Capítulo 6.
Aunque no muchos quieran aceptarlo, los tiempos de paz provocan que las personas se confíen y que los estándares de los guerreros bajen notablemente.
Esto lo comprendieron los habitantes de Orario de la peor forma posible, la confianza y arrogancia de un grupo de aventureros novatos de Ganesha provocó que miles de guerreros de Ares, junto a revividos de Ra entrarán en las murallas de la ciudad, con solo un propósito, matar a la mayor cantidad de aventureros y dioses.
La zona que anteriormente eran los territorios de Ishtar fueron invadidos rápidamente y con ello, unos cuantos dioses menores fueron enviados al cielo y sus hijos masacrados sin piedad.
Gracias a la rápida intervención de los dioses mayores de la ciudad, los aventureros de más experiencia fueron desplegados, logrando detener el avance de los invasores, quedando en un punto muerto.
Desde lo alto de Babel, Bell miraba la batalla con una expresión difícil de descifrar, algo no le cuadraba en todo esto, aunque Ares fuera un idiota al estar corrompido por el mundo humano, sabía que Ra no era cualquiera, por lo que algo más estaba escondido detrás de todo esto, sus instintos le decían que no debía bajar la guardia en ningún momento.
Hela: Esos son los dominios de Anubis… (Habló en un tono oscuro, ella era una diosa de la muerte y ver como cuerpos muertos eran revividos solo para ser carne de cañón le causaba una ira indescriptible) Anubis debió darle control de sus dominios a Ra antes de que fuera atrapado…
Izanami: En ese caso, sus invocaciones deberían ser más débiles, recuerda que Ra aun si es un dios mayor, no tiene el control total de los dominios de Anubis… (Habló en un tono carente de toda emoción, a pesar de que a ella le gustaba revivir a personas para torturarlas, solo lo hacía con la peor de las escorias, no personas inocentes o simples civiles)
Thor: Aun si mi Padre y Zeus me ordenaron no interferir en el conflicto de los mortales, no dijeron nada sobre ayudar con nuestro poder… (Habló con una media sonrisa, para seguidamente tomar el hombro de Bell, donde seguidamente una pequeña capa de rayos lo cubrió durante unos segundos) No sé mucho sobre tus brazos, pero eso te ayudará a controlarlos de mejor manera… además de una pequeña sorpresa… (Habló con una gran sonrisa, para seguidamente retirarse, dejando a los tres con una expresión nerviosa)
Izanami: Amaterasu ya te dio su bendición, así que creo que es mi turno… (Habló con una media sonrisa, para seguidamente tomar las manos de Bell con rapidez, solo para soltarlas segundos después, donde tapó rápidamente la mitad de su rostro con un pequeño abanico) Ahora necesitarás encontrar una Katana… (Habló en un tono un tanto burlón, para seguidamente desaparecer en pétalos de cerezo)
Hela: En mi caso ya tienes mi bendición, así que no creo que necesites otra… (Habló mientras volvía su mirada hacia el campo de batalla, recibiendo lo que pareció ser una carcajada de parte de Bell) Por cierto, te enseñaré a activar lo que te dio Thor… (Habló mientras se acercaba al peliblanco, para seguidamente susurrarle unas cuantas palabras al oído)
Mientras tanto, antiguas murallas del distrito del placer.
La batalla había terminado en un punto muerto, los guerreros de Ares y unos cuantos hijos de Ra habían retrocedido, dejando a los revividos como muro de carne ante los poderosos aventureros.
Lentamente las cosas comenzaban a complicarse, gracias principalmente a los aventureros novatos que creían que solo eran unos enemigos cualquiera y terminaban pereciendo bajo las manos enemigas, solo para seguidamente volver a levantarse y pelear junto al enemigo.
De la nada, un gran pilar de múltiples colores cubiertos de luz blanca cayó en medio del grupo de enemigos, calcinando a cualquiera que llegara a ser tocado por la luz.
Del pilar, una figura cubierta en rayos emergió, siendo acompañado de dos lobos, uno negro rojizo con marcas carmesí y uno blanco con marcas azules.
Mientras que los lobos acababan con todo lo que estuviera al alcance de sus fauces y garras, la figura se dirigió al grupo de la familia Loki, los cuales eran los que lideraban.
