Rin. Así que tomé las llaves del auto y su bolsa.
-¿Lista para ir a casa de Rin? -pregunté mientras ella me miraba sorprendida.
-¡Que buen servicio! -Exclamó acercándose a mí y me abrazó-. Podría acostumbrarme a esto.
-Créeme, pequeña, que este servicio lo cobraré por la noche. -respondí con una sonrisa pícara atrayéndola más a mi cuerpo.
-Tendré que hacer el esfuerzo para saldar la deuda, Sr. Taisho. - bromeó mientras se estiraba de puntillas para besarme.
-Tus besos son adictivos -susurré sin alejarme de su boca.
En ese instante, la respuesta de Miroku llegó, aunque no tranquilizó mis preocupaciones: "Hemos detectado intentos de acceso no autorizado a nuestros sistemas. Estamos investigando". Solté un suspiro frustrado.
-¿Todo bien? -preguntó Kagome con un dejo de preocupación
-Sí. -mentí, no quería preocuparla más de lo que ya estaba-. Iré un rato a la empresa por unas firmas que Miroku necesita.
-Entonces yo me iré en taxi
-Claro que no, pequeña. -intervine con firmeza-. Yo te llevaré, y no acepto un ' no' por respuesta.
-Mi amor, no quiero retrasarte…
-Nada de eso, Kag. -La interrumpí-. Además me queda de paso. -Me miró no muy convencida pero terminó accediendo.
-Está bien, vamos. -Asentí y nos encaminamos al auto.
Dejé a Kagome en casa de Rin y conduje con rapidez a la empresa. El mensaje de Miroku resonaba en mi mente, y la incertidumbre sobre la seguridad de la empresa aumentaba con cada minuto que pasaba. Al llegar, me dirigí directamente a la zona donde se estaba llevando a cabo la investigación. Miroku estaba revisando los registros y discutiendo con el equipo de seguridad. Me acerqué, buscando buenas o malas noticias.
-Miroku, necesito saber más detalles. ¿Qué tipo de acceso no autorizado estamos enfrentando? - pregunté, expresando la preocupación que pesaba sobre mí.
-Estamos rastreando intentos de acceder a los archivos del nuevo proyecto- Levantó la mirada, sus ojos reflejaban seriedad-. Aún no sabemos la gravedad del problema, pero estamos tomando medidas preventivas.
-¡Maldición! -grité frustrado-. Es un problema grave, si lograron sacar los archivos, todo nuestro esfuerzo se fue a la mierda. -Golpeé con fuerza una de las sillas, que quedó girando por el impacto.
-Te entiendo, Inuyasha; pero poniéndote así no lograrás nada. -Aventó los documentos al escritorio.
La frustración que ambos estábamos experimentando era palpable en el aire. Respiré profundamente, intentando recuperar la calma. La magnitud del problema se hacía evidente, y cada momento perdido aumentaba la ansiedad.
-Vayamos a tu oficina y dejemos trabajar al equipo, por favor. -propuso Miroku y asentí en silencio.
-Lo siento. -Dijo Sango ingresando de pronto a la oficina de seguridad-. Vine lo más rápido que pude. ¿Qué han averiguado?
Miroku le explicó los detalles de la situación: los intentos de acceso no autorizado, la amenaza potencial a la seguridad del proyecto y las medidas que estaba implementando para contener la situación. Sango asentía con seriedad, y sus ojos reflejaban extremada preocupación.
-Debemos ser rápidos y eficientes en nuestra respuesta. Necesitamos asegurarnos de que no haya más vulnerabilidades y de identificar a la fuente de esta amenaza.
-Podemos ir a la oficina de Inuyasha, por favor. -Insistió Miroku. Sango y yo nos miramos extrañados y asentimos.- Ginta, ¿en dónde está Hakkaku? -preguntó buscando al muchacho.
-No lo sé, señor. -Hace unos minutos estaba aquí. -dijo encogiéndose de hombros. Miroku recorrió todo el lugar con la mirada.
-Bueno, te dejo a cargo. Si logran averiguar algo, me llamas de inmediato a la oficina del Señor Taisho. -ordenó con firmeza.
-Entendido, señor.
En ese instante, un fuerte estruendo nos sobresaltó a todos; era la puerta que se cerró de golpe. Traté de abrirla, pero fue inútil; nos habían encerrado desde afuera.
-¿Qué demonios está pasando? -exclamé desconcertado.
