Hola mis queridos lectores.
Me da gusto que hayan disfrutado del capítulo anterior, y ver cómo viven cada escenario y sobretodo sus teorías sobre quién es el que quiere arruinar a nuestro amado Inuyasha.
Priscila: Muchas gracias por leer está historia, Bienvenida. Espero que disfrutes este capítulo.
Cbt1996: No, no mueras por favor. Se que son muchas emociones intensas, pero prometo que valdrá la pena tanto el drama como la calma después de la tormenta. ¿Será que hay un nuevo involucrado? No lo sé, lo que si te puedo decir es que en este capítulo sabremos algo al respecto jaja. Muchas gracias por leer y tus reviews :D
Shikon de Oz: No, por favor, tu tampoco mueras. Creo a este paso, tendré que pagarles el cardiólogo jajajaja. No nos adelantemos y guarda la ayuda de la guerrilla colombiana para más adelante, que créeme que la necesitaremos. Me da gusto que estés disfrutando tanto está historia como yo.
Rosa Taisho: También quiero un Uber así, cuando lo consiga te paso el número jajaja. Y no, AUN no hay Morohita, creo que por ahora no están preparados, y menos con todos los problemas que estarán por desatarse. ¿Será Koga el culpable? Probablemente hoy se despeje esa duda. Gracias por tu apoyo a espero que disfrutes el capítulo.
Videl: Muchas gracias por leer esta loca historia. Respecto a KoYame, en un principio si se iba a dar, pero por la trama, Koga me pareció perfecto para el papel del villano. Bienvenida y espero que te guste el siguiente capítulo.
Karii Taisho: AUN no hay Morohita, lo siento :( Créeme este tema se va a descontrolar, ya sabes cómo es Inuyasha de impulsivo con las palabras. Me gusta tu teoría ¿Será Kikyo la culpable? Después de todo ella les dijo que se arrepentirían por la humillación en el restaurante. Para que te lo digo, mejor te dejo descubrirlo en este capítulo. Muchas gracias por leer está historia y por cada uno de tus Reviews.
Rocio K. Echeverria: Sí, todo está de cabeza. Empezando por la falsa alarma, que solo quedó en eso; también me hacía un poquito de ruido dos resultados diferentes, pero el médico se encargará de confirmar ese pequeño detalle. ¿Será Koga el culpable? Y si lo es, ¿Quién sería su cómplice? Probablemente en el capítulo de hoy, se aborde algo respecto a esto. Muchas gracias por leer y por tus Reviews. Espero disfrutes el de hoy.
Annie Perez: Muchas gracias por darle una oportunidad a esta historia y me da gusto que haya sido de tu agrado. Espero que los próximos capítulos te agraden, aunque ya llevarán un poco de drama, pero sin ello no existiría un final feliz. Bienvenida a este barco.
Agradezco de todo corazón a quienes me siguen y han agregado a sus favoritos, significa mucho para mí.
CAPITULO 16: CAOS
Narra Inuyasha
"Esto es solo el comienzo, Taisho. Prepárate para llevar a la ruina todo lo que has construido".
Miroku, Sango y yo seguíamos leyendo una y otra vez aquella amenaza antes de ser entregada a la policía. No podíamos averiguar más ya que el mensaje estaba hecho a base de recortes.
-Sr. Taisho -un agente se acercó a nosotros- ¿Hace falta algo en su oficina?
-No, oficial. -Respondí, sintiendo la inquietud crecer en mi interior. Después de todo, su objetivo eran los archivos y ya los tenían en sus manos.
-Bien. Analizaremos las huellas que logramos detectar al igual que la nota que le dejaron. -Informó el agente antes de retirarse.
-Muchas gracias, agente -agradeció Miroku acompañándolo a la salida.
-¿Crees que Kikyo tenga algo que ver? -preguntó Sango muy preocupada.
-Lo dudo. Nunca mostró interés en nada de esto. -le aseguré.
-Además -agregó Miroku- La obsesión de Kikyo la llevaría a querer dañar su relación con Kagome, no la creo capaz de llevar a cabo un plan tan estratégico en contra de la empresa.
