Llegó el día predilecto, ese día en el que Bell se uniría a la familia Loki para juntar esfuerzos y avanzar a donde ningún aventurero actual ha llegado, al lugar tan ansiado por la familia Loki desde que se convirtieron en la segunda familia más poderosa de Orario, el inexplorado y poco conocido piso 60, recapitulando lo sucedido, después del enfrentamiento con el minotauro negro hace ya varios días, el gremio recibió información de primera mano por parte de Urano, aunque su fuente aún es desconocida para la ciudad y las familias que en ella se encuentran, una de las familias en específico sabía lo que sucedía, Hestia y todos sus hijos fueron quienes habían informado al Dios a cargo de Orario sobre la actividad de los irregulares, provocando un aumento en la seguridad entre pisos, con ayuda de los tan famosos "Guardias de piso" como los aventureros que habían tenido el gusto de recibir ayuda de estos mismos los habían nombrado, pero había algo que Urano había ocultado todo este tiempo, la existencia de un irregular encontrado poco tiempo antes de emitir la orden a las familias Freya, Loki y Ganesha de hacer expediciones obligatorias, ya sea por separado o conjunto, era obvio que el Dios de orario estaba ocultando algo, en caso de que lo que causara toda esta movilización era lo dicho por Bell y su familia ¿Por qué actuar hasta ahora?, esa pregunta resonaba en la cabeza del peliblanco.
-Bien Bell, debes tener cuidado en esta expedición, si bien el rival más fuerte al que haz enfrentado no tiene nada que envidiarle a los monstruos de los pisos profundos, no debes confiarte, así que ve con cuidado y vuelve con vida-Reprendió Hestia al peliblanco mientras se encontraba sentado, con su armadura puesta, una mochila algo pequeña donde guardaba pociones y suministros de comida, así como su bufanda de piel de goliath negro.
Se le viera por donde se le viera, el chico estaba realmente preparado para lo que se pudiera presentar en estos días que iba estar fuera, aunque nunca puedes estar seguro de tener todo lo necesario para sobrevivir si tu destino es el calabozo, una mala jugada dentro de ese lugar y ni el mejor armamento podrá salvarte, esto Bell lo sabía muy bien.
-Tendré cuidado Kami-Sama, ya lo prometí, ademas ya no soy el mismo niño de antes, ahora al fin soy un nivel 6, logré alcanzar, en nivel al menos, a la señorita Aiz, quiero creer que estaré bien, además, con esta nueva arma que hizo para mi Welf, puedo pelear con ambas dagas sin miedo a que se rompan, es realmente resistente e impresionante lo ligera y letal que es, en tan solo una semana la hizo para mi-Dijo Bell desenfundando la daga color gris que fue hecha con el botín que soltó Asterius, una daga que, aunque llamarla de esa manera era algo incorrecto ya que tenía más características de una espada corta, era mucho mejor que la anterior hecha del mismo material ¿Y cómo no serlo? No es lo mismo un cuerno de minotauro de nivel 2 a uno proveniente de una bestia nivel 7.(Imagen referencial de la nueva arma de Bell).
-Muchas gracias, Welf-agradeció el joven mientras volteaba hacia donde se encontraba el herrero.
-No es nada Bell, me alegra ver que es de tu gusto, espero que no la rompas como la anterior, aunque lo dudo, es más probable que tu brazo se rompa antes que la daga, por cierto más te vale traerla intacta llegando de la expedición, no tuve tiempo para mostrársela a Hefesto-Sama, con la espada hecha para Hogni casi obtengo su aprobación pero ¡Hey! A lo mejor algo hecho para ti cumple mi deseo-Respondió Welf con una gran sonrisa y levantando el pulgar, demostrando que se encontraba bien.
-Oye por cierto Welf ¿Cómo es que saliste vivo de la sede de la familia Freya a la hora de entregar esa espada? ¿Qué dijo el señor Hogni cuando se la entregaste?-Preguntó Mikoto al pelirrojo, ella sabía perfectamente lo aterradores que eran los miembros de la familia Freya, si bien solo habían tenido el gusto de convivir directamente con el elfo oscuro Hogni, el resto de verdad desprendían un aura asesina más densa que él, era como comparar a un barbarían como un grupo de Demi espíritus, si Bien ambos monstruos son peligrosos por sí mismos, el nivel de dificultad no es el mismo.
Al hacer esa pregunta la bella chica del lejano Oriente, un escalofrío recorrió la espalda Welf, todo producto de recordar la escena de ese mismo día.
Una semana atrás.
Welf había recibido la opinión de Hefesto-Sama sobre la espada mágica creada a base de adamantita que había hecho para el elfo Hogni de la familia Freya, a pedido personal del mismo, ya habían pasado casi 10 días desde que le habían hecho ese pedido pero hasta el día de hoy iba a entregarlo, por eso mismo, saliendo de la Torre de Babel, se tuvo que dirigir a la sede de la familia Freya, "Folkvangr" era su nombre, en la cual Hogni lo estaba esperando, él sabía que nada bueno saldría de dejarlo esperando por mucho tiempo, por eso mismo corrió como si su vida dependiera de ello para entregar el arma.
Llegando a Folkvangr, Welf pudo vislumbrar al elfo negro con un aura misteriosa y oscura, parado en la entrada del lugar, Welf sentía como si estuviera apunto de hacer una venta ilegal por la seriedad que Hogni le ponía a todo esto y la cantidad de gente que lo veía de reojo, nerviosa por su presencia inmóvil.
Welf tragó saliva y se acercó a él.
-H-Hogni, soy yo, Welf-Dijo el pelirrojo con sumo cuidado, acercándose a su espalda.
-Herrero, veo que al fin te dignas a hacer acto de presencia, nada bueno sale de hacerme esperar-Respondió amenazadoramente.
-L-Lo qué pasa es que fui con Hefesto-Sama para que me diera su opinión sobre la espada, de esa manera tendrás la garantía de que el arma que hice para ti y que te estoy entregando en este mismo instante es de primera calidad, tiene el sello de aprobación de la Diosa encargada de hacer armas-Se excusó Welf, con las piernas temblando y con un ligero tartamudeo en su voz.
-De acuerdo, eso es algo bueno, al menos no me dejaste esperando por una idiotez, me hace sentir relajado saber que tiene la aprobación de esa diosa, pero creo que es momento de que me vayas mostrando la espada ¿No crees?-Replicó Hogni, con clara desesperación por ver el arma.
-Tiene razón, lamento la tardanza-Contestó Welf desenfundando la gran espada negra color azabache.
