02
Afortunadamente sus heridas no fueron tan graves como para que la doctora Yosano usara su escalofriante tratamiento sobre ella, solo requirió un par de puntadas y unas cuantas banditas adhesivas para que el poder curativo de la tigresa surgiera efecto. Pero no se libró tan fácil de la manera brusca en la que Yosano le desinfectaba las heridas mientras le reclamaba por ser tan descuidada.
―Si ya sabes en los problemas en lo que te metes por hacerle caso a Dazai, ¡¿Por qué carajos sigues haciéndole caso?! ¡Pudiste haberte matado! –comenzó a gritarle Kunikida.
Sí, Yosano no era la única molesta por cómo se dieron las cosas. En el momento en el que Atsushi llegó a los apartamentos pertenecientes a la Agencia, Kyouka se asustó al verla lastimada que despertó a Yosano para que atendiera a la peli blanca y obviamente todo ese alboroto despertó a los demás, pero el más irritado fue Kunikida ya que todo ese ruido interrumpió su ideal del sueño.
En cuanto el rubio vio a la peliblanca en ese estado todos sus reclamos sobre el ideal se desvanecieron y aparecieron los reclamos sobre que era una imprudente descuidada, pero también hubieron reclamos para el mentor de la chica.
― ¡Y TÚ, DAZAI! ¡¿CÓMO SE TE OCURRE ENVIARLA AHÍ SIN NINGÚN TIPO DE APOYO?! –le gritaba Kunikida a Dazai mientras lo ahorcaba.
―En realidad, no la mandé sola. Tenía todo el apoyo que necesitaba –dijo Dazai de manera inocente.
― ¡PRECISAMENTE CON EL PERRO DE LA PORT MAFIA QUE LE HUBIERA ARRANCADO LA CABEZA EN ESE INSTANTE!
―Akutagawa no se hubiera atrevido a tocarle un cabello si se lo pedía –seguía Dazai en esa actitud despreocupada.
― ¡ESO NO LO SABES! ¡CON LO INGENUA QUE ES ATSUSHI DE SEGURO LA ATACARÍA POR LA ESPALDA!
―Si sabes que sigo aquí verdad –reclamó un poco molesta la de ojos atardecer haciendo muecas de dolor por como Yosano pasaba el algodón con desinfectante sobre sus heridas.
― ¡PUES ESCUCHA CON ATENCIÓN MOCOSA A VER SI ASÍ APRENDES A NO FIARTE SIEMPRE DE LO QUE TE PIDE DAZAI!
Y así Kunikida comenzó a hacer su drama sobre los ideales de una buena estrategia y también el ideal de un compañero. Pero Dazai logró escaparse de Kunikida tomando entre sus brazos a su subordinada que en ese momento tenía roja la cara, como si quisiera protegerla de esos gritos escandalosos, aunque él tenía cierto miedo a la mirada que le dedicaba Yosano porque no dejó que le curara el resto de las heridas a Atsushi.
― ¿Qué fue lo que pasó, Atsushi? –preguntó Dazai una vez que Kunikida se calmó.
Atsushi se sintió un poco incómoda con todas las miradas encima de ella, consideraba una vergüenza el hecho que no hubiera podido con un montón de ratas y que para colmo que Akutagawa haya tenido que salvarla.
―Al parecer quisieron ponerle una trampa a la Port Mafia, Akutagawa me dijo que Adam Noshimura iba a hacer una entrega en ese edificio por un cambio de última hora –dijo ella un poco tímida.
―Es más que obvio que quisieron ponerles una trampa a la Mafia, ¿Qué es lo que encontraste en ese edificio? –preguntó Ranpo comiendo una paleta dulce, una pequeña compensación por despertarlo.
―No encontré nada fuera de lo normal, solo una novela de programación y un viejo cuento que estaba escondido por un ducto de ventilación.
Eso llamó la atención de Ranpo.
― ¿Cuál era el cuento?
Atsushi salió del abrazo asfixiante de Dazai para tomar su mochila y tomar con cuidado el cuento, cosa que a Ranpo se le hizo interesante, la manera en la que Atsushi agarraba el libro era como si inconscientemente le tuviera cierto cariño. Ella ya conocía la historia, Atsushi le extendió a Ranpo el cuento.
