Capítulo 39
La guerra nunca cambia
Al día siguiente ciudad Mayólica amaneció con un cielo nublado y triste, como si presintiera de alguna manera el peligro que les acechaba. Rizzo fue el primero en levantarse, desayunó muy poco puesto que apenas tenía apetito e intentó ver a keldeo, pero seguía en la UVI y no le dejaron pasar. Como alternativa fue a recoger a sus demás pokémon, los cuales habían estado en tratamiento durante toda la noche y ahora ya estaban bien. Lucho, Liza y N seguían durmiendo, eran las nueve y cuarto de la mañana y, por hacer algo, salió a dar un paseo.
El nuevo aspecto que ofrecía ciudad Mayólica daba la sensación de que se había impuesto un régimen militar, puesto que soldados, camiones, patrullas y algún que otro tanque ocupaban la mayor parte de las calles. Desde las primeras horas de la mañana había comenzado a llegar toda la gente desplazada proveniente de ciudad Negra, bosque Blanco y pueblo Arenisca; a pesar de las obras tuvieron que reabrir el puente Progreso para que mareas y mareas de gente pudieran cruzar al otro lado de esa parte de Teselia. Un par de helicópteros de rescate aterrizaron cerca de allí y bajaron de ellos muchas más personas; varias patrullas guiaban y ayudaban a los damnificados a asentarse y les guiaban en todo momento. Tanto el parque de atracciones como el gran estadio y la cancha se tuvieron que cerrar al público y convertirse en unos improvisados campos de refugiados, ya que en el centro pokémon las habitaciones se acabaron enseguida, y todos los hoteles que había en la ciudad llenaron su aforo rápidamente. Aun así la gente seguía llegando y muchos optaron por seguir hacia el sur, hacia ciudad Porcelana. El resto, demasiado impactados por las noticias de que un enorme dragón legendario pretendía congelar todo el cantón, se dejaban hacer como cachorritos.
-Es como si estuviéramos en guerra… aunque realmente lo estamos-pensó Rizzo, observando a la gente llegar desde la ruta 16.
También se había abierto el tráfico rodado y algunos camiones del ejército y turismos también llegaban desde el este; pero le llamó la atención un jeep, no por el jeep en sí, sino por quien lo conducía, exclamando de seguido al ver de quién se trataba.
-¡Cintia!
-¡Rizzo! ¡Vine nada mas enterarme! ¿Cómo está la situación, quien está al mando?-inquirió la campeona de Sinnoh.
-El Consejo General se ha trasladado aquí y está trabajando en conjunto con la Interpol y el ejército, la profesora Encina también está aquí, y los líderes de gimnasio llegaron ayer por la noche.
-Ya veo… ¿y qué hay del campeón?
-No lo sé, Cheerful comentó el llamarle, pero no ha aparecido.
Cintia se quedó en silencio por un momento, pero entonces un camión del ejército la pitó para que se moviera.
-¡Sube, vamos!
Se subió en el asiento del copiloto con ella y la guió hasta el ayuntamiento, donde había tenido la reunión el otro día; les hicieron esperar un momento y luego les llevaron hasta la sala de juntas, por lo que les dijeron el presidente no estaba, pero se había quedado el teniente del ejército y el consejero de interiores para coordinar las operaciones de evacuación desde allí.
-Ciudad Negra, bosque Blanco, pueblo Chamota y pueblo Arenisca ya han sido evacuados, así como las colindancias a las rutas más próximas, ya casi tenemos todo el este evacuado-oyeron comentar al teniente cuando se acercaron.
-¿Y qué hay del puente Villa, ciudad Marga y el parking de caravanas de la ruta 11? Si pueblo Ladrillo fue congelado ayer por la noche están metidos en una ratonera, ciudad Caolín sigue congelada desde hace casi dos semanas, como no nos movamos ya tendremos otro pueblo Ladrillo-musitó el consejero, muy preocupado.
-Estamos en ello, enviamos un par de helicópteros de rescate hacia allá para evacuarlos por aire, no hemos visto otra manera.
-¿¡Y qué hay de kyurem?! ¡Le recuerdo que perdimos un par de J-8 anoche, teniente, eso ha sido una imprudencia! ¡¿Y las rutas marítimas!? ¡Podríamos enviar al Real Teselia para que evacue a toda ciudad Marga!
