RinMakoto. A pesar de los problemas, Rika y Koharu acabaron siendo pareja y el fin de semana de los 6 fue bastante bueno en general.
.
Sin más, comencemos…
.
.
.
En el Alter Ego, se llevó a cabo un pequeño concierto con las chicas de RONDO y como era de esperarse, hubo lleno total.
.
.
- Muchas gracias mis amores – Hiiro decía alzando su mano saludando a los demás.
- ¡Espero lo hayan pasado bien! – Nagisa exclamó tocando algunos acordes de su guitarra, ya con Aoi y Tsubaki, estas solo entraron a los camerinos.
El cuarteto estaba por hablar un poco sobre la presentación, no obstante, estas notaron como la rubia del grupo estaba cambiándose rápidamente.
- ¿Ocurre algo Nagisa?
- No, no es nada, solo que quedé de ir a casa de Shino para una cosa – esta respondió de forma simple, pero sin llegar a ser maleducada.
Las otras tres comprendieron eso y solo dejaron que la rubia se fuera a su casa.
Nagisa no tardó mucho en llegar a la casa de su prima y es que fue vista por Shinobu desde el estudio de su abuelo por lo que bajó a abrirle.
- ¿Llegué a tiempo Shino?
- Nagi, no pensé que vendrías rápido solo porque ellos están de visita – eso sonrojó un poco a la rubia.
- B-Bueno, es que me gusta hablar con ellos, nada más.
- Eso… ¿o qué quieres hablar con Seiji-san? – la peli rosa le hacía poner más sus mejillas rojas, pero decidió no molestarla más y acabó entrando.
El abuelo de los hermanos estaba con su abuelo y las chicas se encontraron de nuevo con los jóvenes.
- Hola chicas.
- Hola.
- Teníamos tiempo sin vernos – Shinobu sonrió, Nagisa hizo lo mismo. Para darles algo de privacidad a sus abuelos, el cuarteto decidió salir a dar una vuelta por el patio.
No obstante, Nagisa tenía otros planes y es que quería pasar tiempo con el peli blanco a solas, así que decidió que fueran a salir a dar una vuelta por la ciudad.
El chico aceptó por lo que sin más salió con la rubia, por su lado, Shinobu y Rentaro veían esto, pero el peli rojo solo sonrió.
- Seiji ha cambiado desde que Tsukumiyama-san se juntó con él.
- Nagi tiene ese algo que ha hecho que él esté mejor, quien sabe, a lo mejor se hace su pareja o algo.
- ¿Tú crees?
- Solo digo, con Nagi no se sabe que cosas puedan pasar.
Con ambos, estos solo caminaban de forma sencilla, no había mucha palabra de por medio, a pesar de eso, no le quitaba lo cálido del ambiente.
Seiji iba pensando un poco en sobre cómo es que alguien como Nagisa se había juntado tanto con él, después de todo, hasta el mismo se consideraba alguien frio y distante, quien solo se relacionaba con su familia más cercana.
Pero con la guitarrista de RONDO la cosa cambiaba.
Ambos estaban tan metidos en lo suyo que no notaron la presencia de alguien que los seguía por las sombras.
- Pagarán caro por lo que me hicieron – susurró esta persona quien se escondió, ya tenía identificado a ambos jóvenes.
Los dos estuvieron caminando hasta que arribaron al parque estaba ahí y Nagisa lo tomó de la mano guiándolo hacia ahí.
- ¿Qué pasa Tsukimiyama-san?
- Seiji-san, dime… ¿te sientes bien desde que la pasas conmigo? – la pregunta de Nagisa lo dejó pensando un poco.
- ¿Por qué me dices eso?
- Porque es que… siento que has cambiado, recuerdo cuando te conocí la primera vez y eras aquel chico frio que no hablaba con nadie.
- ¿Es algo malo?
- No, de hecho, me ha gustado como cambiaste para bien – sonrió esta, Seiji solo suspiró un poco.
- Tengo mis motivos para eso.
- Pero sea lo que sea, sé la fortaleza que tienes y…
- ¡Malditos! – justo el sujeto que los estuvo siguiendo apareció, con una rápida patada derribó al peli blanco, no solo eso, sino que tomó a Nagisa evitando que esta pudiera escapar.
