Hooola mis chicas!
No sabéis lo contenta que estoy, de que os guste el fic; muchas gracias por el recibimiento que le habéis dado a la historia. Vamos a ver que tal van esas presentaciones, después de la entrada triunfal de Bella jejejejeje...
Espero que os guste; nos leemos abajo ;)
DISCLAIMER: Los personajes son propiedad de la estimada señora Meyer, yo solo juego con ellos. Personajes que no pertenecen a la saga, cosecha propia. Expecto Forks, lugares y localizaciones relaes.
Canción del capi: It´s my life de Bon Jovi
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Capitulo 2: Presentaciones
La mente de Bella no daba con una fórmula para levantar la cabeza del suelo y poder mirar a las cuatro personas que la rodeaban sin querer que se la tragase la tierra... ¿cómo demonios podía ser tan patosa...?
-¿Bella?- oyó que la llamaba Alice, preocupada -¿estás bien?
-Quizá se haya hecho daño, el golpe ha sido considerable- habló uno de los integrantes del grupo, aunque no reconoció a cual de ellos pertenecía la voz. Haciendo acopio de valor, lentamente posó sus manos en el suelo, dándose impulso para incorporarse. Sintió que varias manos la agarraban de los brazos, ayudándole en la tarea.
-Estoy bien- murmuró casi para el cuello de su camisa, y roja como una amapola.
-¿Segura?- sus ojos se dirigieron hacia el dueño de esa voz; Jasper Whitlock la miraba con preocupación, al igual que su esposa Alice.
-Seguro- acertó a responder, metiendo sus manos en el bolsillo trasero de sus pantalones vaqueros.
-Menudo susto me has dado- exclamó Alice divertida, quitándole hierro al asunto. Bella agachó la mirada, fijándola unos segundos en el suelo, de repente la cosa más fascinante del mundo -ahora que estamos todos, quiero presentaros a Isabella Swan, mi nueva colaboradora- anunció.
A Bella no le quedó otro remedio que levantar la vista del suelo. Cinco pares de ojos la miraban de manera curiosa, pero a la vez divertida. Los que más le llamaron la atención fueron los verdes del que todavía no había pronunciado palabra alguna.
-Bienvenida; soy Jasper Whitlock- inició este la ronda de presentaciones, tendiéndole la mano, que Bella estrechó. Sus rizos rubios rodeaban su cara, y sus ojos color marrón oscuro la miraban con afecto y simpatía.
-Un placer- contestó la joven castaña.
-Sam Ulley- dijo otro de los miembros del grupo, imitando el gesto amistoso de su colega Jasper. Alto, moreno y con unos brazos anchos y fuertes, tenía un aire de arrogancia y chulería, o al menos eso desprendía en las entrevistas que Bella había visto y escuchado del grupo, pero su tono de voz era amigable.
-Jacob Black- la mente de Bella seguía bloqueada... dios... ¿en qué mundo pasaba que tus ídolos y los de tu fallecido hermano se autopresentaran tan tranquilos, como si fueran compañeros en su primer día de universidad...?
-Un placer conocerte- habló atropelladamente. Al igual que Sam era moreno y alto, muy alto... no en vano eran primos hermanos.
-Seguro que ya los conocías de antes, por la forma en que tarareabas la canción- repuso Alice, divertida. Bella intentó esbozar una sonrisa, pero en vez de eso le salió una graciosa mueca -eso ha quedado patente- murmuró, avergonzada consigo misma.
-Yo soy Emmett- dios... era tan alto y grande como en las fotos -por fin Aro le contrata una ayudante a Alice que entienda de buen rock- la frase, dicha con tanta naturalidad, hizo que el pequeño grupo contuviera la carcajada, incluso le sacó una sonrisa a la propia Isabella.
-¿Y Jane?- interrogó Sam, mirando a a la joven morena.
-Se ha despedido esta mañana, adivina...- repuso sarcástica, mirando a Edward con una ceja arqueada. Este carraspeó de manera incómoda.
