Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, pero la historia es completamente mía. Está PROHIBIDA su copia, ya sea parcial o total. Di NO al plagio. CONTIENE ESCENAS SEXUALES +18.


Historia editada por Karla Ragnard, Licenciada en Literatura y Filosofía

Capítulo 12:

¿Y si no es tan malo?

Edward vio tras el reflejo de una de las ventanas que Isabella estaba dentro de una sala en donde se veían algunos instrumentos musicales. ¿Por qué estaba sola?

Incrédulo por su deseo, decidió acercarse para abrir la puerta y preguntar si todo iba bien, pero cuando iba a hacerlo, fue ella quien le ganó en ventaja. Nunca pensó que la encontraría con la mitad de su llanto saliendo a borbotones, manchando sus mejillas. Él permaneció quieto, como si hubiera entrado en estado de shock.

Bella, por su parte, se secó rápidamente las lágrimas, avergonzada de que ese maldito teniente la viera en un momento vulnerable para ella.

—Con permiso —espetó Isabella, intentando pasar desapercibida ante él.

Edward iba a dejarla marcharse, pero por extraño que le pareciera, se había preocupado.

—Espera —dijo él, tomándola del brazo.

Bella se soltó con desagrado.

—¿Qué ocurre?

—¿Qué ha pasado? —inquirió.

—¿Qué importa?

—Estabas llorando.

—¿Y? Solo estaba…

Edward suspiró.

—Espero todo vaya bien.

Bella apretó los labios y asintió, queriendo volver a llorar.

—Es mi hijo —soltó de pronto, frunciendo el ceño.

Él suspiró.

—Sí, supe que tienes uno de diecisiete. Es de la edad del mío.

Ella tragó, todavía muy reacia a abrirse con él.

En realidad, estaban pasando demasiadas cosas en su cabeza como para querer hacerlo, en especial cuando su hijo le había partido el corazón, quizá sin quererlo.

—Se ha molestado, ¿no? —dijo el teniente.

—¿Qué?

—Él, de tu presencia en la preparatoria.

¿Cómo lo sabía?

—Verás, imagino que se trata de eso, ¿sabes por qué?

El teniente se apoyó a un lado de una batería y esta hizo un ruido insoportable. Bella puso los ojos en blanco, pero por primera vez comenzó a reírse de verdad, de lo ridículo que podía ser este hombre… y atractivo a la vez.

—Maldita batería… —Carraspeó, mientras Bella intentaba no reírse y lloraba—. En fin. Mi hijo hizo los mismos escándalos cuando era pequeño. Tenía apenas… diez—. Suspiró—. No solíamos ser tan cercanos como quería y mi única manera era ir a buscarlo a la escuela en lugar de que fuera en el autobús escolar, lo que le hizo molestarse más de lo que pensé. Algo me preocupó y luego lo esperé a la salida, entonces fui más adentro y finalmente supe que la causa de su enojo por mi intromisión como padre era que él estaba… siendo golpeado por tener gustos diferentes en su ropa y en la música.

Bella sintió un dolor fuerte en su estómago al pensarlo. No podía imaginar algo así, le dolía tanto.

—Hice un escándalo. No quería que mi hijo viviera esa mierda. Aún estaba preparándome para ser teniente, pero le enseñé todo lo que sabía y que, por sobre todo, yo iba a apoyarlo en todo lo que le gustara mientras eso no dañara a nadie. Desde entonces comprendo que es válido como padres acercarse a sus hijos de las maneras más desesperadas, nuestro corazón nos grita que… algo va mal… o qué se yo —terminó de decir.

—Vivió una mierda —susurró Bella, sintiendo escalofríos de solo pensar que su pequeño, ya no tan pequeño, Tony, pasara por algo así.

¿Era una mala madre por no darse cuenta? ¿Era una mala madre por no saber cómo llegar a él?

—Solo… sé paciente. Cuando ellos se molestan por nuestros acercamientos desesperados, es porque tienen miedo de dañarnos con lo que ellos mismos viven, quieren… protegernos —terminó por decir—. Es válido, ¿no crees? Nuestros hijos también quieren protegernos a nosotros, que somos sus padres.

