Todos en la gran sala de juntas estaban en silencio, casi se podría oír el sonar de un alfiler al caer, parecía que incluso nadie respiraba, pero ¿qué fue lo que ocurrió?
Momentos atrás.
Alemania y Canadá llegaron juntos al recinto tomados de la mano, en la entrada se encontraron con Rusia, México y USA; todos comentando sobre lo raro que era una junta de emergencia justo en territorio alemán, además de USA y México haciendo comentarios sobre el hecho de que Canadá tenía unas curiosas marca es su cuello, al igual que Alemania; y Rusia dándole miradas insinuantes a su mejor amigo mientras sonreía de manera pícara.
Alemania no decía nada, había tomado ocho pastillas y estaba tan tranquilo y relajado que no sentía la necesidad de callar las burlas de USA y México, y respondiendo con risitas suaves las miradas del ruso, algo muy inusual que todos notaron pero que dejaron pasar, Alemania parecía tener mejor humor cada que volvían a verse.
Pronto todos ingresaron a la sala de juntas, todos menos una persona, Rumania.
Alemania no le tomó mucha importancia, afuera estaba soleado así que lo más seguro es que se hubiera retrasado intentando no sufrir alguna quemadura seria que requiriera atención médica, pero su tranquilidad se fue al verla entrar con ONU y FBI, estaba esposada, desarreglada y miraba al suelo
"¿Qué rayos?"
Alemania miró hacia el lugar de Kazajistán, quien tenía la cabeza agachada, Rusia le estaba diciendo algo al oído, pero el kazajo solo negaba con la cabeza; al final Rusia lo dejó en paz, mirando con curiosidad y duda ahora a Alemania, quien estaba muy sorprendido y negó con la cabeza a la interrogante silenciosa.
FBI obligó a Rumania a sentarse en una silla sobre el pequeño atrio donde ONU siempre impartía las juntas, y al estar frente a todos se pudo notar que la mujer estaba bastante golpeada y tenía quemaduras por todo el cuerpo visible, siendo una vista muy bizarra para todos; ¿qué demonios había ocurrido?, ¿por qué había un país herido de gravedad?
—Muy bien países, buenos días, el día de hoy no abordaremos los temas usuales, sino una preocupante, Rumania, ¿puedes ponerte de pie, o requieres estar sentada? —la mencionada suspiró pesadamente, mirando a ONU.
—Preferiría estar sentada —respondió con tono suave.
—Muy bien. El día de ayer se detectó movimiento inusual en territorio rumano, además de que ha habido unos avistamientos… preocupantes en diferentes países; al indagar se llegó a la conclusión de que el país sentado a mi lado ha estado ocultando desde hace más de setenta años a tres criminales de guerra, ¿cómo te declaras ante esto? —todo el mundo jadeó, ¿criminales de guerra?
Alemania en pocas ocasiones había escuchado se hablará así en las juntas, y siempre era cuando se discutía sobre su padre y los amigos de este, llamándolos así, ¿acaso…?, no, él estaba muerto, URSS y USA se lo aseguraron, jamás le mentirían, ¿o sí?
—Me declaro culpable —todo el mundo volvió a jadear, y la sala, se sumió en silencio.
Esa era la razón por la cual todos estaban callados, acaso todo este tiempo Third Reich, Imperio Japonés e Italia Fascista, ¿estuvieron vivos?, ¿cómo era posible aquello?, varios habían visto morir al italiano y al nipón, más de uno había visto a URSS dispararle a Italia Fascista, y Estados Unidos obligó a Japón a ver cómo le dispara a su padre.
¿Cómo era posible que estuvieran con vida?
—¿Estas completamente segura de eso, Rumania? —preguntó ONU con una ceja alzada, sabía que era mucho trabajo para ella sola, además de que había información que no concordaba, pero ella había insistido en que todo era su responsabilidad.
—Si, completamente.
—Bien, si eso dices… también se te acusa de hacer pasar por muerta a una potencia mundial como lo fue en su momento la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, mejor conocida como URSS, ¿cómo te declaras ante eso? —Kazajistán y sus hermanos se levantaron de golpe, ellos habían visto a su padre muerto, lo habían enterrado, iban a su tumba mínimo una vez al mes cada uno, ¡no era posible que estuviera vivo!
—Me declaro culpable.
—¿Qué?
—Es imposible, no es verdad…
—Papá… él…
—¡¿Cómo pudiste hacerme eso?! —grito Kazajistán con lágrimas cayendo de sus ojos, él era conocido por ser de los hermanos más tranquilos entre los eslavos, que gritara era una novedad.
