Capítulo 39: Inauguración antes de San Valentín.

Después de regresar de Nueva York, Severus y Elvira enviaron las invitaciones de boda a los amigos y compañeros de trabajo, todos confirmaron su asistencia en pocos días, desgraciadamente, Naomi Greenland no podía asistir, tenía un congreso de medicina mágica en California en esas fechas, pero les prometió que el próximo verano se verían. Tampoco podrían asistir Draco y Paolo, por esas fechas estaban en temporada alta de trabajo, pero como regalo de bodas les mandaron un vale para una estancia de una semana cuando ellos quisieran, Severus y Elvira se lo agradecieron y le prometieron que estarían allí el siguiente verano en la que sería su luna de miel. Narcissa y Hans también recibieron su invitación, ellos les agradecieron que se les ocurriera juntarlos, que eran muy felices, habían pasado unos días en Suiza con la madre de Hans y su hermana y Narcissa se llevó muy bien con ellas, cuando vieron las fotos que se hicieron esa Navidad en el hotel de Draco y Paolo y en el pueblo, la madre de Hans insistió en pasar allí unos días tras la Semana Santa. Cuando recibieron su confirmación, le advirtieron a Narcissa y Hans que mejor fueran allí en un avión muggle y evitaran los trasladores, últimamente la prensa mágica estaba buscando a Narcissa y a Draco diciendo que estaban desaparecidos desde el divorcio, en marzo Lucius se casaría de nuevo y querían saber qué era de ellos, así que lo más aconsejable sería que reservaran unos billetes de avión para unos días antes y que Lars y Fred los recojan en Heathrow y los acompañen al centro y de allí a la librería de Sean, de ahí cogerían el floo al despacho de Dumbledore. Narcissa y Hans no sabían nada de que ahora Narcissa era objetivo de la prensa sensacionalista, así que les agradecieron el aviso y les aseguraron que harían lo que sugirieron, de todas formas, los padres de Elvira harían lo mismo.

Poco después de llegar, Fred y George estuvieron buscando un local para la tienda y la fábrica, tuvieron suerte, el que estaba frente a su tienda se quedó libre, tenía sitio para la tienda y una pequeña fábrica. Ser magos tenía sus ventajas, las reformas y la decoración del local se hicieron en un par de semanas, entre Angelina y Lars lo supervisaron todo, la fábrica se instaló también en poco tiempo, Lars aún no había hecho el examen de maestro de pociones, pero era un mero trámite, estaba más que preparado con la ayuda que recibía de Severus, Elvira y Hans, que le escribía a menudo. Estuvieron produciendo productos casi ininterrumpidamente durante dos semanas, querían que hubiera suficiente stock para la inauguración y los días siguientes. Así que pensaron montar una pequeña fiesta de inauguración el viernes 12 de febrero por la noche, abrirían al día siguiente, con vistas a que la gente fuera allí a comprar sus regalos para el día de San Valentín. Sería un gran evento, habría prensa, a los cuales advirtió Severus que no permitiría preguntas personales, ni a él ni a Elvira, todos sabían que no debían desobedecer, muchos fueron sus alumnos. Todos los profesores de Hogwarts estaban invitados, pero no podían ausentarse todos durante el curso, así que sólo asistirían Dumbledore, Minerva, Pomona, Hermione y Neville. Los demás vigilarían Hogwarts y Elvira les regaló una cesta de muestras y unos cupones de descuento para que los usen cuando quisieran. También estaba invitado el ministro de magia y algunos miembros de la junta escolar de Hogwarts, además de miembros del Wizengamot. A Severus no le gustaba nada, pero para que el negocio tuviera éxito tendría que soportar a gente estirada y prensa, era necesaria la promoción, si no fuera por eso, Morgana asistiría al evento, a la niña le hubiera encantado ir, pero cuando le contaron que habría prensa, recordando el incidente del verano pasado, ella misma dijo que no quería ir, que mejor iría con ellos cuando la tienda estuviera abierta al público.

Cuando llegó el día de la fiesta, Elvira decidió ponerse el vestido que Severus le regaló en Navidad, había pensado en usarlo en San Valentín, pero viendo que sería domingo y al día siguiente tendrían clases, decidieron cenar a solas en su habitación y no salir de la cama hasta el día siguiente… además, para cenar en sus habitaciones no sería necesario que se vistieran de manera especial, Severus había insinuado que podrían cenar desnudos, siempre y cuando Polly no les sirviera sopa. Severus se puso su nueva túnica de gala, la compró para la boda, pero Elvira le dijo que se la pusiera esa noche, además, cambió el color de la corbata de color blanco al mismo azul medianoche de su vestido, quería que se notara a quien pertenecía ese hombre. Cuando Elvira terminó de arreglarse y maquillarse, Severus la miró de arriba abajo.

-¿Qué te parece, Severus? ¿Estoy bien?

