Capítulo 3: Día Uno, tarde.

—Kurosaki-san. — Dijo inconscientemente.

Ichigo vestía formal con una camisa blanca y un traje gris de dos piezas, no usaba corbata por lo que se veía formal pero fresco al mismo tiempo.

—Que placer encontrarla aquí Tenjiro-san ¿Viene a cenar?

—Bueno, venia. — Dijo sincera. — No hay mesas disponibles.

—Qué curioso, justamente venía a eso y mi cita ha cancelado ¿Qué le parece si me acompaña?

—¿No se enojara su novia si lo ve con otra mujer?

—En realidad eran mis hermanas, pero han tenido un problema en la universidad y no podrán venir. — Se encogió de hombros. — Así que ¿Acepta mi invitación?

El sonido del estómago de Orihime se dejó escuchar, los presentes se le quedaron viendo, provocándole un sonrojo a la mujer quien bajo la cabeza apenada.

—Tomare eso como un sí. — Se dirigió al capitán de meseros. — Tengo reserva, la dama entrara conmigo ¿Hay algún problema?

—Ninguno Kurosaki-sama. — Sonrió el hombre y por la familiaridad la cual veía que lo trataban el de ojos chocolates debía ser un asiduo en el lugar. — Le tengo la mejor mesa como siempre.

—Oh, eso es música para mis oídos. — Orihime se había quedado un segundo congelada, fue por el brazo del pelinaranja atravesando sus hombros. — Le ruego me disculpe Tenjiro-san, pero si no entramos pronto perderemos la mesa. — Orihime se dejó llevar por éste hasta llegar a una mesa al fondo con una bonita vista al jardín interno del restaurante, no había muchas mesas alrededor de esta así que debía ser para dar privacidad al comensal.

Kira iba detrás de ellos en silencio y cuando estaba a punto de retirar la silla para que la joven se sentara, Ichigo hizo una seña para detenerlo y lo hizo él mismo. Una vez que ambos habían tomado sus respectivos lugares e Ichigo invita a Kira tomar asiento junto a ellos el capitán mismo les llevo los menús y ofreció una botella de vino fría.

—Gracias por invitarme. — Susurro con una tenue sonrisa.

—No hay de qué. —Dijo encantador. —No iba a permitir que fuese a alguna cadena barata de comida rápida para satisfacer su hambre.

—¿Cómo lo supo? —Ella no había dicho nada aun.

—Es usted un poco transparente en cuanto a sus gustos, lo note desde hace años; usted parece del tipo que al tener hambre comerá algo rápido y que la llene. Y dado que estamos casi en la hora de la cena es normal que varios lugares estén llenos, le seria difícil encontrar otro buen lugar cercano para comer. Además es la hora en que se llena de jóvenes molestos con sus celulares para grabar Tik Toks así que no sería muy cómodo ir a una de esas cadenas en este momento.

—¿Qué es Tik Tok?

—La nueva red social popular. — Responde Kira.

—¿Ya nadie usa Instagram?

—Sí porque se les ocurrieron hacer Reels y ligarlos con Tik Tok.

—¿Reels?

Ichigo se queda mirando divertido la interacción entre Orihime y Kira sobre las redes sociales.

—Igual podemos usar esto de Tik Tok, ¿No? Para enseñar nuestros yates y barcos; y migajas de la construcción de nuestro crucero a futuro, llamando la atención. — Comenta a Ichigo, concentrándose por fin en él desde que tomaron asiento en la mesa que el hombre reservo.

—Es una buena idea de publicidad, más si usamos influencers.

—Sus pedidos. — El mesero llega justo cuando Orihime iba a abrir la boca. Guarda los accesorios del celular en la cartera que queda abierta al no aguantar la caja con dichas cosas y colgando en la silla, el celular sigue sobre la mesa con su pequeño cuaderno. — Disfruten la comida.

—Gracias. — Dijeron los naranjas al mismo tiempo, Kira asiente con la cabeza.

Orihime come más rápido de lo que quisiera al comienzo pero en verdad se moría de hambre y por un segundo creyó que otra presa le arrebataría su alimento; así eran las cosas en los pocos días que eran buenos con la comida: te despistas y pierdes. Se obliga a detenerse y tomar un trago de vino como dándose tiempo a recordarse que eso ya no va a pasar.

—¿Cómo está su pierna?— Ichigo inicia conversación, ella le pone atención y se sorprende verla en verdad preocupado. — Ayer se veía muy adolorida.

—Oh, no es nada, solo una mala secuela de la cárcel. La otra semana tengo una cita con el doctor, espero tener suerte.

—¿Un accidente?... disculpe por entrometerme. — Agrega rápida al verla tensarse.

—No importa... vamos a pasar tiempo con este proyecto, así que se lo advierto: a veces me vera disimular una cojera, espero que distraiga a la gente de ello.

—Me voy a asegurar que valga ese voto de confianza que me está dando.

Ella asiente y regresa su concentración en el plato. "Con calma" se dice mentalmente y vuelve a comer.


