Quiero Conocerte
Capítulo 10: A Discreción
.::Adrien::.
No hace falta mirar mi rostro en un espejo para saber que ahora mismo estoy sonriendo como un idiota. El solo recuerdo de lo que pasó apenas hace 2 noches me tiene en un estado catatónico que de no ser porque ayer fue domingo..., seguramente habría tenido problemas en horario de oficina.
Ahora me encuentro recostado en mi cama, serán apróximadamente las 6 de la mañana, mi alarma no tardará en sonar y yo deberé iniciar mi día; un poco de ejercicio para activarme, desayuno, baño y finalmente un poco de arreglo personal para ir a trabajar. Pero por ahora disfruto de la comodidad de mi enorme colchón y del dulce recuerdo de los labios de mi Princesa besando los míos.
Si... ya sé que suena excesivamente cursi... Soy como un adolescente que descubre a su primer amor...o quizás peor que eso, casi estoy vomitando miel.
Aún sigo preguntándome que rayos fue lo que hice bien como para haber sido merecedor de tan delicioso gesto por parte de mi azabache favorita. Sea lo que sea... hay momentos en que llego a creer que mi mente me ha jugado una mala pasada y me ha hecho soñar despierto, pero no... Sé que no ha sido así y que ese beso de verdad sucedió, que ella lo inició y que yo no fui capaz de rechazarlo ¡¿Quién en su sano juicio rechazaría un beso de tan increíble ángel?! Habría sido demasiado idiota si lo hacía. Claro que esto me lleva a preguntarme también qué habría pasado si yo la hubiese besado mientras estabamos en su repostería.
Lo que encuentro seguro es una cosa: La atracción es mutua...
Hoy la veré en la oficina desde temprano y no sé cómo demonios aguantaré las ganas de encerrarla junto conmigo en mi oficina para comermela a besos allí mismo. Si al menos ella supiera que soy Chat Noir... y si no hubiese pasado lo que pasó seguro que sería pan comido.
Se suponía que la cita sería hasta el viernes de esta semana, sin embargo por cuestiones de logística se tuvo que adelantar la sesión de revisión con Nathaniel, y bueno... Yo no iba a desaprovechar ¿Verdad? El único problemita es que debido a la misma razón, Chloé nos visitaría también, diciéndo que era parte de su trabajo como representante de su padre el asegurarse de que todo estuviese saliendo bien con la nueva colección. Bueno, siendo optimistas, Chloé no tenía porqué toparse con Marinette...
Justo en el momento en que la alarma de mi celular sonó, la apagué sin siquiera haberla dejado sonar dos veces y me levanté de la cama.
ooo
- ¡Adrien! ¡Adrien! -
Wayhem se acercaba a mi a paso veloz en el momento justo que salía del ascensor que venía del estacionamiento del edificio.
- Buenos días - Saludé, sin darle mucha importancia a su actitud un tanto urgida.
- Deja los saludos para después, esto es importante. -
- ¿Ah si? ¿Qué puede ser tan importante? - Pregunté, haciéndome a un lado por si alguien más ocupaba el elevador y no estorbar el paso.
- ¡Creo que me enamoré! Mira en la sala de espera... sillón rojo: Hermosa chica de cabello negro y ojo azules. -
Dirigí mi mirada disimuladamente al lugar que me indicaba mi amigo, encontrándome inmediatamente con que la persona a la que Wayhem se refería era a "mi Princesa".
- Es Marinette Dupain Cheng, tiene cita con Nathaniel y conmigo. Así que ni se te ocurra molestarla con tus cosas de... tipo pervertido ¿Ok? - Eso por no tener que decir "yo la vi primero, aléjate de ella, es mía" ¿Verdad?
- Acabas de romper mi kokoro...- Dijo él con cara de tristeza infinita.
- ¿Acabo de romper tu que...? -
- ¡Mi kokoro!... Perdón, olvido tu nulo conocimiento del idioma nipón... "Kokoro" significa corazón, así que ¡Me rompiste el corazón! -
- Cada día te pones más dramático ¿Sabías? Por cierto ¿Qué haces tan temprano aquí? -
- Tengo que terminar de editar las fotos del último shooting que tuvimos. Así que si me necesitas tu o tu hermosisíma invitada, me avisas -
Guiñando un ojo, Wayhem activó el botón el elevador para esta vez ser él quien entraba.