-No sólo estás bien, estás deslumbrante. ¿Es realmente necesario que vayamos? Me estás inspirando muchas ideas ahora mismo. - Ella se reía.

-Sí. Tenemos que ir, si te portas bien cuando volvamos podremos llevar a cabo algunas de esas ideas tuyas…

Le dio un beso en los labios y lo cogió de la mano. Se dirigieron con el resto de invitados a Hogsmeade para pasar por el floo al callejón Diagon, cuando llegaron a través de la chimenea de la trastienda se sacudieron la ceniza y, para estar seguros de que estaban limpios se aplicaron un pequeño hechizo de limpieza. Salieron con el resto de invitados de Hogwarts a la tienda, allí estaban esperándolos, George y Fred con Lars y el resto de los hermanos Weasley y sus cónyuges, además de sus padres, se saludaron y Elvira fue presentada a los que no conocía, de la familia Weasley sólo faltaban Fleur y Lavender, ambas habían tenido bebés recientemente, Fleur además, tenía a su hija mayor con gripe y no quería separarse de ella y Lavender hacía alrededor de un mes que había dado a luz y Ronald Jr era demasiado pequeño para dejarlo con una niñera, así que sólo estaban allí sus maridos, Bill y Ron.

A Elvira le cayeron muy bien los hermanos Weasley que no conocía, especialmente Ginny y Bill, también congenió bastante con Molly y Arthur, como sospechaba, Ron le cayó fatal, especialmente cuando notó las miradas de odio que dirigía a Hermione, Neville, Fred y Lars, el cual se llevaba muy bien con la familia de Fred que lo aceptaron encantados. Cuando Fred contó a su familia que era homosexual todos se lo tomaron bien, sólo se enfadaron un poco porque decían que debió decírselo antes. Sólo Ron parecía que no se lo tomó del todo bien, aunque no dijo nada.

Pocos minutos después abrieron las puertas y entraron los invitados, se sirvió un pequeño cóctel y entre Elvira, George, Fred, Angelina y Lars, estuvieron mostrando sus productos y enseñando la tienda a los invitados, Severus se mantuvo lo más alejado posible del bullicio, había mucha gente y a todos les encantó la tienda y sus productos, si ese evento era un indicio, la tienda sería un completo éxito. Severus se dirigió a la mesa de las bebidas y estaba cogiendo un vaso de whisky cuando llegó un Ronald Weasley un poco bebido a su lado.

-Hola de nuevo, profesor.

-Hola Weasley, ¿Qué quieres?

-Nada especial sólo saludarle, soy un hombre educado.

-Está bien, ya lo ha hecho.

-También quería felicitarle por su próxima boda.

-Gracias, supongo que debería felicitarle a usted por su reciente paternidad.

-Gracias, señor. - Entonces Severus reparó en que Ron estaba mirando fijamente en dirección a Elvira. - Sabe profesor, cuando me lo contaron no podía creer que usted se casaría hasta que lo vi en El Profeta… y cuando vi las fotos de ella aluciné aún más, no podía creer que semejante mujer se fijara en usted, es la envidia de todos los hombres con los que trabajo, Elvira tiene una delantera imponente. - Severus lo miró con furia.

-Weasley, no permito que nadie hable así de mi prometida, ella no es un trozo de carne, si no fuera porque si estropeo este evento perdería mi inversión, ahora mismo le lanzaría un Avada… así que si sabe lo que le conviene, mantendrá su bocaza cerrada.

Ron palideció y parecía que se le había pasado el pedo de repente. Harry vio a su cuñado molestando a Snape y se acercó a ellos para alejarlo del profesor de pociones.

-Ron, Ginny te quería preguntar algo, ve a buscarla.

Ron sabía que sólo era una excusa para alejarlo de Severus, ya que su hermana estaba disgustada con él desde hace tiempo, así que se fue sin discutir.

Cuando Harry se quedó con Severus a solas le dijo:

-Buenas noches, Snape, como supondrá era sólo una excusa, conozco a Ron y sé que cuando se toma un par de copas dice muchas estupideces, cuando lo escuché nombrar la delantera de Elvira decidí intervenir antes de que volviera a meter la pata.

Severus lo miró aunque seguía atento a Weasley, lo hechizaría si llegaba a tocar a su bruja, no por falta de confianza en ella, sabía que si era necesario, ella misma podía defenderse, pero no quería perderse el placer de ser él mismo quien lo hiciera vomitar babosas.

-Está bien, Potter, pero aún así mantendré vigilado a su cuñado, que, por cierto, ¿No debería estar en su casa ayudando a su esposa con el bebé? - Harry suspiró:

-Lo sobreestima, Ron es mi cuñado y uno de mis mejores amigos y lo quiero mucho, pero no es el padre del año, según Lavender no es capaz de cambiar un pañal y no es capaz ni de mecer al bebé para que se duerma… yo creo que la molesta más que otra cosa y para ella es un descanso no tenerlo por allí dando vueltas, seguramente será de más ayuda dentro de unos años cuando pueda jugar con el niño a algo más que enseñarle sonajeros.