Hogni la tomó lentamente y sus ojos parecieron abrirse completamente, era claro que estaba realmente sorprendido al verla, sus ojos también parecían brillar como si hubiera obtenido el juguete que tanto deseaba, esto hizo que Welf dejara de estar tenso.
"Así que hasta él puede actuar como una persona normal, me hace sentir mejor saberlo" pensó el pelirrojo al ver la reacción aprobatoria del elfo.
-Herrero, he de admitir, muy a mi pesar, que superaste con creces mis expectativas, yo pensaba que solo eras un herrero mediocre que tuvo la suerte de hacer esa espada mágica en una situación de peligro real, veo que me equivoqué, muchas gracias Herre... no, muchas gracias, Welf-Agradeció Hogni de manera sincera al herrero, algo nunca antes visto por este mismo ni nunca antes hecho por parte del que provenía el agradecimiento.
"Así que eso pensaba de mí..." Dijo Welf en su mente con una cara decaída.
"Pero al menos eso cambió" agregó a su hilo de pensamientos.
-No tienes por qué agradecer, es un gusto saber que algo hecho por mí será usado por un aventurero tan importante como lo eres-Contestó Welf.
-Bueno, creo que sería todo, debes retirarte antes que alguien de mi familia te vea, que yo sea agradecido y te tolere no significa que los demás lo harán, al fin y al cabo eres de la familia de ese conejo, así que vete rápido-Dijo Hogni de una manera muy calmada, como si no supiera el terror que esas palabras infundían en las personas.
-Tienes razón, hasta la próxima-Dijo Welf corriendo a toda velocidad al sentir como unas miradas provenientes de Folkvangr empezaban a dirigirse a su persona, tal vez era su imaginación pero no podía dudar de eso en ese lugar, sería peligroso, lo mejor era seguir sus instintos.
"Ahhhhhhhh y yo que pensaba que si le agradaba a uno podía recibir el mismo trato de todos ¡Pero es imposible! ¡Si se odian entre ellos al punto de querer matarse! ¿¡Qué le espera a alguien como yo que no soy de su familia!? Pero aún ¡Soy de la familia de la pareja de su Diosa!" Pensó con terror el herrero mientras se perdía de la vista del elfo oscuro.
Hogni entró a su sede después de ver que Welf se fuera.
-¡ES REALMENTE GENIAL ESTA ESPADA!-Gritó a los cuatro vientos con emoción.
-¡CÁLLATE MALDITO ELFO!-Gritaron a la distancia con una voz irritada.
Volviendo a la actualidad
-Y eso pasó...-Finalizó Welf, recordando la aterradora escena que vivió.
-No debí preguntar ¿verdad?-Dijo Mikoto viendo el rostro del herrero.
-Lili piensa que si, Mikoto, no debiste preguntar, acabas de despertar su trauma nuevamente-Respondió Lili viendo fijamente al pelirrojo, era claro que estaba temblando, aunque lo intentara disimular.
-B-Bueno... creo que es mejor que me vaya retirando, no deseo llegar tarde y me suceda algo como eso con Bete o con la señorita Riveria, por lo que he oído, todos en la familia Loki le tienen terror a ésta última, no entiendo por qué si se ve tan amable, pero mi instinto de supervivencia me dice que es mejor seguir los consejos que Tiona y Aiz respecto a ella-Dijo Bell cambiando de tema y haciendo olvidar a Welf ese trauma tan fresco.
-Es lo mejor, pero de todas maneras, Bell, la asesora me dijo que quería verte desde la semana pasada pero como no haz ido al gremio por estarte preparando, no dije nada-Comentó Hestia al peliblanco, despertando una cara de terror en el mismo.
-¿E-Eina quiere verme? ¿Ha esperado desde hace una semana?-Preguntó con miedo el chico conejo hacia su Diosa.
-¿Ah?, si, cuando fui a informar que habías subido de nivel ella me pidió que te dijera, pero se me había olvidado-Respondió Hestia con cierta sorpresa en su rostro al ver la reacción de Bell.
"¿Por qué pone esa cara?" Pensó la Diosa, ladeando la cabeza.
-¡TENGO QUE IRME DE INMEDIATO! ¡ADIÓS FAMILIA, VOLVERÉ PRONTO!-Gritó Bell a todo pulmón mientras que salía corriendo con todas sus fuerzas de la sede.
Todos se quedaron viendo entre ellos, sin entender lo que sucedía, todos menos Lili que comprendía la gravedad de la situación.
-Hestia...-Nombró la Hobbit a la Diosa.
-¿Qué sucede Lili?-Preguntó Hestia ante el llamado de Lili.
-Es una idiota... ¡BELL NO VA MORIR EN LA EXPEDICIÓN, LO VA MATAR ESA ASESORA APENAS LO VEA!-Gritó Lili en manera de regaño por la tontería que Hestia había cometido.
En ese momento todos comprendieron lo que pasaba, al recordar la manera en que esa semi elfa regañaba a Bell y la severidad con la que lo hacia, no era normal el poder que esa chica tenía sobre Bell, ni Freya le daba tanto miedo a la familia como ella.
-Fue un gusto ser tu amigo, Bell-Dijo Welf yendo a la fragua para hacer más armas.
-Bell, siempre recordaré como me salvó, su leyenda no morirá si estoy para cantarla-Expresó Haruhime.
Mikoto y Lili no dijeron nada, solo se retiraron del lugar, dejando sola a Hestia.
-¿Por qué reaccionan de esa manera?-Preguntó Hestia al viento sin comprender la situación.
En la señora de la abundancia.
Las bellas camareras se encargaban de atender a los aventureros, servían sus comidas, sus bebidas, cosa típica en el lugar donde ellas se encontraban, entre las camareras se encontraba la hermosa Diosa Freya, o como se hacía llamar cuando adoptaba esa forma de camarera, Syr, ella solo estaba sentada en la barra, con una mirada expectante que se dirigía a la puerta del lugar, como si esperara algo... o a alguien, ella sabía perfectamente qué día era, era el día en que Bell, su amado, se iría a una expedición nuevamente a los pisos profundos, esa no era su responsabilidad, no estaba entre las familias más grandes de Orario, no era de la familia Ganesha, no era de la familia Freya( muy al pesar de la Diosa) y mucho menos era de la familia Loki, pero estos últimos habían requerido y pedido los servicios como aventurero del chico, cosa que Bell aceptó de manera gustosa, aunque Freya había dicho que no había problema alguno sobre eso, no significaba que ella se encontrara tranquila, era completamente normal que estuviera nerviosa, su amado se iba a ir al calabozo por no se sabe cuántos días después de una experiencia tan cercana a la muerte ¿Quién no se preocuparía por eso?, si bien ella confía en la fuerza del peliblanco, de su conejito, sabía que el calabozo es un lugar impredecible y que en cualquier momento, aún el aventurero más fuerte, podría verse atrapado por los problemas y morir, ella deseaba disfrutar toda la existencia del chico junto a él, para después poder vivir juntos por toda la eternidad cuando ambos ascendieran a los cielos cuando el día de la muerte natural del chico llegara.
