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Capitulo 22

"Me empujaste hasta el suelo, pero me levanté. Ahora me quito el polvo. Escucha mi voz, escucha ese sonido.

Como un trueno, haré temblar el suelo"

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Serenity fue al dormitorio en busca de unas fotos que había conseguido, ella fue mi salvadora, y lo extraño de todo, es que era mi prima. Alguien que no conocí en mi vida anterior, pero siempre supe que estaba ahí, en alguna parte de este planeta.

¿Por que eramos tan iguales y diferentes a la vez? la respuesta fue simple y perfecta.

Apoye mi barbilla sobre mi mano mientras miraba hacia la nada misma. Aquel día donde el destino nos llevo a encontrarnos, fue el mismo día que me contó quien era, en aquella habitación.

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- ¡ERES MI PRIMA! - estaba totalmente conmocionada por el descubrimiento.

Después de unos casi media hora donde ella había desaparecido, dentro del cuarto con el bastardo, apareció en la habitación que me encontraba. Al principio pensé que me gritaría por ser tan imprudente. Pero a los minutos descubrí que ella había hablado con Kevin, y le dijo que era lo que hacia en este lugar. Me hizo una señal, y me llevo al cuarto. El bastardo estaba durmiendo profundamente, sobre la cama totalmente desnudo. Lo mire con asco, y giré mi rostro evitando las nauseas que sentía al verlo.

Ella me señalo donde estaba la ropa tirada, y empece a buscar entre ella lo que necesitaba. Al principio me asombre de la clase de persona que era. En su pantalones guardaba el anillo de bodas junto con una foto de "su familia". Decidí guardármela, con eso podría tener mi primera de ventaja. Al poco tiempo, dentro de su campera encontré lo que necesitaba, sonreí y con eso me dispuse a salir.

Cuando quise hacerlo mi salvadora me detuve, me señalo el vaso que llevo, y me susurro "siempre ten un plan B" asentí y salimos.

Al volver a la habitación del fondo, me relaje por primera vez en esta noche, y ella me empezó a explicar.

-Si, soy tu prima. Pensé que en esta vida nunca mas nos íbamos a volver a cruzar- la mire confundida.

-¿ya nos conocíamos?- pregunté.

-Cuando eras chica, y tu madre aún vivía fuimos a conocerte. A penas tenias cuatro o cinco años y yo tenia seis. - me explicó - al poco tiempo, llego un amigo tuyo del jardín, recuerdo que tenia unos ojos muy azules, casi como zafiro- sonreí, sin duda era Darien- Según mi madre, hacia poco que se habían hecho amigos.

-Si, creo recordar ese día, había sido confuso - ella se rió.

-Si, le decías mamá a mi madre todo el tiempo - ella se rió más.

Ese día, había conocido a mi tía, ellas vivían en el extranjero, y no habían podido venir hasta ese momento. También fue la ultima vez que las vi, ni en el funeral de mi madre pudieron volver.

Lo ultimo que supe de ellas era que mi tía había fallecido a los pocos años después de que lo hizo su gemela.

-Eran como dos gotas de agua- Serenity interrumpió mis pensamientos- Ellas eran mellizas, pero siempre creí que eran mas gemelas idénticas.

Asentí. Eran una copia de la otra, y ambas se amaban tanto como si fueran una sola. Mi tía en su honor le puso el nombre de mi madre a su hija, y mi madre la hizo mi madrina. Ambas eran tan similares, que inclusive la muerte se las confundió llevándoselas a ambas el mismo año.

-Ahora entiendo porque nos parecemos tanto.-

A partir de ese momento me convertí en Bunny, por consejo de mi prima. La oscuridad de la noche no debía mezclarse con la del día me había dicho. Me enseño ocultar mi personalidad, mis sentimientos, y todo lo necesario para permanecer ilesa en ese mundo perverso. También por ella conocí a Nephrite, y su bebida mágica, me enseño que no todo en la noche era perverso, algunas veces la oscuridad era buena como para poder desinhibirse, y poder dar rienda suelta a nuestros deseos o penas más profundas. La primera vez que sucedió había cumplido otro año de la muerte de Sagira, y mi corazón ya no podía mas con tanto dolor. No lo pensé, y necesite que alguien me ayudará a desahogarme de semejante tristeza, gracias a mi aliada también conocí gente "honesta" se podría decir, ya que solo buscaban una cosa, y yo necesitaba eso en ese momento. Necesitaba dejar de sentir aunque sea por unos minutos.

No era justo para ellos, pero tampoco era justo conmigo, después simplemente me levantaba y me iba de la habitación. No había romanticismo, y menos deseo o amor. Mi corazón había sido sellado con mil cadenas, y la esperanzan se había marchado el día que se lo llevaron de mi lado. Yo era un cascaron vació... hasta ese día que todo cambió, hasta que volvió.

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-Deja de pensar en tonterías- me golpeo la cabeza mi prima.

Me sobe donde me había golpeado. La mire con enojo, desde que llegue me había maltratado mas de seis veces.

-Oh pobrecita, ¿me odias? es lo que te mereces por desaparecer por más de un año - hizo una pausa y siguió - ese es tu castigo, y madura.