La preocupación y la incertidumbre se sentían en el aire. Aunque intentáramos buscar algún sospechoso, no contábamos con las pruebas suficientes para vincularlos. El misterio que envolvía la amenaza y el robo se volvía aún más denso, como una neblina que ocultaba los motivos y la identidad de nuestro adversario. De lo que, si estábamos seguros, es que enfrentábamos a un enemigo astuto y determinado que estaba dispuesto a llevarnos a la ruina.
Nos dispusimos a recoger todo el tiradero que había quedado en la oficina, cuando una llamada de mi hermano llamó mi atención.
-Sesshomaru
-¿Estás viendo las noticias? -preguntó con la seriedad que siempre lo caracteriza.
-No, ¿Por qué? -pregunté mientras me dirigía a la recepción
-Están hablando de un robo en tu empresa
-¿Qué? ¡Maldición! -dije mientras encendían el televisor
-¿Qué pasa? Preguntó Sango mientras me seguía junto a Miroku.
Las imágenes en la pantalla mostraban reporteros frente a nuestras oficinas, destacando el robo y la amenaza que habíamos recibido.
"Seguimos frente a las oficinas de Taisho's Tech, donde se desplegó un equipo policial para investigar lo ocurrido. Hasta el momento, la única información que se tiene es que archivos cruciales fueron robados y que una nota amenazadora fue dejada en el lugar.
No hay información sobre posibles sospechosos en este momento, pero la policía está trabajando diligentemente para recabar pruebas. La situación ha generado gran atención tanto de los medios como del público, ya que Taisho's Tech, a pesar de ser una empresa de apenas 4 años, ha destacada en nuestra comunidad. Además, cabe mencionar, que su Director Inuyasha Taisho es hijo del gran Toga Taisho Director de la empresa InuCode Technologies.
Seguimos en espera de que el Director Inuyasha o algunos de su asociados salgan a brindarnos alguna declaración".
La noticia se había difundido rápidamente, y ahora la presión sobre nosotros aumentaba tanto interna como externamente. La necesidad de encontrar respuestas y resolver este misterio se volvía aún más imperante ante la creciente atención mediática.
-Me quieres explicar ¿qué es lo que están pasando? -Sesshomaru preguntó tajantemente.
-Lo que escuchaste, robaron los archivos del nuevo proyecto. -Mi hermano no dijo nada, solamente se quedó en silencio-. ¿No piensas decirme nada?
-Es tu empresa, arregla el problema tú solo. -No podía argumentar nada ante aquella afirmación, después de todo, fui yo quien decidió, por cuenta propia, crear mi propio negocio- Lo único que puedo decirte es que no lograrás impresionar a nuestro padre con este tipo de situaciones
-Eso lo sé, no tienes que decírmelo. -Nuevamente el silencio fue la respuesta de Sesshomaru. Sin embargo, el mismo rompió con ese silencio.
-Inuyasha, ¿hay algo más que debamos saber? -aquella pregunta me desconcertó, no entendía a lo que se estaba refiriendo. Y como si supiera lo que estaba pensando, aclaró mi duda-. Me refiero a algo relacionado con Kagome
-Espera, ¿qué tiene que ver Kag en todo esto? -pregunté un poco alarmado
-Está en el área de ginecología. Hablamos después.
Y el muy imbécil cortó la llamada. Me sentía frustrado, molesto, decepcionado; me encontraba en una montaña rusa de emociones al pensar que tanto trabajo, esfuerzo y dedicación podrían irse a la basura por alguien que quiere arruinarnos. Y por si fuera poco, ahora tenía la preocupación por Kagome, ¿Acaso estará enferma? Lo más probable, pero ¿Por qué ir a un ginecólogo? Si no está…
-¡Maldición! -caí sentado en el sofá, apoyando mis codos en mis rodillas mientras apretaba mi cabello
-¿Qué le pasó a Kag? -preguntó Sango preocupada.
-No lo sé, pero Sesshomaru me dijo que está… en el… ginecólogo -esa última palabra salió en un susurro.
-Felicidades, campeón. Serás un excelente padre. -Miroku palmeó mi espalda mientras se reía burlonamente.
-Cállate, idiota. -respondí molesto- Ella no puede estar… no, no debe… no está embarazada.
