Por primera vez, Liam sintió la necesidad de tener un trabajo, por qué Emma quería un montón de cosas. Afortunadamente, lo tenía, aún que no ganaba nada en vacaciones, todavía tenía una cantidad aceptable de dinero, todo gracias a 3 años de inteligente ahorro. Aún que, todo eso, al final del año escolar, Liam lo dividía, una mitad para él, y otra mitad para Jack. El chico abrió la puerta de la habitación, y Emma entro detrás de él.

-bonita habitación – río Emma, mientras Liam sacaba dinero de su maleta

-supongo que si – dijo Liam contento y cerro la maleta

-oye… estamos solos aquí, ¿verdad? – Emma cerró la puerta

-pues Tom no está – río Liam – me preguntó dónde estará… bueno, ojalá esté bien

-pues… ya que estamos solos… tú y yo… – Emma se acercó con una sonrisa pícara y rodeo el cuello de Liam con sus brazos

-que cerca – dijo Liam sonrojado – te ves bien

-tú también – susurro Emma – por qué no… nos ponemos cómodos?

-quieres descansar un rato? – dijo Liam con una voz muy bajita

-tal vez – sonrió Emma – podemos intentar lo de la otra vez… – la chica se acercó a los labios de Liam, pero antes de que se tocaran, Liam apartó la cabeza

-espera, Emma – dijo Liam apenado

-qué pasa? – Emma soltó a Liam – hice algo mal?

-no, no, es que… no lo sé – Liam se llevó la mano a la cabeza – no sé por qué siento que… ah, no importa

-todavía no estás listo? – Emma tomo a Liam de las manos

-no – suspiro Liam

-está bien – Emma sonrió – no me gustaría hacerlo si no estás a gusto

-gracias – Liam vio a Emma

-vamos, hace un buen día – Emma abrazo a Liam – fue un largo verano

-tengo un montón que contarte – dijo Liam mientras correspondía al abrazo

Había pasado un buen rato desde que Liam había probado bocado, así que tenía bastante hambre. Había muchas opciones de comer, pero a Liam le dieron ganas de una pizza, suave y calientita, pues hace mucho tiempo no comía una. Cómo el día anterior, Liam estaba sentado en una mesa, con vista al mar, enfrente de Emma. Era agradable estar bajo la sombra, y más para degustar una buena pizza junto con un fresco refresco de frutas. Las personas iban de un lado a otro en la playa, divirtiéndose y nadando por ahí. Liam volvió a ver momentáneamente a los surfistas, tal vez se animaría a hacerlo, tal vez no.

-es… es una historia grandiosa – suspiro Liam soltando el pedazo de pizza en su plato de plástico – de verdad lo es

-estas bien? – Emma miraba preocupada a Liam

-no – Liam se talló los ojos – quiero hablar con el señor Fisher

-bueno… yo…

-no se puede, lo sé – Liam tomo la pizza – pero… de verdad quiero saber, tanto como Raine quiere hacerlo

-pero… no entiendo Liam, que… es el… pensadero que dices? – dijo Emma

-es como un cuenco – dijo Liam mientras le daba una mordida a la pizza – puedo ver recuerdos ahí

-recuerdos? – Emma también le dio una mordida a su rebanada de pizza

-Si, es como… si estuviera ahí… eh estado viendo los recuerdos del señor Fisher – volvió a morder – todavía no los eh visto todos, pero… eh visto los suficientes

-que… que has visto? – Emma se levantó y rápidamente se sentó al lado de Liam

-sabias que… sabías que la madre de Raine se fue de casa? – dijo Liam, recordando

-me ha contado un poco de eso – dijo Emma, muy interesada en las palabras de Liam

-pues vimos como paso – suspiro Liam – yo… no eh querido decírselo a Raine, pero eh visto más cosas… ella… se ha ido más veces… ah, ok, una vez…

Liam empezó a contar la historia, y Emma se preparó bien para escucharla.

Era de noche, el señor Fisher se paseaba de un lado a otro en su habitación, que compartía con su esposa. Una Raine de dos años estaba dibujando garabatos en el suelo.

-ya es tarde – decía constantemente Jacob Fisher – ya es tarde… donde estará… y si… la voy a buscar?

Jacob vio al reloj en la pared, después observo a Raine. Salió de la habitación, con la varita en mano, y bajo las escaleras. Abajo, en el pasillo de la casa, se encontraba un elfo doméstico, Cas.