-Otra vez- rodó los ojos Jasper, a la vez que Emmett y Jake contenían la risa.
-No es mi culpa; malinterpretó las cosas- se excusó, sacando un cigarrillo y llevándoselo a la boca. Emmett le hizo un gesto con la mano, para que le diera uno a el, cosa que hizo.
-Si dejaras de acostarte con todo lo que lleva faldas- murmuró Alice, con los dientes apretados.
-Lo que yo haga en mi vida no es asunto tuyo- respondió el aludido, rechinando los dientes y sacando el humo del tabaco por la nariz.
-Demasiado guapa, pero tonta... te lo dije, Ed- suspiró Sam de forma dramática.
-Uh oh...- exclamó Jake, dándole un codazo amistoso a Bella, que lentamente procesaba la información; los rumores eran ciertos... Edward Cullen era un casanova.
-Además, ella entendía de música- se encogió de hombros Edward, antes de dar una calada al cigarrillo.
-Claro; por eso se pensaba que cuando hablábamos de sus satánicas majestades hacíamos referencia a una serie de terror de la CBS- apostilló Emmett, rodando los ojos y sacando el humo por la boca. Bella no pudo contener la carcajada, y eso hizo que esos ojos verdes se fijaran por fin en ella, de manera directa.
-Ya que parece que entiendes tanto de música, Elizabella... ¿tú sabes quiénes son sus satánicas majestades?- la ceja de Bella se arqueó, que tipo más arrogante; en verdad en las entrevistas no parecía así, a pesar de su fama de mujeriego... pero su voz igual hacía babear mentalmente, al igual que cuando cantaba.
-Los Rolling Stones... y es Isabella- pronunció cada sílaba de su nombre entre dientes, un poco enfadada. Edward arqueó una ceja, pero a la vez acabó sonriendo con malicia de manera disimulada.
-Esa era fácil- exclamó Sam -otra pregunta- propuso jovial.
-Me toca- casi bailó Emmett de la emoción; la cara de la joven era un poema.
-No te enfades, Bella- le suplicó Jake. Con un suspiro de paciencia, se volvió a Emmett.
-Dispara- le instó. Alice sonreía, apoyada en el pecho de su marido, que rodeaba su cintura con ambas manos.
-¿Sabes quién es Lars Ulrich?- interrogó -te doy una pista, es uno de mis ídolos- Bella rodó los ojos.
-El batería, colíder y cofundador de Metallica- replicó cual lección de escuela primaria. Otra cosa no, pero de rock sabía demasiado, había tenido un buen maestro -¿debo pasar algún tipo de examen o algo?- preguntó, con los brazos cruzados y mirando a la banda de hito en hito.
-Simple curiosidad- se encogió de hombros Sam -normalmente las chicas que han trabajado con Alice... ya me entiendes- le explicó a la chica.
-Wow... tú si que sabes- cantó contentó Emmett, ofreciéndole la mano para que la chocara con la suya, gesto que Bella realizó entre risas.
-Bienvenida a bordo- Jake le rodeó los hombros con un brazo -nos lo pasaremos muy bien.
-Eso parece- contestó, todavía un poco alucinada; no podía esperar llegar al hotel y contarle a Ang las noticias; su novio Ben era fan del grupo. Quizá pudiera conseguirles entradas para el concierto de Seattle.
El grupo decidió tomarse media hora de descanso, de modo que todos ellos se dirigieron a uno de los camerinos. Bella observaba a su alrededor, con los ojos como platos. La habitación era más grande que toda su casa y su jardín de Forks juntos. La estancia estaba amueblada con confortables sofás de cuero negro, esparcidos a lo largo de toda la habitación. Varias mesas descansaban pegadas a la pared, llenas de botellas de agua, refescos, cerveza y uan variedad de snacks y bocadillos. También había un improvisado armario, que no era otra cosa que una larga vara de metal sostenida por dos soportes, llena de ropa. En una esquina, una estantería llena de toallas, y diversos artículos cosméticos.