-Comprensible. Sabe que no puede ocultarme nada, ha venido aquí a decirme algo, además de a espantar a su cuñado y a hablarme de sus escasas habilidades para cuidar a un bebé. - Harry sonrió.

-Tiene razón, no lo puedo engañar, quería contarle algo y espero que no se lo cuente a nadie aún, Ginny está embarazada, nos enteramos esta mañana, nacerá en septiembre, aún no se lo hemos dicho ni a mis suegros, no queríamos opacar la inauguración, se lo contaremos a mis suegros cuando vayamos a su casa a comer el domingo.

-Supongo que debo darle la enhorabuena, imaginaba que la familia Weasley era muy fértil, pero no hace tanto de su boda, por la fecha que dice imagino que en Navidad o fin de año tuvieron una noche alocada.

-Tiene razón, digamos que celebramos la nochevieja en la cama y se nos olvidó el anticonceptivo.

-Normal… ¿Por qué precisamente me cuenta esa noticia a mí el primero?

-Porque sé que no contará nada y porque de alguna manera, es como si se lo dijera a mi madre de alguna manera, eres el último que queda de su promoción de Hogwarts que fue su amigo y que yo conozco, sé que es una estupidez, pero me hace sentir bien. - Severus lo miró un poco enfadado.

-Sí, usted siente mejor, pero a mí no me hace sentir honrado, me hace sentir culpable y he intentado superar ese dolor durante años para que venga a recordarme que no conseguí salvarla y que no podrá conocer a sus nietos. Algún día se dará cuenta de lo profundamente egoísta que es hablándome de ella, creía que eso quedó aclarado hace meses, puede preguntarme lo que quiera a nivel profesional, me puede encargar las pociones que necesite y yo le haré un descuento de mi tarifa habitual por ser auror, pero no me hable de ella y no me la recuerde, no quiero que Elvira sufra porque me vea de mal humor porque usted ha desenterrado algo que llevo años tratando de olvidar. - Ahora Harry bajó la cabeza ocultando sus ojos llorosos.

-Está bien, Snape, prometo no volver a molestarlo. - Severus suspiró.

-Potter, no se ponga dramático, de verdad, me alegro de su próxima paternidad, si es deseada aunque haya sido por descuido, simplemente no intente incluirme en su vida familiar, disfrútela y compártala con sus amigos y familiares políticos, pero a mí déjeme a parte. Ahora si me disculpa, voy a ver a mi prometida, parece que ese imbécil al que llama cuñado está incomodándola. Lo espantaré en un momento, pero asegúrese de que le echa esto en su próxima copa. - Le dio un vial con una poción, Harry lo miró extrañado. - A la próxima metedura de pata quiero que se lo eche, le provocará una erupción en los testículos muy molesta, los efectos sólo durarán 15 minutos, con esa picazón en sus pelotas aprenderá que no debe tocarme las mías incomodando a mi prometida.

Con eso se fue dejando a un Harry Potter pensativo y pensando de qué manera le daría a Ron esa poción, se lo merecía, además si funcionaba pensó que podría tener a Ron controlado en el trabajo amenazándolo con echársela en la cerveza sin que se diera cuenta.

Cuando Severus llegó al lado de Elvira rodeó su cintura con su brazo, besó su mejilla y le preguntó:

-¿Quieres una copa, querida? ¿Qué mira, Weasley?

El chico lo miró como si tuviera dos cabezas, le parecía tan extraño ver a Severus Snape siendo cariñoso con una mujer en público.

-Sí, Severus, estaba pensando en ir a buscar una copa.

-No será necesario, querida. - Con un hechizo sin varita, hizo que dos copas de champagne llegaran a sus manos, Ron seguía mirándolos boquiabierto.

-¿Va a quedarse ahí toda la noche, Weasley?

Entonces salió corriendo a por una copa cerca de donde estaba Harry Potter, que le ofreció una copa de whisky, la cual se tomó de un trago y de inmediato corrió al lavabo. Severus le contó al oído a Elvira lo que había hecho, ella se echó a reír.

-¡Eres un demonio!

-No, simplemente no quiero que ese niñato incomode a mi bruja. - Ella sonrió.

-Me molestaba porque estaba intentando ligar conmigo de una manera tan torpe que no me explico cómo es que está casado.

-¿Qué te ha dicho?

-Pues, sin apartar los ojos de mi escote, ha empezado a decir que estoy preciosa y que soy demasiada mujer para ti, insinuando que si su mujer no se enteraba podríamos quedar algún día. - Severus parecía furioso. - Tranquilo, amor, antes de que llegaras le dije que él sí que es poco hombre para cualquiera si está intentando ligar conmigo pocas semanas después de que su mujer haya dado a luz. Además le dije que a mí me gustan los hombres y él es un niñato y que el único que es capaz de complacerme en todos los sentidos es mi amado prometido. Entonces llegaste tú y el resto lo viste. - Él entonces la besó en la boca.

