Capítulo 1

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Akane

No me logro acomodar en mi cama, hay algo que me mantiene insomne. Lo sé, se lo que es, aun así, no lo quiero ver de esa manera…

Debo de tranquilizarme, de otra manera no me podré despertar mañana.

Me levanto.

Miro al espejo.

Salgo de ahí hacia la cocina. Tomo un vaso y me sirvo un poco de leche. Estoy cansada, muy cansada. Solo puedo hacer más que perderme en mis pensamientos, no dejo de pensar en… Escucho pasos, seguramente es Kasumi que ya se despertó. No lo era.

—Tampoco puedes dormir ¿Verdad?

Esa voz. Era todo lo que me calmaba, lo que me hacía sentir protegida. Pero a la vez era lo que me martirizaba a diario y me consumía la cabeza día y noche.

Solo asentí, no estaba de humor para nada.

—¿Qué pasa? Últimamente has estado sin poder dormir bien.

—El dojo…— Mentí, o bueno, en parte. Me preocupa el futuro de nosotros con el dojo. Kasumi me dijo que debía de prepararme, ya tenía varios años comprometida. Después de todo ya no somos niños. Nabiki me hizo un estimado de los gastos que haríamos en la boda. Mi papá no para de acercarnos. El tío Genma tampoco. La única persona en la que puedo confiar y que me aconseja. La tía Nodoka, la madre de mi prometido.

—¿El dojo? — preguntó extrañado. —No sabía que de verdad eso te preocupara.

—Bueno…— Oscilé —También se trata de otra cosa.

Su cara, esa expresión de perplejidad, hace que demuestre que se preocupa por mí. Siento el calor centrado en la manzana de mis mejillas, tomo un trago de la leche para disimular el arrebol en mi rostro.

—Dime Akane ¿Qué cosa? Que no duermas hará que te falte energía, si hay algo que te preocupa mañana no podremos entrenar, como ayer, y antier y hace días.

A veces no se si genuinamente se preocupa por mí o si lo hace porque lo presionan. De cualquier manera, es muy tierno escuchar eso salir de él.

—Nosotros. — Contesté, estaba nerviosa por su respuesta.

—¿Nosotros? ¿Qué pasa con "Nosotros"?

Otra vez esa expresión, tiene una mirada azul profunda que me logra atrapar.

—Bueno, en realidad no somos el problema. Son los demás. Sabes, todos me presionan que debo de prepararme. Ya casi tenemos 20 Ranma es inevitable hablar de lo que sigue después.

—¿Después?

—Sí, no siempre vamos a estar comprometidos. Habrá un punto en el que nos casemos. "Formemos una familia." —Pensé para mí.

Silencio.

—¡¿Y que tiene eso?! ¿No quieres estar conmigo?

No sabe nada, es obvio que quiero estar con él, quiero casarme con él, vivir con él, compartir mi vida con él. Ahora es complicado

—No, no es eso…— Dije en un hilo de voz.

Otra vez ese silencio que nos mataba.

—Akane…

No respondí.

—Este dojo tiene un futuro. Pero ese futuro solo es posible si lo hacemos los dos juntos. De otra manera ni siquiera me lo imagino.

Ese azul de sus ojos se intensificó, por más que fuera de noche con la tenue luz de la cocina se lograba apreciar la seriedad en su rostro.

¿Cómo se había vuelto tan maduro? Esa preocupación inconsciente me derretía. Este hombre me hace salir de mí.

—Tal vez solo tenga un poco de nostalgia, de cuando éramos adolescentes despreocupados…

—¿No lo seguimos siendo? — Contestó en un tono burlón.

—Tonto— Reí.

—¿Lo ves? Ya no hay por qué preocuparse.

Lo miro, e inmediatamente aparto mi vista. ¿Qué estoy haciendo? Ya no soy una boba adolescente. Espero que la penumbra de la noche no delate el rojo en mis mejillas.

Rompo el silencio.

—Gracias Ranma.

Otra pausa en el ambiente. Se le veía tiernamente confundido.

—¿Por qué?

—Olvídalo, no es nada. —Reí.

—Bueno, ya fue suficiente, a dormir.

—Tienes razón, descansa Ranma.

—Igual. — Pensó un poco—Y no te preocupes por nada de eso, va a estar bien—Dice con una sincera pero también triste y melancólica sonrisa.

