Hola mis chicas guapas!
Lamento el retraso, pero me ha sido imposible subir el capi antes... semana complicada; ya podéis perdonar.
Bien, al lío. Vamos a ver como va ese arranque de gira; os advierto que no penséis que las cosas entre estos dos serán fáciles jejejejeje...
Capítulo dedicado a mi querida Ana Milhoja, que ayer fue su cumple.
Espero que lo disfrutéis; nos leemos abajo ;)
DISCLAIMER: Los personajes son propiedad de la estimada señora Meyer, yo solo juego con ellos. Personajes que no pertenecen a la saga, cosecha propia. Expecto Forks, lugares y localizaciones reales.
Canción: Living on a prayer de Bon Jovi
www. / watch?v=oCCQ-xqZmjo
Capítulo 6: Empieza el espectáculo
El viaje hasta Ciudad del Cabo, la ciudad elegida para que empezara la gira, transcurrió sin ningún percance relevante. El avión privado que llevaría al grupo a lo largo y ancho de todo el mundo dejó a Bella sin aliento. Era como ir en primera clase, pero sin tener la incomodidad de cientos pares de curiosos ojos puestos en el grupo. Cuando el equipo técnico y de seguridad y la banda se reunireron en LAX, el aeropuerto internacional de Los Ángeles, Bella en un principio pensó que iría en un vuelo regular, como viajaban Bill, Seth y el resto del equipo.
Pero Alice no se lo permitió, de modo que se vio en el interior del jet, sentada en un confortable y amplio asiento de cuero beige. Debido al cambio de horario, ya que había diez horas de diferencia, y contando la distancia de vuelo, salieron de Los Ángeles a las diez de la noche y llegaron también de noche, así que una vez que se registraron en el hotel, perteneciente a la lujosa cadena One and Only, Bella y Alice, acostaron a los niños; María, el ama de llaves de Jasper y Alice, viajaría con ellos hasta que los niños tuvieran que regresar. Amy dormía con Akane, Hachiko y Kyo en una espaciosa habitación, al lado de la de Alice y Jasper y justo enfrente de la de Edward.
A la mañana siguiente, María se quedó con los niños en la piscina del hotel, debidamente custodiados por dos guardaespaldas, mientras que Alice y Bella se levantaron temprano y cafés en mano, repasaron la intensa mañana que tenía la banda por delante.
Para empezar, a las nueve de la mañana daba comienzo una ronda de entrevistas para distitnos medios escritos, en el salón de una inmensa suite que les había proporcionado el hotel para ese fin. En total, Bella contabilizó dieciseis pequeñas entrevistas, de máximo quince minutos de duración. La joven, Ipad en mano, iba de un lado para otro, confirmando los nombres y entregando los pases acreditativos, ya que muchos de ellos cubrirían el concierto, que era esa misma noche.
Tres horas más tarde, y después de despedir al último periodista de esa interminable ronda de entrevistas, los chicos se tomaron un descanso, antes de la rueda de prensa televisada, que se celebraría en una hora en uno de los salones del hotel; después tenían horas libres hasta que a media tarde se dirigieran al estadio Green Point, lugar donde se celebraba el concierto.
-Por fin- alzó los brazos Emmett y estirándose, todavía sentado en el sofá.
-Deberíamos citarlos a todos a la vez; total, en la mayoría de los casos hacen las mismas preguntas- se encogió de hombros Sam, mientras se levantaba y sacaba su teléfono móvil. Bella tomó asiento, dejándose caer al lado de Jake.
-¿Qué tal todo?- le preguntó este, mientras Alice llamaba al servivio de habitaciones y ordenaba un pequeño almuerzo.
-Me duele la cabeza- murmuró Bella, masajeándose las sienes -apenas he dormido, por el cambio de horario.
-¿Te has tomado la pastilla?- le preguntó Jake, cruzándose de brazos. Este, después de la conversación con Bella en su casa, había investigado por su cuenta, y sabía que las frecuentes jaquecas podía ser debido a su hipotiroidismo.
