Capítulo 4: Entrelazados

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New York

00:05 Hrs

Después del baño caliente, cerró el paso de agua y salió de la ducha. Tomó la toalla y se secó. Aún el vapor salía de su cuerpo húmedo. Se miró su mano que casi se rompe y terminó viéndose al espejo. Esas ojeras no se fueron. Notó una cana en su cabellera roja, sacándola del cuero cabelludo. Observaba cada cicatriz que le dejaron todos los años que peleó contra el crimen y males mayores. Algunas de ellas aún no cerraban. Kim Possible se secó la cara y se puso la ropa que le dejaron.

El pequeño departamento era acogedor. Vivían ahí, ellos solos. Para ser dueño de su propia pizzería y teniendo a una mujer de negocios como novia se las arreglaban bastante bien, hasta tenían un ventanal dónde podían ver la lluvia.

–¿Crees que sea de otro mundo? – Dijo Ben.

–Vengo de Kriptón, un planeta que explotó; y tú tienes un reloj con ADN de diez alienígenas ¿Y no vas a creer eso? Si fuiste tú el que insistió en traerla. – Le respondió Karen. – Esa armadura no es extraterrestre, de eso estoy seguro.

–¿Y esa cosa, la Phantom Ruby?

–Lo que se me ocurre es que sea un objeto mágico, lo demás no lo sé. Parece que Kim pasó por cosas feas.

–Si, golpear tu pecho fue una de ellas. – Dijo Ben entre risas. – ¿Dónde dormirá?

–En el sofá por supuesto… – Dijo la rubia de pelo corto.

–Pensé que le dejaríamos la cama – El muchacho la abrazó, sintiendo sus latidos a través de sus llamativos atributos.

–No te pongas así, que después no te aguantas el primer round… ahí viene. ¿Te sientes bien? Tal vez mi ropa sea un poco grande. – Dijo la rubia, sin dejar de abrazarlo.

–Gracias de todas formas, chicos. – Kim se sentó en la silla, tomando el café. – No pensé que eran algo más.

–Siempre nos dicen eso cuando nos ven en la calle, ella mas alta que yo, y agarrados de la mano. –Dijo Ben, viendo a Karen a los ojos. – Cayó del cielo a mis brazos.

–Lo que me gustó de él fue que no se fijó en lo primero que vio, buscó más que eso. Fue como un flechazo. – Ella le tocó la nariz con su dedo.

Ambos se sentaron cerca de su nueva invitada. La tensión desapareció cuando Kim Possible contó todo lo sucedido. Karen Starr podía escuchar su pulso cardíaco cuando habló; se quedó tranquila sabiendo que era todo verdad. Cómo empezó y como terminó aquí. Ben Tennyson quería conocer a los héroes que hizo en el camino.

–¿Cómo llegaste a la conclusión de que David Xanatos te puede ayudar? – Preguntó el muchacho del Omnitrix.

–Cuando irrumpí en su edifico, mencionó el nombre de ella, Powergirl. ¿Una tal Emi te llamó?

–Si, ellos no saben quién soy. Emi Ogasawara, es una cazafantasmas de Japón. Por alguna razón está con Xanatos. Cuando pasó lo de la pizzería tenían tu foto, pero antes Ben me llamó. Quería saber todas las versiones antes de hacer algo. ¿Pudiste sacar información?

–Habían nombrado a un Jedah Dohma, no sé que es, si una persona o algo peor. También mencionó a unos chicos y a alguien que trabaja con él. – Recordó Kim. – Y volviendo con Xanatos ¿Quién es él?

–Es un empresario con mayor dominio sobre New York. Tiene una cierta atracción a las leyendas, te habrás dado cuenta por el castillo que trajo de Escocia. – Dijo Karen.

–¿Escocia? – Kim Possible quedó sorprendida. – Eso debió costar mucho dinero.

–A ese lo que le sobra es eso. – Dijo Ben. – Kim, no lo sé. Se me hace que Xanatos… digamos… no creo que te ayude. Y nos dará problemas a los tres.

–Es un poco tarde, ¿y si duermes? Te ves cansada. – Karen se levantó de la silla.

Al escuchar eso, Kim bostezó. La pequeña movida de hoy le costó mucha energía. Debía recuperar fuerzas para seguir con su investigación sobre Zero el chacal. Se acomodó en el sillón. Le dejaron unas frazadas para calentarse, mientras la pareja de iba a la habitación. Acomodó la almohada y apoyó la cabeza, Kim cerró los ojos.

No pasó media hora y lo vio tomando un vaso de agua. Ben se le acercó, a lo que ella se acomodó mejor.

–¿Qué pasa?

–Aun no puedo creer todo lo que hiciste. ¿En verdad eres una especie de superhéroe? Sé que no tienes poderes pero, te las arreglas bastante bien.