Rumania jamás había visto a Kazajistán gritar, mucho menos llorar de esa manera, aquello rompió el corazón de la mujer y comenzó a llorar de igual manera.
—Lo siento, él me pidió que jamás dijera nada, pero antier todo se salió de control y… —decía con voz temblorosa, pero ONU interrumpió a la rumana, levantando la mano en señal de que guardara silencio.
—Muy bien; Alemania, Japón, Italia y México, pónganse de pie por favor.
Alemania se levantó de su asiento sintiendo que sus piernas se volvían gelatina… su padre estaba vivo, durante los últimos setenta y siete años le había llorado, lo había sufrido… para acabar en esto, no sabía cómo sentirse ya, sentía una piedra en el estómago.
Los otros países mencionados se pusieron de pie, sintiéndose igual que Alemania.
—¿Alguno de ustedes tenía conocimiento de dicha información? —preguntó ONU, mirándolos seriamente, Japón fue la primera en hablar.
—No, yo no lo sabía… —dijo en voz baja y temblorosa mientras se abrazaba a sí misma.
—Yo tampoco lo sabía —dijo Italia entre hipidos, mientras España tomaba su mano en un intento de calmarla.
—Yo tampoco lo sabía —dijo Alemania, tenía incluso ganas de vomitar, pero logró controlar su voz lo suficiente para sonar simplemente baja y seria.
Lo bueno es que las pastillas estaban evitando que llorara frente a todos. La sala quedó en silencio, solo una persona no había emitido su negativa. Alemania giro su cabeza lentamente para mirar a México, esperando que ella negara dicha información también; Canadá y USA igualmente miraban a México, pero esta solo miraba el suelo mientras estrujaba parte de su saco entre sus manos.
—México, ¿tenías conocimiento de la información mencionada? —preguntó ONU ahora usando su tono de voz más grave, solo usaba esa voz cuando se enfadaba, por lo cual México dio un brinco de susto, suspiró y habló, pero sin dejar de mirar el suelo.
—No realmente… Supe que URSS tuvo como "prisionero" a Reich durante unos años en una cabaña cercana a su vieja casa… y que el castigo en si era dejarlo aislado y sin comida según entendí, pero después me aseguró de que lo había asesinado, que fue cuando hizo pública la ubicación de la tumba, incluso me llevó a esta para demostrarme que se había desecho de él…
—Oh my fucking god… (Oh mi jodido dios…)
—Ne baise pas le Mexique… (No jodas México…)
—Tú… supiste que mi padre estaba como prisionero de URSS, ¿y no hiciste nada? —preguntó Alemania en tono amenazador, aquello sorprendió a todos en la sala.
—Yo… no sabía qué hacer, le debía a URSS un favor y por eso no le dije a nadie, además, me aseguró de que lo había matado… así que no vi porque hacer un escándalo sobre eso si ya estaba muerto y…
—¡Fuiste su cómplice! —gritó el alemán a la vez que se apresuraba a la mexicana, pero fue detenido por Canadá y USA.
México retrocedió jadeando, chocando con la silla de Canadá y siendo rápidamente auxiliada por Groenlandia, ante todo era una chica y estaba en peligro.
—Alemania, debes calmarte, golpear a México ahora no va a resolver nada y sería una terrible idea —dijo USA en un intento de razonar con el alemán, él también estaba sorprendido por lo declarado por la tricolor, también quería molerla a golpes, aunque fuera políticamente incorrecto aquello, pero no era el momento ni el lugar, y como uno de los tutores de Alemania debía actuar para calmar a este, ya después ajustaría cuentas con la mayor.
—¡Esa perra bastarda sabía que mi padre no había muerto! —gritó colérico, intentando liberarse, USA se estaba viendo mermado por Alemania, así que Canadá intervino abrazándose al alemán y recargando todo su peso para hacer de palanca y evitar que avanzara.
—Alemania, USA tiene razón, golpear a México no va a solucionar nada, no te metas en problemas, FBI se ve dispuesto a dispararte con su taser.
—¡No me importa!
—¡Pues a mi si!, ¡me importa tu bienestar, así que detente! —aquello hizo al alemán detenerse inmediatamente, Canadá no era de gritar.
Finalmente, Alemania se rompió, comenzando a llorar, eso tomó por sorpresa a Canadá, quien solo se limitó a abrazar a Alemania ahora de manera cariñosa y protectora. El pelirrojo comenzó a guiar al alemán a su asiento, donde lo sentó y lo siguió abrazando, dándole oportunidad al más alto de abrazarlo y ocultar su cara en el pecho del canadiense.
