Quiero Conocerte

Capítulo 12: Bajo la Máscara

.::Marinette::.

- Déjame ver si entendí... ¿Entonces tu jefe de Gabriel's te citó hoy después de horario laboral para tener una junta importante?-

Mentirle a Alya siempre resultaba ser misión fallida, no había ser en este mundo que pudiera burlar sus arduos interrogatorios y su gran perspicacia ¡Era demasiado astuta! de hecho yo rara vez había intentado hacerlo, fallando estrepitosamente... pero definitivamente esta vez debía intentarlo, no iba a poder decirle así sin más algo como: "En realidad me voy a ver con Chat Noir. Si, el mismísimo héroe de París; él me citó justo después de habernos besado en mi departamento la noche anterior"...

¡Obviamente no podía contarselo!

- Pues si. La primera vez que tuve una reunión con él, también fue fuera de un horario laboral... y en un restaurante. Supongo que no tiene el tiempo necesario durante una jornada normal, considerando también que yo trabajo para él de manera externa... y hasta donde sé, soy la única diseñadora freelance con la que cuenta, ademáaas de que él sabe que yo tengo mi propio negocio que no puedo descuidar, así que... -

Wao, hasta yo me sorprendí de lo coherente que ha sonado todo.

- Digas lo que digas a mi me parece extraño. Si un jefe no tiene tiempo, simplemente agenda las citas conforme puedan ir ocurriendo...-

- Si, pero ya te dije que él es un tanto raro. Es joven así que supongo que él solito se hace sus reglas, o qué se yo.-

- Dices que lo conociste en tu repostería ¿Verdad? - Asentí. - y fue ahí en donde te citó por primera vez, entonces se vieron en un restaurante para tu "entrevista de trabajo" y en esa misma cita te compró, sin dudar, tres de tus diseños...-

- Ajá...-

Oh oh, Alya se ha puesto el celular en la barbilla. Está pensando... No, no pienses ¡Solo acéptalo y ya!

- ¿Y no crees que le gustes? Esto es como un caso no tan raro de un stalker activo ¿Sabes? ¿No te da miedo que quiera intentar sobrepasarse? -

- Eh... ¿No? - Respondí un tanto confundida.

¿Yo? ¿Gustarle a Adrien Agreste? Bueno, es verdad que se porta como si fuese alguien muy cercano a mi pero de eso a que "le guste" hay un gran paso...

- ¿Qué tan segura puedes estar? - Cuestionó.

- Hey, espera... ¿Insinuas que Adrien Agreste solo me compró mis diseños porque le gusto e intenta ligarme de alguna forma retorcida? - Dije, haciéndome la ofendida.

- ¡No!... Bueno, si y no... Tu talento es indudable, amiga. El tipo se sacó el premio mayor al haberte descubierto - Dijo Alya, intentando arreglar las cosas.

- jajajaja, tranquila, solo bromeo. Yo sé que soy genial -

Alya y yo reímos. Ambas ahora mismo nos encontramos en mi carro, esperando a que diera la hora indicada para recoger a mi hijo en la guardería. El plan era que después yo los llevaría a casa de Alya y allí ella se encargaría de cuidar de mi hijo durante mi ausencia.

- ... pero no me vas a negar que si resulta algo extraño. Ok, ok, quizás simplemente el karma está volviendo a ti y has tenido mucha suerte ahora, después de haber renunciado a tus sueños por la repostería de tus padres - Dijo Alya, intentando razonar el asunto.- ¿Pero te imaginas que si le gustes también? Yo no sé qué haría en tu lugar, eh... la verdad que si está para comerselo, jajajaja -

Intenté mirar con cara de "confusión" a mi amiga, alzando una ceja y exagerando el gesto, pero no podía negar que muy en el fondo... de verdad había algo en Adrien que me resultaba conocido, no de él, si no de alguien más. Esa forma de mirarme...

- Uy, si ¡Seguro lo dejaría todo! Me divorcio de Luka y me voy de mamá soltera a aprovecharme de Adrien Agreste para que me de trabajo en su empresa, me caso con él y me aseguro una vida de rica. -

Ambas volvimos a reír a todo pulmón, tanto así que hasta la gente que pasaba a lado del carro se nos quedaba viendo raro.

