REVENGE

~Capítulo 8~


—Señor Ishida, por favor, levántese. — Rogó Mimi jalando del brazo al hombre rubio, quién por obvias razones era mucho más grande y robusto que la mujer, provocando que fuese difícil moverlo.

—No quiero irme. — Respondió el oji-azul mientras se aferraba a la mesa y a su vaso con licor.

La castaña rodó los ojos—Debe hacerlo. — Musitó—Estar en este lugar, tomando, no le hará bien.

—Solo es un par de tragos.

—¿Un par? — Preguntó la oji-miel— ¡Está completamente borracho! Apenas puede mantenerse en pie.

—¡No estoy borracho!—Exclamó el Ishida.

—¡Claro que lo está! —Musitó la castaña.

—Puedo mantenerme en pie.—Declaró el oji-azul levantándose de su lugar, sin embargo, a penas esto cayó sobre su asiento.

¡Genial! Pensó Mimi molesta.

—¿Lo ve, señor Ishida?—Preguntó molesta.

Yamato hizo una mueca ante esto—¿Y a usted que le importa? Señora Anderson.

La castaña se mordió el labio inferior enojada frente a esta situación. Verdaderamente no le gustaría preocuparse por ese tipo, luego de todo el daño que le causó, sin embargo, debía ganarse su confianza, ¿no?

—¡Es mi vida y yo puedo hacer lo que quiero!— Exclamó el rubio alzando su copa.

—Sí, puede hacer lo que quiera, pero no de esta forma, usted ya es un adulto.— Declaró Mimi— Tiene familia, esposa, hijas, no creo que les guste que usted actúe de esta manera.

—Eso es cosa mía, no se meta.— Respondió el Ishida antes de tomar su copa y darle un sorbo.

Mimi frunció ceño y rápidamente le quitó aquel objeto con líquido.

—¡Hey! ¿Qué te ocurre?

—Nada, simplemente estoy actuando con cordura, algo que a usted le falta.— La castaña le habló al rubio.

Yamato hizo una mueca.

¿Por era tan insistente?

—Dígame, ¿por qué está así?

El rubio bajó la mirada.

—¿Tiene algún problema?

—Eso a usted no le importa.

—Si no lo hubiese encontrado, no me importaría.—Respondió la "señora Anderson"— Dígame ¿qué le ocurre? ¿Por qué está aquí y de esa manera?

Yamato se dejó caer sobre la mesa y observó el sitio totalmente nostálgico. Odiaba sentirse de la manera en la cual se estaba sintiendo.

—Porque mi vida es miserable.— Fue su única respuesta.

Esta respuesta sorprendió a Mimi. No porque estuviera errónea, porque sí, su vida era miserable luego de todo el daño que le provocó, sin embargo, no esperaba que él lo reconociera. De seguro algo le ocurría.

El rubio observó ese sitio— ¿Sabe?...—Suspiró—Es en este lugar…—Musitó— Es donde todo comenzó…

—¿Comenzó? — Preguntó la castaña— ¿Qué comenzó?

El rubio simplemente suspiró y observó el punto.

~Años atrás~

Yamato tomó su tercera copa con cerveza esa noche. Hizo una mueca, verdaderamente, estaba aburrido. Ser el celestino de Taichi y Sora era una tortura. Sí, quería ayudarlos a estar juntos, pero ¡Sinceramente abusaban de su confianza! Llevaban más de dos horas en ese sitio y ellos estaban a unos metros acariciándose.

Suspiró.

Observó su copa, ya casi se acababa el líquido, necesitaba más. Sí, no era sano tomar tanto, pero ¿qué más le iba a hacer? Estaba aburrido.

Fue así como se levantó del lugar dispuesto a ir a la barra, sin embargo, no alcanzó a caminar mucho cuando tropezó con alguien y el líquido que quedaba en su copa cayó contra la otra persona.

—¡Ups! Lo sien…—Yamato se detuvo al ver de quién trataba— ¿Mimi?

—¿Tú otra vez? — Preguntó la castaña sorprendida.

—¿E? — Balbuceo el rubio, ya era mucha coincidencia, nuevamente se encontraban en ese lugar y ¡Rayos! Lanzó cerveza contra la chica— Eso mismo debería decir yo ¿no? ¿Acaso me estás siguiendo?

—Eso debería decir yo. — Contestó la oji-miel y llevó sus manos hacia su chaqueta—¡Rayos! — Murmuró mientras comenzó a limpiar el líquido vertido sobre ella— Mi chaqueta.

Yamato hizo una mueca— Lo siento, no quería que eso ocurriera.

—Debiste tener más cuidado. — Musitó la chica cruzándose de brazos y pasó una mirada hacia la copa del rubio—Si ibas a emborracharte debiste ser más precavido.

¿Emborracharse?

—No estoy borracho.

—Eres amigo de Taichi, sería normal que lo fueses.— Comentó Mimi, si algo caracterizaba al Yagami era su fanatismo por la cerveza.

—¡Hey! No soy como Taichi, no me compares con ese idiota.— Habló Yamato.

La castaña río— ¿A no?

El rubio negó— Solo quise degustar unos tragos mientras espero a ese par. — Señaló levemente a la pareja a un costado de él.

Mimi observó a Taichi y Sora, quienes estaban muy acaramelados en la mesa, besándose, acariciándose, abrazándose, básicamente demostrándose amor.

—Debe ser molesto ser el chaperon de esos dos.

Yamato asintió—Me va a dar diabetes.

La dulzura que ellos dos emanaban era hostigante.

Mimi río ante el comentario del rubio— Bueno, con la vista y con ese trago de seguro quedas con diabetes.— Señaló su licor— Dime ¿vas a querer más?

El rubio observó el vaso—¿E? No, gracias, no es necesario que me invites a una copa.

—No te pregunto porque quiera comprarte uno, sino porque debo llevarlo a la barra.— Respondió la joven.

—¿Qué? ¿A la ba...—Yamato tuvo intenciones de preguntar la razón, sin embargo, algo en él despertó y recién fue consciente del atuendo de la chica junto a la bandeja que llevaba en sus manos. Al parecer ella trabajaba aquí— ¿Trabajas aquí?

La castaña asintió— Sí ¿acaso no es obvio?— Señaló la bandeja negra.

—¿E?— Balbuceo el rubio— Dis-disculpa, no me percaté.

Mimi río— Estabas muy concentrado en tu papel de chaperón, es entendible.

—¿Concentrado?— Preguntó el Ishida— Mejor diría asqueado, intentando olvidar que todo al rededor existe.

—Se nota, porque ni por prestar atención al montón de chicas que lleva horas mirándote en la mesa trece.— Comentó la castaña mientras tomaba en su mano izquierda la copa del Ishida.

Yamato pasó su mirada por detrás de la castaña, efectivamente a unos metros de ellos se encontraba un grupo de chicas bastante jóvenes, quienes al sentir la mirada azulada del chico sobre ellas voltearon en dirección contraria para "disimular"

—Causas un gran revuelo ¿e?— Musitó la Tachikawa con tono bromista.

El Ishida hizo una mueca— Claro que no.

—Claro que sí.— Respondió Mimi—Esas chicas casi inundan este salón con su baba.—Comentó—Aunque, no es para menos.— Comentó la castaña— Tienes rostro de un Dios griego o un ángel, fácilmente llamas la atención de las chicas.

Este comentario hizo al Ishida ruborizar.

—¿E? ¿U-un Dios griego?

Mimi río— ¿Por qué te sonrojas? ¿Acaso te pusiste nervioso?

¿Nervioso?

—No, claro que no.

—A mí me parece que sí.— Musitó la castaña con su sonrisa burlona.

—No es nerviosismo.— Respondió rápidamente el rubio— Es simplemente que me sorprendió.

—¿Por qué?— Preguntó Mimi— ¿Acaso nunca te lo habían dicho?

—¿E? N-no...

—Que extraño.—Comentó la chica acercándose al chico y depositando su mano derecha en su mejilla— Con esa carita yo pensé que siempre te lo decían.

Ese acercamiento...

Yamato tragó saliva ante esto, totalmente nervioso, por alguna razón extraña, jamás le ocurrió que se sintiera nervioso por la cercanía de una chica. Sintió un ardor en sus mejillas, probablemente ahora no estaba ruborizado como antes sino rojo.

Mimi rio para sus adentros al ver la reacción del rubio, al parecer logró colocarlo nervioso, eso era interesante.

