[Colección: OMEGAVERSE]
Las Crónicas de la Media Luna de Marte
..
—Teenage Mutant Ninja Turtles 2012—
..
..
En un mundo donde los mutantes y humanos conviven tratando de no liquidarse mutuamente, los hermanos Hamato se enfrentan a una nueva temporada de apareamiento donde las cosas sólo pueden salir mal. O quizás no tan mal.
..
Advertencias: SÓLO HETERO. (Parejas disparejas a gusto de la escritora). / Semi-Universo Alternativo. / WHAT IF—Omegaverse, al estilo de la escritora. / La trama no sigue las reglas generales ni típicas del omegaverse; escrito todo a conveniencia y entendimiento de la autora. / Crack!Ships / OOC. / Uso de lenguaje fuerte, sucio y vulgar. / Contenido violento explícito. / Relato NO aptos para menores de edad.
Disclaimer:
Teenage Mutant Ninja Turtles (2012) © Kevin Eastman/Peter Laird / Nickelodeon.
Las Crónicas de la Media Luna de Venus © Adilay Vaniteux/Reine Vaniteux
Aclaración: Este fic participa en el OMEGACEMBER 2023 realizado por la página Es de Fanfics, en Facebook.
Notas:
Siendo sincera, adoro la ship de Mikey y Shini; sé que muchos, o no la conocen, o no la recuerdan. Pero quedé sumamente encantada con la química que hubo entre ellos. Mikey siendo un solecito, y Shini una kunoichi oscura y lúgubre, siento que quedaban bien, así que esta será la ship que usaré con nuentro bebé-Mikey12.
Aviso!
Contenido sexual explícito.
NO PLAGIEN, NO RESUBAN Y TAMPOCO TRADUZCAN SI YO NO LO HE AUTORIZADO. —Gracias.
•
Día 8: OFRENDA.
Ship: Michelangelo (enigma) x Shinigami (theta).
IV.
Un jugo de paz.
El sitio oscuro donde ellos estaban, era bastante silencioso salvo por los ruidos vulgares y húmedos que ambos hacían. Empujes, gemidos, gruñidos, gritos, respiraciones agitadas.
Unas uñas alargadas rasgaron la tierra bajo estas cuando su dueña gritó en éxtasis, alzando la cara, y tensándose por completo.
—¿Ya estás satisfecha? —musitó su acompañante masculino, con cierta burla—. ¿Ya… estás… llena? —cada palabra vino con un fuerte empuje, que mecía su delgado cuerpo hacia adelante en repetidas ocasiones, con cierta violencia, con la que no intentaba lastimarla.
Ella estaba en cuatro, con él atrás, sujetando su cintura; rodeándola muy bien con sus grandes manos.
—No —agitada, temblorosa y aún muy ansiosa, ella meció sus caderas sobre las suyas; con la verga de él, muy adentro, eyaculando por cuarta vez. Mirando fijamente sus manos sobre la tierra, justo como sus rodillas, ella lamió sus labios—. Aún no. Dame más, ¡más!
Michelangelo Hamato era muy bien conocido por ser un tontarrón bonachón, adorador de las pizzas y el skate. Toda su vida ha dado la imagen de ser alguien despreocupado y juguetón, relajado, amigable, empático y muy sentimental. Pero esa era sólo una de sus dos caras…
La otra, igual de real, era la que él destapaba sólo para ella.
—Vaya, en serio estás hambrienta —con cuidado, y una lentitud que sabía que a ella la enloquecía, él fue saliendo de su interior; ayudándola a acostarse sobre su espalda, sobre la arena. Una vez hecho esto, Mikey tomó cada una de sus piernas, haciéndola abrirse vulgarmente ante él, mirando con descaro su vagina, la cual estaba expulsando mucho semen de su interior—. Me he corrido adentro tanto que estoy a punto de desmayarme y tú sigues queriendo ordeñarme, ¿te gusta lo rudo, eh?
Ella no se molestó en negarlo. Con él, a solas. Podía ser tan sumisa como quisiera. Sabía que a él le gustaba oírla. Y a ella le gustaban los beneficios que obtenía con eso.