—Muy bien, con los ánimos más calmados… México, por esta única ocasión dejare pasar esto en el sentido de que no estarás donde esta Rumania, pero después de la junta tú y yo hablaremos seriamente —la mirada que le dirigió a la mexicana era mortal, y esta se estremeció, estaba metida en serios problemas—. Rumania, ¿cuál es el paradero actual de las potencias del eje? —Rumania solo lloraba en silencio, no podía decirles donde estaban, seguramente los aniquilarían… no podía perder así a sus únicos amigos… y al ingrato de URSS.
—Rumania, cuento contigo para poder vivir un poco más y poder llegar hasta mi hijo.
Las palabras de Reich resonaron en la mente de la rumana… se lo debía a quienes la querían como familia, más de lo que sus hermanos lo hacían.
—No lo sé, ellos a veces solo llegan a mi casa, yo nunca supe donde URSS los ocultó a todos; él comenzó a hacer el plan de contingencia dado que yo aun soy un país vigente y tengo responsabilidades que me limitan mucho el tiempo como para estarlos vigilando siempre.
ONU se acercó a Rumania, la tomó por la barbilla e hizo que lo mirara.
Alemania por su parte, sin soltar a Canadá, ahora miraba a Rumania… tenía tantos sentimientos… desde la ira hasta la decepción. Abrazó a Canadá más fuerte antes de hablar.
—No hay secretos y mentiras, ¿recuerdas? —dijo mientras la miraba. Rumania desvió su mirada de ONU a Alemania.
—Lo recuerdo, pero soy también una persona de palabra… y mi lealtad siempre ha estado con el eje, le incomode a quien le incomode, yo les rindo cuentas a ellos.
Varios países jadearon, aquello era casi una declaración de fascismo.
ONU soltó a Rumania e hizo una seña para que FBI se acercara, este la tomó por el brazo y la levantó de forma brusca.
—Estarás bajo arresto domiciliario de manera indefinida bajo estricta vigilancia 24/7, esto hasta que encontremos a los fugitivos, y después se decidirá si correrás con el mismo destino que deberían tener ellos.
FBI sacó a Rumania de la sala, Kazajistán ni siquiera la miró, solo se abrazó más a sus hermanos, y Alemania la miró con un rencor infinito, la persona en la que más creyó resultó ser una farsa.
—Espera, ¿el mismo destino que deberían tener ellos? —dijo Bulgaria en voz alta levantándose de su asiento.
—Si, eso dije.
—¿Piensas matar a nuestra hermana? —preguntó ahora Austria, casi tirando su silla al ponerse de pie y horrorizado.
—Su hermana ha demostrado ser un peligro latente para todos, incluso ha dicho que su lealtad esta con el eje, los mayores criminales de guerra que han existido.
—En ese caso tendrían que habernos matado a nosotros también… no abogo por la perra, solo digo que carece de lógica lo que dices —Hungría bebió de su termo, con expresión muerta.
No era un secreto que Rumania y Hungría tenían problemas, pero si era una sorpresa que Hungría se estuviera metiendo.
—Les recuerdo que su hermana los embrujó con pociones para que estuvieran del lado del eje, por ende, carecían de voluntad para decidir; ella en cambio ha hecho todo por convicción, se le dio un ultimátum después de la guerra, ella sabe a lo que se atiene ahora, a menos claro que coopere, entonces revaloraremos su situación.
Aquello heló a muchos, tenían años sin condenar a ningún país a muerte.
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—En algún momento tienes que comer, Ale —dijo Canadá, mirando preocupado a Alemania.
Ambos estaban ahora en casa del alemán, en específico en el comedor.
—No tengo hambre, Can —dijo el alemán con tono desanimado mientras se recargaba en su silla y miraba sin emoción a su plato, se sentía realmente mal, ni siquiera sabía cómo procesar sus emociones.
—Solo inténtalo, por favor… por mí. Se que esto es muy difícil, descubriste que tu padre no está muerto y que todo este tiempo ha estado oculto… pero no vas a solucionar nada dejando de comer.
Alemania miró a Canadá, quien lo miraba expectante y preocupado; suspiró pesadamente y comenzó a comer, cosa que hizo suspirar al más bajo, quien tomó su plato y se levantó para caminar hasta llegar a lado del alemán, sentándose en la silla que había allí para después recargar su cabeza en el hombro del alemán mientras comía.
Terminaron su comida en silencio. Canadá dejó los platos en el fregadero y regresó a la mesa, donde aún estaba Alemania mirando a la nada; lo tomó de las manos y lo hizo seguirlo hasta la habitación principal, donde ambos se tiraron en la cama, quedando con Canadá recostado en el colchón y Alemania sobre este.