Sin embargo, el momento no duró mucho, ya que a ellos se acercó una chica de cabello rubio y ojos ámbar, compañera de Mimi.

—¿E? Siento molestar querida.— Le habló a la castaña— Pero en la puerta está tu pretendiente molesto.

¿Qué?

Mimi volteo en dirección a la puerta trasparente y efectivamente ahí había un sujeto.

¡Oh no!

Pensó la castaña.

—¡Genial! De esta no me salvo.—Musitó la castaña antes de llevar su mano hacia su frente.

Yamato alzó una ceja sorprendido— Disculpa ¿te ocurre?

—¿E? N-no...— Respondió Mimi— O-o digo sí...en realidad, digo...—Empezó a tropezar con sus palabras— ¡Solo finge!

—¿Fingir?— Cuestionó el rubio sorprendido ante esto— ¿Fingir qué?

Yamato observó esto sorprendido y quiso decir algo, sin embargo, en frente de ellos apareció un tipo alto de cabello oscuro, gafas de sol, evidentemente era mucho mayor que ellos.

—Mimi Tachikawa. — Musitó el tipo antes de quitar las gafas.

¡Oh no! Por favor, no...

Pensó la chica totalmente alarmada.

—Me alegra verte princesa.— Declaró el tipo.

Mimi hizo una mueca de disgusto, totalmente horrorizada—A mí no. — Respondió— ¿Qué haces aquí?

El chico se sorprendió ante su comportamiento—¿Qué no es obvio? Vengo a verte primor…

¿Primor?

Yamato observó al tipo, ¿acaso estaba coqueteando con la castaña?

—No me llames primor. —Regañó Mimi.

—¡Hey! ¿Por qué me hablas así? Preciosa.

—¡No me llames preciosa! ¡Ya te lo he dicho! — Exclamó la castaña— Shuu, no quiero tener una relación contigo, no quiero que te me acerques, ni nada.

—¿Por qué no? Cariño.

—¡Por qué no! Ya te dije que no quiero tener algo contigo.

—¿Por qué no?— Preguntó el sujeto— No lo entiendo, miles de chicas darían todo por estar con alguien como yo. Eres alguien privilegiada.

—Todas, menos yo.— Respondió Mimi— ¡Yo no estoy ciega como las demás tipas que mueren por ti!

—Eso es porque no me has dedo una oportunidad.— Contestó Shuu.

La castaña se cruzó de brazos— ¡No quiero darte una oportunidad!

—Deberías hacerlo.

—No quiero.

—Bueno, mientras no me des una razón para dejar de hacerlo no me detendré.

—No estoy interesada en ti ¿acaso eso no es una razón suficiente?— Preguntó la castaña.

El sujeto movió su cabeza—Evidentemente no.

Mimi apretó los dientes, furiosa.

¿Por qué ese sujeto insistía de esa manera? Literalmente era un dolor de cabeza a diario ¡Necesitaba deshacerse de él!

—Bueno, tendrás que hacerlo, porque a mi novio no le gustará saber que me estás acosando.

—¿A tu novio?— Preguntó Shuu— ¿Tienes novio?

Mimi asintió.

El tipo río—¿Enserio crees que te creo esa excusa?

—No es excusa. — Contestó la castaña— Aquí te lo presento…— Rápidamente tomó la mano derecha del chico y entrelazó sus dedos—Él es Yamato Ishida.

El chico observó al oji-azul sorprendido y viceversa.

¿Novio?

¿Esa chica dijo que él era su novio? ¿De qué rayos estaba hablando esa chica?

El tipo observó a Yamato con cara de pocos amigos.

El rubio tragó saliva.

—¿Novio? — El tipo observó de pies a cabeza al Ishida— Este tipo no puede ser tu novio.

—¿Por qué no? — Cuestionó la castaña tomando del brazo al oji-azul.

—Porque no. Yo soy mucho mejor.

—¿Perdón? — Preguntó Yamato un tanto ofendido— ¿Quién te asegura eso?

—Pues yo. — Habló Shuu Kido— Mimi, tan solo piensa, tengo dinero, lujos, puedo ayudarte a cuidar a Ryo y criarlo, solo debes acceder a salir conmigo.

—¡Olvídalo! No necesito de tu dinero, ya te lo he dicho.

—Bueno, no solo tengo dinero, también soy guapo y puedo hacerte vivir como una reina.

—Ya te lo he dicho, no quiero. — Respondió la castaña molesta, ese chico era muy insistente, eso no le gustaba, porque sabía que sus palabras eran mentiras. Simplemente quería divertirse con ella y luego humillarla como a todas sus otras novias.

—¡Vamos! — Animó el hombre, se acercó a Mimi y la tomó del brazo.

—Suéltame. — Exclamó la chica.

—Ven, no te hagas del rogar. — El tipo de manera descarada tomó a la chica de la cintura.

—¡Hey! — Yamato rápidamente se interpuso. Sí, no quería involucrarse, pero evidentemente la castaña no se sentía cómoda por la compañía de ese tipo y no era para menos evidentemente tenía mil años más que ella.

—No te metas.

—Claro que me involucraré, ya escuchaste a Mimi, no quiere estar contigo, así que, vete. — Contestó el rubio.

Shuu frunció el ceño y volteo hacia la castaña— ¿En verdad quieres que las cosas sean así?

—No es necesario que se lo preguntes, ya te dijo que no quiere estar contigo. — Respondió Yamato rápidamente—Así que, vete.

El tipo no observó al rubio enfurecido— ¿Quién rayos te crees que eres para acercarte a ¡Mi! Chica?

—¡No soy tu chica! — Respondió la Tachikawa— ¡Ya te lo dije!

—Por ahora, pero en algún minuto necesitarás dinero. —Contestó el tipo— Y vendrás donde mi...

—¡Ni muerta! Puedo necesitar dinero, pero jamás iré a correr a tus brazos.— Respondió Mimi— ¡Y ya! Vete, no quiero verte más.

—¡Ya la escuchaste! — Regañó Yamato— ¡Vete! O sino tendrás problemas conmigo.

—No me amenaces niñato.

—No es una amenaza, es una advertencia, así que ¡vete!

El tipo simplemente rodó los ojos—Esto no se quedará así. — Fue lo único que dijo antes de salir del lugar.

Mimi al ver que el tipo se fue respiró aliviada— Finalmente, se fue…

Yamato observó a la castaña sin entender ¿Cómo de un momento a otro se transformó en su novio?

—Ejem. — Aclaró su garganta llamando la atención de la chica.

La castaña dirigió su mirada hacia el rubio y recién fue consciente de su agarre— ¡Ups! Disculpa. —Musitó antes de soltar su mano.

—¿Me puedes explicar, ¿cómo de un momento a otro me convertí en tu novio sin ninguna propuesta previa y sin conocernos lo suficiente? — Yamato se cruzó de brazos.

—Pues…—Mimi sonrió— Disculpa, no supe que más inventar.

—¿Inventar? — Preguntó Yamato— Evidentemente era un invento ¿por qué lo hiciste?

La joven suspiró, lo mejor sería decirle la verdad—Verás, ese chico quiere tener algo conmigo.—Declaró— Desde hace mucho me insiste por salir, me persigue a todos lados, me manda cartas, ramos de flores, básicamente me acosa, porque yo le he dicho miles de veces que no quiero estar con él.

Evidentemente no y era entendible, ese chico era mucho mayor.

—¿Y por qué te insiste?

—Él dice que le gusto, pero yo sé que lo hace porque fui la única en el grupo de mis amigas que lo rechazó. — Contestó la castaña— Todas mis amigas salieron con él, menos yo, desde entonces me insiste y agobia por salir.

—¿Y crees que fingiendo que soy tu novio te dejará libre?

—No lo sé, ojalá que sí. — Respondió Mimi— Por favor, si te llega a preguntar o a buscar dile que somos novios.

Yamato alzó una ceja— No creo que sea lo mejor, no quiero involucrarme.

—Entiendo que sea molesto, pero ¡De verdad lo necesito!— La chica juntó sus manos en señal de plegaria y arrodillarse frente a él.

—¿E? Mimi, no es nece...

—Por favor.— Rogó la chica.

Yamato observó a todos lados avergonzado— Mimi, por favor, levántate no hagamos un espectáculo y...

—¡No!— Exclamó la oji-miel— Mientras no me digas que sí ¡No me levantaré de aquí!