Pasaron el resto de la noche charlando con los invitados, también pasaron un rato charlando con Hermione, Neville, Lars y Fred, les contaron el incidente con Ron tratando de ligar con Elvira y se reían de lo tonto que podía ponerlo la bebida. Hermione y Neville también creían que estaba intentando liarla, parecía que estaba celoso del éxito de sus hermanos y especialmente molesto con Fred. No entendían por qué, sus padres y el resto de sus hermanos no se tomaron mal su salida del armario, su madre incluso se sintió aliviada, lo sospechaba pero no se atrevía a preguntarle abiertamente por si lo incomodaba. Lars dijo que ojalá él hubiera tenido la misma suerte que Fred con sus padres, sus hermanos no fueron un problema, aunque él siempre se sintió más unido a su hermana, además, tenía a su tío Hans.

-Por cierto, Elvira, que sepas que les he contado que la idea de presentarle a Narcissa fue tuya, dice que cuando vengan os harán un gran regalo de bodas. - Elvira se reía, Severus contestó:

-Dile que no es necesario que nos hagan un gran regalo, hace años que conozco a Narcissa y estaba deseando que encontrara a un buen hombre, no como el patán con el que la casaron, cuando Elvira dijo que podría ser una buena idea presentarlos sólo sugerí hablarlo contigo y el resto es historia.

Después Lars les contó que habían vuelto hace poco a Florencia y estaban buscando casa por allí o en el pueblo donde estaba el hotel de Draco y Paolo, estuvieron un tiempo en la casa de su abuela en Suiza, ella y su abuelo se mudaron allí al jubilarse porque en Suecia no tenían mucha vida social y un buen amigo suyo vivía cerca de una estación de esquí, compraron una enorme casa para recibir a sus hijos y nietos, pero ellos sólo iban en invierno, cuando acababa la temporada de esquí se veían solos, así que solían ir de viaje juntos, ese año sería el primero en que su abuela viajaría desde que murió su abuelo, iría a visitar a Hans y Narcissa.

-Sabéis, Narcissa y mi abuela se llevan muy bien, al principio mi abuela estaba un poco recelosa, llevaba años intentando que mi tío no estuviera sólo y de pronto se presenta allí con una bruja inglesa y, además, divorciada, temía que por algo volviera con su marido y le rompiera el corazón a su hijo. Pero cuando llegó allí, habló un poco con ella y vio su bondad y cómo miraba a mi tío… además le contó su historia, lo infeliz que fue su matrimonio y que Lucius se volvería a casar con una chica con edad para ser su hija, dejó las dudas a un lado.

Todo el mundo estaba encantado, miraban todo con mucho interés. Estuvieron un rato más, todo apuntaba a que el evento estaba siendo un éxito y que el público llenaría la tienda al día siguiente. En ese momento Ron volvió del baño bastante enfadado.

-¿Qué me has hecho, Snape? - Escupió con desprecio.

-¿Yo? No sé de qué me habla, Weasley.

-¿No? Sólo has podido ser tú, me he pasado 15 minutos en el retrete con una terrible picazón en mis partes. Sólo tú has podido hacer algo así. - Fred intervino:

-¿Quién te ha dicho que no he sido yo? Me estás subestimando, hermanito…

-Sé que no has sido tú, no tenías motivo. Pero seguro que este capullo celoso se volvió loco cuando me vio hablando con la golfa con la que se va a casar. - Entonces una mano se posó en su hombro le obligó a darse la vuelta y Molly Weasley le dio una sonora bofetada.

-¡Ronald Weasley! ¿Se puede saber qué estás diciendo? Venir a faltarles al respeto a los socios de tus hermanos, yo no te he educado así. - A todos les pilló por sorpresa, nadie se percató de que Molly y Arthur estaban cerca... Ron palideció, a excepción de la señal de la mano de su madre en su cara enrojecida. - Y ahora discúlpate con ellos.

-No voy a hacerlo, ese murciélago grasiento ha echado algo en mi copa y he tenido una gran picazón en los huevos, me he rascado mucho y ahora tengo las pelotas enrojecidas.

Todos los demás estaban aguantándose la risa, incluido Arthur.

-No me importa, no puedes ser tan grosero con el profesor Snape y su encantadora prometida. Además, estoy segura de que habrás hecho algo. ¿No habrás vuelto a decirle alguna impertinencia a Hermione?

-Yo ni siquiera le he hablado… - Fred intervino de nuevo y dijo:

-Cállate Ron, sabes lo que has hecho para molestar al profesor Snape, has estado intentando ligar con su prometida, supongo que aprovechando que Lavender no ha podido venir.

