¡Estoy de vuelta! Esto lo debí subir algunos días atrás (o algunas semanas atrás), pero una situación algo fea a nivel familiar me cortó el avance cuando iba terminando, y de paso este capítulo lo subo con mis datos, que otra vez estoy sin internet. Bueno, dejo de llorar y respondo antes de empezar con el capítulo:

Gerendo01: Aquí sí habrá un poquito de referencias sexuales, y justo cuando se va a poner fea la cosa. El agua puede que sí haya quedado un poquito demasiado fría, así que imagínate la razón por la cual Madoka acabó congelada. Y lo de Walpurgis con el Twitter yo lo veo lógico. Si no tienes cuenta no existes, así de simple xD.

Zaisoooh: Y la desgracia de Sayaka no va a terminar todavía, que todavía tiene que aguantar por el hecho de que sea débil :p. Y Madoka no es que vaya a encontrar consuelo tampoco de momento, pues si nos atenemos al capítulo del anime, pues esto sólo va a peor, tanto para Madoka como para las demás, sólo espera un poco para que veas cómo es eso.

Eso definitivamente no está bien II

Madoka estaba en casa, más específicamente en el comedor, contemplando el cielo nocturno mientras pensaba en el último encuentro que tuvo con Sayaka. Aquello no había salido nada bien, y desde entonces Madoka no paraba de darle vueltas al tema. Ni siquiera podía dormir debido a ello, y por eso estaba en el comedor, buscando alguna manera para despejar sus ideas mientras se servía algo de agua.

Su amiga necesitaba ayuda, pero no sabía qué hacer al respecto, puesto que ella ni siquiera había aceptado su ayuda.

─ Wow, están más fuertes que nunca. Dos horas y nada que se cansan ─ aparece Junko con una bata mal atada, de modo que se le veía la mitad de sus pechos, además que estaba algo sudada ─. Qué divertido. Un par de vasos y de nuevo a ser la golfa de la noche con Kazuko… ¿Madoka? ¿Te encuentras bien? ─ Junko se acerca a su hija y toma asiento a su lado.

─ ¿Podemos hablar un rato, mamá?

─ Desde luego. Pueden esperarme un par de minutos, así que no hay problema con que te atienda.

─ Mamá, mi amiga tiene problemas.

─ ¿De verdad? ¿Y qué clase de problemas son?

─ Resulta que Sayaka-chan últimamente ha querido esforzarse mucho en hacer las cosas bien, en hacer siempre lo correcto ─ Madoka toma aire para continuar ─. Pero por alguna razón parece que anda cada vez con peor humor. Quiere hacer lo correcto, pero no veo que le esté trayendo nada bueno. No me parece justo que le vaya tan mal a pesar de lo mucho que se esfuerza.

─ Con que es eso, ¿eh? ¿Qué quieres que te diga, hija? ─ Junko se sirve su bebida y mira fijamente a Madoka ─ Personalmente no creo que esté mal eso de querer hacer algo bueno, pero no creo que sea lo correcto convertir eso en la motivación en torno a la cual gire tu vida, especialmente cuando hacerlo todo bien no es garantía de que te irá bien en todo, o que realmente vayas a ser feliz con eso.

─ ¿Eh? ─ Madoka no alcanzaba a entender del todo lo que Junko le había dicho.

¡Junko, ven rápido que todos aquí están a cien! ─ se escucha la voz de Kazuko.

─ ¡Dame un minuto, que estoy hablando con mi hija! ─ Junko entonces regresa su atención a Madoka ─ Como te estaba diciendo, no creo que sea sano que tu vida conste en ser siempre la buena y querer poner el ejemplo, como si eso lo fuera todo. También es importante tener en cuenta lo que tú quieres y esforzarte para lograrlo, además de aceptarse cada quien como es, con sus propias virtudes y los respectivos desperfectos ─ ante el asentimiento de Madoka, Junko ve que podía continuar sin problemas ─ ¿Recuerdas lo que dijiste aquella vez, cuando tenías que decir en aquella presentación qué querías ser de grande?

