01
Podía escuchar como el fregadero goteaba, gota, tras gota caía creando un sonido a su punto de vista relajante. Era algo en cierto modo relajante debido al espacio reducido en el que se encontraba durmiendo, el olor a detergente irritaba un poco su nariz, pero la fragancia de lavanda era relajante.
Se estaba relajando hasta el punto de querer quedarse dormida, necesitaba un descanso después de todo lo que ha pasado en su vida en todo ese tiempo. El mundo de los sueños la estaba llamando, solo imploraba que los sueños que tuviera fueran dulces…
Estaba a punto de caer al mundo de los sueños, pero al parecer el mundo tenía otros planes.
― ¡DESPIERTA ATSUSHI-CHAN!
Se sentó bruscamente por el susto, pero se pegó en la frente con una tabla que estaba ahí. Vio a quien le había gritado y vio el rostro de su superior, Dazai había abierto la puerta del armario donde dormía dejando entrar la luz del sol y de paso dándole un lindo saludo matutino.
―Dazai… ¿Por qué me despiertas así? –habló entre adormilada y adolorida por el golpe.
Pero Dazai solo seguía viéndola como niño bueno.
―Kyouka-chan dijo que te quedaste dormida y si no venía a buscarte yo lo haría Kunikida.
― ¿Eh?
Buscó su teléfono para ver la hora y efectivamente era muy tarde, eso le quitó el sueño. Intentó salir del armario, pero solo resultó dándose otro golpe lo que le dio risa a Dazai. Salió del armario para buscar su ropa y vestirse.
― ¡Dios, es tarde! ¡es tarde! ¡Kunikida va a matarme! –exclamaba Atsushi mientras se vestía sin poner atención al visitante que tenía.
Dazai se había dado la vuelta para darle su privacidad mientras se vestía, pero no podía evitar molestarla.
―No sabía que todavía seguías usando calzoncillos de hombre Atsushi-chan –le dijo con voz burlona a pesar de no verla.
Atsushi roja de la vergüenza le lanzó su camisa de dormir a la cabeza.
― ¡Ten un poco de decencia! –le reclamó mientras terminaba de abrocharse los pantalones.
Sí, pantalones. Se sentía más cómoda así, la única diferencia era que su cabello creció un poco.
― ¡Vámonos antes de que Kunikida venga a buscarnos a los dos! –le exclamó alterada mientras buscaba su mochila.
Pero Dazai seguía de lo más relajado mientras veía a su subordinada salir apurada.
La peli-blanca corría por la calle apresuraba mientras pensaba en alguna buena excusa para justificar su retraso.
Atsushi POV
Mi nombre es Atsushi Nakajima y mi vida cambió drásticamente desde que llegué a Yokohama. Cuando pensé que moriría de hambre conocí a Osamu Dazai que buscaba a un tigre come hombres y me encontró a mí.
Resulta que tenía una habilidad que no conocía, puedo convertirme en tigre. En vez de entregarme a las autoridades me consiguió trabajo en donde menos lo esperaba, en la agencia de detectives con poderes sobrenaturales, nunca creí que le dieran un trabajo tan importante a una chica de la calle por la que otras personas voltearían hacia otro lado.
Conocí a personas maravillosas y bastante peculiares, aunque también conocí a varias personas malas que querían convertirme en alfombra decorativa. Debido a mi poder y por el trabajo que tengo muchas personas me odian.
Nunca creí que mi existencia sería necesaria ya que toda mi vida me dijeron que no debía estar viva y que mi vida no servía para nada, que no tenía derecho a vivir. Pero el tiempo que llevo en este trabajo pude ayudar a varias personas y descubrí que tal vez si tengo derecho a vivir.
La ciudad fue atacada por una organización extranjera llamada Guild que quería acabar con la agencia y también con el grupo criminal más temido de la ciudad, la Port Mafia, debido a eso tuve que hacer equipo temporalmente con alguien que realmente me quiere muerta. Pero ese enfrentamiento también trajo algo bueno, una pequeña niña que era de la Port Mafia llamada Kyouka se unió a la agencia y ahora vivimos juntas.
Aunque los problemas no acabaron ahí, hace poco un hombre llamado Tatsuhiko Shibusawa usó una extraña niebla para que las habilidades de las personas se salieran de control para que los usuarios murieran a manos de estas y aunque mi mente trató de borrarlo, yo lo maté.