-¿Ahora eres su médico?- se cruzó de brazos Edward, antes de que esta pudiera responder; desde que Bella le echó un clable con Amy la noche de la fiesta, parecía que las cosas entre ellos se habían tranquilizado.
-Solo me preocupo- se encogió de hombros Jake.
-Basta, los dos- exclamó Bella, quitándose las gafas y frotando sus ojos.
-A la orden, mi sargento- la picó Edward, lo que hizo que esta le mirara con el ceño fruncido.
-Primero, no soy una sargento- le aclaró, mirándole con unca ceja alzada -y sí, papá- se volvió ahora a Jake, me he tomado la pastilla- rodó los ojos, ante la risa de Emmett y Jasper.
Por suerte, el servivio de habitaciones llegó, y unos minutos después aparecieron los niños. Amy corrió hasta los brazos de su padre, pegando un salto y sentándose en sus rodillas.
-¿Qué tal en la piscina?- le preguntó Edward a su hija.
-Bien; pero Kyo no hacía más que quitarnos la pelota- refunfuñó.
-Y de salpicarnos agua- protestó Akane, sentada al lado de Jake. Hachiko, como siempre, estaba acurrucada en los brazos de su padre.
-¿Ya estás haciendo rabiar a las chicas?- le preguntó Emmett de forma graciosa al pequeño, que revoloteaba al lado de su madre -empiezas pronto- se rió, al ver la sonrisa maliciosa en cara del niño.
-¿Qué queréis comer, chicos?- preguntó Jasper a sus hijos, intentando que les hiciera caso, y Edward hacía lo mismo con Amy.
-Hamburguesas- propuso Akane.
-Pasta- pidió Amy -con salsa de tomate.
-Yo no tengo hambre- se cruzó de brazos Kyo, que era el que peor comía de todos.
-Pues hay que comer, así que tú verás- le medio reprendió su padre.
-Yo voto como Akane, hamburguesas- propuso Jake, uniéndose al debate como si fuera uno de los niños.
Por suerte, para la rueda de prensa todavía quedaban dos horas; finalmente los niños almorzaron, y los adultos también. María se los llevó cuando terminaron de comer, y pudieron discutir algunas de la preguntas que podrían surgir durante la conferencia.
-¿Vais a hablar de los seis temas inéditos que van a aparecer en el recopilatorio?- preguntó Alice, de manera general.
-Podríamos dar un pequeño adelanto- propuso Jake.
-Todavía es demasiado pronto- protestó Edward.
-Pero sería bueno dar a conocer ese pequeño detalle- meditó en voz alta Emmett -la gente se espera solo los temas remasterizados, no los nuevos.
-Creo que debemos esperar- volvió a insistir Edward.
-Tú eres el encargado de escribir estos seis temas- suspiró Jake, cruzándose de brazos -y a excepción del que ensayamos antes de venir, todavía no sabemos nada de los otros cinco- Bella agachó la cabeza, mirando a la pantalla de su Ipad, oliéndose que el tema era delicado.
-¿Falto de inspiración, Eddie?- se burló ahora Sam.
-Cierra la boca- siseó el cobrizo entre dientes.
-Edward, no te enfades- intentó tranquilizarle Alice.
-Está bien- rodó los ojos Emmett -dejaremos el tema fuera.
-¿Y si preguntan algo?- inquirió Bella, curiosa.
-Diremos que no podemos dar más detalles, de momento- se encogió Sam de hombros.
-¿Y si insisten?- volvió a preguntar.
-¿No lo has entendido?- respondió Edward a modo de pregunta, de manera brusca.
-Perdone, excelencia- se burló Bella -solo preguntaba.
-Pues deja de preguntar- siseó en voz baja.
Bella rodó los ojos, y murmurando una disculpa, decidió salir del pequeño salón de la suite. Si no lo hacía terminaría entrando al trapo, y con el dolor de cabeza que tenía lo que menos le apetecía era discutir, y no estaba de humor para soportarle.
