Capítulo 29
Toque de queda
Poco después del altercado con cobalion, Rizzo recogió sus cosas y a sus pokémon y continuó con el viaje ya que apenas quedaban pocos kilómetros para llegar a su destino, apretando el paso para llegar cuanto antes. Media hora después, y tras pasar una densa arboleda, logró ver las altas murallas de pueblo Ladrillo.
Situado en un pequeño promontorio que destacaba sobre todo por su concepción apiñada y su alta y gruesa muralla que le confería aspecto de fortaleza, el pueblo se alzaba sobre sus alrededores como una gran atalaya. Hecha de granito y gres blanco, muy fuerte y resistente, era capaz de soportar hasta las embatidas de un cañón, y la misma piedra también fue usada para la construcción de todas las casas, que eran pequeñas y sin apenas gran altura, de estilo más moderno y con tejados más planos. Se dirigió directamente al centro pokémon, situado en el centro del pueblo y al lado del acceso a un pequeño puente que conectaba un extremo superior de la muralla con el otro, ya que las casas también formaban parte de la estructura de la muralla.
De camino hacia allí notó a keldeo, que iba con él a su lado, visiblemente agitado, mirando hacia todos los lados en alerta constante y con un gesto preocupado grabado en su rostro. Extrañado al respecto, Rizzo inquirió.
-¿Estás bien, keldeo? Te noto como nervioso…
Ante esa pregunta el pokémon singular dejó escapar un hondo suspiro, como si le diera reparo hablar, hasta que finalmente murmuró.
-Fue… fue cerca de aquí…
-¿El qué?
-La batalla contra mi enemigo… recuerdo este promontorio, estaba al lado de su morada, aunque éste pueblo no era tan grande y no tenía estas murallas...
-¿En serio?
El pokémon asintió con la cabeza, buceando en sus recuerdos y comenzando a rememorar aquel momento.
-Recuerdo que había un enorme boquete en el suelo, había que bajar por un risco peligroso y atravesar una larga cueva que lo rodeaba… dentro del boquete un denso bosque lo ocupaba todo, había un pequeño lago justo en medio, tardé en encontrarlo porque me perdí un par de veces. En cuanto llegué al lago, todo se volvió blanco y comenzó a hacer mucho frío… y entonces mi enemigo apareció. Yo le desafié y empezamos a luchar. No supe cuánto tiempo transcurrió, pero pronto comenzó a sobrepasarme. Esgrimía una fuerza tremenda, sus golpes eran contundentes y hasta brutales, nunca vi a una criatura luchar de ese modo. No hacía más que presionar y presionar, no me daba tregua alguna, sus ataques se volvían cada vez más y más feroces, llegando a casi cercenarme una pata. Me hirió en el lomo y casi me arranca el cuerno de un bocado. Fue ese sadismo lo que más me asustó, y llegó a un punto en el que casi me devora, literalmente. Fue entonces cuando no pude aguantarlo más y, muerto de miedo, huí de allí. Pero él no me dejó marchar, y comenzó a perseguirme. Por mi parte seguí huyendo, tratando de darle esquinazo poniendo toda la distancia posible, pero de alguna manera lograba rastrearme con suma facilidad, lo que me obligaba a continuar corriendo. La huida se alargó semanas mientras atravesábamos gran parte del cantón hasta que finalmente me encontró escondido en un claro oculto. El resto, ya lo sabes.
Tras su relato el pokémon singular permaneció callado, todavía con el miedo en el cuerpo aun a pesar de todo el tiempo transcurrido y sin apenas mirar a su alrededor. Rizzo le miró de cabo a rabo, deteniéndose por un instante y poniéndose a su altura para mirarle fijamente. Keldeo le imitó sin poder evitar esbozar un gesto inquieto en su rostro, a lo que el chico murmuró.
-Imagínate que vuelves a enfrentarte a él, esta vez en igualdad de condiciones ¿Qué cambiaría?
-Ah, pues... no lo sé, yo...
-Oh, vamos, no te lo crees ni tú... piensa que estaríamos juntos, no sería como la última vez.
Eso pareció inspirar al pokémon singular el cual, tras un breve cavilo, logró sacar sus propias conclusiones.
-Tendríamos muchas más oportunidades... podríamos ir de frente para distraerle y así pillarle desprevenido, y luego atacar a distancia mientras nos defendemos... o bien...