¡Oh no!

—Mimi, por favor, estás haciendo el ridículo.

—No me importa.— Respondió la castaña— Lo que me importa es librarme de ese idiota.

—Pero...

—Por favor.— Lo interrumpió.

Yamato observó a su al rededor—Mimi, no.

—¡Por favor!

—Mimi...

—Por favor, por favor, por favor.—Rogó—Si dices que no te molestaré hasta que aceptes.— Amenazó la castaña.

—Pe-pero, no…

—¡Por favor! — Gritó la castaña, literalmente como si fuera una niña haciendo una pataleta.

—¡Hey! — Yamato depositó sus manos en la boca de la castaña— No grites.

—Gritaré todo lo que quiera mientras no aceptes mi propuesta.

—Gritando no lograrás nada.

—¿Seguro? — Preguntó Mimi— Tengo una voz bastante fuerte, puedo gritar todo lo que quiero si no aceptas.

El rubio observó a su alrededor, no quería pasar vergüenza mucho menos por una situación así.

—¡Por favor! — Gritó nuevamente la castaña.

Apretó los dientes.

—Está bien, está bien. — Contestó el oji-azul— Aceptaré ser tu novio postizo.

—¡Genial! — Exclamó Mimi.

—¡Hey! — Yamato poso su mano derecha en su boca— Pero, no grites más, por favor.

La castaña sonrió victoriosa—Está bien.

~Actualidad~

—Nada.— Respondió Yamato— No vale la pena recordarlo.

Haruna hizo una mueca y se acercó al rubio— Venga, lo llevo a su casa.


~Dos días después~


Sora ingresó a la gran sala principal del gran edificio donde instaló su compañía de ropa "Takenouchi Style"

—Buenos días a todos.

Todos los presentes voltearon a ver a la dueña del lugar, quién venía bastante cargada sosteniendo un portafolio en su mano derecha y su cartera en su mano izquierda.

—Buenos días. — Respondieron las personas ahí presentes.

—¡Sora que bueno que regresaste! — Miyako, su mano derecha, se acercó a ella y la abrazó.

La pelirroja sonrió— Me alegra verte.—Musitó— ¿Me extrañaste?

—¡Pues claro!— Exclamó la chica de anteojos— Estos días que estuviste fuera todo estuvo un tanto desorganizado.

—Disculpa, necesitaba descansar, ya sabes, el psiquiatra me recomendó dejar de trabajar unas semanas para sentirme mejor.— Contestó la pelirroja.

—No es necesario que des explicaciones, todos vimos como estabas. —Habló la chica de anteojos—Necesitabas descansar y es entendible.

Sora volteo en dirección a su oficina y abrió la puerta para ingresar en ella.

—Pero ya estoy aquí, dispuesta a centrarme en todo lo que viene.

Depositó su portafolio y cartera sobre su mesa.

Miyako tomó asiento sobre una silla frente a su escritorio—¿Recibiste las últimas facturas de contabilidad?

—Sí, anoche las revisé. — Contestó la Takenouchi.

—¿Encontraste alguna falla?

—No. —Respondió Sora— Todo está bien.

—Que bueno. Como ya sabes, el contador verificó que luego del último desfile había problemas de dinero con respecto a las modelos.

—Sí, el me llamó hace unos días y me comentó que todo estaba bien, logró llegar a un acuerdo con aquellas mujeres que salieron con prenatal.

—Exacto. —Habló la pelilila— Por eso también tuve que escoger un nuevo personal para el próximo desfile que se hará por la nueva línea.

—Eso quiero hablar. —Musitó Sora—Todo económicamente está bien encaminado y tú te estás encargando del personal, pero quiero saber como va el proyecto en sí.—Tomó asiento en su silla de cuero—¿Cómo va la nueva línea?

—Bien. — Respondió Miyako.

—¿Están todos los diseños de Nanami?

—Sí, tenemos todo listo desde zapatos, vestido hasta accesorios. Lo único que falta es el tema de las modelos, como mencioné, y hacer la sesión de fotos previa a la presentación de la nueva línea.

"La sesión de fotos"

—Hablando de fotos. — Musitó Sora— Quiero conocer al nuevo fotógrafo, por favor, necesito que lo llames y cuanto antes de ser presente en mi oficina.

—¿Por qué? ¿Ocurrió algo?

—No. —Respondió la pelirroja— Simplemente quiero conocerlo. Tú bien sabes que me gusta conocer a mi personal.

—Está bien. —Contestó Miyako— Le diré que venga donde ti.


Takuya bostezó un tanto cansado mientras preparaba un café en la maquina dispensadora de café.

Hizo una mueca.

Verdaderamente estaba cansado, ayer se quedó hasta tarde ensayando con la banda. Apenas logró dormir unas horas antes de venir a trabajar. Mas, valió la pena, cada día la banda mejoraba.

—Buenos días. — Musitó una voz femenina y al voltear se encontró con aquella rubia que por un minuto admiró, luego odio y que nuevamente admiró cuando le regresó la cadena.

—Buenos días. — Respondió el moreno—¿Cómo estás? — Le preguntó— ¿Te sientes mejor?

Izumi supo al instante a que se refería—Sí. —Contestó— Luego de regresar a mi casa puse todo en orden y me olvidé de la situación.

—Que bien. — Comentó Takuya.

El conocía personas que por situaciones así terminaron traumadas de por vida.

—¿Estás listo para comenzar a trabajar?

El moreno asintió.

—Bien. —Izumi sacó su tablet—Mira, estaba pensando en hacer algunas modificaciones en las luces para la sesión de fotos.

—Yo también estuve pensando en algo similar, sin embargo, pensé en algo mucho mejor para el fondo de las imágenes. — Comentó Takuya antes de tomar su cámara.

Una pared en blanco no era más llamativa que un paisaje, sobre todo con la nueva colección que iban a promocionar (O bueno, esas fueron las palabras de su prima, Hikari, ya que él no sabía de moda, solo de fotografía)

Apretó unos botones y en cámara aparecieron unas imágenes.

Izumi las observó.

—Sé muy bien que el fondo debe ser de un solo color, mas, no siento que sea lo mejor. —Comentó el moreno— Creo que algo así sería más indicado.

—¡Wow! ¿Y estás fotografías?—Preguntó la rubia sorprendida.

—Las tomé hace unos días.— Respondió el moreno—Pensaba mostrarlas hoy. Miyako me comentó que hoy tu madre regresará a sus labores.

Zoe asintió— Si, incluso ya está en su oficina.— Comentó— Le gustará ver tu trabajo, tienes mucho talento.

—¡Vaya! Nunca pensé que recibiría un halago de tu parte. — Exclamó Takuya— ¿Te sientes bien? —Tocó su frente.

—Ja, ja muy gracioso. — Comentó la rubia— No es un halago, simplemente es la verdad. Tienes mucho talento.

—Gracias. —Respondió el castaño.

—Permiso.— Una voz llamó la atención de ambos jóvenes y al voltear se encontraron con la administradora de relaciones públicas/mano derecha de Sora, Miyako Inoue— Buenos días.

—Buenos días.— Contestaron ambos a la vez.

—Takuya, que bueno que te encuentro, necesito hablar contigo.— Musitó la mujer de anteojos.

—¿Ocurrió algo?— Preguntó el moreno.

—Nada grave.— Respondió Miyako— Es simplemente que Sora Takenouchi, la jefa de esta compañía quiere conocerte.

—¿Conocerme?

La mujer de anteojos asintió—A ella le gusta conocer a su personal y ya que regresó de su licencia, quiere que te presentes en su oficina.

—Está bien.— Contestó el castaño.


—La cité porque necesito hablar sobre la propuesta que usted nos presentó para formar parte de nuestra empresa.— Declaró Yamato.

—¿De mi propuesta?— Cuestionó la castaña— ¿La que usted rechazó?

El Ishida asintió— De esa misma.

Haruna cruzó los dedos esperando recibir una respuesta positiva.

—Como ya sabe, miles de veces le dije que no necesitábamos gente nueva en nuestra empresa, porque teníamos todos los puestos asignados, con todo organizado y demás.— Recordó Yamato.

—Sí, recuerdo que me dijo aquello.

—Sin embargo, el otro día que vino mi padre a la empresa, decidió darle una nueva oportunidad a su proyecto y lo revisó sigilosamente.— Musitó el rubio.