Kim sonrió por la emoción que emitía el muchacho.

–No quiero ser ególatra pero no es fácil cuando tu oponente quiere dominar el mundo, teniendo ventaja sobre ti. – Le dijo Kim Possible mientras se refregaba su mano.

–Me gustaría conocer a tus amigos, parece que son buena gente.

La pelirroja se acomodó de la mismo forma de antes, viendo al techo y teniendo las frazadas hasta su cuello.

–Daría mi vida por ellos… – Kim suspiró. – Años peleando juntos, hasta volvernos como algo más que conocidos.

–A mi amigo y mi prima le hubiera encantado conocerte. – Ben cambió su tono de voz.

Kim Possible no quiso preguntar, sabía de qué se trataba al escucharlo.

–Si. Yo… también perdí buenos amigos. No sé como sentirme después de comportarme así. – Ella descansó sus brazos sobre su pecho.

–¿Te digo algo? Yo hubiera hecho lo mismo. Pero esa cosa – Ben señaló el Fruto del Edén. – Pensó por ti.

–Lo sé.

–Ya encontraremos a tus amigos, Kim. Y podrán perdonarse, para eso son los amigos ¿no?

El muchacho le sonrió antes de irse al cuarto con su novia. Ella también lo despidió sonriendo.

Ya sola, lo único en que pensó fue en ellos. En todos los amigos que se hizo en el camino. Los que se fueron, los que siguen y los que aparecieron.

Sabía que los volvería a ver.

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Vigrid.

12:10 Hrs

Rodin es un experto en armas. Tenía en su poder cualquiera de la época ¡Y aún funcionaban! Mosquetes, arcabuces, ballestas, hasta las modernas. Con una pizca de magia santa, que potenciaba el poder. Bayonetta tenía cuatro de esas.

–¿Puedes forjar una espada? – Le preguntó Zero.

–Creí que Kratos era el único que usaba esas cosas. ¿Te hago una nueva o te mejoro la que tienes?

–Mejor lo segundo. – Le respondió el chacal, entregándola.

–Deberías tener una de estas. – Bayonetta comenzó a girar uno de sus revólveres rojos.

–Prefiero el contacto, pero gracias por el consejo. – Le respondió Zero.

Bayonetta sonrió, guardando el arma. Rodin se marchó a mejorar la espada. Ya estando solos, sacó su celular y buscó en la galería la foto de Kim Possible. Dejando la pantalla a la vista del chacal.

–Cuando seguías durmiendo me llamó Xanatos. Parece que tu amiga encontró a Powergirl y alguien más. Se van a reunir a las cinco de la tarde, en la Torre Xanatos.

–¿La encontraron? – Preguntó Zero.

–Es una chica muy escurridiza. Se infiltró en el edifico ¿Buscando? No sé. Tenemos que ir a Manhattan, tal vez haya un arreglo.

–Oye ¿Quién es Powergirl?

–Es una mujer muy fuerte. Está el rumor de que viene de otro planeta, como el objeto que tiene su novio. Benjamin Tennyson, también un tipo de superhéroe. – Bayonetta alzó su ceja – Parece que no hay de esos de dónde vienes ¿Eh?

–¿Debería preocuparme?

–No te pongas rudo. – Ella colocó su mano en el hombro. – Estás conmigo chico. Espero Kim Possible no te mate, me caes bien.

–Nomas pido que me escuche… – Murmuró el chacal – ¿Y Kratos?

–El tiene algunas cosas pendientes con tu maestro, Chakan. – Ella buscó dos vasos.

–¿Qué es lo que saben? Ya que estamos aquí, puedes contarme.

Bayonetta de un trago se terminó la cerveza. Se sirvió otra vez. La espuma casi de no ser por el dedo. Ella lo chupó, saboreando el amargor sabor de esa bebida.

–Kratos y Chakan pelearon aquí, hace mucho tiempo. Yo aún no nacía y creo que Rodin andaba por ahí. Era un poco más joven que ahora.

–¡Ey! – Gritó el moreno de anteojos desde los hornos.

–Unieron sus fuerzas por un bien. Creo que alguien quería esa cosa, la gema del poder. No sé tan detalladamente pero, para el que vino a invadir aquí no le fue muy bien. Kratos es muy reservado con su pasado, apenas sé que tuvo una segunda familia. Después del Ragnarok, nada fue igual.

–Espero Chakan pueda ayudarnos con eso; aclarar algunas dudas… Ey ¿Te hago una pregunta?

–Trágatela, no somos nada. Apenas habla de niños pero solamente a mí me gusta como se hacen. – Bayonetta le guiñó el ojo.

Zero captó enseguida lo que quiso decir.

–¿Y tú cariño? ¿tienes algo con esa chica de la que me hablaste?