¿El también sufre?…

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Ranma

Otra vez este insomnio. Cada vez acepto más mi maldición, pero es inevitable pensar que siendo completo sería el mejor hombre para Akane. Me maldigo a mí mismo, aunque ella ya me haya dicho que no es ningún problema, miro a todos los hombres a los que les ha puesto atención, Shinnosuke, Dou-Chan (el maldito traje) e incluso Ryoga. Aunque ya viva con Akari, siempre me inquieta su presencia. ¿Por qué soy tan inseguro? ¿Es que el encanto Saotome no tiene efecto sobre ella?…

Mejor dejo de pensar. Necesito ir al dojo a despejarme. Últimamente ya no he podido practicar con Akane. Siempre se encuentra dormida por las mañanas, todas las noches escucho su puerta, siempre se dirige al baño o a la cocina. Ocasionalmente se encuentra a Kasumi, dependiendo de que hora sea.

Bajo y escucho ruido, puede que sea Kasumi, aunque a esta hora es muy improbable que esté despierta. O tal vez el viejo, que se estará haciendo una pócima o bebida rara para atraer chicas o ser más fuerte.

Era Akane.

—Tampoco puedes dormir ¿Verdad?

Se le veía extraña, incluso más que antes. Perdida en sus pensamientos, fuera de sí. Solo asintió con la cabeza, haciendo ese gesto típico suyo de seriedad el cual encontraba tan adorable.

No soporto verla así, sé que no le tiene confianza a mucha gente.

Así que probablemente nadie sepa lo que está pasando en su cabeza.

—¿Qué pasa? Últimamente has estado sin poder dormir bien.

—El dojo…— Mintió.

La conozco tan bien que sé cuándo no habla con sinceridad. Simplemente su corazón bondadoso no se lo permite.

Pero, así como se cuándo miente, se cómo hacer que me diga la verdad.

—¿El dojo? — Le pregunté.

—Bueno…—

Lo tenía, por fin sabría lo que le pasa a la mujer de mi vida.

—Dime Akane ¿Qué cosa? Que no duermas hará que te falte energía, si hay algo que te preocupa mañana no podremos entrenar, como ayer, y antier y hace días. — La verdad sí me dolía. Era una de las razones por las cuales no podía dormir.

Me preocupa tanto cómo está, aunque no se lo diga nunca. Y aunque parezca que no me importa.

Desde hace tiempo he decidido que la voy a cuidar. En mi mente, ya lo acepté, acepté que la amo…

Escucho que duda, y la veo hablar.

—Nosotros.

—¿Nosotros? ¿Qué pasa con "Nosotros"?

En ese momento mi corazón late mucho y muy rápido. Por alguna razón pienso que quiere acabar el compromiso.

—Bueno, en realidad no somos el problema. Son los demás. Sabes, todos me presionan que debo de prepárame. Ya casi tenemos 20 Ranma es inevitable hablar de lo que sigue después.

—¿Después?

—Sí, no siempre vamos a estar comprometidos. Habrá un punto en el que nos casemos.

Hay un silencio que me parece eterno.

—¡¿Y que tiene eso?! ¿No quieres estar conmigo?

—No, no es eso…— Dijo en un hilo de voz.

Otra vez ese eterno silencio.

—Akane…

Me sentía devastado, abrumado y miles de emociones las cuales no puedo plasmar en palabras.

No obtuve su respuesta. Algo la consume por dentro. Y quiero hacerla sentir bien, quiero que se sienta protegida conmigo.

—Este dojo tiene un futuro. Pero ese futuro solo es posible si lo hacemos los dos juntos. De otra manera ni siquiera me lo imagino.

Traté de decirlo lo más serio posible, no quiero que dude. Así que me mantuve serio, la miré a los ojos y no aparte mi mirar.

Escucho que habla.

—Tal vez solo tenga un poco de nostalgia, de cuando éramos adolescentes despreocupados…

¿Despreocupados? Esa época fue de las peores en nuestro compromiso.

Trato de aliviar la tensión, haciendo una broma al estilo Saotome para conquistar chicas.

—¿No lo seguimos siendo? — Contesto en un tono burlón.

—Tonto— Ríe.

Esa sonrisa sincera es todo lo que quiero ver en la vida. Me llena de energía, de fuerza. Y de alguna manera me hace esbozar una sonrisa inmediatamente después de verla.

—¿Lo ves? Ya no hay por qué preocuparse.

—Gracias Ranma.

No entiendo por qué me agradece, pero deduzco que es por algo bueno, así que no me preocupo mucho.

—¿Por qué?