Entonces Molly cogió a Ron de la oreja y se lo llevó a la trastienda, por suerte no quedaba mucho tiempo para que se acabara la fiesta y los periodistas ya se habían ido. Fred lanzó un hechizo silenciador.

-Mi madre va a gritar mucho… - Todos se reían incluido Severus. Cuando salieron de la trastienda, Ron se disculpó, se despidió y se marchó a casa. Molly dijo:

-Si sabe lo que le conviene no volverá a molestaros. Por cierto, Fred, Lars, venid el domingo a casa a comer. - Le dio un beso a su hijo y su yerno, se despidió de los demás y se marchó a casa con su marido.

La fiesta había terminado y fue un éxito, al día siguiente abrirían temprano al público. Cuando se fueron los invitados, Severus y Elvira se despidieron de George, Angelina, Fred y Lars. Cuando llegaron a Hogwarts Elvira no pudo evitar decirle a Hermione:

-No lo he conocido hasta esta noche, pero te puedo asegurar que hiciste bien en romper con Ron, querida. Eres demasiado buena para él, has salido ganando con el cambio. - Hermione sonrió y Neville se sonrojó mucho. - No te sientas avergonzado, eres un encanto, inteligente y todo un caballero, hacéis una pareja ideal.

Se despidieron de ellos y del resto de profesores, Albus, Minerva y Pomona, los cuales se divirtieron mucho. Cuando llegaron a su habitación se desnudaron rápido y se acostaron. Al día siguiente intentarían pasar por la tienda para ver qué tal iba.

A la mañana siguiente, Elvira se despertó un poco antes de Severus y disfrutó mirando a su prometido dormir, no era convencionalmente guapo pero para ella era el hombre más atractivo del mundo. Cuando se despertó la vio mirándolo atentamente.

-Buenos días, querida, ¿Qué miras?

-Buenos días, mi amor, sólo te estaba observando, eres tan guapo. - Entonces lo besó en la boca.

-Mentirosilla… sé que no soy guapo.

-Para mí sí, Severus.

Se besaron perezosamente en la cama, no pudieron hacer mucho más, esa mañana querían irse temprano al callejón Diagon a su nueva tienda. Quedaron en que esa noche tendrían su propia celebración privada…

Se arreglaron, le dejaron comida y agua a Poe y fueron a desayunar. El desayuno transcurrió tranquilo, charlaron sobre la noche anterior con el resto del personal, Morgana fue a preguntarles cómo fue la fiesta cuando iban saliendo del gran salón, aunque por lo que venía en El Profeta de esa mañana fue todo un éxito. Elvira le contó que todo fue muy bien, Morgana les dijo que salían muy guapos en la foto de la portada, Severus miró entonces la foto y le dijo:

-Morgana, no mientas, Elvira está deslumbrante, yo sólo estropeo la foto. - Morgana empezó a reírse.

-No, señor, es más, una de las chicas de último curso estaba diciendo que estaba muy elegante y que nunca lo había visto tan guapo. Las demás le dieron la razón. - Severus se horrorizó un poco.

-Vamos un momento a nuestra habitación antes de irnos al callejón Diagon. - Morgana y Elvira se extrañaron un poco, cuando llegaron allí, Severus le dijo a Morgana:

-Morgana, ¿Qué escuchaste exactamente? Porque eso no me parece muy normal. - Elvira dijo:

-Cariño, ¿de verdad crees que Morgana bromearía con algo así?

-Severus, es verdad, hay chicas que te consideran atractivo y tienen razón, has mejorado mucho tu aspecto desde el curso pasado, cuando te conocí tenías un aspecto muy enfermizo, pero desde que conseguiste esa poción estás mucho mejor. - Severus se sintió enternecido.

-Gracias pequeña, pero no es que no te crea, aún me cuesta creer que Elvira me encuentre atractivo, es como un sueño, desde pequeño nadie me ha considerado agradable, ni física ni personalmente. - Elvira le dijo, abrazándolo:

-Cariño, será mejor que trabajes un poco en tu autoestima, no quiero que te conviertas en un creído como Lucius Malfoy, pero me gustaría que te dieras cuenta de que sí que eres atractivo, es más, me he encontrado algunas cartas de amor dirigidas a ti en el despacho desde que volvimos de Nueva York, no te he dicho nada por si castigabas o humillabas a esas chicas pensando que estaban cachondeándose de ti. Pero parece que desde que se ha ido Lars te has convertido en el nuevo sex-simbol de Hogwarts. - Severus se pasó la mano por el pelo, exasperado.

-Sólo espero que ninguna de esas bobas estalle calderos por estar pensando en tonterías sobre mí. - Las dos reían por su sorpresa. - Está bien, tenemos que ir a la tienda y tú, jovencita, supongo que tendrás planes para el sábado o deberes que hacer para el lunes.

Morgana le dio un beso a ambos antes de ir a buscar a Charlotte y sus amigos, les dijo que después le contaran qué tal iba todo. Cuando estuvieron a solas, Elvira lo besó.