- Ni lo sueñes, Don Juan -
Tras mis palabras, Wayhem sonrió de oreja a oreja y entró al elevador y en cuanto lo hizo volví a prestar mi atención a la increíble azabache que leía una revista cómodamente, sentada y con las piernas cruzadas. Lucía un despampanante vestido azul rey que le llevaba muy seguramente hasta las rodillas y que hacía resaltar sus increíbles ojos azules; zapatillas negras que la hacían lucir muy profesional y por si fuera poco...llevaba el cabello suelto. Todos esos colores oscuros en su cuerpo la hacián lucir su piel aún más blanca de lo que ya era, tentandome a tocarlo aunque fuese un poco para comprobar su suavidad...
Exquisita ella y exquisto su sentido de la moda.
Comencé una muy lenta caminata por la recepción para poder seguir admirándola, no pudiendo evitar morder mi labio inferior en un claro gesto de deseo que tuve que ocultar tapándome la boca y barbilla con una mano como si tan solo hubiese sentido algo de comezón en la zona.
Vaya, esto va a ser difícil...
- Señorita Dupain, que gusto verla tan temprano por aquí - Dije, llamándo su atención inmediatamente y recibiéndo una sonrisa despanpanante de su parte.
- ¡Buenos días, señor Agreste! - Saludó, poniéndose de pie y estirando una mano para concretar la acción.
- Buenos días - Estreché su mano y por un microsegundo pensé en darle aquellos dos besos en cada mejilla, pero dado que realmente no eramos "cercanos", me retracté antes de parecer un tonto. - Espero que no lleve mucho tiempo esperando -
- No, no, para nada, solo unos 5 minutos, no más. -
- Perfecto. Sígame, por favor. La llevaré con Nathaniel, seguro que será un buen reencuentro. Cuando Nathaniel supo de usted de nuevo definitivamente se puso muy contento -
- ¿De verdad? - Marinette giró un momento para tomar su bolso, el cual había acomodado en el sillón y enseguida se puso a mi lado para comenzar nuestro trayecto al área de diseño.
- Por supuesto. Así que es un hecho que bien se acuerda de usted. A él le fascinaron tanto como a mi sus diseños, solo hizo un par de cambios que si a usted no le llegasen a gustar, podríamos ver si podemos regresar a lo original. Debo decir que son cambios pequeños, como botones o algún material -
- Entiendo. Tranquilo, seguro que lo que sea que haya hecho Nathaniel también tendrá mi aprobación... -
- Tiene la mía, si es que eso le sirve como garantía. -
- Si el jefe la ha dado, no creo que pueda negarme. Usted también es un gran diseñador -
Juro que en ese momento me sentí como un niño pequeño pues pude sentirme sonrojar ante su comentario, algo que en otras circunstancias me habría enaltecido me hizo sentir algo así como vergüenza y orgullo al mismo tiempo.
- Mi trabajo me costó, mi talento no es un talento como el de usted o el de mi padre, es en realidad una habilidad que adquirí con mucho esfuerzo y estudio. Lo suyo es nato -
- Pero no por ello tiene menos mérito, señor Agreste. De hecho creo que se debe valorar aún más -
- Si, bueno ¿Le digo un secreto? - Dije, acercándome un poco a ella, teniendo que inclinarme mientras caminaba.
- ¿Si? - Ella también se acercó un poco a mi, como si fuesemos dos amigos que intentan contarse algo sin que nadie más se de cuenta.
- No todos en la empresa creen eso. Muchos intentan desacreditarme. - Susurré divertido, sintiéndome más cómodo con ella. Aunque debo decir que me cuesta bastante no hablar de "tu", como lo hago como Chat Noir.
- ¿De verdad? - Preguntó ella, curiosa.
- Así es - Me enderecé y le indiqué que debíamos girar en la siguiente esquina con una mano - Ya sabía yo que pasaría, la verdad me tiene sin cuidado alguno. Es fácil lidiar con esas personas... Oh, parece que Nathaniel no ha llegado. - Dije auténticamente sorprendido al llegar a la entrada de su oficina y ver que estaba cerrada.