─ Sí, lo recuerdo bastante bien ─ Madoka sonríe ligeramente sin dejar de mirar a su madre ─. Esa vez dije que yo deseaba ser una zorra. Y no solo es que quiera ser una zorra, sino la más zorra de todas, justo como tú. Eso recuerdo haber dicho esa vez, y papá y tú me estaban mirando muy contentos.

─ Así es, Madoka. Esa vez sentí una alegría que no podría haber descrito en palabras, pero la razón de ello no era porque veía que seguirías mis pasos en ese sentido, sino que lo decías con una convicción que nunca antes llegaste a mostrar, y todavía ahora sigues por esa senda ¿Me puedes decir por qué?

─ Porque me gusta seguir ese camino, mamá.

─ ¡Exacto! Ser una zorra es el camino que sigues porque es lo que tú quieres y te gusta ¿Entiendes a lo que quiero llegar? ─ ante el silencio de Madoka, Junko decide continuar ─ Lo que quiero decir es que lo más importante es que hagas lo que a ti te complace y no preocuparte demasiado por que todo salga bien. No está de más ser egoísta de vez en cuando, divertirse, tropezar, reflexionar y levantarse de nuevo. De los errores es posible sacar cosas buenas, e incluso pueden llegar a ser lo mejor que te ocurra en ocasiones. Y estás en la edad correcta para aprender a hacer eso para así hacerte más fuerte como persona, que para cuando tengas mi edad te vas a joder por el simple hecho de decir cualquier tontería fuera de lugar, y con respecto a errores moderados o graves mejor ni hablemos, especialmente si no sabes cómo actuar en torno a tus fallos.

─ ¿Y crees que eso me vaya a servir para ayudar a Sayaka-chan?

─ No puedo saberlo. Incluso si es lo que necesitas para volver a encarrilar su vida, no te garantizo que esté del todo contenta, o que te comprenda de inmediato. Es algo problemático, a decir verdad, y sólo tú puedes decidir cuándo es el momento correcto para entrar en acción, pero es lo mejor que puedo decirte en este caso, Madoka.

─ Comprendo, mamá. Pero todavía no sé si con eso puedo ayudar a Sayaka-chan. Está tan mal de la azotea últimamente que incluso el sexo ha pasado a segundo plano para ella.

─ Bueno, hablar con un buen psicólogo también puede ser de ayuda cuando una persona tiene problemas para poner en orden sus ideas y encauzar nuevamente su vida ─ Junko se termina su bebida antes de seguir ─. Eres una buena chica, Madoka, y estoy segura de que he hecho lo correcto con tu crianza. En ti yace la fuerza que necesitas para sobreponerte a esta situación y puedas encararla adecuadamente. Demuéstrale eso a tu amiga, y verás que eventualmente podrán reírse juntas de todo esto y seguirán adelante tan amigas como lo han sido hasta ahora.

─ Lo haré, mamá. Gracias por escucharme.

─ Es mi trabajo como madre, así que no te preocupes, Madoka.

¿Vas a venir o no, Junko? No tengo más agujeros disponibles, y esa mirada a Tomohisa no se la he visto antes ─ vuelve a llamar Kazuko, a lo que Junko se levanta para ir con ella.

─ Me tengo que ir a mi habitación, Madoka. Kazuko necesita que le dé una mano… o algo más, si sabes a lo que me refiero.

─ No te preocupes, mamá. Ve y diviértete con sensei.

Junko sonríe y se va. Madoka se queda un rato más, pensando en lo que su madre acababa de decirle y en cómo eso podría serle de ayuda de cara a tener que hablar de nuevo con Sayaka.

Estaba segura de que hablarían de nuevo, y Madoka necesitaba estar lista.