—¿De verdad?— Cuestionó Haruna.

El oji-azul asintió—Se lo presentó al consejo y juntos tomamos una decisión.

—¿Decisión?—Preguntó la castaña un tanto ansiosa— ¿Qué decisión?

De eso dependía su plan.

Yamato suspiró—Finalmente, hemos decidido aceptar que forme parte de nuestra empresa comprando algunas acciones.

Haruna alzó las cejas sorprendida— ¿De verdad?

El Ishida asintió— Sí, verá, uno de nuestros accionista está con unos problemas, así que, le resultó conveniente que alguien comprara parte de sus acciones.

¡Excelente!

Pensó la mujer Anderson.

—¿D-de verdad?

Yamato asintió— De verdad.— Respondió—Lógicamente antes debe revisar algunos detalles del contrato de compraventa con mi abogado para que luego lo firme. Lo ideal sería que lo revisara con seguridad.

Sin duda lo haría. Después de todo lo que vivió, aprendió a leer muy bien ese tipo de papeles, en especial las letras pequeñas.

—También, le entregaré un informe acerca de todos los trabajos que estamos realizando en la empresa para tenga claro donde será invertido su dinero.—Habló el Ishida— Todo el proyecto en el cual usted tendrá acciones se lo explicará mi hija Nene y mi mano derecha, Kiriha. Ya que ellos están a cargo de eso.

¿Nene?

Mimi sonrió ante esto.

Inevitable fue para la Tachikawa colocarse feliz al saber que estaría junto a su hija.

Estar cerca de Nene e Izumi era lo que más quería en la vida, necesitaba recuperar esos dieciocho años que estuvieron separadas.


Takuya observó frente a él la puerta más importante de esa compañía de moda, tras ella se encontraba la oficina de dueña de toda la empresa, Sora Ishida.

Suspiró nervioso.

Ella pidió conocerlo y lógicamente no se pudo negar. Debía dar una buena impresión a su principal jefa, así que obedeció al instante.


Mientras tanto Sora se encontraba observando atentamente su laptop evaluando unos diseños.

Sin embargo, su concentrada vio perjudicada por un golpe en la puerta.

¡Toc, toc!

—¡Adelante! — Gritó sin desviar su mirada de su laptop.

Fue así como la puerta se abrió y escuchó unos pasos ingresar a la oficina—Permiso señora Ishida, soy el nuevo fotógrafo.

¿El fotógrafo?

—Que bueno que llegas. —Musitó Sora sin desviar su mirada de su laptop— Te estaba esperando.

—Disculpe la tardanza, verá, tuve que resolver unos asuntos con la cámara y…

—No te disculpes chico, esto no tomará mucho tiempo, ya podrás regresar a tus labores. — Respondió Sora antes de tocar el "Enter" de su laptop y finalizar con su trabajo.

Fue así como a continuación cerró su laptop y alzó su mirada hacia el recién llegado. Al hacer esto, se encontró con aquel joven de piel morena, cabello castaño y mirada chocolatada.

Por alguna razón al hacer contacto visual sintió algo extraño. Una sensación muy rara se hizo presente en su cuerpo y su corazón comenzó a latir como loco.

¿Qué era esta extraña sensación?

La angustia invadió su pecho.

Alzó una ceja sorprendida ante esto.

—Dis-disculpa ¿tú y yo nos hemos visto antes?— Preguntó la pelirroja.

—¿E?— Balbuceo el castaño— No lo creo.

—A mi me parece que sí. — Murmuró la mujer—O eso creo.

Takuya se sintió sorprendido ante esta declaración.

Sora observó detenidamente al chico a los ojos, no sabía porque, pero sentía algo extraño con respecto a ese joven. Esa mirada le resultaba muy familiar. Bueno, no solo sus ojos, por alguna razón esa piel morena, ese cabello alborotado, básicamente todo en ese chico le resultaba familiar.

—Dis-disculpa...—La pelirroja movió levemente su cabeza— Debo estar alusinando...— Comentó antes de levantar sus lentes— Dime ¿quién eres tú?

—Soy Takuya Kanbara, el nuevo fotógrafo. —Respondió el castaño— La señorita Miyako me dijo que me quería conocer.

—Sí.— Respondió la pelirroja— Te quería conocer, verás, Miyako me entregó tu trabajo...— Sacó su tablet y desbloqueo la pantalla— Estoy muy impresionada. Es algo increíble.

El castaño sonrió— Gracias.

—No me agradezcas, simplemente digo la verdad. —Declaró Sora— Tienes un talento innato que ahora será utilizado en nuestra empresa.

—Espero hacer lo mejor posible y cumplir sus expectativas.

La señora Ishida sonrió— Espero lo mismo. — Comentó— De seguro Miyako ya te habló de tus principales labores y proyectos ¿no?

—Sí, lo hizo.—Respondió Takuya— Me dijo que trabajaré con Izumi.

—Exacto.—Musitó la pelirroja—Ella está a cargo de la nueva línea de ropa que estrenara para esta nueva temporada, así que quiero que trabajes directamente con ella, aportando ideas como esta. —Habló Sora— Me gusta cuando se presentan ideas nuevas, así como estás.

—Está bien, así lo haré. — Respondió Takuya con una sonrisa. La pelirroja también sonrió, por alguna razón ese chico le inspiraba confianza y paz.

Algo extraño, pero agradable.


—Por cierto...—Musitó el rubio— Quiero aprovechar esta oportunidad para pedir disculpas...—Declaró Yamato Ishida sorprendiendo a la castaña señorita Anderson, ya que no esperó esas palabras de su parte.

—¿Disculpas?— Cuestionó Haruna.

El rubio asintió— Por el bochornoso espectáculo que tuvo que presenciar usted de mí.

Ese espectáculo.

—No es necesario que hablemos de eso.

—Claro que sí. —Interrumpió Yamato— Lamentablemente usted no me encontró en un buen momento. —Hizo una mueca— Me encontró borracho, básicamente en una actitud impropia de mi. — Suspiró— Fue un problema para usted, de seguro.

—¿Problema? ¡Claro que no!— Habló Mimi—Necesitaba ayuda y lógicamente no se la iba a negar.

—Sí, pero hice el ridículo.

—No te preocupes por eso. — Respondió la castaña— Todos tenemos días malos. No por ser un hombre exitoso todo brillará para usted ¿o sí?

Lamentablemente no.

Yamato suspiró.

—Usted debe estar tranquilo, lo pasado, pasado es y no le diré a nadie lo que ocurrió. —Habló Mimi— Ni siquiera a su esposa.

—Por favor. —Musitó el rubio— No quiero preocuparla.

—Entiendo. —Comentó la castaña— Usted puede confiar en mi. —Habló— Desde ahora en adelante, si necesita ayuda, no dude en pedírmela.

Porque de seguro le serviría para su venganza.

De repente la puerta se abrió de manera abrupta y fuerte.

—Papá ¡Esto es injusto! — Cierta pelirroja apareció en el lugar enfurecida— ¿Por qué debo estar aquí?

—Rika. —El rubio instantáneamente se colocó de pie ante el ingreso de su hija a aquel lugar.

—¡Odio este lugar! — Regañó la adolescente— Y es evidente que a nadie le gusta que esté aquí.

—Rika, antes de continuar reclamando, por favor, sé educada y saluda. — Regañó Yamato.

La pelirroja recién fue consciente de la presencia de cierta mujer castaña, quién al voltear su mirada dejó ver una fría y seria mirada color miel.

—Le presento a mi hija menor, Rika.— Yamato señaló a la pelirroja.

Haruna observó atentamente la adolescente de pies a cabeza.

Así que, ella era la hija de Yamato y Sora.

Hizo una mueca.

Ella fue "el reemplazo" de la criatura que llevaba en su vientre. Apróximadamente tenía una edad similar. Su cabello era rojizo y sus ojos eran de un extraño color lila, herencia de la familia de su padre, una tía de Yamato tenía los ojos así.

Evidentemente por físico era hija tanto de Sora como del Ishida, sin embargo, por carácter era solo de Yamato.

—Mucho gusto.— Haruna extendió su mano de manera cortés.

Rika simplemente ignoró esto y se acercó a su padre— Papá, por favor, quiero irme.

—No, no puedes irte.— Respondió Yamato— Te quedarás aquí hasta que yo terminé de trabajar.

—¡Wow! ¿Desde cuándo esta empresa se convirtió en una prisión para mí?— Preguntó la pelirroja.