Kurotsuchi Nemu era la espía perfecta para cubrir el puesto de asistente de Park Minwha porque su expresión nunca se perturba, ni siquiera cuando el hombre le toca más de lo permitido. Eso más ser silenciosa y discreta, el ex marido de Orihime baja la guardia varias veces como ahora.

Callada en una esquina lo escucha otra vez gritándole al teléfono mientras da vueltas por la oficina y con un vaso de whisky en la otra. En el asiento del hombre (que antes era de Orihime, como todo en la oficina) Somin lo miraba molesta, de brazos cruzados y golpeando constantemente el suelo con la punta de su zapato.

Habían estado toda la tarde de ayer y la mañana de hoy tratando de contactar con un tal Quilge Opie y hace una hora por fin se dignó en hablar... o más bien su secuaz Giriko por fin lo encontró, le dio una paliza y le obligó a hablar con Minwha.

Y ahora ya sabe por qué.

—¡Te pago una fortuna para que mantuvieras a Orihime en prisión y resulta que no solo no haces el maldito trabajo, sino que te escapas y escondes de mí como la cucaracha que eres!

Nemu piensa que debe sacar ese dinero de la cuenta de Cayena pero no lo expresa.

—Yo no tengo la culpa... de la nada ayer me quitaron el caso de Tenjiro y a la hora siguiente el nuevo a cargo la liberó por falta de pruebas.

—¡¿Falta de pruebas?! ¡Metimos todas las evidencias necesarias en su contra!

—Tomó la petición del abogado cabeza de piña que se revisara de nuevo y comprobar que lo encontrado en su computadora era falso. Salió positivo para ellos y el Abarai le exigió que la liberen por los inconvenientes y el juez no solo aceptó, sino que borró todas las pruebas incriminatorias. ¡Le dije que no lo hiciera! Pero no me ha hecho caso.

—¡¿Y por qué diablos no me avisaste?! — El verla aparecer en el hipódromo como si nunca hubieran pasado los ocho años todavía le cabreaba y asustaba en partes iguales.

—Tenía que salvar mi pellejo, me empezaron a cuestionar y amenazaron con investigarme.

—Ah claro, y que yo caiga al foso, ¿No? ¡Maldito capullo! — Cuelga y lanza su celular a la pared, partiéndose en pedazos. — ¡Malditos sean todos!

—¿Qué te ha dicho ese traidor?— Cuestiona Somin bastante molesta.

—¡¿Acaso no escuchaste?!

—No lo colocaste en altavoz imbécil.

—¡No me insultes o terminaras como ella!

—No me hagas reír, que te recuerdo que conseguiste todo esto gracias a mí... ¿Y cómo me lo agradeces? Acostándote con todas las zorras que se cruzan en tu camino, incluyendo esta de aquí. — Señala a Nemu, quien piensa que es normal que eso suceda si ahora el puesto de amante está desocupado gracias a la misma Somin.

—Pues ya no sirve tu brillante idea ya, a Quilge le quitaron el caso.

—¡¿Qué?! ¡Pon a otra rata entonces o compra al juez de ahora!

—¡¿Crees que no he hecho eso?! ¡El tipo casi llama a la policía que vigila su puerta y no puedo sacarlo!

—¡Mierda! — Golpea la mesa con una mano, dándole una palmada fuerte. ¡Todo es culpa de Minwha por no insistir en matarla en la prisión! — ¿Y ahora qué?

—Debemos hundirla, ¿No es obvio?

—¿Solo eso? ¡Hay que...!— Se calla recordando que Nemu esté presente, ella no es idiota como su marido que le divulga todo. — Ya pensaremos en casa qué hacer, ahora se nos hace tarde con nuestros socios.

—La reunión empieza en cinco minutos. — Avisa Nemu con los ojos en la agenda electrónica mientras su mente empieza a preguntarse cuantos días más tendrá que esperar la señal de Tenjiro Orihime.

—Se me ocurrirá un buen plan. — Asegura Minwha. — De seguro si actuó arrepentido y le coqueteo un poco, caiga bajo mi poder otra vez.

Nemu casi se ríe.

Y Somin se pone furiosa ante las palabras de su esposo, el maldito quería volver con ella.

—¿Vas a volver con ella? Por favor no seas estúpido.

—Siempre estuvo enamorada de mí, puedo conquistarla cuando yo quiera. — Dijo seguro de sí mismo.

Nemu de verdad estaba aguantándose las ganas de caerse al piso y agarrarse el estómago por la risa.

—¿Y crees que va a perdonar fácilmente que te acostaras con su mejor amiga? —Le dijo con sarcasmo, cosa que obligo a Minhwa a poner los pies en la tierra otra vez. —Cariño no eres bueno leyendo la mente de las mujeres. — Le dijo con sorna mientras ambos salían de la oficina a la sala de reuniones.

La castaña tomo asiento junto a su marido en la reunión de consejo y mientras escuchaba el resumen del último bimestre recordó como había empezado todo.