Aun no termino de comprender bien lo que pasó realmente en ese tiempo, pero creo que por el momento la pesadilla terminó. Así que solo quiero concentrarme en mi trabajo y pasar tiempo con mis conocidos.
Fin Atsushi POV
Atsushi siguió corriendo por la calle intentando pensar en una excusa para su retraso, pero chocó con alguien. Lo que provocó que ambos cayeran al suelo.
― ¡Por favor discúlpeme como lo siento no fue mi intención! –comenzó a hablar Atsushi apresuradamente mientras ponía la frente contra el suelo en modo de disculpa.
Pero la persona con la que chocó estaba más apenada que ella.
― No se disculpe señorita de verdad fue culpa mía –esa persona al parecer hablaba más rápido.
Atsushi con pena decidió levantar la mirada para ver a un muchacho un poco mayor que ella de cabello castaño y de ojos azules que vestía pantalón de mezclilla beige con una camisa de vestir azul junto con un chaleco tejido y zapatos café.
―De verdad lo siento señorita, no me fijé por donde caminaba –dijo el chico mientras la ayudaba a levantarse.
―No, insisto en que fue culpa mía. Soy algo distraída.
Al parecer era un concurso de quien se disculpaba más porque ninguno de los dos paraba de disculparse.
― ¿Cuál es su nombre señorita?
―Eh, yo soy Atsushi Nakajima.
― ¿Atsushi?, ¿La chica maravilla que salvó la ciudad?
―Espera, ¿La qué…?
El muchacho le mostró una revista donde aparecía su foto, cuando Moby Dick casi se estrella con la ciudad.
―Salvaste a muchas personas.
Atsushi se puso tan roja como un tomate e intentó esconder su cara en su maleta.
―Creo que me esconderé en mi armario hasta el siguiente año –dijo muy apenada.
―Pero a la vista de las personas, eres una heroína.
Eso solo hizo que Atsushi casi se desmayara de la pena.
―Lo siento, estaba concentrada en mi pena y ni siquiera he preguntado tu nombre –dijo Atsushi con una sonrisa forzada.
―Me llamo Akihiro Nakamura.
Antes de que Atsushi pudiera decirle algo más sintió unos brazos alrededor suyo.
― ¡Atsushi-chan, pensé que ya estarías siendo regañada por Kunikida! –exclamó Dazai cuando la vio platicando con ese joven "demasiado" cerca.
Eso hizo que Atsushi recobrara la cordura.
―Lo lamento debo irme, gusto en conocerte –dijo la peliblanca apurada mientras volvía a correr.
Dazai la siguió tranquilamente, pero no sin antes darle una seria mirada al muchachito que coqueteaba inconscientemente con su subordinada a quien con el paso del tiempo la comenzó a verla como una hermanita menor.
Atsushi intentaba recuperar el aliento cuando llegó a las oficinas de la agencia.
― ¡LO SIENTO KUNIKIDA ME QUEDÉ DORMIDA Y YA NO VOLVERÁ A PASAR! –gritó mientras daba una reverencia en modo de disculpa.
Pero no escuchó nada, así que levantó la vista esperando ver a Kunikida furioso con ella y reclamándole por llegar tarde, pero no había nadie. Ni siquiera Rampo degustando sus dulces.
―Te diste cuenta de la hora, pero ¿te diste cuenta del día Atsushi-chan? –comentó Dazai de forma inocente.
Atsushi lo vio confundida, pero revisó su teléfono y vio la fecha. Era domingo, nadie trabajaba. Lo siguiente que escuchó fue la risa de Dazai.
― ¡No es gracioso! –reclamó mientras le daba un golpe a Dazai para que dejara de reír.
―Deberías estar más atenta Atsushi-chan.
Lo único que hizo Dazai tomarla de la mejilla y se la estiraba. Atsushi se libró del agarre para ver con enojo a Dazai.
―Tranquila Atsushi, solo quería ver si estabas atenta, pero considerando todo lo que trabajamos en todo este tiempo debes sentirte un poco ansiosa y estresada.
―Dazai, me han perseguido, disparado, mutilado, torturado, controlado mi mente y me rompí una uña –mostrándole la mano que tenía una uña partida –cualquiera necesita algo de tranquilidad.
No es que fuera vanidosa con respecto al cuidado femenino de hecho todavía era un desastre en eso, pero no podía evitar tratar de imitar a esas acciones que hacían Yosano y Naomi para tratar de verse un poco más como la chica que era.