Edward la vio salir en silencio, sin inmutarse... hasta que la voz de Emmett le despertó de su letargo.
-¿Por qué os lleváis tan mal?- le preguntó a su amigo.
-No nos llevamos tan mal- fue la respuesta.
-¿No?- alzó una ceja Jake -pues podrías ser un poco más amable.
-Ella no tiene la culpa de que no hayas podido componer- habló ahora Jasper, que conocía demasiado a Edward para saber que estaba completamente bloqueado en la composición de los temas.
-Eso es cierto- le dio la razón su mujer -ella no se merecía esa respuesta.
-¡Ya lo sé!- fue la contestación de Edward, elevando un poco el tono de voz, de lo que inmediatamente se arrepintió -perdona Alice- se disculpó.
-No es conmigo con quien tienes que disculparte- le dijo ella.
-Lo haré- murmuró en voz baja -y ahora, ¿podemos seguir con lo de la entrevista?- les rogó al resto.
Media hora después, la reunión terminaba y Edward se disculpó, advirtiéndoles al resto que estaría en su habitación hasta la hora de la entrevista. Salió en completo silencio del salón de la suite, dejando al resto con la palabra en la boca.
-¿Qué coño le pasa últimamente?- saltó Emmett en cuanto la puerta se cerró.
-Yo le veo igual que siempre- se encogió de hombros Jake.
-No, es cierto... está raro- meditó Jasper en voz alta -sabéis... sino fuera porque Bella y él no se pueden ni ver...- dejó la frase inconclusa.
-¿Qué?- le instó su mujer.
-Nah- dijo un gesto con la mano Jake -Bella no es su tipo en absoluto.
-¿Tú crees?- preguntó Alice.
-Pues yo creo que le gusta, y que le pone eso de que ella le conteste y entre al trapo- Jake se volvió a su primo, mirándole sin entender -¿qué?; no me puedo creer que no os hayáis dado cuenta- rodó los ojos Sam, antes de encerderse un cigarro.
-Gracias por su opinión, doctor Amor- aplaudió cómicamente Emmett, sacando las risas al resto -ella no es su tipo en absoluto; a Eddie le van...
-¿Las mujeres con una talla de ropa equivalente a las de las adolescentes?- rodó los ojos Alice -todos sois iguales- suspiró enfadada -y más nos vale que dejemos de cotillear acerca del tema- se levantó -voy con los niños un poco.
-Te acompaño- ella y Jasper se despidieron del resto, que enseguida cambió de tema, centrándose en la entrevista y en el concierto de esa noche.
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Después de que la entrevista finalizara, y de que todos descansaran, llegó la hora de dirigirse al estadio Green Point. Los chicos se adelantaron, y Bella y Alice se reunieron allí con ellos, después de resolver un imprevisto de papeleo.
El equipo técnico, capitaneado por Seth y Embry, llevaban desde primera hora de la mañana montando el escenario y los sistemas de sonido, para que los chicos pudieran ensayar. Cuando Alice y Bella llegaron al estadio y lo rodearon para entrar por una de las puertas traseras, observaron desde el coche la multitud de gente que ya estaba haciendo cola.
En el escenario se encontraron con ellos; Emmett y Sam comprobaban de forma curiosa la acústica del recinto, pero al ser al aire libre no conseguían el efecto deseado. Jake y Jasper repasaban el repertorio, que sería prácticamente igual a lo largo de toda la gira.
-Hey- las saludó Jake -ya os retrasabáis.
-El tráfico era una locura- le explicó Alice, después de dar un beso a su marido.
-¿Cómo va el ensayo?- se interesó Bella, ya que el matrimonio se puso a hablar entre ellos.
-De momento, bien- le explicó Jake -¿quieres ayudarme?- le ofreció, tendiéndole la mano.
-No creo que yo pueda ayudarte mucho- le contestó esta extrañada, pero aceptó su ofreciemiento. Caminaron por detrás de la batería, hasta que se toparon con una fila de guitarras, todas cuidadosamente colocadas.