—Olvídalo, no es nada. —Ríe.

—Bueno, ya fue suficiente, a dormir.

—Tienes razón, descansa Ranma.

—Igual. — Pensó un poco—Y no te preocupes por nada de eso, va a estar bien— Sonrío por verla tan feliz, pero sigue habiendo algo que me inquieta.

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Después de esa charla cargada de emociones, por primera vez en días pudieron conciliar el sueño ambos. Algo que anhelaban con fuerza.

—Akane, ve y despierta a Ranma por favor.

—Si Kasumi, en seguida.

La rutina de siempre, nada nuevo por ahora. La chica trató de ser más suave con él al despertarlo. Pero simplemente no se despierta de ninguna manera que no sea con agua fría.

—Odio tener que hacer esto, pero…

—¡Akane! ¿Qué haces? ¿Sabes qué hay otras maneras de despertarme? — Dijo muy enfadada una pelirroja de trenza.

—Ah ¿En serio? Pues dímelas porque trato de despertarte de mil maneras y de ninguna se puede. — Dijo irritada.

—¡Eres una terca testaruda!

—Ay vamos, como si tu fueras mejor. Eres un tonto egocéntrico y narcisista.

—Ustedes nunca cambian de verdad.

—Déjanos Nabiki no es de tu incumbencia. — Gritó la azabache enfurecida.

—Están igual a cuando eran adolescentes.

Estas palabras atravesaron como bala a Akane. Y un recuerdo de lo que dijo anoche vino a su cabeza.

"—Tal vez solo tenga un poco de nostalgia, de cuando éramos adolescentes despreocupados…"

—Perdón Ranma, no debí…

Estaba apenada, no podía creer que se hubiera dejado llevar por sus emociones.

—No, en serio discúlpame, tengo un sueño muy pesado y…

Ahora estaban callados y ambos avergonzados. Un tenue arrebol entintaba su rostro mientras; de nuevo, Nabiki venía a arruinar el momento.

—Uy ¿Interrumpo?

—Ya bajábamos ¿Verdad Ranma?

—S-Sí..

Mientras bajaban las escaleras Nabiki hablaba y hablaba.

—De verdad hermanita ya llevabas una racha de una semana seguida sin una discusión. Pero buenos, sabes lo que dicen: Árbol que nace torcido, nunca su rama endereza.

—Ya basta Nabiki. — Dijo la hermana menor en tono enojado.

—Vale, los dejo…

—Buenos días.

—Buenos días Kasumi— Respondieron todos al unísono.

—Familia, hoy saldremos el Sr. Saotome, Happosai y yo. A un pequeño viaje de 3 días de entrenamiento.

—Vaya ¿En serio? La tía Nodoka, Nabiki y yo íbamos a un spa.

—Alguien tiene que cuidar el dojo— Mencionó la matriarca Saotome.

—Tienes razón. — Respondió su esposo.

—Ranma y Akane, se quedarán juntos cuidando el dojo. Última decisión.

—Pero…

—Pero nada Akane. Ustedes son los herederos del dojo, tienen que aprender a cuidarlo como se es debido.

Los jóvenes se miraron. No tenían ni siquiera que hablarse pare entenderse. Todo refería a la conversación de anoche. Y concientizaron; los dos se sienten igual. Hay mucha presión por parte de su entorno. Y les aterra el futuro. Aunque en parte no pues, es un futuro con la persona que aman. Un futuro en el que quieren vivir.

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El desayuno transcurrió como de costumbre y eventualmente todos estaban a punto de partir…

—Akane, linda ven.

—¿Sí, tía?

—Akane, en el desayuno te note un poco molesta o bueno, más bien triste. ¿Qué pasa?

—Bueno tía… ayer no podía dormir. Y hablé con Ranma. Realmente, sin peleas ni insultos. Y le hablé de como todos los demás nos ponían mucha presión sobre el matrimonio y el dojo. Y otra vez pasó en la mañana…

—Akane linda, no los escuches. Tú sabes cómo pueden ser de intensos, en especial mi esposo y tu padre. Créeme que no lo hacen con malas intenciones. Y aunque ellos no lo vean tú si estás haciendo un progreso con tu prometido, y ambos están madurando. Akane, eres una joven muy fuerte y decidida y yo lo sé, Ranma también lo sabe. Por favor Akane, sé que los demás te presionan, pero, te pido que hables con mi hijo. Traten de arreglar su relación. ¿Sí? — lo último lo dijo con la sonrisa más dulce y cálida que alguna vez le pudo haber entregado.

