Había un leve aire, las hojas más sueltas del árbol, en el patio de la familia Baker, caían, suevamente, sobre el césped, recortado hacía poco tiempo. Liam volvía a descansar debajo del árbol, mientras leía "El viaje de Katie" de Jacob Fisher. En eso estaba, cuando una lechuza se posó enfrente de él, y le dejo dos cartas, para después salir volando.
"Hola Liam! Soy yo, Jack otra vez. Te quería avisar que el lunes nos iremos de vacaciones, y al parecer vamos a estar hasta el final, así que nos vemos en la plataforma 9¾. Estoy muy emocionado, y hoy es el cumpleaños de Dalia, por lo que estamos bastante contentos aquí. Por cierto, leí lo que le escribiste a Dalia, muy astuto, pero sigo creyendo que pasa algo entre ustedes dos, mucho cuidado Liam"
Liam río un poco, guardo la carta y miro la siguiente. Se levantó y entro a la casa. Al fondo, Tom y Raine estaban jugando un rato en la consola de videojuegos. Liam se acercó tranquilamente.
-carta de Dalia – le dijo a Tom extendiendo la carta
-aja… voy en… – Tom apretaba botones rápidamente, hasta que el personaje fue eliminado – ah, otra vez – suspiro
-me toca – río Raine y tomo el control
-es para mí? – dijo Tom tímidamente
-sí, aquí tienes – sonrió Liam
-genial! – Tom tomo la carta y la abrió, muy emocionado
Liam se sentó al lado de Raine, quién ponía atención a la pantalla. Tom daba suspiros de amor, acompañados de caras cada vez más contentas. Raine perdió, y cerro el juego, indignada.
-tontos aliens – gruño la chica y cruzó los brazos
-jaja, tranquila – Liam abrazo con el brazo a Raine y tomo el control – jugamos el nuevo?
-sí, más tranquilo – suspiro Raine
Liam puso el disco en la bandeja de la consola, y después de que leyera el juego, apretó el botón de confirmación. La historia seguía siendo interesante, y el estilo de juego también era entretenido. En cierta parte, en el juego aprecio un personaje femenino, de cabello rojo cereza, y Liam estuvo muy interesado en su historia.
Ya tenía todo listo, la maleta podía ser cerrada por fin. Antes de eso, Liam le dio un vistazo rápido a su habitación, sobre su escritorio estaba su varita.
-mamá, debería llevar mi varita? – dijo el chico, con la varita en la mano, y en la cocina
-claro hijo, un mago siempre tiene que estar preparado para actuar – contesto la señora Baker mientras empacaba sándwiches – además, ya les puse el bolsillo para varitas a tus camisas
-ah, es verdad – dijo Liam, vio el interior de la camisa veraniega que traía puesta, efectivamente, venía el clásico bolsillo para la varita, que también tenía su túnica de Hogwarts
-ya tienes todo listo? – sonrió la señora Baker
-sí, ya casi nos vamos? – Liam sonrió emocionado
-sí, papá ya está poniendo todo en el auto – río la señora Baker
-voy a ayudar! – Liam se guardó la varita y salió de un salto de la cocina
Era de madrugada, pero en el cielo ya se podía ver la delgada línea naranja. Las maletas salían solas de la casa, mientras el señor Baker solamente las tomaba y las subía al maletero. Liam le ayudo a su padre a acomodar bien, y después subió rápidamente a su habitación. Se metió el celular en el bolsillo derecho de los pantalones cortos, tomo el Walkman e introdujo un nuevo casete.