-Te presento a mis chicas- exclamó orgulloso Jake.
-Tus chicas...- murmuró, alzando una ceja -¿también las arropas antes de dormir?- le preguntó de manera graciosa, provocando que Jake riera.
-Muy divertido- aprobó este.
-¿Y en qué te puedo ayudar, si se puede saber?
-A afinarlas y probarlas en los amplificadores- le contestó.
-¿No sería mejor que te ayudara Sam?; quiero decir, él seguro que entiende más de esto.
-Nah, es muy fácil, ya lo verás- hizo un gesto con la mano, para después agacharse y sacar de su funda una preciosa guitarra eléctrica, esmaltada en blanco y negro.
-Qué bonita- admiró Bella.
-Es una Gibson Les Paul- le explicó orgulloso. Bella lo miraba sin entender, para después tomarla y mirarla de cerca.
-Por como lo dices, suena como si fuera muy valiosa.
- Lo es; esa guitarra vale más de veinte mil dólares- la voz de Edward hizo que Bellan se girara, todavía con el instrumento en su mano.
-¿Veinte mil dólares?- casi se atraganta con su propia saliva -wow- murmuró alucinada.
-Sí, y más vale que no la dejes caer- le sugirió Edward, mirándola con una sonrisa inocente.
-Tranquilo- siseó entre dientes, aunque para sus adentros le daban ganas de estampársela en la cabeza -¿y bien?- se volvió hacia Jake, que con el ceño fruncido toquiteaba los botones del amplificador.
-Este trasto no funciona- protestó con una mueca de fastidio -voy a buscar a Seth- les dijo, antes de darse la vuelta y dejarlos solos. Bella optó por ignorar a Edward, y curiosa como la que más, se colgó la guitarra al cuello; se fijó que la cinta estaba personalizada con el nombre de Jake, y el anagrama de la banda grabados en el suave cuero negro.
Edward la observaba en silencio; la chica vestía un jersey de cuello de pico negro, con unos vaqueros desgastados y unas botas de piel negras, ya que allí ella pleno invierno. Sus ojos recorrían su melena castaña, suelta esta vez; no se había dado cuenta de que esos tirabuzones le llegaban a mitad de la espalda.
-¿Estás mejor?- le preguntó, después de un carraspeo incómodo; Bella se giró, mirándolo sin entender -me refiero a tu dolor de cabeza.
-Un poco- se encogió despreocupadamente de hombros; Edward asintió, quedándose callado un largo minuto. La atención de la joven volvió hacia la guitarra que tenía colgada en su cuello; probó a rasgar las cuerdas; era mucho más duras que las de las guitarras acústicas, y el acorde que salió chirrió en sus oídos. Edward disimuló una sonrisa -que mal suena- afirmó ella, arrugando la nariz, gesto que hizo sonreír a Edward.
-¿Nunca has tocado?- le preguntó.
-¿Cuenta que haya practicado con el Guitar Hero?- preguntó con una sonrisa, y arrancando la carcajada de Edward.
-No tiene nada que ver, mira- el corazón de Bella se detuvo cuando lo sintió moverse y acomodarse a su espalda, con su pecho pegando a ella -cada nota tiene su posición de dedos- le iba diciendo, a la vez que los colocaba y los sostenía con los suyos.
Bella apenas podía respirar, y empezó a sentirse incómoda; el toque de Edward la había puesto nerviosa, muy nerviosa. Pero la esencia de este, una mezcla de la colonia que usaba, menta y tacaco llegó a sus nariz, y no pudo más que tomar aire de manera disimulada, le gustaba.
-¿Esta que nota es?- le preguntó, en un intento de calmar sus nervios y disimular.
-Sol sostenido- le aclaró, con la voz ligeramente ronca -y ahora, rasga suavemente las cuerdas, en el centro de la caja- hizo lo que le decía, y aunque de manera temblorosa, el acorde no sonó tan mal -¿lo ves?- la cabeza de Edward se inclinó de manera peligrosa, admirando la curva suave de su cuello, y viendo los pequeños trazos del tatuaje que asomaban por su melena. Volvió a tocar un acorde, y ahora sonó mucho mejor.