Por suerte, Alya ya no siguió con sus preguntas insistentes, cosa que me indicó que por una vez en la vida había vencido su complejo sistema anti mentiras. Esto tiene que ir para los Records Guinness o algo así...

.::Adrien::.

- ... pues me encantaría conocer a tan talentosa joven ¿Cuándo me organizarás una reunión con ella? -

5:45 de la tarde y justo a mi madre se le ha ocurrido venir a preguntar por "la diseñadora que ideó uno de sus diseños favoritos de la colección".

- No lo sé, madre. Creo que podrías conocerla el día que venga a firmar el nuevo contrato, lo cual podría ser en... un par de semanas. Pero seguro que la conoces... Es la dueña de Douce Joie, ya has comprado cosas de allí. -

Creo que jamás me he arrepentido tan rápido de algo como ahora. No debí decirle ese dato porque siendo como ella es, seguro que no va a dudar en hacerle una visita... Oh, esperen...creo que me acabo de dar cuenta de donde saqué mi lado imprudente.

- No la conozco todavía, pero esa repostería tiene muy buen renombre, me pregunto si podré verla la próxima vez que vaya... Por cierto ¿No quieres algo de allí? Quizás vaya pronto - Dijo ella sin darle importancia, según ella, pero la conozco perfectamente...

- Ahora que lo dices... ¿Qué tal una docena de esos pastelillos de frutas exóticas? -

- Ay, Adrien... has estado comiendo mucho, mejor solo te traigo un par ¿Si? De todos estoy seguro que le pedirás a Nathalie que te consiga más -

- Pero que bien me conoces, madre... Tu tranquila, que este cuerpo de modelo está garantizado.-

- Más te vale, jovencito. En fin, creo que te dejo, que te noto apurado ¿Vas a ir a algún lado? -

En serio... ¿Cómo es que mi madre y Chloé pueden conocerme tan bien? Bueno, mi madre es mi madre y Chloé... amiga de toda la vida.

- Tengo una cena con un grupo de amigos de la universidad, ya sabes... no es como que sea muy emocionante pero tu misma me has dicho que me hace falta divertirme un poco... así que por una vez decidí hacerte caso -

- Seguro que vas más porque te interesa alguna de tus excompañeras que por hacerme caso - Dijo ella, tratándose de hacerse la ofendida, pero no le salió.

- Madre ¿Si sabes que no soy como Wayhem, verdad? -

- Claro, amor, eres todo un caballero... Pero no me vas a negar lo obvio, hasta yo sé que te has metido con la mitad de las modelos. -

- ... -

Ok, por primera vez mi querida madre me ha dejado callado... Bueno, es obvio que no es tonta pero tampoco viene tan seguido a la empresa como para saber eso, aunque... bueno, "radio pasillo" suele ser el informante oficial de todos los chismes aquí.

- Ay, hijo... Solo cuídate bien ¿Si? Cantidad de enfermedades que hay como para que vayas tan confiado por la vida. Tu no eras así, desde que...-

- Mamá... - Le interrumpí antes de que hiciera mención a la mujer que me había traicionado - Ya entendí ¿ok?

¿Por qué demonios mi madre y Chloé se esmeran tanto en recordarme lo que me pasó? Ya sé que fui un idiota, no necesito recordarlo a cada momento.

- Ojalá pronto sientes cabeza, hijo. Aún eres joven pero ya casi cumples los 30. Seguro que por allá afuera existe una mujer que de verdad te ame. -

Bueno, esto ya se está poniendo incómodo.

- Mamá... En serio, no es que no me guste pasar tiempo contigo, platicar y todo eso... pero se me está haciendo tarde para la cena ¿Puedo irme ya? -

- Ve pues, con cuidado ¿ok? - Dijo, indicándome que me inclinara para poderme dar un beso en la mejilla. Ella es bastante alta, no fue modelo por nada, pero aún así no lograba alcanzarme.- Diviértete mucho y disfruta.-

Definitivamente mi madre tiene un don para hacerme sentir como un niño pequeño cada vez que la veo ¿Será un poder que tienen todas las madres?

Como sea.

Libre al fin, solo me queda llegar al punto de encuentro.