-Niña, sé que estás preocupada, pero todos y todas en este lugar sabemos que ese chico no morirá hasta cumplir la promesa que hizo contigo, por eso mismo, ma te te tranquila, además, no tarda en llegar, solo por hoy les permitiré hacer su escenita de romance juvenil aunque claro ¿Cuándo les ha importado que se los permita o no?-Dijo la enana a cargo de la señora de la abundancia, Mia Grand, a la pensativa chica de ojos y cabellos plateados.
-Gracias por sus palabras Mia Grand, pero no puedo evitar preocuparme por él, después de casi perderlo... yo...-Contestó la chica, tomando el adorno del espíritu de su cabello, el cual Bell y ella compraron a como junto cuando tuvieron su primera cita, esa primera cita que desencadenó todos los acontecimientos que han sucedido hasta ahora.
-Es normal estar preocupada-nya, así que no hay problema en que lo estés-nya, pero que eso no te afecte más de lo que deberías Syr-nya-Comentó Anya, viendo a la chica.
-Cranel volverá Syr, cuando eso suceda, podrán seguir siendo tan melosos como siempre-Agregó Ryuu, posando su mano en la cabeza de la chica que se encontraba aún sentada y con el adorno en sus manos.
-Hablando de ese lindo trasero, miren quién llegó-Interrumpió Chloe a la reunión de chicas que había en la barra.
-Bell-Dijo Syr caminando hacia el chico para después abrazarlo, no era como todas las veces, esta vez se notaba lo preocupada que estaba.
Bell únicamente correspondió al abrazo y apoyó su cabeza contra la suya de manera delicada y tierna.
-Bell... cuídate mucho, si hay muchos riesgos o no te sientes capaz de lograr derrotar a algún monstruo, huye, nadie te criticará, si sientes que no das para más, no te sobre esfuerces, pero por favor... vuelve con vida-Dijo la bella jovencita, con su rostro legado al pecho del chico, donde se encontraba su armadura.
-Syr... ya lo he prometido, lo cumpliré, no me puedo permitir morir hasta que nos casemos ¿Recuerdas? Así que me vas a tener que soportar por toda la vida-Contestó Bell, alzando el rostro de la chica con una de sus manos, al notar que unas pequeñas lágrimas salían de los ojos de ella, procedió a limpiarlas con sumo cuidado usando sus dos pulgares.
-Confiaré en ti, te estaré esperando-Concluyó Syr, volviendo a acurrucarse en el pecho del chico.
Normalmente los clientes hubieran hecho a un lado sus miradas, pero no pudieron hacerlo, esta vez no tenían pena ajena al ver la escena, tenían preocupación por ambos, estaban sorprendidos de ver el amor tan puro y dulce que compartían.
-Tengo que retirarme, me están esperando en la entrada del calabozo, me gustaría quedarme de esta manera todo el día, pero el deber llama-Agregó Bell con algo de tristeza.
-De acuerdo Bell, puedes ir-Contestó Syr, recuperando esa bella sonrisa.
-Pero antes de que te vayas...-Agregó la peliplateada.
En un movimiento rápido, se levantó de puntas ligeramente y le dió un beso en los labios.
-Para que no me olvides-Dijo la bella camarera mientras empujaba levemente a un Bell realmente pasmado hacia afuera del establecimiento.
Bell salió del lugar y Syr entró rápidamente de nuevo.
Ambos desde lados contrarios de la misma puerta, se recargaron en ella y susurraron al unísono.
-No quiero irme/No quiero que te vayas-Respectivamente.
En la entrada del calabozo.
Los ejecutivos de la familia Loki, el grupo principal de los aventureros más fuertes de la misma, se encontraban listos para partir, solo hacia falta una persona a para comenzar, alguien que brillaba por su ausencia en ese instante.
-¿¡Dónde está ese maldito tomate!?-Preguntó Bete con cólera por el "Retardo" del conejo.
-Tranquiló Bete, aún no es la hora que habíamos acordado, tal vez fue a despedirse de su chica-Respondió Finn con una sonrisa pícara.
Esto hizo despertar la mirada furiosa de dos chicas detrás de él, la primera era de la menor de las amazonas Hiryute, Tiona, quien había sido afectada por el comentario, ya que ella tenía un interés muy marcado por Bell, el enterarse de que ya tenía pareja la afectó, no tanto como la segunda persona de la que provenía la otra mirada furiosa, pero aún así le afectó, la segunda chica que lo veía era Aiz, que aún no aceptaba el hecho de que Bell estuviera con esa Diosa, si bien pudo notar que ella amaba a Bell, Aiz no podía aceptarlo del todo, no comprendía bien sus sentimientos pero era lo suficientemente lista para saber que le incomodaba saber de Bell y esa chica, Riveria vió esa escena y escuchó con atención lo dicho por Finn, solo guardó silencio al igual que Gareth y Tione, a quienes no les convenía meter mano a esa situación, el enano porque sabía que si daba algún comentario podría ser molido a golpes por Aiz, Tiona o Riveria, hasta la defensa más fuerte de Orario le teme a las mujeres, mientras que la amazona no decía nada porque se trataba de su hermana el asunto.
-¡Tienes razón Finn! ¡A lo mejor se animó a hacer lo que platicamos en la fiesta! Me uní a la apuesta de ese dios idiota y el herrero, le aposté 20,000 valis a la chica-Gritó Bete con cierta diversión en sus palabras.
La atmósfera se puso más tensa.
"¡Bete eres un idiota!" Pensó Finn.
Pero curiosamente no hubo reacción alguna, era obvio, ni Tiona, Tione y Riveria habían estado presentes en esa ocasión, por parte de Aiz, si bien sí estaba, Finn dudaba de que ella supiera a qué se referían o si los escuchó.
-Pasó cerca la bala...-Dijo Finn, suspirando levemente al ver un problema desaparecer.
-Perdón la demora...-Dijo una voz detrás de la familia Loki.
-¡Al fin llegas maldito tomate! Tienes mucho valor para hacernos esper...-Reclamó el hombre lobo hasta que vió el rostro del chico, parecía cansado y decaído.
La observación del lobo había sido interceptada por todos.
