Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.
Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry pottery sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potter para juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.
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"Solo tú me regresas hacer yo, porque solo tú sabes bien que un beso tuyo hace un cambio, que tú mirada alegra mis días y tu presencia me hace tuya, aunque no te lo esperes, lo pienses o lo quieras."_(Pucca Walburga Black Dooda)
Garu no sabía que había hecho ayer para que Pucca volviera hacer la misma de antes, sí, la había besado por primera vez por su propia voluntad. Pero tampoco era como si fuera gran cosa, ¿no?
No era como si la conversación de no ser nada jamás hubiera pasado, ¿Verdad?
Pues al parecer, así fue, la conversación parecía que jamás había pasado. Y no lo decía para menos, ya que, al día siguiente, cuando se levantó, se bañó, vistió, peinó y bajó a comer al gran comedor.
Pucca había salido de la nada y lo había tacleado, haciendo reír a todos los estudiantes del gran comedor. Él como antes de llegar a Hogwarts, no pudo preverlo, dándose cuenta poco tiempo después que ella lo estaba besando.
Garu como hace tiempo, se sonrojó como nunca y más apenado como en Sooga. la apartó y huyó de allí, susurrando muy por lo bajo como para él mismo.
–¿Por qué la besé? Ahora me está avergonzando enfrente de todos.
Pucca lo siguió sin escuchar lo que dijo, correteando por todo Hogwarts para atraparlo. Pero antes de poder atraparlo, chocó con Draco y terminó besándolo.
No había sido su intención, desde luego que no. Pero Garu no lo sabía, él pensó que lo habían hecho apropósito y sé fue de allí.
Cuando llegó a la sala de Gryffindor molesto, Garu comenzó a farfullar palabras ininteligibles contra Draco. Jamás había pensado que odiaría o detestaría a otro chico que no fuera Ronnie, Tobe y Destiny, pero tuvo que llegar a Hogwarts para enterarse que ese alguien nuevo que podía odiar, tenía nombre y apellido, llamándose Draco Malfoy.
Así como Harry nunca había creído que pudiera existir un chico al que detestara más que a Dudley, pero eso era antes de haber conocido a Draco Malfoy. Sin embargo, los de primer año de Gryffindor sólo compartían con los de Slytherin la clase de Pociones, así que no tenía que encontrarse mucho con él.
Oh, al menos, así era hasta que apareció una noticia en la sala común de Gryffindor, que los hizo protestar a todos. Las lecciones de vuelo comenzarían el jueves… y Gryffindor y Slytherin aprenderían juntos.
–Perfecto.
Dijeron en tono sombrío Harry y Garu.
–Justo lo que siempre hemos deseado.
Soltaron irónicos Garu y Harry, aunque ambos por diferentes motivos. Harry porque temía hacer el ridículo sobre una escoba delante de Malfoy, mientras que Garu temía que Pucca lo siguiera viendo y sé enamorara del idiota rubio oxigenado.
Ahora Garu y Harry deseaban aprender a volar más que ninguna otra cosa, ya que así podría mostrarle superioridad a Draco. Y de paso, le abriría los ojos a Pucca para que no sé le ocurriese enamorarse de él.
–No saben aún si van a hacer un papelón.
Les dijo razonablemente Ron, creyendo que ambos chicos temían hacer el ridículo.
–De todos modos, sé que Malfoy siempre habla de lo bueno que es en quidditch, pero seguro que es pura palabrería.
La verdad es que Malfoy hablaba mucho sobre volar, ambos gemelos lo habían oído alardear y de vez en cuando, oían a Pucca decirle a Hermione que quería que Draco le enseñara. Draco se quejaba en voz alta porque los de primer año nunca estaban en los equipos de quidditch y contaba largas y jactanciosas historias, que siempre acababan con él escapando de helicópteros pilotados por muggles.
Pero no era el único: por la forma de hablar de Seamus Finnigan, parecía que había pasado toda la infancia volando por el campo con su escoba. Hasta Ron podía contar a quien quisiera oírlo, que una vez casi había chocado contra un planeador con la vieja escoba de Charles.
Todos los que procedían de familias de magos hablaban constantemente de quidditch, y si los hermanos eran sinceros, sé estaban hartando de no saber. Ron ya había tenido una gran discusión con Dean Thomas, que compartía el dormitorio con ellos, sobre fútbol.
Ron no podía ver qué tenía de excitante un juego con una sola pelota, donde nadie podía volar. Harry y Garu habían descubierto a Ron tratando de animar un cartel de Dean en en el que aparecía el equipo de fútbol de West Ham, para hacer que los jugadores se movieran.
Neville no había tenido una escoba en toda su vida, porque su abuela no se lo permitía. Garu y Harry pensaron que ella había actuado correctamente, dado que Neville se las ingeniaba para tener un número extraordinario de accidentes, incluso con los dos pies en tierra.
Hermione Granger estaba casi tan nerviosa como Neville con el tema del vuelo, no tardando nada en contarle a Pucca y pasándole sus nervios. Era Eso algo que no se podía aprender de memoria en los libros, aunque lo había intentado.
En el desayuno del jueves, aburrió a todos con estúpidas notas sobre el vuelo que había encontrado en un libro de la biblioteca, llamado Quidditch a través de los tiempos, claro que, aunque lo negaba, Harry sé quedó embobado escuchándola y Garu le dio un golpecito juguetón en los costados con El Codo.