Toda la noche estuve pensando en cómo debía presentarme ante Marinette una vez que nos encontráramos. La cité en un lugar público como Chat Noir...

- Has perdido la cordura, Agreste.-

.::Marinette::.

Si hay algo que no me gusta... es ser impuntual y tampoco me gustan las personas que lo son. Debo admitir que tuve mi época en la que yo misma solía serlo, pero... eso ya pasó y ahora hago todo lo que está en mis manos para llegar siempre a la hora acordada o... un poco antes, si me es posible.

Miro la hora en mi celular, he llegado 10 minutos antes ¿Dónde debería esperarlo? Dijo que me vería debajo de la torre... pero... ¿No es un lugar demasiado expuesto? Aunque de nuevo venga "disfrazado" sería demasiado obvio a plena luz, aún no oscurece... No sé en qué estaba pensando al citarme específicamente en este lugar.

Camino lentamente entre la gente que pasa a mi lado; turistas de diferentes países, grupos de amigos y familias. Hoy hay muchísima gente... Definitivamente no sería buena idea que todo mundo viera a Chat Noir aquí, seguro se irían encima de él en el instante en que alguien lo reconozca.

Observo a mi alrededor, giro la cabeza en dirección contraria solo por si acaso, miro nuevamente mi celular, faltan 6 minutos para la hora.

- Señorita Marinette -

Paro en seco, el corazón se me acelera. Conozco esa voz... Está detrás de mi.

Al girar sobre mi propio eje lo primero que mis ojos captan es el torso de la persona que me hablaba, cubierto por una elegante gabardina de cuero negro que dejaba ver una camisa blanca enmarcada por una bufanda delgada gris; definitivamente para nada era lo que me esperaba ver por lo que alcé la vista, solo para encontrarme con la mirada verde esmeralda de Adrien Agreste observándome con una ligera sonrisa en sus labios.

- ¿A-adrien? - Dije, totalmente confundida.

¿Qué está pasando aquí? Su voz...

- Buenas tardes. Que gusto verte ¿Esperabas a alguien? -

¿Por qué parece como si quisiera reírse en cualquier momento?

- Eh... yo... Pues... -

¡Vamos Marinette, piensa!

- ¿Tu familia, quizás? -

- No... De hecho, eh... estaba sola -

- ¿En serio? Mira que coincidencia. ¿Te parece bien si te invito un café? o... bueno, lo que te plazca. No vas a negarte a tu jefe ¿Verdad? -

- Je... ¿No es esa una especie de chantaje? - Dije, como si se tratara de un viejo amigo, algo que definitivamente no era. Espero que no lo tome a mal...

- Bueno, creo que si lo parece ¿Verdad? No te preocupes, que no planeo propasarme ni nada de eso, solo me gustaría compartir un buen momento con una amiga-

Miro la hora, 6:00 en punto... Si por casualidad Chat Noir si había venido, seguro que se detuvo al verme con alguien más, así que... creo que no me queda más que aceptar la invitación de Adrien. Lo siento, gatito.

- Ok, está bien. Un café me vendría bien. -

- Perfecto. Sé de un lugar aquí cerca, sígueme.-

Tras una última mirada a mi alrededor me dispuse a seguirle el paso de cerca a Adrien, quien caminaba seguro y a paso constante.

- ¿No te preocupa que la gente te reconozca? - Pregunté, recordando que en realidad era una persona famosa.

- Ahora no mucho. La gente está más preocupada por tomarse fotos con vista a la Torre. La mayoría no se espera que un personaje famoso se paseé tan libremente entre tanta gente. Quizás sería un problema si fuese un actor, pero solo las personas que conocen ampliamente de revistas de moda podrían reconocerme, para los demás solo soy una persona más entre muchas otras. -

- Oh...-

A partir de ese momento guardé silencio mientras caminabamos, sin embargo seguía absorta en mis pensamientos... Había algo raro aquí y no alcanzaba a entender qué era exactamente. ¿Por qué Adrien estaría justo en el mismo lugar que yo? París es grande... ¿Qué probabilidades había?

Su voz... Lo escucho y cada vez me parece más idéntica a la de Chat Noir ¿Por qué antes no?...