El viaje comenzó, mientras el sol se asomaba a lo lejos. Las luces se la ciudad poco a poco se iba apagando, mientras la música tranquila sonaba en los audífonos de Liam. Era una mezcla de sentimientos, Liam recorría la ciudad, tranquilo, pero también estaba emocionado por el destino del viaje. Serían dos horas de pura emoción, pero Liam estaba dispuesto a esperar y recorrer tanto. Apenas salieron de la ciudad cuando el sol ya estaba en lo alto, y los estómagos empezaron a tener hambre. Raine se mareó después de terminar su sándwich, pero la señora Baker tenía contemplado todo, así que saco una poción contra mareos y Raine se curó al instante. Mientras Tom y Liam se burlaban de Raine, haciendo sonidos de vomito, una lechuza volaba rápidamente al lado del automóvil. La señora Baker extendió la mano y tomo la carta que la pobre lechuza traía, era del elfo doméstico, Cas, informando que ya se encontraba en casa. La carretera era larga, y continuaba por kilómetros y kilómetros, pero mientras más avanzaban, más emoción tenían. Pararon para cargar combustible, y también para ir al baño. Liam se había comprado un jugo en la tienda de conveniencia de la gasolinera, pero la familia se lo termino antes siquiera de que pudiera dar un segundo trago. Hacía un día estupendo, el cielo era azul y las nubes pasaban rápidamente en el cielo. El aire hacía que el cabello de Liam se alborota, pero eso al chico le divertía mucho, tanto que saco la cabeza y su cabello revoloteo agradablemente.
-seguro que no quieres una liga? – le dijo Raine, muy contenta, a Liam
-no, gracias – río el chico, mientras el aire seguía revoloteando su cabello – deberías intentarlo
-a ver – Raine abrió la ventanilla, de inmediato el viento entro y su cabello se levantó – jaja, miren!
-sí, muy bonito – dijo Tom con los ojos entrecerrados, todo el aire le daba en la cara
Cómo hacia algo de calor, el viento refrescaba el interior del automóvil, por lo que el señor y la señora Baker estuvieron muy agradecidos de que los chicos abrieron la ventanilla. Pasaron los minutos, los kilómetros y las carreteras, cuando en la distancia empezó a aparecer el mar. Liam vio el paisaje, mientras en sus audífonos sonaba la canción Windy Summer, de la artista Anri, creando una sensación que a Liam nunca se le olvidaría. Raine estaba fascinada, nunca había visto el mar y ese primer vistazo era increíble. Estaba tan emocionada, que accidentalmente hizo que el viento soplará más fuerte, tanto que los ojos de Tom empezaron a llorar. Una gaviota volaba por ahí, en dirección hacia el mar, y Liam trato de seguirla con la vista. Y, finalmente, el auto se detuvo frente al Hotel, los chicos salieron de un salto y estiraron el cuerpo.
-a ver, ustedes están en el cuarto de al lado – dijo la señora Baker, abriendo la puerta número 86 – aquí tienen la llave
-gracias! – dijo Raine y tomo la llave, muy contenta
-muy bien, acomoden todo, y escojan su cama, pero no quiero peleas – dijo la señora Baker mirando a Liam y Tom
-si mamá – dijeron los chicos al unísono
-cuando estén listos, se ponen el bañador – sonrió la señora Baker – y nos esperan aquí afuera
-de acuerdo! – dijo Raine abriendo la puerta número 87
Los chicos entraron a la habitación, dentro había 3 camas, y una televisión de plasma al frente. Liam quería la primera cama, la más cercana a la puerta, y los demás no tenían objeción, así que se acomodaron. El traje de baño de Liam era de una pieza, claro, solo el short. Liam no tenía una figura escultural, era un chico bastante normal en ese aspecto, su abdomen tenía que ser como tenía que ser, y sus brazos también lo eran, así que no tenía nada de que presumir, pero tampoco nada de qué avergonzarse. Tom era muy parecido a su hermano, pero la diferencia llegaba en cuanto Raine apareció. Si bien, Raine no era una chica particularmente dotada, era bastante evidente que algo había ahí, y Liam, desgraciadamente, podía hacer la comparación entre ella y su madre biológica, claro está, en los recuerdos de Jacob.
Enfrente de las habitaciones estaba descubierto, y se podía ver el mar, bastante cerca.