Antes de que pudiera continuar Rizzo sonrió y se levantó, murmurando con gesto queda.
-Ahí lo tienes ¿ves? No ha sido tan complicado ¿no?
Por un momento keldeo se quedó callado, sin entender del todo a qué se refería exactamente, pero al segundo siguiente le cayó justo enfrente, esbozando entonces una breve pero genuina sonrisita al tiempo que murmuraba.
-Sí... gracias, Rizzo, por todo...
Por su parte el chico acarició su frondosa melena roja y el pokémon apoyó la cabeza en su regazo, sintiéndose entonces más seguro y relajándose rápidamente.
Una vez en el centro pokémon reservó una habitación para él y, tras eso, se encontró con Bel en el salón, saludándola en el proceso.
-Buenas.
-Ah, hola Rizzo, ya estás aquí, la profesora se ha adelantado ¿vamos?
-Sí, venga, no perdamos más tiempo.
Salieron de nuevo a la calle, subiendo las escaleras cercanas y se dirigieron al lado oeste de la muralla, donde se encontraron con la profesora Encina, la cual estuvo poniéndole al día mientras se dirigían a su destino.
-Siento la tardanza, fui a hablar con Cintia, la campeona de la prefectura de Sinnoh en Japón, ya que lleva estudiando las ruinas submarinas de la bahía Arenisca desde hacía ya dos años y quería comprobar algunas cosas con ella.
-¿Y ha descubierto algo?-inquirió Bel, interesada.
-No mucho, la verdad, al parecer lleva estos dos últimos años estudiando unas extrañas escrituras de las que apenas existen registros y hasta ahora no ha obtenido apenas resultados… pero a decir verdad es una mujer de lo más trabajadora y resuelta, seguro que al final acaba desentrañando el misterio.
-¿Y qué tiene que ver eso con lo nuestro?-inquirió el chico, ceñudo.
-Eso es precisamente lo que quería aclarar con ella, aparentemente no hay nada que relacione esas ruinas con lo que estamos buscando, pero bueno, al menos podemos descartar tirar por ahí. La señora que nos recomendó Iris vive un poco más adelante.
Doblaron la siguiente esquina, pasando a la cara norte de la muralla y yendo todo recto por el paseo superior hasta llegar a la última casa en la esquina superior derecha de la misma cara norte con la que hacía esquina. La profesora fue quien llamó, abriendo la puerta un chico joven, de unos veintipico años.
-¿Sí?
-Hola, buenos días ¿vive aquí la señora Delis? La estamos buscando para preguntarla acerca de la leyenda del pueblo, soy investigadora y estoy estudiando las leyendas regionales, venimos de parte de Iris...
-Ah, sí, es mi abuela, pasen.
El interior de la casa era pequeño pero muy cuco y acogedor, con una decoración de época que le quedaba especialmente bien; estuvieron esperando en un pequeño salón a mano izquierda nada más entrar y, al cabo de unos pocos minutos, llegó una señora muy entrada en años, de piel arrugada y ojos pequeños y perdidos; así a ojo tendría por lo menos ochenta años, el chico joven la sostenía de un brazo mientras la ayudaba a caminar, dirigiéndose a ella en ese momento en voz moderadamente alta.
-Abuela, han venido unos estudiosos de leyendas, quieren que les cuentes acerca de la leyenda del pueblo.
-¿La merienda? ¡Pero hijo, si ya casi es la hora de cenar!
-¡No, abuela, la leyenda, la leyenda!-exclamó el chico, vocalizando y subiendo un poco más el tono.
-¡Ah, la leyenda! Sí, claro, yo se la cuento…
-Muchas gracias por su tiempo-agradeció Encina, sentándose en un sofá.
Todos tomaron asiento y la abuela comenzó a relatar.