Lefiya: Eso era… (Habló sorprendida, siendo interrumpida por un serio Finn)
Finn: El Bifrost… (Habló igualmente sorprendido, solo para seguidamente tener que cubrirse cuando una fuerte ráfaga de viento lo golpeó)
Frente a ellos apareció Bell, quien estaba diferente, principalmente por la pesada aura arcana que lo cubría, pero algo que dejó un tanto frío a algunos, fueron los tatuajes rúnicos que cubrían parte de su piel expuesta.
Bell: Bien, escúchenme... hasta que no cerremos la muralla la prioridad es que no escapen... (Habló en un tono de mando, viendo a todo el grupo) Gareth, Lefiya, en los tejados, manténganse alerta, busquen patrones o ataques sueltos... Riveria, defiende el perímetro, si alguno se aleja o lo haces volver o lo haces cenizas... (Habló mientras miraba al dúo de Elfas y al sonriente enano, quienes dieron un asentimiento, para seguidamente dispersarse) Ais, intenta obstruir su paso no los dejes avanzar, controlas el viento, conviértelos en carne picada...(Habló mirando a la pelidorada, quien solo le regaló una sonrisa "enamorada" para seguidamente desaparecer rápidamente de un salto) Finn, Bete, ustedes quédense en tierra, combatirán aquí... (Habló mientras miraba a los nombrados, de los cuales el Beastman no le daba una buena mirada) Y Tione, Tiona... aplasten... (Habló finalmente con una sonrisa, la cual fue contagiada por las amazonas, quienes tomaron fuertemente sus armas, para seguidamente alejarse de un salto)
Después de esto el peli blanco se alejó en un estallido de velocidad, dejando una fuerte ráfaga de viento a su paso, causando que Bete diera un chasquido, molesto.
Bete: ¿Y por qué deberíamos hacerle caso a ese idiota…? (Pregunto molesto, solo para seguidamente esquivar el cuerpo calcinado de uno de los guerreros de Ares, el cual tenía un gran agujero en el pecho) Será mejor movernos… (Habló de forma perfectamente calmada, causando que Finn lo mirara con una gota estilo anime detrás de su cabeza)
Con Bell, este corría cortando o quemando/electrocutando a todo lo que se le pusiera por delante, siendo guerreros de Ares o simples revividos.
Mientras corría en dirección donde suponía que estaban los líderes, logró ver en la lejanía como un gran pilar de diamante se levantaba a metros de distancia, junto a lo que parecía ser una lluvia de estrellas y un enorme zorro dorado de nueve colas.
Con una sonrisa casi imperceptible, supo que su anterior equipo había llegado al campo de batalla y estaban dando lo mejor de sí.
De la nada, tuvo que dar un salto hacia atrás, esquivando una lluvia de flechas que, para su extrañeza, no se dirigían a él, sino a un grupo de guerreros de Ares que se encontraban frente a él.
Extrañado, se dio la vuelta, viendo a las dueñas de dichas flechas y unas viejas amigas suyas.
Bell: ¿Zoe, Phoebe…? (Preguntó fuera de sí, ellas eran las primeras hijas de Artemisa y sus cazadoras, aunque su presencia era imposible, ellas fallecieron cuando él derrotó al monstruo Antares y liberó a Artemisa)
Phoebe: No es bueno volver a verte Niño… (Habló con una media sonrisa, mientras cargaba una flecha en su arco, para seguidamente disparar a un revivido que estaba por atacar al peli blanco, quien movió su cabeza a un lado para esquivar la flecha)
Zoe: Ha pasado un tiempo Bell… (Habló con una media sonrisa, tomando dos dagas de su cinturón y cortando el cuello de un guerrero de Ares)
Bell: Si… mucho tiempo… (Habló aún sorprendido, solo para seguidamente esquivar dos flechas que casi lo dejan sin ojos, notando como estas golpeaban a dos guerreros detrás de él)
Phoebe: Después hablaremos, ahora lleva tu trasero al frente de batalla y acaba con estos bastardos… (Habló enojada, cargando dos flechas más en su arco)
Esto sacó de su estupor al peliblanco, quien, inseguro, dio un asentimiento y volvió a iniciar su carrera en dirección de donde suponía estaban los líderes, escuchando como el par de mujeres masacraba a todos los que se acercaban a ellas.
Cuando finalmente llegó al centro de todo, solo encontró destrucción y miles cadáveres tanto de enemigos como de aliados por igual, en el centro de todo, una figura encapuchada se encontraba parada, totalmente inmóvil.