'El Ruiseñor y La Rosa'
―Un trágico relato de como el sacrificio de alguien no valió la pena, pero tú ya lo sabías ¿no es así?
Atsushi desvió la mirada un poco apenada, porque ahora sentía nuevamente las miradas de sus amigos en ella. Sabía que tenían curiosidad de saber cómo conocía ese cuento, sabiendo que tenía que dar explicaciones, explicaciones que involucraban al pasado que ella tanto anhelaba olvidar.
―Era uno de mis favoritos, lo leí cuando era niña –dijo de manera un poco decaída.
Dazai conocía ese tono, ella siempre lo usaba cuando hablaba de su vida en ese orfanato y aunque ella no se diera cuenta hacía una mueca de tristeza, sus ojos perdían brillo, sus labios se tensaban y en ocasiones perdía el habla para luego temblar con la mirada llena de miedo.
―Fue cuando terminé de leer los cuentos infantiles –dijo la peliblanca un poco divertida al recordar esos cuentos de fantasía romántica.
―Hubo una razón para que se convirtiera en tu favorito, pero sinceramente no me interesa, es muy simple y aburrido –se quejó Rampo al lanzarle el libro de vuelta.
Como si fuera un tesoro Atsushi se apresuró a tomar el libro antes de que sufriera algún daño. Cuando se dio cuenta de lo que hizo dio un pequeño respingo y sus mejillas se sonrojaron, le daba vergüenza que vieran esa actitud de niña asustada en ella ¿Qué clase de imagen le daba a sus compañeros? No podía seguir siendo esa niña boba de hace años.
―No hay problema mocosa, puedes conservarlo –dijo Kunikida viendo esa pequeña actitud en la chica.
Nunca lo admitiría en voz alta, pero Atsushi le importaba, inconscientemente la cuidaba en el trabajo y a veces hasta fuera de ahí. Él quiere a Atsushi como una hermana menor.
―No fue nada, en realidad –dijo Atsushi intentando excusarse.
―Enserio, solo consérvalo.
Atsushi volvió a sentarse tomando el libro contra su pecho como si fuera una valiosa posesión. Kunikida soltó un suspiro y se acomodó las gafas.
― ¿Qué pasó con ese usuario de habilidades? ¿Cuál era su habilidad? –preguntó Kunikida intentando distraerla.
―No le vi la cara, pero usó un violín para controlar a las ratas que había en esa bodega.
― ¿Tocó un Violín?
―Unos acordes que me irritaron y no fui la única Rashomon también se irritó –dijo un poco enojada consigo misma por la forma tan patética en la que no pudo hacerle frente a la amenaza.
―Algunas notas pueden ser irritantes para algunos animales, es claro que debió ser irritante para la tigresa, así no sería una amenaza –dijo Ranpo.
― ¿Por qué ese libro estaría escondido en un ducto de ventilación? –se cuestionó Kunikida.
―Era un libro señuelo, lo más probable es que lo escondieran a propósito para engañarnos y perdiéramos en tiempo. Tal vez lo importante esté en el libro viejo.
Atsushi dejó con cuidado a un lado el cuento para después tomar su mochila y tomar el maltratado libro de programación.
'Neuromante'
Ranpo lo examinó con cuidado, viendo la portada maltratada y las páginas manchadas. Tenía algunas anotaciones con lápiz borradas una y otra vez al parecer alguien escribía mensajes código, había una anotación en lápiz al parecer solo tonterías.
P68; 1:5, 4:8, 6:5, 8:2, 10:6, 12:6, 2:9, 5:8, 3:2. 12:30
―Port Mafia 12:30. Ese es el mensaje –dijo Ranpo cerrando el libro de golpe.
―Le informaron de la reunión, pero sigo pensando en ¿Qué pudo haber hecho que Adam Noshimuri saliera de las sombras? –se preguntó Tanizaki.
―Adam de seguro era un arrogante y si salía de las sombras como un buen proveedor de armas para obtener la atención de la Port Mafia.
―Alguien debería de investigar en la tienda de libros usados, tiene un sitio de convivencia donde pueden leer como si fuera la biblioteca, tal vez fueron a ese lugar intentando pasar desapercibidos –volvió a decir Ranpo volviendo a guardar el libro –lo mejor será que vayamos a dormir.