Yamato apretó su puño y antes de responder dirigió su mirada hacia Haruna— Permiso señorita Anderson, debo solucionar un problema con mi hija.

Fue así como rodeo su escritorio, tomó a su hija del brazo y la jaló hacia fuera de la oficina.

—Verdaderamente te gusta hacer el ridículo, jovencita.—El rubio se cruzó de brazos.

—Si no me hubieses obligado a venir no te dejaría en ridículo frente a tu nueva socia de trabajo. — Musitó Rika.

—¡Olvídalo! No te irás de aquí hasta que aprendas tu lección.

—Repito la pregunta de hace unos momentos ¿Desde cuándo esta empresa se convirtió en una prisión para mí?

—Desde que te escapaste de la preparatoria y lograste que te suspendieran. — Musitó Yamato— ¿En verdad creíste que te dejaría en casa como si nada?

Rika frunció el ceño—Pero ¿qué rayos haré todo el día aquí?

—Trabajar. — Respondió el rubio.

—¿En qué?

—¡En lo que sea! — Exclamó Yamato— Pero no te irás de aquí.

La pelirroja apretó los dientes, molesta.

—Ve con Kouji y tu tío Tk, ellos necesitan ayuda.— Musitó Yamato.

La joven rodó los ojos y sin decir más, se alejó del lugar molesta.

Haruna desde dentro de la oficina observó sorprendida la actitud de aquella joven, literalmente en carácter era una copia de Yamato cuando este era joven.

El rubio simplemente rodó los ojos e ingresó a la oficina.

—Disculpe señorita Haruna por el escándalo de mi hija.— Tomó asiento en su lugar— Ella es adolescentes y lamentablemente está en esa etapa donde los hijos...

—Cuestionan en todo a sus padres.— Mimi completó la frase como si hubiese leído sus pensamientos.

El rubio la observó sorprendido— Sí...—Murmuró— Exactamente.—Alzó una ceja— ¿Cómo lo supo?

—Porque tengo una adolescente en casa que a pesar de ser dulce de vez en cuando también odia a su padre.— A su mente vino la imagen de Akari regañando con Koushiro.

—¿Una adolescente?— Preguntó Yamato— ¿Tiene hijos?

¿Qué?

Esto sorprendió a Mimi y recién fue consciente que básicamente sonó como si Akari lo fuera. Pero no, ella no sabía de vivir ese tipo de momentos de fustración madre-hija, porque lamentablemente le arrebataron las suyas.

—¿E?— Balbuceo la castaña— N-no, lamentablemente no tengo hijos.— Apretó su puño.

—Disculpa, pensé que sí, ya hizo el comentario de que tenía una nena en casa.

—Con adolescente me refería a mi ahijada.— Respondió Haruna seriamente y bajó su mirada— Verá, para mi mala suerte me negaron el derecho de ser madre.

Esto llamó la atención de Yamato.

—¿Le negaron ese derecho?— Cuestionó el rubio— ¿Cómo?

Haruna hizo una mueca— El desgraciado de mi exesposo me quitó esa posibilidad.

El recuerdo de ese duro momento vino a su mente.

~Años atrás~

—Luego de las pruebas presentadas, las declaraciones dadas y el informe psicológico expuesto por un profesional el jurado ha tomado la siguiente decisión.— El juez leyó el informe realizado por todas las personas que estaban escuchando y juzgando su caso.

La castaña cruzó los dedos esperando que la respuesta fuera positiva a su favor.

No merecía pagar por algo que no hizo.

—Mimi Tachikawa es sentenciada a treinta años de cárcel.

¿Qué?

—Y se inhabilita su posiblidad de relacionarse con sus hijas.—Finalizó la jueza.

—Pe-pero, señor juez ¡Eso no puede ser!— La castaña se levantó de su lugar completamente enfadada— ¡Yo soy inocente!

—¡Mentira!— Gritó Satomi Takaishi molesta— ¡Eres una asesina!

—Eso no es verdad.

—¡Lo es!— Exclamó la nana, Layla.

Todo el lugar se llenó de abucheos y pifias contra la castaña.

Mimi pasó su mirada por sus amigos y por Tomoko, quién lloraba sin cesar, ninguno podía creer esto que le ocurría.

Dirigió su mirada hacia el padre de sus hijas y amor de su vida, esperando una respuesta y ayuda.

—Yamato.— Se acercó a él y agarró su mano— Por favor, ayúdame.

El Ishida alejó su mano rápidamente—No puedo Mimi.

—¿Por qué no?

—Porque no lo mereces.— Respondió el rubio.

—No, Yamato, tú no puedes creer esto.

—¿Cómo no?— Preguntó Yamato— Todo apunta a que es verdad ¡Mataste a mi madre!

—No, mi amor, no...

—¡No me digas amor!— Contestó el Ishida— Y acepta la realidad.

—¡No puedo aceptarla!— Gritó Mimi— ¡Quieren alejarme de mis hijas!

El rubio simplemente observó a la castaña con desprecio— Con justa razón. — Declaró— Izumi y Nene no pueden estar cerca de ti.

—¡Claro que sí! — La castaña alzó la voz— Soy su madre.

—¡Y una asesina! — Respondió el oji-azul— Dime ¿enserio crees que mis hijas merecen tener a una asesina de madre?

Esas palabras fueron como una daga en su corazón.

¿De verdad creía que ella era una asesina? ¡Él! Que un día juró amarla por toda la vida.

—Y no te preocupes por nuestra hija.— Declaró Yamato— Cuando nazca tendrá una vida digna junto a sus hermanas, pero lejos de ti.

~Actualidad~

—Lo lamento.— Musitó Yamato serio.

La castaña simplemente guardó silencio intentando oprimir sus ganas locas de llorar y gritar, esa conversación literalmente logró avivar su llama de ira.

Tranquila Mimi, tranquila.—Se repitió mentalmente— Pronto llegará tu venganza.

—Muy bien señorita Haruna, cuanto antes que todo esté listo con las acciones.— Declaró Yamato.


La hija menor de Yamato ingresó a la oficina de Kouji completamente enfadada sorprendido a los presentes ante el golpe de la puerta.

—Rika. —El Minamoto pronunció su nombre.

—Hola Kouji y…—Rika se sorprendió al ver a su tío en la oficina de su amigo—¿Takeru?

Él también se sorprendió al verla—Sobrina ¿Qué haces aquí?

—Eso mismo debería preguntar yo. —Respondió la chica— ¿No deberías estar en tu oficina?

—Hubo pequeño problema con ella, así que tuve que trasladarme hasta aquí. —Explicó rápidamente el Ishida— ¿Y tú? Respóndeme ¿qué haces aquí?

—Cumplir un castigo. — Respondió Rika tomando asiento en un sofá frente al escritorio de Kouji.

—¿Un castigo? — Preguntó Takeru.

—¿Qué hiciste esta vez Rika? —Cuestionó Kouji serio.

—Nada.— Respondió la pelirroja.

—¡Sí claro!— Rio el Minamoto con ironía.

Rika suspiró— Bueno, sí hice algo. — Contestó— Me escapé de la preparatoria y me suspendieron por una semana para que reflexione sobre mi comportamiento.

—¡Que sorpresa! — Exclamó Takeru sarcástico— Es segunda vez en el año que te suspenden.

—Sin duda es de familia meterse en problemas. — Comentó Kouji haciendo una clara mención al rubio y sus locuras por Hikari.

—¡Oye! — Exclamó el rubio— No digas eso.

—¿Acaso miento?

—Pu-pues...—Takeru tuvo intenciones de responder, pero luego se contuvo— N-no es necesario que ofendas.

El Minamoto rodó los ojos—Mejor deja de hacer reclamos y ve a la oficina de tu padre.

—No quiero ir.

—Tendrás que ir.

—Yo no obedezco tus órdenes, amigo, no mandas.

—No es una orden mía, es una de tu padre lleva varios minutos insistiendo para que le lleves el respaldo de facturas. — Mostró su móvil—Dime ¿quieres tener problemas con él? Por irresponsable, como siempre.

El rubio hizo una mueca— Pues…—Se levantó de su lugar y suspiró—Iré a entregarle las facturas.

Fue así como Takeru salió dejando solos a Rika y Kouji.

La pelirroja observó el sofá frente al escritorio del Minamoto y se recostó en él.