Ella suspiró, encontrando mucha sabiduría en lo que decía. Sí, era un estúpido… pero a veces los estúpidos podían decir cosas sabias.

A pesar de todo, Bella no pude contenerse y las lágrimas seguían escurriéndole como una llave desbordando todo a su paso. Quiso correr y evitar que, por orgullo, el teniente ese la mirara en ese estado vulnerable y en el cual se sentía inmensamente incorrecta y defectuosa: su lado como madre.

¿Qué había hecho mal para que Tony definitivamente no quisiera decirle qué estaba sucediéndole? A veces sentía que exageraba, pero su corazón le gritaba que algo sucedía. ¿Era correcto hacer lo que estaba haciendo? Quizá haberse inmiscuido en un lugar tan propio de su hijo iba a generar más problemas y eso no iba a perdonárselo.

No, no podía pensar que estaba haciendo lo incorrecto, quería saber qué le sucedía a su hijo y qué era lo que estaba martirizándolo.

Aunque le sorprendía declarárselo, Edward tenía razón.

—Gracias por el consejo que no te pedí —dijo ella sin mirarlo y luego se colgó el bolso—. Creo que por hoy prefiero irme a cualquier parte, ni siquiera comenzaremos hoy con esta mierda. Que te diviertas con tu hijo.

Caminó rápidamente para salir mientras Edward, por primera vez, no se quedaba odiándola ni mirando sus nalgas, sino que realmente se preocupó de que se fuera así, con la inquietud por su hijo, porque era algo que había vivido también.

—Hey, ¿estás segura de que puedes irte sola a casa? —preguntó Edward, dejando salir su lado protector que, bueno, no brotaba con facilidad.

Bella no frenó.

—Claro que puedo —dijo mientras sollozaba sin querer.

Bella caminó rápidamente hasta su coche para subirse y manejar de vuelta a casa y pasar el dolor que le comía el corazón. No sin antes enviarle un mensaje de texto a Tony, pidiéndole que regresara a casa pronto, que no iba a molestarle pero que llegara a salvo y a buena hora.

—¡No necesito que me sigas! ¡Estoy bien! —insistió Bella, furiosa de que la viera llorar como una niña.

Quería ser una mujer dura, ¡especialmente cuando él estaba aquí!

Abrió la puerta del auto y se subió, tomando el volante para empezar su viaje de regreso a casa.

—Se te olvidaba esto —le recordó el teniente, mostrándole las llaves.

Bella suspiró y se tapó el rostro, sabiendo que era incapaz de manejar porque estaba desesperada por el comportamiento de su hijo.

Edward se acomodó la mandíbula y al verla llorar fue inevitable sentir que era una perdición. ¿Cómo aguantarse? Se veía tan frágil que solo quería protegerla.

«¿Te das cuenta de lo que piensas, soldado? ¡Creí que eras más fuerte ante esta mujer! ¡Caído en medio de la sesión de batalla porque eres inevitablemente débil a ella!»

Él sacudió su cabeza y resopló, ofreciéndole su mano para que saliera del lado del conductor. Bella lo miró con el maquillaje escurrido y aceptó de mala gana, sabiendo que no era capaz de manejar por sí sola. Cuando tomó la gran palma del teniente y sintió sus largos dedos, tuvo una leve necesidad de gritar. Le gustaba el tacto… en demasía. Edward no se resistía a las manos pequeñas de Bella y aunque era una desagradable, no se la soltó hasta llevarla al otro lado del coche para que se subiera al asiento del copiloto, no sin antes abrirle la puerta.

—Podía hacer eso por mí misma —regañó como niña pequeña.

—Pues yo lo he hecho por ti. Sube.

—Qué mandón.

—Como buen teniente.

—No soy tu soldado —rebatió Bella, sentándose con los brazos cruzados.

—Agradece que no lo eres —susurró Edward antes de cerrar.

Ella lo vio rodear el coche y aprovechó de mirarle el culo. En traje se veía para comérselo a lamidas y mordidas.

«Pareces adolescente, Bella, ¿qué te pasa?».

Cuando el teniente se sentó a su lado, le tendió la mano nuevamente, pidiendo las llaves. La psicóloga las sacó y se las pasó sin mirarlo a los ojos. Edward entrecerró los párpados y sonrió, llamando su atención.