—Can… ¿por qué crees que no volvió? —preguntó Alemania en un susurro desolado, Canadá comenzó a pasar una de sus manos por su cabello, haciéndole mimos.
—No lo sé… recuerda que México dijo que URSS lo tenía prisionero…
—Mi papá era muy audaz, intrépido y fuerte, estar encarcelado era el menor de sus problemas, fácilmente pudo haber escapado de URSS.
—URSS era alguien fuerte también, así como aterrador y bueno planificando lo que hacía, además mide dos metros con veinte y tu papa como un metro setenta.
—Mi padre también lo era, incluso era capaz de huir de los aliados a pie, no tiene sentido siquiera como URSS lo capturó… y mide un metro con setenta y cinco. Mi papá tenía entrenamiento militar, podía huir fácilmente de él.
—No si estaba herido…
Alemania levantó la cabeza para mirar a Canadá, quien miraba a otro lado.
—Canadá…
—¿Sí?
—¿Cómo sabes eso?
—Bueno, soy una persona muy observadora… —dijo con nerviosismo, negándose a mirar al menor.
—Canadá, dime la verdad.
—Ammm… —el pelirrojo suspiró, volvió la mirada al azabache y lo miró con culpabilidad en los ojos —puede que yo haya estado entre quienes lo estaban persiguiendo ese día…
—¿Qué? —preguntó mientras se levantaba de golpe y se quitaba de encima del mayor para sentarse en la cama, Canadá igual se sentó, mirando a Alemania.
—Mira, yo estaba bajo las órdenes de mi padre y de USA para hacer lo necesario para liberar a mi madre, además, URSS era… es, más alto que yo, ¡me daba miedo!, me pidieron ir con ellos en la persecución porque soy un buen cazador, soy bueno con los pequeños detalles y en el rastreo, incluso en plena oscuridad.
—Canadá… ¿qué hiciste? —preguntó ahora asustado.
Canadá tragó duro, recordando lo que había pasado aquella noche de 1945; sabía que si Alemania se enteraba lo odiaría, había incluso hablado con todos los involucrados para que estos omitieran su participación en la caza de Third Reich.
—Yo… No tenía elección, lo vi alejarse de la cabaña donde te encontraron, así que lo perseguí y le disparé, sé que le di dos veces porque lo oí quejarse… pero después lo perdí de vista y antes de poder rastrearlo en base a mis instintos URSS se me adelantó y me ordenó quedarme donde estaba.
—¿Tú eras quien iba tras de nosotros? —preguntó horrorizado, nunca olvidaría el escuchar los disparos a la lejanía mientras su padre corría con él a sus espaldas, ni mucho menos escuchar varías balas chocar con los árboles a su alrededor, pensando que en cualquier momento una de estas le tocaría a él o a su padre.
—Si…
—No puede ser.
Alemania se levantó de la cama y comenzó a caminar en círculos frente a la cama, mientras se pasaba las manos por el cabello y sus ojos miraban a todos lados, parecía como un niño perdido mientras intentaba contener el llanto, aquella jodida persecución le había dejado bastantes secuelas con las que incluso lidiaba en su vida adulta.
No podía escuchar fuegos artificiales sin vomitar.
—Lo siento yo… —Canadá estaba llorando, sentía como si su corazón fuera aplastado al ver la reacción del alemán, pero tampoco quería alterarlo más.
—Vete —dijo sepulcralmente Alemania, deteniéndose de manera brusca.
—Ale, no… yo…
—¡Que te vayas! —vociferó furioso, mirando con ojos iracundos al mayor.
Canadá saltó del susto, Alemania jamás le había hablado así. Comenzó a llorar aún más, así que salió corriendo de la habitación y bajó corriendo las escaleras para salir de la casa, sacando su celular del bolsillo de su pantalón y llamando a sus hermanos.
—Hey, ¿qué pasó, maple? —preguntó USA al otro lado de la línea de manera distraída.
—¿Cuál es la dirección de su hotel? —preguntó, tratando calmar su llanto y limpiando sus lágrimas con su mano libre, mirando al suelo para que nadie lo viera raro.
—¿Can, estas bien?, ¿por qué lloras? —preguntó Australia, mientras tanto Nueva Zelanda enviaba la ubicación del hotel.
—Yo… peleé con Alemania, ¿me pueden recibir? —preguntó mientras sorbia por la nariz.
—Por supuesto, hermano, ya sabes que sí, ¿dónde estás?, tal vez alguno pueda ir a buscarte —habló Nueva Zelanda de manera preocupada.
—No, yo llego, solo… quédense en la línea, ¿sí?