La progenitora de su prometido sabía cómo hacerla sentir segura. Era casi como su madre. Lo cual le causaba mucha nostalgia. Pero aun así le haría caso. Antes de salir de la habitación le dio un fuerte abrazo de despedida y salió.

Más tarde, cuando ya estaba partiendo la matriarca Saotome le pidió a su hijo que la acompañara caminando unas cuadras.

—Hijo dime, ¿ayer no podías dormir?

—Sí.

—¿Hablaste con Akane?

—Bajé a entrenar y estaba en la cocina. Por primera vez tenemos una conversación sin pelear. Resultó agradable.

—Claro… ¿Necesitas que te aconseje con lo que te dijo?

—Pues… la verdad no la entendí muy bien. Pero pude hacer que no se sintiera tan inquieta.

—¿Inquieta acerca de qué?

—Verás, estaba muy angustiada por la presión que nos ponen encima al estar cada vez más cerca de casarnos…— Lo último lo mencionó con un leve arrebol en sus mejillas.

—Hmm, ya veo. Ranma, tú y yo sabemos lo fuerte que es Akane, pero, a su vez, también sabemos que no se abre con cualquiera. Ranma, eres muy especial para ella. Y te pido que le hagas saber que ella también es especial para ti. Por favor hijo. Tienen tres días sin nadie que los interrumpa, aclaren las cosas entre ustedes. Por favor hijo, hazlo. — dijo lo último dándole un abrazo y un beso en la frente.

—Haz lo que creas correcto.

El joven asintió y pensativo regresó a la casa, por el mismo canal en el que siempre se caía cuando caminaba de regreso de la escuela con su amada.

Soltó una risa nostálgica pues, recordó cómo peleaban por estupideces antes. Ahora se miraban y se sonrojaban. Los sentimientos eran más intensos y cada vez que se acercaban era más evidente.

Aun así, los dos oscilaban ya que, eran tan inseguros uno del otro que no se permitían siquiera ver la verdad.

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—¡Llegué! — Gritó el de ojos azules.

Le respondió una calmada Akane, la cual estaba viendo el televisor. —Hola.

—¿Ya se fueron todos?

—Si.

—Hmm, ya veo. Es algo callada la casa sin los locos de los demás ¿No crees?

—La verdad sí, pero ¿No te tranquiliza tanta paz? Es decir. Tenemos la casa para nosotros, sin que nadie esté encima de nosotros.

—Tienes razón, el ambiente está menos denso, podría decir que es lo más relajado que ha estado este lugar.

Los dos rieron, se quedaron cortos de palabras. Por lo que la de pelos cortos habló.

—¿Quieres ver esta película conmigo? Es muy mala. Pero eso es lo que la hace divertida.

—No veo por qué no. — Dijo con una gran sonrisa en su rostro. Estaba muy feliz de que su amada lo invitara a estar con ella.

Pasó algo de tiempo, Akane tenía razón; era la peor película que había visto en su vida. Aun así, no tuvieron problemas para reírse un rato.

—Y la parte donde decía: ¡Es porque yo amo a Sarah! Fue tan graciosa. La peor actuación que he visto en mi vida. — Dijo mientras secaba lágrimas de sus mejillas de tanto reírse.

Instintivamente su prometido río también. La sonrisa de la joven siempre lo hacía sonreír.

—Tienes razón, igual la parte donde muere Sarah de manera tan trágica. Fue tan irreal que incluso me hizo gracia. —Río.

Hubo un silencio que si bien, no era incomodo necesitaba ser llenado. Para lo que la joven musitó:

—¿No tienes hambre? Es tarde.

—Mmm… Sí.

Por el cuello de el joven recorría una gota de sudor frío de tan solo pensar que su prometida haría de cenar.

—No te preocupes, Kasumi dejó comida en el refrigerador. — Dijo con cara de pocos amigos.

—Vale, pero no te enojes. — Dijo con un poco de coqueteo—¿Te la caliento? —Preguntó mientras señalaba el refrigerador.

La joven sentía que se le subían los colores, cosa que el varón no entendía. Pues no había caído en cuenta de lo que dijo.

—S-Si…

Después de la reacción de su prometida cayó en cuenta en lo que dijo. Y presurosamente calentó la comida en el microondas.

Es decir, no le parecía mal coquetear de vez en cuando con ella, pero, ella nunca lo dejaba decirle nada porque todo se llevaba a malas interpretaciones. Y prefería salir ileso de la situación.