Conocía a Orihime desde la secundaria... y la odio desde el primer momento. Orihime Tenjiro poseía todo lo que Somin anhelaba en su vida: una familia amorosa, buena reputación, era asquerosamente rica, popularidad con los chicos y fue a las mejores escuelas a diferencia de ella que sufrió durante toda su vida; sus padres eran originarios de Corea emigrantes de su patria en busca de un futuro mejor que no encontraron, acabaron como vendedores ambulantes, su padre era alcohólico y había días en que ni se aparecía en casa, a veces no tenía ni para sus útiles o para comer teniendo que sobrevivir a base de agua en el colegio porque no tenía para pagarse el almuerzo. Fue gracias a Orihime que obtuvo una beca del setenta por ciento con la que se las pudo arreglar para salir adelante. Pero ella no se lo agradecía, a sus ojos Somin se creía el proyecto de caridad de Orihime, una pobre chica que le daba lastima y a la que patrocinaba para que todos fueran testigos de su buen corazón, pese a que la pelirroja jamás había pensado eso.

Orihime se fue a la universidad y Somin no tuvo oportunidad de costearse una carrera, además de omitir sus notas lamentables no eran tan buenas o era apta en algún deporte para solicitar una beca escolar, opto como opción tomar un curso técnico de secretariado los cuales eran muy baratos y trabajar. Se reencontró con Orihime ocho años después y fue cuando vio a su novio, Park Minhwa quien también era coreano, guapo, con un trabajo estable en industrias Tenjiro como primer asistente de gerencia, con grandes ambiciones a futuro.

Y Somin decidió que lo quería para ella.

No dudo en seducirlo al poco tiempo que la otra se lo presento, el hombre cayo fácilmente y descubrió que este estaba con Orihime no solo porque era linda físicamente sino porque estaba tras su riqueza, después de todo la familia Tenjiro eran conocidos por su reconocido laboratorio farmacéutico e investigaciones, varios hospitales privados en Asia, así como hoteles a lo largo y ancho del país, sin contar que la madre de Orihime era una famosa diseñadora de modas, reconocida tanto local como internacional, quien había tenido el honor de vestir a las casas reales de Dinamarca, Jordania y Luxemburgo, así como a la casa Windsor de Reino Unido, por lo que en palabras cortas vio en Orihime su mina de oro.

Somin entonces decidió que destrozaría a Orihime, quien se atrevió a tener una mejor vida que ella, se acercó como su confidente mientras se acostaba con su prometido, ella estuvo pendiente del fructífero negocio que planeaban, luego se casó con Minhwa lo cual estaba dentro de sus planes, se encargó de preparar el campo: falsificar cuentas, recibos y crear cuentas fantasmas lo cual era pan comido para él al ser economista y también le era fácil crear puertas traseras, transferencias a cuentas personales sin ser detectadas y más.

Orihime se embarazo poco después para molestia de su esposo, él no deseaba ser padre aun pero su esposa lo convenció que era un buen momento. Esto sin embargo no cambio los planes, al contrario Somin le explico que eso les podría ser una ventaja a futuro, lo que aumento la ambición del castaño.

Todo había estado listo, solo se necesitó un reporte al departamento de contaduría federal y Orihime había sido señalada como una criminal que había estafado su negocio y una parte de industrias Tenjiro al evadir impuestos, sumado a esto que la chica vio con sus propios ojos como una de sus "mejores amigas" y su amado esposo la engañaban en su propia cama fue el perfecto punto final.

Minhwa y Somin pensaban que tenían todo perfectamente calculado, solo debían tomar todo lo perteneciente a la perra de Orihime y disfrutar las ganancias, pero no contaban con que la mujer –gracias a un sabio consejo paternal– había asegurado sus cuentas, acciones que tenía en la bolsa, poderes en compañías varias y demás a su hija Cayena de apenas tres años, nadie más que sus padres tenían acceso a ese dinero.

La maldita se les había adelantado y no se dieron cuenta, sin embargo solo fue cuestión de que Minhwa peleara la custodia legal de la niña para obtener un jugoso cheque mensual encargado de pagar los gastos de manutención de la infante, Somin tuvo que soportar a la hija de su peor enemiga en su propio techo ya que no la aguantaba, después supo que Minhwa y Orihime llegaron a un acuerdo y al menos obtuvieron el poder de Rikka Limitada, la empresa de productos alimenticios que ambos habían fundado en su matrimonio.

Al fin había logrado quitarle todo a Orihime: su felicidad, su esposo y su libertad, en cuanto la mocosa creciera la obligarían a cederles todo a ellos y se desharían de ella. Fue al año que se casó que dio a luz a su hijo Mink Ki quien era la adoración de sus abuelos paternos, debía criarlo para ser un gran heredero de su familia en el futuro.

Si había algo que había arruinado la vida de Orihime, tenía nombre y apellido, Jung Somin, la mente maestra detrás de todas sus desgracias.

Se supone que Tenjiro debía quedarse en la cárcel al menos veinte años y salir cuando fuera una cuarentona acabada ¿Por qué? ¿Cómo diablos había salido antes de la cárcel? No solo mandaba al carajo todos los planes que había hecho sino que tenía un muy mal presentimiento de lo que se avecinaba.