-miren, miren! – decía Raine dando saltitos y apuntando al mar
-oye, Raine, no creo que sea necesario que lleves la varita al mar – suspiro Liam mientras veía al cuerpo de agua
-ah no? – Raine volteo a ver a Liam
-no, por qué… bueno, es… el mar, no creo que… hagamos mucha magia ahí – dijo Liam
-si… tienes razón – Raine abrió de nueva cuenta la puerta de la habitación y salió en unos pocos minutos
-listos chicos? – dijo el señor Baker saliendo de su habitación
-listos! – dijeron los tres chicos
-vamos, pues – dijo la señora Baker – pero antes, protector solar
-noooooo – dijeron Liam y Tom
-siempre te tardas horas – suspiro Tom
-y se nos va apenas entramos al agua – suspiro Liam
-se van a poner bloqueador – dijo la señora Baker apuntándoles con una botella – además, este es de los nuestros, ya saben
-mágicos? – dijo Raine – papá me ponía de ese cuando íbamos a la casa de los abuelos jaja, me compró una piscina inflable, de las que usan los muggle, y… bueno, me cayó
-no tenías, pero bueno – sonrió la señora Baker – pues sí, es eso, así que, vengan niños
-pero mamá! – replicaron los hermanos
-pero nada, que vengan – gruño la señora Baker
-ok – suspiraron
Toda la familia le hizo caso a la señora Baker, y veinte minutos después todos estuvieron listos. Había gente en la playa, eso era evidente, pero había poca, considerando la hora que era, apenas se instalaban. La familia lo hacía igualmente, un poco alejados de las demás personas, por si la señora Baker tenía que hacer magia, no tuviera que modificar la memoria de la playa entera después.
-vamos Liam, vamos! – decía Raine tomando a Liam del brazo, en dirección hacia el mar
-espera – río Liam – ve más despacio, sabes nadar?
-obvio qué… eh… – Raine se detuvo un momento – bueno… tal vez… no sepa mucho
-pues te tenemos que enseñar – suspiro Liam con una sonrisa
-es muy fácil – dijo Tom tranquilamente – solo me tomo un año aprender
-UN AÑO?! – Raine dio un paso atrás
-jaja, no es cierto – río Tom – solo un par de días
-ah, menos mal – Raine suspiro aliviada
-bueno, vamos, entonces – sonrió Liam y camino hacia el mar
El agua estaba fresca, pues el sol matutino todavía no era lo suficientemente intenso como para calentar el agua. De todas formas, era bastante agradable estar en el agua, Liam compartía ese sentimiento con los demás vacacionistas.
-ya? – Raine tanteaba la arena bajo el agua – esto es muy hondo, ¿no?
-bueno, yo diría que es bastante bajo – río Liam y se adentró un poco más al mar, en donde ya tenía que empezar a mover los pies
-Liam! ¡Espera! – dijo Raine preocupada – yo… avava – Raine empezó a patalear y lanzar manotazos
-tranquila – Liam se acercó a la muchacha, que se sostuvo de él rápidamente
-casi muero! – sollozo Raine
-no lo diría así – río Tom
-A ver, empecemos entonces – dijo Liam sosteniendo a Raine – lo primero que haremos será aprender a flotar
-flotar? – Raine miro a su alrededor – no creo que flote
-claro que sí, mira, solo respira hondo y…
-aja, listo – Raine inflo el pecho
-suéltate – río Liam
-no! – dijo rápidamente
-vamos Raine, no te va a pasar nada – dijo Liam tranquilamente
-bueno… – Raine apartó los brazos, pero se hundió rápidamente – AHHHHH!
-no, no, tienes que estar relajada Raine – suspiro Liam y la volvió a sostener
-estoy relajada! – Raine pataleo
-pues relájate más – río Liam – a ver, otra vez
Raine pataleaba y pataleaba, pero no nadaba muy bien. Así que sería un trabajo arduo, tanto que Liam mejor optó por ir a comprar un flotador para Raine.
-jaja, mira Liam! – decía Raine, flotando alegremente, y apuntando hacia una ola
-ten cuidado con eso – río Liam y se preparó para recibir a la ola, que no fue muy fuerte
-jaja, que divertido! – río Raine mientras el mar la arrastraba – ah… oye, me estoy alejando… Liam, Liam! ¡LIAM!
