Capítulo 38

Preludio

Las siluetas de los dos pokémon voladores comenzaron a recortarse gracias a la luz anaranjada del atardecer, echándose sobre ellos desde el oeste. Todos los acontecimientos habían pasado tan deprisa que apenas el propio tiempo había tenido tiempo como para hacerse notar. El vuelo de ambos pokémon voladores fue algo irregular, ya que braviary estaba dañado de antes y tenía que cargar tanto con su entrenador y como con N, por lo que el pobre estaba que no podía con su alma. Swanna había compartido con él los efectos de acua aro, curando un poco sus heridas, pero aún no estaba del todo recuperado.

-¡Vamos, braviary, solo un poco más, ya llegamos!-le animó Rizzo en ese momento.

Y así era, tras varias horas de vuelo incesante ya se podía distinguir ciudad Mayólica a pocas millas de distancia, así como la noria y la montaña rusa del parque de atracciones. Finalmente aterrizaron al lado del centro pokémon y el chico devolvió el pokémon a su ball, al tiempo que sacaba a keldeo de la suya. Seguía inconsciente y gravemente herido, Lucho les azuzó en ese momento.

-¡Vamos, vamos!

Los tres entraron de sopetón y Rizzo exclamó.

-¡Por favor, necesito ayuda, una camilla!

La enfermera jefe, al ver a keldeo en ese estado, llamó al doctor y éste vino enseguida.

-¿Qué tenemos?-inquirió un chico joven, poniéndose una bata.

-¡Se trata de un pokémon que nunca había visto, señor, está severamente herido!

Al ver su estado el doctor abrió mucho los ojos y masculló.

-¡Por todos los santos, que pase ya a quirófano, vamos, vamos!

Los tres chicos siguieron a los dos expertos pero no les dejaron pasar a quirófano, teniendo que conformarse con ver la intervención desde el otro lado del cristal. Le pusieron respiración asistida, le aplicaron analgésicos, varios estimulantes y estuvieron tratando las heridas más graves.

-Madre del amor hermoso ¿contra qué se ha enfrentado este pobre pokémon?-musitó el doctor, sudando, mientras cosía las heridas abiertas.

En ese momento keldeo entró en parada cardíaca, puesto que el monitor comenzó a pitar prolongadamente.

-¡Doctor, se nos va!

-¡Desfibriladores, ya!

Por suerte los aparatos estaban listos desde hacía rato por lo que la aplicación fue instantánea, el golpe fue fuerte, keldeo botó en la camilla pero siguió en parada.

-¡Un, dos, tres, fuera!-gritó el doctor, aplicando otra tanda.

Sin embargo el pitido seguía sonando, taladrándole los oídos y poniendo a Rizzo al límite, el cual no pudo más y gritó desde el otro lado.

-¡No, no, keldeo por favor, quédate conmigo, por favor!

-¡Silencio ahí fuera!-exclamó el doctor, aplicando una tercera tanda.

Pero Rizzo no podía quedarse en silencio, gritaba por su pokémon, pidiéndole que luchara, que no se fuera. Lucho y N lo tuvieron que sacar de allí para que el doctor pudiera trabajar y le trataron de calmar sin mucho éxito.

-¡No, no puedo calmarme, no puedo, mi mejor amigo se muere!

Nunca antes se había sentido así, una angustia horrible se apoderaba de él a cada segundo y la idea de perder a keldeo para siempre le hacía reaccionar como nunca antes lo había hecho. N miró a Rizzo, sintiendo lo mismo que él y llorando junto a él. Las horas se volvieron pesadas y hasta las diez no se apagó la luz. Justo después el doctor salió bufando y bastante nervioso, Rizzo se acercó a él.

-Doctor… por favor, dígame la verdad…

El hombre suspiró y anunció.

-Jamás había visto a un pokémon tan dañado. He hecho todo lo que he podido, keldeo está bien, conseguí estabilizarlo, sedarlo y tratar todas las heridas. Pero…

-¿Pero? ¿Qué ocurre doctor?

-Ha... ha caído en coma… un coma muy profundo. No sé si despertará, en cualquier caso habrá que hacerle un seguimiento completo para ver como evoluciona, tiene para meses.