-Ves que eres guapo, hay muchas jovencitas por aquí locas por ti… sólo espero que no quieras cambiarme por alguna de ellas…

-No digas tonterías, Elvira, a mí no me gustan las niñas, me gustan las mujeres, concretamente, tú, que eres la única a la que amo.

Se besaron y salieron a Hogsmeade para ir a la tienda. Cuando llegaron allí Angelina ya había abierto y entre ella y las tres empleadas que tenían estaban atendiendo a los clientes que llenaban la tienda. Fueron a hablar con Angelina que les dijo que estaba siendo un completo éxito. Si las ventas seguían así, en poco tiempo tendrían que ampliar la fábrica y la plantilla y quizás plantearse abrir una nueva tienda.

-Aún es pronto para hablar de eso, pero si la demanda sigue así, tendremos que plantear la posibilidad de aquí a unos meses.

Elvira le dijo que eso era genial, que si el próximo sábado seguían así las cosas podrían ir los tres con George, Fred y Lars a algún lado a celebrarlo, Angelina le dijo que contara con ello. Se tenían que ir porque tenían trabajos escolares que corregir, pero le dijeron a Angelina que saludara a George y los demás de su parte.

Volvieron a Hogwarts y pasaron el resto del día y parte de la noche corrigiendo trabajos, no querían dejar nada para el día siguiente, querían celebrar San Valentín pasando el mayor tiempo posible en la cama sin preocupaciones. Así que se acostaron temprano, querían estar a tope de energía al día siguiente.

Era domingo y llegó por fin el día de San Valentín. Cuando se despertaron aún era temprano y decidieron empezar a celebrar San Valentín en la bañera. Tras un largo y placentero baño, fueron al gran salón a desayunar, empezaron a llegar lechuzas a montones, entre alumnos y personal casi todo el mundo tenía correspondencia, muchos chicos y chicas enviaban cartas a sus intereses amorosos por San Valentín y a eso se sumaba que el domingo solía llegar mucho correo de padres y familiares. También llegaron cartas para los profesores, algunos tenían a sus parejas cerca, pero otros no, Hagrid recibió una carta y un regalo de Olympe y Filius también de parte de su esposa, Poppy recibió una tarjeta de Aberforth, que le prometió pasar una velada especial la siguiente semana, ella sabía que esa noche no podía cerrar el bar, porque hacía mucha caja. A todos les sorprendió la cantidad de cartas que tenía Severus, él dijo que eran para Elvira y para él referentes al nuevo negocio. En realidad, casi todas eran cartas anónimas de algunas alumnas y, desde que se publicó su compromiso, habían vuelto las cartas de admiradoras que se recibían continuamente tras conocerse su historia. También Elvira, Neville y Hermione recibieron cartas de alumnos, les pareció un detalle tierno y aunque algunos, los que no firmaban, decían estar enamorados, el resto tan sólo les decían que eran sus profesores favoritos y aprovechaban la fecha para agradecer su trabajo. Mientras Elvira estaba distraída con Hermione hablando sobre lo monos que eran algunos alumnos y de que era bonito que les tuvieran cariño, Severus se distrajo observando a los alumnos y escuchando a hurtadillas sus conversaciones, aún conservaba sus habilidades de espía intactas, los más pequeños estaban charlando sobre lo que habían recibido desde casa y si les gustaba alguien, aunque aún eran demasiado pequeños para pensar en noviazgos o algo así, entonces observó a Morgana que tenía frente a ella dos paquetes y varias cartas, le estaba contando a Charlotte que uno de los paquetes era de parte de Caliope y Thomas, los padres de Elvira, que le enviaron unos bombones caseros, no le dio importancia porque a él y a Elvira se los mandaron también, pero cuando vio un segundo paquete se mosqueó un poco, las cartas eran de Caliope y Thomas y de algunos de sus compañeros de casa, de su curso y más pequeños, tenía la costumbre de ayudarlos con los deberes de pociones y estaban muy agradecidos, algunos les mandaron notas de agradecimiento y algunos dulces. Cuando Charlotte le preguntó por el otro paquete Morgana se ruborizó y le dijo que sólo eran caramelos de violetas y que no tenían tarjeta, pero cuando la niña sacó una cajita con forma de corazón del paquete y un pequeño gatito de peluche gris con un corazón rojo cosido, casi se levanta para interrogarla, no hizo falta cuando vio a Anthony Russell mirarla ruborizándose cuando ella lo miró, decidió que hablaría con ella después del desayuno, ¡era demasiado pequeña para andar con chicos!

Elvira vio la expresión furiosa de Severus mirando a Morgana y Anthony decidió hablar con él antes de terminar el desayuno, puso un hechizo silenciador entre los dos y dijo:

-¿Ahora qué te pasa? Y no me digas que nada, te estoy viendo y estamos en un hechizo silenciador.