Se giro y comenzó a preparar la comida. Bufe, ella y Mina era muy parecidas.

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Después de haber pasado gran parte de la tarde en lo de mi prima, fui a la casa de Artemis. Hay una adolescente que también requiere mi atención. A penas que abrí la puerta escuche su gritos, bueno su enojo.

-Al fin llegas- Artemis se abalanzo sobre a mi como un salvavidas en medio del océano.- No quiere escucharme, dice que no soy su padre y no tiene porque obedecerme.

Puse los ojos en blanco, ¡dios! que pase rápido esta edad, y llegue la madurez lo más rápido posible.

-Cielo, ¿que sucede?- abrí la puerta de su habitación, a penas que subí por las escaleras.

-Mamá - ella se tiro sobre mi -¿viniste a buscarme?¿me voy a casa?

Sus ojos me miraba con suplica e ilusión.

-Ya lo hablamos, es peligroso aún - bufó, y se dio la vuelta.

-Hana dice que eres demasiada estricta, y no hay tanto peligro como me dices- puso sus brazos en jarra.

Encorve una ceja ¿Hana? ¿desde cuando habla con el hijo de Yoh?

-Pensé que no se llevaban bien- lo dije para sondearla un poco. Ella resopló.

-Es un idiota, pero sabe cosas - puse mis ojos en blanco, y me senté en la esquina de la cama de mi hija.

-Cielo, escúchame- trate de convencerla, era hora de hablarle como una adulta. En fin, casi lo era, y tenia que prepararla para el mundo cruel que la espera afuera- Hana es un buen chico, no es malo, un poco terco puede ser. Pero no conoce nada del mundo, aún no sale de Londres ¿como puede saber lo peligroso que es aquí, cuando nunca ha venido?

Ella me miro, entonces continué.

-Se que quieres venir a casa, y yo espero pronto ese día. Tengo ganas de que estés con Diana, y que miremos películas en el sillón. Inclusive me encantaría que volvamos a Villa Crystal, que vivamos definitivamente allí. Pero aún no es tiempo, es pronto, hace solo cuatro días que volvimos, y tengo muchos enemigos por esta zona.

-¿quienes son? nunca me hablaste de ellos - ella se sentó en la silla de su escritorio mirándome, apoyándose de manera perezosa sobre el respaldo.

-No importa sus nombres, lo que quiero decir es que sino arreglo esto antes de que te presentes a la sociedad. Vas a ser su próximo objetivo, y no siempre voy a poder estar contigo- no quise decirle que solo me quedan unos meses... bueno, no, semanas diría.

-Mamá - me pregunto con sus ojos de niña buena. Mi corazón se ablando.- ¿cuando va a volver papá?

Y con esa pregunta me congele. ¿Cielo sabia quien era su padre? no, no, no podía ser... la mire totalmente en blanco.

- Lo sé mamá, te escuche una vez que vino a casa - bajo su mirada como si hubiera hecho una travesura, y siguió- se que no me quiere, pero también sé el porque. A pesar de eso me gustaría, por lo menos verlo una vez mas. Aunque no puede decirle papá, pero quiere que sepa que no voy a enojarme por no elegirme.

Me abalance sobre ella, y la abrace con todas mis fuerzas. Quise apartarla de ese dolor, quise hacer razonar a Darien antes que ella lo supiera. Pero el destino seguí siendo cruel conmigo, y mi maldición seguía salpicado a todos los seres que amaba.

Me jure en silencio, antes que el reloj diera la hora final, que Darien entendería, y si aún así no la aceptaba. No lo obligaría, porque aunque su boca decía que no quería ser su padre, sus ojos miraban con anhelo a Cielo cada vez que se cruzaban, cada vez que la veía a través de sus ojos podía ver el deseo que lo llame papá.

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Los días pasaron, y pronto llego el día lunes, mi temido día. Era hora de volver, ya con las disculpas realizadas, con mi gente a mi lado, pude levantarme con las fuerzas que necesitaba. A diferencia de la primera vez, estaba vez decidí contratar a un chófer.

Al salir del edificio, Mina ya me esperaba en el hall, ambas entramos en uno de los Rolls royce plateado, como copiloto estaba Kunzite. El seria mi guardaespaldas junto al convoy que nos abrían paso, para luego seguir nuestros pasos.

Baje los lentes a medida que Mina me contaba las novedades de la empresa. Al llegar respire profundo mirando el imponente edificio que emergía en el centro de la cuidad.

-¿estas lista?- me pregunto mi amiga.

Asentí. No solo estaba lista, sino que había nacido para este día. Era hora de poner cada cosa en su lugar y a cada persona en el escalón que le correspondía.

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Holis! ¿y como vienen? ya viene uno de los primeros enfrentamientos?¿y se esperaban del porque la Aliada se parecía tanto?

Parece que los próximos días serán intensos para nuestra querida Serena.

Cualquier duda o consulta, sera bien recibida. Esta semana vuelvo al trabajo así que espero que no pase más de cada dos días, como mucho en subir los siguientes capítulos, ya estamos en la cuenta regresiva para el final!