Lia lo mira incrédula. Según sus propias palabras, es Steven quien se adjudica todo lo malo que le ha sucedido, tanto a él como a Melissa.
- No, no es verdad. – Dice Lia, agachando la mirada. – Todo es mi culpa. Soy yo la única responsable de todo lo que acaba de pasar.
- Lia...
- Es a mí a quien ese pokemon iban a atacar en primer lugar. – Responde ella, mientras recuerda que no puede decirle sobre el collar limitante que le puso Hanna, aunque en ese momento realmente quiso decir toda la verdad. - Y no pude... No pude porque... porque yo...
- Nos tomó a todos por sorpresa. – Dice Steven, tratando de ayudar a su novia. – Es normal que el miedo nos pueda hacer una mala jugada. Aunque actualmente soy tu entrenador temporal, jamás te obligaría a pelear.
Estas palabras ocasionan, involuntariamente, una sensación aún más grande de aflicción en Lia. Ella siempre se había sentido ineficiente en cuanto a combates con entrenadores que aspiran a la liga Pokemon. Sumado esto a los constantes malos tratos y humillaciones de su entrenadora original fueron mermando su autoestima hasta hacerla autopercibirse como un fracaso de pokemon.
- Necesito un momento... - Dice Lia, mientras sale rápidamente del lugar.
Afuera del edificio, ella se aparta tanto como puede hacia un lugar en donde nadie la pueda ver y rompe a llorar.
Todo ese dolor acumulado la había superado.
Piensa en que, si no hubiera intentado hipnotizar a Melissa, no hubiera tenido que aparecer Hanna para ponerle ese collar. Con sus poderes psíquicos al menos hubiera podido ganar algo de tiempo contra ese Granbull, pero sus malas decisiones hicieron que no cuente con esas habilidades en aquel momento.
- "No puedo decirle nada... No importan que tan mal me sienta, simplemente no puedo decirle la verdad. El me terminara odiando... y yo no sabría lidiar con eso."
Tras respirar profundamente, Lia parece calmarse un poco. Esta lista para regresar y poner su mejor cara ante este escenario.
Lia regresa al centro médico y se encuentra con Steven, quien había salido en su búsqueda.
- Ya estoy de vuelta. Siento haberte ocasionado algún problema. – Dice Lia, más calmada y sin ánimo de seguir sintiéndose mal consigo misma. - ¿No vamos a quedarnos para acompañar a Melissa?
Realmente Lia no deseaba mostrarse preocupada por su rival, pero tampoco podía ignorar el hecho de que Melissa realmente es un maravilloso ser humano con el que debía de estar agradecida al haberlos ayudado en tan inesperada situación.
- Creo que no va a ser necesario. – Responde él - Ya hablé con ella y los médicos dicen que no tiene nada de consideración. De cualquier forma, han llegado algunas de sus conocidas y ellas dicen que se quedaran a hacerle compañía.
Ambos regresan a su hospedaje para poder conseguir otra ropa, pues la que llevaba puesta Steven estaba rasgada debido al forcejeo de hace un rato.
Al llegar al Hotel se dan cuenta que había varias personas en la recepción llevando cosplay. Ambos habían ignorado que hoy iba a celebrarse un evento de anime y comics en su salón de eventos principal.
Aun desde donde ellos se encontraban podían verse los numerosos stands que se habían armado dentro de ese ambiente. La gente se tomaba fotografías y consumía los diferentes productos y servicios que ofrecían en aquel lugar.
Lia no puede evitar sentirse muy emocionada por esto. Hay muchos puestos de venta de vestimentas, accesorios y mercancía variada. Sin mencionar que había visto en venta uno de los trajes de chica mágica de un programa que veía en la televisión cuando era pequeña.
- Parece que ya estas de mejor ánimo. – Dice Steven, notando el nada disimulado interés de su novia. – Cuando me haya cambiado regresaremos al evento.
- No Steven. – Dice Lia, tratando de negar sus verdaderos deseos. - Tienes que descansar, aun estas lastimado por lo que te sucedió.
Él sabía que este no era el verdadero deseo de su novia, pues ya la conocía lo suficiente para saber lo que en verdad deseaba.
- Pero si tanto insistes... ¡Toma esto! – Dice Lia, poniendo en frente de Steven un frasco de Leche MuMu. – Si bebes esto tendrás más energía y de seguro sanara tus heridas recientes.
Mientras subían a su habitación, Lia envió un mensaje a su nueva amiga Carol para que Rottom viniera hasta su ubicación lo antes posible. Tenía que deshacerse ese collar cuanto antes, pues no podía permitirse volver a sentirse vulnerable delante de cualquier otra amenaza.