-Cuenta la leyenda que mucho antes de que se llegara a construir aquí el pueblo, su colina dominaba todo el lugar y se podía percibir los alrededores con tanta nitidez que hasta se podía observar a los emolga saltando de árbol en árbol. Por aquel entonces había un extenso valle al norte de aquí donde crecían muchísimos árboles frutales y vivían muchos pokémon de lo más variados, lo que dio pie al desarrollo de un asentamiento. Y así nació pueblo Ladrillo. Por aquel entones no era más que un pequeño núcleo de población comercial y de paso, pero que se fue desarrollando con el paso del tiempo. Las cosas permanecieron inalterables durante la mayor parte del periodo de Primaveras y otoños, durante el cual el pueblo se fue desarrollando poco a poco. El periodo de los Reinos Combatientes, irónicamente, también contribuyó a un mayor desarrollo del pueblo ya que los refugiados y desplazados vinieron aquí a refugiarse, aumentando la población. Hasta que finalmente ocurrió. Durante el tercer periodo de paz tras la tercera Gran Guerra, una noche un meteorito cayó del cielo y aterrizó en el valle del norte, formando un boquete gigante y destruyendo toda vida animal y vegetal de la zona. Los vecinos fueron a ver que había sido ese resplandor que cayó del cielo y, al llegar al sitio, se encontraron con un enorme monstruo que comenzó a congelarlo todo a su paso; muchos salieron corriendo, pero no todos pudieron salvarse, acabando congelados y siendo devorados por ese horrible monstruo. Durante mucho tiempo muchas personas fueron las que se aventuraron para matarlo, y tantas otras acabaron desapareciendo y siendo comida para esa terrible criatura salida de las entrañas del meteorito. Los vecinos comprendieron entonces que el poblado se encontraba en peligro estando ese monstruo tan cerca y decidieron amurallar el pueblo entero para evitar que entrase aquí; trabajaron a destajo para terminar lo antes posible y, tras las obras, se decidió imponer un toque de queda para evitar que más gente cayera en las garras de ese aterrador monstruo.
La señora se tomó un breve descanso, al tiempo que su nieto le traía un poco de agua puesto que tenía la boca seca de tanto hablar; los demás esperaron pacientemente, fascinados por la historia, incluso Rizzo atendía atentamente, cosa que hasta a él mismo le sorprendió. La señora, en cuanto estuvo un poco más descansada, retomó la historia.
-A pesar de las normas y la muralla, la gente siguió saliendo fuera y arriesgándose; muy pocos salieron con vida de los encuentros con ese ser, y los que lo lograron no lo volvieron siquiera a intentar. Muchos de mis antepasados perecieron por su culpa, pero incluso los vecinos con más edad como yo jamás hemos visto a tal criatura. Con el paso del tiempo dejó de atacar hasta los tiempos que corren y se convirtió en lo que es ahora, en una leyenda. Actualmente la norma sigue vigente aunque ya no sea necesaria, más de una vez sugirieron derogarla, pero… nunca se sabe.
Hubo un breve silencio mientras dejaban que la historia permeara poco a poco, aunque en ese momento Encina inquirió.
-¿Queda alguien que haya sido testigo de alguno de esos ataques?
-No creo, el monstruo dejó de atacar hace miles de años y casi todos los de mi quinta murieron ya… yo soy la única que queda-murmuró la anciana, con un gesto lleno de nostalgia y mezclado con algo de tristeza.
-¿Y no hay testimonios? ¿Cómo era ese monstruo?-inquirió Bel entonces.
Ante esa pregunta la anciana alzó las cejas, como si se hubiera acordado de algo y murmurando de seguido.
-Ahora que lo comentas… una vez una amiga mía, hace ya unos cuantos años me llegó a confesar algo…
-¿Cuándo fue eso?
-Pues… yo rondaría los treinta y pocos años… 1925, más o menos...
Encina guardó silencio y ella continuó.
-Dicha amiga me comentó que una mañana salió a explorar al boquete gigante, como se le conoce desde entonces; yo nunca me había asomado ahí, pero por lo que me pudo contar la tierra había renacido y en el fondo del boquete había un frondoso bosque con abundante vegetación y mucha vida animal, con multitud de pokémon viviendo en él. Se podía bajar pasando por un risco y mi amiga tuvo que hacer malabares para evitar romperse la cabeza. Entonces, paseando por aquel bosque, comenzó a notar un frío helador que se iba extendiendo conforme ella avanzaba; fue entonces cuando le pareció ver algo entre la bruma reinante, como una especie de ojos amarillos y una cara deformada y asimétrica, propia de un monstruo. Mi amiga se asustó tanto que echó a correr sin mirar atrás, ni siquiera ella misma supo bien como salió de allí sin encontrarse de nuevo con semejante ser. Desde ese momento vivió con mucho miedo durante el resto de su vida. Eso es todo lo que puedo contarles.