El chacal bajó la vista, tocando con sus dedos el vaso con la cerveza. Desde que la dejó allí, siempre pensaba en si estaba bien. "ella se sabe cuidar sola" pensó Zero. Aunque siempre tenía esa tendencia a querer pelear por cualquier cosa.

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San Fransokio

20:35 Hrs

Estaban disfrutando de una buena pizza preparada con sus ágiles manos, la hospitalidad de la tía Cass siempre era bienvenida con los allegados de Hiro. Encajó bastante bien en el círculo, nomás Gogo que aún después de meses se mantenía a distancia con su amabilidad.

–Gracias por dejarme entrar aquí, señora.

–Por favor Oliva, no me llames así. Mejor Cass.

–Te dije que le caerías bien. – Dijo el muchacho Hamada.

–¿Creen que haya tiempo de entregar ese trabajo? Karmi aún no termina su parte.

–¿Piensas en la universidad a las puertas del fin de semana? Te llaman de valle cerebro. – Dijo Fred aún con el queso en su boca.

–Nos estás esquivando siempre, Olivia. Hay que hacer algo este sábado. – Dijo la amigable Honey Lemon.

–Siempre inventado excusas, ni a mí se me ocurren tantas. Si tienes algo que decir, dinos. – Dijo Wasabi esperando la respuesta, mientras bebía del sorbete.

Olivia Colomar nomás sonrió. Notó la mirada de Gogo sin mirarla.

–Chico, me caen súper bien. No tenía amistades así desde que dejé México, pero quiero terminar el proyecto para la feria de ciencias.

–La universidad está abierta el sábado, podemos hacer ambas cosas: tú terminas el trabajo y traemos comida y algo para tomar. ¿Qué opinas? – Hiro esperó paciente.

–Hmmm… puede ser.

–¡Si!

–Dije puede ser, Fred. No es lo mismo. – le respondió Olivia.

–Pero es un si a medias. – Dijo Wasabi.

–Okey, ustedes ganan.

Olivia escuchó el si de los chicos. Gogo sonrió a medias.

–Trae algo fuerte para tomar ¿o te arrugas?

–¿Tequila?

–Si.

–Chicas chicas, por favor aquí no. – Hiro calmó el ambiente. – Ey ¿tequila? ¿no es muy fuerte?

La charla comenzó a dirigirse a buen rumbo, sin tensiones crecientes. En un momento, Hiro Hamada recibió un mensaje de David Xanatos con un texto largo y una foto. Olivia Colomar escupió el jugo al ver de refilón la fotografía de Kim Possible, haciendo que el resto clavara sus ojos en ella.

–Ay niña ¿te ahogaste?

–Estoy bien, Cass. Nomás respiré cuando tomaba el jugo, estoy bien chicos. Gracias.

–¿Estás bien? Te ves pálida ¿Quieres que traiga a Baymax?

–No es nada Hiro, – Olivia se calmó. – No es nada… permiso, voy al baño.

Cerró la puerta y abrió el grifo, el agua caía sobre la rejilla. Se mojó la cara varias veces hasta mojarse el borde de su remera. Van tras ella. Olivia tuvo el tiempo suficiente para saber que los vigilantes de San Fransokio estaban ahí, comiendo pizza; hasta supo que el empresario David Xanatos financiaba sus operaciones fuera de la ciudad, si eso lo requería. Gogo sospechó siempre, si Kim Possible habla, estaba perdida. Y los Seis Grandes Héroes irían tras ella.

–¿Ya te vas? Pero íbamos a jugar videojuegos hasta la madrugada.

–Lo siento Hiro, pero debo irme a casa. Cass, gracias por la comida y chicos, nos vemos mañana en la universidad. Bye bye.

Olivia tomó sus cosas y se fue del local, todos se quedaron confundidos.

–Me comeré sus porciones. – Fred agarró las rebanadas de pizza.

Regresó a su departamento. El anterior propietario fue a dar un paseo en la cárcel más cercana. Olivia sacó la colección de licores extranjeros para relajarse y tender un plan. Había robado varios nanobots de la habitación de Hiro; su código fue difícil de descifrar y dentro de unas horas estarán bajo su dominio. El invento que tenía con Karmi debía terminarse lo más rápido posible, y escapar de Kim y de los que vayan por ella. Se quedaría despierta, depurando los códigos de los nanobots para que sean controlados por ella. Será una noche larga.

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Abel City

22:03 Hrs

–¿Qué piensas?

–Parece que 2B intenta convencer al resto de que soy el bueno.

Hana Song se acomodó en el pecho de Nathan Drake, usándole el brazo para taparse. Acurrucó los suyos en su cuerpo, sintiendo la mano en su hombro. Se sentía segura con él.

–¿Y si no los convence?