-Wow- exclamó, esbozando una sonrisa; alzó su cabeza, girándola, y por poco se choca contra la cara de Edward; sentía el frío roce del pendiente en su pómulo, y su respiración golpeando su cara.
-¿A qué no es tan difícil, calabacita?- la palabra mágica fue dicha, y la burbuja se rompió; Bella se apartó de él, todavía sintiendo un extraño cosquilleo en su cuerpo.
-No me llames calabacita- le regañó, achicando sus ojos marrones detrás de sus gafas.
-No te enfades- la intentó aplacar -¿no ve mas contar nunca por qué tu padre te llama así?
-¿Sabes que escuchar conversaciones ajenas no es de buena educación?- se cruzó esta de brazos, todavía con la guitarra colgada al cuello; con disimulo, le escaneó de arriba abajo, admirando la simple camiseta blanca de manga larga que llevaba puesta, peligrosamente pegada su cuerpo.
-¿Todavía no me has perdonado eso?- le reclamó -te juro que fue sin querer- es excusó, con una mueca de inocencia.
-¿Por qué se me hace complicado creer eso?- rebatió ahora Bella.
-¿Siempre eres así de rencorosa?- se cruzó de brazos Edward. La boca de Bella se abrió en una perfecta o, mirándole patidifusa.
-Yo no soy reconrosa- le dijo, empezando a echar humo por las orejas.
-Pues no lo parece.
-Serás...
-¿Sabes que me encantan las mujeres con carácter?- le preguntó ahora Edward, acercándose a ella cual cazador acechando.
-Pues enhorabuena por eso- contestó, posando la guitarra suavemente en su funda -ahora si me disculpas- pasó a su lado, con la intención de dejarle allí, pero su torpeza hizo acto de presencia en todo su esplendor, ya que tropezó con uno de los innumerables cables que estaban esparcidos por el suelo.
Esperó el golpe, cerrando los ojos, pero nunca llegó a tocar el suelo. Unas fuertes manos la sostenían de la cintura, agarrándola con firmeza pero a la vez con suavidad. La respiranción se le quedó atorada en su garganta, y Edward la miraba fijamente, sin ninguna intención de soltarla.
-Tienes que tener más cuidado, calabacita- susurró, mirando fijamente su boca, de manera inconsciente. La mente de Edward no podía procesar nada coherente, deleitándose como estaba de sentirla contra él. Pero Bella se revolvió en sus brazos, intentando soltarse de su agarre como si quemara.
-Deja de llamarme eso- habló entre dientes.
Este no tuvo otro remedio que soltarla, y ver como se alejaba; se quedó quieto un largo minuto, preguntándose para sus adentros que demonios había pasado, pero todavía sintiendo la calidez del cuerpo de Bella.
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Después de lo ocurrido esa tarde, Bella se dedicó a esquivarle, por su propia cordura. Por suerte, los chicos estuvieron inmersos en los ensayos casi toda la tarde, y para cuando se quiso dar cuenta, faltaban apenas cuarenta y cinco minutos para que arrancara el concierto.
Se había pasado dos horas de un lado para otro, recibiendo a muchas personalidades y gente famosa del país, que tenían sus pases VIP para ver el concierto desde una posición privilegiada. La marea humana ya llenaba la superficie y las gradas, esperando que el show comenzara. Gritos y aplausos que rápidamente se interrumpían cuando se daban cuenta de que no era la banda, sino los técnicos, comprobando de que todo estuviera bien.
Y de nuevo el ritual que había visto en Staples Center se repitió; Emmett, con una camiseta negra sin mangas y vaqueros, ajustaba los guantes sin dedos que protegían sus manos y movía sus extremidades de arriba abajo, calentando. Sam y Jake daban los últimos retoques a las cuerdas de sus guitarras y bajos, tensando las cuerdas una y otra vez, y Jasper y Edward comentaban el repertorio.