Hospital, pocas horas antes

Sayaka venía de vencer a varias brujas que se habían aparecido de pronto (otra vez), y en ese preciso momento sólo quería ver qué tal le iba a Kyousuke. Estaba cansada, su cuerpo temblaba, y su mirada daba la impresión de que mataría al primero que le dirigiese la palabra, pero estaba optimista por lo que le esperaba una vez que se encuentre con el chico. Quería pensar que estaba de buen humor, esperándola. Se babeaba al pensar también en lo que vendría inmediatamente después.

─ Finalmente, aquello que tanto estaba esperando… ─ Sayaka golpea un par de veces la puerta, pero no tiene respuesta ─ ¡Kyousuke-kun, adivina quién acaba de llegar para quitarte la virginidad! Digo, suponiendo que no estuvieras de pillín con las enfermeras mientras estuve ausente.

─ Ah, eres la amiga de Kyousuke-kun ─ Sayaka ve que detrás de ella estaba justamente una de las enfermeras ─. Su familia ya se lo ha llevado. El doctor le ha firmado oficialmente el alta médica, por lo que no lo verás aquí, al menos no ahora.

─ ¿De verdad? Muchas gracias ─ Sayaka hace un leve reverencia.

─ Y una cosa más. Recuérdale a Kyousuke-kun que se acuerde de nosotras. Nos merecemos un poquito de diversión después de todo.

─ Desde luego. En ese caso me voy ya a verlo.

Sayaka se va al trote del hospital, ansiosa por ver a Kyousuke finalmente. Por fin vería los frutos de su deseo.


Casa de Kyousuke

Finalmente estaba ahí, y una enorme sonrisa se dibujaba sola en el rostro de la peliazul. No podía esperar más, tanta abstinencia sexual estaba haciendo puré su cerebro. Se acerca a la puerta y estaba por tocar el timbre, cuando…

─ Entonces es verdad lo que escuché. Te convertiste en chica mágica por querer hacer realidad el deseo de ese chico ─ Kyouko estaba apoyada a un poste, comiéndose un pocky y viendo de manera burlona a Sayaka ─. Mira nomas. La chiquilla que quiere dar la impresión de ser una buena zorrita para el chico que le gusta.

─ Tú… ¿Qué demonios haces aquí?

─ Simplemente quería ver lo patética que puedes llegar a ser, y también vine para advertirte algo ─ Kyouko se separa del poste y se acerca a Sayaka, dando unos pasos que resultaban intimidantes ─. No vas a conseguirlo. Desperdiciaste tu deseo a cambio de nada.

─ ¿A qué carajo te refieres?

─ Kyubey lo dice fuerte y claro cada vez que se encuentra a una potencial chica mágica en el camino: Cumplirte un deseo. Kyubey te ofreció un deseo. Era un deseo para ti. Debiste pedir algo que fuera para ti y no cederle esa oportunidad única a alguien más para llevar a cabo un milagro.

─ Aun sigo sin saber a dónde quieres llegar.

─ Pobrecita. Aparte de debilucha, también tonta, y encima es obvio que Tomoe Mami no te advirtió oportunamente sobre este tema tan importante. Si llego a verla tendría que hablar muy seriamente con ella. Por otro lado, Kyubey debería tener unos parámetros más exigentes a la hora de buscar chicas mágicas. A veces pareciera que está desesperado y le ofrece esta oportunidad a cualquiera.

─ ¿Puedes ir al grano y decir de una vez qué es lo que quieres?

─ Te lo acabo de decir. Vine para advertirte que no esperes nada bueno de lo que terminaste pidiendo. Las chicas mágicas deben usar sus deseos para sí mismas, o de lo contrario no saldrá nada bueno de ahí.

─ ¿Acaso estás diciendo que no valió la pena desear que a Kyousuke-kun por fin se le ponga duro después de lo mucho que ha sufrido?

─ Eso es exactamente lo que… ¿Eso fue lo que pediste? ─ Sayaka asiente, y Kyouko se mostraba sorprendida ─ ¡Demonios! Ese deseo fue bastante bueno. Tendría que felicitarte por eso, pero sigo insistiendo que tú no conseguirás sacar nada bueno de todo esto. Ya lo verás.