—Sí. Quiero que me llenes más —pidió, mirándolo ansiosa, meciendo sus caderas—. Dame más. Por favor.
Él dejó sus piernas, acercándola lo suficiente para que sus intimidades se juntasen sin unirse todavía; la besó con intensidad, metiendo su lengua adentro de su boca, usando sus manos para apoyarse y la otra, para meter dos dedos adentro suyo, usando el tercero para atormentar su inflamado clítoris.
Tan sensible como estaba, Shinigami comenzó a gritar, pero tuvo que hacerlo en el interior de la boca de Mikey, que no la soltaba. Él movió su mano adentro de ella tanto que Shinigami no tardó en volver a alcanzar otro orgasmo, esta vez eyaculando con un squirt que los mojó a ambos, y ni así, él dejó de masturbarla. Shinigami se retorció debajo de él, gritando y aruñando sus brazos.
—Eso, bebé, córrete. Córrete —murmuró entre dientes Mikey sobre sus labios, sonriendo fascinado, mientras ella, sin dejar de temblar, bajaba sus manos y ahora se aferraba a sus costados con las uñas; estremeciéndose cada vez menos, mientras su cuerpo liberaba aquel líquido semi transparente inodoro.
Al terminar, él volvió a besarla, penetrándola con dos de sus dedos, dejando en paz por un rato su rosado botón.
—Estás tan apretada, amor —le dijo teniendo un ritmo más lento, pero profundo, haciéndola temblar—, mira cómo envuelves mis dedos. Necesito meterte mi verga, ¿puedo?
—Sí. Métela, métela.
No tuvo que pedírselo dos veces; Mikey sacó sus dedos, llevándose tanta de su humedad como fuese posible y preparó por corto tiempo su miembro, mientras la besaba; ella acariciaba su pecho, su cuello; quiso abrazarlo con sus piernas pero debido a la actual diferencia de tamaños, eso no sería posible. Mikey era muy ancho y fornido.
—Prepárate, voy a sacudirte un poco —bromeó entrando de golpe. Estremeciéndose, Shinigami se inclinó hacia arriba, inhalando con pesadez.
—¡Dios, Mikey! Qué… duro…
—¿Te gusta?
—Sí, mucho.
—Bien.
Alejándose un poco, para volver a tomar sus piernas y abrirlas, sujetándola ahora de las rodillas; Mikey comenzó a bombear rápido y profundo. Ella no retuvo ni hizo el menor intento por callar sus gritos y chillidos, de hecho, alzó tanto la voz como le fue posible.
—¡Más fuerte! —exigió ella.
Él la obedeció.
—¡Profundo!
Con cada envite, el cuerpo de Shinigami se movía violentamente hacia adelante y hacia atrás como si fuese una muñeca de trapo. De no ser porque él la sujetaba, ella por sí sola no podría quedarse en su sitio.
Adentro, afuera; sin cuidado, sin preocupaciones. Él la marcaba como suya con cada movimiento, y eso a ella le encantaba; pues él también se bañaba en su aroma, lo que lo hacía suyo también. Debido a la fuerza y velocidad, sus pechos se sacudían tanto que ella misma tuvo que sujetarlos con sus manos para evitar que le doliesen más tarde; y aprovechó para apretarlos bajo la intensa mirada de Mikey.
Para cuando Shinigami volvió a alcanzar la cima, ella cerró sus ojos, inclinándose hacia arriba con gusto; sintió a Mikey dejar sus piernas y volver a bajar, pero no para besarla, sino para morder su cuello; lo suficiente para hacerla sangrar muy poco.
En medio de tantas emociones, Shinigami soltó sus senos y se aferró a sus hombros, dejándolo hacer eso. Su miembro volvió a ensancharse adentro de ella, volviendo a llenarla con su esperma, el cual no dejaría de salir hasta que el nudo se deshiciese. Mikey tenía un impresionante aguante para no terminar rápido, pero él sabía lo mucho que Shinigami amaba sentir su semen adentro de ella, llegados a este punto donde necesitarían un breve descanso.
