Log 5
Notando la seguridad del lugar, el mal estado físico, la baja moral del equipo y que aún no llegaba su siguiente misión por parte del alto mando, el instructor Black permitió que las unidades recién reparadas, descansaran algunos minutos.
No.6 se encontró esperando junto a No.21 y No.22 a que No.9 terminara de reparar al artillero y al resto. No.21 estaba decidido a mejorar su siguiente estrategia para asegurar lo más que pudiera la supervivencia de sus compañeros, algo que, hasta ahora, no había logrado hacer.
— No.21 — llamó Black con firmeza.
No.22 y No.9 tuvieron un sobresalto. No esperaban que No.21 recibiera una llamada de atención, era algo muy inusual. Por su parte, No.6 se limitó a seguir con la mirada tanto al instructor como al escáner, quien esperaba con algo de tensión lo que fuera a decirle Black.
— Descansa mientras puedas, es una orden.
Tanto los gemelos como, el sanador y el atacante quedaron sorprendidos por esa orden tan inesperada. No.6 silbó.
— Eso no lo vi venir — comentó burlón No.6
— ¿Descansar, señor? — No.21 no terminaba de comprender la orden de Black, era simplemente extraño recibirla desde que llegaron.
— El excedente de tensión también puede jugarnos en contra — respondió con simpleza.
Los chicos asintieron y guardaron silencio, después de tantas misiones suicidas, era como si hubieran olvidado cómo divertirse. El silencio fue tal, que alcanzaron a escuchar el trinar de unos pájaros.
— ¿Cómo se llamarán esas aves? — inquirió No.22 señalando un par de aves de color blanco, con cuello y piernas largas que se encontraba cerca de un riachuelo a unos metros de ellos.
Aun descolocados, el resto se esforzaron por seguir la conversación. Después de todo, la orden había sido descansar.
— E-es diferente de las que hemos visto antes ¿verdad?
— Son garzas — respondió No.21
No sabiendo qué más hacer, los chicos observaron las garzas un poco más y notaron movimientos extraños que hacían.
— ¿Qué están haciendo? — fue No.9 quien preguntó esta vez.
— No parece que estén peleando — aportó No.22
— Es su danza de apareamiento — disipó No.21 con simpleza.
— ¿Danza? — fue No.9 quien preguntó con genuina curiosidad. Ya antes había escuchado que, por diversión, la humanidad socializaba a través de movimientos, pero no sabía que los animales también bailaban.
— ¿Apareamiento? — esta vez fue No.6 quien preguntó. Si no mal recordaba, era el proceso de multiplicación humana.
— Sí, al parecer no son acciones exclusivas de la humanidad. Hay archivos en los que se habla de cómo variadas especies llevan a cabo danzas — comentó desplegando algunas fotografías y videos con simulaciones — Estas son movimientos corporales que se realizan de manera rítmica y generalmente sincronizada con fines recreativos y reproductivos.
Los chicos observaron interesados las imágenes y las simulaciones. Era inusual para ellos tener tiempo de conocer el desconocido planeta que debían proteger para creadores desconocidos.
— En cuanto al apareamiento, es un proceso de unión de ejemplares macho y hembra en diferentes especies con el objetivo de multiplicarse a través de la unión celular.
Comentó ahora desplegando imágenes diferentes a las anteriores. En estas, se encontraban animales de diferentes especies copulando, incluidos algunos humanos.
No supieron por qué, pero el sanador y los gemelos comenzaron a sentir vergüenza. En cambio, No.6 se sintió curioso o más que curiosidad, era morbosidad.
— ¿Así era como se multiplicaban los humanos? No son creados ni remotamente similar a nosotros — señaló No.6.
Luego, un video donde se encontraban un hombre y una mujer teniendo sexo llamó su atención. Sin esperar, No.6 se adelantó y presionó el video para que se abriera, sin darle oportunidad a No.21 de hacerlo o detenerlo. Los chicos sintieron calor en sus rostros de manera intensa cuando vieron las imágenes, pero no podían dejar de ver. El sonido de algunos gemidos de la pareja, principalmente de la hembra, eran fuertes.