–Debemos escapar, y que los míos nos rescaten de aquí… y. – Drake cambió de tema –¿Ya pensaste en como decirles lo tuyo?

–Aun no lo sé. Y tampoco sé cómo lo tomarán. Imagina ser el clon de alguien y yo soy un amigo o un familiar ¿Cómo te presentarían? – Hana alzó la vista, para mirarlo a los ojos.

–Eh "Hola, soy un clon ¿van a pedir la orden 66?"

Ella no evitó reírse. Drake la acompañó de la misma forma.

–¿Siempre eres así de divertido?

–Es para relajarme cuando estoy nervioso.

–¿Lo estás? – Hana no bajó la vista.

–Algo. Todo esto me asusta un poco. Les prometí que encontraría a Kim Possible y estoy aquí, encerrado y vigilado por robots asesinos. Aunque no me esperaba encontrarte. – Drake la miró con media sonrisa. – Me caes bien.

Hana no pestañeó, solo se quedaron viéndose. Drake le acomodó el mechón, dejándolo detrás de la oreja.

Al otro lado de la prisión. Unas figuras estaba en el techo, ocultas en la futurista oscuridad de la ciudad. Viendo la mejor entrada que crearían.

–Ustedes vayan y entren por esa abertura. La celda dónde se encuentra Drake está a unos metros por dónde irán. El resto estará alerta, y no sabemos que armamento tienen, los distraeré.

–No mates a nadie, Doom. Es suficiente con lo que haremos.

–¿Y noquear?

–Eso si, Cherri Bomb. ¿Listos?

Cada uno fue como habían dicho, en unos momento todo se iría a la basura.

Desde la cámara de vigilancia, la androide 2B observaba a aquellos prisioneros habían intercambiado gérmenes de la boca unos minutos. ¿Por qué se sentía rara después de verlos? La habían programado para superar cualquier adversidad pero, algo más apareció en sus circuitos. X la sacó de sus pensamientos y un débil doctor Cain con su silla de ruedas motorizada se acercó.

–Puede que haya una probabilidad de lo que pudiste sacar sea cierta, 2B. ¿X?

–El doctor encontró una anomalía de donde apareció Nathan Drake, como si haya roto el espacio para entrar. No él, sino alguna máquina al otro lado.

–Eso quiere decir que… Drake y Song vienen de otro universo.

–Una probabilidad de un ochenta por ciento, querida. – Dijo Cain. – Tal vez haya que ¿Eh?

Zero el androide entró desesperado por la puerta. Había problemas afuera.

Hana alejó sus labios de los de Drake, hasta ella se sorprendió de lo que hizo.

–Perdón, lo siento yo no…

–Descuida, no es el fin del mundo. Si te sientes mal y quieres hablar de eso.

–Fue un poco apresurado. – Le miró la boca, y subió a los ojos – Creo que entendí mal la intención. Deberíamos hablar de eso, quiero que sepas que fue un impulso. Y no quiero que pienses mal de mí, Drake.

–Tranquila Hana, creo que te hice acordar a ¿cómo se llama? Conrad, del que hablaste. Aún debes sentir algo por él. Lo siento si fui brusco.

–Esta bien, Drake. – Ella lo miró otra vez a los ojos – ¿todo en orden?

–Todo en orden. – La calmó, frotando su brazo con la mano.

Hana sonrió, no se movió de la protección de Drake. Vio que sus labios se movieron pero aquel temblor los descolocó. Aún seguían abrazados. Una explosión los hizo levantarse y del humo aparecieron dos figuras conocidas para Nathan.

–¡SIII! Sabía que iban a venir. – Dijo Drake entusiasmado.

–No hay tiempo, nos van a pisar los talones. – Dijo Hellboy con el habano en su boca.

–Así que date prisa… ¡ay! ¿quién es esa? – Cherri Bomb esbozó una asqueada cara al ver unos ojos asomarse detrás de Drake.

–Hana, te presento a los agentes de la AIDP, Hellboy y Cherri Bomb.

–…¿Son reales? ¡decías la verdad!

–¡Obvio que si! Vamos, hay que escapar.

–¡Espera pero..! ¡Ay!

Los cuatro corrían por la salida que habían creado. Desde el pasillo la seguridad les disparaba. Los lásers impactaban cerca.

–¿Esa es la chica de la que habló Gabriel? – Dijo la cíclope.

–¿Conoces a Reaper? – Preguntó Hana Song, pero no le respondió.

–Es la misma, bueno, no. Pero si. Es largo de contar Cherri, después. – Le respondió Drake.

–Doom deberá ocuparse de esas esposas. – Dijo Hellboy – Parecen muy resistentes.

–¿Vino con ustedes? ¡Espero que ese no mate a nadie! – Dijo Drake sin detenerse.

