Por primera vez Lia había conseguido interrumpir una de las muchas pesadillas que la venían atormentando durante todos estos años. Eran, posiblemente, recordatorios de sus traumas y rencores que aparentaba haber superado, pero en realidad, habían estado ocultos en su subconsciente.

Se siente feliz por este pequeño avance y tiene la esperanza de ir resolviendo este problema hasta erradicarlo por completo de su mente. Al mirar a su lado, le causa ternura ver a su novio dormido plácidamente, así que opta por acurrucarse con él.

- Me gustaría saber que estas soñando. – Susurra en voz baja Lia, mientras mira tiernamente a su novio. - Aunque nunca he intentado algo de esta naturaleza antes, así que tampoco podría permitirme practicar contigo.

Lia recuerda como rompió su promesa de no usar sus poderes psíquicos en su novio, pero que al sentirse amenazada por la presencia de su exnovia termino haciéndolo de todas formas.

- Te juro que esa fue la última que incumplo con una de mis promesas... amor mío.

Es el cansancio el que termina por ayudarla a volver a descansar, esta vez sin sufrir de algún mal sueño.

A la mañana siguiente puede sentirse en todo el lugar una brisa inusualmente fría, cosa que motiva a ambos a quedarse en su habitación para desayunar mientras miran la televisión.

- Es una lástima lo del mal tiempo. – Comenta Steven. – Me hubiera gustado conocer el resto de islas, pero va a ser muy difícil con estas condiciones.

Las vacaciones ya están por llegar a su fin. Cuando mucho ambos tendrían un par de días para disfrutar del lugar antes de regresar a casa.

- ¿Te das cuenta que cuando regresemos tendrás que explicarle a Tommy que ahora eres tu tanto mi entrenador como mi novio? – Dice Lia, sonriendo al hacer esta pregunta.

- Sí, estoy al tanto de ello. Sé que será una conversación bastante rara, pero ya pensaré en algo.

Luego de terminar, ambos deciden salir a pasear por la isla.

El asunto de superar su problema con las pesadillas todavía rondaba la cabeza de Lia, así que cuando vio que se acercaban al Café Pokemon le pidió a su novio quedarse un rato en aquel lugar.

- Siento pedirte esto de nuevo, pero en verdad me gustaría reunirme con una amiga que hice en la isla, ya que nuestras vacaciones ya van a terminar. – Dice Lia, disculpándose por esta petición. - Te prometo que pasaremos todo el resto del día juntos ¿Te parece?

- Claro. Por mí no hay problema. – Responde Steven. - Solo no olvides comunicarte conmigo si las cosas se complican.

- Me hace feliz que te preocupes por mí, pero todo estará bien. – Dice Lia, mientras se despide de su novio con un tierno beso.

Mientras él se alejaba Lia estaba parada en la puerta del café.

- Bueno, ya estoy aquí... no hay marcha atrás... - Se dice a sí misma, dándose algo de valor antes de ir a hablar con aquella Hatterene.

- Vaya... ¿Que empalagosos se ponen tú y tu novio humano? ¿Verdad? – Dice Hanna, quien se aparece por detrás de Lia, dándole un buen susto.

- ¡N-no me sorprendas de esa forma! – Le dice Lia. - Casi se me da un ataque...

- En verdad lo siento. – Dice Hanna, con una sonrisa que indicaba más bien haber disfrutado de la reacción de Lia. - Dime ¿Qué puedo hacer por ti?

Aun con la pena de pedirle un favor a una desconocida, Lia prosigue.

- ¿Tendrás... un momento para hablar conmigo?

Hanna entiende que aquella Gardevoir está haciendo de lado su orgullo al venir a buscarla, así que se muestra muy comprensiva con ella. Esta lleva a Lia hacia la parte trasera del café, en donde hay un jardín muy bien cuidado, además de un par de mesas pequeñas y sillas.

Lia se toma un momento para ordenar sus ideas y luego continua.

- Tengo un problema... y realmente no sé a quién más acudir.

Lia le explica, omitiendo algunos detalles, el problema que tiene con sus pesadillas a lo que Hanna escucha atentamente.

- Podría adentrarme en tus memorias y buscar la causa de tus problemas oníricos. Pero esto sería indagar en tu privacidad, y algo me dice que esa no es una opción para ti.

Lia mira avergonzada hacia otro lado, dándole la razón a Hanna.

- Hey, tranquila. - Agrega Hanna, tratando de animarla. – Me alegra que me hayas tomado en cuenta para ayudarte. Admitir que tienes un problema es el primer paso para solucionarlo.

Hanna comienza a hablarle sobre como la meditación es una herramienta clave para los pokemons psíquicos. Se toma su tiempo para explicarle en aquel tranquilo lugar las formas en la que esta se debe practicar y contarle sobre un lugar en la isla en donde es el lugar indicado para hacer esto.

Por su parte, Steven estaba recorriendo los comercios locales, sintiéndose atraído por puestos callejeros de artículos varios.

- Oiga, señor. Deténgase ahí un momento. – Exclamo una de las vendedoras, quien vestía una capucha oscura y ropa del mismo color. – Veo que el destino lo ha traído hasta aquí ¿No es extraordinario cuando el viento sopla a nuestro favor?

Steven se acerca hasta ella porque le pareció graciosa su forma de llamar la atención. Su puesto vendía artículos relacionados a la magia, piedras de diferentes formas y colores, etc.

- Puedo notar que eres una persona muy amable, es por eso que gente como usted puede ser presa fácil de seres malignos que quieran aprovecharse de usted. – Dice la vendedora, moviendo las manos de extrañas maneras. – Pero no se preocupe, por un módico precio puede comprar este collar de Cianita el cual podrá protegerlo en todo momento mientras lo lleve puesto.

Más que hacerle caso en sus explicaciones, a Steven le había gustado el aspecto de esa piedra. Pensaba en comprárselo a Lia como recuerdo de su viaje.

Tras negociar por el precio, Steven termina comprándolo.

- Gracias por su compra. Comenzará a notar como a partir de hoy todas las energías negativas que hubiera absorbido su cuerpo desaparecerán por completo.

Sin hacer mucho caso a esto, Steven va de camino al hotel para guardas las cosas que había comprado. Sin embargo, imágenes extrañas comienzan a ser evocadas en su mente.

Por su parte, Lia había terminado de aprender las nociones básicas sobre la meditación gracias a Hanna.

- Realmente aprecio todo o que has hecho por mí. – Dice Lia. – No sé si en algún momento pueda pagarte por este gran favor.

Hanna sonríe y se acerca a ella.

- Creo que ya no será necesario que lleves esto. – Dice Hanna, mientras retira el collar de Lia. – El tiempo en que estuve contigo he notado como tu aura ha cambiado para bien. Espero no volver a tener que intervenir.

Lia asiente con la cabeza y se despide, teletransportandose a la ubicación de Steven.

Al darse cuenta, está en medio del camino que la llevaba al hospedaje.

- Amor, ya terminé con mi reunión. – Dice Lia, muy feliz por lo que había aprendido con Hanna. - Dime ¿Qué te gustaría hacer? ¿Te parece bien pasar el día en la playa?

Algo inusual había en el semblante de Steven. Parecía confundido, como si algo malo le hubiese sucedido. Sin mencionar que tenía consigo una palidez inusual.

- ¿Sucedió algo? – Dice Lia preocupada, acercándose a su novio.

Antes que pudiera tocarlo, él estira su mano, indicándole con esto que no la quiere cerca de él.

Con mucho esfuerzo logra mirar a Lia para poder decirle por fin lo que estaba sucediéndole.

- Sé todo lo que hiciste.