- Nath llamó para avisar que tuvo un problema con su auto, pero no debe tardar demasiado en llegar, fue cerca de aquí - Comentó una de las asistentes de Nathaniel ¿su nombre? sinceramente no lo sé, no es como que sepa el nombre del 100% de mis empleados, son demasiados.
- Muchas gracias ¿Le podrías decir a Nathaniel que la señorita Dupain y yo lo estarémos esperando dentro de su oficina, por favor? -
- Claro, señor Agreste. Permitame abrirles -
Dicho esto, Marinette y yo nos hicimos a un lado para que la chica en cuestión nos abriese con su llave. Una vez hecho ella volvió a sus tareas y fue entonces cuando invité a Marinette a pasar a la nada modesta oficina/taller de Nathaniel; un lugar con el cuadruple de tamaño que una oficina normal grande, ya que necesitaba de todo el espacio para cuando trabajaba con varias modelos a la vez o para almacenar el material que tenía en uso, maniquies y demás cosas, además allí adentro también trabajaban sus asistentes, personal al cual se le pidió que llegaran más tarde el día de hoy para no interrumpir nuestra junta.
- ¡Wao! !Esto es como un paraíso de diseñadores! !Es enorme!-
- Nunca hemos querido limitar a nuestros diseñadores estrella ¿Se imagina usted aquí? Diseñando para nosotros... -
- Creo que es como el mayor sueño de cualquiera que trabaje aqui. Yo... bueno, supongo que nunca podré...-
- Nunca diga "nunca". Su trabajo es formidable, creame, si mi padre la hubiese descubierto ya le habría hecho una oferta de trabajo de planta aquí con nosotros. Yo no lo he hecho solo porque sé que usted cuenta con otro negocio que necesita de usted y de su otro gran talento - Le aseguré.
.::Marinette::.
Que Adrien Agreste adule a quien sea seguro que era la meta de muchos y yo no sé cómo es que logré tal mérito en tan poco tiempo. Siento como si estuviese viviendo mi más grande sueño guajiro... y sería totalmente perfecto si pudiese completarlo trabajando para Gabriel's... es decir, ya trabajo para ellos, pero... bueno, ya saben, justo como dijo el joven Agreste... "trabajar de planta" sería increíble.
No quiero soñar y volar demasiado alto, mi Repostería demanda mucho de mi y no me creo capaz de dejarla nunca. Ahora mismo no puedo pedir más... ¡Tres de mis diseños saldrán a la venta en la próxima colección de Gabriel's! Eso ya es inaudito. Bendito fue el día en que este hombre delante mío entró a mi Repostería solo por un pequeño pastelillo... No pude tener más suerte.
- De verdad le agradezco muchísimo la oportunidad, señor Agreste -
- Llámeme Adrien, por favor. - Pidió él, sonriendome de forma encantadora, recordandome al instante a Chat Noir y esa sonrisa que me dedicó al despedirnos la noche que... - Y si no se siente incómoda, también me gustaría que comenzaramos a tutearnos. No he llegado ni a los 30 años y ya medio mundo me trata de señor. -
- Entonces... usted debería llamarme Marinette. Perdón... "Deberías" llamarme Marinette y no "Señorita Dupain" - Dije, estando de acuerdo con su petición. La verdad es que si resulta raro hablarle tan formalmente a alguien que evidentemente es bastante joven todavía y que de hecho tiene casi mi misma edad... o eso creo.
- Perfecto, es un trato... Marinette - Dijó el agrandando su sonrisa y ofreciéndome su mano para estrecharla, acción que no dudé en aceptar.
- ¿Las personas no me verán raro si me escuchan "tutearte"? - pregunté, aún sin cortar el contacto de nuestras manos y agitándolas en el aire.
- Quizás, pero nadie se va a preocupar por preguntar. De todos modos eres externa a la empresa así que no importa -
¿Alguien me puede explicar porqué siento esta extraña cercanía con esta persona? No me había pasado nunca con nadie, ni siquiera con Luka cuando lo conocí, y sin embargo en la actualidad no solo la siento de alguna extraña forma con Adrien Agreste, si no que primero la sentí con Chat Noir...y es precisamente por eso que ahora me resulta tan extraño.