Se suponía que debías quedarte callada en la cárcel como una rata ¿Porque demonios esas reas no te mataron?, pensó mientras se mordía la uña del pulgar ansiosa.

Fue Somin quien compro a las reclusas para que silenciaran a Orihime de forma permanente y a las custodias para hacerse de la vista gorda a los ataques, pero sin éxito alguno.

Está bien, te hice caer una vez puedo volver a hacerlo, pensó satisfecha mientras volvía a centrar su atención a la reunión, solo debía volver a usar a Minhwa como antes y buscar nuevos títeres y conexiones.

¿Que podría salir mal ahora que lo tenía todo y ella nada?


Kira le había pedido permiso a su jefa de ir a atender un pendiente personal cuando termino la comida a lo que Orihime acepto y le dijo que esperaría en el lugar. No estaba planeado pero ya que estaban ahí ambos empezaron a hablar de su negocio.

—Aunque apenas hablamos ayer ya he encontrado un buen bote para iniciar.

—¿De verdad? ¿Tan pronto? –Pregunto sorprendida.

—No subestime mis contactos Tenjiro-san, puedo conseguirle incluso un arma nuclear en veinticuatro horas si me la pide.

—¿Qué?

—Bueno, no un arma nuclear pero al menos si me pide un tanque le aseguro que se lo puedo conseguir.

—Vaya eso es un poco extremo. —Se rio e Ichigo se quedó embobado observándola.

—Conozco un buen astillero donde hay bastantes barcos y yates con potencial ¿Le interesaría ir conmigo?

—¿Ver la mercancía directamente?

—Exacto.

—¿Qué clase de contactos tiene Kurosaki-san?

—Unos sumamente veloces que recorren el mundo para buscar lo que quiero. —Dijo en broma.

—¿Y siempre obtiene lo que quiere?

—Casi siempre, puedo tardar un poco pero lo obtengo. —Hablo seguro. —Por cierto ¿Vamos a hablarnos tan formalmente siempre?

—¿Disculpe?

—Somos socios ahora ¿No debería poder llamarme por mi nombre?

—¿Acaso a todos sus socios los llama por su nombre? —Arqueo una ceja extrañada.

—Cuando tenemos un trato cercano, sí.

—No se ofenda Kurosaki-san pero no creo que seamos lo suficientemente cercanos para tratarnos tan informalmente. —Orihime tomo la taza de café frente a ella y bebió tranquila, llevando su mano discretamente a su muslo.

Chica lista, le estaba diciendo sutilmente que no la tratara de forma tan familiar.

—Bien, bien, era solo una sugerencia. — Dijo entre risas. — ¿Ha ido ya con el medico? —Menciono preocupado al notarla hacer una mueca y frotar su pierna, cosa que la sorprendió.

—Si pero no tenía espacio disponible. Como ya tengo mi teléfono lo llamare mañana para que me confirme disponibilidad de una cita.

—¿Ya no está incomunicada con el mundo?

—Así es.

—¿Puedo pedir entonces el número de Tenjiro-san? —Pidió cortés. —Para en caso que necesite contactarla.

—Si por supuesto, aunque como se habrá dado cuenta aún no lo activo.

—No importa, no creo que pase de este día para hacerlo ¿Cierto?

—Es verdad. —Admitió y se encoge de hombros. — Entonces le daré mi número, es 81...—Le dio el teléfono y este lo agendo rápidamente.

—Si algo ocurriera la contactaré de inmediato.

—Por favor.

—¿Puedo hacerle un comentario esperando que no me dé un puñetazo después?

—Dependerá del comentario y no prometo nada.

—Se ve hermosa el día de hoy. —Soltó sin pena alguna.

Esto tomo desprevenida a Orihime quien no se esperaba esas palabras.

—El día de ayer se veía también bellísima si puedo agregar.

—Uhm, g-gracias. —Acepto sonrojada, pero aunque Kurosaki Ichigo fuese un casanova encantador ella se negaba a caer, tenía demasiadas cosas por hacer en esos momentos.

—Como le he dicho no tome a mal mis palabras, son un cumplido sincero que quería decirle.

—Vaya, hace mucho que un hombre guapo no me hacía un cumplido aparte de mi abogado.

—Porque son idiotas. — Sonrió socarrón. — ¿Y le parezco un hombre guapo?

—En realidad porque estaba presa, pero usted entiende. —Declaro y alza una ceja de manera acusatoria. —Sobre lo otro, no soy ciega y he de admitir que es usted bastante atractivo para el género femenino pero es todo.

—¿Y no soy lo suficientemente atractivo para usted?

—Me reservare mis comentarios. —Respondió fríamente.

Orihime simplemente pretendería ignorar el descarado coqueteo del empresario, ya desde antes de entrar a ese infierno era consciente del interés del pelinaranja en ella; pensó que con los años este desistiría pero al parecer aun la tenía en mente después de todo ese tiempo.