Una de las paredes estaba llena de fotografías de varios de los grupos musicales y cantantes que habían tocado allí.; Bella pudo reconocer a Pearl Jam, Red Hot Chilli Peppers, Bruce Springsteen, U2, Jim Morrison, Nirvana, Scorpions, Guns N´ Roses... todos sus ídolos y los de Riley estaban colgados en esa pared, sin contar que también había fotos de Justin Timberlake, Eminem, Britney Spears, Beyoncé, Rhihanna...
No pudo evitar sonreír al ver una fotografía antigua, de los propios Slave Heart; debía ser de los inicios del grupo, ya que lucían ese look casi ochentero de los viejos rockeros. Pantalones ajustados, chaquetas de cuero con miles de flecos colgando y todos ellos con el pelo por debajo de los hombros.
-Esa pertenece a la primera gira- se giró para encarar a Jasper, que se había acercado a su posición -han pasado más de diez años- susurró, con una pequeña sonrisa.
-¿Puedo hacerte una pregunta?- inquirió con verdadera curiosidad; Jake y Sam se habían acercado a ellos. Jasper tomó la botella de agua que le ofrecía Sam.
-Claro- contestó Jake.
-¿Porqué desde vuestro cuarto ábum cambiastéis vuestro look?- preguntó, ni corta ni perezosa. Jasper y Sam sonrieron, al igual que Jake -como fan, siempre me lo he preguntado.
-¿Así que admites que eres nuestra fan?- le dijo Jake, dándole otro codazo amistoso.
-Lo que nos faltaba, una gruppie histérica- refunfuñó Edward, rodando los ojos. La cabeza de la joven giró como un resorte, para encarar al cantante que, hasta esa misma mañana, más admiraba.
-¿Disculpa?- respondió Bella, cabreada -que sepa apreciar la buena música no quiere decir que me desmaye en vuestra presencia, ni que sea una acosadora enfebrecida.
-Pues poco te ha faltado; cuando has entrado te has quedado con la boca abierta y petrificada- objetó Edward, cruzando sus brazos y mirándola de manera extraña.
-Perdona por enterarme de que iba a trabajar para un grupo que en verdad, admiro; cualquiera se hubiera caído de espaldas.
-Pero si estabas todo emocionado cantando; pensé que ninguno os habíais dado cuenta de que estábamos ahí- se metió ahora Alice. La cara de Edward no mostró emoción alguna, pero tampoco dijo nada, cosa que extrañó a Jake; Jasper y Emmett miraban la conversación cual partido de tenis, y por lo que parecía, se estaban divirtiendo mucho.
-Como sea- hizo un gesto con la mano Edward -la próxima vez procura no caerte, o no ganaremos para amplificadores- Emmett se tapó la boca con una mano, evitando la carcajada.
El cabreo le iba subiendo a la cabeza por momentos... ¿quién se creía este tipo que era para hablarle así?; puede que no fuera una modelo perfecta, como debía ser la tal Jane... pero eso no le daba derecho a este divo insoportable a tratarla de esa manera. Iba a responderle, pero justo el teléfono de Edward sonó; miró la pantalla frunciendo el ceño y se disculpó en voz baja, saliendo apresurado y dejándola con la palabra en la boca.
-Será idiota...- maldijo Bella entre dientes, pero se percató de que cinco pares de ojos la miraban de manera curiosa y divertida, y de repente la vergüenza volvió a su rostro... ¿qué pensarían de ella...? -lo siento- se disculpó -mi primer día de trabajo y ya me he ganado un enemigo, en verdad yo no quería...
-No te disculpes, Bells- arqueó una ceja ante el diminutivo que usó Emmett, pero no dijo nada -Edward es... así.
-Verás como poco a poco os llevaréis mejor- la consoló Alice, pasando un brazo por sus hombros.