-¡También pensé en esa posibilidad, pero dudo que nos daría tiempo, incluso llamando al Liaoning, el portaaviones de la flota, no llegaría a tiempo, están recalados en la parte más septentrional del mar de China!
-¿¡El Liaoning?! ¡No podemos mandarlo, aún está en periodo de instrucción, si Rusia se entera...!
-¡No tiene por qué enterarse si lo hacemos bien!
Antes de que la cosa fuera a mayores, el consejero soltó un bufido y dio un manotazo en la mesa, con rabia, mascullando de seguido.
-¡Suficiente, no vamos a airear más secretos de estado y menos aún con civiles delante! ¿¡Y qué hay de pueblo Vidriera?! ¿¡Qué hay del campeón?!
-Intentamos contactar con ellos pero por ahora no responden, señor.
-¿Puedo dar mi opinión?-inquirió en ese momento Cintia.
Los dos se dieron la vuelta y el consejero la reconoció de inmediato.
-Vaya, la campeona de Sinnoh ¿qué hace usted aquí?
-Estaba pasando el verano en pueblo Arenisca investigando las ruinas submarinas, evacué con todos los demás hace pocas horas. Me extraña que nadie conteste en pueblo Vidriera…
-Nos encontramos tan extrañados como usted, pero no sabemos por qué no contestan…
-Quizás kyurem ya haya congelado el pueblo-murmuró Rizzo, pesimista.
En ese momento llegó un soldado raso y exclamó.
-¡Mi teniente, tenemos noticias desde el puente Villa!
-¿Cuál es la situación?
-¡Están rodeados! ¡Hemos podido contactar con el alcalde y nos ha dicho que los están asediando desde ayer por la noche un enorme grupo de cryogonal de por lo menos cincuenta individuos, los entrenadores locales han tratado de contenerlos pero no dejan de asediarles! ¡Los helicópteros que enviamos de madrugada ya han llegado, pero necesitan dos más para evacuar a todo el mundo, no hay rastro de kyurem por suerte!
El teniente se quedó pensativo por un momento, barajando opciones, al tiempo que el consejero insistía al respecto.
-¡Es imperativo que toda esa gente sea evacuada lo antes posible! ¡Han tenido suerte, pero aun así eso ha sido una imprudencia!
-¿Y el presidente del consejo?-quiso saber Cintia en ese momento.
-Reunido con el secretario general del partido barajando opciones, no haga más preguntas.
-¿Y que sugiere que hagamos, señor? A puente Villa ya no hay más rutas por las que llegar, y a ciudad Marga…-murmuró el teniente, sin saber muy bien qué decir.
El consejero se apoyó en la mesa, pensando a toda velocidad, pero en ese momento una voz anunció de repente.
-Puede dejar esa decisión en mis manos, señor mío.
Todos levantaron la vista, viendo entonces a un hombre bajito y de pelo moreno, muy bien peinado, facciones redondeadas y gesto aparentemente sereno mirándoles a todos atentamente desde el umbral de la puerta antes de entrar. Iba ensutado en un vistoso traje militar con parte del pecho lleno de medallas. El consejero, ceñudo, inquirió en ese momento.
-¿Y eso por qué si se puede saber? ¿Quién demonios es usted?
-Me envían del partido, soy el comandante general de la Comisión Militar Central, puede llamarme Xi.
-Mi general, bienvenido-murmuró el teniente en ese momento, cuadrándose ante él.
-Descanse, teniente, yo me encargo de todo a partir de aquí, queda relevado de sus funciones. Vaya a coordinar las tropas afuera.
-Muchas gracias, mi general.
El teniente se marchó de allí visiblemente aliviado, al tiempo que el general Xi les miraba atentamente con una expresión neutra en su rostro, inquiriendo de seguido.
-Muy bien ¿cuál es la situación?
El consejero le resumió rápidamente la situación con pelos y señales, añadiendo además todo lo que había hablado con el teniente antes de que él llegara. Una vez en contexto, el general se quedó pensativo durante unos buenos segundos que parecieron horas hasta que finalmente anunció.
-Mejor no arriesgarnos, que aborten la evacuación de puente Villa y le digan al Liaoning que ponga proa hacia ciudad Marga.