Intentamos entender la situación, pero la confusión aumentó cuando nos dimos cuenta de que la señal se había perdido y todas las computadoras comenzaron a fallar al mismo tiempo. Un zumbido inquietante llenó la habitación, mientras las pantallas parpadeaban y los dispositivos dejaban de responder. La emergencia había tomado un giro aún más grave, sumiéndonos en la oscuridad de la incertidumbre y la urgencia de encontrar respuestas.
Narra Kagome
Llegué a casa de Rin. Las paredes de tono suave daban la bienvenida a las enredaderas que trepaban con gracia. El jardín delantero, pequeño pero acogedor, albergaba una variedad de flores y plantas que le daban un toque hogareño al lugar. La puerta principal, era de madera desgastada pero cuidadosamente mantenida.
Toqué la puerta, y segundos después, Rin abrió con una sonrisa cálida que iluminó su rostro.
-¡Kag! ¡Qué bueno que llegaste! -exclamó con entusiasmo.- Pasa, Ayame está en mi habitación.
-Gracias, Rin.
La seguí a una pequeña habitación decorada con colores suaves y detalles acogedores. Ayame estaba tirada en la cama escribiendo en su celular, lo que supongo era un mensaje para alguna de sus citas.
-¡Kag! -exclamó al verme-. ¿Cómo estás? -preguntó con un dejo de preocupación.
-Chicas; -ambas me miraron fijamente-. Creo que… -cerré los ojos y solté un suspiro frustrado-. Creo que estoy embarazada.
-¿Qué? -gritó Rin sorprendida.
-¿Ya te hiciste la prueba? -Preguntó Ayame
-No, me da miedo ver el resultado. -Me aventé en la cama, a lado de Ayame, y cubrí mi rostro con mis manos-. Pero es obvio; mi periodo debió llegar hace 3 días, y nada.
-Kag, todo estará bien -dijo Rin, tratando de tranquilizarme.
-Tranquilas, no se adelanten. - expresó Ayame, intentando mantener la calma en la habitación. Tomó su bolsa y sacó una prueba de embarazo-. Entra al baño y sigue las instrucciones. -La miré dudosa-. Vamos, Kag, ¿Quieres salir de dudas o no?
Asentí nerviosa, tomé la prueba y entré al baño. Abrí la caja y saqué la prueba de embarazo, siguiendo con atención las instrucciones. La ansiedad se mezclaba con la esperanza mientras esperaba el resultado que podría cambiar mi vida de formas que aún no podía imaginar.
No podía aguantar más la espera, necesitaba saber si eran buenas o malas noticias. Mis pensamientos se agolpaban en mi mente, creando un torbellino de emociones; mi corazón latía con fuerza, como si pudiera escuchar su pulsar acelerado en la quietud del pequeño espacio. Salí del baño con la prueba en mis manos, y mis ojos se encontraron con los de mis amigas. Un suspiro escapó de mis labios, y cerré los ojos por un momento, como si pudiera encontrar consuelo en la oscuridad temporal.
-¿Positivo o Negativo? -preguntó Rin muy ansiosa.
-Aún no sé. -musité.
Ambas se acercaron, y de alguna manera sentí un gran apoyo a medida que compartía el resultado incierto con dos de las personas que más me importaban. La habitación se llenó de un silencio cargado de expectación mientras enfrentábamos juntas el veredicto que cambiaría el curso de mi vida.
-¡Maldición! -exclamé cuando finalmente, la prueba arrojó el resultado.
-Positivo -declaró Rin, al mismo tiempo que mis piernas flaquearon y caí sentada en la cama.
-No nos adelantemos.- Intervino Ayame.- Haz otra vez la prueba, Kag. En alguna extraña ocasión, éstas llegan a fallar.
Mis manos temblorosas sostenían la prueba, mientras la realidad de la situación se asentaba con fuerza en mi mente. La sugerencia de Ayame resonó en mis oídos como un destello de esperanza en medio de la incertidumbre. Aunque temía el veredicto, sabía que repetir la prueba era necesario para confirmar el resultado. Tomé la segunda caja y entré nuevamente al baño, pero esta vez no salí, quería estar sola cuando obtuviera el nuevo resultado.
Cinco minutos después, con el corazón latiendo con ansias, observé la prueba. Un sentimiento de alivio y gratitud me invadió al ver que el resultado era negativo. Un suspiro escapó de mis labios, liberando la tensión acumulada. Salí del baño con una sonrisa temblorosa, compartiendo la noticia con Rin y Ayame.