El oji-azul dirigió su mirada hacia su cuñada—¿En verdad te suspendieron por escaparte de la preparatoria?

Rika asintió—¿Izumi no te lo dijo?

El Minamoto negó—No, pero ahora que lo escuchó verdaderamente no puedo entenderlo ¿Cómo rayos sigues actuando de esa forma?

—¿De qué forma?

—Irresponsable. —Respondió el Minamoto.

—No soy irresponsable. —Contestó la chica— Simplemente hago saber mi opinión.

—No de la mejor forma ¿sabes?

—Bueno, con palabras no sirve le he dicho mil veces a mis padres que odio esa preparatoria.

—Evidentemente el problema no es la preparatoria, porque te han cambiado dos veces de preparatoria y no cambias tu actitud. —Habló Kouji—Evidentemente el problema es con los estudios.

—Bueno, no lo negaré. — Respondió la pelirroja— Tú bien sabes que ¡No quiero estudiar! Quiero hacer cualquier otra cosa, menos eso. —Ya es seguir básicamente los planes que sus padres tenían para ella y que no quería seguir.

—¡Qué pena! Tendrás que hacerlo de todas formas. — Musitó el oji-azul—No te queda de otra, sino quieres andar de vaga en la vida.

—Es curioso que lo digas. —Comentó la pelirroja— Tú hace un tiempo también odiabas la preparatoria, vivir entre los ricos y estar predestinado a tener una carrera empresarial.

Kouji hizo una mueca— Las épocas cambian. —Musitó— En ese tiempo estaba perdido en la vida, como lo estás tú ahora.

—¿Perdido? —Preguntó Rika— ¡Ya suenas a mi padre! Y al tuyo.

Sí, lo sabía.

—De alguna forma ellos siempre han tenido razón. — Fue lo único que dijo Kouji antes de volver su mirada a su laptop.

Rika observó atentamente a su cuñado. Era sorprende como Kousei logró cambiar a su hijo. Ya no era ese chico con el cual solía conversar y en el cual confiaba antes. Ahora era un hombre de negocios, frío.

De vez en cuando extrañaba a ese chico que fue su mejor amigo.


—¿Y? —Izumi le preguntó al moreno— ¿Conociste a mi ma?… —Se detuvo—Di-digo a la jefa. — Corrigió.

Takuya asintió.

—¿Y? ¿Qué te pareció?

—Agradable. —Respondió el moreno— No hablamos mucho, pero se ve que es exigente.

—Lo es. —Musitó Izumi.

—¿Sabes? No se parece mucho a ti, físicamente.

—No eres el único que lo piensa o lo dice. —Comentó Izumi—Todos dicen que me parezco a mi padre.

Eso tenía sentido, ya que ambas eran totalmente opuestas físicamente.

Izumi era rubia, Sora pelirroja.

La adulta poseía ojos ámbar, Zoe verdes.

La pelirroja llevaba su cabello corto y la joven lo llevaba largo.

La menor tenía una piel demasiado blanca, como la nieve. Mientras que su madre tenía una piel bronceada, parecida a la de él.

Hizo una mueca.

Por alguna razón esa mujer le resultaba familiar.

Sentía que la conocía de algún lugar.

Tal vez, sí se conocían de algún lado, después de todo, ella también parecía sorprendida por su presencia.

—Y bien ¿continuarás trabajando conmigo en el proyecto que te mencioné antes?

—Sí. —Respondió Takuya— Seguiré contigo.

—Entonces manos a la obra.—Exclamó la rubia— Necesitamos arreglar todo para la sesión. Verás, no podré estar en ella, porque tengo clases, pero Akemi, mi asistente te ayudará.

El moreno asintió—Comprendo ¿Qué falta para la sesión?

—Arreglar los vestidos. —Habló la rubia—Solo me queda ver una última prenda y...—Izumi no pudo continuar hablando, ya que sin querer pasó a derribar su taza con café.

Literalmente fue en cámara lenta para ambos como esta cayó y todo el líquido se derramó sobre el delicado vestido que la oji-verde tenía a su lado.

—¡Rayos! — Exclamó Izumi.

—¡El vestido! — Gritó Takuya.

Un silencio se hizo presente donde ambos intercambiaron miradas sorprendidos.

—¡Oh no!— Izumi tomó el vestido y lo agitó— ¡Esto es lo peor que me pudo pasar! —Gritó—Mi madre va a matarme.— Rápidamente pasó su mano por el café vertido en el vestido— ¡Rayos, no sale!

—Hey, no lo refriegues la mancha solo se va a esparcir más.— Musitó Takuya.

—Debo buscar una forma de arreglar esto. —Respondió la oji-verde.

—Pero, así no. —Takuya le quitó el vestido.

—Entonces ¿cómo lo arreglo?— Preguntó la rubia.

—Pues...—El moreno observó la marca en el vestido e hizo una mueca.

Verdaderamente se veía fea.

Aunque…

—¡Tengo una idea!


—Ahora seremos compañeras. —Musitó Mimi—Espero que tengamos una buena relación.

Nene asintió—Eso mismo espero.

Esa mujer tenía dinero y poder, exactamente lo que ella aspiraba a tener en tiempo breve. Quería ser mejor que su padre y abuelo.

—¿Y bien? ¿Por dónde quiere comenzar?

—Me gustaría que me explicaras el proyecto desde el principio. —Habló la mayor— Tu padre me comentó que estás a cargo.

—Bueno, en realidad es Kiriha, yo lo estoy ayudando. —Comentó la Ishida— Pero sé todo el manejo y plan de negocios, porque yo le di las últimas modificaciones.

—¿A sí? —Preguntó Haruna sorprendida.

La menor asintió.

—¡Wow!— Exclamó la señora Anderson—Eres bastante joven y ya trabajas aquí.

—Sí, lo soy.— Respondió la Ishida— Pero desde pequeña he querido estar en el lugar donde está mi padre. Siendo la dueña y administradora principal de esta empresa. Por eso me fui a Nueva York para sacar una licenciatura en negocios y ahora estoy terminando la ingeniería mientras trabajo para tener experiencia.

Sí, algo escuchó sobre eso.

Aun recordaba como quiso correr donde su hija al saber que estaban en el mismo país, pero Koushiro y Jou se lo impidieron.

—Me sorprendes, Nene.— Musitó la señora Anderson— Muchos a tu edad preferirían terminar la carrera y vivir una vida más relajada, sin muchas responsabilidades.

—Bueno, usted es una señora de negocios ¿no?— Habló Nene— Conoce muy bien la competencia que hay en el mercado entre las empresas, así mismo dentro de ellas en sus propias estructuras internados hay competencia en los mismos empleados. Yo no quiero titularme y empezar de cero siendo la última de esta empresa. Yo quiero estar lo más próximo a la gerencia general de esta empresa para ser la primera cuando mi padre renuncie a su puesto.

Por alguna razón, esa ambición le resultaba familiar, sin embargo, no era una característica de ella, al contrario, esa actitud tan prepotente era herencia Ishida, Takaishi, o incluso podía ser influencia de Yoshiko Takenouchi.

—Pero de aquí a que tu padre renuncie falta bastante, él es bastante joven ¿no?

—Sí, pero luego de él hay una larga lista de sucesores.— Habló Nene— Entre ellos están mi tío Takeru, mis hermanas, y riesgoso sería que mi tío tuviera un hijo varón, porque conociendo el machismo de mi abuelo es probable que prefiere dejar como sucesor a Tk simplemente para que su hijo continuara con el apellido.

Ese comentario no le sorprendía, ella conocía muy bien lo machista que era ese hombre.

—Yamato no tuvo un hijo varón, todas son mujeres, él no tiene culpa de eso.

—Lo sé, pero usted sabe cómo es el mundo, lamentablemente lo mueven solo los hombres.— Habló Nene— Algo que no puedo permitir. Por eso hago lo imposible desde ahora para hacerme valer frente a todos.

En eso tenía razón. Era difícil que una mujer se hiciese valer frente al mundo. Pero no imposible. Ella era la muestra. Luego de perderlo todo tuvo que resurgir de las cenizas.

Mas, esa conversación inevitablemente trajo un recuerdo a su mente.

~Recuerdo~

La mano derecha de Yamato se deslizó sobre el pequeño vientre de tres meses que Mimi tenía en esos momentos.