Aun recordaba cuando ya estando casada y con cinco meses de embarazo le ofreció salir a cenar con él, por supuesto que se negó al estar estúpidamente ciega y enamorada pero era un hombre que definitivamente no tenía escrúpulos con lo que anhelaba.

Kira se aparece caminando a paso rápido y se inclina para susurrarle a Orihime que sus padres habían llegado a la ciudad. Ella asiente y le pide que busque al mesero y pagar su parte.

—Yo pago. — Asegura Ichigo impidiendo la salida del rubio.

—Yo puedo pagar mis cosas — Técnicamente está usando la tarjeta de Rukia pero ya apenas le activen sus cuentas, le iba a regresar todo.

—Lo sé, tómelo como un acto de buena fe a nuestro prospero como socios.

Orihime había alegado un par de veces más pero al final le dejo pagar con la condición que ella lo haría la próxima vez. No dejo que la acompañe al auto, con un apretón de manos se despiden y se va a paso rápido.


Orihime entra a su departamento, le deja la vía libre a Kira ya que carga las compras en el Apple y ve como en su sala Ogawa se mueve de allá para acá cargando fuentes de colores y transparentes llenos de snacks o bocadillos dulces, hay vasos, copas y diversos tragos y bebidas. Incluso en el balcón, al lado de la piscina, la parrilla ya anda con fuentes de carne esperando por ser cocinados.

—Ogawa, que solo seremos nosotros.

—Su padre me envió dinero y ha dicho que prepare todo esto. — Se excusa y Orihime suspira resignada.

—Voy a cambiarme los zapatos.

Camina a su cuarto en donde están sus nuevas cosas, deja la cartera y cae la caja del celular y el pendrive de Jubelian. Se queda mirando fijo aquello último y lo sostiene nuevamente entre sus dedos, anhelando encender ese mac portátil y empezar a planear sus movidas.

—Luego. — Guarda bajo la almohada el pequeño aparato y se quita por fin los tacones, emitiendo un gemido placentero del alivio en su pierna.

Se frota el muslo y va a su armario en busca de un sencillo par de calcetines, decidida en andar en su departamento descalza. Regresa al comedor y evita la tentación de sentarse o le iba a costar en cuando escuche la puerta, así que se distrae por fin activando su celular nuevo. Cuando el aparato le pregunta su correo de Apple o si abre una cuenta nueva, le da a la segunda opción al instante, negándose a usar el correo que Minwha tuvo control.

Luego empieza agregar números en su agenda de contactos según los anotados en su libreta y les escribe a todos el mismo mensaje de estar ya operativa a recibir llamadas, que solo debe bajar aplicaciones. Con Renji fue más amplio, quería saber ya que tal la conversación con el abogado de Minwha, si ha terminado bien o deberá sacar el chantaje.

El abogado me ha contestado el correo, Park ya habló con ella y que aceptaba todas tus condiciones. Fui a fiscal para tener el acuerdo en papel y lo firmarían los dos mañana en el punto de encuentro.

Así que el abogado de Minwha es mujer... que predecible.

Por fin el timbre suena.

Su corazón late frenético de las ansias mientras corre a la puerta asegurándole tanto a Ogawa como a Kira que ella iba a abrir y aguantando las quejas de su muslo. Al otro lado se encuentra a una mujer bastante mayor que ella, que ha traído al mundo dos hijos y sin embargo se sigue viendo joven para sus setenta años y de contextura delgada, su largo cabello negro lo lleva recogido en una trenza que le cuelga en el hombro derecho y sus ojos de rubíes brillan de emoción apenas asimila que tiene a su hija frente a sus ojos y empieza a lagrimear.

—¡Madre!— Orihime se aferra a ella, abrazándola del cuello y se larga a llorar.

—¡Oh por kami! ¡Cariño! —La mujer recibe a Orihime en sus brazos y la abraza con fuerza, no puede creer que esta frente a ella, que pueden hablar sin tener un teléfono de la prisión o cristales de seguridad de por medio.

—Mamá te extrañe mucho. —Hablo entre lágrimas. —Es como un sueño.

—Yo también cielo, no sabes cuánto anhele este día. —La hermosa mujer también estaba llorando de felicidad.

—Lo siento, lo siento mucho.

—No tienes que disculparte cariño, tu único error fue conocer a ese imbécil. —Le acaricio la cabellera con suavidad. —Lo único bueno que te dejo fue mi Cayena, pero ya paso.

Ogawa quien era testigo de la escena saco un pañuelo y se secó las lágrimas, ella sabía cuánto ansiaban su señorita y sus padres reunirse así nuevamente.

—L-lamento tener que interrumpir, pero creo que sería mejor que entrara. —Se atrevió a hablar la joven.

—Ah Ogawa, gracias por ser siempre fiel y quedarte aquí a esperar, pese a que sabíamos que serían años. —Dijo la ojirubi soltando a su hija y entrando al lugar

—Gracias a usted por confiar en mi Shutara-sama.

—¿Donde esta papá?