Los tres hermanos respondieron afirmativamente, tratando de que Canadá les explicara lo que había ocurrió; al final, USA lo logró.
—Le dije sobre que yo era el tirador que los perseguía a él y a Reich el día que se supone murió —dijo llorando, mientras caminaba por las calles de Berlín.
—Oh, bro… Lo siento, jamás pensé que eso generaría algún problema en el futuro —dijo USA sintiéndose culpable, él había sugerido a Canadá para darle alcance al alemán mayor, México lo había apoyado, y Reino Unido usó la situación de Francia para terminar de convencerlo, terminando todo en que el pelirrojo se puso al servicio de URSS para dicha labor.
—No te preocupes… nadie lo sabía.
Mientras Canadá caminaba, dos ex países de piel rojiza lo observaban a lo lejos.
Reich veía al pobre canadiense llorar mientras intentaba calmarse, nunca lo había visto así antes, parecía muy afligido; lo observó caminar y detenerse un momento para respirar, limpiar su rostro y volver a caminar.
De pronto, sintió una punzada en el pecho, una de esas que te alertan de que algo va mal y te revuelven el estómago, tal vez más que nada era su instinto paterno.
—Alemania… —dijo en un susurro, provocando que URSS lo mirara y notara que estaba pálido.
—Reich, cielo, ¿qué ocurre? —preguntó mientras lo tomaba por los hombros y lo giraba para mirarlo de manera detenida.
—Alemania… debemos ir con él —dijo afligido mientras se alejaba y comenzaba a caminar de forma rápida en dirección contraria a la que iba Canadá, con URSS siguiéndolo de cerca.
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Mientras tanto, Alemania no dejaba de dar vueltas por la habitación mientras lloraba… se sentía tan traicionado; primero, Rumania ocultó que su padre estaba vivo, luego México si supo que URSS tenía a su padre, tercero, URSS había tenido a su padre prisionero mientras cuidó de él y lo vio sufrir por su muerte, ¡él le había dado esa noticia!; y para rematar, Canadá había estado tras él y su padre… vaya mierda.
Se dirigió a su cajonera y sacó de allí el frasco de píldoras, el cual había sido resurtido junto al otro que siempre llevaba con él; fue por su otro frasco, el cual estaba en el saco que uso ese día y fue al baño, abrió el grifo, se quitó sus gafas y se enjuagó la cara, posterior a esto abrió el frasco que sacó de su saco y comenzó a sacar píldoras sin contarlas, para meterlas en su boca, masticarlas y tragarlas con agua.
Esperó recargado en el lavamanos a que las píldoras hicieran efecto como de costumbre, pero no sucedió, comenzó a temblar por esto y sacó más píldoras para tomarlas, pero nada; aquello sin duda comenzó a darle pánico.
Cuando se dio cuenta, ya había tragado todas. Todo le daba vueltas, ni siquiera se volvió a colocar sus gafas. Salió como pudo del baño y caminó tratando de llegar a su cama, desplomándose cerca de esta sobre su espalda.
Alemania sentía que temblaba de frío mientras que sentía que se quemaba, en su vista aparecían muchos colores que se movían y no podía enfocar nada.
—¡Alemania! —escuchó una voz a lo lejos, sonaba desesperada.
—¡Alemania! —la voz se iba acercando.
—¿Vater? —dijo el joven alemán con voz baja y ahogada, antes de que sus ojos se cerraran y su cuerpo comenzara a tener convulsiones.
—¡ALEMANIA! —el dueño de la voz entró en ese momento en la habitación, gritando asustado al ver como el cuerpo de su hijo temblaba de manera agresiva—No, no, no, no, hijo, abre los ojos, por favor… volví cariño mío, por favor, abre tus ojos —decía mientras lo tomaba con cuidado, sabía que estaba mal hacer eso pero no sabía que más hacer.
URSS en ese momento entró, viendo a su pareja abrazar al joven alemán mientras lloraba y lo escuchaba pedirle a su hijo que despertara, se acercó y notó como el menor se movía de manera agresiva.
—Reich, debo llamar a OMS, sabes que nos atraparan, así que tenemos dos opciones, nos entregamos mientras llevan a Alemania al hospital, o llamamos mientras nos vamos…
—Me voy a entregar, tu vete… no lo voy a volver a dejar —decía el alemán mayor mientras acariciaba la cabeza de su hijo, asustándose al sentir que los temblores disminuían.
—No, VAMOS a entregarnos, no te voy a dejar solo en esto.
URSS sacó su celular, marcando el número de OMS, tenía entendido no había cambiado el número y esperaba así fuera; luego de tres tonos, contestó.
—¿Hola?