¿Es posible que él...?

Dios, el corazón se me está acelerando...

- ¿Pasa algo? Pareces distraída -

Tanto lo estaba que ni siquiera caí en cuenta de qué tanto habíamos caminado ni de en dónde estábamos. Aún seguíamos cerca de la torre pero no lograba reconocer las calles, las cuales parecían vacías.

- ... y... ¿la cafetería? aquí no parece haber nada abierto - Pregunté "inocentemente", recordando las especulaciones que Alya había hecho acerca de este hombre.

- Dime algo... ¿Aún le temes a las alturas? -

- ¿Qué demon...? ¿Cómo sabes eso? -

De la nada, Adrien sacó un bastón idéntico al que usaba Chat Noir y sin decir o advertir nada, me jaló hacia su cuerpo para rodearme de la cintura con uno de sus brazos.

- Agarrate bien -

Ni siquiera me dio tiempo de gritar o de procesar lo que estaba sucediendo, simplemente de un momento a otro dejé de sentir el piso bajo mis pies.

Instintivamente apreté los ojos para minimizar la sensación de vértigo pero en cuanto volví a tocar suelo los abrí solo para asegurarme de que estaba en un lugar seguro y me alejé de él inmediatamente. A decir verdad creo que estaba en shock, no logré articular palabra alguna después de eso... Solo pude verlo a él delante de mi, con una sonrisa socarrona en su rostro y con el bastón que acaba de usar entre las manos.

- ¿Aún quieres ir a por ese café, Princesa? -

- Tu...tu, tu... - Confirmo, no puedo hablar.

El rió al verme tartamudear y quiso avanzar hacia mi, sin embargo yo retrocedía un paso cada vez que él daba uno.

- ¿Qué pasa? ¿Me odias de nuevo por obligarte a subir a las alturas? o... ¿Hay algo más que te inquiete? -

Mi cerebro trabajaba a mil por hora, unía momentos, situaciones, coicidencias y se sobrecalentaba más y más al darme cuenta de que todo era en realidad muy obvio.

Llegó un punto en el que no pude retroceder más, un muro detrás de mi me detenía y dado que mis reflejos estaban un tanto atrofiados no pude evitar que Adrien me acorralara apoyando uno de sus brazos justo por encima de mi hombro, acercándo su cuerpo al mío, provocándome al instante un escalofrío generalizado que me erizó la piel.

- Me alegra que hayas sido puntual, te vi llegar ¿Sabes? Esperaba ansioso por ti. -

- Siempre fuiste tu...- Susurré, apenas pudiendo alzar un poco el volumen de mi voz.

- ¿Al fin lo entendiste? -

¡No es que no lo haya entendido! ¡Es que apenas si puedo hablar! Adrien Agreste es Chat Noir... y... ¿Ha querido revelarmelo así sin más?

- ¿Por qué? - Pregunté, siendo esa la pregunta más próxima dentro de mis pensamientos.

- Verte como mi alterego es peligroso, siempre será mejor que me vean contigo siendo Adrien Agreste, tu..."jefe". Dime, Marinette... ¿es que acaso sabiendo quien soy, ya no te intereso? -

De un momento a otro sentí sus dedos recorrer mi cuello para subir hasta mi quijada, acariciandome suavemente y alterándome los sentidos del tal manera que incluso la respiración me fallaba.

Es "gracioso" pensar en que de alguna forma Alya tenía razón...

¿Cómo rayos no me iba a interesar este hombre frente a mi? Aún sin saber que él era Chat Noir ya sentía algo especial en él; esa misma familiaridad que tuve con él como Chat Noir, la comodidad al estar a su lado, la inquietud al mirar sus ojos y el calor que me producía su sonrisa.

.::Adrien::.

No hay respuesta ¿Acaso acabo de cometer el peor error de mi vida?

No le he mentido en ningún momento, la razón por la que le he dicho quién soy en realidad es para no ponerla en un peligro innecesario. Ya es sido demasiado egoísta como para no pensar en ella, aunque... bueno, de cierta forma hacerlo también es algo egoísta.