Sin realmente estar demasiado conciente de lo que hacía, comencé a analizar el rostro de mi anfitrión. Su cabello rubio lucía notablemente más corto que el de Chat Noir, de hecho Adrien Agreste lo mantenía bastante corto de la parte de la nuca y las sienes, mientras que Chat Noir lo usaba bastante más largo y vamos...no es como que una persona pueda hacer que su cabello crezca de un momento a otro (a menos que use pelucas). Lo que si era muy igual era la tonalidad de sus ojos; un verde esmeralda bastante irreal e intenso que lo hacían lucir algo exótico, claro que Chat Noir tenía la esclerótica también de un verde para nada natural, hasta donde sé, solo las personas que se atreven a "tatuarse" aquella parte tan sensible son quienes pueden cambiar el color, además el tono de piel de Chat Noir era un par de tonos más bronceada que la de Adrien...
Esperen... ¿De verdad estoy intentando comparar a ambos hombres?
- ¿Marinette? ¿Pasa algo? Te has quedado como ida... - Decía Adrien pasando una de sus manos frente a mi cara para hacerme volver a prestar atención. Bueno, debo decir que fue también bastante vergonzoso darme cuenta de que no le había soltado la mano en todo mi proceso anterior, por lo que sin más lo hice como si me hubiera quemado con algo.
- ¡Perdón! Suelo ser algo distraída... Lo siento mucho -
Él rió.
- No te preocupes, no pasa nada. Solo procura que no te pase cuando estemos en nuestra reunión con Nathaniel. No debes dejar que se te escape ningún detalle porque será muy importante para el resultado final de tus prendas -
- Claro, no pasará -
- Toma asiento donde gustes mientras llega nuestro susodicho. Ponte cómoda -
- ¿Podría antes darle un vistazo al taller? Nunca he estado en uno así de grande... - Pedí, sintiéndome como una pequeña niña pidiendo por que se le cumpliera un capricho.
- Por supuesto, adelante. Yo estaré sentado al fondo -
- Gracias -
Procuré ver que Adrien se pusiera cómodo antes de comenzar con mi pequeño recorrido por el taller, empezando primero por los enorme rollos de tela acomodados justo frente a la entrada; delitandome con la calidad de su hilos y la suavidad y perfección que cada una ofrecía. Colores azules y morados, amarillos y rojos, tan contrarios y a la vez tan complementarios entre si. Incluso creí reconocer los rollos de la tela que yo había elegido para alguno de mis diseños ¿Serán?...
En el taller también habían un par de computadoras de escritorio que seguro eran utilizadas para más de uno de los procesos que conllevan el hacer una prenda y también noté que en un rincón tenían apiladas unas cuantas laptops que seguramente usarían las asistentes.
Había montones de repisas en las paredes con muchísimos materiales diferentes; agujas, hilos de muchísimos colores, muestras de botones de todos los tipos, colores y tamaños...
Cuando me dirigí a ver los maniquiés me di cuenta de que algunos de ellos permanecían ocultos por una tela, por lo que con mi curiosidad a flor de piel, me acerqué queriendo retirar aquel obstáculo que me impedía ver el fabuloso diseño que seguramente se ocultaba debajo, sin embargo, cuando estiré mi brazo para hacerlo, una mano en mi hombre me hizo quedarme congelada en mi lugar.
- No, esos no se tocan todavía. Ten algo de paciencia -
Digánme enferma o loca, pero justo en ese momento en que no podía verlo a la cara, la voz de Adrien me pareció tan identica a la de Chat Noir que creo que logró erizarme cada poro de mi piel, volviéndome a la cabeza el recuerdo del beso que le di antes de despedirme de él.
.::Adrien::.
Verla pasearse por el taller fue todo menos aburrido. No, no podía aburrirme de tan hipnotizantes movimientos de cadera ni de aquel bello rostro maravillandose con cada cosa que veía.