Tras el testimonio la señora se quedó en silencio y Encina le agradeció por su historia, despidiéndose de ella y de su nieto, el cual les acompañó hasta la salida. Mientras regresaban al centro pokémon fueron comentando sus impresiones, siendo Bel la primera en apuntar.
-Es un tanto confuso ¿no? Dice que cayó un meteorito y del meteorito salió aquel monstruo, apenas tiene relación con un posible tercer dragón.
-Efectivamente. Buscamos un pokémon dragón, no un extraterrestre…-añadió Rizzo en ese momento, atípicamente interesado.
Encina se quedó pensativa y, tras un momento de cavilo, sugirió.
-A primera vista no parece haber conexión alguna… pero pensad por un momento como si la hubiera ¿Cuál sería el denominador común?
Tanto Bel como Rizzo se quedaron algo extrañados por la sugerencia, pero la chica trató de sacar la respuesta, murmurando al poco rato.
-¿El denominador común? Quizás el hecho de que tanto el monstruo como el tercer pokémon dragón pudieran ser la misma cosa.
Encina chascó los dedos y la felicitó.
-Eso es, Bel.
-Eh, eh, eh, un momento, eso no tiene sentido, dices que en el supuesto de que haya una conexión pudiera ser los dos la misma cosa, pero es que eso no es posible, ni siquiera en el contexto histórico; según la leyenda, reshiram y zekrom surgieron de un solo pokémon dragón y sabemos que eso sucedió tras el periodo de Primavera y Otoño, más o menos desde que el primer conflicto entre reshiram y zekrom cesó. Esta señora dice que en el periodo de paz tras la tercera Gran Guerra se dio la caída del meteorito, la cosa no cuadra-observó el chico en ese momento.
-Tienes razón, Rizzo, pero por eso mismo debemos de tener en cuenta todas las posibilidades. Y de hecho estoy empezando a pensar que quizás Lirio nos podría aclarar varias cosas-anunció la profesora en ese momento.
-¿Lirio?
-Es el líder de gimnasio de ciudad Caolín, un experto en pokémon dragón y estudioso de la leyenda de reshiram y zekrom, si hay alguien que nos pueda ayudar a arrojar algo de luz sobre esto es él-reveló Bel.
-Iría yo, pero quiero abordar otras cuestiones y puede que vaya a ciudad Esmalte a hablar con Aloe… Rizzo ¿puedo confiártelo? ¿Podrías hablar tú con Lirio para que te pueda aclarar esto?-pidió la profesora.
-Bueno, está bien, total voy a tener que ir para allá igualmente para la próxima medalla...
Tanto Bel como Encina volvieron a pueblo Arenisca y Rizzo se quedó allí, aunque aún con algo de dudas acerca de todo ese asunto. Se había sorprendido a sí mismo al haberse mostrado genuinamente interesado por todo lo que le habían contado, desde siempre la historia le había aburrido sobremanera, sin embargo había algo de todo ese asunto que le escamaba y le hacía sospechar a partes iguales. Y es que no podía dejar de darle vueltas a la cabeza al respecto, sobre todo teniendo en cuenta lo que sabía por lo que keldeo le explicó esa misma mañana. ¿Acaso el enemigo de keldeo y el monstruo de pueblo Ladrillo eran la misma cosa?
-Todo apunta a que es así, pero... agh, pensar me da dolor de cabeza, a ver si me relajo un poco.
Dado que ya comenzaba a anochecer regresó al centro pokémon para cenar y, tras eso, fue a la sala de baile para ver cómo estaba el ambiente, encontrándolo medio muerto entre estertores de agonía. Optó entonces por salir para ver si veía otro sitio un poco más animado, descubriendo entonces que las calles se encontraban vacías y solitarias cual pueblo fantasma. Fue en ese momento cuando recordó el detalle del toque de queda, quedándose visiblemente sorprendido de que a día de hoy se siguiera cumpliendo a rajatabla.
-Pues vaya muermo de lugar, aquí un garito se va a pique en menos de una semana-pensó el chico, muy decepcionado al respecto.