Separando con suavidad su boca de su piel, Mikey, en esos instantes, como ya era su costumbre dio algunos empujes más, aprovechando lo que le quedase de dureza, haciendo sonidos guturales, sin soltar su piel.
Al relajarse, y al volver a separar sus intimidades, ambos parecieron recobrar algo de cordura.
—Shini, ahora es en serio, creo que necesito un descanso —dijo agitado.
Y ahí estaba su encantador Mikey.
—Ya qué —musitó ella en fingida decepción, jugando un poco con él.
Shinigami también quería darse un respiro. No quería volver a quedar adolorida o irritada como la última vez. Por ahora estaba más que satisfecha.
Era vigorizante. Cuando él la percibía enojada y/o celosa, hacía todo lo que estuviese a su alcance para demostrarle que él le pertenecía a ella y viceversa; aún si eso incluía follarla en sitios poco convencionales, de los cuales él no era muy fan. Como ahora, que lo dejó todo con tal de estar a su lado, incluso si no habían elegido una cama o una zona tan siquiera un poco íntima. Él se entregaba a sí mismo; daba todo de él y más, con tan de verla contenta.
Tan sudoroso como ella, Mikey se acostó a su lado, agotado. Respirando entrecortadamente, lo más profundo que podía. Shinigami por su parte luchaba para no quedarse dormida.
—Oye… ¿fue cierto lo que dijiste? —musitó ella.
—¿Mmm?
—Qué esa tal, Renet, no te interesa —expuso su mayor tranquilidad de la noche, ahora con más calma—. Creí que… alguna vez estuviste enamorado de ella.
Mikey hizo una sonrisa burlona.
—¿Te quedó alguna duda? —se rio, nervioso de pensar que no había sido lo suficientemente claro—. Ya te he contado sobre ella; y eso fue hace mucho, a mis quince años —dijo lento, girando brevemente su cabeza para verla de perfil—. Ya soy un adulto, y eres tú a quien he elegido para compartir mi vida, Shini.
Ella lo miró de vuelta, y la mirada que él le daba ahora, casi la mató de ternura. Mikey podía ser tan dulce como apasionado; tan tierno como posesivo; y tan encantador como amenazante. Y sólo ella había visto todas y cada una de sus facetas, opuestas entre sí. Sólo ella.
—Mmm, una mutante virgen con apariencia totalmente humana que además es guapa y tu anterior crush… no puedes culparme por preocuparme al enterarme que estaban solos —Shinigami se rio, cerrando sus ojos.
—Disculpa si te hice sentir así —musitó él.
Visiblemente apenada, ella negó con la cabeza.
—Yo debería confiar más en ti, pero… me sorprende que no hayas… ya sabes, siquiera…
—¿Qué no me haya excitado con su aroma?
—Sí —resopló—. Cuando los vi, tú parecías tan controlado… que no pude evitar pensar que ya había pasado algo.
—Mmm… —a Mikey le dolió un poco el pensar que Shinigami temía que él fuese a traicionarla, pero en el fondo, pudo entender sus razones y dejarla expresarse.
—Dime, ¿de verdad estabas calmado? —ella necesitaba que él se lo dijese. Aunque ya se lo hubiese demostrado.
—Sí. Ya te lo dije; yo te he elegido a ti, Shini —lo dijo con tanta simpleza y tranquilidad que ella no pudo evitar creerle.
Shinigami era un ser de naturaleza desconfiada, y hasta hace un tiempo, salvo por Karai, ella no creía ni en su sombra. Entonces conoció a Michelangelo; tan transparente y sincero… mentir se le daba tan mal que era casi imposible para él no hacer muecas o risas cuando trataba de ocultar algo. Tal vez eso era de una de las cosas que ella más amaba de él.
—De acuerdo, Mikey —dijo ella, viendo una sonrisa más amplia en él—. Bueno, quitando eso del camino, ahora admito que ella me da curiosidad.
—¿De verdad?