Todos tuvieron un breve recuerdo de aquella ocasión en la que No.6 había producido algunos sonidos y espasmos similares, gracias al análisis antivírico que el instructor Black le había hecho con la unidad SSU.
— E-eso no lo esperaba — señaló No.22 con el rostro sumamente enrojecido.
— S-sí, jamás habría imaginado que los humanos se hacían así — fue ahora No.9 quien desvió la atención, con su rostro compitiendo en color con el de No.22.
— …— No.21 no dijo más, su boca se negaba a hablar, pero su rostro estaba en las mismas condiciones que el de su gemelo y el sanador.
Ninguno se atrevía a ver a No.6, ni tampoco querían llevar la conversación en esa dirección. Además de vergonzoso, se sentía de alguna manera, inapropiado.
— ¿Por qué hace ese sonido? — preguntó No.6, teniendo en mente lo mismo que el resto, pero siendo el único que se animó a hacer la pregunta.
En el fondo lo sabía, por supuesto. Él no era ciento por ciento ignorante en el tema, pero quería ver las caras avergonzadas de sus compañeros y escuchar sus voces titubeantes un poco más.
La pregunta hizo a No.21 reaccionar y quitar el video para buscar la información que No.6 le había pedido.
— Según los archivos, mencionan que los sonidos podían ser reproducidos principalmente por una sensación placentera llamada orgasmo.
No.21 deseaba que ninguno de sus compañeros hiciera más preguntas. No podía con la vergüenza que estaba sintiendo.
— ¿Orgasmo? — preguntó No.6 en un tono siniestro, recordando su propia experiencia con esos sonidos y espasmos— ¿Qué es eso?
El escáner se limitó a responder de manera rápida, intentando no provocar más curiosidad en su compañero:
— Es la descarga de tensión sexual acumulada, caracterizada por contracciones musculares rítmicas en la región percibido como placer sexual.
No.6 se apuró a agrandar otro video, sin dejar que nadie lo detuviera. Donde ser podía ver a dos ejemplares humanos del mismo sexo. Parecía que sería imposible detenerlo por ahora.
— ¿No dijiste que solo era entre hombre y mujer? — presionó No.6.
— La cúpula entre ejemplares del mismo sexo, se usaban como una manera de profundizar relaciones sociales, y era sin fines reproductivos— leyó de corrido en un archivo menor.
— Eso explica la tonta pregunta que me hizo No.3 de si "me gustaban los chicos" ya saben, la hizo cuando el instructor me hizo eso — acentuó el "eso" sabiendo el efecto de sus palabras en sus compañeros.
No.6 abrió otro video con una pareja de varones, uno se encontraba atado y el otro le daba pequeños golpes con un látigo, dejándole la piel enrojecida y extrayendo gemidos de placer entremezclados con dolor. El resto de los chicos parecían algo perturbados, pero no No.6.
De repente, la voz de Black se hizo presente de nuevo
— No.21 continua con los análisis y tú, No.9 con las reparaciones.
Tanto los gemelos como el sanador tuvieron otro sobresalto, como si los hubieran atrapado infraganti haciendo algo malo. Pero en el fondo, agradecieron la intervención de su líder para detener a No.6.
— ¡S-Sí! — dijeron los gemelos y el sanador al unísono. Aun cuando No.22 no había recibido una orden, también respondió.
No.21 cerró los videos de inmediato y regresó a trabajar, aliviado.
"Aguafiestas" — pensó No.6 comprendiendo la intención de Black.
Antes de irse, No.6 incomodó una última vez a sus compañeros, por mera diversión.
— Si la cúpula se siente tan bien como ese escaneo, se lo permitiría al instructor; pero no al bruto de No.3, aunque haya sido el único que preguntó.
Comentó finalmente.
