AVISO Obligatorio: La serie de Fate, sus personajes y todo elemento del Nasuverse presente en lo siguiente no me pertenece. Es propiedad de Type-Moon.
Clave:
'Pensamientos.'
"Diálogo."
Especial
"Voz sobrenatural/Resaltado"
"Taumaturgia."
Í͕̟͓̈́͑ǹ͛͒co͎͉̍̐n̨̼͔̤̉ͮ͊c҉̘̪̟͉e̖͐b̬̝̪͢í̡ͣ̏̄̚bͤl̗͙͕̘͠ͅͅe̟̝͓̘̘͍̮ͤ̿͒ͯ̽̒̀ ̺͕̇ͪ
Konton no Tatakai
Capítulo Veintinueve
"El Emblema del Fuego Perpetuo"
Kawaki, un agente del Buró del Onmyou que ha tenido una vida relativamente ordinaria piensa que nada le ha sido más pesado que tener que deshacerse del cadáver poseído por un espíritu maligno que le había valido un descuento de suelo. Si, eso hasta que justamente en la jornada que el toca trabajar en el turno nocturno ahora resulta que tiene que tranquilizar a dos niños neuróticos que vienen de Azumi, los cuales le cuentan una historia que prácticamente es horror puro: el Enclave invadido por arañas demoníacas y una masacre en la ceremonia de herencia de los Tokitou, así como una conspiración entre algunos de los hijos de Yoshinori y miembros del Clan Myourenji. Kawaki ha llamado ya a varios Onmyouji para que vayan a investigar y se pregunta si la noche no puede ser peor.
No debió haber dicho eso. Puesto que al instante, todos experimentan una fuerte presión y uno de los Onmyouji que está afuera parece tener espasmos al experimentar un fuerte flujo de energía mágica teñida con tinte demoníaco.
De regreso en el Monte Kurama, el vórtice infernal se manifiesta primero como un torbellino de cuervos antes de tomar la forma de una mujer que claramente no luce como una humana. Nadie de los que está ahí tiene forma de saberlo, pero es la misma apariencia de Kiichi Hougen.
Shirou nota como porta dos armas que no puede llegar a leer, porque están cubiertas con un manto que no sabe cómo interpretar. Un abanico antiguo envuelto en una cortina de aire turbio que casi lo vuelve invisible, y una naginata cubierta de llamas abrasadoras que lastima su vista.
Esta se muestra un tanto apática por el entorno, y comenta que han pasado alrededor de medio milenio desde que ha pisado el mundo, y que no recuerda la última vez que fue por medio de un sacrificio tan sangriento.
Miroku la llama Sojoubou-sama y le ruega que le salve, puesto que pese al ataque de Shirou por medio de Usumidori no fue suficiente para matarla al instante, pero si la daño de manera grave. Kiichi Hougen nota tanto a Shirou como Arou y Kouma y los identifica como amenazas. Estando del humor suficiente como para entretenerse un rato, procede derrotar a Arou de un solo golpe al moverse más rápido de lo que él puede llegar a reaccionar. Kouma por otra parte, consigue resistir un par de embistes debido a su durabilidad anormal obligando a Kiichi el descargar una oleada de fuego desde su lanza, comprobando para su satisfacción la naturaleza mestiza de Kouma como Oni. Para desgracia de este, Kiichi emplea entonces su abanico para generar una cortina de aire que actúa como un golpe de presión, suficiente para herirlo y dejarlo fuera de combate.
Por último, Kiichi nota la espada que Shirou tiene en sus manos y une los puntos, considerándolo como alguien que robó la posesión de su alumna favorita. Se dispone entonces a degollarlo limpiamente con la cuchilla de su naginata. Shirou sin embargo, consigue evadir el ataque a la fuerza al canalizar de manera automática los movimientos de Ushiwakamaru, muy para la sorpresa de Kiichi que intenta golpearlo una y otra vez, poniéndose incluso lo suficientemente seria como para emplear su Shukichi natural, que es casi una teletransportación al ser empleada por una entidad en su nivel.
Shirou sin embargo, evade lo suficiente como para escapar tan solo con un par de cortaduras y quemazones superficiales. Kiichi incluso nota una especie de silueta fantasmal a veces al lado de Shirou que tiene una forma sospechosamente similar a Ushiwakamaru. Completamente perpleja, se dispone a desplegar un poco más de su poder para matarlo.
Completamente presa del pánico, Shirou inconscientemente accede más adentro de la historia acumulada de Usumidori y logra encontrar la recreación del Shukichi de Ushiwakamaru. En la Era del Hombre y para los humanos, usarlo al nivel sobrenatural es prácticamente imposible. Sin embargo en un espacio como el Monte Kurama donde convergen las lenguas de una Línea de Ley, o como lo llaman en Asia; los Meridianos del Pulso del Dragón y en la presencia de alguien como Sojobou, Rey de los Tengu aún si se trata de un mero espíritu dividido suyo, lo irreal se convierte en posible.
Canalizando la experiencia de Ushiwakamaru por mero instinto de supervivencia, Shirou espera a que Kiichi manipule energía ambiental desde la Línea de Ley. Ayudado por su olfato, distingue las distorsiones en el aire y por medio de Usumidori las "corta" justo cuando Kiichi se dispone a descargar un ataque combinado de viento y fuego que le hubiera matado. Al hacer el corte, prácticamente reduce la distancia entre ambos a cero y logró infringirle a Kiichi Hougen un golpe directamente a su Origen Espiritual, dejándola pasmada. Sin embargo, esto es lo último que Shirou puede hacer y termina por caer rendido.
Todavía para la sorpresa de ella, la Usumidori que le golpeó termina por romperse y fragmentarse en partículas de energía mágica.