Con todo eso si era mejor dormir y trabajar en el caso cuando estuvieran bien descansados y la mente fresca. Dazai hacia un berrinche por no querer separarse de Atsushi, pero la misma Atsushi fue quien lo mandó a dormir y como niño castigado Dazai se fue a regañadientes. Pero en el momento en que abandonó la habitación su mirada cambió de juguetona a seria, no era idiota, el cuento que tenía Atsushi tenía un significado un poco más profundo de lo que explicó.
Mientras dentro de la habitación Kyouka se durmió, pero Atsushi no lo hizo. Se encerró en el armario con una pequeña linterna que le diera luz mientras leía ese cuento.
'—Por fin tenemos aquí a un enamorado auténtico —se dijo el ruiseñor—. He estado cantándole noche tras noche, aunque no lo conozco; y noche tras noche le he contado su historia a las estrellas; y por fin lo veo ahora. Su cabello es oscuro como la flor del jacinto, y sus labios son tan rojos como la rosa que desea; pero la pasión ha hecho palidecer su rostro hasta dejarlo del color del marfil, y la tristeza ya le puso su marca en la frente.'
La vieja historia de cómo un ruiseñor quiso alegrar a un joven enamorado sacrificando su propio corazón para obtener la rosa roja más bella del jardín y así el joven pudiera conquistar a su amada.
'—¡Alégrate! —le gritó el Ruiseñor—. ¡Siéntete dichoso, porque tendrás tu rosa roja! Yo la construiré con mi música, a la luz de la luna, y la teñiré con la sangre de mi corazón. Lo único que pido en cambio, es que seas un verdadero amante, porque el Amor es más sabio que la Filosofía, por muy sabia que ésta sea, y es más poderoso que la Fuerza, por muy fuerte que ella sea. Las alas del Amor son llamas de mil tonalidades, y su cuerpo es del color del fuego. Sus labios son dulces como la miel, y su aliento es como la mirra silvestre.'
La vida misma era un precio tan alto solo por obtener una rosa roja, pero valdría la pena si la ganancia era la dicha de un amor verdadero, hacer lo que sea para que otra persona sea feliz, pero el final no fue exactamente feliz.
El joven obtuvo la rosa roja por el sacrificio del Ruiseñor, pero en el momento de entregarle la rosa a su amada ella lo despreció porque otro hombre le dio una joya costosa, el joven se sintió destrozado por lo superficial que era la joven que tiró la rosa y juró nunca creer en el amor, el amor no te traía nada y no tenía lógica.
Así que se juró nunc volver a creer en el amor.
El ruiseñor murió por una espina clavada en el corazón para que su sangre la tiñera del rojo más puro del planeta y así lograr que un amor floreciera. Abrió los ojos de par en par al darse cuenta de algunas cosas.
El cadáver de Adam Noshimuri mostraba desangrado, pero no había ninguna señal o herida que le hubiera provocado el desangrado excepto por una rosa roja clavada en el pecho. Pensó que la rosa había sido clavada en su pecho post mortem, pero ahora piensa que tal vez crean que es una locura con la que no vale la pena perder tiempo y solo quedaría como una idiota, pero debía tener acceso a la evidencia o al informe de la autopsia para confirmar su sospecha antes de decirle algo a Dazai, a Kunikida o al Presidente.
'—¡Qué cosa más estúpida es el Amor! —se dijo el Estudiante mientras caminaba—. No es ni la mitad de útil que la Lógica, porque no demuestra nada y le habla a uno siempre de cosas que no suceden nunca, y hace creer verdades que no son ciertas. En realidad no es nada práctico, y como en estos tiempos ser práctico es serlo todo, volveré a la Filosofía y al estudio de la Metafísica.'
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En un techo de un edificio dos personas se reunieron, ninguna de sus organizaciones tenía el conocimiento de eso, porque aparte del hecho de que era de madrugada no sería bien visto que ambos se reunieran.
―Akutagawa me informó que la niña tigre le dijo que Adam Noshimuri estaba muerto, pude haber sido yo quien hubiera caído en esa trampa.
Las personas que estaban ahí no eran nada más y nada menos que Yukichi Fukuzawa, el presidente de la Agencia de Detectives y Mori Ōgai, el jefe de la Port Mafia.