-Ustedes dos, relájense. -Sango se escuchaba más tranquila de lo que aparentaba-. El que Kag esté en esa área no significa que lo esté. Tal vez acompañó a una de sus amigas o simplemente fue a una consulta de rutina.
Sus palabras trajeron un pequeño respiro a la tensión. Aunque su explicación era lógica, una inquietud persistente seguía en mi interior, algo en lo que no había caído en cuenta, no nos estábamos cuidando, o al menos yo no lo había hecho.
-Entonces, eso era lo que le preocupaba
-¿De qué estás hablando, Inuyasha? -preguntó Miroku demasiado confundido- ¿En verdad está embarazada?
-No lo sé, pero voy a averiguarlo -dije levantándome del sofá con determinación. No podía quedarme sentado sin hacer nada, especialmente si Kagome estaba enfrentando algún problema.
-¡Espera, Inuyasha! -exclamó Sango, pero ya estaba decidido a buscar respuestas.
Salí de la oficina apresuradamente, con la mente llena de preocupaciones y preguntas sin respuesta.
Narra Kagome
-Puedes estar tranquila, no estás embarazada. -Las palabras del ginecólogo me dieron un gran alivio después de haber lidiado con la incertidumbre y la ansiedad-. Aquí está -señaló la pantalla mostrando las imágenes detalladas-. No hay signos de embarazo. Todo parece estar en orden.
-Gracias, doctor. Ha sido un momento bastante estresante para mí -expresé con gratitud-. Pero ¿a qué se debe que mi periodo aun no llegue? -pregunté con curiosidad
-Existen diversos factores que pueden influir en la regularidad, como lo es el estrés, los cambios en el estilo de vida, la alimentación, un sinfín de elementos cotidianos son los que pueden afectar tu ciclo menstrual. -asentí agradecida por la orientación del médico y continuó-. Dado que hemos descartado un embarazo, y si estás de acuerdo, te recetaré pastillas anticonceptivas. Además de brindar protección, también pueden ayudar a regular tu ciclo menstrual.
Después de recibir la receta, el ginecólogo me proporcionó instrucciones detalladas sobre cómo tomar las pastillas y cualquier efecto secundario que pudiera experimentar. Salí más tranquila del consultorio, y en mi rostro se reflejaba el alivio al saber que todo había sido una falsa alarma.
-Kag ¿cómo te fue? -preguntó Rin con interés
-Todo está bien. No estoy embarazada -dije con una sonrisa de alivio.
-Me da gusto Kag -Ayame me abrazó con alegría-. Espero que hayas aprendido la lección y que a partir de ahora te cuides.
-Si, ya me recetó pastillas anticonceptivas.
En ese momento, desvié mi atención hacia el televisor cuando escuché el apellido Taisho. Vi imágenes de algunos guardias impidiendo la entrada de los reporteros a la empresa de Inuyasha, y por alguna extraña razón, sentí un vuelco en el corazón. Sin embargo, otra voz atrajo mi atención.
-Kagome -giré para ver de quién se trataba
-Buenas noches, Sesshomaru. ¿Cómo estás?
-Bien, gracias. -dijo con un mínimo sonrojo en sus mejillas casi imperceptible al mirar a Rin. -¿Cómo te ha tratado el inútil de mi hermano? -Volvió a fijar su mirada en mí
-Muy bien. La paso muy bien con Inuyasha, aunque… -fijé mi mirada en el noticiero- creo que algo está pasando en su empresa.
-Así parece. Lo mejor es que lo hables con él. No estoy enterado por completo de lo que sucedió. -sus palabras aumentaron mi preocupación- Pero puedes estar tranquila, él está bien.
A pesar de querer disimular, pude notar que su atención se desviaba hacia Rin, y ella también lo percibió.
-Sesshomaru, ellas son mis amigas Ayame
-Hola, mucho gusto -saludó la pelirroja y él asintió
-Y ella es Rin
-Mucho gusto, Rin -tomó su mano y dejó un suave beso en ella
Ayame y yo compartimos una sonrisa al ver cómo el rostro de Rin se volvía de un rojo intenso. Lo más sorprendente fue notar una leve sonrisa en el rostro habitualmente serio de Sesshomaru. En ese momento, parecían olvidarse de todo lo demás a su alrededor.