—Sí, creí que era humana en su totalidad. Y tú no reaccionaste a su aroma estando ella en celo —se rio—, tal vez tu hermano Donnie debería estudiarla y decirnos qué es realmente.
Junto a ella, Mikey se rio.
—Sí, tal vez Donnie debería… —de pronto, recordando algo, él inhaló profundo, completamente asustado y hasta pálido—. Ay no, ¡carajo! —musitó, entrando en pánico, levantándose rápido, buscando su ropa para vestirse y buscar también su teléfono.
Debido a la falta de luz y al hecho de que Shinigami le había llevado arrastrando hasta el interior de un edificio en construcción, Mikey tardó en encontrar sus cosas: pantalones, playera, chaqueta, zapatos, sus nunchakus.
—¿Dónde está? Maldición, ¿dónde quedó? —mascullaba una y otra vez, alarmado y asustado.
—¿Pero qué pasa? —quiso saber Shinigami, preocupándose también.
Mikey poseía una naturaleza despreocupada a un cierto nivel que seguro era un delito en un ninja, por lo que, no era normal verlo tan alterado de repente. Y eso siempre asustaba a quienes lo veían, eso incluía a Shinigami.
—Dejamos a Renet sola… la dejamos sola —siguió buscando, en ese mismo estado—. ¡Diablos, ¿dónde está?! —andaba de rodillas, buscando el maldito celular en el suelo.
—¿Y?
—Shini —exhaló pesadamente, asustado—, Renet se quedó sola en casa, estando en celo; ¡Donnie estaba solo en su laboratorio, y ha estado en brama desde hace días! ¡Días!
—Oh, oh…
Tan pálida como él, Shinigami, todavía desnuda y agotada, le ayudó a buscar el maldito aparato infernal.
No fue hasta que ella llegó a su propia ropa y la sacudió que el celular voló por los aires; con destreza, Mikey logró atraparlo y luego de agradecerle, la dejó vestirse con una lentitud bastante normal, considerando lo que acababan de hacer.
—¿Pero qué…? —Mikey miró su celular, desconcertado—. Tengo una llamada de Leo.
—Seguro no es nada grave —ella quiso darle algo de calma, mientras se ponía sus bragas, sabiendo que las ensuciaría con los fluidos que aún salían poco a poco de su entrepierna.
—Pero esta cosa dice que contestamos la llamada… —masculló, con una cara que demostraba preocupación doble.
—¡¿Qué?! —Shinigami gritó, andando como pudo hasta Mikey, con sólo sus bragas puestas; haciéndolo bajar sus brazos y ver el celular junto con él—. Ay, por dios —se puso pálida de la cara y cuello, luego muy, muy roja—. No fue hace mucho. ¡¿Quién de los dos le contestó?!
—No tengo idea, pero seguro va a matarme —Mikey se tapó la cara.
Shinigami exhaló, tapándose la boca, pero nada de su preocupación… o vergüenza, se irían en un tiempo.
¡No! ¡No podría ver a la cara a Leonardo por muchos meses! ¡O años! Bien, Shinigami aceptaba que a veces ella era muy descarada, pero… pero este había sido su íntimo momento, ¡¿cómo ellos pudieron ser tan descuidados con un estúpido celular que pudieron haber ignorado?!
Resignándose a un posible, penoso, ruidoso, agonizante, merecido, y extenso regaño, Shinigami terminó de vestirse y ella junto a Mikey, se dispusieron a andar hacia la guarida. Ambos marchaban caminando el uno al lado del otro, sabiendo que debido al tiempo, si algo había pasado entre Renet y Donnie, no tenía caso que corriesen.
—Tú crees que… tu hermano y Renet ya hayan… —musitó Shinigami, estando con él, adentro de las alcantarillas.
—Sí.
—¿En serio?
—Sí —repitió Mikey en el mismo tono de decepción hacia sí mismo—. Y le he dado a Leo dos razones para colgarme del cuello; me pidió que no dejase sola a Renet porque Donnie estaba cerca, y él literalmente oyó el por qué no lo obedecí.
