AVISO Obligatorio: La serie de Fate, sus personajes y todo elemento del Nasuverse presente en lo siguiente no me pertenece. Es propiedad de Type-Moon.


Clave:

'Pensamientos.'

"Diálogo."

Especial

"Voz sobrenatural/Resaltado"

"Taumaturgia."

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Konton no Tatakai

Capítulo Veintiocho

"Puerta al Infierno"

Kiritsugu no tiene de otra que enfrentar a Wu Yi porque este lo tiene encerrado y encima lo está rastreando. La única ventaja que tiene es que puede dispararle desde la distancia, pero Wu Yi es increiblemente rápido y parece estar usando una especie de reforzamiento pasivo que impide que la metralla le haga daño, obligándole a hacer empleo de sus balas mezcladas con polvo de éter. Sin embargo, Wu Yi revela tener una especie de Ojo Místico en su derecho compuesto por dos pupilas que le otorgan habilidades de precognición.

Shirou regresa hasta su habitación del hostal, y enlista la ayuda de Paracelsus tras extraer su cristal. Se disculpa por su actitud mientras que le explica la situación como puede, y la Inteligencia Artificial accede a ayudarlo pero le comenta que si tiene planeado rescatar a los Tokitou capturados, tendrá que tener un mejor plan que ir solamente hacia allá. Eso hace que Shirou reúna algunas de las piedras rúnicas que había traído, así como varias proyecciones de kunai que había olvidado disipar durante los días anteriores.

Del lado de Jiroubou y Nagisa, ambos han logrado encontrar resguardo en el recinto de los Tachikawa donde no hay nadie ahí, tan solo telarañas. O al menos eso creen, ya que se topan con unas dos las cuales logran matar con algo de esfuerzo. Discuten la situación y Jirobou sugiere que intenten al menos "volar" por encima de la puerta Rashoumon para poder sobrepasar a la mano demoníaca que la está cuidando.

Shirou logra llegar hasta el Monte Kurama, habiendo destruido a un par de arañas en el camino. No se sorprende nada de lo sombrío que se siente el sitio y se dispone a explorar primero, intentando encontrar algo que le de una pista de los planes de los Myourenji. Entra al santuario donde descansa Usumidori y utiliza análisis estructural en ella al tocarla.

Mientras divaga, encuentra una habitación cubierta de múltiples sellos, los cuales consigue destruir por medio de una piedra rúnica explotando bajo consejo de Paracelsus. La habitación estaba sirviendo de celda para Arou, quien está encadenado con múltiples talismanes que Shirou retira cuando este promete explicarle la situación.

Sin embargo, son atacados por Sante e Ichimi, los otros dos hermanos Myourenji en sus formas híbridas. La pelea causa destrozos a lo largo del templo y originalmente va en favor de los hermanos, que son notablemente más fuertes y ágiles. Sin embargo, Arou es todavía más hábil en el empleo del Shugendou que Tokitou, y con el apoyo de Shirou es capaz de matarlos, muy para la incomodidad del pelirrojo.

Arou entonces le explica la verdadera historia del Clan Myourenji y su tendencia a secuestrar y atraer a niños hasta su credo con el fin de usarlos para cultivar un camino al infierno de parte de los ascéticos que comparten la sangre del fundador. Sin embargo, en los más de setecientos años que tiene el clan de existir el único que ha logrado verdaderamente alcanzar ese nivel fue justamente el. Miroku, la esposa del actual patriarca sin embargo, ha pasado ya unos años teniendo especial relevancia en las lecciones de tanto los que son de la familia directa como de los adoptados. A él lo ataron porque al ser el practicante más diestro, no podían sacrificarlo como a los demás. Pero tampoco podían dejar que interfiriera.

Shirou le pregunta que es lo que quiere hacer entonces, a lo que Arou le responde que puede verlo con sus propios ojos si quiere acompañarlo a la cumbre del Monte Kurama.

Jirobou y Nagisa lograron desplazarse con éxito a través de los tejados de manera que no fueron detectados por las arañas. Sin embargo, desde el último edificio hasta pasar por encima hay una distancia bastante larga y encima cuando están ya en el aire son capturados por Miki, quien tiene planeado arrojarlos a la puerta para que la mano se encargue de ellos. Se revela que fue algo conjurado especialmente por Miroku Myourenji, que consigue evocar una sombra de la mano de Ibaraki Douji.