El chico se puso blanco y se dejó caer en la silla, totalmente devastado. Si bien una parte de él se aliviaba de saber que seguía vivo, el resultado posterior no mejoraba en absoluto, notando como un negro abismo se abría bajo sus pies y amenazándole con tragarle de un solo bocado. El doctor comentó en ese momento.

-Aunque lo que me gustaría preguntarte es ¿Qué demonios has hecho para que tu pobre pokémon acabe así? ¿Contra quién ha luchado?

Rizzo miró al suelo con la mirada perdida durante unos breves segundos que parecieron horas hasta que finalmente susurró.

-Contra un monstruo…

El doctor se quedó extrañado ante tal confesión, pero no ahondó mas en la herida y se retiró, prometiendo avisarle en caso de alguna novedad. N y Lucho se sentaron a su lado para tratar de confortarlo, aunque en ese momento Rizzo masculló.

-En coma… en coma… ha sido por mi culpa, todo es por mi culpa…

-No, claro que no, aquí el único culpable es Ghechis-le corrigió Lucho en ese momento.

-¡Pero yo le permití que siguiera! ¡Le dejé ir a la batalla consciente de su estado y ahora, ahora…!

Trató de ir a verle, pero en ese momento se encontraba con pronóstico reservado en la UVI, por lo que no le dejaron pasar. Se dirigieron al buffet para cenar y tratar de verlo con algo más de perspectiva, pero Rizzo no probó bocado alguno, estando muy lejos de allí en ese momento. Tras cenar se dirigieron hacia el salón, donde una chica de la edad de Lucho, pelo castaño y ojos azules se echó sobre él en cuanto le vio y le abrazó con fuerza; vestía un camiseta blanca, con un chaleco negro, unos shorts azules y unas botas rosas y negras. Llevaba una gorra blanca y rosa. La chica le habló en cuanto se despegó de él.

-¡Aquí estás! Estaba muy preocupada, no sabía nada de ti ¿dónde estabas?

-Tranquila, ya estoy aquí, pero ha pasado algo terrible…

Por un momento la chica alzó la vista, queriendo responder a eso, pero en cuanto vio a N se quedó de piedra, como si hubiera visto una aparición. Por su parte el peliverde se quedó quieto y muy callado, pero sin poder ocultar un gesto de apuro mezclado con felicidad y duda en su rostro. Lucho se apartó y la chica se acercó a él, como si quisiera cerciorarse de que era de verdad. Sus ojos brillaron al tocar su mano y finalmente musitó.

-N…

Al segundo siguiente se lanzó a sus brazos y le besó con gran pasión. El aludido se recreó en el beso y en el momento, levantándola unos cuantos centímetros del suelo, sin dejar de besarla y abrazarla. En cuanto se separaron los dos mostraron una cara surcada en lágrimas, siendo ella la primera en hablar casi en susurros.

-Has vuelto…

-Lo siento… lo siento, lo siento, lo siento tanto…-musitó él, entre lágrimas.

-No pasa nada…-susurró ella, rodeándole entre sus brazos.

-No quise irme así sin más, pero estaba tan mal en ese momento, pasaban tantas cosas por mi cabeza que lo primero que pensé fue en huir. Lo siento, de verdad, lo siento…

-Lo sé… estás aquí ahora, sólo eso importa… te he echado tanto de menos… te amo, N…

-Y yo a ti… mi bello mundo…

Lucho observó a la parejita con una sonrisa de satisfacción y Rizzo sin pena ni gloria; apenas conocía ni a N ni a la chica con la que se estaba dando el lote delante de ellos, por lo que no podía importarle menos, después de todo tenía otras preocupaciones en ese momento en forma de un keldeo convaleciente, cosa que aún le quemaba por dentro. Tras el feliz reencuentro, Lucho hizo las presentaciones.

-Rizzo, te presento a mi hermana Liza; Liza, éste es Rizzo.

-Encantada.

-Buenas-murmuró él, sin ganas.