Al notar la presencia de Bell, la figura cargo en su dirección, intentando cortarlo con una espada similar a un estoque, siendo esquivada fácilmente por Bell, quien invocó una espada corta de plata con grabados rúnicos, la cual usó para detener los erráticos ataques de la figura, quien viendo que no lograría nada, se alejó de un salto.
Ante la vista del peli blanco, la figura se sacó la capucha, revelando a una elfa, de cabello platino, ojos azules profundos y piel blanca como la porcelana, pero lo más destacable de ella, eran sus ojos carentes de brillo.
A diferencia de la mayoría de las elfas que intentaban cubrir toda la piel que podían, la elfa frente a Bell no parecía tener esa necesidad, ya que solo tenía puesto unos pantalones cortos hasta medio muslo, junto a la parte superior de un Bikini blanco, cubriendo sus voluptuosos pechos.
Con un frío silencio, la elfa sobrecargo su espada con magia, para seguidamente lanzarse de un salto hacia Bell, quien se cubrió con su espada, sorprendiéndose al notar la increíble fuerza de la elfa.
Invocando una segunda espada de color negro, intento cortar a la elfa, quien salto lejos, solo para seguidamente intentar nuevamente cortar a Bell.
Las erráticas estocadas de la elfa no lograban superar la defensa de Bell, quien estaba acostumbrado al ritmo de luchadores extremadamente rápidos.
Después de una estocada, esta vez dirigida a hacia su costado, Bell noto como la elfa titubeaba levemente antes de volver a cargar hacia él.
Usando una técnica enseñada por Alfia, Bell despistó a la elfa, logrando notar como esta atacaba la figura residual que había quedado dada su velocidad, para seguidamente quedarse estática al no sentir su presencia.
Esto le dejó en claro a Bell sobre lo que sucedía, especialmente por el fuerte temblor de las manos de la elfa, la cual tenía su mirada fija en los cadáveres que los rodeaban.
En un rápido movimiento golpeó con el pomo de su espada la nuca de la elfa, para seguidamente sujetarla antes que golpeara el suelo, recién notando como lágrimas caían de los ojos cerrados de la elfa.
Bell: Hati… (Susurro en nórdico antiguo, para seguidamente el gran lobo blanco apareciera a su lado, con una mano arrancada entre sus fauces) Llévala con Hela, si despierta solo déjala fuera de combate… (Ordenó en un tono serio, mientras colocaba a la inconsciente elfa en el lomo del lobo)
Dada esa orden, el lobo solo le dio un asentimiento, para seguidamente comenzar a correr en dirección de Babel, esquivando a los aventureros que se acercaban.
Mientras veía al lobo alejarse, Bell tuvo que esquivar una enorme hacha, la cual quedó incrustada en el lugar donde estaba parado momentos antes.
Al voltear a ver a su atacante se encontró con un gigante de piel pálida, solo vestido con un taparrabos y cubierto de heridas que no sangraban, cuando Bell miró en dirección de sus ojos, solo encontró un oscuro vacío, revelando que era un revivido.
Loki: "Es un Jotun, es familia de los dioses nórdicos…" (Habló telepáticamente con el peliblanco, sonando algo molesta, principalmente porque ella conocía a lo que antes fue ese cadáver) "Debieron encontrar los cadáveres que quedaron de ellos en las guerras antiguas, aunque es extraño que lograran revivirlos…"
Con esa nueva información, Bell se cubrió de fuego, lanzándose hacia en gigante, esquivando unos cuantos golpes de su hacha, para seguidamente comenzar a cargar su espada con fuego.
Rompiendo su hacha de un golpe, Bell tuvo camino libre hacia el pecho del gigante, clavando su espada en el centro de este, no notando como una segunda espada era clavada desde la espalda del gigante.
Bell/¿?: ¡Fire bolt!/¡Arvelia! (Gritaron al unísono, para seguidamente dos torrentes de fuego salieran disparados de sus respectivas armas)
La combinación de los dos ataques causó que el gigante fuera totalmente consumido, solo quedando pedazos de su hacha rota.
Frente a Bell había aparecido una chica de cabello rojo y armadura ligera, cubierta con una armadura de fuego carmesí, el cual era más notorio en sus manos, pies y espada.