-B-Bell... ¿Qué pasó? ¿Por qué tienes esa cara?-Preguntó Finn algo nervioso.
Aiz y Tiona solo esperaron por su respuesta.
-Las asesoras son aterradoras...-Respondió Bell sin rodeo alguno.
-C-Creo que es mejor no preguntar detalles ¿Cierto?-Comentó Gareth.
-Si, es lo mejor-Contestó Bell tratando de recuperar la compostura.
-Bueno, entonces partamos-Dijo Finn, guiando al grupo hacia la aventura que les aguardaba dentro del calabozo.
-¡Si capitán-Respondieron todos al mismo tiempo, comenzando a caminar.
-Bell/Argonauta¿si estas bien?-Preguntaron de manera preocupada Aiz y Tiona.
-Si, solo digamos que me regañaron por algo que no hice jaja, pero todo estará bien, ya me disculpé con Eina, mi asesora-Respondió Bell con una sonrisa calmada.
Día uno en el calabozo.
El grupo de la familia Loki junto a Bell avanzaron sin problemas por los pisos del 1 al 16, los monstruos del lugar no eran problema, pero querían mantenerse a paso lento, no era necesario apresurarse, debían administrar esfuerzos para no llegar cansados a los pisos inferiores y profundos, durante sus combates en esa zona, pudieron observar que la cantidad de monstruos era muy baja si la comparábamos con los parámetros normales, solo lograron encontrar algunos minotauros, al igual que pocos Bad Bat e Infant dragón a lo largo de su camino, en grupos considerables claro, pero no eran ninguna amenaza para ellos, Bete, Tiona, Tione, Riveria, Gareth, Finn, Aiz y Bell que eran niveles 6 pasaron como en un día de campo, sin pecar de soberbia ni confianza, mientras derrotaban a los monstruos pudieron observar a los conocidos como "Guardias de piso" desde las sombras, pero ninguno hizo interacción alguna con ellos, solo sentía. Como eran observados, si se acercaban podían hablar para mediar palabra pero no parecían tener la intención de hacerlo, solamente se quedaban quietos observando. Bell sabía la razón de esto, ellos no debían ser vistos, ese fue el trato de ellos con el gremio y Urano, pueden salvar a los monstruos inteligentes para unirse a los Xenos pero deben mantener ocultos y salvar a los aventureros que se vean amenazados, parecía un acuerdo un tanto injusto pero a la larga los beneficios obtenidos por parte de los Xenos eran altos, porque obtenían más compañeros, lograban mantener segura la zona de cuidado de la que se encargaban y ganaban la confianza de los aventureros, era un ganar/ganar.
-Espero que todo esto funcione, quiero que puedan cumplir su sueño de ir a la superficie, quiero que Wiene pueda estar junto a nosotros nuevamente y disfrute estarlo, presentarle a Freya, muy seguramente se lleven bien, mañas son muy amables y dulces, aunque Wiene es muy apegada a mi, dudo que Freya se ponga celosa por que Wiene me abrace mucho como lo hace siempre ¿Verdad?-Dijo Bell en manera de retroalimenta mientras observaba por el rabillo del ojo a Lyd, Bell sabía que era él, no porque alcanzara a vislumbrar rasgo alguno del Lizzard, si no porque él conocía las zonas que cada pequeño grupo de Xenos custodiaba y a Lyd le correspondía del piso 10 al 15, la persona al lado de él entonces debía ser la siren Ray.
"Me gustaría saludarlos, es divertido hablar con ellos, pero cada uno de nosotros tenemos nuestras responsabilidades ahora mismo" pensó Bell.
-Hey maldito tomate ¿Te vas a quedar ahí parado? Hay que avanzar al piso 17, hoy debería ser el día en que el Goliath se regenere-Preguntó Bete con si típico tono enojado, Bell se comenzaba a acostumbrar
-Voy, lo lamento, me perdí en mis pensamientos-Respondió el peliblanco, acelerando el paso a donde la familia Loki se encontraba.
Llegados al piso 17, un gran rugido resonó en todo el lugar e hizo temblar las paredes, al mismo tiempo, pasos agigantados se sentían cercanos, todos se pusieron en posición de combate para terminar con la Bestia lo más rápido posible, no deseaban alargar el combate con esa cosa, era perjudicial hacerlo, pero al poder observar detenidamente al gigantesco monstruo, notaron que éste no era "normal".
-Finn-Dijo Bell, sacando de su sorpresa al Hobbit.
-¿Qué sucede, Bell?-Preguntó Finn.
-Ustedes detengan al Goliath por un minuto, cuando se mi señal, se apartan, si logran acabar con él antes de eso, no hay problema-Respondió Bell mientras comenzaba a cargar argonauta, Bell supo identificar lo que se encontraba mal en el Goliath ¿Y como no hacerlo? Habiéndose enfrentado ya dos veces a ese tipo de monstruo, a ese Goliath irregular.
-Veo que te diste cuenta igual, yo que me percato de mi gran vista analítica y tú te diste cuenta de ello antes que yo, bien, haz lo que tengas que hacer, Bell, te daremos el tiempo-Contestó el hobbit.
-¡Familia! ¡Detengan un minuto al goliath! ¡Hay que darle tiempo a Bell para que lance su ataque! ¡después de eso, a mi señal, se quitan de en medio!-Gritó Finn llamando la atención de los presentes.
-¡Riveria, tú comienza a usar tu cántico para congelar sus piernas, no permitamos que se acerque! ¡Aiz y Bete, ataque al flanco izquierdo y derecho del monstruo, que no pueda usar sus brazos para librarse del hielo! ¡Gareth, detén su avance en caos de que se libere del hielo! ¡Tiona y Tione, ustedes dos juntos conmigo ataquemos de frente, infundámoslo el mayor daño posible a rostro y torso!-Gritó Finn nuevamente, lanzando la orden a toda la familia.
Todos se lanzaron al ataque, su sincronización era realmente increíble, Bell no podía concentrarse en verlo peor por los sonidos del combate y el viento cortándose, pudo notar que la diferencia entre ellos y lo que logró observar de la familia Freya era casi nula, actuaban, peleaban y se sincronizaban igual, no era descabellado pensar que ellos podrían acabar con el monstruo antes de que Bell cargara Argonauta para lanzar su ataque, aún así, no podían subestimar la capacidad de regeneración del Goliath negro, curiosamente, todas las veces en que el ataque de un Goliath negro ha sido registrado en el gremio, Bell Cranel se encuentra en el grupo que lo combatió ¿Es una coincidencia? ¿O Bell realmente es un amuleto de la mala suerte? Es de pensar detenidamente eso, los irregulares se hacen más presentes cuando Bell entra al calabozo ¿Su habilidad suerte es solo un adorno? ¿Solo sirve para obtener botines? Muy probablemente la respuesta sea sí, pero no nos precipitemos a los hechos.