-¿¡Qué?! ¿¡Prefiere que perezcan unos pocos por la vida de otros tantos?! ¡No lo consentiré!-gritó Cintia en ese momento, enfurecida.
El general Xi se la quedó mirando ceñudo, como si su opinión no fuera con él, pero en ese momento consejero inquirió.
-¿¡Y qué otra cosa podemos hacer, campeona?! ¡¿Se le ocurre algo mejor si kyurem aparece durante la evacuación?!
-¡Sí, como por ejemplo ir yo y cubrir a los helicópteros por si aparece!
Ésta vez tanto el consejero como el general Xi se quedaron sorprendidos por el abrupto anuncio de la mujer, la cual taladraba al general con la mirada, quien la miró de arriba abajo por un momento antes de preguntarla directamente.
-¿Estaría dispuesta a arriesgarse?
-Lo que sea antes que dejar tirada a toda esa pobre gente.
Los dos se sostuvieron la mirada por unos eternos segundos, rompiendo en ese momento Rizzo el silencio.
-Cintia, si vas a ir…
-No me detengas, Rizzo.
-… ten cuidado. Kyurem no es un pokémon, es un monstruo.
El chico la hizo un gesto de afirmación y ella tan solo sonrió con gran seguridad, tranquilizándole de seguido.
-No te preocupes, volveré de una pieza.
-Así lo espero.
-Bien, pues si ya lo ha decidido, en marcha-indicó el general Xi en ese momento.
De forma sistemática, los helicópteros se prepararon de nuevo para regresar a puente Villa, yendo Cintia con ellos. Por otro lado se dio la orden al Liaoning de que se dirigiera a toda máquina en dirección hacia ciudad Marga para poder evacuar de forma segura a la población de allí, ya que estaban oficialmente atrapados al no haber podido usar el Acuatúnel, puesto que éste fue cerrado debido al estado de emergencia. Debido a la delicadeza de la situación y el riesgo asumido se le dio una importancia alta y el general Xi la bautizó como operación Villa. Antes de irse, Cintia habló con él.
-Será rápido, sólo quedan unas cincuenta personas por evacuar, si se ven en problemas retírense por unos minutos y vuelvan a intentarlo, aunque teniendo en cuenta que es usted…
-No habrá impedimentos de ningún tipo estando yo presente-aseguró ella.
-Ya… aun así, buena suerte, he de admitir que es usted muy valiente para ser una mujer.
-Que sea mujer es lo de menos. Estoy segura de que usted mismo o cualquier otro teniente o soldado a su cargo haría lo mismo que yo en esta situación ¿no le parece?
Ante eso el general Xi se quedó un tanto cortado, como si le diera apuro responder con sinceridad a esa pregunta, aunque enseguida escurrió el bulto murmurando.
-Ah, esto... por supuesto.
Una vez que estuvo todo listo Rizzo la acompañó y se despidió de ella, observando irse al helicóptero que la llevaba hasta que se perdió en dirección norte; entrecerró los ojos, esperando desde lo más hondo de su ser volver a verla entera.
El viaje no duró mucho ya que los helicópteros que los llevaban eran un par de Changhe Z-8, unos aparatos potentes y fiables, con una alta capacidad tanto de fuerza como de transporte. En dos horas y media divisaron puente Villa a lo lejos, siendo asediada por los cryogonal. En ese momento el piloto anunció a todos los tripulantes.
-Contacto visual con el objetivo, llegada en diez minutos.
-Qué raro que esos cryogonal la hayan tomado con ellos ¿Por qué lo harán?-se preguntó uno de los soldados que iban con ella en ese momento.
-Creo tener una idea… despejaré la entrada ¡garchomp, ábrenos camino!-exclamó Cintia, sacando a su mejor pokémon.
El pokémon dragón echó a volar y se adelantó rápidamente. Nada más invadir el espacio aéreo de puente Villa los pokémon hielo se dirigieron hacia él todos a la vez y le atacaron con rayo hielo. Pero garchomp se movió rápido, dándose la vuelta y lanzando un potente lanzallamas peinando todos los ángulos posibles; los rayos hielo se fundieron y casi todos los cryogonal fueron golpeados, echándose hacia atrás. Otro numeroso grupo vino del norte, cargando más rayos hielo.
-¡Carga dragón, garchomp!