─ Tus tonterías me enferman. Será mejor que arreglemos esto como hombres… digo como chicas mágicas ─ Sayaka se ruboriza por el error que acababa de cometer.

─ Por mí está bien ─ Kyouko sonríe con pura maldad, justo cuando Homura estaba llegando al lugar ─. En ese caso… Será un duelo a muerte con cuchillos.

─ ¿Un duelo a muerte con cuchillos? ─ Sayaka no disimula en absoluto su sorpresa.

─ ¿Qué fue lo que dijo? ¿Un duelo a muerte con cuchillos? ¿Qué es eso? ─ evidentemente Homura estaba igual que Sayaka.

─ He sido testigo de muchas peleas entre chicas mágicas en el pasado, pero es la primera vez que contemplo algo como esto ─ dice Kyubey, el cual aparece justo a un lado de Homura, aunque esta apenas se sobresalta ─. Algo me dice que piensan luchar usando cuchillos.

─ Con lo idiotas con son estas dos, creo que hay algo más que pueda hacer mientras tengo tiempo ─ Homura se apresura a atravesarse en el camino ─. Ustedes dos se tranquilizan de una vez y empiezan a matarse entre ustedes como chicas mágicas civilizadas, que de lo contrario me voy a molestar mucho.

─ ¿Y qué harás si te molestas? ─ la provoca Sayaka, y Homura reacciona apretándole la nariz con fuerza ─ ¡Ya entendí! ¡Me rindo! ¡Suéltame, que me duele! ¡Aprietas demasiado fuerte para lo pasiva que luces!

─ Vuélveme a provocar y verás lo que esta pasiva es capaz de hacer ─ a Homura le brillaban los ojos con furia, logrando asustar a Sayaka.

─ Más tonta y no nace ─ dice Kyouko entre dientes y con una gota en su nuca.


Casa de Madoka

Luego de reflexionar un buen rato con respecto a lo que había dicho su madre, Madoka pensaba que venía siendo hora para regresar a la cama y tratar de conciliar el sueño. Le hacía falta descanso y lo sabía, pero antes de que pudiese abandonar el comedor se aparece Kyubey en la ventana, llamando repentinamente su atención.

─ ¡Madoka, acaban de aparecerse cincuenta brujas más al sur de la ciudad!

─ ¿Eh? ¿Y para qué me hablas de eso, si no soy una chica mágica?

─ Ah, lo siento, Madoka. Eso fue el poder de la costumbre. Me he dedicado a asignarle misiones nuevas a Sayaka demasiado seguido últimamente ─ Kyubey toma aire para empezar de nuevo ─. Lo que realmente quería decirte es que Kyouko y Sayaka ahora mismo se están agarrando de los pelos entre ellas.

─ ¿De verdad? ¿Y dónde están?

─ Están en un puente peatonal, cerca de la casa de un tal Kyousuke. Akemi Homura está con ellas, y no sé qué pueda llegar a ocurrir.

─ Entonces no se diga más ─ Madoka se va rápidamente de allí, y Kyubey va tras ella.


Puente peatonal

Madoka había llegado tan rápido como había podido, preocupada por lo que podría pasarle a Sayaka, especialmente por lo que ella misma se podría causar si no tenía cuidado. Su carrera por las escaleras que subían al puente resultaba penosa por el agotamiento de haber venido corriendo todo el camino, pero lo importante era justamente llegar a donde estaba su amiga.

─ ¡Sayaka-chan!

La peliazul se encontraba tirada en el suelo, y Kyouko estaba a un lado luciendo vencedora e imponente en la contienda, e incluso estaba alzando el puño en señal de victoria. Homura por su lado estaba sentada a un lado, mirando de tanto en tanto la hora, como si aquello le generase aburrimiento y no viese el momento para irse a casa de una vez. Al llegar Madoka, Homura se alerta un poco.