Ella era un poco tímida con los extraños, pero aprendió a expresarse un poco más con sus compañeros de la agencia y a tener una actitud desafiante ante sus rivales. Pero aun en ciertos momentos no puede evitar pensar que todo lo que le dijeron durante su niñez era cierto y que realmente ella solo era un lastre en la vida de las personas importantes en su vida, que todos a su alrededor estaban malditos solo por respirar cerca de ella.
―Es por eso que mereces un día de relajación y completa diversión a lado de tu apuesto y muy confiable mentor –dijo mientras ponía su mejor cara galante.
Atsushi se sonrojó e hizo una mueca de molestia mientras desviaba la mirada, a veces le molestaba que actuara así de galante con ella y que luego salía con sus payasadas que en cierto modo le resultaban divertidas, excepto cuando intentaba suicidarse y le provocaba sustos enormes, la confundía porque no sabía realmente sus intenciones.
―Kunikida te está buscando para hacer el papeleo en domingo, ¿no es así? –le aseguró mientras lo miraba con reproche.
Lo que le dio Dazai fue una mirada ofendida y dramática.
― ¿Me crees capaz de eso Atsushi-chan?
Pero la peliblanca alzó la ceja.
―Está bien, no quiero trabajar en domingo.
―Y ningún otro día al parecer.
―El punto es que necesitas relajarte después de todo por lo que has pasado y que mejor que pasando el día conmigo.
Ella solo le dio una sonrisa nerviosa, dudaba que se relajara con Dazai y más si el trataba de suicidarse por milésima vez, pero no quería ser grosera con su mentor.
―De acuerdo –aceptó al final con resignación.
Después de ese vergonzoso episodio ambos salieron de las oficinas de la agencia para comenzar a caminar por la ciudad. A pesar de que al inicio estaba un poco insegura, pero pasar el tiempo con Dazai era sumamente agradable y pacífico en cierto modo. Sabía que él era una persona en la que podía contar.
Pasaron la mayor parte del día paseando por la ciudad y pasaron a una cafetería cuando estaba atardeciendo.
―Haz progresado mucho en ese tiempo Atsushi, realmente cada día me sorprendes más.
―Realmente no es gran cosa, aún tengo mucho que aprender –dijo algo apenada.
Todo era agradable, demasiado agradable, a decir verdad. La cara de Dazai a pesar de seguir siendo la misma cara cuando comete una travesura ocultaba algo más, el poco tiempo que lleva de conocerlo sabe algunos de sus trucos.
― El que invitaras a pasar este día no tiene nada que ver con que me relaje, ¿verdad? –no quería cuestionarlo, pero lo conoce y sus acciones siempre tenían segundas intenciones.
La expresión juguetona de Dazai desapareció para volverse una apacible.
―Realmente haz estado mejorando, pero quiero preguntarte algunas cosas.
Eso ya le comenzaba a darle un mal presentimiento.
― ¿Qué fue lo que sentiste, al hacer equipo con Akutagawa?
Ahí estaba la pregunta maestra, para Dazai no era un secreto que ambos se odiaban. Akutagawa la quería muerta más que nadie, le tenía un profundo odio por el simple hecho de estar viva, por el hecho de estar cerca de Dazai. Ella también lo odiaba porque cada vez que se encontraban solo era para querer convertirla en una alfombra de tigre y por esa obsesión algo exagerada que tenía con Dazai.
―Fue extraño, incómodo… nos entendimos por algunos momentos para después volver a odiarnos, fue raro y no lo he vuelto a ver desde lo de Shibuzawa. ¿Por qué lo preguntas?
Dazai solo encogió los hombros.
―Simple curiosidad, se me hizo muy curioso que Akutagawa quien está acostumbrado a trabajar solo de repente hiciera equipo con alguien a quien quiere ver muerta por detener a un enemigo y que tú también dejaras de lado tus principios para poder salvar la ciudad, es muy curioso en realidad.
―No creo que haya algo curioso. Solo fue algo que sucedió.
A veces Atsushi veía sus habilidades o sus hazañas como simples golpes de suerte, no se reconocía ella misma a pesar de que los demás lo hicieran y aún buscaba un sentido para vivir. En eso ella y su antiguo subordinado se parecían un poco.
―Siempre hay algo curioso hasta en las cosas más simples.