Se dio entonces la vuelta para volver al centro pokémon y pasar el rato en el salón viendo la tele, pero nada más hacerlo se encontró de frente con alguien a quien no se esperaba ver para nada por allí. Y es que Matís apareció de improviso a pocos metros de distancia, sin apenas haberse dado cuenta de su presencia hasta que lo tuvo casi encima. Ambos se miraron fijamente, sin cruzar palabra alguna, aunque ninguno de los dos lo consideró realmente necesario. El ceño usualmente fruncido de Matís se pronunció un poco más, al tiempo que los ojos de Rizzo centellearon con furia, aún recordando los últimos acontecimientos entre ellos. Ninguno parecía tener intención alguna de abrir la boca, aunque en ese justo momento una voz vagamente familiar les llamó la atención.
-Vosotros dos.
Tanto Matís como Rizzo se dieron la vuelta y se quedaron clavados al ver de quien se trataba; el sabio Menek, escoltado por un soldado del equipo Plasma negro, les miraba fijamente con gesto particularmente molesto, al tiempo que Matís rompía el silencio musitando de seguido.
-¡Tú!
-Sí, soy yo… he venido para hablar con vosotros.
-¡No hay nada que hablar! ¡Ahora dime donde tenéis el purrloin de mi hermana!-gritó el chico, sacando una ball de su cinto.
-El purrloin de tu hermana es la menor de mis preocupaciones, después de todo todo es insignificante en comparación con lo que queremos conseguir. ¿Queréis saber qué es lo que realmente me preocupa? Vosotros dos, ni más ni menos. Tú sobre todo por tu impulsividad, y tú porque pretendes saber cosas que jamás llegarías a comprender-reveló Menek, señalando primero a Matís y luego a Rizzo.
-¿Perdón? Me he perdido…-murmuró éste último, hablando por primera vez.
-¡No me vengas con esas, niñato insolente, sabes perfectamente de lo que te hablo! ¡La pieza perdida de la leyenda de reshiram y zekrom se hará tangible gracias a nosotros y tendremos un poder sin límites! ¡Y no pienso dejar que os entrometáis de ninguna manera!
Y, tras esas palabras, Menek sacó a un sneasel y el soldado sacó a un golbat, dando comienzo una batalla doble; Matís sacó un serperior y Rizzo optó por lucario rápidamente.
-¡Serperior, estrujón!
-¡Lucario, amago!
El largo cuerpo de serperior se enrolló sobre golbat, impidiéndole atacar, mientras que lucario se lanzaba sobre sneasel rápidamente.
-¡Sneasel, falsotortazo!
Antes de que lucario le alcanzara, el pokémon hielo siniestro se movió como una gacela y, haciendo un rápido amago, se apartó de golpe y porrazo para luego volver a atacar golpeándole en un costado, deteniéndolo en seco; por su parte golbat batió sus alas con fuerza y se pudo librar del agarre de serperior, contraatacando de seguido.
-¡Aire afilado!
Las fuertes ráfagas de aire cortantes impactaron de lleno en el pokémon planta, dañándolo severamente; Rizzo miró de reojo a Matís, inseguro, pero al final indicó.
-¡Lucario, pulso cura, cubre a serperior!
Matís se quedó de una pieza, sin esperarse para nada algo así por su parte, y vio como el pokémon del chico trataba al suyo con unas ondas curativas que le dejaron como nuevo. Tanto Menek como el soldado Plasma aprovecharon el momento para presionar.
-¡Canto helado!
-¡Aire afilado!
-¡Esfera aural!
-¡Hoja aguda!
La esfera aural se llevó por delante los proyectiles helados, golpeando con tremenda fuerza a sneasel y dejándole para el arrastre, mientras que serperior cortaba el aire con su cola en un efecto cuchilla, logrando golpear a golbat en la cabeza y haciéndole algo de daño aun a pesar de no ser muy eficaz. Rizzo aprovechó entonces para rematar rápidamente.
-¡Garra metal!
Lucario se abalanzó desde donde estaba y asestó a golbat un par de fuertes golpes en las alas, cayendo al suelo KO del todo junto con sneasel.
-¡Diablos!-musitó el soldado, patidifuso, y sacando a un garbodor.
-¡No estoy vencido aún! ¡Cryogonal!-masculló Menek, sacando al pokémon de hielo.
-¡Rayo hielo!
-¡Tóxico!