Volviendo a la batalla, el goliath se vea abrumado por los constantes ataques de un hobbit y 2 amazonas a la parte frontal de su cuerpo, sus piernas eran congeladas constantemente por una elfa de cabello verde, tardaba más en liberarse del hielo que Riveria convocando su magia para atraparlo nuevamente, Aiz y Bete atacaban a base de golpes con espada y patadas respectivamente, era real,ente sorprendente como Bete lograba hacer igual o mayor daño al monstruo con solo sus piernas, ni Aiz usando Ariel se comparaba al daño que Bete le estaba causando al Goliath por el lado derecho ¿Estos eran la élite de la familia Loki? Bell no había tenido la oportunidad de verlos en todo su esplendor ya que la batalla más pareja que habían tenido fue contra los Demi espíritus que los interceptaron cuando se acercaron a Asterius, batalla en la cual, Bell no pudo estar presente, ya que debía concentrarse en su propio enfrentamiento.
58 segundos.
Ese tiempo es el que Bell llevaba acumulando su ataque.
59 segundos.
"Un poco más, al parecer yo daré el golpe final" pensó Bell sin perder la concentración en su ataque.
-¿¡Cuánto mas va tardar ese maldito tomate!?-Preguntó Bete, no por estar abrumado, si no porque ya se estaba hartando de golear algo que no reflejaba el daño, todo se regeneraba rápidamente.
-Solo un segundo más Bete-Contestó Finn.
-Tch, que habilidad tan desventajosa, quedarse quieto en batalla, aún por un segundo puede costarle la vida a ese idiota-Respondió Bete.
-Por eso estamos aquí...-Replicó Aiz.
-Para darle tiempo a Argonauta-kun y no muera-Dijo la amazona Tiona, estando de acuerdo con la princesa de la espada.
60 segundos.
-¡Listo! ¡FINN, AHORA! ¡QUÍTENSE DE EN MEDIO!-Gritó el peliblanco, posando su mano hacia adelante, listo para lanzar su magia.
-¡HÁGANSE A UN LADO TODOS!-Ordenó el hobbit.
En ese instante, como si se tratara de ninjas, los 7 miembros de la familia Loki se hicieron a un lado para no verse afectados por el ataque.
-¡FIREBOOOOOOOOOOOOOOOOLT!-Gritó Bell mientras las partículas de la habilidad se concentraban en la palma de su mano para luego unirse con el ataque mágico.
Un gran rayo rojo con detalles blancos por entrar en contacto con la habilidad "Argonauta" salió disparado de la palma de la mano derecha del chico a gran velocidad, impactando con el goliath negro, pulverizándolo al instante, exceptuando por una gran piedra mágica del mismo.
-Esto fue rápido, cayendo casi en lo decepcionante-Dijo Gareth al ver como habían derrotado con suma facilidad a ese monstruo.
-Impresionante...-Dijo Tiona, quien no se acostumbraba a ver el poder que daba esa habilidad a su usuario.
-Siempre es un placer verlo-Contestó Tione.
-Ese niño es increíble, si siendo un nivel 1 lo era, ahora mismo lo es aún más-Dijo Riveria mientras cerraba los ojos y asentía ligeramente con sus ojos cerrados.
Aiz solo se quedó observando a Bell, maravillada, era increíble lo fuerte que se había hecho.
-Bueno, creo que sería bueno tomar un descanso en Rivira ¿Qué opinan?, así Bell puede recuperarse para no caer en Mind cero-Sugirió en Hobbit.
-Me parece bien, no tengo queja alguna-Dijo Riveria.
-Como deseen, yo puedo continuar sin problemas, pero al parecer ese tomate se está acostumbrando apenas a ser un nivel 6-Contestó Bete mientras tomaba en sus manos la piedra mágica que el goliath había dejado al ser pulverizado.
-Pues la mayoría gana, vamos Bell-Concluyó el hobbit.
De esa manera, todo el grupo se dirigió a la zona segura de Rivira, para tomar un descanso y continuar al día siguiente, aunque sea sorprendente, entre el piso 1 y 17 habían consumido 11 horas de combate, el problema cómo se había comentado, no era la dificultad de los monstruos ni de la cantidad de los mismos, era lo lento que avanzaban, si fuera una misión de emergencia, a este momento ya estaría adentrándose a los pisos 40 o superior, pero ese no era el objetivo.
En el borde de una montaña, se veía a un pensativo Bell, estaba recordando lo sucedido hace casi un mes en este mismo lugar, la expedición, las palabras del anterior Goliath negro, las palabras finales del Green dragon, la revelación de que es muy probable que el dragón negro esté en camino, eso era demasiado para una sola persona, se sentía abrumado, no pensaba en proteger su vida como muchos aventureros harían, no buscaba fama enfrentando al dragón negro, no buscaba dinero, solo quería proteger a la gente que le importe, así le costara la vida, él sabe que, en caso de tener que elegir entre su vida y la de sus seres queridos, elegiría la de sus seres queridos, así rompiendo las palabras y promesas que siempre les daba antes de salir a una aventura, Bell tenía miedo de que llegara el dragón negro pero tenía más miedo de quedarse parado sin hacer nada.
-Veo que estás muy hundido en tus pensamientos, pequeño tomate-Dijo Bete a espaldas de Bell, haciendo que este último voltee.
-Conozco esa mirada niño, tienes miedo a algo-Agregó el hombre lobo.
-¿Tan transparente soy?-Contestó Bell con una ligera sonrisa de ironía.
-Eres muchas cosas chico, pero debo aceptar que un mentiroso no es una de ellas-Respondió Bete a la pregunta del peliblanco.
-¿Qué te preocupa?, no es que me interese pero sería un problema tenerte distraído-Preguntó Bete en un tono serio, sin cambiar su rostro y sentándose al lado del muchacho.
-Ya veo... lo que sucede es que tengo miedo a perder lo que tanto amo, el rumor de que el dragón negro viene en camino cada vez es más creíble-Respondió Bell directamente y sin rodeos, mostrando una mirada preocupada.
-Tomate, las personas van y vienen, concéntrate en no lamentar nada antes de que partan, lo digo por experiencia-Expresó Bete al oír lo que le sucedía a Bell.