Atsushi ni siquiera replicó, sería inútil discutir con él además de que nunca ganaría. Pero no pudo ni siquiera darle las gracias por el día que pasaron cuando escucharon a una mujer gritar, de inmediato ambos se fueron a donde se escuchó el grito.
Puede que no sea nada, tal vez solo una rata muerta o solo algunas cucarachas. Eso hubiera sido preferible a ver lo que vieron. La joven que trabajaba en la cafetería había ido a tirar la basura en la parte de atrás y ahí lo encontraron.
Era el cadáver de un hombre joven no mucho mayor que Dazai suponía, con cabello negro como la noche manchado con la suciedad del callejón, sus ojos muertos miraban a la nada y su piel era completamente blanca, pero había algo muy curioso. Él vestía un traje de gala, al parecer venía o iba a una fiesta elegante, no parecía un robo porque tenía su billetera, su teléfono y ¿Qué ladrón dejaría atrás un Rolex de diez mil dólares? Pero lo que era aún más curioso era por la forma en la que murió, no le habían disparado, no lo habían apuñalado. Solo le clavaron una rosa en el pecho, en el área donde está el corazón.
Estaba tan concentrada viendo la escena del crimen que no se dio cuenta que la policía ya había llegado, volvió a la realidad cuando Dazai la tomó del hombro.
― ¿Qué es lo que piensas Atsushi-chan?
―En que es muy curioso, no había visto una escena del crimen igual.
―Te dije que hasta en lo más simple hay algo curioso, ¿Qué es lo que te dice esto?
Quería ver cuánto ha avanzado su subordinada, puede que no llegue al nivel de Rampo, pero tendrá alguna idea de a dónde dirigir la investigación. Atsushi se puso nerviosa, tenía suposiciones, pero tenía miedo de que alguna de ella fuera incorrecta y que por seguir sus suposiciones los llevaran por el camino equivocado.
―No fue un robo porque su billetera, su reloj y su teléfono todavía están aquí, al parecer vino o iba en camino a alguna fiesta, no creo que sea de esta parte de la ciudad ya que el traje es de diseñador y el reloj es costoso. No sabría decir cuál fue la causa de muerte, aunque podría decir que murió desangrado debido al tono que tiene su piel, aunque la ausencia de sangre me indica que no lo mataron aquí –dijo algo insegura –son solo suposiciones mías.
Pues no estaba nada mal, se equivocó en algunas cosas, pero en general estuvo bien.
― ¿Qué te dice la rosa en el pecho?
―Sinceramente no tengo idea, puede que la hayan clavado en su pecho después de morir.
Dazai solo embozó una pequeña sonrisa.
―No está nada mal, aun debes mejorar algunas cosas, pero al menos acertaste en la mayoría –le revolvió el cabello a la peliblanca –bien hecho.
Atsushi se sonrojó un poco, mientras Dazai hablaba con los oficiales de policía y probablemente ya estaría hablando con el presidente de la agencia acerca del cadáver. Se paseó por el callejón mientras los forenses se llevaban el cadáver, puede que haya más evidencia que no notaron a plena vista.
El callejón estaba relativamente limpio y solo quedaban los contenedores de basura, abrió el primer contenedor y estaba vacío, luego el segundo, tampoco había bolsas de basura. Aunque notó algo, era un pedazo de papel arrugado.
Entró al contenedor de basura y tomó el papel y lo desdobló, era un recorte de periódico donde aparecía el mismo joven. Al parecer era el heredero de una importante compañía de informática.
― ¿Qué fue lo que descubriste Atsushi-chan? –le preguntó Dazai al verla dentro del contenedor de Basura.
―Creo que sé quién es la víctima –dijo dándole el recorte.
Apenas Dazai informó al presidente y el presidente informó a los demás todos dejaron sus planes para ir de emergencia a las oficinas de la agencia.
― ¿Qué es lo que tenemos? –preguntó el presidente una vez todos estaban reunidos.
Dazai pasó al frente para dar la información.
―La víctima que encontramos en el callejón es el heredero de una importante compañía de informática, pero no es cualquier heredero, nuestra Víctima es Adam Noshimuri –informó Dazai.
Atsushi no tenía idea de quien hablaba.
― ¿Adam Noshimuri? ¿El hijo de Yato Noshimuri? –cuestionó la Doctora Yosano con incredulidad.
― ¿Quién es él? –cuestionó Atsushi con algo de pena al no saber prácticamente nada.