—Vamos —pidió ella, palmeando con suavidad su fornido brazo—, seguro él también anda en…
Exhalando del mismo modo que Mikey hace un momento, Shinigami detuvo sus pies, quedándose helada en su sitio.
—¿Qué pasa? —le preguntó Mikey, asustándose también.
Shinigami, tiesa en su sitio, habló rápido:
—Karai está fuera del país, tuvo que volver a Japón por una reunión de emergencia, pero insiste en tener esa relación enfermiza con Leonardo donde no se hacen novios pero tampoco se quieren cerca de otros, así que ella, para asegurarse de que tu hermano no estaría con otras chicas en su ausencia, compró unos supresores y me dijo que se iba a inyectar ella misma y a Leonardo antes de irse… y creo que sí lo hizo.
Mikey abrió los ojos, impactado.
—¿Sin preguntarle a él antes? —inquirió. Shinigami asintió—. ¿Crees que lo haya hecho?
—Sí. Dijo que aprovecharía después que tuviesen sexo porque es ahí donde Leo baja su guardia.
—¿Pero qué demonios le pasa? —musitó Mikey, impactado ante tal cosa.
Él sabía que Karai podía ser un poco impredecible y cruel a veces, pero, ¿traicionar de esa forma la confianza de su hermano? Mikey no supo qué pensar sobre eso. Leonardo siempre estaba alerta, ya comenzaba a tener problemas para dormir gracias a eso. Si Karai prácticamente lo atacaba de ese modo cuando él cerraba sus ojos…
—No lo sé, hasta yo le dije que eso era demasiado. Que si quería exclusividad con Leonardo debía hacer algo oficial y no… algo así…
—¿Y qué te dijo?
—Qué me metiese en mis asuntos, ¿qué más? —bufó ofendida.
Ambos se miraron, como buscando qué hacer ahora.
—¿Y si nos mudamos a Tennessee? —propuso Shinigami, con una sonrisa forzada. Mikey estuvo muy tentado a decirle que sí.
—No podemos, Shini —habló como el adulto que era… a veces—. Debemos afrontar nuestros actos.
—Vaya momento para que actúes así —susurró sin recibir respuesta.
Entrando a un camino que guiaba a unas inutilizadas vías del tren, Mikey siguió caminando en dirección a la guarida. Haciendo una mueca, Shinigami lo siguió. Sin embargo, el valor de Mikey se esfumó cuando no muy lejos visualizaron a Leonardo caminando con algo en sus brazos.
—¿Ese no es Morde…? —musitó Shinigami antes de que Mikey tapase su cara y la abrazase por la espalda, cargándola hasta un sitio oscuro.
—No respires, no hables, no parpadees —le ordenó firme, viendo fijamente a su hermano mayor, caminando con una cara que decía perfectamente lo irritado que estaba.
«¿No se supone que íbamos a enfrentar nuestros actos como adultos?» pensó ella con una ceja arqueada, haciendo lo que Mikey le pidió.
Leonardo era un ninja demasiado hábil; las posibilidades de ser descubiertos por él, ante el más mínimo ruido, eran bastante altas, pero por suerte, no tuvieron que afrontar sus actos esta noche. Lo vieron irse sin siquiera, percatarse de las miradas asustadas que se posaban sobre sus espaldas.
—Tal vez mañana esté de un humor menos asesino —se excusó Mikey luego de soltar a Shinigami que lo vio con una mirada acusadora.
Aceptando su razonamiento, ella alzó los hombros y los dos trataron de seguir su camino.
—¿A dónde llevaría tu hermano a Mordelón? —quiso saber Shinigami.
—No lo sé; espero que no le haga nada malo. Con el enojo que ha de estar pasando…
—Yo también pienso que no le hará daño. Sólo quisiera saber por qué se fue.
Los dos pronto llegaron a casa, donde apenas olieron el aire, supieron que habían llegado tarde.
—Sí, Leo va a matarme —Mikey se llevó una malo a la cara.
—Sí, seguro lo hará.
—¡Shini!