Rin, aún con la mano en la suya, miraba a Sesshomaru con sorpresa y timidez. A pesar de su aparente indiferencia, él mantenía una mirada serena pero cálida hacia ella. De pronto, lo llamaron por el altavoz del hospital
-"Dr. Taisho, por favor diríjase al área de Urgencias. Dr. Taisho, al área de Urgencias, por favor."
-Debo retirarme, ha sido un placer conocerte, Rin. - Sesshomaru soltó suavemente su mano, y ambos intercambiaron una breve mirada.
-Igualmente, Dr. Taisho. Fue un placer. -Sonrió tímidamente
-Sólo dime Sesshomaru. Ahora, si me disculpan.
Corrió rápidamente, mientras que Rin, aún con la sorpresa en sus ojos, murmuró un "hasta luego" con una sonrisa tímida.
-¿Viste eso? -exclamó Ayame, emocionada-. ¡Él se interesó en ella!
-Si, eso parece – respondí. Rin, todavía ruborizada, reflejó en su rostro una mezcla de emoción y nerviosismo.
-Por cierto, Kag. ¿No se supone que Sesshomaru Taisho es parte de la empresa de su padre?
-Sí, lo es. Inuyasha me comentó que es socio e inversionista, pero que prefirió dedicarse a la medicina, y es conocido como el mejor médico de todo Tokio.
-El Sr. Sesshomaru es un hombre realmente interesante -expresó Rin aun con las mejillas sonrojadas.
-Creo que alguien más será conquistada por un Taisho -musitó Ayame y solamente pude sonreír.
Caminamos hacia el elevador, cuando de repente, la puerta se abrió, e Inuyasha entró apresuradamente, con una expresión de preocupación en el rostro.
-Kagome, corrió hacia mí y me abrazó -¿estás bien? -preguntó, mirándome con ojos inquietos. -Sesshomaru me dijo que estabas en el hospital y… -en ese instante se dio cuenta que Rin y Ayame estaban conmigo- Perdón, no las había visto.
-No te preocupes, Inuyasha -comentó Ayame- Acompañamos a Kagome a una revisión de rutina, ¿verdad, Rin?
-Si, Inuyasha, todo está bien con Kag. -respondió Ayame
A pesar de lo que le dijeron, Inuyasha aún se mostraba un poco preocupado. Su mirada intensa y su abrazo apretado revelaban la ansiedad que sentía. Traté de tranquilizarlo con una sonrisa.
-Estoy bien, Inuyasha. Fue solo una consulta de rutina, nada de qué preocuparse. -le aseguré mientras acariciaba su mejilla.
Inuyasha exhaló un suspiro de alivio, pero aún mantenía una expresión cautelosa. Salimos del hospital; una vez que dejamos a Ayame y Rin en sus respectivos hogares, Inuyasha y yo nos quedamos solos en el auto, enfrentando un incómodo silencio, supongo que la preocupación lo tenía estresado, podía verlo en su mirada seria mientras conducía.
Finalmente, al llegar a su departamento, nos sentamos en el sofá, y la tensión en la habitación era palpable. Inuyasha tomó aire, sin embargo, fui yo quien se animó a hablar primero.
-Vi algo en el noticiero sobre tu empresa -dije sin tanto rodeo- ¿Qué pasó?
-Robaron los archivos del nuevo proyecto -llevé mi mano hacia mi boca por la impresión- Además, nos dejaron una nota amenazadora donde decía que nos llevarían a la ruina.
-¿Llamaron a la policía? -pregunté con evidente preocupación.
-Sí, ya están haciendo las investigaciones, pero, por desgracia, no hay grabaciones. Sango cree que puede ser alguien que trabaja en la empresa, porque colapsaron el sistema de seguridad y entraron fácilmente a mi oficina. -apoyó su cabeza en el respaldo del sofá y cerró sus ojos, se veía frustrado por la situación.
-¿Crees que Koga… esté involucrado?
-No, no creo que sean tan inteligente para sabotear la seguridad. -aseguró aún con los ojos cerrados- Además, se supone que él está encerrado por lo que te hizo.