No saben lo frustrante que es para mi solo tener que limitarme a verla a lo lejos y comermela con la mirada con toda la discreción que me podía permitir. Moría de ganas de aprovechar nuestra momentanea soledad para mandar al diablo toda lógica y besarla hasta desgastarnos los labios... Aunque claro, siendo que ni siquiera sabe que tengo una segunda identidad y que esa segunda identidad es la de Chat Noir... pues...
Además, lo peor del caso es que no sé si ella ya se habrá arrepentido de lo que hizo, de si solo fue cosa de una vez y que mis fantasías de volver a besarla solo son eso, fantasías.
Desgraciada o afortunidamente, tuve que detener la exploración de mi bella azabache cuando estuvo a punto de ver los diseños de las prendas de su autoría en su versión "beta", antes de ser mandado a producción, por lo que sostuve uno de sus hombros no sabiendo la reacción que provocaría en mi mismo; sentir su piel directamente en mi mano mandó una descarga por toda mi columna, alterandome los nervios al instante... aunque aun con ello me obligué a hablarle antes de que se volviera algo incómodo.
- ¡Buenos días! -
Nathaniel hacía al fin acto de presencia y tanto Marinette como yo nos separamos dando un paso en sentido contrario como su hubiesemos estado haciendo algo indebido.
- ¡Nathaniel! ¿Todo bien? Me contaron que algo le pasó a tu carro - Pregunté, acercándome a él para estrechar su mano a modo de saludo.
- Si, digamos que descubrí a la mala que mi neumático de refacción en realidad ya estaba usando y había olvidado cambiarlo... Pero ya todo está arreglado. Lamento la demora - Nathaniel debió su mirada de mi para poder observar a Marinette, quien se mantenía callada pero con una sonrisa en el rostro mientras miraba a su excompañero hablar. - ¿Marinette? ¡Wao! ¡Marinette! -
Lo que no me esperaba era la muy cordial bienvenida que Nathaniel le iba a dedicar a nuestra invitada, pues se le había plantado enfrente para inmediatamente darle un abrazo que la levantó un poco del piso y cuando hubo decidido que era suficiente, le plantó un beso en cada mejilla.
¿Alguien dijo "celos"? Si, si. No lo voy a negar...
- Hola Nath ¿Cómo has estado? - Le preguntó Marinette a nuestro conocido mutuo.
- Muy bien, no he podido estar mejor. La verdad es que poder verte al fin me ha quitado cualquier rastro de mal humor por lo que pasó con mi coche. -
¿Soy yo o ese tono de voz en Nathaniel es mucho más coqueto de lo habitual? No, estoy seguro que no.
- Aw, me alegra mucho. Es increíble verte después de tantos años... ¡y trabajando aquí en Gabriel's! ... No sé si sea malo preguntar, pero... ¿Aún sigues con Mark? -
Ah, así que Marinette sabe que Nathaniel es bisexual... Bueno, a estas alturas de la vida ¿qué diseñador no lo es?
- Creo que será cerca de un año que terminamos. Yo lo sigo queriendo mucho pero la verdad es que nuestros caminos no iban hacia el mismo rumbo, ni de cerca, así que fue mutuo acuerdo el separarnos. Fue difícil -
- Que mal, pero que bueno, supongo. Fue muy maduro por parte de ambos tomar esa decisión...- Comentó Marinette, dándole unas palmaditas en el hombro a su viejo amigo.
- Si... pero ahora soy un alma libre y trato de aprovecharlo. Es bueno conocer a gente nueva... o en este caso... retomar viejas amistades ¿No crees? -
Marinette se rió un poco e incluso se sonrojó levemente.
- Definitivamente, solo que sepas que estoy casada. - Ella le mostró sus anillos en la mano izquierda; el de compromiso y el de bodas.
Bueno, esto es curioso, a mi nunca me ha recalcado que sea casada... y tampoco es que le haya importado mucho cuando me besó.
- Perdonen que interrumpa su reencuentro, pero creo que debemos comenzar con la razón de nuestra reunión, chicos-
- Claro, claro. Y la verdad es que no me puedo esperar más, así que... Adrien, si me lo permites ¿Podemos mostrarle ya? - Decía Nathaniel caminando hacia los maniquiés.
- No veo mejor momento. Así que, hazme los honores, Nathaniel -
.::Marinette::.