Antes de que pueda hacerlo sin embargo, Kouma Kishima hace arribó y se encarga de matarlo sin problemas, muy para el horror de los dos niños. Este menciona que se le pidió un favor y que se vayan a menos de que deseen terminar carbonizados.

Justamente en eso, la puerta se abre nuevamente y el Akateko gigante de Ibaraki Douji se manifiesta, siendo enfrentado por Kouma quien resiste sin ningún problema el fuego abrasador. Jirobou y Nagisa aprovechan para escapar de ahí.

Shirou y Arou se desplazan por la montaña, enfrentando ocasionalmente a algunas arañas. Incluso encuentran a una devorando a un par de Kamaitachi a lo que Arou menciona que hasta las especies fantasmales que son de la tierra no se libran de ellas. Finalmente llegan hasta la cumbre y contemplan una especie de sección que casi parece ser un anfiteatro natural cubierto de una espesa telaraña, y con múltiples capullos repartidos a lo largo de este. Y justo en el centro yace uno más grande que está pulsando.

Arou le muestra los cuerpos inconscientes de Yoshinori y Tokitou, así como de su propio padre. Intentan liberarlos, pero en eso el capullo más grande comienza a crujir y termina por abrirse.

Wu Yi casi alcanza a Kiritsugu, obligándole a usar su Time Alter. Sin embargo muy para su fastidio y entonces horror, resulta ser casi una trampa mortal puesto que la velocidad de Wu Yi es tal que al percibirla desde los efectos del Campo Delimitante que acelera su velocidad desde la escala del tiempo, Wu Yi parece estar creando múltiples imágenes residuales suyas que también le atacan. Encima, casi recibe un golpe suyo que dobla sin problemas un pilar de acero puro. Wu Yi físicamente es más fuerte que el Kirei Kotomine que enfrentó unos tres años atrás y lo único que no lo vuelve más peligroso es tener experiencia y entrenamiento del Cuerpo de Ejecutores, además de Sellos de Comando para amplificar su propio poder.

Además, de que acaba de comprobar básicamente que no esta usando circuitos mágicos, sino que mas bien una "Manipulación de Od" en forma de Qi, algo que había visto ya en varios asesinos de magos provenientes de China, impidiendo entonces que haga uso de una Bala de Origen.

Es un testamento a la experiencia táctica de Kiritsugu el hecho de que se las arregle para atrapar a Wu Yi en una serie de explosiones calculadas de último momento de modo que no importa su Ojo Místico, dejándolo herido. Entendiendo que corre el riesgo de perder la vida, Wu Yi termina por huir. Y no queriendo arriesgarse a permanecer ahí antes de que vengan refuerzos por él, Kiritsugu le imita hasta encontrarse lejos. Revisando por distracción el teléfono satelital tras encenderlo sin embargo, se topa con las llamadas perdidas de Shirou y entra en pánico.

Miroku Myourenji se revela por completo, mostrando de plano que nunca fue humana. Se trata de una Jorougumo. Tiene una conversación sumamente condescendiente con Arou como Shirou antes de manifestar un deseo por devorarlos a ambos, ya que no ve la necesidad de mantener la fachada cuando está tan cerca de conseguir lo que busca. De entre las piedras y los riscos, surgen varias Onigumo que envía tras ellos y les obliga a separarse. Mientras que Arou sube hacia la cima, logrando repeler a las que le persiguen, Shirou escapa hacia la zona boscosa. Miroku nota que no posee tantas arañas como le gustaría en la montaña, ya que buena parte están en Azumi y llamarlas tomaría tiempo, por lo que decide mejor usar unas nuevas. Y es justamente en eso que se puede ver como algunas siluetas retorcidas se mueven debajo de la telaraña.

Shirou intenta trazar algún plan mientras que es emboscado por múltiples arañas o al menos eso parece a simple vista. Al verlas desde la luz, puede ver completamente horrorizado cómo son personas alteradas para que sus cuerpos se esten convirtiendo poco a poco en los de los monstruos que ha estado enfrentando desde hace tiempo. De no ser por la intervención de su Elemental, el cual está siendo manipulado por Paracelsus a distancia, hubiera sido derrotado por estas.

Paracelsus le instruye que coloque su Cristal Fotonico sobre el Elemental de modo que este lo guarde en su interior, protegiendolo. Y encima, permitiendo el que pueda manejarlo directamente. Menciona que si bien no puede interferir normalmente, hay algunos límites que pueden torcerse un poco en su sistema.