―Supongo que no estás aquí solo para decirme lo te informaron, ¿Qué es lo que quieres?
―Masato Kirishima fue encontrado muerto en territorio de la Port Mafia, el hijito bueno de mami al parecer estaba en algo turbio.
―No es como lo verá ella, lo tomaría como si la Port Mafia tomó venganza contra ella, sabes bien que ella ha tratado de encerrar a empresarios que tienen negocios contigo. Aun así, no tiene sentido del que tú fueras a recibir el cargamento, hubieras ido acompañado de Lagartija Negra o con hombres armados para tu protección.
― ¿Un aficionado? –dijo Mori con cierta indiferencia.
―O sabían que enviaríamos a nuestros subordinados a investigar ese lugar, precisamente los más fuertes en cierto sentido –refutó Yukichi.
―Ambos no se soportan, su espíritu de individualidad los obliga preocuparse por ellos mismos. Puede que lo hayan hecho bien contra Guild, pero están lejos de ser equipo –dijo Mori con simplicidad –es obvio que estando juntos serian el blanco más fácil.
Eso era un hecho, lo de Guild fue una colaboración obligada dadas las circunstancias que afectaban ambas organizaciones; Atsushi y Akutagawa fueron capaces de dejar sus diferencias por un instante y pelear lado a lado como buenos compañeros, pero ellos desde que se conocieron eran enemigos jurados y cuando acabó el conflicto la cacería del perro de la por la pequeña tigresa de la agencia comenzó nuevamente para mostrar su valía como miembro de la mafia.
―Mientras esto no pase a mayores seguiremos nuestros caminos por separado, pero si se llega a complicar es mejor que esos dos comiencen a llevarse bien.
Fue lo último que dijo Mori para después retirarse de ese techo dejando a Fukuzawa solo, ambas organizaciones por si solas no podrían defenderse ante una amenaza más grande que Guild sin sufrir grandes pérdidas o que la ciudad acabe destruida. Así que solo quedaba esperar por el milagro de que Dazai pudiera hacer que su antiguo subordinado y su actual subordinada empezaran a tolerarse en ciertas ocasiones.
Le pediría eso a Dazai cuando estuvieran trabajando en la oficina, solo podía esperar a que ese pequeño atentado de novatos no sea más que un golpe fallido que no pasará a mayores.
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El sol finalmente cubría toda la ciudad de Yokohama, el misterio de cómo un hacker Yakuza y el hijo de una abogada prestigiosa terminaron muertos lejos de la zona en que normalmente habitaban seguía sin resolverse. El presidente les había dado la tarea de investigar ese caso, pero sin descuidar los casos pequeños que tenían pendientes o que llegaban diario a la agencia.
Ranpo decidió dedicarse al cien por ciento a ese caso ya que consideraba los casos pequeños una pérdida de tiempo, el detective quería ver en esa librería había más libros código. Si Noshimuri se comunicaba con alguien a través de ellos tal vez podrían encontrar a la organización responsable de esos ataques o a una persona en específico, así que Tanizaki lo acompañó para que no se perdiera.
Dazai y Kunikida fueron a investigar otro caso, Kyouka realizaba algunos recados, Kenji fue a investigar el almacén donde Atsushi y Akutagawa fueron atacados, la doctora Yosano estaba en la enfermería de la agencia por si alguno volvía herido. Mientras Atsushi se quedó llenando algunas formas mientras algunas veces se distraía leyendo el cuento, solo cuando terminó el papeleo que tenía decidió ir a un sitio tranquilo para terminar de leer antes de que Dazai llegue a darle todo su papeleo a ella.
Como si fuera una niña otra vez se sentó en un rincón mientras leía el cuento una y otra vez, siempre leía la última página y luego volvía a empezar, solo en su última lectura notó un sello detrás de la última página.
Biblioteca; 11:2-6 (FH 6:12-5)
Afortunadamente era su hora del almuerzo, tenía como media hora antes de que los demás llegarán. Sin decirle a nadie salió de la agencia para ir a la biblioteca; 11:2 era el número del estante de la biblioteca de donde salió, aunque FH no sabía lo que significaba. Un poco curiosa por lo que dijo Ranpo de libros código revisó la pagina 11, línea 2 y palabra 6 o puede que sea la primera letra.