-cuídala, por favor – le dijo claramente al elfo

-claro que si amo – Cas asintió con la cabeza y subió las escaleras

Jacob abrió la puerta, vio el vecindario, que estaba vacío. Se aseguró bien de cerrar la puerta, y después desapareció con un simple "¡wham!". Apareció en las solitarias calles del callejón Diagon, empezó a caminar hacia el Caldero Chorreante. Era el lugar que solía frecuentar su esposa, por lo que preguntaría por ahí a ver si la habían visto.

-esta en el piso de arriba – dijo el tendedero – en la habitación 16

-gracias! – Jacob se dirigió rápidamente hacia las escaleras. Subió hasta la primera planta y busco la habitación 16, y cuando la encontró, golpeó la puerta con fuerza – ¡Anne! Annelie! ¡¿Estás ahí?!

-quien demonios habla – una mujer de cabello rubio claro abrió la puerta; Annelie – oh, Jacob

-que haces aquí? – dijo Jacob preocupado – te eh estado esperando desde la tarde

-no te importa – gruño Anne e intento cerrar la puerta

-Anne! Espera – Jacob puso la mano en la puerta – dime

-me quedaré aquí unos días – respondió Anne de mala gana

-por qué? – dijo Jacob notoriamente preocupado

-porque no quiero estar en casa – dijo Anne, bastante cansada – entiendes? Ahora vete

-yo… – Jacob retrocedió un poco – estás segura?

-si

-quieres que me quedé contigo?

-no

-está… está bien – Jacob bajo la mirada un momento – te amo

-aja – Anne le cerró la puerta en la cara

Jacob regreso a casa, triste y cabizbajo. Eso explicaba por qué no había ropa en el cajón de Anne. Jacob suponía que solo era ese día, sin embargo, se hicieron días y días, y simplemente Anne no regresaba a casa. La pequeña Raine se empezaba a preguntar en donde estaba su madre, y el señor Fisher daba respuestas varias, que Raine entendía a medias.

-regreso un mes después – suspiro Liam, viendo fijamente a la pizza

-Liam… eso es… – Emma tomo la mano de Liam – preocupante

-lo es – dijo Liam sin apartar la mirada – y ni siquiera te cuento lo que eh visto cuando iban a Hogwarts… es una idiota, lo molestaba, Emma, lo maldecía, le pegaba… pero él la perdonaba

-yo no voy a hacer eso! – dijo Emma rápidamente, leyendo la mirada de Liam

-lo siento – sollozo – es que… simplemente no puedo entender por qué lo hacía, ella era una slytherin y… me es imposible no hacer una comparación

-lo sé, Liam – Emma acaricio la mano de Liam con el pulgar – soy una slytherin también, pero sabes que no soy así

-si – Liam tomo el trozo de pizza – sé qué no lo eres… ah, ya no quiero pensar en esto

-tranquilo – dijo Emma reconfortantemente y le dio un pequeño beso a Liam en la mejilla – es algo que ya pasó, y seguro el señor Fisher dejo lo suficiente… tal vez… pueda ayudarte con eso

-ayudarme? – Liam vio a Emma

-sí, ya sabes… acompañarte – sonrió Emma – como equipo

-me gustaría – Liam sonrió de vuelta – tal vez cuando regresemos a Hogwarts…

-Espero que te dejen llevar un pensadero – río Emma

-eso espero – Liam solo una pequeña risa

-Liam, te amo – dijo Emma

-yo también – Liam se acercó a Emma, y la chica le dio otro beso en la mejilla

Era una pizza pequeña, por lo que solo había dos pedazos para cada quien. Aun así, Emma termino comiéndose el tercer pedazo de pizza, y Liam se tuvo que comprar algo más.

Tom, tan atento como siempre, se paseaba por los pasillos del hotel, esperando que alguna linda chica se cruzará con él. Se ordenó el cabello, y lamento no tener la larga cabellera de su hermano. Pero él tenía lo suyo, como los buenos encantamientos estimulantes que hacía, o como cuidar adecuadamente de un Hipogrifo. Con tanto, no noto que la amiga de su hermano, Amanda, caminaba triste y lentamente por los pasillos. Decidió empezar a desarrollar esa habilidad que tenía su hermano de relacionarse bien con las chicas, y se acercó rápidamente a Amanda.