-Ese chico otra vez… le ha hecho un regalo de San Valentín a Morgana.

-¿Y qué? Aún son unos críos, además, ella tiene casi 13 años, él tiene 15, no es una gran diferencia de edad, además, ella sabe que si no quiere que le arranques la cabeza al chico debe esperar para salir con él…y creo que él también, míralo, no te quita el ojo de encima y parece aterrado. - Efectivamente, Anthony lo miraba bastante temeroso.

-Está bien, pero aún así hablaremos con ella en nuestra habitación después del desayuno, vale que baile con él como amigos en los bailes escolares, pero nada de relaciones amorosas entre ellos hasta que tenga por lo menos 16 años.

-O 14. - Severus palideció.

-¿Estás loca? Seguiría siendo demasiado pequeña para tener novio.

-Está bien, ¿qué te parece entonces cuando tenga 15 años? Él estaría en el último curso y al año siguiente se verían sólo en vacaciones o en Hogsmeade los sábados, y esos días podrías ir a vigilar las visitas al pueblo para que no hagan nada indebido. Pero aún es pronto para adelantarse tanto a los acontecimientos.

Severus por fin se tranquilizó un poco y cuando terminaron de desayunar y recogieron la correspondencia y se fueron a sus habitaciones, le dijeron a Morgana que fuera a su habitación un momento cuando recogiera sus cosas en su dormitorio.

Morgana llegó a la habitación de sus futuros padres y llamó, Severus la hizo pasar y Elvira la abrazó y le dijo que se sentara, le contó que la tienda iba genial, según la última lechuza de Angelina, Morgana dijo que estaba deseando que le dieran permiso para poder ir allí. Le comentó que Severus estaba un poco molesto porque Anthony le mandó un regalo. Ella sonrió y le dijo a Severus:

-Severus, no te preocupes, lo he hablado con él antes de venir aquí, soy muy joven aún para esas cosas, él lo sabe, pero dice que quiere que sepa que está esperando a que yo tenga más edad y me ha mandado el regalo para que no me olvide de él. Eso pone en su tarjeta. Es muy buen chico y sé que no le gusta ninguna otra chica porque a veces nos juntamos con mis amigos y los suyos y algunas chicas se le insinúan y no les hace caso.

Severus dijo:

-Yo eso lo sé, pequeña, no olvides que me puedo colar en su mente sin dificultad, lo que no quiero es que se propase contigo cuando eres aún tan pequeña. Serás mi hija en pocas semanas, te veo ya como a mi niña y quiero que sigas siéndolo unos años más…

Morgana abrazó y besó la mejilla de Severus.

-Yo también te quiero mucho, Severus, lo último que quiero es disgustarte, además Anthony sabe que me ves como a una hija y que hasta que no me des permiso, nada de novios, pero también me ha dicho que su abuelo ha notado que le gusto y que ha hablado con él y le ha dicho que espere a pedirme salir hasta que Elvira y tú me deis permiso para hacerlo, que debe ser respetuoso para ganarse vuestro afecto y que si le gusto de verdad lo hará…y me ha dicho que sí que esperará por mí. - Severus se tranquilizó del todo.

-Está bien, pero si me entero que intenta algo antes de que tengas 15 años le hechizaré las pelotas. - Morgana y Elvira se echaron a reír, Elvira dijo:

-Tienes suerte, cariño, Severus pensaba no darte permiso para salir con chicos hasta los 16 años, por lo menos ha bajado un año. - Severus dijo muy serio:

-Pues tiene suerte estaba considerando que no tuvieras citas hasta los 35 años. - Las dos reían y Morgana le dijo:

-¿En serio?

-Lo descarté porque hubiera tenido que encerrarte y no era una opción factible.

Se volvieron a reír, Morgana se despidió, había quedado con sus amigas para charlar un rato en los jardines, aprovechando que ese día hacía buen tiempo.

Cuando Elvira y Severus se quedaron a solas ella se sentó en el regazo de su prometido y mordisqueó su cuello y el lóbulo de su oreja, cuando ella dejó de hacerlo él empezó a devolverle el favor y después bajó lentamente hasta llegar a besar la piel por encima de su escote, Elvira soltó un pequeño gemido.

-Severus, espera un momento.

-¿Qué pasa? ¿No quieres que celebremos San Valentín todavía?