La seguridad era vencida por los rayos que lanzaba el misterioso encapuchado. Veía que los disparos no le hacían nada, así que Two Horns nomás se limitó a ver el espectáculo, y además no gastará las balas de su revólver. Ya en el campo, Connor vació tres cargadores de su pistola, y fue por un arma más fuerte, dejando a las tropas que se encarguen.

Briareos se les apareció de frente. Hellboy bloqueó con su puño de piedra la ráfaga de disparos, y desarmó al ciborg. Ambos empezaron a pelear mano a mano, se veía la dificultad al vencerlo; era puro metal. Aunque las chispas en sus manos preocuparon a Briareos. Blandió su cuchillo, volviendo a intercambiar golpes con el enorme demonio.

Ahora 2B se le puso delante a los tres, sin escape. Lejos de Hellboy como del Doctor Doom.

–¡Atrás! Tendrás que pasar por mí para llegar a Drake.

Cherri Bomb se le plantó. La androide portó su katana, afilada y lista para usar. Le arrojó bombas, esquivándolas. Bloqueó una explosión y de no ser por sus reflejos, la cíclope no tendría cabeza. Antes de atacar, 2B fue impactada por los rayos que salían de las manos de Doom, lanzándola hacia los automóviles.

–No se alejen de mí.

X y Zero le dispararon. Doom desvío esas esferas a los lados. El androide de melena rubia se acercó con su espada y el otro cargó al máximo su cañón. Esquivó los afilados golpes y usó a Zero de escudo. Después lo arribo a X, dejándolos fuera de combate. 2B volvió al ataque. Saltó por encima y Doom golpeó el suelo, provocando una onda expansiva. También quedó vencida. Ahora Connor tenía un lanzacohetes, disparó el proyectil. El Doctor Doom lo hizo explotar a unos metros, nomás lanzando un rayo. Briareos no tuvo opción de arrojarle su cuchillo. Aquel poderoso adversario lo agarró en el aire, dejándolo caer al suelo. Hellboy lo hizo besas el suelo de un puñetazo.

La bala impactó a unos centímetros de su pie. Two Horns no tuvo más remedio que actuar. Doom quedó suspendido en el aire, demostrando ser invendible aún fuera de Latveria, y lo era. El gángster le sobraba valor. Y soltó una carcajada, sin dejar de apuntarle a la cabeza, sin saber lo que pasaría.

–Tienes huevos, encapuchado; y lo reconozco. Debo pedirte con a-ma-bi-li-dad, que te rindas.

El Doctor Doom se quedó en silencio, sin pestañear y sin dejar de verlo directamente a los ojos, protegiendo a Cherri Bomb, Hellboy, Nathan Drake y Hana Song detrás suyo.

–Si quieres eliminarme, te sugiero que uses algo más fuerte que ese revolver.

X, Zero, 2B y Briareos se colocaron a los lados de Two Horns, como lo hizo Connor nuevamente con su lanzacohetes cargado. Estaban a punto de volver a pelear. Es el Doctor Doom contra la Legión de Acero, como llamaban a ese grupo compuesto de androides y ciborgs.

A punto de iniciar otra desastrosa pelea, pareció un rayo que cayó del cielo o más lejos, desde el espacio. Cegando a todos. Los héroes de Abel City pensaron que había muerto, pero conociéndolo bien, tenía otro cuerpo donde volver al mundo. Después de que desapareciera la luz, ese temido y respetado reploid se interpuso en el medio de los bandos, terminando la pelea.

–¡SIGMA! – Gritó X.

El resto de la Legión de Acero quedó atónita al volver a verlo. Los demás no sabían cómo reaccionar.

–Debí aparecer antes, pero la pelea me entretuvo. – Sigma giró la cabeza, viendo a los que iniciaron la riña. – Debo decir que son oponentes admirables. Esa armadura aumentaba no podrá conmigo. Si quieren evitar ser vencidos, vengan conmigo al cuartel.

–¿Es una amenaza? – Dijo Doom con sus puños cerrados.

–Yo no amenazo, actuó. Dejemos esta cosa de niños atrás ¿Quieren tranquilidad? Ustedes cuatro vienen de una Tierra diferente a la nuestra, mejor dicho de Latveria; y tú niña, vienes de un mundo devastado por la guerra. Lo sé, porque los investigué.

No se esperaron que alguien de aquí les dijera la verdad. Sigma evitó una pelea de grandes proporciones. Se cruzaron miradas y el resto esperó la respuesta. Doom apagó sus armas.

Tras desaparecer por años desde lo sucedido con Monika, la creación que se le reveló, Sigma se dedicó a vigilar el espacio, deseando saber más cuando descubrió un agujero negro en su universo. Con los estudios avanzados, se dio cuenta de eran pasajes a otros lugares ¿Qué pasaría si un objeto rompería la velocidad de la luz? ¿Qué tanto necesita para traspasar la realidad? Obtuvo una respuesta. Los viajes en el multiverso eran verdaderos.