-hola! – dijo Tom animadamente

-ey – suspiro Amanda

-Qué pasa? – Tom se puso delante de la chica – no estás con Liam, que raro

-esta con Emma – dijo con desilusión

-con Emma? – Tom miro confundido a Amanda

-esta aquí – Amanda se tallo la cara – como siempre

-oh una lástima – sonrió Tom – bueno, suerte con eso – dijo y dio un paso al lado

-aja… – Amanda suspiro, y después alzó la mirada – espera… espera Tom

-sí? – Tom dirigió la mirada hacia una chica rubia que caminaba grácilmente

-ugh, chicos – Amanda negó con la cabeza, después tomo a Tom del brazo

-eh? ¡Espera! ¡Espera Amanda! – Tom intento zafarse, pero la chica tenía más fuerza de lo que aparentaba

-escucha, me imagino que quieres una chica, ¿no? – dijo Amanda mientras caminaba

-supongo – Tom se puso al lado de la chica – podrías…

-aja – Amanda soltó a Tom – quédate cerca

-que quieres hacer? – suspiro Tom

-bueno, soy una chica, no crees? – Amanda se puso enfrente de Tom

-algo así – dijo Tom confuso

-bien, adelante – Amanda se puso una mano en la cadera

-Te quieres desquitar conmigo? – río Tom – bueno, yo también tengo novia, así qué…

-Pero estabas buscando una chica – sonrió Amanda

-no tiene nada que ver – suspiro Tom – solo quería hacer amigas

-aja, claro, y yo me voy a casar con Liam – dijo Amanda exasperada

-bueno, uno nunca sabe – Tom cruzo los brazos – Liam tiene toda una lucha interna, que si Emma, que si tú, bah

-de verdad? – dijo Amanda emocionada

-claro – Tom río un poco – sigues ahí, aún que lo niegue

-genial! – Amanda dio unos saltitos de felicidad

-pero yo que tú no lo intentaba – dijo Tom tranquilamente – Emma le gusta mucho, y con razón, es bonita, buena en Quidditch, divertida, etc.

-yo no diría que lo es – Amanda también cruzó los brazos – de hecho, yo soy mejor en Quidditch, más bonita y mucho más divertida, y mucho más interesante, que ha hecho esa buscadora de cuarta?

-bueno, dice que se ha enfrentado a acromantulas y todo eso, incluso un Chupacabras – sonrió Tom

-ja, un Chupacabras? Los chupacabras son chiquitos, azules y con espinas – dijo Amanda pretenciosamente – hay un montón en los bosques de Ilvermorny, y también me eh enterado en mis clases de cuidado de criaturas mágicas que hay muchos iguales en Arizona, en Texas… bueno Texas no importa

-Pues Liam dice que no son así – río Tom – y también Sofía, ella dice que son grandes y como perros, ¡y lo son! Vi uno en el torneo de los tres magos, sí que impone, incluso dejo en problemas al campeón de Beauxbatons, Patrice Lefebvre, se tuvo que comprar otra varita. Y si Emma salió victoriosa de eso, no me quiero ni imaginar lo enamorado que esta Liam

-eso no es cierto – gruño Amanda – los chupacabras no son nada, yo misma eh derrotado un montón en Ilvermorny, no son nada, ¡NADA!

-jaja, tranquila – Tom empezó a reír animadamente – no es para tanto, yo…

-me va a escuchar – interrumpió Amanda – vamos a tener un duelo, su padre es el jefe del departamento contra el uso incorrecto de la magia, seguro tiene permiso para hacer magia fuera de la escuela, y yo voy a ganar

-no se si…

-claro que es una buena idea – sonrió Amanda, volviendo a interrumpir – así Liam se dará cuenta de quién vale la pena, yo, me refiero a mí, y hasta irá a Ilvermorny conmigo

-Ilvermorny?! – dijo Tom exaltado – mamá no va a aprobar eso

-bueno, otra cosa que resolver, nada que no pueda hacer – dijo Amanda motivada

Amanda se puso en movimiento, y Tom, sabiendo que iba a cometer una locura, la siguió y trato de hacerla entender en razón. Pero Amanda ya no escuchaba, tenía un propósito, y como siempre, lo iba a conseguir. Mientras tanto, Liam y Emma se diviertan jugando con una máquina tragamonedas que había en el hotel, que había sido presa de la atención de Emma, y de los bolsillos de Liam. Al lugar, eh increíblemente rápido, llegó Amanda, y detrás estaba Tom corriendo.

-EMMA BROWN! – grito Amanda con fuerza

-eh? – Emma vio a la chica – oh, genial, le di a tiempo!

-genial – sonrió Liam – ahora, ya que ganamos, podemos dejar la máquina?