-No es eso, es que quería decirte algo, tienes que tranquilizarte con el tema de Morgana y los chicos, sé que es difícil pero tienes que hacerlo, es normal que los chicos se interesen en ella, es muy guapa, Anthony Russell es un buen chico y la respeta y creo que a ella también le gusta mucho, pero tienes que confiar en ella, sabes que es una niña buena y responsable, ella también se ve demasiado pequeña para tener novio, aunque algunas chicas de su curso ya salen con algún chico de su edad, ella aún se ve muy joven para pensar en esas cosas, además, sabes cómo es, no quiere distraerse con esas cosas y que bajen sus notas, sabe la importancia que le das a los estudios y quiere que te sientas orgulloso de ella. - Severus dijo:

-Todo eso lo sé, amor, pero no puedo evitarlo, cuando la conocí el año pasado era sólo una niñita de primer año más, después con lo que pasó con la enfermedad y la pérdida de su abuela, la vi tan desvalida que sólo quería protegerla, después descubrí que, como decías, era una niña especial, muy buena e inteligente y, ahora, simplemente la quiero como si fuera hija mía por eso te propuse adoptarla legalmente, intentaré controlarme, pero no podré evitar querer protegerla de cada chico que se acerque a ella. - Se abrazaron.

-Lo sé, cariño, serás un gran padre, ya lo eres, simplemente confía en ella, le has enseñado hechizos para que se defienda, podríamos enseñarle a hacerlos no verbales y sin varita, seguro que aprendería rápido, así podrás vivir un poco más tranquilo…

-Está bien, lo haremos cuando venga a vernos el martes, ¿qué tal si ahora seguimos donde lo dejamos?

Severus empezó a besar y abrazar de nuevo a Elvira. Entonces Severus paró un momento y selló la puerta con magia y puso un hechizo silenciador no saldrían de allí hasta el día siguiente.

Usó un hechizo y los desnudó a ambos aún en el sofá, ella le dijo:

-No me ha dado tiempo a ponerme la lencería que tenía preparada para hoy.

-Da igual, te lo he dicho más de una vez, no necesitas ponerte nada especial para excitarme… si por mí fuera, aquí dentro estarías siempre desnuda…

Se volvieron a besar. Lentamente se tumbaron en el sofá besándose y acariciándose por todas partes, entonces Elvira hizo que Severus se sentara, se arrodilló entre sus piernas abiertas y empezó a masturbarlo, luego lamió suavemente su glande, él acariciaba su pelo y ella empezó a introducir su polla en su boca casi hasta la garganta, estaba muy excitado, entonces ella empezó a acariciar su coñito y a meterse uno de sus dedos, él entonces gimió y le pidió que parara, que quería tocarla a ella. Ella sonrió, le dio un último lametón, desde sus testículos hasta el glande, se levantó y él la agarró por las caderas, apoyó la cara en su suave vientre y lo besó, hasta que llegó a su pubis y empezó a acariciar sus labios vaginales, introdujo un dedo.

-Estás muy mojada, eso ha sido sólo chupándome la polla, ¿Tanto te gusta hacerlo?

-Sí…también me he tocado un poco antes, mira. - Entonces ella metió el dedo que antes estuvo dentro de ella en la boca de Severus. Él lo chupó con ansia.

-Estás tan deliciosa.

Entonces sin poder aguantar más las ganas la hizo abrir las piernas y empezó a chuparle el clítoris mientras metía y sacaba los dedos de su húmedo coño. Ella estaba casi en éxtasis, empezaron a temblarle las piernas, allí de pie con la cabeza de su prometido entre sus piernas y dos de sus dedos dentro de su coño. Severus notó que estaba a punto de perder el equilibrio y le chupó el clítoris con intensidad, entonces ella se corrió, él la sujetó y la hizo tumbarse en el sofá, siguió besando y lamiendo su cuerpo, ella disfrutó de sus caricias y él entonces dijo:

-Y ahora mi amor, voy a follar tu perfecto chochito…

Sin más, la metió hasta el fondo y ella gritó de placer, la llenaba tan completa y maravillosamente como siempre. Pasados unos minutos ella dijo:

-Espera, quiero cambiar de postura.

Entonces Severus se apartó y ella le dijo que se sentara de nuevo en el sofá y le obedeció rápidamente, entonces ella se sentó sobre él, con su espalda apoyada en su pecho, y él mordió ligeramente su nuca mientras apretaba sus pechos mientras ella subía y bajaba por su polla, él entonces cogió sus caderas, y la hundió hasta el fondo. Ella volvió a gritar, entonces él acarició su clítoris y ella se corrió de nuevo. Ella estaba echada sobre él y Severus la agarró, sacó su polla un momento y la puso de rodillas sobre el sofá y haciendo que ella se sujetara al respaldo, entonces acarició su coño desde atrás y volvió a metérsela desde esa posición, embestía con fuerza y acariciaba sus pechos y la besaba donde alcanzaba, en su espalda, sus hombros. Entonces bajó su mano desde sus pechos a su pubis llegó a su clítoris y lo acarició y apretó ligeramente haciendo que se corriera de nuevo y él se corrió casi a la vez dentro de ella. Cayeron agotados en el sofá, se abrazaron y se durmieron en poco tiempo.

Se fueron a la cama y no volvieron a salir de allí en todo el día, hasta que se levantaron para pedirle el almuerzo y la cena a Polly, nadie los volvió a ver hasta el desayuno del día siguiente, y a nadie le sorprendió.