Todo su cuerpo se envolvió en un aura azulada brillante y se echó sobre ellos, siendo un golpe directo y mandándolos a volar a todos; un par de lanzallamas más bastó para despejar la parte suroeste del poblado y el helicóptero en el que iba Cintia aterrizó ahí, mientras que el otro lo hizo en una cancha de baloncesto un poco más arriba pasado el puente. La campeona se bajó de un salto y los soldados se movieron deprisa.
-¡Rápido, evacúen inmediatamente, extracción en cinco minutos justos!
Garchomp se reunió con su entrenadora y fue a ayudar a los soldados; dividieron las pocas personas que quedaban en dos grupos para que cupieran todos en los dos helicópteros, abordándolos en orden y sin prisas para que no cundiera el pánico. Pero de uno de ellos surgió una pequeña patrulla conformada por cuatro soldados, los cuales se dirigieron hacia la ruta 11.
-¡Un momento! ¿A dónde van esos de ahí?-inquirió ella en ese momento, extrañada.
-¡A tratar de recoger a las posibles personas que pueda haber en el parking de caravanas que hay en esa ruta!-reveló uno de los soldados.
Ya sólo quedaban unas diez personas cuando de repente los cryogonal volvieron, lanzando rayos hielo por doquier. Al verlos venir, Cintia exclamó.
-¡Han vuelto, pensaba que eran historia! ¡Deshazte de esta plaga, garchomp!
Acto seguido el pokémon dragón cargó una enorme llamarada que dio en el blanco y dejó KO del todo a ese grupo, pero enseguida vino otro desde el sur para tratar de flanquearlos.
-¡Carga dragón!
Como si hubiera hecho un pleno todos los cryogonal acabaron por los suelos, pero vinieron muchos más por el este desde el otro lado del puente, adelantándose uno con giro rápido.
-¡Demolición!
Garchomp hizo brillar una de sus garras del antebrazo derecho y golpeó con ella en el centro de rotación del cryogonal, dejando éste de girar y cayendo al suelo KO. El resto del grupo le atacaron con rayo hielo al mismo tiempo.
-¡Cúbrete!-indicó ella.
Se subió las alas a la cabeza y, usando sus garras, cogió el rayo hielo y lo disolvió en el aire.
-¡Carga dragón!
Acto seguido se abalanzó y anotó otro tanto, realizando una barrida de lo más bonita.
-¡Qué pasada, es superfuerte!-masculló uno de los entrenadores que estaba evacuando.
-¡Impresionante!
-¡No se encanten ahora y evacuen!-insistió uno de los soldados.
El resto de cryogonal que seguían viniendo desde el otro lado del puente se amedrentaron y se echaron hacia atrás al ver por sí mismos cómo se las gastaban; por su parte Cintia sonrió, satisfecha. Pero en ese momento, cuando la evacuación había finalizado, una enorme silueta se recortó sobre el sol y aterrizó en medio del puente, a escasos metros de donde estaba ella, la cual se quedó impresionada ante su gran envergadura.
-Kyurem…
El dragón se encontraba en ese momento en su forma negra y miró fijamente a los ojos a garchomp, el cual le devolvió la mirada; al segundo siguiente le atacó con dragoaliento, pero el pokémon de Cintia lo desvió con la misma estrategia que con rayo hielo. Después kyurem atacó con rayo fusión, pero para su sorpresa no le hizo nada.
-¡No harás nada a garchomp con descargas, es de tipo tierra también!-exclamó la campeona, con tono mordaz.
Al oír eso kyurem clavó la mirada en Cintia y luego atacó con cuchillada.
-¡Garra dragón!
Los dos pokémon colisionaron y saltaron chispas entre si, pero kyurem hizo mucha más fuerza y consiguió golpear a garchomp, abriéndole una herida en el pecho por donde sangró copiosamente. Cintia abrió mucho los ojos al ver esto, mostrándose entonces preocupada por primera vez y exclamando rápidamente.
-¡Aléjalo con cometa draco!
Ignorando el incipiente dolor, el pokémon de la campeona lanzó la esfera hasta el cielo y una serie de meteoros cayeron sobre kyurem, el cual se envolvió en electricidad en un rayo fusión y cargó contras los proyectiles, siendo inútiles contra él.
-¡Carga dragón!
Garchomp se lanzó contra él aprovechando que estaba distraído, pero en ese momento kyurem se apartó a tiempo y, tras un fogonazo ardiente, cambió a su forma blanca.