-pero si todavía podemos ganar! – río Emma – gana, gana, gana!

-ok, es suficiente – río Liam y recogió el dinero – tiene que durar toda la semana

-NO ME IGNOREN! – Amanda dio un fuerte pisotón

-qué pasa? – dijo Liam tranquilamente

-pasa que has estado diciendo mentiras, Brown – gruño Amanda y se acercó a Emma

-jaja, Brown? – río Emma – que te pasa? Estás en uno de esos días en los que…

-NO ESTOY EN ESOS DIAS! – volvió a gritar

-a mí me parece que si – sonrió Emma

-Amanda, tranquila – dijo Tom rápidamente – no vayas a hacer nada, ella no… hola, por cierto – miro a Emma y regreso la vista a Amanda – Amanda, por favor!

-silencio – dijo Amanda y saco la varita

-guarda eso! – dijo Tom rápidamente

-que te calles! – gruño Amanda

-oye, no le hables así – dijo Liam algo confundido

-ustedes dos – dijo apuntando con la varita – ustedes dos han estado mintiendo, dicen que enfrentaron un chupacabras

-lo hicimos – dijo Emma, cubriendo a Liam – estuviste ahí en la mañana

-no, no lo hicieron – gruño Amanda – los chupacabras son pequeños, espinosos y con ojos grandes, no son nada difíciles de derrotar

-que dices? – Emma empezó a agravar su voz – no son nada de eso, son muy peligrosos, Tom, dile, tú lo viste en la prueba del torneo

-se lo dije – Tom bajo la mirada, apenado

-ahí está – suspiro Emma

-pues yo eh visto muchos – dijo Amanda – y no son nada, los eh derrotado muy fácil, incluso me hice amiga de uno, me ayuda a saltarme las clases

-Amanda! – dijo Liam de inmediato – que te dije de saltarte clases?

-que no lo haga, si, entendí – suspiro Amanda – pero, ese no es el tema, Emma, te reto a un duelo

-no puedo hacer magia – contesto Emma – y también hay un montón de muggles aquí

-pues yo no veo ninguno – Amanda miro alrededor

Era verdad, solo estaban los cuatro jóvenes, las paredes eran de madera y no dejaban ver afuera, solo había dos puertas, una a la derecha y otra a la izquierda, por dónde llegó Amanda. También había máquinas expendedoras y mesas alargadas, todas vacías. La luz del atardecer entraba a el lugar por dos ventanas en el techo.

-da igual, no puedo hacer magia – Emma se volteó, dispuesta a irse

-claro que puedes… tu papá es…

-El no hace eso – suspiro Emma – solo lo hizo una vez, y por qué era el mundial de Quidditch, incluso ahí no hice nada de magia

-ah… pues… – Amanda miro su varita – bien, está bien

-no sé por qué estás tan molesta – Emma dio un paso

-Flipendo! – dijo Amanda, movió la varita y un rayo azul impacto en Emma, solo la mando un poco para atrás

-oye! – dijo Emma, molesta – eso no es justo

-Desmaius! – volvió a conjurar Amanda, un rayo rojo impacto en Emma nuevamente

-basta! – dijo Liam poniéndose enfrente de Emma – que te pasa?

-voy a tener un duelo con ella, no te quiero hacer daño Liam, apártate – Amanda le hizo una seña con la varita

-no me voy a quitar!

-que te muevas! – gruño Amanda – con ella tengo el problema

-está bien Liam – suspiro Emma llevándose la mano a la cabeza, después apartó a Liam con el brazo

-Flipendo! – conjuro Amanda, sin embargo, Liam se interpuso en el ataque – ay, Liam!

-auch! – Liam se sobo la cabeza – bueno, no importa – con un movimiento, Liam saco la varita de la camisa – cuenta como autoprotección, Flipendo! – de la varita de Liam salió un poderoso rayó verde, que impacto a Amanda, sin embargo, solo la hizo un poco para atrás

-Desmaius! – conjuro Amanda, su varita saco unas cuantas chispas, pero lanzo el ataque

-Protego! – Liam movió la varita, y bloque el ataque inusualmente bien – Flipendo! – su varita igualmente empezó a sacar simples chispas – que le pasa a esta cosa? Flipendo! Flipendo!

-Expeliarmus! – conjuro Amanda, pero su varita no respondía

-es algo del ministerio? – Liam miro a Emma

-no, no pueden hacer eso – dijo Emma confundía

-demonios… – Amanda movía la varita, pero solo sacaba chispas

-ya! – Liam agarro firmemente su varita

-EXPELIARMUS!