Liza se quedó con las ganas de preguntarle que le ocurría, pero todos fueron al salón y tanto Lucho como N la estuvieron explicando todo lo ocurrido hasta ese momento con pelos y señales. Una vez que estuvo enterada, la chica masculló.

-Ese malnacido de Ghechis otra vez… ¿y dices que reshiram se ha fusionado con esa cosa?

-Sí, ahora son solo uno, ese kyurem es lo más terrorífico que he visto en toda mi vida.

-Kyurem…-murmuró Liza, tecleando el nombre en su pokédex y sacando información al respecto rápidamente.

-Kyurem, el pokémon frontera; su cuerpo es capaz de llegar a alcanzar los setenta grados bajo cero en condiciones extremas, y cualquier fuga puede hacer que su cuerpo se congele.

Al ver la imagen del mismo Liza soltó un gritito, como si se hubiera acordado de algo horrendo, mascullando de seguido.

-Es él… lo que vi en mi sueño, es él…

-¿Cómo?

-¿Te acuerdas que hace dos años tuve una pesadilla en la que todo el pueblo se congelaba? ¡Al final vi unos ojos idénticos, Lucho, es él, estoy segura!

-Entiendo, presagiaste la llegada de kyurem, claramente fue un sueño premonitorio…-murmuró N, sin alterarse al respecto.

-¿Realmente lo crees? Pensaba que no creerías en esas cosas...-murmuró su chica, extrañada al respecto.

N se tomó su tiempo antes de responder, asintiendo brevemente con la cabeza y murmurando al poco rato.

-Bueno, por lo general tiendo a explicarlo todo en base a hechos y tomando en cuenta todos los factores, después de todo la gran mayoría de los sucesos se pueden explicar en términos matemáticos, de hecho fue así como supe de la existencia de kyurem. Sin embargo hay veces que los números no pueden abarcarlo todo, por lo que en ese sentido de vez en cuando estoy abierto a otras interpretaciones, después de todo hay muchas cosas en este mundo que siguen aún sin explicación.

Liza no pudo evitar quedarse embobada mirándole mientras él explicaba, esbozando una tierna sonrisa en su rostro y sin separarse de él en ningún segundo cogiéndole de las manos. Lucho se rio por lo bajo, divertido, mientras que Rizzo seguía aún muy lejos de allí, sin poder evitar estrujarse las manos todo el rato.

Pero el hecho de que ahora kyurem estuviera completo y pretendiese dominar el mundo superando por amplio margen de mejora a Ghechis no era, precisamente, una idea alentadora. Decidieron entonces llamar a una serie de personas, entre ellas a Lirio, al resto de líderes y a la profesora Encina. Por su parte Rizzo llamó a Handsome y Cheerful, los cuales se presentaron enseguida y saludaron a Lucho nada más verlo. Pusieron a todos al corriente de lo que pasaba, Lirio se llevó las manos a la cabeza, Encina se quedó helada y los dos agentes de la Interpol se movieron al segundo siguiente del todo atacados, siendo Handsome el primero en hablar.

-¡Llama a la central y diles que se pongan en contacto con el Consejo, prioridad uno!

-¡Sí, sí…! ¡Central, tenemos emergencia de prioridad uno, alerta roja, se avecina una catástrofe, hay que evacuar el este de Teselia cuanto antes, que se preparen todos los efectivos necesarios, que avisen al Consejo y al campeón si hace falta, pero necesito todo montado en menos de media hora!-masculló Cheerful al teléfono.

A la hora siguiente toda Teselia estaba en movimiento, tanto el Consejo General como la cámara central se habían trasladado a ciudad Mayólica, la cual había sido tomada por el ejército, que ya había emitido las pertinentes órdenes de evacuación. Todos se reunieron con el presidente del consejo, desde los líderes de gimnasio hasta los consejeros y el director de la Interpol de la sección trotamundos vía videollamada para poner al corriente a todo el mundo, siendo Rizzo, Lucho y N las principales fuentes de información. El presidente del consejo se mostró consternado ante los hechos, siendo el primero en tomar la palabra una vez que estuvo enterado de todo.