Shirou se encuentra asqueado ante la revelación de que ha estado prácticamente asesinando a varias personas, pero Paracelsus logra tranquilizarlo lo suficiente. Le revela que en base a lo que le comento, llegó a la conclusión de que la mujer podía segregar una substancia capaz de transmutar poco a poco a otros individuos en remanentes demoníacos como lo hace en evidencia las arañas. Shirou piensa entonces en el té de los Myourenji y el hecho de que estos y los demás hermanos de Jiroubou hubieran mutado y se pone enfermo al caer en cuenta.

Ambos se mueven hasta una especie de plataforma que permite observar el espacio anterior y logran ver a Arou enfrentando a un par de Onigumo de un tamaño todavía mayor, así como a Miruko acercarse para poder matar a Arou de una vez.

Shirou piensa en utilizar la técnica explosiva que desarrolló al sobrecargar una proyección con energía mágica, pero no tiene los medios para arrojarla hasta esa distancia. Es en eso, que encuentra un arco abandonado en la plataforma y se le ocurre intentarlo hasta caer en cuenta de que no tiene idea de como usarlo, y viendo lo frágiles que son esas proyecciones inestables, le podría explotar en la cara.

Paracelsus le pregunta cuántas piedras rúnicas le quedan, y Shirou le muestra unas tres. Observando un saco abandonado igual, se les ocurre la misma idea. Llenando este con las piedras rúnicas así como un par de kunai, Shirou configura el primer hechizo de su cresta para poder hacerlas estallar. Sin embargo, todavía no se soluciona el hecho de que no puede arrojarlas hasta allá desde donde está. Eso lo lleva directamente a encontrar una soga atada a una flecha barbada, que aparentemente alguien usa para poder columpiarse entre los riscos. Shirou emplea Alteración en la punta de la flecha para poder darle una mejor forma como gancho y logra hacer que se clave entre las grietas tras dispararla con el arco. Sabiendo que va a hacer una estupidez, Shirou se columpia usando en conjunto su destreza reforzada gracias al Vuelo del Tengo y arroja el saco con los explosivos a la matriarca y las arañas tras gritarle a Arou que se salga de ahí.

La explosion mata y deja gravemente heridas a múltiples arañas Alcanzando a lastimar incluso a Miroku, pero Shirou tampoco queda muy ileso al ir a parar entre la telaraña, estando herido tanto por fuera como por dentro. Sin embargo el despliegue de energía mágica activa su segundo hechizo en su Cresta, que comienza a sellar sus heridas al producir una serie de "escamas" sobre estas.

Miroku se distrae y envía algunas de las arañas que sobrevivieron contra Shirou, antes de ser atacada por Arou directamente. Paracelsus como el Elemental de Tierra consigue defender a Shirou de alguna de las arañas justo cuando este logra incorporarse, pero sintiendo cómo le queda ya poca energía mágica. En eso, el Elemental es inmovilizado por las arañas por medio de seda que han vomitado, dejando a Shirou prácticamente indefenso.

El logra evadirlas por un tiempo, pero no durará mucho más. Es en eso que proyecta Usumidori a falta de una mejor arma y con esta logra enfrentar a las criaturas de una forma más exitosa. No alcanza a entenderlo, pero se siente más ligero que cuando emplea lo que sabe de Shugendou y los movimientos que realiza son desconocidos para él. Aun así, consigue matar exitosamente a las tres arañas justamente cuando Arou ha quedado fuera de combate por Miroku, quien está libre de concentrarse en Shirou.

El enfrentamiento no es como con las tres arañas anteriores. Miroku es mucho más rápida, fuerte e inteligente que ellas y está familiarizada con Usumidori, teniendole especial cautela. Logra hacer que Shirou permanezca paralizado contra el suelo con su telaraña antes de prepararse para asestarle un golpe mortal con los colmillos de su mitad aracnida. Shirou sin embargo, a manera inconsciente se adentra más en el fondo de la historia acumulada de Usumidori y termina por desatar la liberación parcial de su Nombre Verdadero como Hoemaru, la cual se manifiesta como un ataque mortal contra Miroku que destroza la mitad de su cuerpo.

Ahora presa del pánico, Miroku se retira hasta donde yace Yoshinori y lo termina por matar mientras que se prepara para desatar el ritual que llevaba planeando. Llegando al lugar, un Kouma Kishima luce pasmado por la masacre y murmura que el Infierno está abriéndose ahí mismo.