-FLIPENDO! – gritaron los dos a la vez

Dos rayos salieron de las varitas de los chicos, sin embargo, chocaron entre sí. Liam sintió que los dedos se le pegaban a la varita, y no podía soltara. Una cúpula se formó, cubriendo a Liam y Amanda, pero mandando a Tom y Emma al suelo. El rayo verde de Liam se recorría cada vez más hacia su lado, y el chico sentía que la varita estaba muy inquieta, a punto de romperse. Hizo un buen esfuerzo, y el rayo rojo de Amanda empezó a retroceder. Amanda estaba teniendo problemas, pues se veía en su cara que estaba muy preocupada por lo que pasaba. De repente, cuando Liam gano ventaja, algo empezó a salir de la varita de Amanda, era una persona, Liam miro asombro y Amanda miro aterrada, era Liam, hecho de un extraño humo, después salió Emma, hecha del mismo material. Emma salió otra vez, y los tres empezaron a rondar alrededor de la cúpula. De repente, otro Liam salió de la varita de Amanda, se dirigió hacia el Liam de verdad.

-Liam, ella… ella cambio la memoria, nos be… – el Liam de humo desapareció al instante, y Amanda salto la varita, que cayó al suelo estrepitosamente, la cúpula se rompió

-que… que… fue… – Liam miraba absorto como las Emma de humo se esfumaban, su varita por fin descanso

-un priori incantatem – dijo Amanda sorprendida – Liam, ¿cuál es el núcleo de tu varita?

-nucleó de pelo de unicornio – contesto Liam confundido

-la mía también… – Amanda recogió su varita – esto pasa cuando dos varitas comparten el mismo núcleo… pero… el… mismo, quiero decir… el pelo de unicornio… tu varita y la mía… son hermanas

-Hermanas? – Liam miro a Tom, que estaba en el suelo, un poco inconsciente

-sí, Liam, hermanas! – dijo Amanda emocionada – claro, ya recuerdo! Por eso Ollivander me dijo que ya habían comprado el par, fuiste tú, Liam, ¡los núcleos de nuestras varitas son del mismo pelo de unicornio!

-eso… eso es posible? – dijo Liam sorprendido

-si! ¡Lo es! – sonrió Amanda – por eso lanzaban chispas, por qué no querían pelear entre ellas, esto es increíble!

-pero… por qué salió Emma de tu varita… por qué salí yo? – Liam miraba a Amanda, perplejo

-es lo que hace un priori incantatem! – dijo Amanda emocionada – muestra los últimos hechizos, y esos… bueno eran los míos… no importa, Liam, nuestras varitas son hermanas! – Amanda se acercó rápidamente a Liam y lo miro ilusionada – no funcionan cuando las usamos contra el otro, pero son maravillosas cuando trabajan juntas!

-pero… no lo entiendo… nosotros ya habíamos tenido duelos – dijo Liam, todavía asombrado

-sí, pero no te quería dañar – sonrió Amanda y tomo a Liam de las manos – lo ves? Eso significa que trabajamos mejor juntos, juntos, como… tú y yo…

-Amanda, yo… yo no… – Liam miro sus manos

-sabes… lo que tenemos que hacer… cariño, yo te…

-NO LE DIGAS ASI! – Emma se puso de pie de un salto, tomo a Amanda del cuello de la camisa y la apartó de Liam

-Emma… yo… yo no… – Liam no sabía que decir

-tranquilo, no es contigo – Emma le dedico una pequeña sonrisa y volvió a Amanda – tu, Amanda, que sus varitas sean hermanas no significa que tengan que estar juntos, así que mantente alejada de MI novio!

-no me puedes prohibir ver a Liam! – gruño Amanda

-es verdad – dijo Liam

-Liam! – Emma miro sorprendida a Liam – no me digas que…

-no, no – Liam suspiro, guardo la varita y vio a Amanda – escucha, esto de las varitas es muy… bonito, supongo, pero… es verdad lo que dice Emma, no tenemos que estar juntos… podemos ser amigos… pero hasta ahí

-no, no! – sollozo Amanda – no quiero

-por favor Amanda – Liam se acercó a la chica – nosotros nos queremos mucho, pero no funciono nuestra relación… ahora estoy con Emma, y estoy seguro que ella es con quién quiero estar… tú también puedes encontrar a alguien más, de verdad, ya sea aquí o en Ilvermorny o en donde sea

-pero no quiero encontrar a alguien más – Amanda empezó a llorar – te quiero a ti, quiero que todo sea como antes, quiero ser una Ravenclaw, quiero que me digas que te gusta mi coleta, quiero estar con ustedes en Hogwarts, quiero reír con Emma, quiero que te me declares en la torre de Astronomía, quiero eso!