Intrigada, Kiichi Hougen pondera qué hacer ante ello antes de que Miroku llame su atención y le pide que cumpla su deseo. Ascender como una Tengu para dejar de ser una simple Jorougumo maldita. Kiichi sin embargo le revela que el método de los Myourenji no funciona de esa manera. Debían de alcanzar el estado natural de un Tengu luego de una vida de acuerdo lo que practicaban, si. Pero ella comenta que en realidad lo interpretaron mal.
El único camino al Infierno que ella abrió fue directamente con el fundador de ese Clan. Por lo tanto, solo él pudo usarlo. Si así fuera posible con cualquier sacrificio masivo, todos serian capaces de realizarlo.
Fuera de sí, Miroku la insulta mientras que demanda entonces que la salve al menos, que no quiere morir. Y eso termina por irritar a Kiichi, quien cumple lo que ella quiere... A su manera. Ante la mirada aterrorizada de Shirou, quien no está inconsciente... Kiichi abre una puerta directa a un Infierno por donde cae una Miroku desquiciada y berreante. La grieta al abismo se termina por cerrar y Kiichi se dirige hacia Shirou, sabiendo bien que no está inconsciente.
Lo intimida, interrogandole la razón por la cual tenía una copia tan perfecta de Usumidori y el hecho de que se moviera casi exactamente igual a su antigua alumna. Shirou responde como puede, provocando que Kiichi se vea todavía más atónita y entonces lo vea más de cerca. Al hacerlo, comenta que ahora nota que es la viva imagen de su ancestro y entonces lo examina atentamente, dejando a Shirou bastante incómodo.
Sin tener más respuestas, Kiichi le comenta sobre lo que puede hacer. Recrear la cristalización de una leyenda como lo es un Noble Phantasm, algo que debería de ser prácticamente imposible para él. Ella ni siquiera entiende como lo hace y se niega a responder preguntas de él. Finalmente, sabe que es un Shugenja iniciado y le pregunta qué es lo que quiere.
Shirou responde que todo lo que hizo fue para obtener un poco de Fuego Samadhi para un ritual que requiere con tal de crear algo que sane a su padre y a una familia a la que sirve. Aquello es suficiente para que Kiichi considere cumplir ese deseo, besando la palma de su mano derecha de modo que se manifieste ahí un sello fantasmal que le advierte que podrá usarse una sola vez, manifestando el Fuego de Samadhi, el cual quema lo que no debería de ser quemado y también lo que su maestro le ordene que queme.
Sin embargo, le advierte también que dentro de diez años deberá de regresar al Monte Kurama. Shirou promete hacerlo y Kiichi Hougen decide retirarse al convertirse en una parvada de cuervos y perderse en la noche. Shirou finalmente, pierde el conocimiento sin embargo.
En otra escena, Kawaki ahora siente que ha tenido el peor día de todos y apenas está empezando. Azumi efectivamente estaba infestada de Onigumo, las cuales cayeron muertas al cabo de un rato y el sitio está casi destrozado por completo. Una avanzada en el Monte Kurama encontró a varios habitantes, algunos vivos y otros muertos envueltos en telaraña.
Por fortuna, el incidente no se expandió de Azumi y podrá ser mantenido de manera doméstica por el Buro, pero eso no significa que cosas como los representantes de la Iglesia o la Mansión Espiral hurgando de un lado a han sido trasladados de un hospital que está bajo control del Buro, en eso se le acerca un hombre que le pide si puede ir por su hijo. Kawaki accede, y no le da mucha importancia.
Shirou despierta en el hospital, y es recibido por Kiritsugu, quien se escabulle con él hacia su hotel, donde tienen una conversación donde Shirou cuenta casi todo lo que transcurrió en Azumi. Esta vez, no hay un regaño fuerte a Shirou debido a que terminó por obtener lo que necesitaba aun si lo encuentra demasiado improbable. Shirou sin embargo, no está del todo satisfecho. Especialmente, no por todo lo que tuvo que pasar.
Shirou pasa por Azumi para tomar las cosas que dejó en el hostal, y tiene una conversación con Jiroubou, la cual es un poco tensa, pero Shirou no puede culparlo. Nagisa está en Kyoto con sus padres, y ambos tienen planeado largarse a Hokkaido con el. Pero Yoshinori está muerto, y Muichirou en vías de estarlo por sus heridas. Jiroubou es el último Tokitou que queda, y terminará por ser criado por el Clan Seigen al final.
Sin embargo, Jirobou le termina por agradecer a Shirou por al menos hacer un intento por enmendar su error y le entrega una máscara Tengu.
Tiempo después, en la habitación de Kiritsugu. Shirou activa a Paracelsus y le confía tanto a él como a su padre adoptivo lo que Kiichi le reveló, al proyectar Usumidori.
Chiasa observa los destrozos de Azumi a la distancia con satisfacción, y espera a que llegue un contacto suyo en un tráiler enorme. La compuerta se abre, y saluda a Kouma Kishima quien le dice que se suba. Una vez adentro, Chiasa se sorprende de ver las figuras inconscientes de tanto Arou Myourenji como Kiara Sessyoin, preguntándose porque el maestro los necesita a ellos a lo que Kouma le responde que no es de su incumbencia.
En eso, la voz de Wagner se escucha desde la nada preguntándole a Chiasa si obtuvo lo que necesitaban, a lo que este responde que sí. Revelando entonces que tiene una caja lacrada en cuyo interior reposan unas partituras sangrientas envueltas con plumas negras y retorcidas. Wagner le felicita y comenta que el maestro estará complacido.
Es en eso, que del otro lado de Wagner, él se encuentra curando las heridas de Wu Yi. Este musita que todas las piezas se están conectando.
