CAPITULO 6:

POV CANDY -

Luego de tantas horas, por fin el tren se había detenido junto a los latidos de mi corazón, no debía estar aquí pero por un impulso y ataque de desesperación había comprado el boleto del primer tren qué salía hacia New York.

Era una locura estar aquí, lo sé desde el dia que lo pensé pero aun así, estar aqui era la única salida y mi última opción que tome aun sabiendo que dolería. Tenia la certeza de estar sola, pero no pude evitar que mis ojos lo buscarán a el entre la gente para sorprenderme como lo habia hecho hace tiempo atrás.

Los recuerdos que pasaron por mi mente en medio de aquella estación, no fueron igual de crueles que los momentos que recordé estando a unos cuantos pasos del teatro. La esperanza de verlo había sido la misma que sentí cuando de la nada habia terminando en frente de aquel edificio.

Creí verlo, pero su imagen se desvaneció rapido para creer que realmente el estuviera en la ventana. Lagrimas quisieron salir ante la realidad de mi vida que con los dias se volvió un abismo.

- Muy bien señorita, mañana mismo puede empezar con sus deberes - dijo la mujer que estaba en recepción - Estarás asistiendo al cirujano Jackson Williams.

- Claro, muchas gracias por la oportunidad - no pude contener mi felicidad por saber que despues de tantos meses habia conseguido trabajo en un hospital. Todo parecía tan lindo hasta que salí de aquel hospital y me di cuenta que mañana mismo estaría trabajando en el mismo hospital donde lo vi por última vez en aquella noche de invierno.

Estaba equivocada por creer erróneamente que el dolor de nuestra despedida en esas escaleras se había desvanecido. Un nudo en mi pecho habia retornando con una intensidad que casi me hace regresar a la recepción de ese hospital y decir que ya no quería trabajar ahí.

Tenia la oportunidad, pero antes de tomarla tenia una responsabilidad que me hizo saber que por mas que evitará mi pasado siempre sería parte de mi verdad para huir. Sin más opción, esa noche terminé aceptado mi destino mientras caminaba por las calles de la cuidad hasta que finalmente encontré un hotel qué por esa noche fue mi lugar para dormir o por lo menos intentarlo.

El turno a cumplir en el hospital iba desde la tarde hasta la madrugada del día siguiente, no podía fallar en mi primer día. Estaba decidida a trabajar en ese hospital aunque fuera con la corazón en la boca y mis ojos en todos los pasillos de ese hospital.

El recuerdo de esa noche paso por mi mente logrando que mis ojos comenzarán a buscar lo que yo había perdido. La emoción de mi corazón por estar en la misma cuidad estaba sin control por saber cuando, a que hora y en que momento podría verlo.

- Señorita Andrew... - me llamo una voz masculina haciendo que volviera a la tierra.

- Doctor Jackson - reaccione cuando aquel hombre de avanzada edad estaba al frente de mi.

- Lamento la demora, pero hable con los familiares del paciente y decidimos posponer la cirugía hasta nuevo aviso - dijo el doctor con una sonrisa que respondí por obligación.

- Entiendo, no se preocupe - mi sonrisa fuera sincera si no fuera por que sabia de la lucha que habia tenido la noche anterior por dormir y despertar temprano - ¿Puedo hacer algo mas por usted? - total ya estaba aquí y lo que menos quería era quedarme perdida en la locura de mi mente por estar en esge hospital.

- Claro, puede empezar tomando la temperatura de los pacientes del segundo piso, se debe hacer una consulta rápida diaria asi qué tenga cuidado con eso. Después, puede seguir atiendo a un pequeño paciente de la habitación 518, es algo molesto pero puede tranquilizarlo leyendo un libro o darle un paseo en el jardín. Y finalmente me sería de mucha ayuda si va a la habitación 519 con una paciente que por las noches le gusta bañarse y cambiarse - mi trabajo era asistir al cirujano Jackson, asi qué desde aquí en aquel dia nl tuve cabeza para algo más que no fuera cumplir con mis deberes.

Tenia tanto tiempo sin hacer mi trabajo, que solo fue terminando todo qué sentí como mi cuerpo comenzaba a protestar. Mis pies dolían al igual que mi cuello junto a mis ojos que pedían a gritos un descanso.

- ¿Terminaste tu turno? - pregunto mi compañero cuando llegue al cuarto de descanso.

- Si - alcance a responder antes de entrar al vestidor para cambiarme de ropa, lo que más quería era dormir.