-Amanda… – Liam extendió la mano – yo… no puedo… lo siento

-está bien, Amanda – Emma se acercó a la chica – pero tienes que seguir con tu vida, de verdad, Liam y yo ya lo hicimos. Y no vas a lograr que eso pase si simplemente lloras en tu habitación, ni aferrándote a querer una relación romántica con Liam

-ya no quiero – Amanda soltaba lágrimas y lágrimas – no quiero esto, no quiero ir a Ilvermorny otra vez, lo odió, odio estar ahí… quiero estar tranquila… por favor… ayúdenme… solo quiero ser feliz

-te ayudaremos – dijo Liam rápidamente – pero tienes que dejarme ir

-no quiero – sollozo Amanda – te quiero

-yo también te quiero – sonrió Liam – pero ya no de esa forma… Amanda, por favor, prométeme que buscaras a alguien más

-buscar… – Amanda bajo la mirada

-me lo prometes? – dijo Liam tranquilamente

-yo… – Amanda miro a Liam a los ojos – te lo… prometo

-por juramento inquebrantable? – Emma miro a Amanda

-pero somos menores de edad – dijo Amanda

-juramento inquebrantable? – Liam miro confundido a ambas chicas

-un contrato mágico vinculante – contesto Amanda – básicamente, asegura que cumpla mi promesa

-y que pasa si no lo haces? – dijo Liam impresionado

-moriré – sonrió Amanda

-no quiero que mueras! – dijo Liam de inmediato

-tranquilo, no moriré – Amanda sonrió y vio a Emma – lo haré

-bien, tómense de las manos derecha – sonrió Emma, con una mirada de seriedad

-adelante – Amanda extendió su mano derecha

-yo… – Liam vio la mano de Amanda, suspiro y la tomo con su mano derecha

-ok – Emma saco la varita y la puso entre las dos manos

-dime, Liam, cuanto me quieres pedir? – sonrió Amanda

-solo una cosa – suspiro Liam

De repente, un hilo de fuego salió de la varita de Emma, empezó a enredar las manos de Liam y Amanda, casi como un alambre al rojo vivo, pero no quemaba.

-adelante – dijo Amanda sin borrar su sonrisa

-juras que buscaras a alguien más? – dijo Liam tranquilamente

-lo juró – Amanda asintió con la cabeza

El hilo de fuego se volvió dorado, se unió más entre los dos y Liam sintió un pequeño apretón. Después, la luz se desvaneció, pero quedó una leve marca en las manos de ambos chicos.

-ya está – Amanda soltó a Liam – buscaré a alguien más… pero no me quedaré con el

-pero… morirás! – dijo Liam preocupado

-no, te prometí buscar a alguien más, solo eso – sonrió Amanda – eso haré, no te prometo amarlo, ni nada, pero supongo que puedo intentarlo

-ja, que lista eres – Liam río un poco

-muy lista – sonrió Emma – siempre saliéndote con la tuya

-Jaja, tal vez – Amanda se dio la vuelta – quiero pensar un poco, ¿nos vemos luego… en la cena?

-claro, piensa todo lo que quieras – sonrió Liam

-adelante – dijo Emma mientras guardaba la varita

Amanda salió lentamente del lugar, después vio hacia atrás, Liam ayudo a Tom a ponerse de pie, por qué seguía inconsciente. Siguió hacia delante, y varias lágrimas empezaron a rozar la mejilla de Amanda.

-Al final solo seré eso, Liam… – sollozo Amanda mientras veía la luz del atardecer ocultarse tras el mar – solo seré tu tonta amante

La chica recordó la noche anterior, cuando al quinto Obliviate, Liam dejo de quejarse sobre los actos de Amanda de inmediato, y se quedaba besándola más tiempo. Aún que después de besar a Liam tantas veces, Amanda tuvo que recrear su memoria hasta donde la chica lo abrazaba. Se arrepintió, después de todo, Liam siempre terminaba recordando a Emma, siempre se lo reprochaba a Amanda, y ella siempre terminaba borrándole la memoria, como una tramposa, como si borrar la memoria no fuera nada, como si solo le importará ella, como una egoísta.

-Solo una tonta amante…