John Phoenix estaba completamente desnudo salvo por su ropa interior.
Era extremadamente musculoso con enormes pectorales y bíceps que normalmente estaban ocultos bajo su icónico traje verde y corbata azul. Sus venas eran enormes y latentes. Cuando flexionaba sus músculos sus venas se ponían de un color púrpura negruzco y sobresalían como cuerdas gruesas. Esto era una señal de ser más sano y viril que la mayoría de los otros hombres.
Estaba participando en un examen físico, porque la primera cosa que tenía que hacer antes de convertirse en abogado militar era ser examinado por un doctor del ejército y ser considerado apto para el servicio. Hasta ahora había pasado todas las pruebas con grandes resultados.
Actualmente John Phoenix estaba parado sobre una báscula. Pero no era cualquier báscula. Esta era una báscula que también medía la altura de la persona encima de la báscula. John Phoenix medía 1,77 m, lo que era 2 cm mejor que su tío Phoenix.
Solo otra forma más en la que el sobrino había superado al tío.
El doctor asintió. "Hmm, sí, muy bien." Marcó algo en su portapapeles. "Bueno, John Phoenix, ya demostraste que tu salud cardiovascular es perfecta cuando corriste 1600 metros en menos de tres minutos en la cinta de correr, así que ahora revisaremos tu fuerza física.
John Phoenix se colocó debajo para hacer press de banca y comenzó a hacer repeticiones con la mancuerna (135 kilos).
"Esto es demasiado fácil. Dame más peso."
El doctor y las enfermeras colocaron más pesos.
John Phoenix subió y bajó la mancuerna "¡Venga ya! ¿Qué es esto, 450 kilos? Podría levantar esto con un brazo. ¡MÁS PESO!"
No había más pesos para colocarle a la mancuerna, así que las dos enfermeras (Rhoda Teneiro y Lauren Paups, las dos estaban enamoradas de John Phoenix) se sentaron en los extremos de la mancuerna.
"Oh, lo siento," dijo John Phoenix, levantando vigorosamente, dándole a ambas mujeres el viaje de su vida, "¿es que acaso dos diminutas motas de polvo cayeron sobre la mancuerna? ¡MÁS PESO!"
Matt Engarde y Shelly de Killer los sirvientes de John Phoenix empezaron a saltar arriba y abajo sobre la mancuerna, pero no sirvió de nada; eran incapaces de darle a John Phoenix un desafío satisfactorio. Hizo que todos se bajaran en amarga decepción y entonces lanzó la mancuerna en una esquina y destruyó algo de equipamiento médico caro.
"Qué pérdida de tiempo más monumental," se quejó. "Eso no fue para nada un desafío para mí, John Phoenix."
John Phoenix terminó su examen físico, y a pesar del hecho de que John Phoenix nunca había hecho ejercicio en su vida, se determinó que era el hombre más fuerte y sano que alguna vez haya dado el examen en la historia de los exámenes físicos.
John Phoenix se vistió y entonces sacó el distintivo mágico de su tío. Tenía el distintivo ahora porque se lo había robado a su tío antes de que lo arrestaran por sus crímenes. Después de todo, no podía permitir que un artefacto mágica tan poderoso cayera en las manos de la policía. Estaría más seguro con él.
"¿Por qué Buddy Johnson hizo que Merlín creara este distintivo mágico...?" se preguntó en voz alta. "¿Y por qué le dio a mi versión infante poderes mágicos?"
John Phoenix se preguntó esto por unos pocos segundos, pero entonces se aburrió, así que fue a reportarse de vuelta con Edgeworth.
Caminaron brazo con brazo a través de la base es decir Fort Gant, que se llamaba así en honor al padre de Damon Gant, Bobby Gant, que había sido un general famoso en sus tiempos.
Entonces fueron al campo de tiro y Edgeworth le entregó a John Phoenix un rifle. Edgeworth apuntó a un muñeco de entrenamiento a lo lejos.