No había nada más que la palabra "Me", tal vez solo se esté imaginando las cosas o se estaba volviendo paranoica y está viendo pistas donde no las hay. Cuando llegó a la biblioteca pidió indicaciones y le indicaron donde estaba ese estante, todo estaba ordenado de manera tan meticulosa ahí estaba el espacio que dejó el cuento de 'el ruiseñor y la rosa', pero no pudo evitar mirar que en una estantería había un libro con grandes letras FH, con curiosidad lo tomó y pudo verlo.
El Flautista de Hamelin
Un extraño cuento acerca de un hombre que ofreció al alcalde del pueblo deshacerse de una plaga de roedores a cambio de un pago y como el alcalde incumplió su parte del trato se llevó a los niños para ahogarlos en el río. Se puso a leer el cuento, el flautista encantó a las ratas con música y lo mismo hizo con los niños; en eso un momento muy fugaz llegó a su mente, cuando ese tipo del almacén usó su violín para controlar a las ratas para que los atacaran.
6:12-5
Fue a la página seis, buscó la línea doce y la palabra cinco; 'Extrañar'. Buscó el sello de la biblioteca, ahí decía BC 13:8-6 y se puso a buscar un libro con esas iniciales y encontró otro libro de cuentos.
Blanca Nieves
Una chica que mordió una manzana envenenada que le dio su madrastra por ser considerada más hermosa, pero que solo despierta con un beso de amor verdadero dado por su príncipe azul. Se rio levemente porque le recordaba a las primeras fantasías infantiles que tuvo en el orfanato cuando creía que los cuentos de hadas se iban a hacer realidad.
Página trece, línea ocho y palabra doce; 'pasado'.
Buscó otra vez el sello de la biblioteca y encontró las siglas CR 20:6; y nuevamente encontró otro libro con esas siglas en la sección de cuentos.
Caperucita Roja
Una niña que iba a casa de su abuela enferma, pero terminó confiando en un lobo que la engañó para ir por el camino equivocado y así él poderse comer a la abuela, haciéndose pasar por ella para también comerse a caperucita. Esta no tiene número de palabra, solo era un dialogo de interrogación.
― 'Abuelita, ¿Por qué tienes dientes tan grandes?'
Nuevamente volvió a buscar el sello y encontró solo la letra C 12:10-9; nuevamente buscó un libro solo con esa sigla, el único libro en la sección de cuentos con la letra C era:
Cenicienta
Ese era uno de los primeros cuentos que leyó en el orfanato, una pequeña huérfana que vivía como la sirvienta de su madrastra y hermanastras, pero con ayuda de un hada madrina pudo ser bella por una noche, ir al baile del castillo, bailar con el príncipe y ser feliz. Pero como todo tiene un límite la magia del hada madrina se acabó a media noche dejando atrás solamente una zapatilla de cristal que el príncipe usó para buscarla por todos los rincones del reino, el príncipe la encontró, se la llevó a su castillo y vivieron felices para siempre.
Siempre odió ese cuento, porque era un constante recordatorio que nunca podría ser feliz. Una huérfana como ella no se merecía nada, ni siquiera el amor de una familia; no había un hada madrina que le diera su magia para sentirse bella o un príncipe azul que la rescatara de ese infierno. Por eso consideraba ese tipo de cuentos como una tontería, cosa que era muy rara en ella.
Así que con algo de frustración buscó el sello de la biblioteca, pero ya no encontró ningún otro, así que ese sería el último libro con una palabra extraña; así que buscó la página doce, línea diez, palabra nueve. 'Recuerdos'.
Recuerdos amargos que le traía ese tipo de libros, Ranpo era el que era bueno en deducciones si hubiera algún código en esos libros. Comunicarse a través de libros era algo que hacían los espías para no ser descubiertos y también lo usaban en las cárceles donde los presos planeaban un ataque y ¿qué era igual que una cárcel para un niño?; el libro del Neuromante estaba hecho de manera que Ranpo y prácticamente cualquiera pudiera descifrarlo, un mensaje hecho para adultos en un libro para adultos y esas palabras en los otros libros eran más irracionales y simples que estaban en libros para niños. El Neuromante lo veían desde la perspectiva de los adultos, pero ahora debería ver lo demás desde la perspectiva de los niños.