La llegada de Nath no pudo haber sido más oportuna porque yo de verdad no sabia qué hacer, mi mente hizo corto circuito y justo comenzaba a formular teorías demasiado locas.
Ahora mismo prefería mantenerme concentrada en los diseños que los maniquies portaban, eran MIS diseños, al fin llevados a la práctica y viéndose justo como los imaginé.
- ¡Cambiaron el tipo de botones! Le van muy muy bien... Aquí tienen muchas más opciones de materiales, es normal que a mi no se me hubiese ocurrido, ni siquiera sabía que existían. Simplemente no puedo objetar sobre ningún cambio, creo que todo es ideal -
- ¿De verdad? Por un momento me preocupé de que no te fuera a gustar, claro que tus ideas originales de igual manera son muy buenas y no iba a pasar nada si decidías volver a ellas - Comentó Nath.
- La parte de que le preocupara es mentira, Nathaniel confiaba en que no harías ningún ajuste a sus ajustes - Dijo Adrien, "echando de cabeza" a mi amigo.
- Bueno ¿Qué puedo decir? Conozco lo suficiente de Marinette como para tener esa seguridad - Nath sacó la lengua en un gesto infantil. - La verdad es que sería increíble que pudieras trabajar conmigo aquí en el taller, que fueras una diseñadora en Gabriel's ¿Te imaginas? ... Pero tranquila, que ya me contó aquí el jefe que tienes una Reportería bastante exitosa. Sin embargo estaré feliz de volver a colaborar contigo y ser las manos que traigan a la vida tus diseños, Mari -
- Esperen... ¿de verdad? ¿comprarían más diseños míos? - Pregunté un tanto incrédula.
- Por supuesto. He platicado con Nathalie sobre la elaboración de un contrato contigo en el cual colabores con nosotros cada cierto tiempo con cierto número de diseños nuevos ¿Te interesa? De esa forma no dejarás de prestarle atención a tu negocio principal y podrás adentrarte más al mundo de la moda -
- Aprovecha. Básicamente estás entrando por la puerta grande. Tus diseños comenzarán a ser reconocidos bajo la marca Gabriel's. No cualquiera tiene esa oportunidad, sobre todo alguien a quien se le consideraría "amateur"-
Ok, ya. Creo que estoy comenzando a hiperventilar.
- Esto es... es... ¿No es broma, verdad? - Disimuladamente, según yo, me recargué en uno de los maniquiés que no tenían nada encima para no caerme por los nervios y la emoción.
Adrien me sonrió de oreja a oreja y se acercó hasta mi. Eso tampoco ayudaba a mi actual condición.
- No es broma. Si aceptas, en unas semanas nos estarémos comunicando cotigo para la firma del contrato ¿Trato? - De la misma forma en que cerramos nuestro primer "trato" para llamarnos por nuestros nombres y tutearnos, Adrien alzó su mano derecha para estrecharla con la mía.
Justo iba a corresponder a aquel gesto cuando de la nada apareció una chica de cabello rubió y un muy marcado escote por la puerta del taller para ir directo hacia Adrien y colgarsele del cuello, dejándome bastante confundida con la mano estirada.
- ¡Adrikiiiins! ¿¡De verdad empezaron sin mi!? -
- ... Hola Chloé. Si, adelante, pasa ¿Cómo estás? Yo muy bien -
Adrien se "despegó" de esta chica de nombre "Chloé" y que evidentemente conocía de bastante tiempo como para tener ese tipo de confianzas.
- No salgas con tus comentarios sarcasticos ¿Si? Soy la representante de unos de los inversionistas más importantes de Gabriel's y aún así ¿te atreves a no incluirme en una reunión importante? Y digo "importante" por que quién sabe que clases de diseños son los que hace esta nueva panaderita, porque... ¿Si sabes que es una panadera, verdad? -
Nath y yo nos miramos el uno al otro y luego al mismo tiempo miramos a Adrien, quien a su vez también nos miraba pero con cara de "salvenme". Yo, por mi parte, en realidad no me ofendí con las palabras de tan extravagante mujer, ella no me conocía y yo no la conocía a ella así que cualquier comentario que hiciera era muy superficial.