¿?: Lamento interrumpirte, pero vi la oportunidad y la tome… (Habló en un tono animado, para seguidamente dar una gran sonrisa) Supongo que eres uno de los nuevos aventureros de Orario…
Bell: Eres exactamente como ella te describió… Alice Lovell… (Habló en un tono frío, lo que tenso a la chica, el cual seguidamente cambio a confusión ante la mención de alguien) No necesitas presentarte, ex capitana de Astraea, aunque me sorprende que seas una revivida…
Alice: Veo que me conoces, después me dirás quien te hablo de mí, ahora hay que acabar con estos idiotas… (Habló con una gran sonrisa, para seguidamente comenzar a correr en la dirección opuesta, dejando a Bell con una cara de póker)
Bell: "Así que algunos revividos lograron liberarse del control de Ra… solo espero que Zald no haya sido revivido o Alfia desatara el infierno en la ciudad…" (Pensó un tanto nervioso, recordando cuando su Tía le habló sobre lo que tuvo que hacer matar a su compañero)
Mientras el peliblanco se movía por el campo de batalla, acababa con todos los guerreros de Ares que se encontrara, aunque para su extrañeza, ningún hijo de Ra o Anubis se había aparecido frente a él.
Al momento que esa línea de pensamiento pasó por su mente, una esfera de fuego, semejante a un pequeño sol salió disparada en su dirección, esquivándola sin ningún problema, causando que explotara un par de metros detrás de él, llevándose a un gran grupo de Ares y algunos revividos.
Frente a Bell dos figuras cayeron, un hombre y una mujer, ambos con vestimentas doradas, pero lo que más resaltó fue la gran sonrisa burlona que tenía la chica.
¿?: Tú puntería ha empeorado Ozymandias… (Habló en un tono burlón y burbujeante, causando que su compañero soltara un gruñido molesto)
Ozymandias: Podría decir lo mismo de ti Nitocris, además… no veo que estés atacando… (Habló en un tono altivo, mientras miraba de reojo a Bell, quien no se inmuto ante la fría mirada)
Nitocris: Cierto… (Habló en un tono sorprendido, para seguidamente invocar un báculo de oro, el cual apunto hacia Bell, causando que una gran llamarada de fuego negro saliera disparada hacia este)
Bell no le tomo importancia a las llamas negras que se acercaban a él con la intención de calcinarlo, solo mantuvo su mirada fija en el hombre frente a él, lo conocía, Zeus, Hera e incluso el reservado Amón le habían hablado sobre él, la mano de Ra y el "aventurero" más poderoso antes de los tiempos oscuros, el hijo del sol, el líder de la familia Ra.
Ammit: "Ten cuidado con él…" (Habló en lo profundo de la mente de Bell, mientras que, para este, el tiempo se detenía y tomaba una coloración gris, dejando todo a su alrededor congelado) "Se necesitó de un ejército para acabarlo el día que Zeus desterró a Ra al cielo, puede que solo sea un revivido, pero eso no lo hace menos poderoso…" (Habló mientras se paraba a un lado de Bell, quien no le dirigió la mirada)
Bell: "Hay algo más verdad… tu mera presencia dice que no es solo eso…" (Pensó mientras miraba de reojo a la gran mujer, quien solo un pequeño gruñido)
Ammit: "Anubis no está con Ra, no voluntariamente… los demás dioses todavía no lo descubren, pero Seth y Horus están muertos, yo estaría igual si no hubiera escapado al mundo mortal antes que me encontraran…" (Habló mientras veía seriamente como el tiempo volvía a transcurrir lentamente) "Vengo a advertirte, a ti y a los demás dioses, Ra enloqueció, planea usar el poder de los espíritus caídos en el Dungeon para matarnos a todos… aún no sé con qué fin, pero eso es lo que logré descubrir… nos veremos pronto, pequeño Bell…" (Habló para seguidamente desaparecer en cenizas, dejando a un frío Bell, quien no noto que el tiempo comenzó a transcurrir nuevamente después de la desaparición de la diosa)
Una enorme explosión ocurrió al momento que las llamas negras tocaron a Bell, causando un ligero temblor en el área, lo que le sacó una gran sonrisa a Nitocris.
Nitocris: ¡Yo gané…! (Gritó con una gran sonrisa, pero fue interrumpida por un borrón blanco, el cual, golpeó fuertemente a su compañero, lanzándolo unos cuantos metros) ¡Ozymandias…! (Gritó preocupada, solo para seguidamente frenar un puñetazo con su báculo)
La explosión sólo había golpeado un pequeño escudo mágico que Bell inconscientemente había creado, lo que le dio el tiempo para lanzarse en dirección de sus rivales.