- T-Tú eres…
- Sí, soy aquel que por tu culpa metieron preso, así que pagarás caro por haberme golpeado esa vez – esta persona era el mismo asaltante que Seiji frustró y gracias a eso, Nagisa logró salir a salvo.
El peli blanco estaba por levantarse, pero fue recibido por una patada en el estómago que lo dejó sin aire por un rato, eso fue aprovechado por el malviviente para llevarse consigo a Nagisa.
Aun así, el chico se puso parar, aunque de manera difícil y solo veía como el sujeto ya había ganado ventaja sobre él.
Nagisa solo sentía la fría cuchilla del sujeto sobre su abdomen, no se la clavaba, pero como que sabía qué pasaría si ofrecía resistencia.
El asaltante se metió a una casa abandonada que estaba cerca, así parecía que no sería encontrado, no obstante, Seiji logró encontrar más o menos por donde se había ido.
Tenía la opción de llamar a la policía, pero no sabía cuánto se tardarían y harían el típico protocolo de negociar con este o estar apuntando hacia el criminal.
- A la mierda eso, lo detendré yo mismo, luego llamaré a la policía – Seiji miraba para todos lados en busca del sujeto, más para que no pudiera ser visto por este.
Por el lado del secuestrador, este amarró a Nagisa usando su camiseta por lo que esta solo se encontraba asustada por todo eso.
El tipo fue vigilando hacia atrás y todos los lados para evitar que Seiji o alguien más entrara.
- Seiji-san, lamento haberte metido en esto, ahora debes estar herido por mi culpa, merezco esto – Nagisa se maldecía mentalmente por todo lo que pasó, no obstante, lo que no sabía es que el peli blanco andaba buscando una manera de salvar a la guitarrista.
Seiji estaba como por marcar a su hermano y decirle sobre lo que pasaba con Nagisa, pero se negó ya que quería hacer esto solo.
Su mente le daba muchas imágenes las cuales eran como un calvario ya que recordaba las imágenes de su padre violentando a su madre y estaba decidido a que Nagisa no pasara por esa situación.
- Debo pasar por aquí, pero creo que el sujeto debe andar rondando esta parte – el chico encontró un punto ciego y se metió por una ventana la cual estaba abierta.
Al meterse, escuchó unos pasos por lo que buscó un lugar para esconderse, logrando hacerse escondite detrás de unos basureros en donde logró meterse.
El ladrón pasó por ahí, pero traía un cuchillo por lo que el peli blanco debía tener cuidado en caso de que pelearan.
El sujeto seguía con sus caminatas, por lo que debía estar atento, no obstante, el tipo decidió irse por lo que Seiji decidió caminar un poco, por lo que tuvo cuidado de no toparse con él.
Miró unas escaleras y ahí fue donde supo que a lo mejor Nagisa estaba arriba, amordazada.
- He escuchado algo… debe andar por aquí – se escuchó el sonido del maleante y eso hizo que Seiji retrocedería de poco en poco para no ser escuchado, justo cuando se escondió, el sujeto saltó de golpe con puñal alzado.
- Por poco, hubiera tardado un poco más y me habría encontrado.
- Se debió meter ese hijo de puta, pero solo que lo encuentre y le clavaré mi cuchillo – el tipo anduvo cerca de donde estaba Seiji, pero de suerte no lo localizó.
Cuando se fue para otra habitación, Seiji logró salir de su escondite y fue con dirección hacia arriba en donde buscó en los cuartos que había, encontrando a Nagisa ahí.
- Tsukimiyama-san – este fue hacia la rubia la cual estaba feliz por verlo, pero cuando estaba por desamarrarla, escucharon pasos que iban.
Nagisa le señaló con los ojos un armario en donde fue a esconderse ya que el malviviente estaba regresando, por lo que procedió a ocultarse.
- Creo que el tipo se rindió, pero da igual – el tipo puso su cuchillo en su bolsillo, luego echó mirada a Nagisa – oye chica, pues la verdad ahora que lo veo, no estás tan mal.
- Hmmm… ¡hmmmm! – esta se alertó cuando notó como una de las manos del tipo iba hacia sus piernas.
- No sé qué edad tengas, pero es que luces muy linda, solo ve esas piernas, que hermosas son – cuando estaba por tocarle más arriba a la rubia, el peli blanco salió de su escondite.