El resto de sus compañeros, simplemente estaban incómodos. Para sí mismos, admitían que sí tenían curiosidad, pero querían parar ya con esa sesión de preguntas y comentarios inadecuados; que, por más que el instructor había ordenado, No.6 simplemente no paraba. Sentían que, si buscaban algo más de información al respecto, era mejor hacerlo cada uno por su cuenta.
— ¡No.6! — le llamó Black.
La mirada depredadora de No.6 se redirigió a Black con una sonrisa.
— ¿Sí, señor?
— Regresa a lo tuyo, prepárate para la siguiente misión— ordenó.
— Ya lo hice señor — rebatió.
Después de todo, aún faltaba que no.9 terminara con No.22 y pasara a reparar a No.3 y No.4. Y para ello parecía que le llevaría algunas horas. Black se hizo una nota mental de que, de ahí en más, No.6 siempre fuera en uno de los últimos en ser reparados de ser posible.
— Entonces deja a tus compañeros concentrarse en su trabajo — ordenó antes de volver al sitio donde había estado sentado.
— Sí, sí.
— Con un solo sí basta.
— Sí.
No es que no hubiera más tiempo para descansar o que no supiera qué era lo que los chicos veían, los había estado escuchando y observando desde lejos, pero no le fue difícil distinguir las travesuras de No.6 incomodando y tensionando a sus compañeros. Ese es el motivo por el que se había visto obligado a intervenir.
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Más pronto que tarde, No.6 se le acercó por la espalda y le sopló en la nuca.
Black sintió un cosquilleo incómodo que le hizo encogerse e inclinarse hacia adelante, mientras se tapaba la nuca con su mano. Cuando volteó se topó con su estudiante más problemático.
— Instructor — dijo con voz cantarina.
— ¿Qué pasa?
Se sentó junto a Black, realmente muy cerca. Parecía que en cualquier momento se recargaría en él.
— Usted nos observa a todos cuidadosamente ¿no? — inició.
Sin embargo, Black se mantenía impasible.
— ¿Interrumpió a propósito? — aunque el tono era amistoso, la pregunta no era para nada pacífica. Estaba exigiendo una explicación a un superior. Un total acto de insubordinación.
Black únicamente volteó a verlo, tratando que su expresión no revelara nada más allá de su autoridad. Intentaba hacerlo retroceder.
— ¿Por qué lo hizo? Tan solo estábamos aprendiendo más sobre la humanidad que debemos proteger, señor — dijo mimoso.
Colocó una mano sobre la rodilla de Black y se recargó un poco en él. El instructor llevó su mirada a aquella mano en su rodilla, entonces, vio de nuevo el rostro de No.6 quien se había atravesado en su campo de vista, buscándole la mirada.
— ¿Sabe? Estuvimos aprendiendo sobre las técnicas de multiplicación humana — expresó con esa mirada chispeante y sonrisa siniestra que mostraba en combate— ¿Había oído de ellas?
Siguió sin responder. Aunque realmente no hacía mucha falta, No.6 se estaba encargando de guiar la conversación a donde quería. Concluyó que cualquier cosa que dijera, sería inútil. Aunque probablemente No.6 lo había interpretado como que no sabía a donde quería llegar. Por ahora, le permitiría pensarlo.
— Al parecer, el acto en sí mismo provocaba placer en los humanos — comenzó y apretó un poco su mano que, para entonces, había subido a la mitad del muslo de su instructor— Le mostraré.
Anunció, buscando y reproduciendo el video que estaba viendo al final. Observó con cierta emoción el video iniciarse, no obstante, más que ver el video, parecía disfrutar de ver el rostro de Black. Por su parte, el instructor su mano únicamente para retirarla de su muslo. Para después, detener el video.
— No.6 — finalmente Black habló — Esta información es irrelevante para la batalla.