―Yato Noshimuri es el mayor magnate de informática de toda la ciudad, pero su terrible compañía fantasma no es lo más impresionante de su vida, lo más interesante es que tiene conexión con la Yakuza –explicó Kunikida
―Yato es un idiota, pero su hijo al parecer no era tan idiota –dijo Rampo mientras –Alan era un sombrero negro muy ágil.
― ¿Sombrero negro?
―Un Hacker.
Ahora la peliblanca comenzaba a intentar atar los cabos en su mente de lo que le pasó.
― Ahora, ¿Cómo un hacker multimillonario termina muerto en el callejón de una cafetería común? –cuestionó Kunikida
Rampo se puso los lentes para poner en marcha su ultradeducción.
―Al parecer hackeó a la persona equivocada finalmente.
― ¿Una banda rival? ¿La Port Mafia? ¿La misma Yakuza?
―La Yakuza habría desaparecido el cuerpo o lo habría dejado con vida, pero con un mensaje y la Port Mafia no estaría interesada en una empresa fantasma mediocre como la de los Noshimuri cuando hay empresas legitimas donde no pueden tocarlos, lo cual nos dejan dos opciones o Adam Noshimuri hizo un hackeo impropio a una banda rival… -comenzó a concluir Dazai.
―O la Port Mafia tiene un nuevo asesino –concluyó Kyouka –solo habría que descubrir el motivo.
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Debía ser muy importante para que el mismísimo jefe de la Port Mafia se hiciera presente y lo era.
― ¿Quién era? –preguntó Mori Ogai.
― El hijo de Yuno Kirishima –dijo uno de los guardias.
―El heredero de la firma de abogados Kirishima, ¿Qué hace el hijo de la abogada mejor pagada de la ciudad en los barrios bajos de Yokohama? Y especialmente así.
El chico de unos veinte años aproximadamente que vestía un uniforme escolar de al parecer un internado, tenía todas sus pertenencias, pero tenía una expresión de completo terror en su rostro muerto y varias marcas de rasguños en la cara que al parecer fueron auto infligidos.
―Al parecer el hijito bello de mami se metió en algo oscuro.
― ¿Qué quiere que hagamos jefe?
Mori se planteaba qué hacer, podría desaparecer el cuerpo o dejarlo donde su mami lo encuentre.
―Déjenlo en donde lo encuentren, no nos conviene que alguien influyente sea encontrado en territorio de la Port Mafia. Lo que me incumbe ahora es saber quién lo mató y especialmente en nuestro territorio.
Se fue del lugar dejando que los hombres se hicieran cargo del cuerpo del chico, algo realmente extraño. ¿Qué hacia ese chico ahí?
―Jefe, el vendedor del cargamento de las municiones cambió el sitio de entregas –le informó un guardia.
― ¿Te mencionó el por qué?
―Al parecer tiene una reunión que no puede posponer y no pudo localizarlo.
Dar un cambio de última hora, enviaría a otro en su lugar. Siempre que dan esos cambios de última hora significaban una trampa.
―Dile a Akutagawa que espero que no tenga planes esta noche, dale la ubicación.
Un chico de sociedad asesinado en territorio de la Port Mafia y el cambio de ubicación de una entrega de municiones, coincidencias extrañas, pero por el momento no relacionadas. De igual manera no iba a arriesgarse por si se trata de un ataque en su contra, por eso enviará a su asesino más competente.
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La noche cubrió a Yokohama, el presidente dijo que reanudarían la investigación en la mañana. Al ser domingo las calles estaban realmente vacías, le dijo a Kyouka que podía adelantarse a la casa mientras ella aclaraba sus pensamientos, tal vez Rampo tenía razón y finalmente Adam Noshimuri hackeó a la persona equivocada, pero aun así no podía evitar sentir que algo no estaba bien.
El viento helado soplaba con fuerza, en ese momento se recriminó a si misma el no haber llevado un suéter, pero se le olvidó debido a la broma que le jugó Dazai en la mañana, escuchó el timbre de su celular, vio el nombre de Dazai en la pantalla.
― ¿Hola? –respondió.
― Atsushi-chan, necesito que vayas a un lugar.
― ¿Qué tan lejos es?
― Está en el centro, pero debes ser precavida. Es un edificio de oficinas que fue abandonado cuando la compañía quebró.