-¡Giga impacto!
Garchomp volvió a abalanzarse, ésta vez con muchísima más fuerza para hacerle retroceder. Por su parte kyurem soltó un potente lanzallamas que le fue frenando poco a poco hasta que al final le detuvo por completo, a pocos centímetros de él. Fue entonces cuando aprovechó para cambiar de nuevo a su forma negra y asestarle un fuerte derechazo con su enorme puño, elevándole unos pocos metros hacia arriba.
-¡Extracción, nos vamos!-exclamó entonces una voz desde el helicóptero.
La campeona miró hacia atrás por un momento y entonces kyurem aprovechó su distracción para cargar un rápido rayo gélido, lanzándoselo a su enemigo.
-¡Cuidado, garchomp!
Un rápido salto en el aire lo libró por los pelos, pero la explosión pertinente lo congeló todo de golpe y Cintia se quedó fría al verlo, literal y metafóricamente hablando. En ese justo momento hubo un fogonazo ardiente y kyurem cambió a su forma blanca de nuevo, subiendo unos cuanto metros en el aire y cargando entonces una llama gélida. Llamaradas de puro frío se extendieron por todo el puente, congelando todo lo que tocaban y en dirección hacia una indefensa Cintia; pero en ese momento garchomp se interpuso y recibió el golpe de lleno, protegiendo a su entrenadora.
-¡Garchomp!
El pokémon dragón cayó al suelo de espaldas, mostrando unas profundas heridas de quemaduras por todo su pecho y patas, así como por las partes más anteriores a la espalda; trató de levantarse, pero eso solo sirvió para que las heridas sangraran un poco más. Cintia, horrorizada, se arrodilló ante ella al tiempo que musitaba.
-Garchomp… oh, cielo santo…
En ese momento oyó que kyurem se acercaba con paso amenazante y se dirigió a él súbitamente enfada, espetándole de seguido.
-¿¡Por qué?! ¿¡Por qué haces esto?! ¿¡Por qué luchas a muerte?! ¿¡Acaso no te importa nada?! ¡Ni siquiera los pokémon más salvajes y territoriales luchan de esta manera! ¿¡Por qué tú sí?!
Para su sorpresa, kyurem la respondió con su aguda y penetrante voz.
-¿Importar? ¿Por qué me iba a importar nada? ¿Acaso no lo ves en mis ojos?
Cintia se asomó a ellos y pudo ver a lo que se refería; un brillo de puro odio se podía ver mas allá de sus amarillos iris. Un odio enorme y atroz, tan grande era que hasta asustaba. Notó entonces cómo un gélido escalofrío la recorría la espalda, intimidad por lo que veía y musitando al respecto.
-Ese odio es inmenso…
-Por supuesto. Es el resultado de una existencia vil, vacía, inconclusa, deshecha y rota… no puedo hacer otra cosa mas que sentir odio. No. No es que sienta odio. Es que yo soy el odio.
La campeona de Sinnoh abrió mucho los ojos, aterrada por semejante confesión y quedándose sin argumentos. Kyurem aprovechó para reafirmarse, musitando acto seguido.
-¡Y es por eso! ¿¡Lo entiendes ahora, insignificante humana?! ¡Nadie, ni pokémon ni humano, me parará porque tengo el poder necesario! ¡Y tanto pokémon como humanos débiles como tú sólo sirven de alimento!
Cintia se quedó en el sitio, incapaz de asimilar que un pokémon pudiera albergar tanto odio en su interior; superaba con creces todo lo que había visto en toda su vida y no recordaba ningún precedente. Realmente esa criatura era otra cosa completamente distinta. Aunque en ese momento miró a su izquierda y vio que el helicóptero que había aterrizado en la cancha de tenis despegaba, pero llevaba colgando algo de un costado. Se levantó de golpe y recogió a su pokémon, al tiempo que le comentaba.
-En ese caso yo no voy a poder detenerte. Sin embargo estoy segura de que habrá alguien, ya sea humano o pokémon, que pueda hacerlo.
-Me encantaría verlo.
-En ese caso sigue esperando.