La sonrisa en su rostro era algo que conmovía a Mimi, sin duda. Pocas veces veía a Yamato feliz, generalmente tenía una postura de hombre serio y frío frente a las personas, sus padres y las adversidades.

Pero, cuando estaba con sus hijas y ella, Yamato era totalmente diferente, sonreía y demostraba sus sentimientos.

—De a poco crece tu vientre. — Musitó el rubio sacando a la castaña de sus pensamientos.

Mimi asintió.

—Aunque, ahora es más pequeño que la última vez.— Comentó el rubio—¿Recuerdas que tenías tres meses y algunos creían que tenías el doble?

—¡Pues claro! Ahora en ese tiempo tenía el doble, porque eran dos bebés.—Respondió Mimi—En cambio ahora es una.

Y agradecía al cielo que lo fuera.

Dar a luz a dos bebes juntas casi la mata.

El oji-azul sonrió—Lo mejor es que ahora será diferente.

Sí, ahora su vida estaba resuelta. Ambos estaban casados, tenían una casa. Yamato tenía su título en mano, era independiente. Y ella, estaba grabando su CD como solista.

¿Qué más podía pedir?

—¿Qué te gustaría que fuese esta vez?—Preguntó la castaña.

—Dime tú primero. —Respondió Yamato— ¿Qué te gustaría?

—Pues, me gustaría que fuera niño. —Habló Mimi— Aunque, si es niñita tampoco me enojaría.

Ella siempre quiso un niño (Mini-Yamato), debía admitir que siempre tuvo miedo de que saliera una doble suya con su carácter, sin embargo, cuando estaba embarazada de las mellizas, rogaba que una de esas criaturas fuera niño, curiosamente Izumi estaba posicionada de una manera tras Nene que jamás le permitió ver su género. Esto provoco que se ilusionara porque fuese niño, pero no, no lo fue.

Ahora esperaba que si saliera.

—¿Y a ti? —Preguntó Mimi— ¿Qué quieres que sea?

Yamato sonrió—Me gustaría que fuera niña.

¿Niña?

Esa respuesta sorprendió a la chica.

—¿Otra vez?—Cuestionó la oji-miel.

El rubio asintió.

—¿Por qué?—Preguntó Mimi— ¿No te gustaría que fuese niño esta vez?

Yamato negó.

—¿Por qué? ¿No te gustaría con un niño con tu apellido?—Preguntó Mimi— De seguro que tu padre quiere un nieto para heredar su empresa con su nombre.

—Tu sabes que no me interesa el negocio familiar.—Musitó el oji-azul— Para eso tiene a Takeru.

—Pero ¿niña?—Musitó la castaña sin creerlo— ¿Por qué?

—¿No te gustaría?—Preguntó Yamato.

—Pues sí, también sería lindo.—Respondió Mimi— Pero, también sería lindo tener un niño ¿no? Parecido a ti, ojalá.

El rubio hizo una mueca ante esto.

—¿No te parece?

Yamato negó.

Esto sorprendió aun más a la castaña.

—¿Alguna vez te preguntaste por qué amo tanto a Nene e Izumi?—Preguntó el rubio.

Mimi negó.

—Las amo son como tú.— Respondió el rubio— Y te veo a ti cada vez que las veo a ellas.

¿Qué?

El corazón de la Tachikawa comenzó a latir como loco ante estas palabras.

—Suena cursi, pero es la verdad.— Musitó Yamato y una sonrisa calida, que solo le dedicaba a su amada, apareció en su rostro—Y me encantaría que llegara a nuestras vidas otra niña con tu mirada, tu sonrisa. Pero sobre todo con tu voz. —Porque eso último fue lo que la enamoró de ella. Su talento en la música.

~Actualidad~

Era curioso, porque Nene a pesar de ser parecida a ella físicamente, evidentemente era ambiciosa y esa no era una cualidad heredada por su parte. Sino por la familia de Yamato.

Esto era preocupante.

Ojalá su hija no fuera como Hiroaki, capaz de todo solo por dinero.


Y el corazón, no tiene cara y te prometo
que lo nuestro nunca va a terminar.
Y el amor, vive en el alma.

Cantó el rubio hermano de Yamato, feliz.

—Takeru, por favor, deja de cantar. — Regañó Kouji—Me tienes la cabeza apunto de estallar.

—¡No seas aguafiestas! —Exclamó el Ishida.

—No soy aguasfiestas, simplemente me ubico, este no es lugar para que estés cantando. —Habló el Minamoto.

—Eso es ser aguafiestas. —El rubio rodó los ojos—Suenas como tu padre.

Kouji rodó los ojos molesto.

¿Acaso Takeru no quería entender que el odiaba la música?

Maldecía el día en que la oficina del rubio tuvo esas fallas eléctricas que lo obligaron a cambiarse a su oficina durante un tiempo.

Rogaba al cielo que pronto se solucionara.

No soportaría una semana más con el rubio en ese lugar.

—¡Estoy emocionado por mi cita con Hikari!

—Takeru ¡Lo sé! Lo has repetido mil veces. —Habló Kouji molesto— No es necesario que lo repitas una vez más.

—Disculpa ¿sí? —Musitó el rubio— Pero esa chica me interesa.

Sí, evidentemente le interesaba.

—¿Sabes? Estoy de acuerdo en que quieras salir con ella para olvidar de una buena vez todo lo que sucedió con Catherine.— Declaró el Minamoto— Pero, no deberias darle mucho énfasis.

—¿Por qué dices eso?

—¿Qué no es obvio?— Preguntó Kouji— Está bien que te diviertas con ella, así como con otras más. Pero tampoco debes perder tanto tiempo de tu vida en una relación con una persona como ella.

—¿Por qué?—Cuestionó el Ishida— A mi me gusta.

—Gustar es una cosa, la realidad es otra.— Respondió el pelinegro—Hikari está muy lejos de nuestro círculo social, jamás será lo suficiente para ti, o suficiente para tu padre.

Takeru hizo una mueca— No digas eso.

—Es simplemente la verdad. Dime ¿no has pensado en que ocurriría si tu padre supiera que estás saliendo con alguien como ella?

—Pues no. —Respondió el oji-azul—Todo está reciente con Hikari, no puedo dar por sentado que ya tenemos una relación.

—Pero eso quieres ¿no?

—Bu-bueno, sí, pero…—Tk aclaró su garganta—Yo estoy seguro que mi padre la aceptaría, después de todo, él quiere mi felicidad ¿no?

Takeru verdaderamente no conocía a su padre, pensó Kouji.

Hiroaki era un hombre frío, calculador, centrado solo en él, al igual que Kousei Minamoto. Lo que menos le importaba era la felicidad de su familia, mientras su nombre estuviese en lo más alto.

—Ojalá llegué pronto la hora de mi cita. — Musitó el rubio.

Kouji rodó los ojos.

—¿Cita? —Preguntó Rika, quién justo en ese momento ingresó a la oficina con unos cafés.

Sí, estaba de Junior de su cuñado y tío.

Tk volteo sorprendido hacia su sobrina.

—¿Escuché bien? ¿Dijiste cita?

El Ishida asintió.

—¿Con quién? —Cuestionó la pelirroja mientras depositaba los cafés sobre una mesa— ¡Por favor! No me digas que es con la insoportable de Catherine.

—No, tranquila, no es con ella. — Respondió el rubio—Es con alguien completamente diferente.

—Muy diferente. — Musitó Kouji.

—¿Y quién es? — Preguntó Rika— ¿La conozco?

—Dudo que la conozcas. — Tk tomó un café y le dio un sorbo.

—Hey, Takeru deja de hablar de tu casi nueva conquista y termina luego esos informes. — El Minamoto regañó al rubio.

El Ishida hizo una mueca— Eres aguafiestas.

—No soy aguafiestas, es hora de irnos a la Universidad y tú no tienes eso listo.

—¿Qué? ¿Me dejarán sola? — Preguntó Rika.

—No tenemos opción, tenemos clases en la Universidad. —Respondió Kouji mientras tecleaba las últimas letras en su laptop.

—¿Qué haré entonces?

—Puedes terminar mi informe. — Comentó Takeru.

—¡Olvídalo! —Exclamó la pelirroja.

Todo, menos eso.

Kouji pasó su mirada por Rika y luego por el rubio. Sin duda alguna eran familia. Mas, ninguno se parecía a Yamato o Hiroaki. Cuando trataba de ser realistas, ambos parecían estar en la Luna.