Neville estaba pendiente de cada palabra, desesperado por encontrar algo que lo ayudara más tarde con su escoba, pero todos los demás se alegraron mucho cuando la lectura de Hermione fue interrumpida por la llegada del correo. Harry no había recibido una sola carta desde la nota de Hagrid, algo que Malfoy ya había notado, por supuesto.
La lechuza de Malfoy siempre le llevaba de su casa paquetes con golosinas, que el muchacho abría con perversa satisfacción en la mesa de Slytherin. Y para consternación de Garu y Harry, a la única Gryffindor a la que le regalaba algo de lo que le llevaba su familia era a Pucca.
Mientras que a Pucca, también sus tíos le llevaban cosas lindas, así como Dada, Ching, Dandy y Abyo también le dejaban regalos. Al igual que a su media hermana Paccu, que estaba en otra casa y también recibía obsequios.
Y a Garu, como no podía faltar, le regalaban muchas cosas que provenían de Sooga como ninja semi-profecional. Pero lo que nunca faltaba y lo que más le interesaba a Garu, era ver que tan le diera informe de cómo estaba la aldea.
Al final, un le chuzón entregó a Neville un paquetito de parte de su abuela. Lo abrió excitado y les enseñó una bola de cristal, del tamaño de una gran canica, que parecía llena de humo blanco.
–¡Es una recordadora!
Explicó emocionado.
–La abuela sabe que olvido cosas y esto te dice si hay algo que te has olvidado de hacer. Mirad, uno la sujeta así, con fuerza, y si se vuelve roja... oh...
Se puso pálido, porque la recordadora súbitamente se tiñó de un brillo escarlata…
–Es que has olvidado algo…
Neville estaba tratando de recordar qué era lo que había olvidado, cuando Draco Malfoy, que pasaba al lado de la mesa de Gryffindor, le quitó la recordadora de las manos. Luego de regalarle algunos dulces a Pucca, que la hicieron sonreír de felicidad.
Así Garu, Harry y Ron saltaron de sus asientos, cada uno furiosos por las mismas cosas y a la vez por diferentes cosas. En realidad, deseaban tener un motivo para pelearse con Malfoy, cual sea para ellos estaría bien.
Pero la profesora McGonagall, que detectaba problemas más rápido que ningún otro profesor del colegio, ya estaba allí. Impidiéndole a los chicos actuar impulsivamente, bajando las varitas y Garu soltando el mango de su espada que iba a sacar.
–¿Qué sucede?
–Malfoy me ha quitado mi recordadora, profesora.
Soltó Neville serio, mirando a la profesora suplicante. Con aire ceñudo, Malfoy dejó rápidamente la recordadora sobre la mesa.
–Sólo la miraba.
Dijo serio, y se alejó, seguido por Crabbe y Goyle, que se despidieron de Pucca con leves sonrisas. La profesora McGonagall observó la escena con su habitual expresión seria, pero un destello de advertencia en sus ojos había aparecido.
Neville, aún nervioso por la situación. Miró a Garu, Harry y a los demás, esperando que hicieran algo.
Harry y Garu respiraron profundamente, controlando su impulso de seguir a Malfoy y enfrentarlo. Sabían que no era el momento ni el lugar para una confrontación, aunque su sangre hervía de rabia por la escena presenciara y porque Draco se sintiera digno de hablarle a Pucca.
–Gracias, profesora McGonagall.
Neville recogió su recordadora con cuidado, todavía sintiendo el peso de la vergüenza por haber olvidado algo tan importante.
–No te preocupes, Neville. Pero asegúrate de guardarla en un lugar seguro.
La profesora McGonagall le dirigió una mirada comprensiva, antes de dirigirse hacia la mesa de Slytherin para tener una breve conversación con Malfoy. Quien la recibió con una expresión desafiante, pero respetuosa, que desde su lugar Garu y Harry cada vez detestaban más.
Harry y Garu se sentaron nuevamente, tratando de tranquilizarse, mientras el murmullo en el gran comedor en la aria de Gryffindor se desvanecía lentamente. Pucca se acercó a Neville con una sonrisa amistosa, tratando de aliviar la tensión del momento.
–¿Estás bien, Neville? ¿Qué era eso de la recordadora?
Sin embargo, Neville retrocedió asustado. Pues a pesar de haberlo ayudado ya en un par de ocasiones, era evidente que él creía en los rumores que había en la escuela, porque retrocedió como si Pucca lo fuera a matar.
Ella por lo mismo tragó duro, pero después de lo que había pasado con Garu. no dejó que le afectara, diciéndole con calma y amabilidad.
–Está bien, Neville, no me acercaré si no quieres, solo quería saber si estabas bien.
–L-Lo estoy.
Le indicó tartamudeando, desviando la mirada de la de ella. Pucca sintió una punzada de tristeza al ver la reacción de Neville, pero decidió no presionarlo más.
En cambio, le ofreció una sonrisa reconfortante antes de volver a su asiento. Garu y Harry intercambiaron miradas de preocupación, conscientes de que la situación con Malfoy y la reacción de Neville no eran simples incidentes aislados.
Garu quería más que nada consolar a Pucca, pero como las persecuciones habían vuelto a iniciar. Prefería mantenerse lejos de ella, pues su acercamiento podría hacerla pensar que él quería más con ella y no sabía aún si lo quería.
Así que se mantuvo al margen, aun muriendo de celos porque Pucca hablará más con Draco, los de Slytherin y con Destiny. Algo que no estaba mal, si podía verla sonreír, pero sabía que ellos no querían solo una amistad con ella y menos después del beso que Pucca. "Accidentalmente", le dio a Draco hace unos días atrás.