Finalmente, las luces fueron bajando de intensidad, e imágenes del grupo inundaron las enormes pantallas de los laterales del escenario, señal de que estaban a punto de salir al escenario. Alice les deseó buena suerte, para salir y acomodarse en el lateral donde ellas seguirían el concierto.
-¿Nervioso?- interrogó Bella a Jake con una sonrisa, viendo como este movía las manos. Llevaba una camisa negra de manga corta, y vaqueros negros... y unas gafas de sol.
-Nunca te terminas de acostumbrar- le explicó.
-¿Y las gafas de sol?- inquirió curiosa -es de noche- apuntó, divertida. Por suerte, el cielo estuvo despejado todo el día, y no había amenaza de lluvia. Se había fijado que Sam también las llevaba.
-Los focos son muy molestos- le explicó -así que para no exponernos mucho, siempre las llevamos puestas un rato- Bella asintió; hacía mucho frío, pero ellos salían en manga corta; el calor de los aparatos y las luces hacían que el escenario fuera un horno.
-¿Te sabes el guión?- le preguntó, de manera divertida la joven.
-Para eso tenemos esto- se rió, quitándose un pequeño auricular que llevaba en la oreja -estamos permanentemente en contacto con Leah y el resto de los técnicos de sonido -nos indican si algo va mal.
-Ya- musitó la joven -es la hora- le recordó, ya que Jasper, Emmett y Sam ya se iban hacia la parte de atrás del escenario, ya con las luces apagadas -mucha mierda- le deseó, guiñándole un ojo.
-Podrías darme un beso de buena suerte- le dijo de manera cómica, poniendo un lastimoso puchero; Bella se carcajeó, negando con la cabeza, pero le siguió la broma, dejando un pequeño beso en su mejilla, de esos que muchas veces le daba a su hermano.
-No estabas obligada, pero gracias- le agradeció el joven.
Bella lo vio salir corriendo, para unirse a sus compañeros; por los gritos y aplausos que escuchó, ya debían estar asomándose, cosa que fue confirmada por la voz de Jake haciendo los coros y el sonido de su guitarra y de la batería de Emmett. Justo cuando iba a reunirse con Alice, la voz de Edward detuvo sus pasos, haciendo que girara.
-¿Y para mi no hay beso de buena suerte?- le preguntó de forma inocente, con sus manos a la espalda; los ojos de Bella se pasearon un momento por la camiseta y la chaqueta de cuero negra que llevaba puesta. Esos ojos verdes estudiaban fijamente su rostro, a la vez que varios mechones de su rebelde pelo caían por su frente de manera descuidada.
-Ni en tus mejores sueños, Cullen- se cruzó de brazos, conectando con su mirada verde -llama a Gianna y que mande un besito por teléfono- le dijo, para después darse la vuelta y dejarlo allí plantado.
Edward negó con la cabeza, sonriendo mientras la miraba alejarse; los acordes le indicaron que debía salir, así que salió de su ensimismamiento y tomando una profunda respiración, se dirigió hacia el escenario.
Bella se colocó al lado de Alice, que la interrogó con la mirada; Bella se disculpó, alegando que estaba en el servicio, e intentando quitar de su mente esos ojos verdes. Se concentró en el concierto, y se unió al gentío coreando la canción...
"Tenemos que aferranos a lo que tenemos,
no importa si lo logramos o no;
nos tenemos el uno al otro
y eso es bastante...
por amor"
Cuando Edward empezó a pasearse de un lado al otro del escenario, cantando el estribillo de la canción, tuvo que bajar la vista, sonrojada... juraría que esos ojos verdes la miraban fijamente, a la vez que cantaba.
Gracias mis chicas, por acompañarme de nuevo en esta divertida aventura; a las que presionáis el botón de alertas y favoritos, a las lectoras silenciosas... a las que dejáis vuestras impresiones y opiniones:
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