-No le des importancia; tiene un sentido del humor muy peculiar; simplemente hay que conocerlo bien- habló ahora Sam.
-Es insoportable- rechinó sus dientes y cruzó sus brazos.
-Anda, ven- la instó Alice para que se sentara en el sofá -creo que antes hiciste una pregunta.
-Cierto- su vista enfocó de nuevo a los cuatro integrantes de la banda, que también imitaron la acción, acomodándose en el sofá. Emmett y Sam bebían sus cervezas y fumaban tranquilamente, mientras que Jake y Jasper la miraban -¿por qué ese cambio de look?
-Todas las bandas evolucionan- tomó la palabra Jasper -nos dimos cuenta de que, después de un tiempo y ya con el grupo consolidado, de que los tiempos habían cambiado.
-Esas melenas que lucíamos- rodó los ojos Emmett, haciendo que Bella riera bajito -cada vez que veo esas imágenes siento escalofríos -y esas chaquetas de cuero...
-Parecías una oveja, con todos esos rizos largos y alborotados- se burló ahora Sam, ganándose un golpe por parte del aludido.
-Queríamos seguir siendo nosotros, pero estaba claro que necesitábamos un cambio; los años ochenta fueron muy buenos para el rock, pero eso ya no se llevaba.
-Pero vuestras canciones, o algunas, también han evolucionado; aunque todavía se puede sentir la esencia de los primeros discos- inconscientemente, a la mente de Bella vinieron las imágenes del divo insoportable, con esa melena cobriza por debajo de los hombros, que bien podía rivalizar con su melena castaña; ¿por qué demonios pensaba en él...?
-Jasper, Jake y Edward son los que componen- le explicó Emmett -no es extraño que los grupos como nosotros canten baladas, u otros estilos fusionados con el rock; mira Aerosmith, Metallica y compañía- enumeró.
-Aunque a Edward no le gusten- rodó los ojos Jake -no le va mucho, pero se le da bien.
-Pues algunas son preciosas- contestó Bella, con una pequeña sonrisa.
-Gracias por la parte que nos toca- Jasper inclinó la cabeza, haciendo una graciosa reverencia -¿has escuchado algo del nuevo disco?
-Apenas un par de canciones, pero tiene muy buena pinta- respondió Bella.
Durante un buen rato, todos mantuvieron una divertida y relajada conversación. La joven castaña y Alice les contaron el periplo en las oficinas de Aro esa misma mañana, y como al final, le habían ofrecido el trabajo. Todos se sorprendieron y se divirtieron mucho con el relato, incluso le preguntaron donde había nacido y crecido. Bella se relajó, y disfrutó de la charla, incluso les preguntó acerca de su vida a ellos. Siempre había sido muy curiosa y nada tímida, y además el grupo la había acogido muy muy bien... excepto uno.
La conversacion se vio interrumpida cuando entró Edward y una rubia despampanante, que literalmente estaba colgada de su cuello. Bella frunció el ceño, ya que el rostro de esa chica lo había visto en alguna parte...entonces... ¿qué demonios pasaba con la tal Jane...?
-Hola chicos- habló la escultural mujer, con una sonrisa estridente y estúpida.
-Gianna- saludó Alice, de manera seca; Emmett la miró con una ceja arqueada, pero dio un trago a su cerveza y no dijo nada. Jasper y Sam también pasaron de ella, solo Jake saludó con un movimiento de cabeza.
-¿Qué te trae por aquí?- habló ahora el batería de la banda. Bella por fin procesó el nombre... claro... Gianna Sommers, intento de modelo, y altamente conocida por sus escarceos con todo personaje famoso que se le pusiese a tiro.
-¿No puedo venir a ver a mi novio?- su voz chillona y aniñada hizo que Bella rodara los ojos hacia sus adentros.
-No somos novios- la corrigió Edward- dejémoslo en amigos con derechos- musitó casi para sus adentros. La cara de Gianna era un poema, pero al segundo se le olvidó cuando Edward la arrastró hacia uno de los sofás, sentándola en su regazo y besando su cuello.