Sigma usando sus dedos, proyectó un holograma del sistema solar, de dónde venían Nathan Drake, Doom, Hellboy y Cherri Bomb. Vieron esos numerosos puntos que se acercaban a la Tierra. Ya pasaron Marte.

–Empecé a seguir a esos seres extraterrestres. Atacaron otra Tierra, estancada en el tiempo. Mezclando lo viejo y lo nuevo.

–Como los tipos que vio Doom antes de marcharse. – Dijo la cíclope.

Sigma siguió hablando.

–Ahora vienen con una flota a su Tierra.

–Desconozco el propósito de la invasión, pero Latveria está en buenas manos. – Dijo el Doctor Doom.

–Sigma, ya que eres un explorador espacial, en otros planetas Tierras ¿Hubo alguna anomalía misteriosa? Por favor, necesito saber eso. – Dijo Drake.

El reploid buscó en el holograma, hasta toparse con otra Tierra. En ella, tres puntos aparecían en distintos lados del globo: San Francisco o como decía en la información, San Fransokio. Manhattan y Vigrid, éste en Europa.

–La primer anomalía apareció en San Fransokio, la segunda en Vigrid y la tercera en Manhattan. Proyectaron una energía extraña, que no era creada por humanos.

Tanto los agentes de la AIDP como Doom sabían del tema. ¿Kim Possible estará en alguno de esos puntos?

–¿Desde cuándo aparecieron esos puntos? – Preguntó Hellboy.

–El primero hace unos meses, los otros aproximadamente una semana. – Le respondió Sigma.

–Chicos ¿Qué hacemos? – Dijo Cherri Bomb.

–Iré a San Fransokio – Dijo Drake.

–¿Y me dejas en Europa eh? Bastardo avispado. – Le respondió Hellboy.

–¿Nosotros que hacemos? Estamos involucrados en esto. – Dijo X.

–Si invaden allá, entonces vendrán aquí. – Dijo Zero.

–Lamento haberlos tratado de esa forma, deseo que acepten nuestras disculpas. – X se inclinó hablando por todos. – Nos gustará formar parte de su equipo. Si nuestro planeta corre peligro, debemos hacer algo.

–Y lo harán. – Sigma los miró. – Vendrás conmigo al viejo mundo, trataré de hablar con esa gente, y organizaremos una alianza con ellos. El Doctor Doom hará lo mismo, si está de acuerdo.

El mencionado asentó. Sigma comenzó a dar instrucciones.

–Tendrás que ir al mundo de dónde vino ella. – El reploid señaló a Hana Song. – Te toparas al que guía a las personas de allí. Te daré las coordenadas de su base.

–¿Y porqué razón, Sigma, el temido reploid nos quiere ayudar otra vez? – El doctor Cain cuestionó sus acciones caritativas.

Sigma sonrió mostrando una perfecta dentadura de metal. Hizo aparecer un holograma de un cuerpo de lo que parecía ser uno de esos extraterrestres.

–Capturé uno cuando intercepté una nave de reconocimiento en mis viajes. Estos seres son extremadamente violentos. Lo diseccioné cada parte de su cuerpo. Tienen tendencia a ser brutales, el tamaño de sus dientes y garras lo demuestran. Me llamó la atención su arsenal y equipo; muy avanzado.

–Entonces ¿La conclusión? – Drake se cruzó de brazos.

–La masacre que hicieron en ese planeta es una muestra de lo que pueden hacer. Imaginen millones de esos monstruos…

Todos se quedaron pensativos. Sigma se veía decidido a combatirlos. Por sus palabras, eran peligrosos, mucho peor que él ¿Tendrán a alguien dirigiéndolos?

Dejando de lado lo ocurrido y haberse perdonado por los malos tratos, los agentes de la AIDP, el señor de Latveria como la Legión de Acero y el líder de los Mavericks, forjaron una alianza.

–Oye, inspector Gadget. – Drake se dirigió a Connor.

El androide no captó el chiste.

–Parece que trabajaremos juntos, Nathan Drake.

–Un consejo, amigo: desde ahora actúa como si fueras una persona normal. Esto va para ti también, 2B.

–Mi jefe dijo que te proteja la espalda. – La androide inclinó la cabeza. – Y a ella también.

–Creo que tu compañera está molesta. – Le dijo Hana a Drake, mientras veía a Cherri Bomb de mal humor.

Nathan la miró, y se acercó. La cíclope apenas lo miraba.

–No soy tonta, sé que pasó algo.

–Hay Cherri, no te pongas celosa. Nomás es una amiga.

–¿Celosa, yo? Sé profesional, Nate. ¿Y ahora con esa robot? Esa ropa que usa deja mucho a la imaginación. Espero no se le escape esa pollera.