"Para convertirte en abogado militar debes poseer una puntería excelente," explicó Miles Edgeworth. "Después de todo, nunca podemos estar seguros de cuándo las salas de las cortes militares serán atacadas por el enemigo. Si bien nuestros roles no son estrictamente combativos, siempre debemos estar listos y dispuestos para luchar si la situación lo requiere."
John Phoenix le dio la vuelta al rifle en sus manos. Entonces lo lanzó como un cuchillo y voló cientos de metros por el campo y la bayoneta apuñaló al muñeco en la cabeza.
"Impresionante, qué tiro más excelente," dijo Edgeworth. "Buen trabajo, John Phoenix. ¡Muy poco ortodoxo, pero buen trabajo!"
"Ese rifle era inútil," dijo John Phoenix. "Solo usaré mi M16 personalizada o mi pistola angelical."
Ahora, quedaba el paso final para convertirse en abogado militar, que era algo que tenía que hacer antes de poder ir a Khurain y servir junto a Edgeworth: ganar un simulacro de juicio que se hacía con muñecos.
Fueron a la sala de entrenamiento y Edgeworth colocó algunos muñecos en los lugares apropiados para representar a la acusación, el testigo y el acusado. Entonces Edgeworth se sentó sobre unas bolsas de arena. Estaba haciendo el rol del juez.
"Ahora que todo está listo, podemos comenzar con el juicio," dijo Edgeworth. Llevaba el vestido de su madre muerta como toga porque no tenía una toga de juez que usar.
"En la mesa frente a ti encontraras toda la evidencia relacionada con este juicio, así como la declaración del testigo. En resumidas cuentas, al acusado se le imputa matar a su oficial superior con una granada de fragmentación. Como abogado defensor militar es tu trabajo asegurarte de que reciba una defensa adecuada. Ahora, ¿qué haces?"
John Phoenix examinó la evidencia. Consideró cuidadosamente los hechos del caso y revisó la transcripción de la declaración del testigo. Entonces asintió con la cabeza una vez, y entonces de nuevo. Agarró una de las evidencias, un cuchillo Bowie, y saltó sobre la mesa y empezó a apuñalar al muñeco hasta matarlo.
"Mato al testigo," explicó John Phoenix.
"Ese es el acusado, John Phoenix," respondió Edgeworth. "El testigo está por allá."
John Phoenix saltó sobre el banquillo de los testigos y apuñaló al muñeco del testigo hasta matarlo.
"Muy bien, así que matas al testigo," dijo Edgeworth. "Explica tu lógica."
John Phoenix sonrió. "Es simple. ¡No solo es el testigo el verdadero asesino, en realidad es un agente del enemigo!"
"¿Oh? ¿Y cómo llegaste a esa conclusión? Muestra tu trabajo." Edgeworth no iba a dejárselo fácil. Demandaba perfección de todos, incluso de su mejor amigo del mundo John Phoenix.
"Es simple, su señoría. ¿No cree que es algo sospechoso que este testigo sea un testigo para empezar? ¿No es demasiado conveniente? ¡Después de todo, al decir que fue testigo del crimen, sospechosamente se crea una coartada para sí mismo, porque si fue testigo del crimen, le habría sido imposible haber cometido el crimen! Adicionalmente, el crimen ocurrió durante la noche, que es cuando la gente duerme, así que es sospechoso que estuviera despierto y fuera testigo de un crimen en una hora tan sospechosa."
Edgeworth acarició su mentón pensativamente, dejando que este astuto análisis lo bañara como agua lógica fluyendo de una catarata conectada al cerebro de John Phoenix.
"Ya veo," dijo Edgeworth pensativamente, acariciando su mentón. "En efecto es sospechoso que este testigo fuera testigo de este crimen. Pero no tenías motivos para matarlo."
John Phoenix sonrió. "El comportamiento sospechoso del testigo solo es lo que me llevó a que sospechara de él como sospechoso, su señoría. Lo maté porque hice deducciones basadas en buena lógica y muy buena evidencia." Apuntó con su dedo índice, esforzando cada músculo y uña en su dedo. "¡Toma ya!"