Nada más salir de su ball, cryogonal cargó un fuerte rayo hielo y se lo lanzó directamente hacia lucario, al tiempo que serperior se veía amenazado por un proyectil venenoso que fue directo hacia él.
-¡Cuidado, serperior!-exclamó Matís.
-¡No te alejes, cúbrele!-indicó Rizzo.
Antes de que el peligroso ataque le alcanzara, y adelantándose al rayo hielo, el pokémon acero lucha se interpuso y recibió de lleno el ataque, pero gracias a su combinación de tipos logró salvar el envenenamiento con facilidad. Para entonces Matís estaba del todo patidifuso, sin comprender por qué Rizzo le cubriría así sin más, molestándose rápidamente y exclamando de seguido.
-¡Rayo solar!
Serperior comenzó a reunir energía en su cuello para luego soltarla en un potente rayo verdoso por su boca que hizo fuerza contra el rayo hielo, resultando en una sonora explosión que formó una densa nube de humo. Sin que Menek pudiera reaccionar a tiempo, lucario apareció de entre el humo cargando una rápida esfera aural y la soltó a bocajarro contra cryogonal; el impacto fue directo y el pokémon hielo salió despedido, completamente KO.
-¡No!-masculló el sabio, desconcertado.
-¡Maldita sea, lanzamugre!-gritó el soldado, contra las cuerdas.
-¡Intercéptalo con hoja aguda!
Antes de que el proyectil venenoso llegara siquiera a tocarles, la cola de serperior latigó en un aura verdosa y lo cortó en dos, quedando ese intento de ataque en nada. Rizzo aprovechó entonces para ponerle la puntilla, exclamando.
-¡Ahora, ataque óseo!
Haciendo uso de su velocidad, lucario se acercó a él con su hueso brillante entre sus patas y le asestó repetidamente varios fuertes golpes a garbodor por todos los costados posibles, cayendo al suelo completamente derrotado.
-¡Se acabó, me vais a acompañar a comisaria!-chilló Matís en ese momento.
-¡Sigue soñando, pequeño! ¡Pero que conste que os tendremos vigilados, el advenimiento de una nueva era en toda Teselia está muy cerca y no dejaremos que os interpongáis! ¡Completaremos la leyenda de reshiram y zekrom y habrá uno sólo! ¡Por esta!
Y, tras esas palabras, el soldado dejó caer una bomba de humo que ocultó su rápida huida. Matís tembló de rabia y recogió a su serperior para ir tras ellos, aunque antes de irse dirigió la mirada a Rizzo y finalmente habló.
-No te he pedido tu ayuda, yo solo me basto y me sobro.
Por su parte Rizzo no dijo nada, dedicándole un gesto lleno de reproche, como si se lo echara en cara. Por su parte Matís no dijo nada más y salió corriendo hacia el oeste, tratando de alcanzar a los evadidos.
Por su parte Rizzo se dio la vuelta y se dirigió al centro pokémon, un poco cansado de la vida, el mundo en general y de la gente viviendo en él. No tenía ganas de seguir pensando en todo lo que había dicho Menek, por lo que directamente se fue a la cama para proseguir mañana a la mañana con el viaje.
¡Más Pokémon! He tardado un poco en terminarlo más por falta de tiempo que otra cosa, pero ya está aquí. Hablemos un poco del capítulo.
Dado que en Sueños Rotos vimos el pueblo muy de pasada he aprovechado para poner un poco más el foco en él, centrándome sobre todo en la leyenda, que fue omitida en la primera parte por obvias razones. Dicha leyenda está escrita con todo lo explicado en Sueños Rotos en mente, de hecho tuve que pegarle un repaso para evitar posibles fallos de guion, Se incluye además la explicación extra de keldeo que complementa lo que contó en su momento en el bosque de los Perdidos con un formato más directo, ya que la situación da pie a ello. En cuanto al final he aprovechado que hay un encuentro con Matís para detallar el primer reencuentro tras la pelea, habrá más como estos, así que tendré más oportunidades de seguir explorando su relación en éste punto concreto de la historia.
Y nada más por el momento, la historia va volada, así que aprovecharé y continuaré todo lo posible para ir recortando terreno, tengo ganas de llegar a la parte extra del conflicto, ya veréis, ya. Comentad, dejad reviews y todo eso. ¡Nos leemos!