Y, tras esa frase, se agarró a la escala que colgaba del helicóptero en cuanto pasó a su lado y se dejó llevar por él, alzando el vuelo por encima del puente mientras la iban recogiendo. Kyurem, en vez de ir a por ella, la observó marchar mientras se perdían en la distancia.
-¿La perseguimos, señor?-inquirió uno de los cryogonal en ese momento.
-No… ya caerá, ya… algún día-musitó el legendario, arrastrando las palabras.
-¿Seguimos congelando entonces?
-No, a un lado.
Tras esa indicación kyurem alzó el vuelo y subió lo suficientemente alto como para abarcar todo puente Villa. Una vez situado, cargó otra llama gélida y la soltó, congelando todo el poblado de una sola sentada. Tras eso se posó sobre el hielo, bramando en ese momento.
-¿¡Y mis bocaditos?!
-¡Aquí, señor!-exclamó entonces beartic, llegando de repente con un gran surtido de bayas.
-¿Eso? ¿¡Eso?! ¡¿Me tomas el pelo, ameba helada?!-chilló kyurem, enfurecido.
-¡Es lo mejor que he podido encontrar! ¡Ahora que lo está congelando usted todo no hay mucho donde elegir!
Kyurem resopló y el pobre pokémon hielo se dio cuenta de la cagada que había cometido, mascullando rápidamente.
-Ah, quiero decir… si quiere, señor, le busco algo mejor…
-Déjalo, tendré que buscarme la vida.
Mientras los cryogonal remataban la faena, kyurem cambió de nuevo a la forma negra y alzó el vuelo, en busca de algo para comer; empezó a peinar la ruta 11 desde el aire y, cerca de allí, vio a varios humanos para su eterna suerte.
Mientras tanto la patrulla de soldados que salió a por más personas en el parking de caravanas se habían enterado de la marcha de los helicópteros sin haberlos esperado siquiera; los habían visto alejarse desde donde estaban y el capitán de la patrulla llamaba a gritos a los pilotos a través de la radio, pero nadie contestaba.
-¡Patrulla Bei a Ying 1, conteste maldita sea! ¡No nos dejen aquí!
-Quizás haya aparecido kyurem y se han visto obligados a retirarse-supuso uno de ellos en ese momento.
-Claro, eso explicaría esa prematura extracción…
-¡Pero eso no justifica que nos hayan dejado tirados! ¿¡Y ahora qué hacemos?!-masculló el capitán.
-Propongo seguir el objetivo y retirarnos cuanto antes, señor.
-¿¡Y hacia dónde?! ¡Ciudad Caolín es un mundo helado, ahora mismo!
-¿Y si nos dirigimos a pueblo Vidriera? Si mal no recuerdo por ahora no había noticias desde allí y tengo entendido que querían mandar una patrulla de avanzadilla, podemos recoger a los posibles civiles del parking e ir para allá.
-¡El objetivo consistía en extraer a los civiles, no llevarlos a ningún otro punto! ¡Y no vamos a cambiar nada puesto que ni yo tengo potestad, así que cumplamos órdenes!
Llegaron al parking tras varios minutos de caminata y lo estuvieron registrando rápidamente, sin encontrar a nadie hasta el momento.
-Sin civiles por aquí, señor.
-Entonces vayámonos antes de que se le ocurra a esa bestia parda aparecer por aquí… retirada-indicó el capitán.
Pero en ese justo momento, de una caravana cercana salieron varios chicos jóvenes con pinta de hippies, los cuales al verles murmuraron.
-Hey… paz y amor, colegas.
-Mirad eso, armas… haz el amor y no la guerra…
-No seáis esclavos del sistema, hermanos…
-¿¡Pero que hacen aquí?! ¡Y nosotros nos íbamos a ir, tienen que evacuar inmediatamente!-masculló el capitán, acercándose a ellos.
-¿Evacuar? Tranquilo, colega, evacuamos hace ya como media hora…-murmuró uno de ellos, soltando una sonora carcajada poco después.
-¡No me refiero a ese tipo de evacuación! ¡Kyurem debe de estar cerca y como no nos movamos ya estaremos en graves problemas, evacuen con nosotros ya!
-¿Kyurem? ¿Quién es ese tal kyurem?
Nada más preguntarlo el aludido se posó en medio del parking y miró a los soldados y a los hippies fijamente, incluso se le pudo ver como se relamía en el proceso.