-Bueno, tienes razón. -Coloqué mi mano sobre su mejilla- Se que decirte que estés tranquilo sería en vano. -levantó el rostro y me miró fijamente con sus hermosos orbes dorados- Pero de algo si estoy segura, y es que vas a superarlo. Además, no estás solo, cuentas con la ayuda de la policía, con Sango, Miroku, y por supuesto que conmigo. Pronto encontrarán al culpable.
Inuyasha asintió, agradeciendo el apoyo. La preocupación en su rostro no desaparecía, pero al menos sabía que podía confiar en mí y en los demás para enfrentar esta difícil situación.
-Pequeña, necesito que seas sincera conmigo. -La seriedad en su voz me hizo entender qué era lo que quería saber- ¿Estás embarazada? -un escalofrió recorrió mi cuerpo cuando hizo aquella pregunta- ¿Por eso fuiste al ginecólogo?
-Fui para confirmar mis sospechas. -su cuerpo se tensó, como si se estuviera preparando para recibir la peor noticia del mundo. Pero no, no estoy embarazada. -Vi como su rostro se relajó- Fue una falsa alarma.
-Menos mal. Lo que menos quiero es un bebé. -expresó fríamente, cruzando sus brazos detrás de su cuello. Sus palabras me tomaron por sorpresa.
Y ahí estaba lo que tanto temía escuchar. Se que un bebé es una gran responsabilidad, y que no estábamos preparados para ser padres; incluso pensé en la posibilidad de que tal vez el no quisiera ser padres, pero la manera en la que lo expresó me resultó demasiado egoísta. Y si no hubiera sido una falsa alarma, ¿Me habría abandonado?
-¡Eres un idiota, Inuyasha! -grité
Me puse de pie inmediatamente y me encerré en la otra habitación.
Narra Inuyasha
Mierda. Kagome se encerró en la habitación de huéspedes después de gritarme que era un idiota; y tenía toda la razón. Sabía que había metido la pata, y no solo por mis comentarios pesados, sino también por no haber sido lo suficientemente cuidadoso al expresarme.
Decidí acercarme a la habitación; en el fondo sabía que debía dejar que se tranquilizara pero no podía soportar que ella estuviera enojada conmigo. Necesitábamos hablar de ese tema. Toqué suavemente la puerta, esperando que Kagome estuviera dispuesta a escucharme.
-Kag, ¿Podemos hablar? Por favor. -pedí con sinceridad.
No dijo ni una sola palabra. Quise abrir la puerta, pero la había asegurado por dentro. En verdad era una completo imbécil, hablé sin darme cuenta lo que podía provocar. Es cierto que muchas veces dije que sería un completo idiota si algún día embarazaba a alguna mujer, que los bebés solo eran una molestia, y que lo ultimo que quería era arruinar mi vida siendo padre. Pero, esos pensamientos egoístas habían cambiado desde que Kagome llegó a mi vida; ya no me aterraba la idea de formar una familia si era con ella.
-Kagome, por favor. -golpee la puerta insistentemente- No es lo que quería decir.
Escuché el seguro de la puerta deslizarse, y la puerta se abrió lentamente. Kagome me miraba con los ojos entrecerrados, aún visiblemente molesta.
-Pequeña -quise abrazarla pero puso su mano al frente para evitarlo.
-Escúchame, Inuyasha. -Sus ojos se humedecieron. Estaba aguantando sus ganas de llorar-. Si no quieres tener hijos, lo entiendo. Créeme que lo entiendo.
-Kag, yo…
-Déjame hablar, por favor. -asentí nervioso- No soy la única responsable de nuestro descuido. Y con lo que dijiste, dejaste en claro que si lo soy. -Sus palabras me golpearon como un puñetazo en el estómago
-En ningún momento dije eso. Lo que quise... -nuevamente me interrumpió.
-Seguramente lo pensaste. No entiendo por qué me sorprendo, si lo único que te importa es el maldito sexo.
-Te estás quejando de algo que los dos disfrutamos -respondí molesto- Porque te recuerdo que no te obligué a nada.
-Pero sabías perfectamente que yo era una inexperta. Y me dejé llevar por la emoción del momento.