-deberíamos de amarrarle un hilo – suspiro Tom
-claro – Liam se hundió un poco y después nado para tomar a Raine
-casi me voy Liam – sollozo Raine – me iban a comer los tiburones!
-no hay tiburones aquí – río Liam mientras se acercaba a la orilla
-yo vi uno, lo juro! – Raine apunto a lo lejos
Después de que Raine se quedará flotando segura en la orilla, los hermanos se pusieron a jugar, principalmente a echar una carrera. Raine también se divertía con los hermanos, pues Liam mandaba a Raine flotando hacia Tom. Pasado el tiempo, Liam se decidió otra vez a enseñar a Raine a nadar, así que los dos se pusieron a eso. Era divertido, aún que Raine la mayoría de veces terminaba hundiéndose y siendo arrastrada por las olas. A lo lejos se podían ver a surfistas, algo que a Liam le llamaba mucho la atención.
-crees que pueda hacer eso? – dijo Liam secándose las gafas
-supongo – suspiro Raine, tumbada y cansada, bajo la sombra de la sombrilla
-estas bien? – Liam le sonrió a la chica
-sí, sí, solo necesito algo de tomar – exhaló
-quieres que vaya por un jugo?
-te acompaño! – dijo Raine poniéndose de pie de un salto – ahí hay un chico muy guapo, quizá me note!
-pues a ver si no te vio en el agua – río Liam y Raine le dio un golpecito en el hombro – ay
Liam se levantó de su silla, y Raine empezó a caminar contenta. Cómo Tom estaba bajo la sombra, se quedó ahí, mientras esperaba a Liam y Raine. Cuando pasaron enfrente del chico que a Raine le llamaba la atención, la chica se puso muy derecha, y caminaba ostentosamente, haciendo notar su fisionomía femenina. El chico la vio un momento, hasta que se distrajo viendo a otra chica, más vistosa que Raine, de bikini color rojo, que también le robo la atención a Liam. Ya de camino hacia su sombrilla, y con botellas de fresco jugo en la mano, los chicos caminaban tranquilamente. Raine se había dado por vencida en llamar la atención de algún chico guapo, por qué siempre que lo hacía, otra chica más llamativa aparecía. Mientras tanto, Liam veía hacia los surfistas, uno de ellos paso por una gran ola. Mientras Liam se imaginaba a el mismo en una tabla de surf, una hielera se le atravesó entre los pies y el chico cayó de cara a la arena.
-ay! ¡Lo siento! – dijo una chica mientras Liam se levantaba con la ayuda de Raine
-no te preocupes – suspiro Liam y se llevó la mano a la rodilla
-te hiciste daño? – le dijo la madre de la chica
-no, no se preocupen – Liam trato de no derramar una lágrima y se agachó para ayudar a recoger el contenido de la hielera
-creo que estás sangrando – le dijo el padre de familia, un hombre robusto con una barba castaña
-ah sí? – Liam vio a su rodilla, tenía algo rojo entre la arena – vaya
-Ah, eso se arregla fácil – sonrió Raine – solo iremos con mamá y ella…
-Me dará un curita – interrumpió Liam – hasta luego
-hasta luego… – le dijo la chica, algo confundida
-Raine! ¡No digas nada de la… ya sabes! – dijo Liam aguantándose el dolor
-lo siento – dijo Raine cabizbaja – me estoy acostumbrando a esto del mundo muggle
-está bien – suspiro Liam – solo me duele la rodilla
-voy por mamá – sonrió Raine
En cuanto dejaron las bebidas en una pequeña mesa plegable, debajo de su sombrilla de playa, Raine fue hacia el mar, en donde la señora Baker se divertía junto a su esposo.
-a ver, Raine, ponte ahí, Tom, tu ahí – la señora Baker apunto hacia los lados, y los chicos obedecieron – bien… Episkey! – susurro
-ay! – Liam sintió un rápido ardor – ah, gracias
-Aguamenti! – dijo la señora Baker, y un chorrito de agua salió de su varita, la arena y la sangre de Liam se fueron con el agua – listo, pon mi varita en la bolsa hijo
-claro – Liam tomo la varita de su madre y la introdujo en la bolsa, junto a las cremas y sombreros
-ah, vamos otra vez al mar? – sonrió Raine después de darle un buen trago a su jugo de naranja "Naranin"
-claro – Liam se limpió la rodilla y se puso de pie – vienes?