—Necesitamos que traigas ayuda casa de Alemania, algo le pasa, no responde, estaba temblando como si estuviera teniendo convulsiones y no sabemos que le pasó, llama a Interpol si quieres y dile que nos vamos a entregar pacíficamente, solo queremos ayudar a Alemania —dijo URSS mientras de fondo se escuchaban los sollozos del nacionalista.
La organización de la salud se levantó corriendo, saliendo de su despacho y dirigiéndose a la oficina de su hermano mayor.
—¿Qué signos vez a simple vista? —preguntó irrumpiendo en la oficina, encontrando allí a UE, FBI e Interpol, quitó el teléfono de su oreja y puso el altavoz.
—Esta inconsciente, su cuerpo está dejando de temblar, pero cuando lo encontramos temblaba más… —se escuchó movimiento —Mierda… OMS, ¡SE TRAGÓ TODAS LAS PUTAS PASTILLAS, APRESURATE A ENVIAR AYUDA! —gritó URSS al teléfono.
—La enviaremos, no te preocupes, mantén cerca el frasco para saber cómo actuar.
—No pondremos resistencia al arresto, solo digo eso.
De inmediato todos se movilizaron en la oficina, era primordial ayudar a Alemania.
URSS colgó y se agachó en el suelo a un lado de su pareja, logró despegarlo de su hijo y lo apoyó en el suelo, revisando sus signos vitales.
—Su pulso es muy lento —dijo mientras daba golpecitos en las mejillas del alemán menor, intentando hacer que reaccionara.
Third solo miraba con horror, paralizado antes la idea de que su hijo podía morir.
Así estuvieron durante cinco minutos, algo que para los mayores fue una eternidad. Se escuchó la puerta era abierta con violencia y como ingresaban muchas personas en la planta baja, y el cómo estas corrían por las escaleras.
—¡Interpol! —gritó la organización apareciendo por el marco de la puerta, apuntando a los mayores con su arma, pero la bajó al ver que URSS levantaba las manos, y a Reich llorando cerca de Alemania.
—Por favor, ayúdenlo —dijo el alemán mayor con voz temblorosa y suplicante, con gruesas lágrimas cayendo de sus ojos.
Interpol entró seguido de OMS y FBI; el ultimo se dirigió a URSS y lo esposó, mientras que Interpol se acercó a Reich para esposarlo, y OMS se acercaba a Alemania.
—Suban una camilla —dijo la organización de la salud por un radio que llevaba con ella.
—OMS, por favor, ayúdalo —dijo Third Reich entre lágrimas, la organización lo miró, tenía entendido que el alemán mayor era alguien de temer, un ser imponente; pero en ese momento se veía tan vulnerable.
—Haré todo lo que esté en mis manos para ayudarlo.
—No puedo perder a mi hijo, te lo suplico —Reich se tambaleo, asustando a URSS que por instinto se quiso acercar, pero FBI lo retuvo. —Insisto, haré lo que esté en mis manos.
Reich asintió temblando, siendo sacado de la habitación casi arrastrando al estar tambaleante.
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Canadá estaba jugando cartas con Australia, apostando caramelos ya que no tenían otra cosa y no pensaba perder dinero. USA solo los veían riendo y Nueva Zelanda cuidaba que no hicieran trampa ninguno de los dos.
El celular de USA sonó, se alejó un poco para contestar, siendo observado por sus hermanos, hablaba bajo, e iban a ignorarlo, hasta que notaron que se ponía pálido y comenzaba a hablar alarmadamente, alertando a sus hermanos; colgó y se volvió a sentar, mirando a Canadá.
—¿Qué ocurre, hermano? —preguntó el canadiense.
—Can… necesito que te tomes esto que te voy a decir con calma, no va a servir para nada que te alteres.
—USA, me estas asustando, ¿qué pasa?
—Alemania está en el hospital, URSS llamó a OMS porque él y… Third Reich lo encontraron inconsciente en su casa… se intoxicó con pastillas.
Canadá sintió como si la vida se le fuera del cuerpo, sintió un terrible dolor en el pecho y comenzó a llorar mientras ponía sus manos en el pecho, como sosteniéndolo y evitando que este se rompiera.
—¿Qué?... no… él no…—no pudo proseguir, el llanto se lo impidió—. No debí irme cuando me dijo… yo… —se levantó de manera rápida, tomó una chaqueta sobre el suéter que llevaba y salió corriendo, necesitaba llegar con Alemania.
USA, Australia y Nueva Zelanda corriendo tras de su hermano, no querían dejarlo solo en ese estado; pronto le dieron alcance, USA lo tomó por los brazos, lo giró y lo abrazó.