-Creo que sobramos- exclamó Jake, levantándose.
-Opino lo mismo, el aire está demasiado cargado- la frase de Emmett hizo que Gianna le fulminara con la mirada -vamos Bells, te mostraremos el escenario; Edward, quince minutos y volvemos al ensayo- le advirtió.
-Ajam...- fue lo último que acertó a decir, sin levantar la vista y los labios del cuello esquelético de la modelo.
Bella siguió a Jake y Emmett hacia el escenario; Alice y Jasper se disculparon unos minutos, y la joven los vio alejarse y sacar a ella un teléfono para poder hablar. Encogiéndose de hombros, con todo el cuidado que pudo y sorteando los cables, sus pies la llevaron hasta el mismo centro del escenario, justo frente a donde estaba ubicado el micrófono de Edward. Dado que el escenario estaba bastante elevado, la vista era impresionante, y Bella se imaginó todo ese espacio, ahora vacío, lleno de miles de personas, saltando y cantando las canciones de la banda.
-Es increíble- murmuró, acercándose más hacia el borde.
-Cuidado, no te tropieces- sus ojos enfocaron a Jake, que permanecía a su lado como un guardaespaldas.
-¿Qué se siente, cuando miles de personas corean a gritos vuestros nombres?- les preguntó, ya que Emmett se había acercado.
-Es un subidón de adrenalina- exclamó el último, jovial y contento -y desde mi trono, se ve mucho mejor- le señaló a Bella la plataforma, donde estaba colocada la muralla de platillos y tambores. Con su ayuda, pudo subir y sentarse frente al inmenso instrumento.
-Es cierto, tienes las mejores vistas- objetó ella, con una pequeña risa.
-Te lo dije- repusó este -haz lo honores, chica rock- le tendió las baquetas, que Bella cogió con precaución.
-Bells, chica rock... ¿pones motes a todo el mundo?- inquirió ella, curiosa.
-Son cariñosos- se disculpó, encogiéndose de hombros y con una sonrisa inocente -adelante- le volvió a insisitir. Bella dio un pequeño golpe a uno de los tambores que tenía enfrente, pero apenas se escuchó. Lo intentó de nuevo, pero la baqueta se le escurrió de los dedos; por suerte, el propio Emmett pudo atraparla antes de que saliera volando.
-Perdón- murmuró, mordiéndose el labio.
-Tranquila, pero tienes que pegarle con ganas- le aclaró, dando él mismo un golpe sordo y fuerte, que resonó en todo el estadio.
-Vaya- susurró Bella -debes de tener mucha fuerza, para poder aguantar los conciertos enteros.
-Pesas y ejercicio- le aclaró, haciéndole un gesto para que se quitara. Emmett ocupó su sitio, y ante la sonrisa de Bella, empezó a tocar los acordes de una de las canciones de la banda. Jake le acompañó, sentado en el borde de la plataforma y rasganado las cuerdas de una de sus guitarras con movimientos ágiles y rápidos.
Los ojos de Bella se cristalizaron cuando reconoció la canción... una de las favoritas de Riley; no pudo evitar acordarse de él, y de como no creería todo lo que le estaba sucediendo ese día. Alice y Jasper se acercaron, y la morena se alarmó al ver la expresión de esta.
-¿Estás bien, Bella?
-Sí- meneó la cabeza, en un intento de despejar su mente y sus lágrimas -solo me acordaba de...- calló, incapaz de pronunciar ese nombre, pero la mirada de confianza que le daba Alice le animó a hablar -de mi hermano; érais su grupo favorito- les dijo a los chicos, que habían dejado de tocar.
-¿Éramos?- le preguntó Jasper, frunciendo el ceño.
-Mi hermano mur... murió hace dos años- les explicó -en un accidente de tráfico.
-Lo siento mucho, Bella- expresó Alice, compungida y tomando su mano.