Presentó la declaración del testigo.
"¿Qué?" dijo Edgeworth, pretendiendo estar sorprendido. "¡¿La declaración del testigo?! ¿Esto prueba que el testigo no era un testigo?"
"Oh, el testigo era un testigo, eso es cierto... ¡un testigo de su propio crimen!" exclamó John Phoenix. "Verá, el testigo decía haber visto al acusado lanzar una granada VERDE dentro de la habitación de la víctima." Golpeó el banquillo de los testigos. "¡Pero como ya sabe, el ejército usa dos colores distintos para las granadas de mano, verde oscuro y azul oscuro! Este crimen tuvo lugar durante la noche. Estaba oscuro. ¡La única manera en la que el testigo podría haber sabido que era una granada verde es si él mismo hubiera lanzado la granada!"
"Brillante lógica, Sr. John Phoenix," dijo el juez es decir Edgeworth.
John Phoenix sonrió aún más. "Oh, pero aún no he acabado. ¡Hay OTRA evidencia que apunta al testigo como el verdadero asesino, una evidencia que hasta ahora no había sido explicada que solo tiene sentido en el contexto del testigo siendo el verdadero asesino! ¡TOMA YA!"
John Phoenix presentó el cuchillo que había usado para matar al acusado y al testigo.
"Verá," explicó, "este cuchillo pertenece al testigo. Tiene sus iniciales. Fue hallado en la escena del crimen. ¿Pero por qué? La respuesta es simple. ¡A la víctima NO la mataron con la granada! En su lugar, el testigo apuñaló a la víctima algún momento antes con su cuchillo. Entonces, para ocultar la verdadera causa de su muerte, lanzó la granada dentro de la habitación lo que provocó que el cuchillo se cayera para que pareciera que hicieron estallar a la víctima en lugar de matarla con el cuchillo del testigo."
El Edgeworth admiró esta hermosa demostración de lógica. "Muy bien, Sr. John Phoenix," dijo "¡Declaro al acusado NO CULPABLE!
Desafortunadamente, mataste al testigo, y este era inocente hasta que se demostrara lo contrario, así que me temo que tendré que llevarme tu distintivo y quitarte tu título militar por violar el debido proceso."
"Ja, ja, ja..." John Phoenix solo echó la cabeza atrás mientras reía. "¡Su señoría, matar al testigo fue un acto de legítima defensa preventiva! ¡Porque el hombre era un terrorista y tenía granadas en sus pantalones! ¡Iba a volarnos en pedazos a todos!"
"¿Qué?" preguntó el juez, sorprendido pero no realmente porque esto solo era un simulacro de juicio no uno real. "¿Pero cómo podrías haber sabido eso? Explícate."
"Simple. Me temo que esto es un poco vulgar, su señoría, pero téngame paciencia. El hombre tenía dos objetos esféricos en sus pantalones, y a primera vista uno podría asumir que los objetos solo eran parte del escroto del hombre. Después de todo, llevaba pantalones muy apretados. Pero leí el perfil del testigo en el acta del juicio, y este claramente dice que él perdió trágicamente su escroto en Khurain. Así que obviamente los objetos en sus pantalones, eran, de hecho granadas que llevaba para usar como último recurso si lo descubrían. Así que matarlo de mi parte era completamente necesario, y también estaba moralmente justificado."
Edgeworth sonrió y comenzó a aplaudirle. "¡Bravo, John Phoenix!" gritó. "Has superado con facilidad mi pequeño juicio y has probado que eres merecedor de ser abogado defensor militar. Como abogado del ejército jefe, te saludo."
Colocó un segundo distintivo en la solapa de John Phoenix. John Phoenix estaba radiante de orgullo, porque ahora tenía legalmente permitido defender a la gente tanto en la corte, como en la corte militar.