—Ni aunque quiera ayudarte mejoras ese lado gruñón —la molestó.

—No, porque las personas como tú esperan que bajemos la guardia.

—¿Las personas como yo?

—Sí.

—Eres tan orgullosa.

—¿Y tú no?

Edward sacó su móvil y le escribió rápidamente a Ness, pidiéndole que él manejara de vuelta a casa con la camioneta y que le avisara cuando llegase sano y salvo para estar tranquilo.

—El orgullo solo es una muestra de lo débil que puedes ser —afirmó—. ¿No ser capaz de doblegarse? Es por temor a demostrar vulnerabilidad.

Bella puso los ojos en blanco y miró cómo hacía partir su coche y se dirigía hacia las calles de San Francisco.

—Estás muy equivocado.

—¿Sí? Pues, con frecuencia suelo tener la razón.

—Y además, eres arrogante.

Edward le guiñó un ojo, lo que le hizo parecer aún más atractivo a los ojos de Bella, quien no pudo resistirse a mirar más de la cuenta. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, prefirió mirar hacia la ventana.

Mientras tomaba la dirección hacia el hogar de ella, Edward la miraba de reojo e inmediatamente veía su rostro acongojado por el dolor que debía sentir como madre al no saber cómo controlar la situación con su hijo. Claro, qué sabía él respecto a lo que pasaba entre ellos, pero sentía que podía ponerse en su lugar.

Entonces imaginó que entre tanto dolor algo adecuado podía salir, algo… que le hiciera sentir mejor de entre lo difícil que era ser padre e incluso, a sabiendas y a consideración de lo mucho que comprendía que era aún más difícil ser madre dada la sociedad, y estaba claro al saber que, según había notado, ella había criado a su hijo completamente sola. Y entonces pensó en su madre y los dolores de cabeza que le había hecho pasar mientras lo criaba a solas, intentando hacer lo posible para quitar del medio al maldito de su padre biológico, al que no odiaba llamar "padre" en realidad, porque el suyo era Carlisle, no aquel… maldito.

Suspiró y desvió el camino, llamando la atención de Bella, quien intentaba secarse las lágrimas y con ello retocar su maquillaje para no seguir pareciendo un mapache.

—¿A dónde vas? —preguntó ella.

—Tomaremos un receso.

Bella frunció el ceño.

—¿Qué?

Edward no respondió hasta que avanzó unas cuantas calles, llegando al sitio más bohemio de San Francisco. Estacionó frente a uno de los lugares más divertidos de la ciudad: una discoteca de música mayormente retro donde todo solía ser júbilo y liberación. Era uno de sus lugares favoritos cuando era un crío y es que era un lugar con mucha historia y jamás había perdido la inmensa clientela que solía hacer filas durante horas para poder ingresar.

Salió del coche y le abrió la puerta solo para continuar molestándola y porque, bueno, era algo que brotaba naturalmente en él. Bella salió del coche en automático y miró a su alrededor con cierta extrañeza.

—¿Qué hacemos aquí? —preguntó, más ingenuamente de lo que pensó.

El teniente le sonrió y le señaló la fila con los guardias.

—Eres odiosa, pero detesto verte llorar. ¿Me acompañas a divertirnos un poco?

¿De verdad Edward estaba invitándola a una discoteca? De solo ver las luces y escuchar la música que traspasaba las paredes, le daban ganas de bailar.

—¿Y vamos a esperar esta fila eterna?

Edward le tomó la mano sin siquiera pensar en el gesto y la acercó al hombre grandote que resguardaba la entrada.

—¡Puta mierda! ¡Edward Cullen! —chilló el hombre de voz grave y gafas negras.

Los dos se saludaron como viejos amigos y sonrieron con naturalidad.

—Creí que no volvería a verte desde que te fuiste como teniente a ese lugar. ¡Y vienes acompañado de una linda chica! Imagino que es tu novia —dijo el hombre luego de palparle la espalda.

Los aludidos se contemplaron y negaron todo de forma rotunda.

—Solo… vinimos a divertirnos. ¿Nos das el chance, Laurent? —respondió Edward luego de carraspear.