–Ey tranquila, no sé que te pasa Cherri, por favor no hagas una escena.

Ella lo miró, cruzada de brazos y con ese ojo rojo. Tenía cara de pocos amigos.

Hellboy notó que Briareos se le puso al lado. El ciborg estaba equipado con todo su arsenal. Hasta traía granadas de mano.

–No vamos a un campo de guerra, soldado.

–Mejor estar listo, agente.

–¡Esperen!

Hana Song se acercó al Doctor Doom. No quería acercarse pero ella insistía en decirle algo al oído. Murmuró unas palabras que le ayudarían a negociar con aquel comandante de esa Tierra.

Sigma iría con X al viejo mundo. Doom con Zero a la otra Tierra. Drake, Hana, 2B y Connor irán a San Fransokio. Hellboy y Briareos a Vigrid. Cómo habían arreglado, Cherri Bomb regresaría a Latveria para informar sobre lo ocurrido, y Two Horns se ofreció en acompañarla; según él quería hacer algo bueno allí. El doctor Cain seguiría la ruta de los extraterrestres, con la información obtenida del reploid.

Ya todo listo. Comenzaron la operación.

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Manhattan.

Torre Xanatos.

20:00Hrs

Llegaron. Owen Burnet les dio la bienvenida al edificio con esa amabilidad suya. Recta pero agradable. Fueron guiados hasta el último piso, nomás Powergirl se ahorró el viaje. Los esperó allí. Kim Possible junto con Ben Tennyson salieron del ascensor mientras Owen dirigía el curso.

–Ahí está la pequeña ratoncita.

Emi estaba apoyada en la pared con los brazos cruzados. De su cintura sobresalía un látigo.

–¿No es para mí o si? – Dijo Kim.

–Tranquila, nomás es por seguridad. – Dijo la morena. – Emi Ogasawara, cazadora de fantasmas. – Le dio la mano y entre los dedos, una carta de presentación.

–¿Enserio? Tengo un amigo que también se dedica a eso. Y los del otro día…

–Tranquila, ya se arreglarán las cosas. – Emi ahora se unió a la caminata.

Ben pensó en su transformación al escuchar el oficio de la morena.

Xanatos esperó sentado en su escritorio. Con sus manos juntas, con la luz de su lámpara alumbrándolas. Las puertas se abrieron y entraron. Kim se quedó quieta al recordar que aquí mismo había llegado la anterior noche. Se levantó para recibirla.

–Admiro tu valentía en entrar a un sitio prohibido para el público ¿eres una clase de espía?

–A veces. Primero, lo siento señor Xanatos por entrar aquí.

–Olvídalo, y llámame David. ¿Y el es tu nuevo amigo?

–Benjamin Tennyson. – se presentó mientras estrechó las manos con Xanatos.

–Vengan.

Emi se quedó a un lado al igual que Owen Burnet. Éste les ofreció café para demostrar que estaban tranquilos. Después entró Powergirl, nomás ella quedó de pie. Xanatos después de darle un sorbo al café, empezó a escuchar del cómo Kim Possible terminó aquí.

Hace rato no oía una historia tan fantástica como la de ella. Vigilantes, ex asesinos a sueldo, espías del gobierno. Personas venidas de otro universo y artefactos mágicos de antaño y codiciado por villanos de todos lados. Se mantuvo curioso, ya que Xanatos vivió su propia experiencia con gárgolas, jóvenes héroes y guerreros antiguos. Le creyó la historia.

–Kim, para alegrarte, no tengo intenciones maliciosas con lo que tienes ahí, el Fruto del Edén. También tengo un objeto de gran valor, El Ojo de Odín. Imagina tener poder ilimitado. Te creo, y por alguna razón, estamos del mismo bando.

Xanatos se levantó de la silla giratoria, y se acercó a la pared con un panel numérico. Tanto Kim Possible como Ben Tennyson y Powergirl lo miraban.

–Pero primero quería saber si tu historia coincidía con la de él, para evitar mentiras.

–¿Él? – Repitió la pelirroja.

Emi agarró el mango del látigo como Owen Burnet puso su mano debajo del traje. Xanatos calmó a los suyos, negando con la cabeza.

–Kim Possible, promete que no romperás nada.

Se quedó pensativa unos momentos. La pareja no sabía que pasaría, la puerta tenía plomo y Karen Starr no lograba ver al otro lado. Kim asentó.

David Xanatos apretó el botón rojo y la puerta secreta se abrió.

Ella cerró sus puños al verlo. Él se quedó tranquilo, sabiendo que no hizo nada malo. Bayonetta se llevó la mirada de la pareja por lo alta que era. Luego posaron sus miradas en aquel ser de pelaje gris y una máscara de metal en su mano.