"Ouch". Sus palabras dolieron profundamente. Tuve la intención de responder, sin embargo logré contenerme; el estrés por todo lo vivido en una sola tarde nos estaba consumiendo y nos hacía decir cosas que no queríamos.
-Kag, vamos a relajarnos. -dije intentando acercarme, pero ella no me lo permitió-. Nos estamos saliendo de contexto, y no quiero que digamos cosas que nos pueda lastimar.
-Déjame sola… por favor. -suplicó, derramando las primeras lágrimas.
-Pero, Kag…
-QUE ME DEJES SOLA, CARAJO.
Aventó la puerta en mi cara. Me quedé de pie frente a la puerta cerrada, sintiendo la tensión en el aire. La contundencia de su expresión resonó en mis oídos, y la puerta se había convertido en un muro entre nosotros.
Solté un grito de frustración, me di la vuelta, y entré a mi habitación cerrando la puerta de golpe. Me lancé a la cama, abrumado por la presión del robo en la empresa y la tensión con Kagome.
-¡Maldición! -golpee la cama con un puñetazo-. Todo me está saliendo mal.
El caos del atraco y la complicación emocional con Kagome se combinaban, creando una tormenta en mi mente. La frustración y el arrepentimiento se entrelazaban mientras buscaba respuestas. La necesidad de encontrar una solución pesaba en mi pecho, mientras reflexionaba sobre las consecuencias de mis acciones y la importancia de abordar los problemas que amenazaban con desmoronar mi vida.
Narra Desconocido
Me levanté de la cama, dejando a mi amante dormida después de disfrutar de nuestro fogoso encuentro. Me puse mis pantalones y salí directo a la sala; encendí el televisor y lo que vi me llenó de gran satisfacción.
"Inuyasha Taisho, director de Taisho's Tech, declinó dar entrevistas. Salió a toda prisa en su auto, evitando la atención de los medios y del público. A pesar de ser una empresa de apenas 4 años, la situación ha generado una gran expectación en nuestra comunidad. Actualmente, no se dispone de datos sobre posibles sospechosos, pero las fuerzas policiales…"
-Espero estés disfrutando este momento, Inuyasha. -mencioné mientras apagaba el televisor.
Tomé un cigarro, lo encendí y me dirigí hacia el ventanal, observando la ciudad desde las alturas de mi departamento. El humo se mezclaba con el orgullo que sentía al ver que mi venganza planeada con precisión estaba en marcha, y la imagen de ese imbécil enfrentándose al colapso de su imperio me llenaba de deleite.
-Siempre quisiste destacar, pero ahora llegó tu fin maldito engendro. -La sonrisa en mi rostro reflejaba la anticipación del caos que estaba a punto de desatarse en la vida de Inuyasha Taisho-. Pagarás una a una las humillaciones que me hiciste pasar.
Tomé mi celular, digite un número y espere a que la llamada se conectara. Mi pulso acelerado se calmó momentáneamente mientras esperaba al otro lado de la línea. La oscura satisfacción llenaba mis pensamientos, sabiendo que cada pieza de mi venganza se estaba alineando de manera perfecta.
-Todo va exactamente como lo planeamos. Taisho está en el ojo de la tormenta, y su imperio está a punto de desmoronarse. -respondí con una mezcla de frialdad y triunfo.
-Me aseguraré de que no quede piedra sin remover en su vida. Ese maldito me las pagará. -la voz al otro lado de la línea se escuchaba llena de odio.
-Me importa un bledo lo que tengas contra él. Si te contraté es porque me debes mucho dinero imbécil. No lo olvides, Koga
La respuesta fue un gruñido apenas audible del otro lado de la línea, una muestra de sumisión mezclada con resentimiento.
-Muy bien, pagaré mi deuda, señor.
-Como sea. Ahora busca a Hakkaku y págale lo pactado. Pero primero que te dé la USB con la información
-De acuerdo
La llamada se cortó, dejando un silencio momentáneo en mi departamento. El humo del cigarro flotaba en el aire, y mi mirada se perdía en la ciudad que se extendía ante mí.
-Me las pagarás, Taisho. -musité para mí mismo, mientras la oscura satisfacción seguía llenando mis pensamientos.