—Debe venir en camino, fue a recoger a Sora y su familia al aeropuerto ya que vienen de Londres.

—¿Mi hermano también viene? —Pregunto emocionada.

—Tomo el primer vuelo cuando supo las noticias. —Explico su madre.

—Pellízquenme, creo que sueño. —Dijo con una gran sonrisa y con lágrimas saliendo de sus ojos.

—¿Que esperabas nena? Es obvio que todos te daríamos nuestro apoyo en todo este problema, sabemos muy bien que no eres una ladrona y que ese tipo hizo todo.

—De hecho llevo un tiempo pensando.

—¿Si?

La conversación fue cortada por el tono de su celular, como aun no le descargaba su música favorita para usarla de tono tuvo que usar uno de los predeterminados en el móvil, al reconocer el teléfono tomo llamada de inmediato

—Tenjiro al habla.

—¡Orihime! —La voz alegre de Rukia se dejó escuchar.

—Hola Rukia ¿Paso algo?

—Parece que no era algo tan urgente y arregle rápido el problema en la empresa, pensé que querrías salir a festejar formalmente ya que ayer no pudimos hacerlo de manera adecuada.

—Eso suena genial, pero mis padres han venido a casa.—Se disculpó.

—Oh ¿Los señores Tenjiro han venido a verte? Eso ha sido rápido.

—Sabía que vendrían pero no esperaba que fueran tan veloces.—Ella y su madre se rieron al mismo tiempo en complicidad.— Ya se ¿Qué tal si Renji y tú vienen a festejar a mi departamento?

—Creo que pasare. —Se rio. — En este momento necesitas estar con tu familia y llenarte de buena energía no quiero arruinar el momento.

—Pero no nos molestan. —La matriarca de la familia tomo la palabra. —¿Porque no vienen a pasar un buen rato tú y la familia?

—Casi me convence señora Tenjiro pero ustedes necesitan este momento, así que tomare a mi hombre, comeremos una tabla de quesos con soda, vino y después ya veremos que ocurre.

—Oh ¿Ya planean darle un hermano a la pequeña Ichika? —Pregunto Shutara picara.

Ichika Abarai era la hija de sus amigos, había nacido en el pasado mes de octubre, era muy parecida a su madre pero con el color de cabello de su padre, una pequeña algo inquieto pero adorable que ambos amaban.

—¡Claro que no!—Respondió Rukia entre risas.—Apenas puedo con ella, no sabría que hacer con dos bebés en un solo lugar. En fin, tenemos una salida de chicas pendiente Hime, pásala bien con tu familia.

—Ok, pero si decides venir las puertas están abiertas para ustedes.

—¡Diviértete! —Y la comunicación se cortó.

El timbre sonó en ese preciso momento.

—Debe ser Raizen y el personal que ordene que viniera.

—¿Trajiste a personal de la casa principal?

—Claro cariño, alguien debe preparar eso. —Explico como si fuera obvio señalando los kilos de carne. —Amo a tu padre y a tu hermano pero ambos son pésimos cocineros.

Orihime no pudo negar eso, aun recordaba cuando era pequeña, su padre quiso hacer una parrillada en el jardín ayudado por su hermano pero las chispas de la parrilla volaron a una palmera seca la cual se empezó a incendiar, trataron de apagarlo pero fue en vano y tuvieron que llamar a los bomberos.

Fue por un milagro y la ayuda del personal de la mansión que su hogar no hubiera ardido en llamas.

—No podemos dejarle todo a la pobre Ogawa. —Explico mientras la susodicha guiaba al chef y personal en el departamento. —Lo cual me lleva a otro punto: no puedes tener solo una empleada en tu casa; antes Ogawa estaba sola pero ya que su jefa está aquí necesitaras al menos una sirvienta más y un chef para cocinarte.

—He tenido otras prioridades. —Se excusó.

—Yo lo sé bien cariño, recuperar ocho años de tu vida lleva tiempo pero no olvides tu propia casa. —Explico la pelinegra. —Te mandare a un asistente de nuestro chef y dos sirvientas para que te ayuden un tiempo, pero debes entrevistar personal.

—Sí, mamá. —Acepto sumisamente.

—Ahora ¿Qué te parece si tomamos un pequeño trago? Ogawa quiero algo ligero.

—¿Una margarita señora?

—Si eso estará bien. —Acepto la mujer. —Hubiera querido traer a Cayena para que te vea pero…

—Lo sé, hoy no es un día de convivencia. —Explico la chica con la mirada baja.

—¿Ya hiciste la solicitud de visita parental?

—Mi abogado ya tenía todo listo, solo lo presentó ante el juez hoy y se ha aprobado que pueda verla un día a la semana. Mañana me reuniré con Minhwa para arreglar los detalles. —Su madre puso sus manos sobre las suyas, podía sentir su calor. —Cayena ¿Cómo ha estado? —Pregunto un tanto melancólica.

—Le he contado que estas libre. —Le confeso.—está emocionada por verte.