─ Quédate atrás, Madoka.

─ ¿Qué está pasando aquí, Homura-chan?

─ Pues que estas dos insensatas están peleando. He hablado de todas las maneras que he podido con ambas, pero todo lo que diga les entra por un oído y les sale por el otro.

─ ¿De verdad?

─ Casi le arranco la nariz a Sayaka para que no se lanzara a pelear con cuchillos, y todavía así va como estúpida a agarrarse con Kyouko. Al menos así como están es más factible controlarlas para impedir que las cosas se salgan de control. Además… ─ una sombra sospechosa envuelve el rostro de Homura ─ Parece que no se puede postergar más la verdad.

─ ¿A qué te refieres, Homura-chan?

Sayaka se pone de pie a duras penas para acto seguido lanzarse a atacar a Kyouko, pero lejos de darle a la pelirroja, ésta la vuelve a dejar en el suelo sin ningún problema. Ya había perdido la cuenta de las veces que le había hecho aquello a la peliazul.

─ Ya ni me voy a molestar en preguntarte si te rindes. Es tan inútil como esperar a que la ropa lavada seque bajo la lluvia, así que voy de una vez a reclamar mi premio como ganadora de esta pelea.

─ ¿Qué estás diciendo, idiota? ─ Sayaka intenta levantarse otra vez, pero esta vez Kyouko no la deja y le pega la cara contra el suelo ─ ¡Me niego a darme por vencida, y menos a ser la pasiva de alguien como tú!

─ Menos decir idioteces y más gemir para mí es lo que debes hacer, estúpida ─ Kyouko mete su mano bajo la falda destrozada de Sayaka, introduciendo sus dedos en ella y empezando a moverlos ─. Vamos, dame el placer de verte doblegada.

─ ¡Eso nunca! Eres tan mala con los dedos que no hay manera de que sienta nada.

─ No te hagas la dura conmigo, que puedo hacerlo más fuerte ─ Kyouko sonríe de medio lado, aunque estaba claro que aquel comentario la había molestado.

─ Te reto a que lo hagas.

─ Como quieras…

Madoka miraba de manera intensa y entusiasta cómo Kyouko se tiraba a Sayaka usando sus dedos, mientras que Homura permanecía imperturbable, como si hubiera algo ahí que no anduviese bien y ella lo sabe. El reflejo en sus lentes parecía un augurio de que algo malo iba a pasar en breve.

─ Kyouko, será mejor que pares. Esto ya se acabó ─ dice finalmente la pelinegra, a lo que Kyouko la mira confundida ─. Lo que Miki Sayaka dijo puede parecer una provocación, pero lo dijo en serio. Ella no está sintiendo ninguno de los dedos que le acabas de meter.

─ ¿De qué estás hablando, Homura? ¿Acaso tú sabes tratar con ella mejor que yo?

─ No es eso ─ Homura se quita los lentes, mostrando un gesto que, aunque pretendiese seriedad, denotaba un trasfondo de dolor y decepción ─. Da igual lo que le hagas a Sayaka. Los impulsos táctiles que le puedan generar cualquier tipo de placer sexual o cercano no los va a sentir.

Sayaka y Kyouko se quedaron mirando a Homura, como si no se creyeran que ella estaba ahí, justo enfrente de ambas. Madoka no comprendía qué estaba realmente diciendo Homura. Kyubey aparece entonces, y Homura lo ve en el acto.

─ Kyubey, diles a todas que lo que acabo de decir es cierto.

─ ¡Esas son estupideces! ─ Kyouko se pone de pie, claramente molesta con Homura ─ ¿A qué viene eso que estás diciendo? ¿Acaso pretendes subestimar mis capacidades para generar placer con mis dedos?

─ Homura no pretende nada. Lo que dijo es 100% real no fake ─ ahora todas las miradas se dirigen a Kyubey ─. Sólo es una pequeña franja de la gama de sensaciones que pueden recibir a través del tacto ¿Qué más da no volver a sentir placer físico?