—Perdón. —Shinigami notó que no había ruido, pero por el intenso aroma a aromatizante de pino y crema de frambuesa, extrañamente mezcladas, supo que ya no había nada que detener—. ¿Y… ahora qué hacemos?
—Quiero comer —respondió él, alzando los hombros. Yendo a la cocina.
—Bien —ella lo siguió—. Pero ojalá esos dos no hagan mucho ruido. Quisiera dormir un poco.
—No creo que seamos quienes para criticar —respondió Mikey.
—Gracias por recordármelo —gruñó ella, sonrojándose bastante.
—No era mi intención —dijo él, mintiendo; abriendo el refrigerador, extrayendo un jugo de naranja; el cual le pasó a Shinigami—, ¿quieres?
Ella lo vio, un poco irritada, pero sabía que él tenía razón. ¿Con qué cara iban a reclamarle nada a Donnie y Renet cuando para empezar ellos habían sido los que les habían dejado solos? Eso sin contar que el propio Leonardo, que había sido inyectado con un supresor por Karai, seguro les habría oído teniendo sexo.
Por donde se le viese, ellos no estaban en posición de quejarse por nada.
Shinigami aceptó el jugo, viendo la tierna disculpa de Mikey en él.
—Gracias.
Comieron alimentos recalentados en microondas, tratando de ignorar el aroma en conjunto de Donnie y Renet.
Se irían de ahí como hizo Leo (ahora sabían por qué no se quedó) pero lo cierto era que ellos no estaban de humor para seguir andando por las calles. Habían hecho demasiado esfuerzo y querían descansar antes de que las ansias de aparearse otra vez, volviesen. Para entonces, más les valía a esos dos no quejarse.
—¿Sabes qué es lo único bueno de todo esto? —preguntó Shinigami, dándole una mordida a un burrito recalentado.
—¿Qué sigo siendo competente en el sexo? —preguntó él, mordiendo su sándwich de 4 rebanadas de pizza recalentadas de pepperoni.
Shinigami casi escupió su comida cuando una risa la asaltó.
—Sí, bueno, aparte de eso —espetó dándole un suave empujón que, nunca lo habría movido de no ser porque él se rio, contrayéndose por sí mismo—. Y eres más que competente, cariño.
—Okey —fue tierno verlo sonrojándose—. ¿Y qué es entonces?
—Qué Karai no me pidió acompañarla, así que estaremos juntos toda esta temporada —dijo en voz baja, mirándolo de reojo, adorando ver ese cambio que tuvo su semblante de "bobo adorable" a "novio pervertido".
Adrede, siendo lo más sugerente que pudo, Shinigami acercó a su boca el burrito, metiéndolo y cerrando sus labios sobre este, antes de darle una mordida, masticando lento.
—¿Te gusta atormentarme, verdad? —murmuró Mikey, tomándose un gran trago de jugo, del cartón.
—Un poco, sí —admitió.
—Qué cruel —bufó él.
Riendo, Shinigami volvió a palmear su brazo.
Si iban a morir por manos de Leonardo, lo harían después de cenar.
—…—
Espero que el fic haya sido de su agrado.
Si es así, no duden en comentarlo :D
¡Saluditos!
PROHIBIDO DESCARGAR/IMPRIMIR PARA SU VENTA (la autora condena todo tipo de acto ilícito de este tipo y se procederá legalmente en caso de suscitarse el caso). / FAVOR DE NO RE-SUBIR A NINGUNA PÁGINA (todo acto de ese tipo será considerado como plagio). / NO TRADUCIR SI NO SE HA PEDIDO EL PERMISO CORRESPONDIENTE. Seamos honestos y educados; este trabajo es únicamente para entretener y no se busca lucrar con este de ningún modo.
—Gracias por su atención.
Reviews?
Si quieres saber más de este y/u otros fics, eres cordialmente invitado(a) a seguirme en mi página oficial de Facebook: "Adilay Ackatery/Reine Vaniteux" (link en mi perfil). Información sobre las próximas actualizaciones, memes, vídeos usando mi voz y mi poca carisma y muchas otras cosas más. ;)