No.6 sintió un cosquilleo. Siempre sentía uno cuando Black se imponía de manera tan fría y decidida a detenerlo. Le hizo querer insistir un poco más, buscar que Black fuera más rudo con él. Añoraba que lo hiciera, porque entonces, él podría hacer lo mismo.
— Quizá no es tan irrelevante como cree, señor — presionó.
Black arqueó una ceja, no entendía del todo, él cómo se relacionaría algo tan banal como la reproducción de una especie extinta, en algo tan feroz como la guerra. Así que esperó pacientemente a que se explicara.
— Ver esto, me hizo pensar, en la función e importancia del placer en la supervivencia, señor. A los androides nos dotaron con una gran gama de emociones con el fin de ampliar las probabilidades de supervivencia. Sentir miedo, ira, tristeza, desagrado es algo que podemos hacer sin problema para distinguir si estamos o no en peligro. Incluso nos dotaron con la capacidad de diferenciar sensaciones placenteras. Si no es para que lo sintamos, entonces ¿para qué es?
Black lo escuchó con detenimiento. Una parte de él quería elogiar a su alumno por tan distinguidas observaciones, pero la otra, seguía sonando una alarma en su cabeza. Quizá estuvo pensándolo demasiado y se había perdido parte del discurso de No.6, porque su alumno parecía esperar una respuesta.
No.6, al ver que Black ni siquiera sabía qué le había preguntado, se relamió los labios con una sonrisa. Estaba alterando a su superior, podía notarlo. Así que, sin ira alguna, reiteró su pregunta.
— ¿Alguna vez había sentido algo así, señor? — hizo una breve pausa y luego siguió con un tono mimoso— ¿Algo placentero?
Black le dio un pequeño golpe en la cabeza con la lateral de la mano. Eso se había sentido más que inapropiado. Aunque no estaba del todo seguro de por qué le había evocado tanta incomodidad la pregunta.
No.6 se calmó un poco. Un golpe tan soso no era lo que esperaba, pero no se rendiría ahí. Así que continuó buscando entre los archivos. De repente, volvió a emocionarse un poco cuando reencontró lo que buscaba que Black viera.
— Esto, aquí — dijo señalando y abriendo un nuevo vídeo — No.21 me dijo que eso de ahí se llama orgasmo. Visualmente es similar a lo que sentí cuando usted se corrió en mí el escaneo antivirus.
Pegó ahora su rodilla con la de Black, quien se encontraba pensando en cómo detener a No.6, lo sentía como un depredador o una bomba a punto de explotar. Cualquier paso en falso lo detonaría.
Podía sentir la tensión en su voz, el atacante intentaba mantener en el tono jovial usual, pero había más en ella. En esta ocasión lo estaba presionando como nunca había hecho antes y su elección de palabras era tan… ¿cuál sería la manera de describirlo?
— Señor ¿cree que los androides tengan conducta sexual?
Sí, eso era. La manera en la que No.6 se expresaba era muy: sexual.
— …No, no lo creo — su respuesta no era ciento por ciento verdad; pero tampoco era ciento por ciento mentira.
No.6 siempre se había mostrado con esa conducta extraña, y sinceramente, eso le hacía dudar de su propia respuesta. No obstante, también pudiera ser que simplemente estuviera imitando a los humanos, como muchos androides hacían. Si existía o no una conducta así en los androides, le era desconocido.
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Desde el otro lado, los chicos observaron los acercamientos que No.6 estaba teniendo con el instructor. Si bien, Black no le seguía le juego, tampoco retrocedía.
— Admiro su capacidad de mantener la calma, yo estaría muy nervioso — comentó No.22.
— No por nada está liderando el equipo — coincidió No.9
— Siento algo de compasión por el instructor — agregó No.21, hacía unos minutos había estado en una situación similar.
— Sí — coincidieron No.9 y No.22 al unísono.
Después, todos volvieron a sus tareas.
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Del lado del instructor y No.6, el atacante había seguido con su discurso, hilando así sus ideas. Nuevamente había acercado su mano al instructor, concentrando sus atenciones en el nuevo botón que había reemplazado el que se había llevado.