― ¿No debería esperarte o llamar a Kunikida o a alguien más?
―Es algo sencillo, creo ahí puedes encontrar algo de Adam Noshimuri.
― ¿Cómo puedes estar tan seguro?
―Solo lo sé, ¿confías en mí?
Ciegamente, a veces demasiado y algunas veces se molestaba con ella misma cuando desconfiaba de él. Cuando le dijeron que Dazai estaba involucrado con Shibuzawa ella lo defendió ciegamente creyendo que él tendría la solución al problema, pero por un momento dudó y a veces no sabía en qué pensar.
―Sabes perfectamente que sí.
―Entonces ve allí.
Dazai colgó, segundos después le llegó un mensaje con la ubicación del edificio que le indicó Dazai.
Por su ubicación actual, no estaba tan lejos. Le tomó al menos quince minutos llegar al edificio abandonado, la puerta estaba cerrada así que entrar por la manera tradicional no serviría de nada. Buscó una ventana abierta y afortunadamente encontró una, con agilidad escaló por la pared y entró.
Registró la oficina en la que entró y no hubo nada, tendría que registrar el edificio entero, aunque le llevara toda la noche, buscó por diez oficinas más, los cuartos de limpieza, los baños del personal, la recepción, pero no encontró nada hasta que solo le quedó ir a la era oficina del director ejecutivo.
Lo que le llamó la atención era que no estaba descuidada, ni sucia, nada. Estaba perfectamente aseada, ¿Por qué de todo el edificio esa era la única oficina en estar limpia? En el escritorio había una computadora, un par de portarretratos y algunos documentos. En una de las fotos de los portarretratos estaban al parecer Noshimuri y su padre y en el otro estaban otro chico y una mujer, no reconocía a ninguno.
Dazai tuvo razón encontró algo de Adam por aquí, pero puede haber más. Se llevaría lo del escritorio cuando saliera, se paseó por el resto del despacho, viendo los libreros por si había algo escondido.
Retiró los libros de los libreros y comenzó a revisar tanto los libreros como los libros en sí, aunque sería algo difícil ya que si todo lo que estaba ahí pertenecía a Adam de seguro no dejó nada importante a simple vista. Puso especial atención a un libro, parecía que era el que más tiempo leyó.
Neuromante
Era lo que decía la portada, lo guardó en su mochila para revisarlo en casa. Fuera de eso, el resto de los libros era sobre economía, programación, enciclopedias; todo parecía normal realmente.
Escuchó un golpeteo, inmediatamente se puso alerta por si se trataba de un enemigo. El golpeteo se volvió a escuchar, siguió el sonido por la oficina hasta que vio el ducto de ventilación que estaba a lado del librero en la parte inferior, el golpeteo se siguió escuchando y con algo de nervios usó su fuerza de tigre para retirar la tapa.
Dio un pequeño grito seguido de un brinco hacia atrás debido a que al retirar la tapa salieron unas ratas, como odiaba a esas bolas de pelo llenas de pulgas y enfermedades; cuando estaba en el orfanato había muchas de esas en la celda donde dormía constantemente, hasta recuerda que un par la mordieron y que un grupo entero se comió lo poco de alimento que le daba el director dejándola sin nada, sin mencionar que les tenía mucho miedo debido a la apariencia que le causaba pesadillas.
―Solo eran ratas, no era nada. No te asustes por tonterías –trató de auto convencerse a sí misma mientras iba de vuelta al conducto de ventilación.
Usó una pequeña linterna que llevaba en caso de emergencias para ver lo que estaba ahí, era un libro. Pero ese libro no estaba relacionado con todo lo que estaba ahí era un cuento al parecer, comenzó a hojearlo y algo en su mente hizo Click.
Conocía ese cuento, lo recordaba perfectamente porque era uno de sus favoritos cuando estaba en el orfanato, cuando había terminado de leer todos los libros de cuentos de hadas encontró ese relato un poco diferente a los demás, fue tan bello, pero a la vez tan triste.
Ahora tenía otra pregunta en su mente, ¿Qué hacía alguien como Adam Noshimuri con un libro de cuentos? Tal vez Rampo o Dazai sabrían algo cuando les contara lo que vio y si revisaban los documentos y la computadora, terminó de guardar todo lo que encontró, pero antes de poder dar la vuelta e irse sintió un a leve corriente de aire detrás y un ligero piquete como de aguja en la nuca.