- ¡No la tocarás! – con una fuerte patada en la cabeza, el menor de los Fujiwara lo derribó antes de que tocara a la rubia, dejándolo inconsciente en el suelo.
Sin perder tiempo, el chico fue hacia las ataduras de Nagisa y las desató, nada más sentir que sus brazos estaban libres, se abalanzó sobre el peli blanco abrazándolo con fuerza.
- ¡Seiji-san! ¡Seiji-san!
- No te preocupes… todo está bien – el chico dejó que la joven se desahogara en su hombro por un rato hasta que sintió que estaba mejor.
Ambos decidieron salir y asegurarse de que el sujeto no se fuera a liberar ya que lo habían amarrado con lo mismo que usó para tener a Nagisa así.
- ¿Seguro que no será un peligro? Puede volver a escapar.
- No te preocupes Tsukumiyama-san, no volverá a escapar, esta vez no – Seiji sacó su teléfono y marcó a la policía.
Los oficiales recibieron una llamada en donde se decía que un criminal que había capturado por robo agravado se había escapado y les dijeron dónde estaba.
Nagisa y Seiji se escondieron para ver como la policía llegaba al sitio y decidieron buscar en la casa en donde fueron informados, encontrando al sujeto que había despertado y ambos vieron como lo bajaban hacia la patrulla.
- Estás en serios problemas, serás condenado a una pena más grande.
- ¡Encontraré a ese maldito que me dejó ahí! ¡Lo juro!
- Sí, sí, díselo al juez – el tipo fue metido al auto de policía y sin más, se lo llevaron. Nagisa pudo tomar algo de aire.
- Por fin acabó… tuve miedo de que él te fuera a hacer algo.
- No te preocupes, estás bien que es lo…
- ¡Me refiero a ti! – la rubia lo tomó de los hombros – Seiji-san, no quería que te pasara algo, todo porque decidimos pasear… yo fui la que quiso hacerlo.
- Tsukimiyama-san, el hecho de que ese loco se haya escapado no es tu culpa, de cualquier forma nos hubiéramos encontrado con él.
- Seiji-san – el corazón de Nagisa latió con más fuerza, ya no tenía dudas sobre lo que quería y ya sin más, se lanzó hacia el peli blanco uniendo sus labios con los de él.
El albino se quedó analizando lo que estaba pasando, era algo que no se esperaba, pero de poco en poco fue correspondiendo al gesto de su amiga, aunque no por mucho tiempo serían eso. A los segundos, se separaron con un hilito de saliva uniéndolos.
- Tsukumiyama-san.
- Llámame Nagisa, Seiji-kun.
- Nagisa-san – la rubia sonrió por eso, mientras los abrazaba hundiendo su cabeza en el pecho del chico.
- No es justo, se supone que soy la mayor y parezco la de menos edad – susurró esta – pero bueno, me alegra estar contigo Seiji-san.
- Gracias por eso – Nagisa notó algo que no había visto y era una sonrisa en el rostro del chico.
Eso solo la enamoró más y decidió hacer algo por él. Ya la había salvado, no solo una, sino dos veces.
Tomaron camino hacia la casa de la rubia, aunque tuvieron que andar un buen rato hasta que llegaron a su casa. De suerte, sus padres no se encontraban en ese momento y Seiji ya se iba dando una idea de que iba a pasar.
- ¿Estás segura de esto Nagisa-san?
- Me has ayudado mucho Seiji-kun, te amo y esta es mi forma de mostrarte cuan agradecida estoy contigo – la camiseta de la guitarrita voló al igual que su sostén.
- Nagisa-san – su pantalón fue sacado junto con su bóxer – ¿tienes protección?
- Lo haremos así, nuestra primera vez será para recordar – Nagisa no daría marcha atrás y ambos tuvieron una noche de pasión que no olvidarían. Ambos lo disfrutaron de lo mejor y sin importar que fuera a pasar.
Solo existían ellos dos y su momento intimo muy apasionado.
.
Con sus dos familiares, estos solo veían un poco las estrellas y se les vino una idea de cómo es que los otros dos estarían.
- ¿Crees que estén bien?
- Apuesto que sí, deben estar felices en su salida – tanto Shinobu como Rentaro asintieron y siguieron en lo suyo, ignorando por completo en que se encontraban Nagisa y Seiji, ambos ya siendo pareja oficial.
.
.
Continuará…