— Es curioso que la conducta sexual no sea reconocida como existente en los androides. Ni siquiera tenemos órganos sexuales como tal, pero tenemos el potencial de reproducir las mismas tensiones y placeres. Si no es conducta sexual ¿qué será?
El instructor tomó la mano de su estudiante y la jaló un poco hacia sí, para después, de un movimiento, someter a No.6. Tenía el rostro de su alumno apoyado en el suelo, y las manos se las sostenía en la espalda, mientras apoyaba su rodilla en las piernas de No.6 para evitar que se moviera más. Al ser más alto, cubría con facilidad casi todo el cuerpo de su alumno.
— Creo que ya te dejé bromear suficiente por hoy — dijo haciéndole una llave con firmeza.
No.6 se sintió emocionado. Black no solía ser tan rudo con él y eso le estaba gustando. Más porque lo poco que alcanzaba a ver del rostro de su instructor, lucía tan frío, tan decido a someterlo y arrebatarle su voluntad. Igual que aquella vez en el análisis.
— ¿Se inspiró en el video? — presionó No.6 un poco más.
Antes de que Black pudiera decidir si hacer algo más o no, interrumpió el sonido de una llamada entrante.
No.6 tronó la lengua. Apenas y las cosas estaban poniéndose interesantes para él.
En un movimiento veloz, Black soltó a No.6 y se puso de pie para atender la llamada. Se alejó unos metros buscando privacidad y la excusa perfecta para cortar ese pequeño altercado con No.6. Finalmente, se desplegó el holograma de llamada.
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Por su parte, No.6 se quedó sentado en el suelo, decepcionado. Volteó y notó a sus compañeros de equipo consternados del otro lado, no sabiendo bien qué hacer. Sonrió ladino y con un además de mano los saludó cínicamente.
Su decepción lo llevó a pensar en cómo ese podría ser un momento perfecto para someter a su instructor y hacer lo que quisiera con él y los miembros del equipo presentes. Todos sus miembros de equipo favoritos, con quienes había deseado alguna vez un dulce tiempo a solas, estaban ahí. Someterlos a todos no sería un problema.
El único modelo de pelea, al ser artillero, era No.22 y estaba aún en reparación, no podría sostener una batalla con él, menos aún a corta distancia. No obstante, meditó que, a quién debería derribar primero sería a No.21, el escáner de largos y delgados dedos, ya que su hackeo sería la mayor amenaza de todas en ese momento. No.9 aún permanecía intocable, le era necesario. Además, no figuraba como una amenaza. No.3 y No.4 serían los más problemáticos y seguían muertos hasta que No.9 lograra repararlos, así que ellos no serían problema. Pero de hacerlo ahora, podría acabar con su diversión demasiado temprano. Debía tranquilizarse un poco si quería divertirse más.
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En cuanto a Black, se encontró atendiendo a la operadora que supervisaba su caso, mientras se sacudía un poco el uniforme. Cuando su mano tocó sus botones y escuchó la voz femenina. La sorpresa lo dejó atónito; si lo pensaba, era una unidad No.6 pero de tipo O. Pensó por un momento en la dulce operadora No.6 y en el depredador atacante No.6 que había dejado sentado algunos metros atrás. Que situación tan extraña se encontraba viviendo en ese momento.
— Operadora 6O en llamada programada, Instructor Black.
— Aquí el instructor Black de los escuadrones de prueba YorHa M001 y M002.
— La comandante White me pidió informarle que ya está decidida la próxima misión y que podrá encontrar los detalles en el archivo adjunto del correo que le llegará finalizando esta llamada.
— Entendido.
Lejos de cerrar la llamada, la operadora 6O permaneció en ella unos segundos más, observando a Black intensamente con un brillo en sus ojos, lo cual llamó la atención del instructor.
— ¿Sí?