Sabiendo que por esta ocasión sería un cobarde, lo dejó pasar. Pero solo por esta vez pues, la próxima saldría como campeón.

Entonces para romper el silencio habló.

—¿Hay algo que hacer mañana?

—Mmm… Ah si, Kasumi me dijo que hiciera las compras. A eso iré. —Dijo y lo miró de reojo.

—Bien, no tengo nada que hacer. Te acompaño.

¿Petición o demanda? Su voz se oía tan decidida que parecía que la obligaba a ir juntos. De cualquier manera, si no tomaba la iniciativa se hubiera quedado con las ganas de que su prometido la acompañara.

Aun así, no le molestaba para nada. Ese tono suyo que apenas había descubierto, era posesivo. Algo que no solía ver en él.

Otra vez lo miró de reojo. Se había hecho el loco. Y rápidamente terminó su comida.

—Acabé. —Dijo apresurado.

—Buenas noches. — Respondió con una sonrisa.

Por un momento sintió su corazón derretirse y latir a mil por hora por esa sonrisa tan sincera y llena de calidez que siempre le ofrecía.

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Los dos recostados en su cama, pensando un montón de cosas. No obstante, ese problema que tenían desde hace días ya no los molestaba. Por mejor decir, de alguna manera expresarlo el uno con el otro los tranquilizaba.

La primera noche sin su familia era lo mejor. Pero la casa seguía muy sola. Tan sola que les daba un poco de miedo.

Akane estaba en su cuarto pensativa todavía y con un poco de miedo por la noche sola. No quería ir a la cocina de nuevo así que decidió levantarse e ir al cuarto de su prometido.

Lentamente abrió la puerta y llamó:

—¿Ranma?

No obtuvo una respuesta clara más que un gruñido.

Se acercó a su futón y lo movió un poco tocándole el brazo.

Por un momento contempló el rostro relajado de su prometido. Observó sus labios y volvió a primer plano.

Ranma— Suspiró —Si tan solo supieras…

Tomó su rostro con su mano y acarició su mejilla. Repentinamente sintió como unos fuertes brazos la rodeaban sin soltar su agarre.

—R-Ranma ¿Qué haces tonto? — Dijo apenada.

No obtuvo una respuesta por parte de él. Era más que evidente que estaba actuando entre sueños. Contraproducente se intentó zafar del agarre. Pero él la agarró más fuerte haciendo que los colores se le subieran.

—Ngh Akane.

La chica peló los ojos y se quedó inmóvil. Menos mal que seguía dormido, él no se despierta para nada.

Resignada y sin nada más que hacer se quedó la noche atrapada en los musculares brazos de su prometido.

Se destensó y se preguntó ¿Qué es lo peor que podría pasar? Al principio solo se quedó como un palo, pero después – y aunque con un poco de miedo aún - abrazó a su prometido. Y se quedó dormida.

Mientras esos sucesos ocurrían. Él dormía plácidamente, pero estaba teniendo un sueño con su prometida.

"—Déjala Kuno, déjala ir

Nunca en mi vida Ranma Saotome, Ella se casará conmigo

¡Ranma! —Gritaba en desesperación la azabache.

Akane quiere más a un cerdo que a ti— Dijo el de la bandana tomándola lascivamente por la pierna.

Así es Ranma. Ella no te ama. — Menciona el flaco besando a un muñeco vudú con apariencia de Akane.

Él se volvió loco. Tenía una vena en la frente a punto de estallar. Se abalanzó a golpes a cada uno de los presentes y salvó a su amada en un tierno y fuerte abrazo. Se extrañó pues, ese sueño se sentía tan real, tan lúcido que casi la podía sentir en sus brazos.

Repentinamente, la joven se iba desvaneciendo de los brazos de su prometido mientras musitaba:

El dojo Ranma. — y se iba.

Él trató de abrazarla aún más fuerte"

Casi entre lágrimas el joven se despertó de golpe para verificar si su prometida estaba bien en su habitación…

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¡Hola! Si llegaste hasta aquí muchas gracias y felicidades :D. Estoy muy feliz de por fin poder plasmar estas ideas que tengo aquí en un fanfic. Y aparte, comprometerme a terminar el primer capítulo . Le doy infinitas gracias a mi beta quien leyó todo el fanfic y me ayudó con ideas ^^.

Sin nada más que decir, me despido.

Los quiero 33