Medianamente sorprendido por la resistencia del báculo y los brazos de la chica, Bell dio un salto, donde invocando sus espadas y usando su propio peso como impulso, golpeó nuevamente el báculo, logrando esta vez empujar a la chica.
Antes de que se lanzara contra esta nuevamente, tuvo que esquivar una bola de fuego, la cual fue lanzada por un herido Ozymandias, el cual, ignorando la herida en su estómago, se lanzó contra Bell mientras invocaba un báculo, el cual seguidamente comenzó a usar como lanza contra Bell.
Rápidamente, Bell logró seguirle el paso con ligeras dificultades, aunque mientras más minutos pasaba peleando con Ozymandias, más notaba como sus prótesis lentamente comenzaban a sobrecalentarse, algo que jamás había ocurrido en todo el tiempo que las había usado.
Dejando una apertura intencional, la cual fue aprovechada por su rival, logró encestar un gran corte en el pecho de Ozymandias, quien, sorprendido, dio un salto hacia Nitocris, quien seguidamente lanzó una ráfaga de ataques de fuego, los cuales fueron rápidamente repelidos por Bell.
Nitocris: Será mejor retirarnos, los bastardos de Ares fueron acabados y los títeres no sirvieron de mucho… (Habló en un tono serio, ocultando fácilmente la culpa que sentía, recibiendo un gruñido de su compañero)
Ozymandias: Malditas alimañas… vámonos, este cuerpo no lograra soportar más heridas… (Habló en un tono molesto, mientras se volvía a poner de pie, ignorando su pecho abierto y la herida sangrante en su estómago)
Con un asentimiento, Nitocris intentó lanzar algo para cubrir su huida, pero ambos cometieron un error, ignoraron a Bell, quien rápidamente apareció frente a la chica, golpeándola directamente en su estómago, lo que la lanzó hacia unos escombros, dejándola inconsciente de inmediato.
Ozymandias viendo que su compañera había caído y que su cuerpo no lograría soportar más heridas, desapareció en una niebla oscura, dejando a su suerte a Nitocris.
Bell al ver esto, solo guardó silencio, sabía que esa niebla era obra de Ra y gracias a la advertencia de Ammit, no se lanzaría de cabeza a buscar al dios, no sabía qué cosas tendría guardadas para usar en su contra.
El sonido de sus espadas cayendo al suelo lo sacó de sus pensamientos, al ver a sus manos logró notar como sus guantes comenzaban a derretirse, dejando ver que sus manos metálicas brillaban al rojo vivo, soltando un poco de vapor.
Esto lo confundió, jamás le había ocurrido antes, ni cuando peleó mano a mano con Ares, ni en los pisos profundos cuando cayó en ese abismo.
Fue sacado de sus pensamientos cuando escuchó pasos a sus espaldas, encontrándose con un cansado Finn, quien se detuvo a un par de metros de él.
Finn: La batalla terminó, los hijos de Ganesha se encargarán de vigilar las murallas hasta que sea reconstruida… (Habló en un tono serio, si bien no podía ver la expresión de Bell, sabía que algo andaba mal)
Bell: Que envíen aventureros a la entrada del Dungeon, algo me dice que esto solo era una distracción… (Habló sin mirar a Finn, quien inmediatamente noto algo raro en la voz de Bell) Ella es compañera de un hijo de Ra, por lo que pude ver es probable que sea hija de Anubis, llévala con Hela y Loki para que la interroguen, no quiero que nadie se atreva a tocarla o le cortaré las manos… (Habló en un tono oscuro, para seguidamente intentar dar un salto)
Antes que Bell saltara, tuvo que esquivar una espada dirigida a su cuello, por lo que rápidamente tomó a Nitocris y saltó hacia Finn, quedando a un lado de este.
Frente a ellos había caído Ais, aunque no se parecía en nada a la Ais que ellos conocían, se encontraba llena de rasguños y bañada en sangre, una mirada enloquecida se dejaba ver en sus oscuros ojos, los cuales estaban apagados, mientras que su esclerótica estaba de un tono negro cual carbón.