¡Instructor, escuche esto! — comenzó la dama a contarle con entusiasmo, juntando sus manos — ¡Una compañera me mostró una antigua leyenda que hablaba sobre la buena suerte que traen los conejos blancos! — en el holograma se proyectaron algunas imágenes de conejos blancos — ¡Mire, son tan lindos y esponjosos! ¡Algo tan bonito no es de extrañar que traiga buena suerte!
— La humanidad cortaba y usaba sus patas como amuletos, no era por solamente ver a un conejo, 6O.
Interrumpió No.6, envolviendo el brazo izquierdo de Black entre los suyos, mientras se asomaba en el holograma. Por su parte, Black quedó intrigado teniendo justamente a los dos No.6 ahí con él.
— ¡¿Eh?! ¡¿Sus patas?! — exclamó horrorizada.
— ¿Qué? ¿No lo sabías?
— ¡Qué crueldad hacer eso a algo tan lindo! — comentó lamentándose con un pequeño puchero que debido a su mascara, no podía apreciarse.
— Eres demasiado ingenua 6O. Pero admito que sería divertido cazar uno. Dicen que son rápidos. Además, eso de llevar contigo algo de una presa que cazaste, parece gratificante — comentó siniestramente.
— Qué cruel eres No.6, no sé cómo tendrías corazón de matar a algo tan tierno.
No.6 estalló en risas antes de agregar.
— Si veo uno lo cazaré para ti y te llevaré de regalo su pata, 6O.
— ¡No! ¡No hagas eso! Si quieres regalarme algo, mejor una fotografía. ¡Sí! ¡Eso es!
— ¿Una fotografía? — inquirió con fastidio.
— ¡Sí! ¡Seguramente alguien tan serio como el instructor Black se vería muy bien sosteniendo un conejo blanco!
La operadora volteó a ver a Black esta vez, quien continuaba absorto en seguir la conversación entre los androides 6, meditando que, quizá el parecido entre ambos podría reducirse a la inteligencia y lo parlanchines, pero eso no era un aspecto exclusivo de personalidad. Quería encontrar algo, meditó que, quizá eso le ayudaría a domar a No.6. Así que los observó un poco más.
Por su parte, No.6 pareció ahora interesado en la idea de 6O. Ver al instructor Black sosteniendo un conejo podría ser una imagen que admitía, sería linda. Pero se preguntó ¿la imagen no sería más encantadora si Black tenía la cara descompuesta en horror y con la sangre del conejo manchándolo por completo? Sí, esa imagen le gustaba más.
— Bien, si veo alguno, me aseguraré de tomarle una fotografía con el instructor Black — prometió, sin soltarle el brazo a Black.
— ¡Estaré esperando! Operadora 6O, fuera.
El holograma se cerró.
Por inercia, Black volteó a ver a No.6 quien parecía entretenido tarareando una canción desconocida y balanceándose con su brazo entre los suyos. Siguió pensando en cómo volverlo menos peligroso para el equipo y estimularlo a que fuera más funcional para las misiones. En idea para encontrar algo que lo ayudara, repasó la interacción que vio entre él y 6O, lo único que pudo sacar de ahí, es que parecían apasionarse con sus intereses.
Suspiró.
Definitivamente, necesitaba analizarlo más, de lo contrario, su escuadrón estaría destinado a desaparecer por completo más pronto que tarde.
— Instructor ¿está bien? — inquirió No.6 con malicia.
— Sí — respondió desviando finalmente la mirada.
— ¿Sabe? Hace poco, fue muy rudo, nunca me había sometido así en el suelo, señor. Fue inesperado, hasta excitante debería decir.
— No.6 — lo interrumpió, sabiendo a donde se dirigía— Ayuda a No.9 a sostener el cuerpo de No.3, eso acelerará la curación.
La orden fue dada de manera sencilla. Pero orden al fin. No.6 se dispuso a seguirla sin atisbo de réplica. De alguna manera, ambos se habían calmado y logrado volver a sus roles.