-Si te dieran a elegir sobrevivir pero que todos a los que quieres mueran o morir pero saber que tus seres queridos no fallecerán ese día ¿Qué escogerías?-Preguntó Bell, le había molestado ligeramente la respuesta de Bete.
-Acabas de preguntarme una estupidez tomate idiota-Expresó el hombre lobo.
-¿Por qué lo dices?-Dijo Bell con duda, sin entender a lo que se refería.
-Simple, no elegiría ninguna de esas 2 opciones-respondió Bete, despertando la sorpresa de Bell.
-Porque si yo estuviera en esa situación, no dejaría que nadie me arrebate nada más, ni siquiera mi vida, por eso mismo, salvaría a todos-Agregó Bete.
Bell estaba sin habla, su respuesta contradecía en gran manera lo que le había dicho primero.
-Por ese mismo motivo, como te decía antes de tu pregunta estúpida, las personas van y vienen, concéntrate en no lamentar nada antes de que partan, lo digo por experiencia, pero... si tienes una oportunidad, aunque sea mínima de salvarlos, tómala y haz tu mayor esfuerzo para salir victorioso-Concluyó el lobo.
-Comprendo... tengo una sugerencia para ti, no hagas pausas tan largas entre tus palabras, estaba apunto de golpearte por lo que habías dicho, pero gracias por tus palabras, en verdad me han ayudado, me alegra saber que Haruhime está en buenas manos-Contestó Bell con una sonrisa.
-¿¡Qué mierda insinúas maldito tomate!?-Preguntó Bete con enojo por lo dicho de último.
-Jajaja, ahora creo que tú eres el tomate Bete, solo mírate-Respondió Bell con clara diversión al ver que Bete se había sonrojado.
-¡Por eso mismo nunca soy amable con nadie!-Dijo Bete, lanzando a un lado a Bell.
-Pero habló en serio, deja de mentirte, se nota que sientes algo por Haruhime, hasta yo que soy un idiota a la hora de notar indirectas lo sé-Agregó el peliblanco a espaldas del hombre lobo.
-¿¡Y qué si es así!? ¡No cambia nada!-Respondió con enojo Bete.
-Dijiste que no dejarías que nadie te quite nada nuevamente, por eso mismo, si no proteges a Haruhime, iré a golpearte yo mismo-Contestó Bell.
-Sé su héroe, es lo que ella desea, un héroe para sí misma, tienes todo para serlo, contigo se comporta diferente que con nosotros, tal vez funcione, no lo sé, pero... sé su héroe-Dijo Bell, retirándose del lugar, dejando detrás de sí a Bete.
-Nunca me he considerado un Héroe... pero haré lo que pueda-Concluyó Bete viendo al techo del piso 18, donde ya había caído la noche y la brisa pasaba.
Día 2 en el calabozo
La mañana había caído en el piso 18 hace ya unas horas, el grupo de expedición había partido apenas los rayos de luz tocaron a sus rostros, era el momento de continuar con la expedición.
Se les podía avanzar entre pisos con suma facilidad como cuando avanzaron del piso 1 al 16, antes de la llegada del goliath que los hizo frenar más de lo que hubieran pensado, Riveria y Finn se encargaban de liderar la retaguardia, por delante de ellos se encontraban estaban Aiz, las hermanas amazonas, Bete y Bell, Gareth estaba delante de ellos 5, fungiendo como escudo, cosa normal sabiendo que era el aventurero con mayor defensa entre ellos, la muralla imparable, cualquier ataque que llegara ellos de frente podría ser detenido por él y el resto se encargaría de acabar con la amenaza, una formación que aseguraba reducir el cansancio.
Al llegar a los pisos 20, 21 y 22 recibieron a su primera Horda de monstruos, compuesta por varios Mad Beetle, Mammoth Fool, Dark Fungus, Deadly Hornet y Metal Rabbit, todos en cantidades que iban de 20 a 30 ejemplares por especie, la batalla se libró con la mayor velocidad y precisión posible, en ese momento la prioridad era, por primera vez, acabar con ellos lo antes posible, una batalla larga con muchos monstruos sin parar solo para evitar usar toda la fuerza sería contrario al objetivo que tenían, debían acabar con ellos lo antes posible, al recibir esa orden, los 3 aventureros más rápidos del grupo salieron corriendo dejando únicamente una nube de polvo y un destello blanco/plateado/dorado, Bell, Bete y Aiz, como si de un rayo se tratara, acabaron con una velocidad apenas perceptible para los presentes en el lugar, corte tras corte, patada tras patada, estocada tras estocada, era monstruosa la escena de carnicera que estaban comandando ellos tres, la precisión que había en los golpes, todos iban a donde sus piedras mágicas estaban ubicadas, sin cortes de más, sin ser sanguinarios, solo acababan con ellos como si de simples muñecos de papel se trataran, las hermanas Hiryute se unieron a la batalla luego de salir de su sorpresa, ellas sabían de la capacidad de ataque y el potencial que podía alcanzar ambos aventureros pero eso era algo nunca antes visto por ellas, parecía que no eran los mismos, Aiz siempre se concentró en acabar con los monstruos de maneras muy poco rápidas, hasta sanguinarias, su odio por ellos era claro pero eso estaba cambiando, por parte de Bete no se podía decir mucho, la sorpresa no era que él estuviera acabando con ellos sin retardos, la sorpresa era que se estaba sincronizando correctamente con aquel conejo y la princesa de la espada, ese hombre lobo tsundere odia seguir órdenes o pelear en conjunto pero no ponía peros al estar junto a esos dos.
De esa manera, después de 2 horas de luchar con monstruos en el lugar, los cuales llegaban y llegaban sin parar hasta que dejaron de hacerlo de un momento a otro, era realmente sorprendente la cantidad de cosas que los monstruos habían droppeado.
-Bell, tengo algo que preguntar ¿de causalidad tienes la habilidad "Suerte"?-Preguntó Finn al ver la cantidad de Pelaje de Metal Rabbit que había en el piso.
-Si, así es Finn ¿Por qué preguntas?-Contestó Bell a la pregunta con otra pregunta.
-No sé si estás tan acostumbrado a que Liliruca sea quien se encargue de recoger todo o solo no te das cuenta pero ¿Ves la cantidad de botines que dejaría los Metal Rabbit con los que acabaste? Es impresionante aún teniendo la habilidad "suerte"-Explicó Finn extendiendo sus manos para que los ojos del peliblanco vieran todo lo que le rodeaba.
-No me había dado cuenta de ello, creo que ese es el motivo por el cual siempre tenemos muchas ganancias cuando voy de expedición o exploración-Contestó Bell recordando el dinero que ganaba.