─ ¿Qué demonios? ¿Y para eso me querías hacer una chica mágica? ─ Madoka se tapa la boca con ambas manos, horrorizada ─ ¿Qué has hecho, Kyubey?

─ Yo no he hecho nada. Simplemente cumplo con mi deber y ya está ─ Kyubey permanece tranquilo, como si estuviera hablando del clima que hubo en la mañana ─. El placer físico es una sensación bastante común en muchos seres vivos, especialmente entre las formas vertebradas. Pero eso tiene el inconveniente que puede nublar el resto de sentidos al momento en que un peligro se acerca. El propósito que suelen seguir las chicas mágicas desde un primer momento es cazar y derrotar brujas, por lo que necesitan que sus sentidos estén bien enfocados, y es ahí donde entramos en escena los de mi raza. Al cumplir un deseo para convertir en chica mágica a una chica ordinaria con potencial, extraemos el alma, un proceso completamente necesario para así deshacernos de manera efectiva de su capacidad de sentir placer físico. Es una buena manera tanto de proteger la vida de la chica mágica en situación de peligro como también para procurar que permanezca alerta a mitad de un combate, pues sensaciones así pueden llegar a ser una obstrucción. Al final es algo bueno para ustedes.

─ ¡UNA OBSTRUCCIÓN ES LO QUE TE VOY A METER EN EL CULO! ─ Kyouko agarra a la criatura por el cuello y se pone a apretarlo ─ ¡Nos tuviste engañadas todo este tiempo! ¡Ni siquiera se te ocurrió avisarnos que nos harías esto si pedíamos nuestros deseos para convertirnos en chicas mágicas! ¿Cómo te atreves?

─ Les estoy diciendo que más bien les hago un favor al quitarles ese rango de sensaciones. Ni siquiera es como que sentir ese tipo de placer sea verdaderamente necesario para vivir, así que no comprendo el motivo por el que lo valoran tanto. Estás exagerando mucho las cosas, Kyouko.

─ Esto es inaudito ─ Sayaka se pone de pie lentamente, y de sus ojos salía un destello de odio ─. Eso quiere decir que incluso si hubiese logrado hacerle la visita a Kyousuke-kun y hubiese tenido sexo con él…

─ No habrías sentido nada, igual como hace un momento con Kyouko ─ responde Kyubey tranquilamente, pese a que Kyouko le apretaba con más fuerza el cuello ─. Da igual lo que hubieses hecho. Desde una simple caricia en un brazo o en el rostro hasta el acto de apareamiento más intenso que hayas imaginado jamás con ese chico, igual tu cuerpo no te habría enviado ningún estímulo, y por lo tanto podrías llegar a ni siquiera darte cuenta con algo de mala suerte.

─ ¿Tú lo sabías, Homura-chan? ─ Madoka mira angustiada a la pelinegra, la cual baja la mirada por un momento.

─ Me abstuve de decir nada porque habría sido demasiado difícil creer esto, y por esa razón es que la primera vez que me vieron siguiéndolo mi intención clarísimamente era castrarlo usando unas tijeras ─ Homura mira directamente a la pelirrosa, y rápidamente las lágrimas surgen de ella al tiempo que intenta seguir ─. Quería hacerlo sufrir para disuadirlo de intentar convertirte en una chica mágica, Madoka.

CONTINUARÁ…


Ahora sí, en esta versión de la historia de las chicas mágicas madokianas ha llegado el momento de dar a conocer la horrible realidad. Seguro que han quedado con un shock indescriptible, no se pueden creer que algo tan horrible como que alguien esté despojado de cualquier forma de placer a través de su sentido del tacto. Seguro me van a pedir que tenga piedad, que las chicas no hicieron nada para merecer algo tan atroz, pero es que la historia debe continuar. En fin, que ya pronto les traigo el siguiente capítulo. Procuraré no tardarme tanto.

Hasta otra