-Esperen un momento, a ver si me he enterado, dicen que el equipo Plasma ha fusionado a ambos dragones legendarios con kyurem y ahora éste quiere congelarlo todo.

-Sí, en resumidas cuentas, sí. A su lado, Ghechis Armonia es caperucita roja-asintió Lucho.

-¿¡Me están diciendo que es más peligroso un pokémon que un criminal?!

-Pues así es…-murmuró Lirio en ese momento.

-¡Pero eso es ridículo! ¡Un pokémon, por muy legendario que sea, no deja de ser eso, un simple pokémon! ¡Y si se trata de eso, el campeón puede ocuparse perfectamente!

-¿Eso cree?-inquirió entonces Rizzo, arrastrando las palabras.

Todos se giraron para verle y el presidente inquirió, molesto por su tono.

-¿Qué insinúa, joven?

Rizzo negó con la cabeza y murmuró con voz pausada.

-Usted no se ha enfrentado a él… usted no ha visto cómo se movía, ni como atacaba y menos aún ha visto su mirada ni escuchado su voz. Eso… eso no es un pokémon, tiene el aspecto de uno, pero no, es lo más parecido a un monstruo sin corazón. Su fuerza antes ya era enorme, pero ahora fusionado no tiene parangón… he podido ver con mis propios ojos como hacía pedazos a mi mejor pokémon, a mi mejor amigo. Usted no tiene ni idea. Ni idea.

Todos se quedaron mudos ante tal confesión, tanto por el tono seco y contundente como por el gesto en su rostro, completamente ausente. Ante esa tesitura el presidente no se atrevió a discutir de nuevo, aunque en ese momento Encina habló.

-En cualquier caso no hace falta que sigamos hablando de la naturaleza de kyurem. Es preciso que evacuemos cuanto antes todo el este de Teselia y, en el peor de los casos, prepararnos para lo peor.

-El ejército puede tomar cartas en el asunto si la situación así lo requiere…-comentó el consejero de asuntos exteriores.

-¡Ni se te ocurra! ¡Hablamos de un pokémon, si los de la Greenpeace o la Asociación de los Derechos de los Pokémon se enteran podríamos tener un conflicto diplomático muy serio!-masculló el consejero de fomento y medio ambiente.

-Esa cosa no tiene sentimientos…-recordó Rizzo, arrastrando las palabras.

-Independientemente de si se trata de un pokémon o un monstruo sin corazón eso no quita que tengamos la posibilidad de tener que evacuar no solo todo el este de Teselia, tenemos que tomar medidas que afecten en conjunto a todas las opciones posibles-sugirió el consejero de interiores.

-Y no se olvide, señor presidente, de lo del partido...-masculló en ese momento el asistente del aludido, en voz algo más baja y particularmente nervioso.

-Sí, sí, de hecho ya están enterados ¿de dónde cree que han salido las fuerzas terrestres? Ya hablaremos cuando no hayan civiles delante...

En ese momento entró en la estancia un teniente del ejército mandado para supervisar y se acercó al consejero de exteriores, al cual saludó militarmente antes de que éste le hablara.

-¿Qué tenemos?

-Una patrulla aérea ha peinado la zona colindante al boquete gigante y hemos captado una secuencia de imágenes con el satélite. Éste es resultado.

Mostró entonces una serie de imágenes en las que se podía ver el boquete gigante congelado, así como los bosques más cercanos y el mismo pueblo Ladrillo en una situación similar.

-Oh, cielo santo, eso es pueblo Ladrillo…-masculló el consejero.

-Eso me temo, señor… me parece que no tuvieron tiempo de nada.

Un tenso silencio se echó sobre todos los presentes y, en ese momento, llamaron al teniente vía móvil de canal cerrado, el cual respondió rápidamente.

-¿Si?

-¡Teniente, estamos teniendo contacto directo con la patrulla aérea, dicen que han tomado contacto con kyurem!

-¡Por todos los santos, que salgan de ahí enseguida!

-¡Hay interferencias! ¡Las líneas se cruzan, puede que lo tengan en línea ahora!