- ¿Vas a tu casa sola? - volvió a preguntar mi compañero cuando salí del vestidor.

- No tengo una casa por ahora... Estoy pagando un hotel - respondí mientras dejaba a mi cabello libre de la coleta que habia tenido durante todo el dia.

- Debe costarte mucho... - comento mi compañero sorprendida.

- Si pero es el único lugar que encontré cerca de aquí.

- Bueno, si no te molesta puedo ayudarte a buscar un mejor lugar que ese hotel.

- ¿Habla enserio? - desvíe la mirada hacia mi compañero para buscar entre las facciones de su rostro si lo que acaba de decir era verdad.

- Claro, solo que tendría que ser en nuestro próximo dia libre.

- Es una gran idea... - ni siquiera me imaginaba que este iba hacer el inicio de mi amistad con el doctor Andrew Alexander.

Mas conocido cono Andrew, el doctor que a veces asistía al doctor Shepherd.

- ¿Vas a regresar tu sola? - pregunto Andrew cuando habia salido del cuarto de descanso.

- Si - el paso de Andrew se detuvo después de mi respuesta.

- ¿A esta hora? - pregunto viendo el reloj de su muñeca - Es muy tarde para que camines por las calles tu sola.

- No sé preocupe, el hotel no esta muy lejos de aquí - el doctor Andrew era muy conocido por su amabilidad que ponía nerviosa a cualquier enfermera de este hospital.

- No me parece buena idea, asi que si te parece desde mañana podría acompañarte cuando salgas.

- No quisiera causarle molestias...

- Molestia me causaría si por caminar sola en las calles te pasa algo, además no estaría trabando tranquilo - la evidente preocupación de Andrew me tomo por sorpresa, no esperaba que el quisiera acompañarme cuando saliera pero tal y como dijo las calles eran demasiado peligrosas para andar sola por ahí.

- Gracias - dije sinceramente haciendo una leve reverencia - Nos vemos mañana entonces.

- Hasta mañana - se despidió Andrew para seguir su camino del lado contrario al mio.

Su sonrisa junto a su preocupación me dejaron pensando por unos segundos, no entendía su preocupación por mi cuando apenas llevaba un dia en ese hospital, quizás era parte de su trabajo cuidar el personal nuevo, o a lo mejor no pero de cualquier forma esa había sido la explicación más lógica que encontré mientras caminaba por los pasillos del hospital.

Fue esa respuesta o quizás el destino, pero lo cierto es que fue en este momento qué mi mente quedo libre de dudas. Y justo cuando creí que mi mayor deseo era dormir, ante mis ojos apareció la imagen de el que reconocí de inmediato

Terry caminaba con la mirada en el suelo y como aquella vez, su rostro estaba cubierto por una bufanda. Aún así, su sola imagen a lo lejos deslumbra demasiado para que los latidos de mi corazón despertarán ansiosos por querer ir hasta el y sentirlo cerca como aquella vez. Lagrimas quisieron salir de mis ojos por la nostalgia y emoción que me producía verlo a lo lejos. No podía moverme y dejar de alucinar con su imagen tan diferente pero al mismo tiempo igual que cuando lo vi por última vez.

Fue hasta que la imágen Terry desapareció tras entrar en la puerta de una habitación qué volví a respirar y a sentir como todo a mi alrededor se ordenaba y volvía a la normalidad en un vacío que no debería sentir.

¿Por que quise ir hasta el y sentirlo cerca?

¿Por que todo mi cuerpo seguía temblando?

Y sobre todo, ¿por que de todos los lugares el tenia que estar aquí?.

Desde aquella noche, lo último que había sabido de Terry es que sé iba a casar con Susana, muy en el fondo me alegre por aquella noticia que con el tiempo pareció como si el viento se la hubiera llevado junto a mi curiosidad por leer periódicos, que mas bien fue un intento desesperado por querer olvidarlo pero...

¿Como se supone que iba olvidar a ese alguien que llego a tocar lo más profundo de mi alma?.

Era mentira decir superarlo cuando mi corazón estaba frágil, si hubiera alguna maquina o algo para destruir los recuerdos esto no me haría tanto daño como fingir que no pensé en ese encuentro conforme los días fueron pasando.

Al dia siguiente, no encontrarlo por ningún lado me hizo confundir y sentía que todo en este mundo era una ilusión.

Después a la mañana siguiente, cuando camine de nuevo en aquellas escaleras me fue imposible pensar que estar en ese hospital era una fantasía.

O un sueño tan doloroso, que me hizo sufrir hasta volver a mi vida en la realidad.