Bell: Mierda… (Gruño con molestia, para seguidamente lanzar a Nitocris hacia Finn y parar con sus manos el estoque de Ais, causando que gruñiera de dolor al sentir como sus manos eran cortadas limpiamente en sus palmas) "Carajo…" ¡LLÉVATELA DE AQUÍ Y TRAE A RIVERIA…! (Gritó mientras pateaba el estómago de Ais, causando que escupiera sangre negra) ¡NO ES TIEMPO DE QUEDARTE CONGELADO, HAZLO YA…!
Con ese grito Finn salió de su transe, para seguidamente tomar a Nitocris y correr lo más rápido que podía en dirección de donde suponía estaba su compañera, escuchando a sus espaldas el choque de espadas.
Una vez el rubio se había alejado lo suficiente, Bell contraatacó, deteniendo rápidamente los ataques de Ais, lo que causó que la sonrisa psicópata de esta aumentase.
Gracias a que conocía perfectamente todas las tácticas de pelea de Ais, Bell logró contrarrestar sus ataques, logrando hacerle un par de cortes a la pelidorada, la cual había comenzado a reír de forma psicópata, ignorando sus heridas.
Gracias al estado de sus manos, Bell lentamente comenzaba a ser abrumado por Ais, si bien lograba ver claramente sus ataques, sus manos lentamente dejaban de responder.
Sintiendo la presencia de Riveria, Lefiya y Finn acercándose, decidió intentar cansar a la pelidorada, solo esperaba que la peli jade estuviera dispuesta a noquear a Ais o las cosas se complicarían para todos.
Esa línea de pensamiento le costó a Bell un segundo de distracción, lo que fue aprovechado inconscientemente por Ais.
Riveria, Lefiya y Finn vieron en cámara lenta como Ais le cortaba un brazo a Bell, quien soltó un fuerte grito de dolor, salpicando con lo que parecía ser sangre el rostro congelado de la pelidorada.
Un dolor dos veces más fuerte que cuando perdió sus brazos originales golpeó a Bell, eso causado por el estado de sus brazos, los cuales estaban sobrecalentados al límite.
Gracias al dolor, Bell terminó de rodillas, con una congelada Ais frente a él, quien pasó su mano por el líquido caliente que tenía en el rostro, viendo que era "sangre" de un brillante color rojizo, el cual contrastaba con la sangre seca de sus manos.
Ver esto y ver a Bell arrodillado del dolor frente a ella, causó que la conciencia de Ais tomara el control por un segundo, soltando un desgarrador grito, para seguidamente comenzar a correr despavorida hacia el Dungeon.
El grito sacó de su shock a los demás, quienes intentaron detener a Ais, aunque esta ya había entrado en la mazmorra.
Mientras que Finn y Riveria miraban preocupados en dirección de la entrada del Dungeon, Lefiya se acercó a Bell, el cual aún estaba arrodillado.
Lefiya: ¿B-Bell…? (Preguntó un tanto asustada, solo para que el peliblanco la mirada de reojo y seguidamente desapareciera de un salto, dejando a la chica totalmente preocupada)
Riveria: Debemos buscar a Bell antes que caiga inconsciente por la pérdida de sangre… (Habló preocupada, mientras se acercaba a Lefiya, quien lentamente recogió el brazo cercenado de Bell)
Lefiya: No lo necesita… (Habló en un tono bajo, mientras les mostraba el brazo metálico, el cual ya tenía su color normal) Yo lo buscare, ustedes encuentren a Wallenstein… (Habló mientras se paraba, para seguidamente comenzar a correr en dirección de donde suponía estaría el peliblanco)
Esto dejó fríos y preocupados a Riveria y Finn, en primera por ver las prótesis de Bell y por el odio con el que Lefiya dijo el apellido de Ais.
Mientras Lefiya se alejaba, Riveria se debatía si debía seguirla y asegurarse que Bell se encontrara bien o de seguir a Ais y traerla de vuelta, intentar detener su corrupción y devolverla a la mansión.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Finn le pidió que fuera con Loki a notificarle, él iría en busca de Ais, sabía que su amiga no tendría el corazón de detener a la pelidorada si fuera necesario y aunque le doliera, él prefirió tener esa carga en sus hombros.
Con esos pensamientos, Finn se dirigió hacia el Dungeon, no dándole el tiempo Riveria de intentar convencerlo de que ella se encargaría.
Fin de capítulo 6
Del 1 al 10 cuánto le dan al capítulo.
Deja tu estrellita si te gusto o un comentario de que te pareció.
Yo soy Horst y nos vemos en el siguiente capítulo…