—Claro que sí, viejo, ¡adelante! ¡Recuerda buscarme para contarme de las buenas nuevas! —Laurent le abrió la cinta de terciopelo.

—Por supuesto, Laurent, ¡gracias! —afirmó Edward, permitiéndole a Bella que entrara antes.

Cuando ella se encontró con la discoteca en todo su esplendor, con tres escenarios diferentes, bar de diversos colores y una decoración fantástica, simplemente sonrió.

—¿Y? ¿Quieres divertirte, gruñona? —le preguntó el teniente.

Bella supo que su respuesta era automáticamente una.


Buenas tardes, les traigo un nuevo capítulo de esta historia, estoy deseando poder actualizar tan seguido como antes, pero estoy en un proceso en mi país por las elecciones, emprendiendo una intensa lucha y buscando lidiar con unas complicaciones laborales, ya pronto regresaré con más rapidez, lo prometo, en especial ante lo que acaba de suceder entre estos dos, ¿qué creen que suceda cuando lleguemos a esa diversión que le promete Edward? Primero tienen que lidiar el uno con el otro. ¿De alguna forma encontrarán cómo hacer las paces por el momento? ¡Cuéntenme qué les ha parecido, ya saben cómo me gusta leerlas

Agradezco los comentarios de Diana, Valevalverde57, cavendano13, CinthyaVillalobo, yesenia tovar 17, BreezeCullenSwan,

EChan Cullen, Liliana Macias, stella1427, merodeadores1996, Ady denice. MakarenaL,

roberouge, Iva Angulo, LadyRedScarlet, MariaL8, ELLIana11, Teresita Mooz, Rose Hernandez,

Belli swan dwyer, almacullenmasen, Wenday 14, DanitLuna, nikyta, Santa, AnabellaCS,

rosycanul10, ELIZABETH, Rero96, Mapi13, morenita88, Anabelle Canchola, Jocelyn, Pam

Malfoy Black, saraipineda44, twilightsecretlove, calia19, Adriu, valem0089, Arlette Cullen

Swan, quequeta2007, SeguidoradeChile, Ana Karina, patymdn, Valentina Paez, Liz Vidal, luisita,

Fallen Dark Angel 07, Lore562, KRISS95, Jimena, Eli mMsen, Mime Herondale, Pancardo,

paramoreandmore, calvialexa, Elizabethpm, Claribel cabrera, diana0426a, Elizabeth Marie

Cullen, maidely34, gabomm, Angel twilighter, Gan, Erikay2003, miop, Jade HSos, Flor Santana,

Jeli, Noriitha, Odi19, NarMaVeg, tocayaloquis, Tata XOXO, Veronica, beakis, kathlen ayala,

krisr0405, alyssag19, Freedom2604, Celina fic, Alejandra1987, CCar, Maribel hernandez cullen,

ariyasy, cullen 21 gladys, karensiux, Aidee Bells, ari kimi, SakuraHyung19, natuchis2011b, Bitah,

EloRicardes, Franciscab25, sandju1008, Naara Selene, Saydiss, twilightter, Vero Morales,

Johannamaribel14, Mentafresca, NoeLiia, kaja0507, PRISGPE, dana masen cullen, Brenda

Cullen, seiriscarvajal, JMMA, nydiac10, ale 17 3, sool21, Angelus285 y Guest., espero volver a leerlas nuevamente, no tienen idea de lo que significa para mí su entusiasmo, cariño y palabras, de verdad gracias

Recuerda que si dejas tu review recibirás un adelanto exclusivo del próximo capítulo vía mensaje privado, y si no tienen cuenta, solo deben poner su correo, palabra por palabra separada, de lo contrario no se verá

Pueden unirse a mi grupo de facebook que se llama "Baisers Ardents - Escritora", en donde encontrarán a los personajes, sus atuendos, lugares, encuestas, entre otros, solo deben responder las preguntas y podrán ingresar

También pueden buscar mi página web www (punto) baisersardents (punto) com

Si tienes alguna duda, puedes escribirme a mi correo contacto (arroba) baisersardents (punto) com

Cariños para todas

Baisers!