—Gracias kami…—Su mayor miedo al salir era que su hija le odiara o se avergonzara de ella, pero por suerte no había sido así.—Ella ¿Qué ha hecho?

—Recientemente está aprendiendo a tocar el piano, también práctica ballet. —Le conto.—Le dije una vez que tú eras muy buena tocando el piano cuando eras pequeña y se interesó en ello.

—¿Si? Dime más.

Shutara le conto algunas cosas a grandes rasgos ya que quería que su nieta se lo contara en persona y Orihime escuchaba atentamente cada palabra de su madre como si fuera oro puro.

Y lo era.


El lujoso Audi negro entro en los terrenos de la elegante mansión de estilo japonés donde Kurosaki Ichigo residía, una hermosa construcción con un edificio construido tradicionalmente y otros cinco edificios más pequeños pero con la misma esencia estaban adjuntos, no se veía al frente pero en la parte de atrás de la hermosa mansión había un enorme lago artificial, el vehículo se detuvo en la entrada y el dueño del lugar bajo tranquilamente mientras uno de los empleados tomaba las llaves y se llevaba el automóvil para meterlo al garaje, donde otros seis lujosos autos esperaban el momento de salir.

—Bienvenido señor. —Richiro como siempre le dio la bienvenida mientras recibía su abrigo notando enseguida el buen humor de su maestro.— Parece que ocurrió algo bueno.

—Sí, algo mejor de lo que esperaba hoy.

—¿Si? —Pregunto inseguro.

—Pude tener una cena con Tenjiro Orihime, aunque admito que no en la forma que yo esperaba. —Después de quitarse los zapatos Ichigo entro a la mansión y se dirigió al pequeño bar que tenía y se servía un trago.

—¿La forma que esperaba?

—Me hubiera gustado tener el lugar solo para nosotros, sin moscas alrededor, quizás llenar el lugar de flores y organizar una pequeña orquesta musical.

—¿Para después llevarla a la cama? —Pregunto astutamente.

—Me conoces bien Richiro.—Sonrió mientras bebía su vodka.—Aunque si ella me hubiera dicho que no la hubiera respetado y seguiría intentando conquistarla.

—Señor hay muchas mujeres ahí afuera que matarían por salir con usted.

—Quizás, pero ninguna de ellas es Orihime.—Respondió de forma segura.

—¿Por qué tiene esa obsesión con la chica señor?

—No lo sé, supongo que siempre ha puesto límites conmigo y eso me gusta.

—¿Al punto que intento seducirla cuando aún estaba casada? —Arqueo una ceja.

—¿No lo sabes Richiro? —Se acercó al pasillo y miro la luna.— La fruta más dulce es siempre la que está prohibida y a mí me encanta lo prohibido.

—Pero Orihime-sama está divorciada.

—Eso es lo mejor, ya no tengo competencia de por medio.

—Y tiene una hija.

—¿Me veo tan frio como para hacer a un lado a la pequeña?

—No señor.—Richiro no dijo nada pero conocía la mirada del hombre, lo conocía desde que era un recién nacido. Sabía que Orihime no era un capricho de querer solo una noche, deseaba más que eso.

Eran inicios de abril y el nuevo ciclo escolar estaba dando inicios en la universidad de Tokio, los nuevos alumnos entraban al campus con esperanzas y sueños mientras que un Ichigo disfrazado con acné falso, gafas de montura gruesa y ropa pasada de moda solo escuchaba aburrido a los de su curso hablar entre ellos ¿El porque estaba disfrazado? Deseaba tener una vida escolar tranquila, no negaba que disfruto mucho de las mujeres y las fiestas en preparatoria, pero ya que estaba entrando en una etapa donde su futuro estaba en juego quería centrarse en lo importante y las chicas alabándolo e invitándolo a pasar la noche no lo distraerían al punto de bajar sus notas pero pulularían a su alrededor como bichos y no quería eso.

¡Cuidado nerd! —Uno de los chicos de su grupo choco contra él y tiro sus libros junto con el vaso de café que bebía.

—"Imbéciles" —Chasqueo la lengua molesto, seria fácil enseñarles quien mandaba ahí pero eso implicaría mostrarse y era una molestia.

Comenzó a levantar los libros, estaba por alcanzar uno lejano cuando una mano pequeña y blanca se cruzó en su campo de visión.

¿Es tuyo?

Si.—Dijo desinteresado.

Lo vi todo, fueron muy crueles contigo.—Dijo molesta mientras le ayudaba a recoger sus documentos.—¿Se perdió algo?

No te preocupes, tengo un respaldo en mi computadora.—Respondió calmado.

¡Es un alivio! —La joven saco un pañuelo y se lo ofreció. —Te han caído restos en el brazo, deberías limpiarlo.—Señalo a lo que Ichigo se giró y vio que efectivamente su brazo estaba viscoso por el líquido.

Gracias.—Pensaba rechazarlo pero al final acepto la tela y limpio.

No hay de que… ¡Ah! Que tonta soy, mi nombre es Tenjiro Orihime.—Se presentó.