- ¿En qué estabas pensando? ¿Cómo sabes que no iré directo a decirle al mundo quién eres? Poco me conoces -

- Para eso estamos aquí ¿No? Para conocernos... Quiero saberlo todo de ti, Marinette. Y creo que lo más justo es que tu también lo sepas todo de mi ¿No?-

- Espera... espera, espera, espera... - Marinette aparató mi mano de su rostro y me miró fijamente. - ¿Me compraste mis diseños solo por que te gusto? -

Ok, temía justamente que ella creyera esto, era fácil que relacionara todo de esa manera, de la misma manera en que lo hizo Chloé...y aunque de cierta forma es cierto, la realidad de las cosas es otra.

- Por supuesto que no. De verdad eres muy talentosa; mi interés por tus diseños fue genuino. No puedo mentir, Nathaniel y los demás diseñadores respaldan mi idea, incluso Chloé y mi madre han dicho que tus diseños son muy buenos.-

- ¿En...serio? - Preguntó, esta vez con un brillo especial en sus ojos.

- No me veo capaz de mentirte. Otra razón más para mostrarme ante ti como realmente soy, por quien realmente soy ¿Podrás aceptarme?-

- Yo... - Se interrumpió a si misma, notándose que realmente estaba pensando qué decirme. - Ambos sabemos que esto está mal... -

Si, quedó muy en claro la noche anterior y aún con ello nos besamos sin importar nada.

- Yo no sé qué es lo que tu sientas por mi, lo que sé es que yo no puedo dejar de pensar en ti, de anhelar aunque sea un beso más... No soy tonto, sé que estás casada, e incluso he hablado con tu esposo y con tu hijo... Y aunque no lo creas me siento tan culpable como debería sentirme... pero es más mi deseo por conocerte, en todos los sentidos, que cualquier otro sentimiento. No sé qué pasó en mi esa noche en que te rescaté, no sé si fue tu valentía o si fueron tus ojos, pero sé que desde esa noche no puedo ni quiero dejar de recordarte.-

Me ha escuchado en silencio y aunque lo niegue, sé que ha suspirado en más de una ocasión. Baja la mirada y se muerde el labio inferior.

No hagas eso, Princesa, solo provocas más mis ganas de querer besarte.

- A mi...me pasa lo mismo ¡Y sé que está mal! pero... no puedo ni quiero evitarlo ¿Qué hago? -

- Si ambos lo queremos... ¿Por qué vamos a negarnoslo? -

En ese momento volví a atreverme a tocar su rostro con mis dedos y alcé su mentón para ver mejor su hermoso rostro. Ella no se opuso y pude notar cómo centraba su atención en mis labios, solo con ese gesto supe que si no lo hacía yo, ella no se atrevería, así que aún temeroso por ser rechazado me incliné hacia ella para hablarle al oído.

- Déjame conocerte y velar por ti, déjame perderme en ti...-

Nuestras miradas se encontraron nuevamente y casi puedo asegurar que su corazón se aceleró tanto como el mío. No estaba dicha su respuesta pero la pude ver en sus ojos, en sus labios entreabiertos y en el cálido roce de su mano sobre la mía. Dejamos que nuestros rostros se acercaran, guiados simplemente por el deseo que nos obligaba a ceder por el otro, chocando de una manera tan abrupta como la manera misma en que la vida nos acercó.

Cuando al fin nuestros labios se encontraron supe que estaba condenado a ella, a su voz y a su mirada, al dolor de saber que no era mía y al placer del pecado que la obligaba a cometer.

Marinette Dupan Cheng, me has enamorado sin siquiera saberlo y eso es algo que solo te hace más increíble. Jamás te lo propusiste y heme aquí, suplicando por un poco de tu amor.

Sin poder evitarlo, dejé que una de mis manos viajara hasta su cintura para amoldarla así a mi cuerpo, deleitándome con lo frágil que parecería aquella curva el final de su espalda; perfecta.

Los segundos pasaban y ninguno de los dos parecía querer separarse, yo no, claro ¿ella lo haría? ¿Por cuánto tiempo más me dejaría saborear el manjar de sus labios? Dulce y ácido a la vez, como el mejor de los vinos, pero mil veces más embriagante.