—Hey, debes calmarte, en ese estado no vas a lograr nada, Alemania ya está siendo atendido por OMS, estará bien —dijo mientras sus otros hermanos llamaban al ascensor.
Cuando este llegó, los cuatro entraron y Australia presionó el botón de la planta baja, una vez en esta, salieron del ascensor y salieron para tomar un taxi.
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URSS y Reich estaban esposados dentro de una habitación del hospital, siendo custodiados por FBI e Interpol; dichas organizaciones estaban sorprendidas ya que ni URSS ni Reich habían intentado escapar o algo, es más, Reich no dejaba de llorar en brazos de URSS, cosa que era posible ya que ambos estaban esposados con las manos frente a ellos.
El eslavo tenía sentado en su regazo al menor para poder limpiarle las lágrimas y darles besos en el rostro en un intento de tranquilizarlo, susurrándole palabras dulces para evitar que colapsara.
—Algo está mal… esos deberían estar queriendo matarse… no actuando como si fueran una pareja de esposos —dijo FBI en un susurro, solo para que Interpol lo escuchara.
—Concuerdo… el mundo se va a acabar, yo soy testigo de cómo URSS despreciaba al enano y quería su cabeza en bandeja de plata —dijo Interpol igual en un susurro.
En ese momento ingresó por la puerta ONU, en compañía de UE, provocando que URSS y Reich los miraran, este último limpiándose las lágrimas.
—Son conscientes de que ahora están bajo jurisdicción de la ley, ¿verdad? —preguntó ONU.
—Si, lo estamos —dijo URSS con voz sería.
—Quiero entender como rayos es que lograste mantener vivos a Reich, Imperio Japonés e Italia Fascista, así como el paradero de los dos últimos y cuál es el "plan de contingencia", espero seas consiente que de todo esto dependerá lo que pase con Rumania —dijo ahora UE.
—Te lo contaré todo si nos dices el estado de Alemania y si prometes no ensañarte tanto con Rumania y no hacerle daño a Imperio e Italia —contestó URSS; puede que él y Rumania pelearan mucho, y que la mujer lo pareciera odiar a muerte en varias ocasiones, pero le debía la vida y de cierta manera le tenía aprecio, así como también a los amigos de su esposo.
—Hecho; Alemania está estable, se le está realizando un lavado de estómago y estará siendo monitoreado para estar alertas a cualquier problema.
—¿Puedo verlo? —preguntó Reich, con voz muy preocupada, ONU dio un paso adelante y se inclinó un poco para mirar a Reich, quien de igual modo lo miró, pero con expresión seria.
—Hagamos un trato tú y yo, no los mataremos como se supone debería de hacer, llevarán una tobillera la cual nos dirán su ubicación exacta donde sea que estén, estarán bajo cuidado mío en el sentido que me tienen que rendir cuentas, lo cual implica que estarán arrestados, y nos dirán dónde han estado y que han hecho, y te dejaré ver cuanto quieras a Alemania.
—Hecho —dijo Reich sin pensarlo, todo fuera por su hijo.
—Muy bien, UE, tú te quedaras hablando con URSS, yo me llevo a Reich, FBI, ¿podrías conseguir las tobilleras? —dijo mientras veía a Reich ponerse de pie, pasando por el hueco que había entre los brazos de URSS.
—Por supuesto, ONU.
ONU escoltó a Reich a otra habitación del hospital, para así poder hablar ambos tranquilamente. Reich se sentó en una silla que allí había, mientras que ONU tomó asiento en la camilla.
—Habla —ordenó la organización.
—Hemos estado viviendo entre Rusia y Polonia, en Rusia está la cabaña en la que URSS me mantuvo desde 1945 y por lo general vivimos allí de manera permanente, pero a veces nos gusta ir a una cabaña que tenemos en un bosque de Polonia, es una cabaña que URSS y yo mandamos a construir para reunirnos antes… allí de hecho tuvimos un tiempo a Polonia como prisionera; solo hemos vivido vidas normales, URSS suele ser quien trabaja mientras yo me quedo en casa y hago deberes, aunque a veces si me aburro mucho consigo algún empleo casual, lo juro, eso es todo lo que hacemos.
ONU envió un mensaje y en ese momento ingresó FBI a la habitación con una caja, acercándose a Reich.
—Necesito levantes tu pantalón y te quites tu zapato derecho —dijo la organización, Reich desató su bota y se la quitó mientras doblaba su pantalón, dejando su tobillo expuesto, FBI colocó la tobillera, le puso llave y la encendió.
—Listo, si te alejas de más del hospital sin permiso esta cosa te dará choques eléctricos, solo es un aviso.