―Siempre supe que eras estúpida, pero no pensé que a tal extremo –dijo una voz desafortunadamente conocida para ella.
Con mucha precaución dio la vuelta y ahí lo vio, a la persona que la quiere muerta más que nadie.
Nombre: Ryūnosuke Akutagawa
Poder: Rashomon
― ¿Cómo supiste que estaba aquí? –cuestionó la albina.
―Eres tan torpe que todo tu alboroto se escucha por todo el edificio, creo que soy yo quien debería preguntarte ¿Qué es lo que haces aquí?
―Eso es un asunto que no te concierne –tomó sus cosas con la intención de irse.
Pero no pudo llegar siquiera a la puerta porque Akutagawa le arrebató un archivo que tenía en la mano.
― ¡Devuélvemelo! –le exigió mientras intentaba quitárselo.
Pero para Akutagawa fue tan fácil usar a Rashomon para mantenerla alejada mientras le echaba un vistazo al archivo.
― ¿Qué es lo que quiere la agencia con Adam Noshimuri?
― ¡Eso no te importa! –le exclamó molesta mientras intentaba liberarse del agarre de Rashomon.
En eso el teléfono de Atsush comenzó a sonar dentro de su mochila y como ella estaba tratando de alejarse de Rashomon eso hizo que Akutagawa respondiera la llamada que ¡oh! Vaya sorpresa, era de Dazai. Para asegurarse de que no gritara Akutagawa le tapó la boca y contestó la llamada.
Ambos escucharon la voz energética de Dazai.
―Atsushi-chan, se me olvidó mencionarte que no te asustes si llega un visitante inesperado –se escuchó a Dazai hablando como si hablara de lo bonito que estaba el día –así que no quiero que ninguno de los dos trate de matarse por lo menos en media hora.
Atsushi con un movimiento brusco se liberó de Rashomon.
― ¡Pudiste decírmelo antes! –le reclamó la albina.
― ¡Oh! Entonces Akutagawa está ahí, pero como les estaba diciendo traten de no matarse el uno al otro –se escuchaba claramente que intentaba no reírse.
― Tú sabias que él vendría no es así.
Lo siguiente que sintió fue un golpe en la cabeza.
―Ya cállate, tu voz es irritante –le reclamó el pelinegro.
―Akutagawa creo que no está de más recordarte que tenemos un alto al fuego temporal y puede que necesites ayuda
―Yo no necesito ayuda de esta tonta.
―Si la necesitas. Será un canje pacífico, después pueden seguir odiándose todo lo que quieran, quiero verla sana y salva por la mañana.
Luego de eso Dazai colgó la llamada y Akutagawa le devolvió el teléfono a Atsushi. Ninguno de los dos quería siquiera verse, estaban tan bien sin saber el uno del otro, ¿ayuda para qué? ambos habían ido por motivos distintos.
― No diré nada si no dices nada –dijo por fin Atsushi –pero si no decimos nada Dazai me regañará a mí y tú de nuevo intentarías matarme.
―Dazai-san nunca me reconocerá a menos que haga algo para probarle que soy más fuerte que tú, ¿Qué quiere que canjeemos?
―Ambos estamos aquí por motivos distintos, ¿Qué espera?
Atsushi escuchó algo en los niveles inferiores.
― ¿Viniste solo?
Akutagawa también lo escuchó y asintió en respuesta. Atsushi salió de la oficina para ver los pisos inferiores y Akutagawa también hizo lo mismo por motivos diferentes. Al parecer alguien iba corriendo, ambos persiguieron el sonido de los pasos hasta llegar al nivel inferior donde estaba la recepción, no había nadie.
―Dazai me dijo que aquí encontraría algo de Adam Noshimuri, algo que nos dijera algún motivo de porque lo mataron –susurró en caso de que alguien más los estuviera escuchando.
― ¿Está muerto?
―No sé cuándo pasó, pero su cuerpo fue encontrado esta tarde en un callejón.
―Eso es imposible porque Adam Noshimuri citó al jefe para una entrega en este lugar hace menos de una hora.
― ¿Qué iba a entregar?
―Municiones.
―Pero Noshimuri era un hacker, ¿Por qué entregaría personalmente municiones cuando para ellos el anonimato lo es todo?
Eso era extraño para ambos, de repente sintieron que como si el suelo donde estaban parados ya no fuera estable, como si fuera una fina capa de hielo el suelo se rompió llevándolos a una especie de bodega subterránea.