Es curioso pensar en que cualquier otro beso que haya dado o recibido en el pasado no se parece en lo absoluto a este, no hay comparación. Generalmente uno lucha por el liderazgo del beso, por dirigir, por controlar... sin embargo este beso es uno totalmente acompasado, uno en el que ninguno de los dos es protagonista; ambos nos complementamos y mantenemos un perfecto ritmo que me hace no cansarme y querer más y más. Desgraciadamente el cuerpo humano no es tan resistente y nos quiere hacer separar solo para poder recuperar el aliento perdido.

Al fin nuestras bocas se separan, ambos mantenemos una respiración entre cortada y difícil de regular. Ella mantiene los ojos cerrados y me permite apreciar sus preciosos rasgos y ese rubor carmesí que se ha extendido por sus mejillas, resaltando esas pequeñas pecas que posee.

- Eres...verdaderamente hermosa. - Susurro, no pudiendo guardarme aquel comentario para mis pensamientos.

Acaricio sus mejillas y rozo sus labios con mis dedos, ella se deja hacer por mi sin chistar en ningún momento.

- ¿Por qué el héroe de París se fijaría en mi? ¿Solo por ser... hermosa? - Pregunta sin siquiera abrir los ojos todavía y un suave tono en su voz.

- Creo que es por que haces los pastelillos que más me gustan de todo París .- Bromeé, lo que hizo que ella abriera sus ojos y me mirara alzando una ceja. - ¿Necesito otra razón?-

- Qué gracioso - Se quedó, haciendo un mohín gracioso con la boca, acción que me hizo apretujar su rostro ante la ternura que me causó y que ella apretara los ojos en un claro signo de molestía.

- Eres adorable. - Aún con mis manos apretándo su rostro, le planté otro beso en los labios, sintiéndome dichoso de poder hacerlo.

- Esto es... raro ¿Sabes? - Marinette tomó mis manos entre las suyas para apartarlas de su rostro y poner cara un tanto más seria.

- ¿Raro?-

- Si... digo, hasta hace apenas unos minutos creía que tu... bueno, que solo eras algo así como mi jefe; te miraba y te respetaba como el gran diseñador que eres... - Hizo una pausa, como analizando lo que estaba diciendo. - ... ¡Es decir! ¡No es que ya no te respete, por supuesto que no! o sea... ¡Si te sigo respetando! ¡Eres como un gran modelo a seguir!... también literalmente, je... Y pues...-

- Marinete...- Le llamé para intentar tranquilizarla, cuando se altera suele soltar todas las ideas que hay en su cabeza sin mucho sentido o de una manera tan rápida que es difícil entenderle.

- ¿Eh?-

- Respira...-

- Si... Perdón - Dijo, agachando la cabeza.

- Entiendo que te sea raro, a decir verdad no planeaba revelarte mi identidad pero... como dije, creo que es lo mejor y tras pensarlo mucho decidí que debía haberlo. Y... ¡Tadaaa! Tu jefe es Chat Noir. ¡Pero oye! ¿Acaso no te atraía ni un poquito también como ...bueno... - Me señalé - como yo mismo? -

- Je... bueno... No voy a negarlo, pero... ¿Qué chica no se sentiría atraída por un modelo guapo, diseñador y además dueño de su propia empresa? -

- Ah claro, tienes razón, hasta yo me siento atraído .- Ambos reímos ante nuestros comentarios sin preocuparnos por nada. - Y bueno, ahora que ya sabes la verdad... ¿Aún me aceptas ese café? -

- Oh, cierto, el café...-

- Aunque... para serte sincero... creo que preferiría tomarlo en un lugar más privado. ¿Te gustaría venir a mi departamento? -

No fue difícil notar la tensión que mi petición provocó en ella, sin embargo no lo vi como algo negativo, más bien... me gustaba pensar que se sentía igual de nerviosa que yo al saber que podíamos pasar un rato a solas.


Notas de la Autora:

Adrien ha revelado su identidad como Chat Noir ¿Habrá sido realmente lo mejor para los dos? ¿Podrán sacar provecho de esto? Ninguno de los dos ha querido dar marcha atrás a lo que sienten y ahora se han metido en una relación que quizás nunca debió ser ¿Cómo terminará?

A que muchos saben lo que viene para el siguiente capítulo ¿Verdad? :P

Saluditos!