-En verdad lo sentimos, todos- habló Sam, en nombre del grupo. No se dio cuenta de que este y Edward se habían acercado a ellos.
-No pasa nada- le quitó hierro al asunto -poco a poco voy superándolo; si yo soy aficionada al rock, es por él- sonrió levemente.
-Has tenido un buen maestro- la frase de Jake hizo que riera, y que se animara un poco.
-El mejor- le dio la razón, suspirando y girando su vista de nuevo al frente. Quería enfocar el recinto, pero en vez de eso de encontró con unos ojos verdes que la observaban con curiosidad.
-Bueno, chicos; es hora de que volváis al ensayo- anunció Alice rompiendo el hielo -ven Bella, vamos a empezar a trabajar un poco.
Las dos se fueron hacia los camerinos de nuevo, a la vez que la música volvía a sonar en Staples Center.
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Por fin, la noche del concierto había llegado. El día de ayer había continuado tranquilo, más o menos. Mientras duraba el ensayo, Alice le había puesto al día con todo el trabajo y papeleo que iba a manejar; también se enseñó a manejar el teléfono y el Ipad, y le pasó un pequeño pen drive, con todo de lo que debían ocuparse para la promoción del nuevo disco y las fechas de los conciertos que debían cerrar.
También le explicó que ella no trabajaba en la sede de la discográfica, sino que lo hacía en su propia casa, donde el grupo tenía su cuartel general, incluyendo el estudio de grabación. Según la dirección que le dio, la casa del matrimonio Whitlock se encontraba en una zona residencial denoninada El Valle de San Fernando o simplemente El Valle, barrio ubicado en plenas colinas de Hollywood. Bella se preguntó mentalmente a quien tendrían de vecinos, de seguro a gente famosa; le resultaba imposible imaginar a gente como Jennifer Anniston, que se sabía que vivía por esa zona, sacando la basura por la noche.
El ensayo terminó muy trade, incluso cenaron en Staples Center; Alice y Jasper se ofrecieron a dejarla en el hotel, ya que era casi medianoche y según ellos, el transporte público ya no era seguro a esas horas. Esa noche, después de quitarse la ropa y por fin, tumbarse en la confortable y mullida cama, hizo un repaso mental a todo lo que el día había dado de sí.
Pero el cansancio acumulado hizo acto de presencia, y enseguida cayó en un profundo y reparador sueño, cosa que hizo que a la mañana siguiente se levantara casi a las once de la mañana. Menos mal que Alice le había dicho que debía de estar a las cuatro de la tarde en el estadio.
Pasó lo que quedaba de mañana tranquila, incluso salió a dar un paseo alrededor del hotel, aprovechando para comprar el periódico y empezar a echar un vistazo a los pisos de alquiler, no quería abusar de la buena voluntad de su ahora jefe, Aro Vulturi.
Y allí estaba, desde la cuatro de la tarde en el mismo escenario que ayer, pero con mucho más revuelo que el día anterior. Bill le entregó su acreditación que inmediatamente colgó en su cuello, y también conoció a Seth, Embry y otros miembros del equipo técnico. La banda estaba encerrada en el camerino, relajándose y charlando con diversas personas vip que iban a asistir al concierto; personas a las que la joven había muchas veces en la televisión y en las revistas.
Los operarios iban de un lado para otro, probando luces, sonido e imágenes en las enormes pantallas que coronaban los laterales del escenario, y revisando de manera minuciosa las pasarelas laterales, por donde había visto ayer que Edward se movía. Una hora antes de que empezara en concierto, los invitados estelares empezaron a abandonar el camerino, y Bella asisitió al ritual del grupo antes de un concierto. Jake y Sam afinaban y tensaban las cuerdas de los bajos y guitarras, Jasper repasaba el repertorio con Edward, y Emmett, ayudado por Seth, masajeaba sus brazos, y se colocaba una especie de guantes sin dedos.