-Negativo - murmuré, sintiendo el peso de la preocupación levantarse de mis hombros.
-Que alivio, Kag. -Rin abrazó.
-De todas maneras, deberías ir a una revisión con el ginecólogo. -Propuso Ayame-. Y de paso que te recete unos anticonceptivos. -guiñó el ojo.
-Yo si quería ser tía -mencionó Rin con un dejo de nostalgia.
-Rin -gritamos al unísono
-Te verías muy linda con tu pancita -agregó, provocando risas en la habitación.
-Quizás en un futuro. -respondí-. Por ahora, prefiero solo ser Inuyasha y yo. Además, no sé qué pase más adelante.
-¿Qué podría pasar? Todo va de maravilla entre ustedes. -Comentó Rin, y tenía toda la razón.
Las cosas entre Inuyasha iban cada vez mejor, incluso ya estábamos viviendo juntos, pero eso no nos hacía ajenos a los problemas que se pudieran suscitar en el futuro, sobre todo con Koga rondando por la ciudad
-Relájate, Kag. Todo estará bien. -mencionó Ayame, comprendiendo mi preocupación.
Narra Inuyasha
Miroku seguía intentando acceder a la información crucial, pero cada intento era frustrado por la falta de conexión. Sango, con mirada preocupada, buscaba alguna explicación lógica mientras yo inspeccionaba la puerta en vano, tratando de encontrar una manera de abrirla.
-¡Esto no tiene sentido! -exclamó Miroku, frunciendo el ceño al ver que sus esfuerzos eran en vano.
-¿Puede ser un ataque externo? -sugirió Sango, examinando las computadoras con gesto reflexivo.
En medio de la incertidumbre, un sonido metálico resonó en la habitación, revelando que algo más estaba ocurriendo. La puerta se abrió de golpe, revelando a Hakkaku, quien lucía angustiado y con manchas de sangre en el rostro.
-Hakkaku -gritó Ginta
-Robaron… robaron en… las oficinas –dijo cayendo de rodillas al suelo-. Escuché ruido y fui a verificar, cuando alguien me golpeó en la cabeza.
-Hay que llevarlo al hospital para que lo revisen. -ordené.
-Yo me encargo. -respondió Miroku ayudando a Hakkaku a ponerse de pie.
-Gracias, Miroku.
-Estoy llamando a la policía -mencionó Sango y asentí mientras salíamos de la oficina de seguridad.
Nos dirigimos a mi oficina lo más rápido posible. La escena era caótica, con papeles esparcidos por el suelo y los muebles volcados. Había un aire de tensión en el ambiente.
-La policía está en camino -dijo Sango entrando y observando todo el desorden en el lugar-. Hay algo que me resulta muy extraño en todo esto
-¿Qué cosa?
-La puerta de tu oficina queda bajo llave, pero no se ve forzada. -Frunció el ceño mientras señalaba hacia la puerta de mi oficina-. Es como si alguien hubiera tenido acceso sin necesidad de romper la cerradura.
-¿Quieres decir que el ladrón podría tener la llave de mi oficina?- pregunté sorprendido- Pero ¿Cómo?
-Debe ser alguien que trabaja en la empresa. Tiene fácil acceso a las oficinas y a las cámaras de seguridad.
Todo cuadraba a la perfección: la puerta sin forzar, el bloqueo de la señal telefónica y la falla en el sistema de seguridad, confirmaban las sospechas de Sango.
-Parece que este robo fue más planificado de lo que pensábamos-. Abrí la laptop y para mi sorpresa estaba encendida-. ¡MIERDA!
-¿Qué pasa?
Sango se acercó y observó el cuadro que aparecía en al pantalla con la leyenda: " Los archivos se han copiado correctamente".
-Robaron los archivos del proyecto. -Llevó su mano hacia su boca mientras asimilaba la gravedad de la situación.
-Y eso no es todo. -Le mostré un papel que estaba bajo la laptop.
En la hoja se leía con letras grandes y amenazadoras: " Esto es solo el comienzo, Taisho. Prepárate para llevar a la ruina todo lo que has construido ". La tensión en la habitación aumentó mientras ambos procesábamos la amenaza implícita en esas palabras. Estábamos enfrentando algo mucho más grande de lo que habíamos imaginado inicialmente.
Les agradezco infinitamente si llegaron hasta aquí, y también a quienes me dejan su review, es el mejor regalo que puedo recibir.
Nos leemos pronto.