La perspectiva de una huérfana.
Recuerdos: memorias que pueden ser de un trauma o momentos felices como los recuerdos que tenía Cenicienta del baile con el príncipe o de los abusos que sufría a manos de su madrastra y hermanastras.
¿Por qué tienes dientes tan grandes?: un cuestionamiento, no era el dialogo en sí; en realidad era la interrogación lo que importaba, en realidad estaba haciendo una pregunta importante.
Pasado: pude ser uno lindo o trágico, como si dijera recuerda el pasado ¿Lo olvidaste? No, era más complicado.
Extrañar: en el libro se refería a 'extrañar' de rareza, pero desde una perspectiva infantil que no tiene un vocabulario amplio que relaciona una palabra con un único significado. Extrañar de echar de menos a alguien.
Me: se refería a una persona en específico. Como diciendo 'nótame', 'soy yo'.
Recuerda tu pasado, decía el principio, una interrogante con extrañar a alguien en específico. Un código usado por muchos niños; y el mensaje:
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¿Me extrañaste?
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.
― ¿Puedo ayudarla bella señorita? –escuchó una voz atrás de ella.
Un poco asustada volteó y se sorprendió por la persona a quien vio.
―Tú… -susurró Atsushi sorprendida.
―Antes no habíamos tenido tiempo para hablar Nakajima-san –dijo el extraño con una sonrisa de lo más tierna.
Atsushi sintiéndose un poco incómoda ella le devolvió la sonrisa de una manera nerviosa mientras pasaba un mechón de su cabello detrás de su oreja.
―No me esperaba verte otra vez Nakamura-san.
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Dazai volvió a la oficina cuando el sol ya se estaba ocultando, Kunikida estaba con los nervios de punta porque Atsushi no volvió de la hora del almuerzo, Atsushi era una chica responsable, y educada así que es claro que se preocupara porque ni siquiera le llamó a ninguno de la agencia para decir en donde está.
Lo único que pensaba Kunikida era o que estaba herida, la atacaron o en el peor de los casos se encontró con el sujeto que la atacó o aun peor con Akutagawa.
Mientras Dazai estaba despreocupado, en cuanto regresó, el presidente le encargó que hiciera que la niña tigre y el perro de la mafia aprendieran a tolerarse si llegara una amenaza grave para la ciudad. Para Dazai sería un poco complicado, Akutagawa a pesar de que le tiene cierto rencor por haber dejado la mafia aún puede seguir sus órdenes y Atsushi seguiría sus órdenes sin rechistar, pero el reto más grande sería hacer que esos dos se llevaran bien, ambos son igual de tercos.
― ¡A lo mejor la secuestraron! O ¡Tuvo un accidente y está herida sola y asustada! ¡Voy a llamar a los hospitales! –gritaba Kunikida.
Kunikida estaba al borde de un ataque de pánico y estaba a un paso de levantar el teléfono para llamar a todos los hospitales de Yokohama, pero el presidente le quitó el teléfono.
―Dazai, ve a buscar a Atsushi y los quiero ver a ambos mañana temprano; Kunikida cálmate, de seguro Atsushi está bien y tuvo una buena razón para ausentarse tanto –indicó el presidente Fukuzawa de manera firme para evitar que Kunikida siguiera haciendo esos dramas –Ranpo ¿lograste descubrir algo del libro código?
Ranpo dejó de comer sus dulces y con tremendo aburrimiento dijo.
―Ese era el libro de la semana que usaba Noshimuri, las cámaras del lugar captaron también a la persona con quien se comunicaba, con quien se comunicaba era Masato Kirishima, el hijo de la abogada Kirishima.
Eso llevó a Yukichi a pensar un poco, ¿Por qué Kirishima se ha estado comunicando con Noshimuri? ¿Le estaba pasando información del despacho de su madre?
―Por los mensajes código que pude obtener de otros dos libros es que Kirishima bajo amenazas le estaba pasando información del despacho legal de su madre y así Noshimuri podría vender esa información a la Port Mafia, al parecer le salió mal la jugada y se llevó a Kirishima con él en las consecuencias –dijo Ranpo llevándose a la boca unos chocolates –pero aún no he logrado rastrear a quien atacó a Atsushi.