En ese momento se pudieron oír varias voces alarmadas exclamando todo tipo de improperios, el teniente puso orden por un momento y una de las voces se identificó como uno de los pilotos de la patrulla.

-¡Salgan de ahí inmediatamente, soldado, es una orden!

-¡Lo intentamos, señor, pero no nos deja, esa cosa nos tiene rodeados, no deja de cambiar de forma… oh, mierda, ha vuelto a cambiar!

-¡Den la vuelta ahora mismo!

Pero en ese justo momento se escuchó un alarido tremendo, pudiéndose oír una algarabía de mil demonios seguida inmediatamente después por un abrupto y denso silencio que se echó sobre todos como una losa pesada. El teniente se quedó en el sitio, tratando de asimilar que había hablado pocos segundos antes de la muerte de dos de sus hombres, comentando en ese momento.

-Esto me viene un poco grande... puede que tenga que hablar con el general, aunque va a depender de lo que me digan los de arriba...

-Descuide, muchacho, que me pasen las llamadas a mí si es preciso...-masculló el presidente del Consejo, sin poder evitar esbozar un gesto entre serio y extremamente preocupado en su rostro.

La reunión acabó a las dos de la mañana, acordándose un anuncio televisado para poner al corriente a toda Teselia. Todos los ciudadanos debían de estar preparados para una posible evacuación masiva en las siguientes setenta y dos horas. Lucho, Rizzo y N regresaron al centro pokémon, tanto N como Lucho y Liza se fueron enseguida a la cama, pero Rizzo se quedó levantado un poco más. Estuvo en el jardín, admirando las estrellas, mientras que en su mente se entrecruzaban imágenes de keldeo destrozado, kyurem cambiando de forma y Ghechis en éxtasis total; por mucho que los demás le dijeran lo contrario él sabía que parte de la culpa era suya. Gracias a él su mejor amigo estaba en coma y sin expectativas de mejora. Y por eso mismo tardó muchísimo más en dormirse en cuanto volvió a su habitación.


Kyurem trataba de mantenerse despierto todo lo posible, pero el sueño le vencía poco a poco; había estado congelando él solo toda la ruta 12 y sus colindancias hasta casi llegar a puente Villa, pero decidió dejarlo para otro momento. Realizar tantas veces rayos gélidos y llamas gélidas le había dejado exhausto. Además, también estaba el hecho de que había tenido que expulsar a esos molestos humanos que se habían atrevido a acercarse a él para espiar lo que hacía, por lo que el trabajo había sido doble. Estaba a punto de dormirse de pie cuando una voz le despertó.

-Mi señor…

Kyurem abrió los ojos con una mueca de furia y taladró a beartic con su fría mirada, espetándole de seguido.

-¿¡Qué?! ¿¡Has hecho lo que te mandé?!

-Ah, sí, sí, ya he vuelto, señor. Los cryogonal están dispuestos a colaborar, aquí está el líder de la manada.

Un cryogonal un poco más grande lo habitual se inclinó ante kyurem al tiempo que anunciaba solemnemente.

-Estamos para servirle, señor. Nosotros, los cryogonal del norte, estamos a su entera disposición y a lo que le sea menester...

-Bien… aunque resulta curioso que hace miles de años no estabais tan de acuerdo conmigo ¿por qué seria?-masculló kyurem en ese momento, poniendo tonito.

-Error mío, señor, no volverá a ocurrir...

-Muy bien, más te vale, por la cuenta que os trae. Estaba a punto de dormirme cuando aparecisteis vosotros, amebas heladas, ahora dejadme descansar. Ah, e id a congelar el puente Villa, quiero un aperitivito para cuando despierte.

-Señor…

Ambos pokémon de hielo se retiraron y, una vez fuera de su alcance, el cryogonal alfa masculló.

-No tenemos alternativa… o hacemos lo que nos dice o nos devora…

-Será mejor mantenerle contento y puede que así se olvide un poco de nosotros… oh, señor, maldigo el día en el que me achiqué frente a él, ahora mismo hubiera preferido morir…-musitó beartic, cabizbajo.