–Kim…

–Zero…

Cruzaron miradas. El chacal se acercó junto con Bayonetta a la mesa. La pelirroja nomás se quedó sentada, Ben junto con Powergirl se alejaron. Xanatos intervino.

–Hablé primero con él, y lo que dijo es verdad. Pasó por una exigente prueba para ver si no me engañaba. Veo que sus caminos vuelven a cruzarse, y me gustaría que hagan las pases. Los dejaré solos aquí en la oficina, para mayor privacidad. Todos, afuera.

David Xanatos fue el primero en irse. Luego Bayonetta junto con Owen y Emi. Después Powergirl y antes de salir, Ben miró a Kim; cerró la puerta tras cruzar el marco.

Zero dejó su casco roto sobre la mesa, sentándose en la esquina, por seguridad. Kim ni siquiera pestañeó.

–Se que me odias, Kim. Y quiero…

–Cierra la boca, asesino. – sus ojos empezaron a cristalizarse.

El chacal llamó al silencio. Se sacó la Phantom Ruby y junto al casco, lo dejó en la mesa.

–Te contaré algo. Esa cosa elige a su portador. Es como si analizara si eres capaz de soportar su poder. Vi con mis ojos que a uno de los portadores, lo dejó peor mentalmente. Asesinó a mucha gente, y obtuvo lo que se merecía ¿Te contaron quien fue? Nack mató al desgraciado. Y luego yo soy el nuevo portador.

Kim ni respondía. Estaba quieta, aguantando pegarle y hacerle otras cosas. Entre su enojo, se le notaban los ojos rojos, aguantando el llanto.

–No tengo intensiones de hacer daño, y lo aprendí a las malas. Y parece que el rubí me eligió, porque no tengo nada que ocultar. Es por eso que…

–Cállate… – Apenas se le escuchó.

–No maté a Batman, es decir; no maté a Bruce Wayne.

–¡CÁLLATE!

Zero no hizo nada cuando lo agarró de su armadura. Kim tenía a mano el abrecartas, pero eso no la haría sentir mejor. Lo soltó y se rindió al llanto, sus rodillas tocaron el piso y sus manos soportaron el peso de su cuerpo.

Nadie quiere perder a un ser querido. No podía hacer nada para que regresaran las personas que amaba. Kim Possible perdió, no quería más derrotas.

El chacal se agachó, lentamente con su mano alzó el mentón, y la miró a los ojos.

–Kim, no sé si me perdonarás. Me siento culpable por lo que no quise hacer. Lo siento tanto, pero juro con mi vida que no lo hice con intención. Si es tu decisión, haz lo que tengas que hacer.

Zero sacó su espada y la dejó a mano. Ya hubo suficiente muerte.

–Eso no hará regresar a nadie… – Habló tranquila – quería asesinarte, pero no era yo. Estaba cegada cuando peleamos en ese extraño lugar… – Se secó las lágrimas. – lo seguía estando cuando pasó lo que pasó en esos momentos…

–Kim…

Zero se arrodilló y agarró las manos con las suyas, con el corazón abierto y ojos sinceros, habló.

–Lo siento mucho… perdón…

Sin previo aviso, lo abrazó. Respondiendo a la reacción, también hizo lo mismo.

–Te perdono…

Sintió que ese peso se fue del interior. Kim se sintió mejor cuando soltó su enojo en esas pequeñas palabras. Zero compartió el mismo sentimiento.

Al otro lado de la puerta, David Xanatos expulsó un suspiro.

–¿Les traigo pañuelos, señor?

–No Owen, déjalos solos. Necesitan estar a solas unos momentos.

–¿Qué es esa cosa? – preguntó Ben.

–Es un animal antropomórfico, pequeño. Viene de otro mundo. – Le respondió Bayonetta.

–¿O sea como un extraterrestre? – Le preguntó Powergirl.

–Para nosotros lo es. Y no es el único. – Dijo la bruja alta.

–Espera ¿hay más como él? – Emi miró a Bayonetta.

Ella confirmó con la cabeza.

–Parece que le sacaste bastante información. Bien hecho. – Dijo Xanatos. – Owen ¿te comunicaste con los chicos?

–Es extraño, señor Xanatos; ni siquiera Hiro responde a mis llamadas. ¿Acaso te respondió cuando le mandaste la foto de la señorita Possible?

–Aun no. – Xanatos quedó pensativo – Lo llamaré por la mañana, si no responde llamaré a su tía. Vamos a comer algo, muchachos.

–¿Y Kim? – Ben miró hacia la puerta.

–Déjalos, estarán bien.

Xanatos le sonrió. Siendo el primero, los guiaba a la cocina. Mientras caminaban, miró su celular y el número de teléfono de Hiro Hamada. Dejó los malos pensamientos y bloqueó la pantalla.

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Continuará…