―Por el momento el caso se queda en una transacción que salió mal, pondremos el caso en inconcluso. Por lo pronto vayan a descansar.
Todos fueron a descansar, pero aun con la preocupación de no saber en dónde estaba la chica tigre. Kyouka se acercó a Dazai con algo de timidez ella no dijo nada, pero el ex líder de la mafia comprendió a la perfección lo que quería decir, así que solo le revolvió el cabello en un gesto de consolación.
―Atsushi de seguro está bien, sabes perfectamente que ella es fuerte.
Kyouka solo asintió son expresión neutra y aunque, quería evitarlo sus manos temblaron ligeramente recordando como su hermana mayor llegó sangrando la noche anterior. Decidió confiar en lo que le dijo Dazai y se fue en silencio al apartamento mientras esperaba a Atsushi.
Dazai se quedó pensando en donde podría estar Atsushi, con lo moralista y correcta que es lo más seguro es que quiso devolver el libro a la librería o la biblioteca de donde venía. Así que por lo bien cuidado que estaba el libro no se tuvo que sumar dos más dos para deducir que tal vez estaba en la biblioteca y se haya entretenido con algún otro libro.
Le tomaría solo unos cuantos minutos llegar a la biblioteca y tal vez dos más para encontrar a su subordinada, pero antes de poder llegar siquiera a la entrada de la biblioteca escuchó una risa familiar y cuando volteó para confirmar abrió los ojos un tanto sorprendido. En una mesa de un café al aire libre estaba Atsushi platicando con ese chico con que había tropezado aquel día.
Definitivamente no le agradaba.
¿Por eso Atsushi no volvió a la oficina? Aun así, ella no faltaría sin avisar, ella no era ese tipo de persona irresponsable. Eso se esperaría de él, pero no de Atsushi.
Su molestia fue reemplazada por una idea brillante, una sonrisa idéntica a la del gato rizón apareció en su rostro y sacó su teléfono para hacer una llamada importante.
Al parecer tendría que acelerar el plan de unir a la nueva pareja del doble negro.
Mientras tanto en el café.
―Realmente me alegra que haya aceptado tomar un café conmigo señorita Nakajima.
―Créame que el placer es todo mío Nakamura-san.
―Oh por favor solo llámeme Akihiro, no es necesario que sea tan formal.
―Entonces está bien que solo me llame Atsushi, no merezco tanta formalidad –dijo Atsushi removiéndose incómoda.
El muchacho le tomó la mano y le dijo.
―Usted se merece todo el respeto del mundo, pero sí de verdad lo desea puedo llamarte solo por tu nombre… Atsushi.
―Eso me agradaría.
Resulta que Akihiro Nakamura trabajaba como bibliotecario y realmente se alegró de verla en la biblioteca, porque nunca pensó que volvería a ver a quien conoció por coincidencias de la vida.
Realmente le alegró verla.
Pero todo ese ambiente ameno fue interrumpido por el tono del celular de Atsushi a quien se le fue la sangre del cuerpo al reconocer el número de Dazai. Con algo de miedo contestó.
― ¡Atsushi-chan! Qué alivio que no estás herida, Kunikida ya estaba por comenzar a buscarte de hospital en hospital –Dazai comenzó a decir su típico monologo dramático.
Ahora la cara de Atsushi estaba más roja que un tomate porque los gritos de Dazai eran tan fuertes que no se necesitó alta voz para que su acompañante lo escuchara.
―Lo siento tanto Dazai, es que estaba siguiendo una tontería y luego me encontré con un conocido y realmente no medí bien mi tiempo. Por favor dígale a Kunikida que realmente lo siento y dígale al presidente que repondré las horas que perdí –dijo ella llena de vergüenza.
―Eso se los dirás tú personalmente Atsu-chan, por el momento tengo un trabajo especial para ti. Te estoy esperando afuera del café en el que estas.
Luego de eso colgó, ella no podría estar más avergonzada.
―Realmente lo siento, pero debo irme. Lamento lo que acaba de pasar –dijo Atsushi haciendo una leve reverencia en modo de disculpa.