-estoy algo cansado – dijo Tom mientras desviaba la mirada hacia una sombrilla cercana, en donde una chica se untaba bloqueador
-no veas tanto – río Liam y siguió a Raine al mar
Esta vez, el agua estaba más caliente, pero agradable. Liam y Raine practicaron otra vez el nado, y la chica ya podía flotar mejor, pero decidió entrar nuevamente con el flotador. Liam nadaba por ahí, un poco solo, hasta que se encontró con su madre, que salió del agua con el encantamiento de casco burbuja puesto. Pero Liam siguió solo por ahí, tranquilo, mientras flotaba boca arriba, cuando sintió la mirada de alguien. Se puso en posición normal y volteo a ver los alrededores, ahí, a lo lejos, una chica pelinegra lo miraba atenta. Aquella chica se acercó nadando.
-hola – dijo la chica
-hola – contesto
-soy… soy la de la hielera – dijo, un poco apenada
-ah, sí, estoy bien, no te preocupes – Liam sonrió y se apartó un poco el cabello
-tienes el cabello algo largo – río la chica
-ah, sí jaja, me gusta así – dijo Liam tranquilamente
-genial… bueno… hasta luego… no, no, a ver, estás… hum… ¿Cómo se inicia una conversación? – la chica se hundió un poco
-quieres hablar? – río Liam
-ammm… si, bueno, es que… bueno es que te ves de mi edad y… estoy… eh… bueno solo vengo con mis padres y… la verdad me gustaría hacer amigos… no se si… quieras – dijo la chica e hizo algunas burbujas debajo del agua
-jaja, ¿cuántos años tienes? – Liam también se hundió un poco
-quince años… tienes más? – dijo la chica apenada
-no, yo también tengo quince – río Liam
-oh, genial! – la chica sacudió el agua contenta – y… eh… bueno… ya que… hum… hablamos tal vez… podamos… ¿ser amigos?
-claro – sonrió Liam – siempre es bueno hacer amigos
-ay, ¡qué bien! – la chica dio una vuelta en el agua – y… eh… que más hacen los amigos?
-no has tenido? – dijo Liam algo confuso
-eh… bueno… digamos que… no soy muy… eh… expresiva… quiero cambiar eso para cuando entre a clases… – la chica se hundió más – y quería practicar mientras estaba aquí… eh…
-oh, bueno, puedo ayudar – Liam nado cerca de la chica – soy Liam, y tú?
-ah! ¡Un gusto Liam! – la chica sacudió los brazos – yo soy Anne, bueno, Annelie, pero me dicen… Anne…
-como? – Liam se hundió, hasta que quedó completamente debajo del agua – puff! Ahhh!
-q-que p-pasa? – Anne se acercó a ayudar a Liam
-es que tú nombre me recuerda a alguien – Liam tosió – lo siento
-ah… perdón yo… bueno no quería… es que…
-no te preocupes, no tienes la culpa – Liam río un poco y volvió a toser
-seguro? – Anne le dio unas palmaditas a Liam en la espalda
-sí, sí, ay – Liam tomo una bocanada de aire – no quieres ir a la orilla?
-ah, sí, sí, eh… vamos – Anne empezó a nadar y Liam la siguió
Los chicos salieron del mar, y se fueron a sentar a una palmera que había por ahí.
-Así que… hum… Liam, ¿no? – Anne miro al chico
-aja – suspiro – ah, vaya cosas
-yo… – Anne bajo la mirada
-quieres… hablar? – Liam tocio un poco
-Ah, si… ejem… – Anne se quedó callada
-eres… una chica
-sí, sí, creo que si – Anne apartó la mirada
-que bien – Liam asintió un poco
-ejem – Anne jugueteo con la arena
-ah, mira, ves a los surfistas? – dijo Liam emocionado, uno de ellos se lanzó contra una ola de una manera increíble
-sí, te gusta? – Anne miro al mar
-se ve muy divertido, me gustaría intentarlo, pero no sé nada – suspiro Liam
-yo tampoco – río Anne – pero si, se ve divertido… y ya que… eh… estamos con eso de los gustos… que te gusta?