Ahora era el anochecer. John Phoenix y Miles Edgeworth, habiendo aclarado todo con los oficiales de alto rango, fueron al aeródromo a abordar el avión de Miles para volar a Khurain.
"Buena suerte, Miles," dijo Carlos Flavioli. Carlos Flavioli era amigo de Edgeworth y también era otro fiscal militar. Carlos Flavioli tenía gafas de sol. "Desearía poder ir contigo, pero mis pies y columna vertebral rotas me lo impiden. Felices cielos... compañero."
"Adiós, Carlos Flavioli," dijo Edgeworth. Era amigo de Carlos Flavioli.
Edgeworth se puso su casco de vuelo, se colocó sus gafas protectoras, dio vueltas a su bufanda alrededor de su cuello y se subió al asiento del piloto de su nuevo triplano, "El Edgeworth II". Era el triplano más grande que alguna vez haya sido creado porque tenía cinco asientos. Las motocicletas de John Phoenix y Matt Engarde también estaban atadas a los lados del avión.
"¡Todos a bordo!" Miles hizo sonar el volante.
John Phoenix se sentó en el asiento directamente atrás de Miles, y Matt Engarde, Shelly de Killer y Merlín se sentaron en los otros asientos. El avión despegó y comenzó su largo vuelo sobre el océano Pacífico hacia Khurain, donde John Phoenix esperaba hallar la verdad detrás del bolígrafo mágico y la conspiración para inculpar a su tío Phoenix.
"Perfectas condiciones de vuelo," resaltó Edgeworth. "Oh miren, una manada de gansos." Disparó las ametralladoras y acabó con todos los gansos. Sus cuerpos cayeron a la tierra y flotaron sobre el océano. Edgeworth abrió el compartimiento de las bombas y soltó una bomba y esta explotó justo sobre el agua y voló en pedazos los cadáveres de los gansos y envió plumas volando por todos lados. De tal mentor, tal aprendiz.
"Buen trabajo matando a esos gansos, tío," dijo Matt, haciendo un pulgar arriba.
"Ja, ¿qué te pareció eso, John Phoenix?" preguntó Edgeworth. No hubo respuesta. "¿John Phoenix?"
John Phoenix estaba perdido en sus pensamientos. Estaba jugueteando con la bala que contenía el alma de su madre. Estaba llevando la bala en su cuello junto a sus chapas de identificación.
John Phoenix le había preguntado a Merlín si había alguna forma de liberar el alma de su madre de la bala para que pudiera ir al cielo donde pertenecía, porque era una mujer de Dios, pero Merlín recién le había dicho que era imposible. Nadie podía liberar a alguien de una bala angelical, ni siquiera Dios.
De repente se sorprendió de sentir algo húmedo saliendo de las cuencas de sus ojos y bajando por su cara. Por un momento surreal pensó que sus ojos estaban sangrando, pero no, solo estaba llorando. Tocó sus lágrimas y entonces extendió su mano, sorprendido. ¿Él? ¿Llorando? Nunca había llorado antes, ni siquiera cuando recién había nacido hace dos meses.
En ese momento John Phoenix se dio cuenta de cuan solo realmente estaba. Su madre estaba muerta, su alma atrapada en una bala para siempre; su padre había muerto antes de que John Phoenix siquiera hubiera sido concebido; su prima había sido enviada a un orfanato por un cruel giro del destino que nadie podría haber predicho; y su tío Phoenix Wright, el hombre al que más respetaba y admiraba, su héroe, estaba siendo abusado en prisión por guardias sádicos porque todos en Estados Unidos lo odiaban por ser un terrorista.
Intentó aguantar las lágrimas, pero no pudo, así que solo intentó mantener su llanto silencioso. Afortunadamente la única persona que podía ver sus lágrimas era Edgeworth, que lo observó brevemente por el espejo retrovisor, y entonces apartó la mirada con tacto del momento de vulnerabilidad de su amigo.
Era un caballero después de todo.
Continuará...