-Lleva extorsionando esta tierra desde que cayó de los cielos, lo sabes y aun así le sigues sirviendo… no entiendo por qué no escapas…

Ese comentario despertó viejos recuerdos de la memoria de beartic, muy lejanos en el tiempo y en el espacio, pero tremendamente cercanos en su memoria. Lo recordaba vívidamente como si fuera ayer. Él era tanto solo un pequeño cubchoo que vivía con su familia en las colindancias del ahora boquete gigante, hasta que un día algo cayó del cielo y un monstruo hizo acto de presencia, comenzando a devorar a todo lo que se le ponía por delante. Su familia hizo todo lo posible por mantenerle a salvo, siendo víctimas de ese horrible monstruo, que al final acabó encontrándolo escondido dentro de un tocón. Las frías palabras de kyurem aún reverberaban en su cabeza, altas y claras como un gran témpano de hielo.

-Vaya, vaya, vaya ¿qué tenemos aquí? Mirate, tan pequeño y asustado, tan débil y despreciable... me pregunto si merecerá la pena devorarte a ti también...

-No, por favor, se lo suplico... no me devore...

-Oh, pero mírate, qué espectáculo más lamentable rogando por tu vida así. No eres siquiera digno de mi presencia, y aun así, aquí estamos. No podrías hacer nada por tu vida por mucho que lo intentaras. Qué mísera existencia, qué triste devenir de los acontecimientos ¿no te parece?

-Sí... sí, así es...

-Cuando te dirijas a mí quiero que lo hagas con propiedad: sí, señor.

-Sí... señor...

-Muy bien, así me gusta. Eres un ser muy obediente, eso está muy bien... y siento que puedes llegar a ser medianamente útil también. Con suerte incluso ligeramente fuerte, ninguno de los tuyos ofreció resistencia alguna. Sí, todos débiles y despreciables excepto tal vez tú. Ven ahora, tenemos trabajo que hacer, me gustaría adecentar un poco esto...

-Sí, señor, lo que usted diga...

-Buen chico...

Tras esos sus recuerdos fueron avanzando poco a poco, sirviendo a kyurem durante gran parte de su vida mientras que él le iba entrenando de vez en cuando, logrando evolucionar entre medias y haciéndose más fuerte. Ése fue un día importante puesto que marcó un punto de inflexión en su vida, incluso el propio kyurem tuvo unas palabras para él al respecto.

-Bien, muy bien, ya iba siendo hora. Hasta ahora me has servido bien y el entrenamiento ha dado sus frutos, espero que sepas apreciarlo...

-Por supuesto que sí, señor, le estoy muy agradecido...

-Así me gusta. Sigamos pues, aún hay mucho que hacer por aquí...

Tras evolucionar y hacerse más fuerte le fue más sencillo proteger la morada de su señor y ahora hogar, ayudándole a mantenerlo todo controlado en el boquete gigante, siendo capaz de repeler él mismo posibles amenazas. Sin embargo un buen día aparecieron tres seres contra los que no pudo hacer nada, encargándose su señor personalmente de ellos y dejándoles en jaque rápidamente. Ese día llegó a experimentar un poco de esperanza naciendo en su pobre corazón, sobre todo al oír hablar al que parecía ser el líder de los tres.

-¡Esto no ha terminado, no dejaremos que sigas afrentando esta tierra ni a los seres que viven en ella!

-¡Vanas palabras de alguien que no ha podido derrotarme siquiera! ¡No sois más que simples peleles a los que derrotaré sin ningún esfuerzo, volved a enfrentarme si tenéis lo que hay que tener!

-¡Oh, lo haremos, ten por seguro que así lo haremos, cuando llegue ese día caerás y tu tiranía sobre esta tierra habrá terminado!

-¡Las palabras se las lleva el viento mas no así las acciones! ¡No quiero volver a veros por aquí nunca más, fuera de mis dominios!

Aun a pesar de que no pudieron vencerle él mantuvo la esperanza de que llegara alguien que pudiera hacerle frente. Y ese día llegó en forma de un ser muy parecido a ellos, encontrándolo primero a él un día en el que estaba de patrulla.

-¡Tú! ¿¡Dónde está kyurem?! ¡He venido a derrotarlo!