- Es una repostera y una excelente diseñadora de modas, Chloé. Su nombre es...-
- Marinette Dupain Cheng. Si, lo sé. Gracias por el dato. Yo también hago mi trabajo y me encargo de saber sobre la clase de trabajadores que laboran para Gabriel's. No sé si se te olviden, Adrienbu, pero mi madre es la famosa diseñadora de Nueva York: Audrey Bourgeois. Y ella me han enseñado lo suficiente como para saber opinar al respecto.-
¿De verdad esta mujer es hija de Audrey Bourgeois? ¡Es una de mis diseñadoras favoritas! Toda una eminencia en Estados Unidos.
- Eh... un gusto - Dije, intentando llamar la atención de esta chica que muy apesar de su estilo algo extravagante, también debía decir que sus prendas cobraban sentido estre sí y se veían muy bien en ella.
Ella en cambio solo me miró de arriba a abajo para después mirar a Nath.
- Nathi ¿Tu confías en lo que pueda hacer esta... ehm... "diseñadora"?-
- Por supuesto, Chloé. Incluso antes de saber quién los había hecho, cuando los vi les di mi aprobación inmediata -
- Uhm... Ok. Quiero que me muestren su curriculum en cuanto sea posible, su portafolio y sus diseños o lo que sea que tengan de ella. Nathi, por favor. Muestrame los diseños que van a entrar a la colección. -
A partir de ese momento, esta chica nos ignoró a Adrien y a mi todo el tiempo en que Nath...o "Nathi", como ella se llamaba. Bueno, en realidad a mi ya me había estado ignorando olímpicamente desde que llegó...
.::Adrien::.
A veces Chloé se pasa de ser tan directa y arrogante. Generalmente no me importa, pero serlo así con Marinette de manera tan pero tan despectiva... que ésta vez si me molestó bastante...Y de verdad agradecí este rato en el que Nathaniel la entretenía con los diseños de toda la colección (incluyendo los de Marinette).
- No le hagas caso... - Comenté en voz baja, asegurándome de estar lo bastante cerca de Marinette para que pudiese escucharme.
- No te preocupes, conozco a más de una persona como ella. Creo que puedo tratar con ella sin morir en el intento...-
- Qué bueno. Los padres de Chloé han sido amigos de la familia desde hace mucho tiempo atrás, así que ella es una amiga mía de la infancia... A veces puede ser algo "difícil" su actitud.-
- Sip, lo noté. De verdad estoy bien. Además no es como que tenga que tratar con ella seguido, así que está bien.-
Al poco rato las asistentes de Nathaniel comenzaron a llegar al taller y todas y cada una de ellas me saludaban cordialmente al verme, así como a Marinette, que se hacía notar por su buen gusto con el traje que llevaba puesto. Muchas empezaron a bombardearla de preguntas y a mostrarles más cosas que había en el taller, por lo que yo simplemente me limité a sentarme en uno de los escritorios libres.
Cuando Chloé parecía satisfecha con lo que Nathaniel le había mostrado al fin pudimos salir del taller para que las chicas y chicos trabajaran bajo las órdenes de Nathaniel, quién quería aprovechar la ocasión para despedirse de su amiga.
Nathaniel y Marinette caminaban por delante de Chloé y de mi, tranquilamente, platicando de quien sabe que cosas mientras que mi queridísima amiga iba haciendome la ley del hielo, aunque debo decir que tampoco era algo que me incomodara, al contrario.
- ¿Quieres dejar de hacer eso? - Soltó Chloé de repente, ya para cuando nos encontrabamos en recepción.
- ¿Hacer que? - Pregunté, confundido.
- ¡No has parado de mirar a esa mujer con ojos de lascivia durante toooodo el rato! Es asqueroso ¿Si? Bien se te puede comparar con el pervertido ese de Wayhem -
Oh... eso...
Rayos, creo que no podría haber peor persona que se diera cuenta que Marinette me atrae... ¿O si?
Notas de la Autora:
¿Tan obvia es la atracción de Adrien por Marinette? ¿Qué clase de teorías locas son las que Marinette formula en su cabeza después de asociar la voz de Adrien con la de Chat Noir? ¿Chloé será un obstáculo para lo que sea que venga en la historia?