-Eres una mina de oro niño, espero que no sea la última vez que vengamos juntos de expedición-Expresó Gareth con una sonrisa calmada.
-Yo espero lo mismo, es muy divertido venir con ustedes, pero, corríjanme si estoy mal ¿Por qué el resto de su familia aceptó hacer expedición en conjunto con el resto de la mía? Tengo entendido que entrarán al calabozo cuando nosotros salgamos, tome lo que tome eso, ¿Estoy en lo correcto?-Retroalimentó Bell.
-Simple, todos queremos hacernos fuertes, por eso mismo todas las familias, aunque tengan miembros de diferentes niveles, deben avanzar, ademas, tu familia no es débil, tres aventureros nivel tres y uña nivel 2, no está mal, son muy buenos, los he visto combatir y Liliruca es una excelente capitana al igual que Raúl, seguramente se llevarán bien...-Comentaba Finn antes de sentir un dolor agudo en su pulgar.
-Algo se acerca...-Advirtió el Hobbit a todos los presentes.
-¿Qué sucede?-Preguntó Bell al ver como todos tomaban poses de batalla.
-Digamos que Finn tiene un sexto sentido, cuando el peligro está cerca, comienza a sentir dolor en su pulgar, entre más fuerte o agudo el dolor, más peligroso-Respondió Riveria mientras Bell iba al lugar que le correspondía dentro de la formación.
Nadie se esperaba que el enemigo no llegaría por delante ni por detrás... lo haría desde abajo.
El suelo comenzó a romperse, despertando la mirada de los aventureros en el lugar quienes solo observaron como Bell era comido por una de las 3 bestias que emergía desde abajo.
-¡BEEEELL!-Trataron todos de avisarle al chico sobre su posición pero era inútil, ya se encontraba dentro de la bestia.
Quien había hecho eso era un Lambton.
-¡TENEMOS QUE SALVAR A BELL!-Gritaba Aiz tratando de aventarse a por el monstruo.
-¡Ve la situación Aiz!-Gritó Finn señalando debajo de ellos.
El Lambton no era el único de sus problemas, de pronto surgió uno más, pero esta vez, al estar alertas, pudieron evitar otra pérdida.
-Salvaremos a Bell pero primero debemos salvarnos a nosotros mismos-Respondió Riveria iniciando su cántico para congelar a la bestia hasta que de pronto otro ruido provino del piso.
Era un Amphisbaena.
-¡DEBE SER UNA MALDITA BROMA, SOLO PONEMOS UN PIE EN LA ZONA DE LA GRAN CASCADA Y APARECE ESA MIERDA!-Gritó Bete con cólera, arremetiendo contra el monstruo Rex.
-¿¡No se supone que aún faltaba 1 semana para que se regenerara!?-Preguntó la menor de las Hiryute con miedo.
-Se supone, por el momento debemos encargarnos de ellos-Dijo Gareth mientras se ponía frente al Amphisbaena, era el más peligroso por el momento.
-¡FINN, TIONE Y YO NOS ENCARGAMOS DEL LAMBTON, EL RESTO A POR LA AMPHISBAENA!-Ordenó Riveria congelando parte del cuerpo de la gran serpiente.
-¿¡Qué sucederá con Bell!?-Preguntó Aiz nuevamente.
-¡Él estará bien! ¡Hallará la manera de salir de eso!-Gritó Bete para que la princesa de la espada se concentre en el rival que tenían de frente.
Mientras tanto, dentro de la boca de uno de los Lambton
Se podía observar al aventurero peliblanco impidiendo que la serpiente cerrara la boca, usando ambas dagas, clavándolas arriba y abajo respectivamente de las paladares.
-¿¡Por qué siempre me pasan estas cosas!? ¿¡Por qué sigues viva maldita cosa!? ¡La habilidad "Suerte" no sirve!-Gritaba Bell infundiendo aún más fuerza para que la boca de la serpiente no se cerrara.
"Espero que esto funcione sin carbonizarme como cuando lo usé con Allen" pensó Bell antes de realizar su magia de cántico corto.
-¡THUNDERBOOOOOOOOOOLT!-Gritó de todo pulmón el chico, soltando sus dagas de la boca del Lambton y dirigiendo ambas manos al largo del cuerpo de la serpiente, provocando que ésta cerrara la boca rápidamente, aunque ya era tarde, la magia ya había sido activada.
Un rayo azul se extendió por todo el cuerpo, quemando todo los intestinos y órganos de la gran serpiente desde dentro.
El Lambton solo pudo hacer un quejido antes de explotar en una llovía de sangre y carne, provocando que Bell saliera disparado hasta qué frenó al estrellarse con una pared para después caer al piso nuevamente.
-*Cof**Cof**Cof*-Tosió Bell sangre, lo malo no era eso, lo malo era que la sangre que tosía no era suya.
-Funcionó...-Dijo Bell agarrando aire.
Después de recuperarse de la explosión se puso de pie.
-Tengo que ir a ayudar al resto-Dijo el peliblanco para comenzar a correr en dirección a los pisos encima de él.
Para sorpresa de él, el Lambton solo había conseguido bajar un par de pisos de donde se encontraba con anterioridad.
Corrió a toda velocidad, con la fuerza que sus piernas le permitían, hasta que pudo vislumbrar la batalla que se estaba desenvolviendo.
Tione, Finn y Riveria estaban acabando con la otra serpiente gigante pero Aiz, Bete, Tiona y Gareth estaban teniendo problemas con el Amphisbaena, cerca de la gran cascada.
-Debo hacer algo rápido-Dijo para sí mismo Bell, sin detener su carrera hasta que de pronto frenó en seco.
Todos vieron como un brillo estaba lastimando sus ojos.
-¡THUNDERBOOOOOOOLT!-Gritó a la distancia el pequeño conejo.
Nuevamente un rayo azul salió disparado de su mano, era más pequeña la anchura del mismo y esta vez era recto, no irregular, lo importante es que se dirigía directamente a donde la piedra mágica del dragón Amphisbaena estaba.
De un momento a otro, el dragón bajó la mirada de ambas cabezas y pudo ver como un hueco en su pecho se formaba hasta que desapareció.
Por su parte, Finn, Riveria y Tione ya habían acabado con el Lambton, iban a ayudar pero ya no era necesario.
Bell al ver que todo se había calmado, se tiró de espalda en el piso, no estaba desmayado, solo estaba cansado.
-Así que si cambió dirección por potencia gastó más magia... interesante-Dijo Bell, mirando su mano.
-¡Bell! ¿¡Estás bien!?-Preguntó Aiz yendo en dirección a donde Bell estaba.