-¿¡Qué?! ¿¡De veras?!

-¡Sí, ve a llamarlo, rápido!

Si bien parecía haber una posibilidad de ver a kyurem derrotado por primera vez, su esperanza se transformó enseguida en decepción al contemplar cómo su señor derrotaba a ese pobre infeliz, huyendo al poco rato y enfureciendo aún más a su señor, el cual fue personalmente a cazarlo. Esa semana fue de las más tranquilas de toda su vida, aunque acabó en cuanto kyurem regresó.

Su vida comenzó a transcurrir en una monótona existencia durante muchos, muchos años, sin darse cuenta siquiera del tiempo transcurrido, hasta que un buen día un numeroso grupito de humanos vestidos de negro hicieron acto de aparición y se enfrentaron a su señor. En principio sólo por número parecían partir con ventaja, sin embargo kyurem les dio pelea a todos ellos, incluido a otro humano que llevaba puesto un grueso abrigón y que no dejaba de tiritar. Parecía que no iban a ser rivales para ellos, sin embargo en un momento dado apareció de repente otro humano, aunque esta vez vestido de blanco, y sin mover apenas un dedo logró someter con suma facilidad a su señor con alguna especie de aparato. Entonces se lo llevaron y los últimos meses habían sido un remanso de paz y tranquilidad absolutos. Hasta llegar a ese preciso instante.

Beartic abrió entonces los ojos, volviendo al presente y dejando escapar un quejumbroso suspiro. Por su parte cryogonal asintió con la cabeza, murmurando de seguido.

-Entiendo… el mundo cambió cuando esa cosa cayó del cielo. Vivimos tiempos difíciles, ahora más que nunca.

Tras la breve conversación el cryogonal alfa se despidió y marchó hacia el oeste con una numerosa manada de cryogonal compuesta por más de cincuenta individuos tras su paso. Beartic observó la marcha hasta que los pokémon hielo se perdieron más allá de los árboles congelados. Tras eso, fue a buscar comida para su señor.


Mientras tanto, en la fragata Plasma, Acromo trabajaba incesantemente para solucionar de alguna manera el asunto a tratar entre manos. Ghechis no había vuelto a aparecer por allí, pero era cuestión de tiempo que lo volviera a hacer. Y todavía no tenía nada que calmara su furia. El hombre se quitó las gafas y se sujetó el tabique de la nariz, con gesto cansado.

-Descansa un poco, papá, llevas varias horas seguidas trabajando...

-No puedo detenerme ahora, cariño, no con lo que tenemos encima. Si no tengo nada para cuando vuelva no sé qué pasará entonces...

-Pero si no descansas no podrás concentrarte por mucho que quieras. Déjamelo a mí, ya sigo yo.

-Pero si vuelve Ghechis...

-Que vuelva si quiere, me da igual.

Hubo un breve silencio en el cual padre e hija se miraron fijamente, él con gesto preocupado y ella con mirada cortante. En ese momento Acromo bajó la cabeza con gesto ligeramente triste, llegando a esbozar una sonrisa y murmurando de seguido.

-Agh, te pareces tanto a tu madre... me echaba esa misma mirada cuando me quedaba hasta tarde trabajando.

-Bueno, si no quieres sentir su antigua furia cuando se enfadaba ya sabes lo que tienes hacer...

-Estoy perdido entonces...

Los dos se rieron entonces confidentemente, al tiempo que Nanci se acercaba a él y le abrazaba, comentando en ese momento.

-Tranquilo, sé lo que tengo que hacer, es una simple comprobación de antiguos datos registrados, hasta un tonto podría hacerlo...

-Pero tú no eres tonta, hija mía...

-Efectivamente, soy la que te ayuda en todo momento, ya tengo tablas lo creas o no.

-Doy fe, desde luego... aunque sigo pensando que no hace falta que sigas estando tan encima de mí, sé apañármelas solo. ¿Qué hay de ti, cielo?-inquirió el hombre en ese momento.

-¿Qué quieres decir?

-Oh, vamos, andas triste desde ayer, está claro que algo ha pasado. Sé que no soy como mamá, pero no quiero desatender mis obligaciones como padre.