―Lo opuesto, lo opuesto. Yo soy quien debe disculparse, te distraje de tus responsabilidades así que en todo caso es mi culpa, pero me gustaría verte otra vez si es que se puede –dijo Akihiro mientras también daba una reverencia, pero antes de que Atsushi pudiera retirarse Akihiro la tomó de la mano y le dio en beso en la misma.
Eso hizo que la tigresa se sonrojara y también que la tigresa en su interior ronroneara levemente, casi quería golpearse por tener ese tipo de sensaciones.
―Hasta entonces Atsushi.
Atsushi solo movió la mano en modo de despedida y solo dio dos pasos afuera de la cafetería cuando sintió que la atrapaban en un abrazo sofocante.
― ¡Atsushi-chan! ¡Me alegra que estés bien! ¡Ahora debes venir conmigo para esa misión especial! –le dijo Dazai mientras la asfixiaba en su abrazo.
―Pero no podré hacerlo si no me dejas respirar –habló Atsushi con voz aguda por la falta de aire que estaba teniendo.
Ahí Dazai la soltó para que recobrara el aliento y después prácticamente la arrastró por la ciudad hasta llegar a la entrada de un restaurante elegante.
― ¿Qué es lo que estamos haciendo aquí? –preguntó un poco desconfiada la tigresa y ya estaba preparada para huir.
Lo hubiera hecho de no ser porque Dazai la tenía sujeta por la parte de atrás de su camisa sabiendo sus intenciones de salir corriendo.
―Ni siquiera lo pienses Atsu-chan porque nuestro acompañante llegará justo ahora.
Atsushi estaba lista para replicar cuando escuchó unos pasos que se dirigían hacia ellos y abrió los ojos como platos para después fruncir levemente el ceño al ver de quien se trataba.
Akutagawa.
Al parecer al pelinegro tampoco le gustó verla porque su mueca fue de disgusto total, pero se calmó un poco al ver la mirada firme de Dazai.
―Dazai, ¿Qué es lo que pretendes? –preguntó Atsushi entre dientes.
―Solo confía en mi Atsushi-chan. Ahora vamos adentro –pero le dio una mirada seria a Akutagawa -¿entendido?
Akutagawa siguió a Dazai quien arrastraba a Atsushi por el cuello de la camisa. El restaurante era completamente elegante, comida exquisita, música en vivo y decoraciones elegantes, para siquiera poder tener una mesa ahí deberías ser millonario.
―Realmente eres un desastre para venir a este tipo de lugares –le dijo Akutagawa con desdén a la peliblanca.
―Oh discúlpame ¿Te avergüenzo?, pues perdona mi ignorancia no sabía que debía trabajar con un vestido de gala –le contestó Atsushi con burla.
―Ni con cirugía cosmética lucirías con un vestido de gala.
―Al menos no apesto a sangre.
―Al menos yo si tengo modales.
―Ya cállense los dos –les dijo Dazai para reprenderlos.
Ambos siguieron a Dazai en silencio hasta que llegaron a su mesa.
―Ahora ambos siéntense como dos personas civilizadas y presten completa atención a lo que voy a decirles –les dijo Dazai estando frente a ellos –yo cubriré todos los gastos de la cena, pero necesito completa cooperación entre ambos.
Ambos se miraban con el ceño fruncido en clara señal que se odiaban, pero dejaron su odio por un momento para ver a Dazai que los miraba de manera seria.
―Los jefes están preocupados de que ese ataque de novatos sea solo una distracción para algo mayor y dado que ustedes dos derrotaron al líder de Guild pensaron que harían un buen equipo.
Eso les estaba dando un mal presentimiento, sintieron un escalofrío recorrer sus columnas.
―Así que me encargaron la tarea de hacer que aprendan a tolerarse, aunque sea por unas horas. Así que decidí que ustedes dos tendrán la noche de hoy ¡UNA CITA! –terminó de decir Dazai con una sonrisita de niño bueno.
El lugar se había quedado completamente en silencio a su alrededor, mientras se miraban uno al otro como si fuera una broma de mal gusto, pero al ver nuevamente a Dazai se dieron cuenta de que hablaba completamente en serio.
― ¿Qué? –susurró Atsushi.
― ¿Qué? –susurró Akutagawa.
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¡¿QUÉ?!
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CONTINUARÁ…