Atsushi se levantó con un poco de dolor por la caída y Akutagawa había logrado absorber el impacto con Rashomon.
― ¿Qué rayos…? –preguntó Atsushi al aire mientras se levantaba y miraba lo que había enfrente.
Todo estaba oscuro, excepto por una luz que alumbraba como un reflector a una persona en específico que los miraba desde una plataforma alta.
Ambos analizaban al enemigo que tenían enfrente, no mostraba su cara, estaba cubierta por una capucha y no tenían idea de cuáles eran sus habilidades. Solo lo vieron sacar un violín de un estuche y empezar a jalar las cuerdas creando una melodía.
― No hay tiempo para esto –dijo con irritación Akutagawa mientras dirigía a Rashomon para matarlo.
Pero apenas Rashomon estaba a milímetros el desconocido tocó un acorde con el violín que irritó a Rashomon obligándolo a retirarse.
― ¿Qué?
Atsushi también se irritó, la frecuencia de ese acorde fue demasiado para la audición del tigre tanto que también la afectó a ella obligándola a cubrir sus oídos, la melodía que el desconocido comenzó a tocar comenzó a tener efecto en las pequeñas criaturas que se escondían en lo más oscuro y asqueroso de la bodega. Las ratas comenzaron a reunirse y comenzaron a actuar extraño, unas saltaron contra Autagawa y otras comenzaron a atacar a Atsushi, los chillidos de esos animales y las cuerdas del violín desorientaban los sentidos de la chica tigre haciéndola vulnerable a un ataque de esas pequeñas criaturas.
― ¡Tigre, tenemos que irnos! –le gritó Akutagawa al verla ahí en el suelo.
Los sentidos de Astushi estaban desorientados, pero los instintos del tigre salían a flote, sus ojos cambiaron y el pelaje blanco con rayas se hacía presente en el cuerpo de la chica hasta finalmente convertirse en esa feroz bestia a la que todos temían. El tigre comenzó a dar zarpazos para asesinar a los roedores, pero estos no se daban por vencidos, cada vez eran más y más que se unían para morder a la tigresa.
Akutagawa logró tener a Rashomon en control por un momento para salir por el hoyo de donde cayeron, pensó en abandonar a la mujer tigre para que muriera a manos de esas bestias.
"La quiero ver sana y salva mañana"
Dazai esperaba verla con vida mañana, ella no debía morir por pestes insignificantes. Si alguien iba a terminar con la vida de esa mujer, será él. Ella debe morir en sus manos para demostrar que es el más fuerte.
― ¿Cuántas veces tendré que salvarte, gata inútil? –masculló entre dientes.
Usó a Rashomon como una especie de arnés para sacar a la tigresa del agujero mientras esta se retorcía esperando salir del agarre. Una vez la tigresa estuvo fuera del agujero la música paró.
La tigresa rugió tan fuerte que pudo haberse escuchado a dos cuadras a la redonda, seguía retorciéndose intentando salir del agarre que tenía Rashomon.
― ¡Ya quédate quieta! –no pudo soportarlo más y Rashomon le dio un golpe como el movimiento de un látigo que la mandó al otro lado de la recepción.
Akutagawa vio con impresión como la tigresa tomaba una postura diferente, no era de defensa, caza o ataque como siempre la ha mostrado con él. Ahora se veía como un animal indefenso, como una pequeña gata sin hogar, confundida y asustada.
― Tigre, contrólate y regresa.
La tigresa dio un gemido lastimero como si estuviera herida y poco a poco la gran felina fue desapareciendo dejando solo a su portadora que sorprendentemente estaba consiente, pero con algunas heridas de mordidas.
― ¿Qué fue todo eso?
―No tengo ni la menor idea.
La mochila de Atsushi no había caído al agujero, así que todo seguía ahí.
¿Acaso era demasiado pedir un día sin que alguien intentara matarla?
CONTINUARÁ…
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Definitivamente me costó esta última parte, había creado el evento en mi mente miles de veces, pero creo que me quedó un poco flojo a la hora de redactarlo. Se me hizo un poco difícil hacer la interacción de Atsushi con Akutagawa para que todo sea un avance de como es antes de que posiblemente tengan que volver a trabajar juntos.
Pero bueno espero que le haya gustado mucho y que lo hayan disfrutado.
Déjenme sus bellas opiniones.