-Ca… ca… capitán-musitó uno de los soldados, aferrándose a su arma reglamentaria.
-Tranquilos, lo frenaré.
Hizo mano entonces de una poké ball guardada en uno de sus bolsillos adosados a su cinturón y de ésta sacó a un arcanine, que se enfrentó al dragón fusionado. Kyurem esbozó una tonta sonrisa y le hizo un extraño amago, como animándole a ir a por él.
-¡Arcanine, envite ígneo!
El pokémon de fuego se lanzó envuelto en un aura llameante, pero kyurem contrarrestó el ataque fácilmente lanzándose con un rayo fusión que estuvo haciendo fuerza por unos pocos segundos hasta que finalmente le embistió de lleno, dejándole en el suelo y sin volver a moverse.
-¡No, arcanine!
Lo recogió enseguida, viendo como kyurem se acercaba paso a paso hacia ellos, para entonces los soldados estaban muertos de miedo y temblando como flanes, uno de ellos masculló en ese momento.
-Capitán…
-¡Abran fuego, abran fuego maldita sea!-ordenó entonces el aludido, apuntando y disparando.
Una ráfaga de balas zumbó en el aire en dirección hacia kyurem, pero éste lanzó una rápida ventisca de su boca que paró todas las balas y congeló a todo y a todos en el proceso.
-Hora de comer…-masculló kyurem, antes de echarse hacia delante.
Mientras tanto, en pueblo Vidriera, un helicóptero privado sobrevolaba toda la parte posterior del gran estadio; rodeó la gran y reformada estructura y aterrizó sobre el palco de honor, bajando de éste un hombre alto y delgado, con pintas de ejecutivo importante. Accedió al palco desde una trampilla y se quedó mirando a una silueta situada delante del cristal, la cual miraba en dirección hacia el campo sin decir nada.
-Señorita… es la hora, tenemos que irnos…
La figura no dijo nada, tan solo siguió admirando las vistas.
-Señorita, por favor, bastante hemos tenido ya ignorando al Consejo, tenemos que evacuar, kyurem puede acercarse hacia aquí de un momento a otro. Puente Villa ha sido el siguiente en caer. Hemos de irnos.
-Resulta extraño ver al campo así de silencioso… es como si fuera un preludio ¿verdad? la nota silenciosa final antes de caer el telón. Así se cierra el acto-murmuró ella en ese momento, envuelta en sombras.
-Es doloroso, sin duda alguna… me temo que este año no se va a poder celebrar la conferencia.
La figura suspiró y murmuró.
-Sí… ¿cómo se quedará reflejado en el informe? Oh, sí, por fuerza mayor…
-Y usted sabe bien cómo de mayor es esa fuerza… vamos, señorita, hemos de irnos ya, los demás están ayudando en ciudad Mayólica y usted también debería estar presente.
La figura no puso más inconvenientes y echó a andar, pasando al lado del hombre y dejando un rastro de olor a moras; el hombre arrugó la nariz, oliendo la fragancia y cerrando su paso. Ambos se montaron en el helicóptero y se perdieron en dirección sur.
¡Más Call of Pokémon: Fallout Warfare! XDDD sí, me lo pasé muy bien escribiendo este capítulo en su día y ahora también revisándolo... porque vamos a recapitular un poco.
Tenemos a una Cintia salvaje apareciendo de repente, poniendo su papo encima de la mesa partiéndola en el proceso y padreando al general Xi... ah, sí, ésa es buena XDDD y sí, es exactamente quien estáis pensando que es, ahí me volví loquísimo, no lo niego, pero después de repasar su historial me dije: espera ¿y si aprovecho para...? Ya veréis, ya, vais a flipar aún más si no lo estáis flipando aún por las razones que sean. Si bien en el anterior fic pudo con Lucho sin ningún problema, kyurem es harina de otro costal y ella misma lo ha podido comprobar en sus propias carnes.
Por otro lado tenemos esa escena medio seria medio cómica medio terrorífica, que muestra un poco mejor la perfidia de kyurem. Puede parecer un poco desproporcionado o algo exagerado, pero enseguida veremos qué le llevó a ser así de sádico y pensar de esa manera tan extrema.
Y nada más de momento, la cosa sigue a la velocidad de la luz, así que esperad el siguiente enseguida, comentad, dejad reviews y todo eso. ¡Nos leemos!