Shiba Ichigo.—Se presentó con el nombre falso que había preparado, los profesores tenían su nombre real pero había órdenes de no mencionarlo, finalmente levanto la mirada para encarar a la persona que le había ayudado y se quedó sin habla.

Una hermosa joven de dieciocho años vestida con unos jeans de mezclilla, balerinas blancas y una blusa rosada abierta con una camisa blanca debajo, poseedora de una tez blanca, cabello naranja rojizo y unos enormes ojos castaños lo veían amablemente, lo que ocasiono que todo a su alrededor desapareciera centrándose solo en la chica.

Shiba-san estoy en primer año de administración de empresas y negocios internacionales ¿A qué carrera vas tú? —Pregunto pensando que iba a su mismo curso.

La misma, pero estoy ya en quinto ciclo.

Pero… ¡Eso significa que eres mi sempai! —Dijo abochornada mientras se ponían de pie al mismo tiempo —L-lo siento mucho, pensé que éramos de primer año los dos. —Se inclinó un poco disculpándose varias veces. —Estoy siendo grosera de nuevo lo siento, lo siento.

Tranquilízate, no estoy molesto ni nada. En cuanto a tu pañuelo…—Vio la tela la cual estaba arruinada.

Ah no se preocupe, me lo puede dar después.

¡Orihime! ¡Vamos o llegaremos tarde! —Un grupo de chicas le llamaron, probablemente sus amigas.

¡Ya voy! —Se giró a Ichigo.—Estaré bajo su cuidado en los próximos dos años, espero contar con su guía sempai.—Se inclinó en respeto.

Sí, claro será un placer. —Respondió apenas Orihime se irguió y se despidió con un gesto para reunirse después con el grupo que la esperaba.

¿Qué hacías con ese nerd?

No es un nerd, es amable y es nuestro sempai.

Iuu yo quiero tener sempais guapos no raritos como ese.—Dijo una chica con cara de asco.

No puedes juzgar solo por la portada. —Regaño la ojicastaña.—Era muy amable.

Pero se ve como un otaku.

¡Les estoy diciendo…!

Esa fue la primera vez que cruzaron palabra, Ichigo lavo el pañuelo en su departamento esa noche, por suerte vivía solo y en su hogar podía ser él mismo, sin disfraces o nombres falsos. Paso un tiempo y por ser de diferentes cursos tardaron en coincidir, hasta que se vieron en la biblioteca e intercambiaron palabras; Ichigo le dio algunos consejos de estudio y le recomendó libros para leer que podrían ayudarle lo cual la ojicastaña le agradeció, continuaron viéndose cuando podían como kouhai y sempai de la misma carrera, ella nunca lo discrimino y lo trato muy bien pese a como se veía. El tiempo paso y la graduación de Ichigo llego, eso lo ponía un poco sentimental ya que no podría ver a Orihime como estaba acostumbrado, el día de la ceremonia le pidió que asistiera a lo que ella acepto encantada.

Si hubiera tenido una cámara en ese momento habría grabado encantado la reacción de las féminas de su generación cuando se quitó las gafas, el maquillaje, se arregló la ropa y el cabello decentemente mostrando a un hombre sumamente atractivo, inclusive Orihime se quedó en shock. Frente a todos tomo una de las flores de la decoración y se la dio a una anonadada Orihime quien aun en shock Ichigo tomo sus manos y las beso en un gesto muy íntimo como si fuesen amantes; cuando estuvieron solos ella le reclamo por haberla engañado todo ese tiempo, tras explicarle sus motivos ella entendió pero fue un poco más distante con él manteniendo la línea de solo compañeros. Ichigo entro a trabajar al negocio familiar, Orihime se fue a Corea a hacer un master por lo cual le perdió la pista y para su mala suerte ella se había enamorado y casado en otro país, mas eso no lo limito para invitarla a salir con él pero siempre se negó cordialmente.

—Te deje ir estúpidamente en el pasado, pero esta vez juro que lograre tenerte Orihime.—Susurro en voz baja mientras veía el reflejo de la luna menguante sobre el lago.

—Señor también están aquí los informes recientes y las nuevas líneas de Rikka Limitada.—Su mayordomo le entrego una carpeta y un USB.—En la memoria están los datos de sus negocios especiales.

—Perfecto, puedes retirarte Richiro.

—Le pido que no beba tanto por favor.—Pidió el hombre.—Que pase buenas noches

Ichigo se quedó en silencio en la pequeña sala de estar mientras leía los informes, Rikka Limitada estaba en proceso de abrir una línea gourmet de medio oriente y tenía prisa por cerrar el trato, seguramente el imbécil se sentía amenazado y quería presionar el cierre del negocio.

—Me quitaste lo que anhelaba una vez y no te dejare hacerlo de nuevo. —Había una foto adjunta al archivo de Minhwa la cual Ichigo tomo y apretó con fuerza hasta volverlo una simple hoja de papel hecha bola.—Es hora de que el rey ladrón abandone el trono robado ¿Verdad Park Minhwa? —Hablo al aire de forma amenazante.