-en qué sentido? – Liam miro a la chica
-oh… ah… que tal… que color te gusta?
-el verde – contesto sin dificultad – y a ti?
-el morado – dijo Anne y miro su traje de baño, que justamente era morado – ah, ya se, que música te gusta?
-me gusta el rock, pero últimamente eh escuchado un género nuevo, es muy veraniego – río Liam
-oh, es ese tal… bueno, no recuerdo el nombre… pero creo que se cuál es – Anne miro al cielo – hmmm, entonces tienes quince años… de dónde eres?
-de Londres – dijo recordando su casa
-oh, genial, yo también, es algo agobiante – suspiro la chica
-sí, por eso me gustaría vivir en el campo – Liam hizo una marca con el dedo en la arena – es más tranquilo, y además podría cultivar un montón de vegetales
-te gustan los vegetales? – río Anne
-algo, supongo… me gusta cocinar – Liam se puso la mano en la rodilla
-ah, yo cocino un poco, le ayudo a mamá en alguna que otra cosa y eso… – Anne vio a la rodilla de Liam – pensé que te habías hecho daño
-ah… no, no, es que… no fue nada, la verdad – Liam no había recibido las suficientes clases como para saber cómo disfrazar la magia
-qué raro – suspiro Anne – y… eh… que hay de la chica rubia?
-la chica rubia? – Liam frunció el ceño
-sí, la que iba contigo – dijo Anne – es tu novia?
-mi novia? No jajaja – Liam sacudió la cabeza – es mi hermana
-oh, perdón, es que… como no tenían el mismo color de cabello yo…
-Está bien, no te preocupes – río Liam – bonito cabello tiene, ¿no crees?
-sí, supongo que si – río Anne
-quieres conocerla? – Liam vio a lo lejos, Raine ya estaba en la sombrilla
-oh, sería genial – sonrió Anne – espero caerle bien… es que no le caigo bien a las personas
-me caes bien… creo – Liam se puso de pie – vamos
-voy! – Anne también se puso de pie
Caminaron hacia la sombrilla de Liam, en donde Tom y Raine estaban descansando, incluso la señora Baker estaba ahí.
-hola – dijo Liam tranquilamente
-hola Liam! – Raine saludo alegre, después vio a la chica – y… eh… otra vez?
-como que otra vez? – gruño Liam
-te lo dije – suspiro Raine – como se llama?
-Ah… bueno… – Liam miro a la chica – ella… bueno… ella se llama… por qué no se lo dices?
-Anne, bueno, Annelie, si jaja, un gusto – dijo extendiendo la mano
-COMÓ?! – Raine dio un paso atrás
-ah, l-lo s-siento – Anne bajo la cabeza
-no te preocupes – Liam le dio palmaditas en la espalda – es solo tu nombre, verdad, Raine?
-ah… si… si… – Raine miro a la pobre Anne – lo siento, solo… me recuerda a alguien
-Anne! ¡Hija! ¡Ven un momento! – dijo una mujer a la distancia, haciéndole señales a Anne
-yo… regreso en un momento… ah… ahora vengo – Anne corrió hacia su madre
-de verdad Liam, de entre todas las chicas, tenías que encontrar a una que se llamará Annelie? – suspiro Raine
-déjala en paz – suspiro Liam
-vez? Te dije que siempre conoces a una chica – Raine se acomodó el cabello
-de quien lo habrá sacado – dijo la señora Baker viendo a su esposo, que compraba un par de hamburguesas
-no es cierto – suspiro Liam y tomo una botella de jugo
De repente, Liam sintió que alguien le tocaba el hombro, bastante confundido, volteó, y no se pudo creer a quien vio, tanto que soltó la botella.
-A-Amanda?! – dijo Liam, impactado
-Hola – dijo Amanda Hill