Reich se bajó su pantalón y se colocó su bota, la cual ya no pudo amarrar por la tobillera; en ese momento ingresó OMS junto a varios enfermeros, trayendo a Alemania en una camilla.
Los tres en la habitación se quitaron del camino para dejar a los enfermeros y a la organización instalar al país y todas las maquinas que necesitaba, una vez se fueron los enfermeros, OMS miró a Reich.
—Alemania estará bien, le hicimos un lavado de estómago para poder sacar la mayor cantidad de prozac de su sistema, pero aun lo tiene en sangre, por ende, eso lo mantendrá inconsciente. Alguien vendrá, lo sé porque estaban en la sala de espera y les di el pase, un enfermero ya fue a avisarles, cuando despierte presiona el botón rojo en el tablero sobre la cama y vendrá alguien de inmediato—dijo la organización con voz tranquila.
Reich se acercó a su hijo y tocó su frente con un dedo, quitándole un mechón de cabello y sonriendo con tristeza.
—Muchas gracias, OMS.
La organización salió, topándose con el canadiense en la puerta, se hizo a un lado y lo dejó pasar, pero este se detuvo al ver al nacionalista junto al alemán menor.
No esperaba verlo allí.
—Tranquilo, no te voy a morder —dijo Reich al sentir la presencia del pelirrojo en la puerta, sin dejar de mirar a su hijo con cariño y dolor.
Canadá se acercó, viendo al alemán conectado a muchas máquinas y con una cánula de oxígeno, se veía pálido y demacrado, con ojeras bajo sus ojos; aquello lo hizo llorar.
—Lo siento mucho Ale… si no hubiera abierto la boca, tu no estarías aquí —dijo entre sollozos mientras pasaba su mano por los cabellos de este.
—¿A qué te refieres, Canadá? —preguntó el azabache mayor, mirándolo con seriedad.
—Él… preguntó que como es que tu habías logrado ser capturado si eras tan audaz y se me escapó decir que estabas herido, yo jamás le conté que iba tras de ustedes en el bosque el día que "moriste", y al decir eso de que estabas herido él me empezó a interrogar, y le confesé que yo te había disparado y… terminó echándome de su casa —dijo a la vez que intentaba limpiar sus lágrimas, cosa imposible porque otras caían, Reich suspiró.
—No es tu culpa, las parejas deben tener confianza y eso es algo que sucedió hace muchos años, eran tiempos muy difíciles para todos y yo era una gran amenaza para el mundo; pero todo esto ha sido mucho que procesar para Al… aunque me sorprende que llevara meses tomando píldoras de más y no hubiera tenido algún incidente como este —lo dicho por el alemán mayor captó la atención del canadiense y las dos organizaciones presentes.
—¿Qué dices? —preguntó ONU.
—Hemos estado investigando, Alemania lleva meses tomando píldoras de más, Rumania lo vio en la junta que se realizó en sus tierras, tomando cinco, y cuando fue la junta en Canadá entramos a su casa y vimos su receta, la cual tenía anotaciones de cada cuanto se resurtía, llegando a ser cada dos semanas como máximo.
—No me jodas… —dijo FBI.
Canadá sintió como todo daba vueltas, era mucho que pensar. "¿meses?... pero él no… ¡¿Qué!"
ONU al ver como se estaba poniendo Canadá, tomó la silla, la puso a lado a lado del canadiense y lo hizo sentarse.
—Le traeré una coca —dijo FBI saliendo de la habitación.
—¿Meses?, pero… él se veía bien… Dios… debí hablar con él cuándo encontré el frasco… ¡SABÍA LO QUE ESE MEDICAMENTO HACE Y NO HICE NADA! —dijo furioso consigo mismo, ONU saltó de sorpresa, nunca había visto así de alterado a Canadá, ni siquiera cuando sucedió lo de Ucrania.
—Canadá, esto no es tu culpa, tu no sabías lo que Alemania hacía.
—Pero yo sabía que tomaba prozac… si solo me hubiera armado de valor y le hubiera dicho que esculqué su saco, que sé lo que puede provocar ese medicamento, podría haber evitado esto…
—Canadá, no es tu culpa, nadie sabía que esto pasaría —dijo Reich con calma, el igual estaba frustrado por no haber hecho nada cuando confirmó el problema que tenía su hijo, pero en ese momento no servía de nada buscar responsables—. Lo mejor por ahora solo es… estar con él y ayudarlo a enfrentar este problema, porque es un verdadero problema que se volviera adicto a ese medicamento, pero también podemos ayudarle a solucionarlo.
Aunque Canadá no se sintió mejor.