-Bella- la llamó Alice -quiero presentarte a alguien- la joven la siguió, y en el lateral del escenario, donde iban a seguir ellas el concierto, conoció a Emily, la simpática mujer de Sam, y al padre de Jake y a su vez, tío del mismo. Su boca se abrió cuando una impresionante mujer rubia se acercó a ellas, sonriendo.
-Pensé que no llegaba- exclamó, un poco jadeante, dándole a Alice y Emily un abrazo rápido -el avión se retrasó- rodó los ojos.
-Llegas justo a tiempo; te presento a Bella, mi nueva colaboradora; ella es Rose- la chica rubia sonrió, acercándose y dándole dos besos, que esta aceptó, petrificada. Ante ella estaba la modelo internacional Rosalie Hale, una de las mujeres por la que la mitad de la población masculina del planeta suspiraba; ángel de Victoria´s Secret, modelo de cabecera de diseñadores como Dior o Dolce y Gabanna... dios... era aun mucho más guapa en persona, y altísima. Vestía vaqueros, un top rojo y zapatillas deportivas, y su pelo recogido en una coleta baja.
-Encantada- acertó a pronunciar Bella.
-Es un placer conocerte... ¿pero dónde está la cabeza hueca de Jane?- interrogó, frunciendo el ceño.
-Adivina- habló Emily, conteniendo la risa. Rosalie rodó los ojos.
-Entiendo- habló hastiada -¿ha venido Gianna?- preguntó con una mueca de asco.
-Estuvo aquí ayer- le contó Alice -no creo que venga, dada la hora que es.
-Mejor; voy a desearle suerte a Emmett- les guiñó un ojo de manera cómplice -vuelvo enseguida. Bella recordó que ella era la eterna novia de Emmett... madre mía, en verdad su mente no podía procesar más datos.
La multiud ya chillaba y aplaudía de manera alarmante, y Bella supo que se acercaba el momento. Vio a los cinco hacer piña, antes de salir al escenario, para después adelantarse todos menos Edward. Jake levantó el puño, después de hacer una reverencia al público. La multitud chillaba como loca; Jasper también saludó, al igual que Sam, y Emmett levantó sus brazos, cruzando las baquetas para después sentarse en su batería.
Rose volvió con ellas, y las notas de la canción que abría el concierto empezaron a sonar. Bella no vio salir a Edward, ataviado con unos pantalones de cuero negros y una camiseta del mismo color de manga corta, que apareció en el escenario como por arte de magia; el estadio se cayó, literalmente, cuando su voz empezó a cantar, acompañado por Jake y Jasper en los coros. Joder... todavía no podía creer que tuviera a Slave Heart a solo unos pasos.
Observó a Rose, Emily y Alice saltar y aplaudir mientras cantaban, como todo el público allí reunido. Se sintió cohibida, bastante había hecho el ridículo ayer... pero la voz de su jefa se coló por sus oídos.
-¡Vamos, Bella!- la animó -tu hermano no querría verte así- La letra de esa canción le hizo sonreír, y no pudo hacer otra cosa que ponerse a cantar y a saltar, coreando a pleno pulmón la letra de uno de los tantos éxitos del grupo... porque eso querría su hermano, que ella viviera cosas bonitas... que viviera su vida, y que disfrutara de todo lo que estaba pasando...
"Es mi vida,
es ahora o nunca.
No voy a vivir para siempre...
sólo quiero vivir mientras estoy vivo..."
Disfrutó; aplaudió y saltó como loca cantando esa canción, y todas las que siguieron... y pudo jurar que pilló a Edward mirándola unos ínfimos segundos, y hasta pudo atisbar el amago de una pequeña sonrisa. Sería un divo insoportable... pero que bien cantaba.
Gracias mis chicas, por acompañarme de nuevo en esta divertida aventura; a las que presionáis el botón de alertas y favoritos, a las lectoras silenciosas... a las que dejáis vuestras impresiones y opiniones:
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