Nanci dejó escapar un ligero aspaviento, como si no se esperara algo así por su parte. Por lo general su padre había hecho todo lo que estaba en su mano para garantizar su bienestar desde que su madre murió, cosa de lo que ella estaba muy agradecida. Hasta ahora todo lo que había hecho había sido por la promesa que la hizo, habiendo cuidado más ella de él que él de ella. Su padre era un genio incomprendido con una mente brillante, y aun así hasta él había podido saber cómo se encontraba. Por lo que finalmente murmuró.

-No es gran cosa, es solo que...

-¿No es gran cosa querer a alguien con todo tu corazón?

Ésta vez Nanci levantó la cabeza, realmente sorprendida al respecto, al tiempo que Acromo comentaba.

-Vamos, no pongas esa cara, después de todo yo mismo me enamoré de tu madre. No puede ser Rizzo si estuvisteis peleados... ¿el chico de pelo azul y ojos rojos entonces?

Ante eso no pudo hacer más que asentir con un incipiente rubor en sus mejillas, aunque el simple hecho de recordarle volvió a entristecerla, murmurando de seguido.

-Aun así... no hice nada por evitarlo, sabía que era cuestión de tiempo, pero ahora... no querrá saber nada de mí...

-Razón de más para ir a buscarle ¿no crees? Por cómo lo pones debía de merecer la pena.

-Sí...

-Pues ahí tienes la respuesta. No tienes por qué seguir conmigo si no quieres, hija, han sido muchos años ya...-murmuró Acromo en ese momento.

-¿¡Qué dices?! ¡No, no puedo dejarte sólo ahora y menos aún con este marrón, ni se te ocurra, papá!

-Pero...

-¡Pero nada! ¡Olvídate, no me pienso ir de aquí hasta que resolvamos todo esto!

Una vez más el hombre sonrió, al tiempo que sus pensamientos parecían desviarse hacia otros derroteros, pero aun así no dijo nada más al respecto, comentando de seguido.

-Tendré que hacerte caso entonces...

-¡Eso es! ¡Así que vete a dormir ahora mismo mientras sigo yo con esto!

-A sus órdenes, señorita.

-¡Agh, déjalo ya!

Tras eso Nanci se sentó frente al ordenador mientras comenzaba a trabajar, al tiempo que Acromo se dirigía a la salida; vio entonces a meloetta sentada en una mesa cercana, dirigiéndose a ella.

-Cuida de ella ¿vale?

El pokémon singular asintió con una sonrisa, quedándose entonces mucho más tranquilo. Había veces que no podía evitar pensar que no se merecía una hija semejante, pero enseguida se corregía al recordar a quien fue la principal artífice, pensando para sus adentros.

-Es tu viva imagen, cariño. Ojalá pudieras verla.


I'm back, biches! XDD seguimos con pokémon ahora que he vuelto, hablemos un poco de éste capítulo.

Empezamos a ver los efectos más inmediatos del ascenso de kyurem, al tiempo que los humanos también se preparan; y sí, la cosa va a escalar bastante, tanto en intensidad como en acción, el ejército Popular ha asomado la naricita y no serán los únicos, ya veréis, ya, vais a flipar. Por oro lado tenemos también el hecho de que keldeo casi se queda en el sitio, además del reencuentro de mis tortolitos preferidos, que no podía no dejar pasar, por supuesto. Habrán más interacciones entre ellos, por supuesto, así como con Lucho también, que también tienen de lo que hablar.

También he aprovechado para darle algo más de carácter a beartic, que de por sí no deja de ser un pobre Igor de la vida, pero me ha permitido contar los acontecimientos que ya conocíamos desde otra perspectiva, a modo de recapitulación rápida. También he aprovechado para ir añadiendo más interacción entre Acromo y Nanci ahora que ya se ha revelado todo, habrán más, eso por descontado, pero de momento la cosa empieza así.

Y nada más de momento, la cosa va en cohete, así que esperad el próximo capítulo más pronto que tarde, comentad, dejad reviews y todo eso. ¡Nos leemos!