-Si, estoy bien, solo necesito un respiro-Contestó Bell.
-¿¡Qué sucede maldito tomate!? ¿¡Acaso eres un amuleto de la mala suerte!? ¿¡O por qué nos metemos en tantos problemas cuando estamos contigo!?-Preguntó Bete con enojo por lo que sucedía.
-Me llevó preguntando lo mismo desde que llegué a Orario-Contestó el peliblanco con claro cansancio por lo reiterada que era la situación.
-Creo que debemos descansar, lo mejor sería poner un pequeño campamento y prepararnos mejor para el día siguiente, no avanzaremos más aplasta mañana, por mientras, Bell, descansa, te lo mereces-Dijo Finn con cierta frustración por verse atorados en el piso 27.
-Tiene razón el capitán, Bell no está en condiciones para seguir por ahora-Contestó Tione.
-Solo quiero una cosa, quitarme el sabor de la sangre de Lambton de mi boca-Expresó Bell escupiendo a un lado.
-Bien, decidido, otro día de descanso, iré a matar a algunos monstruos como práctica-Dijo Bete dejando el lugar para avanzar al siguiente piso, no se alejaría a más que esa distancia.
Todos se juntaron y comenzaron a comer lo que habían traído, otros cocinaban algo con los ingredientes que habían empacado, Bell por su parte solo sacó un pequeño Bento que tenía en su mochila.
-Te lo dió tu pequeña novia ¿Cierto chico?-Preguntó Gareth con una mirada pícara.
-E-Esto... si, todos los días cuando me dirijo al calabozo, me entrega uno, desde que nos conocimos-Contestó Bell con un ligero rubor en sus mejillas.
-Al parecer la enamoraste desde el primer día, ninguna mujer haría eso por alguien que acaba de conocer-Expresó Tione.
-¿Puedo probar?-Preguntó Gareth.
-Claro-Afirmó el chico acercando la caja al enano.
Gareth tomó un pedazo de algo que parecía carne, lo metió a su boca y de repente todos vieron como el color de piel del enano se tornaba de colores entre azul y verde para después caer desmayado.
-¡Gareth!-Gritaron todos al mismo tiempo al ver como caía al suelo el mejor escudo de Orario.
-A-Argonauta-Kun ¿Qué era eso?-Preguntó Tiona a un preocupado Bell.
-Si te soy sincero Tiona, no tengo ni idea-Dijo el chico echando una mirada al bento.
-Comes veneno todo los días, creo que tu cuerpo ya está acostumbrado-El enano alcanzó a articular esas palabras.
-¿Veneno?-Preguntó Bell ladeando a un lado la cabeza.
Finn y Riveria solo se estaban riendo de lo sucedido.
-¿Cocinará tan mal como tú, Aiz?-Preguntó Riveria a la princesa de la espada que estaba a su lado.
-No es gracioso, Riveria-Contestó Aiz.
Y de esa manera fue como el grupo pasó de esperar a que Bell se recuperara a esperar a que Bell Y GARETH, estuvieran en condiciones.
Día 3 en el calabozo.
Bell y Gareth se habían recuperado, el joven peliblanco volvió a tener en condiciones su capacidad mágica y el enano se libró de la intoxicación por la comida preparada por Syr.
Bajaron aún más del piso 27 donde el enfrentamiento anterior contra ambos Lambton y el Amphisbaena se había librado, curiosamente este último había droppeado su ítem(Hígado de Dragón de Amphisbaena), esa habilidad suerte era una bastarda caprichosa que servía cuando quería o cuando menos útil era.
Avanzaron entre pisos, después de los problemas que habían tenido en tan solo la mitad de su recorrido, se podría decir que por fin había llegado la calma al lugar, no había rivales que representaran mayor problema, los típicos que se podían encontrar en los pisos profundos, el caso de Violas, las cuales eran monstruos flor come humanos con una piedra mágica de un color distinto al de los monstruos normales y que reacciona a la magia, estás eran lo mas difícil que encontraron al adentrarse a los pisos profundos, de ellas se encargaron fácilmente al no usar magia para llamar la atención del resto, únicamente fuerza bruta, especialidad de Gareth, Bell, Bete y Aiz, su paso no se vió truncado hasta que entraron al piso 37, lugar donde se encontraba la zona del coliseo de monstruos, los rivales con los que se toparon fueron Barbarian y algunos Spartoi, junto a unos pocos Obsidian Soldier y Lizardman élite(Una versión más fuerte del Lizardman. A diferencia de su versión más débil, es azul, con escamas que son duras como una armadura y se estima que es alrededor de Nivel 3 a 4), propios del piso en el que se encontraban, no tenían la intención de adentrarse más en el piso ya que sabían que, viendo la suerte en anteriores pisos, era muy probable que se toparan con el monstruo rex del piso, el Udaeus, eso significaría no solo pelear contra él, también contra los Spartois que éste invocaba, cabe resaltar que si bien Aiz ha derrotado uno con anterioridad, con la frecuente cantidad de irregulares, era mala idea enfrentar al calabozo.
La expedición continuó de la misma manera hasta llegar al piso 59, donde ahí, quieran o no, se tendría que librar una batalla para poder avanzar, no era como en los pisos anteriores, los cuales fueron limpiados por todos los aventureros del lugar así sin más, el piso 59 era hostil por un solo motivo... Demi Espíritus, esos que les causaron problemas en la misión del minotauro, no podían ser tomados a la ligera, desde que se la familia Loki se topó con uno de nombre Revis, con el cual acabaron, tomaron con seriedad todo lo que tenga que ver con ellos, como monstruos que han sido parasitados por la Joya Feto. Todos los Demi Espíritus tienen el cuerpo de un monstruo en la mitad inferior y el cuerpo de una mujer con belleza celestial en la mitad superior. (Imagen de Revis, para quienes no la ubiquen).
-Bien, hemos llegado hasta aquí, en este momento se decide si avanzamos a donde la familia Zeus y Hera llegaron o si volvemos a estancarnos aquí-Comentó Finn apuntando su lanza en posición de batalla.
-Esos malditos monstruos no durarán ni un segundo-Expresó Bete.
Apenas entrando al piso, el grupo pudo observar como surgían gran cantidad de Demi espíritus, los cuales empezaban a posar sus miradas hacia ellos.
-Siento que esto puede acabar o muy bien, o muy mal-Dijo Bell con claro nerviosismo, podía sentir la fuerza de los monstruos con tan solo verlos.
-Pero algo es seguro, pelearé por el mejor resultado posible-Agregó el pequeño conejo.
Y así comenzaba la batalla por la gloria de llegar al piso 60...