Una vez ambos se cambiaron de ropa, bajaron al evento.
Había música de todo tipo, sobre todo en la zona de videojuegos, donde había diferentes tipos de competencias entre las que destacaban los clásicos juegos de baile.
Lia no perdió el tiempo y fue a comprar el vestido de chica mágica que había visto antes.
- Ya regreso Steven, voy a cambiarme en los vestidores.
Al cerrar la puerta, una chispa de electricidad salta hasta el teléfono de Lia.
- ¡Hola de nuevo! ¡En que puedo..! – Saludó Rottom, quien fue rápidamente silenciado por Lia.
- Gracias por venir, pero ahora necesito que seas lo menos ruidoso posible...
Gardevoir le explica lo sucedido y le pide que desactive el collar. Luego de analizarlos por unos segundos Rottom le da un diagnóstico de aquel dispositivo.
- Puedo detener la fuente de alimentación del collar, pero tiene un sistema que enviara la alarma a algún servidor al que está vinculado. Parece ser que este también es un dispositivo de rastreo que envía una señal constante a otro lugar indicando tu ubicación.
Ante esto, Lia piensa brevemente en cuál sería la forma correcta de proceder.
- Muy bien, no creo que sea muy buena idea simplemente apagarlo. Entonces, ¿crees poder reducir al mínimo el dispositivo que anula mis poderes psíquicos? Tal vez puedas reprogramarlo para reducir su capacidad... ¿podrías hacer eso por mí?
Rottom no pierde el tiempo y comienza a tomar el control de las funciones avanzadas del dispositivo, para luego de un par de minutos poder cumplir con lo acordado.
- ¡Muchas gracias! – Dice Lia, abrazando a Rottom. – ¡Prometo compensar esto!
Al salir de los vestidores Lia ya traía puesto su vestido de chica mágica, lo que maravillo a todos lo que la vieron pidiéndole que se tomaran fotos con ella. Lia fue amable en decirles que no podía, pues tenía algo que hacer.
- ¡Y bien! ¡¿Qué te parece?! – Dice Lia a su novio, mostrándose muy feliz y hasta algo vanidosa.
- Estas muy linda, Lia. – Dice tiernamente Steven. – Pareces alguien salido de un manga, en el buen sentido.
Ella le abraza y no teme ocultar su amor públicamente, besándole en los labios.
Pasaron una tarde agradable con las cosas que podía hacen en el evento. Lia termino accediendo a tomarse algunas fotografías con quienes le pedían hacerlo, motivo por el cual obtuvo algunos regalos pequeños.
Pero antes de retirarse del lugar, había algo que ella quería hacer.
- Ven por aquí, hay algo que quisiera enseñarte. – Dijo Lia, mientras tomaba de la mano a su novio.
Se van a un lugar detrás de unos stands donde hay algún tipo de utilería que no está en uso. Es un espacio relativamente pequeño y discreto, el cual serviría para las intenciones que Lia tenía en mente.
Allí comienza a besar a su novio con mucha energía.
- No te preocupes, no hay cámaras en este lado. – Dice Lia, continuando con lo suyo.
Aunque con algo de temor a ser descubiertos, Steven parece haberse acostumbrado a hacerlo con Lia en lugares donde serían fácilmente atrapados.
Comienzan a hacer el amor en aquel lugar, escuchando el bullicio de la música y las conversaciones de la gente que transitaba, conversaciones que parecían que se realizaran a solo algunos pocos metros de donde ellos estaban.
- ¿Estas feliz por hacer toda tuya a una chica mágica? – Pregunta coquetamente Lia, mientras ambos mueven sus cuerpos haciendo tambalear la mesa en donde ella se apoyaba. - Entonces, asegúrate de llenarme de magia tanto como puedas... no quiero que te contengas.
Mientras Lia acaricia la espalda de su novio, puede notar las heridas que le había ocasionado el enfrentamiento de hace unas horas. Ahora él tendría marcas en su cuerpo que recordarían la ocasión en que no dudo en proteger a Lia aun a costa de su propia integridad.
Lia las acaricio con ternura, justo antes de que sus movimientos comenzaran a cobrar más fuerza. Llegado el momento del clímax, ambos apoyaron sus frentes el uno con el otro, recuperando el aliento por aquel momento lleno de adrenalina.
Apenas en ese instante, Lia recordó que tenía que está pendiente sobre el posible cambio en el cuerno de su pecho. Pero su "Heart Piece", el cuerno que tiene en su pecho, aun se encontraba parpadeando tenuemente.