Yamato deslizó su dedo índice derecho por la pantalla de su Tablet.

Suspiró.

Verdaderamente era agotador estar al frente de la empresa, leía informe tras informe, reclamo tras reclamo, proyecto tras proyecto.

Necesitaba vacaciones.

De repente la puerta se abrió de manera imprevista llamando su atención.

—¡Yamato lo sé todo!— Kiriha ingresó a la oficina del Ishida furioso.

El Ishida alzó la mirada molesto—¿Por qué entras de esa forma a mi oficina?

—Porque necesito hablar contigo. — Respondió el Aonuma—Dime ¿qué pasa?

—¿Cómo pudiste?

—Pero ¿de qué estás hablando?—Preguntó Yamato.

—Que tú fuiste quién contrató a ese sujeto que me envió flores y vino a la empresa para hacerme pasar por gay frente a tu hija.— Declaró Kiriha.

¡Rayos!

—¿Yo hacerte pasar por gay?— Cuestionó el Ishida— ¿De qué estás hablando?

Intentó hacerse el desentendido.

—No es necesario que finjas frente a mi.— Habló Kiriha— Yo conozco muy bien como eres.—Él sabía muchas cosas del Ishida— Y sé que eres capaz de hacer esto.

Yamato hizo una mueca, lamentablemente sí, ese tipo llevaba bastante tiempo trabajando ahí y conocía muy bien como era.

—¿Con qué derecho me hacias algo así?—Frunció el ceño— ¡Bastaba con la advertencia que me hiciste!

—¡A no! Perdoname, pero yo debía asegurarme por ambos lados.— Contestó Yamato.

Él conocía lo casanovas que era Kiriha, en realidad todos en esa empresa lo conocían y él no quería que hija, Nene, se relacionara con él.

Sí, era un padre celoso. No tenía miedo de admitirlo.

Pero con justa razón.

Además, aunque Kiriha estuviese en los más alto de esta empresa, jamás lograría darle a su hija todo lo merecía.

—Tú no te metes con ella porque perderías tu trabajo y ella no se involucra contigo porque eres gay.— Declaró el Ishida— ¿Brillante, no?

—Brillante.— Repitió Kiriha— ¡Sí, claro!—Exclamó— ¿Tú te das cuenta que te podría demandar por esto? Porque no tiene ninguna relación con mi contrato esta situación.

¡Rayos! En eso tenía razón.

Yamato depositó sus manos en la mesa— Entonces, cambiemos el contrato ¿e?

Kiriha rió con ironía— ¿Cambiar el contrato?

El Ishida asintió— Para eso tendrías que pagarme una fortuna.

—¿Cuánto?—Preguntó el Ishida con seriedad.

El menor alzó una ceja sorprendido.

—Dime ¿cuánto quieres que te pague por alejarte de mi hija?— Cuestionó Yamato.

—¿Estás bromeando?

—¿Bromearía con algo así?— Musitó el padre Nene con seriedad— ¡Jamás he jugado con dinero! Así que dime ¿cuánto necesitas?

Kiriha observó al Ishida sorprendido esperando que verdaderamente fuera una broma, pero tenía razón, cuando trataba de dinero, Yamato se parecía a Hiroaki. Además, su expresión facial no decía que estuviese jugando.

¿Enserio le hostigaba la simple idea que él estuviese cerca de su hija?

Sí, tal vez no tenía una empresa y no era millonario, luego de la muerte de sus padres perdió todo por culpa de sus "amigos" Pero, era joven podía surgir y ser un buen partido para su hija ¿no?

Lo más contradictorio era que, para surgir necesitaba dinero.

¡Rayos!

—El doble de mi sueldo.— Declaró el Aonuma.

—¡Hecho!— Respondió Yamato antes de continuar revisando su tablet.

—¿Qué?

—Dije, hecho.— Contestó el Ishida— Tu firmas el contrato, ganas el doble de tu sueldo y…—Alzó la mano— ¡Continuas siendo gay! Hasta que mi hija se interese en alguien mejor.— Amenazó.

Kiriha hizo una mueca.

No sabía exactamente hasta donde podría llegar con eso.

La puerta de la oficina se abrió y en el lugar apareció la secretaria de Yamato con un ramo de rosas.

—Señor Ishida.

¡Oh no!

Otra vez no.

¡Otro ramo no!

—¿Sí? Mizuki.

La mujer se acercó al Ishida—Le traje el regalo para su esposa, quién, por cierto, está abajo esperando a entrar.

Yamato asintió— Dile que entre. —Dirigió su mirada a Kiriha— Y tú, vete.


Takuya depositó el elegante vestido color esmeralda con mancha de café sobre una fuente de plástico.

—¿Crees que esto va a funcionar? — Izumi le preguntó al castaño.

—Espero que sí. — Respondió el moreno antes de tomar una jarra con agua y vertirla sobre el vestido.

Sí la suciedad del café no salía del aquel vestido, ambos tendrían problemas. Sora tal vez era su madre, sin embargo, como líder de la compañía era MUY exigente. No le gustaba dejar las cosas al azar.

—¿E? ¿Dónde está el detergente que te pedí? —Preguntó el moreno.

Izumi observó a su alrededor al igual que el castaño. Su mirada se clavó en la mesa y rápidamente extendió su mano. Inconscientemente el chico hizo lo mismo provocando que sus manos se encontraran.

Rápidamente ambos intercambiaron miradas sorprendidos por este contacto.

Sin embargo, no duró mucho, ya que el moreno tomó la caja, la abrió y vertió el polvo sobre el vestido.

—¿Crees que ese detergente sea milagroso?

—Lo veremos ahora. — Musitó el moreno antes de comenzar a refregar con sus manos el vestido— Generalmente no lavo ropa delicada como esta, así que no sé si funcionará.

—Yo tampoco. —Comentó Izumi— Bueno, en general no lavo. Tengo una persona que lava mi ropa por mí.

—Debí imaginarlo.— Comentó Takuya— Tienes mucha suerte.

—Me sorprende que tú sepas hacerlo ¿sabes?— Habló la oji-verde.

—Bueno, no es difícil usar lavadora.

—Pero también sabes a mano.

—Si, tuve que aprender hace tiempo, una vez la lavadora falló y estuvimos un mes lavando a mano con mi padre.—Comentó Takuya—En todas nuestras labores nos turnábamos, un día él y otro día yo. Hasta que finalmente compramos una lavadora nueva.

—¿Sus labores?

El moreno asintió.

—¿Te refieres a limpiar el piso, ordenar las camas, cocinar y esas cosas?— Preguntó la rubia.

—Sí, aunque cocinar poco la haciamos. Generalmente pedíamos delivery.— Comentó Takuya— Ninguno de los dos sabe cocinar muy bien.

—El otro día me comentaste que tu padre todavía vive en Miami ¿No?

El moreno asintió— Sí, él continua allá

—¿Y por qué te viniste a Japón sin él?

—Por muchos motivos, verás, mi padre el último tiempo estaba centrado en su trabajo y yo vivía más tiempo solo, a eso se sumo que mi tía enfermó gravemente, yo no quería dejar solo a mi prima Hikari, así que decidí venirme a hacerle compañía. Algo buen, ya que mi tía murió al poco tiempo después.— Respondió el moreno.

—¿No extrañas a tu padre?

—Pues sí.— Bastante, Taichi Kanbara más que padre era su mejor amigo— Fue difícil alejarnos, pero, era necesario, necesitaba tener mi espacio, pero él lamentablemente no me lo daba del todo.

—¿No? — Musitó la rubia sorprendida— ¿Acaso era aprensivo o algo así?

Takuya asintió— Es exageradamente aprensivo, imagínate que no me dejó tener redes sociales hasta que cumplí quince años y siempre fue cuidadoso con todo.

—¡Vaya! Y yo que pensaba que solo mis padres hacían eso. — Comentó la chica de ojos verdes— A mi no me dejaron tener redes sociales hasta los dieciséis y cuando las tuve, me exigieron tener todo en privado, mi madre la revisaba cada mes. No fue hasta que cumplí la mayoría de edad que finalmente me dieron ship libre. Además, no me dejaban ir sola a la preparatoria, tuve chofer hasta el año pasado que me iba a dejar a todos lados.

—Bueno, yo no tuve chofer…—Takuya llevó una mano a su nuca— Pero me exigía ser responsable, aunque, me costaba bastante, ya que siempre he sido un poco distraído. — Comentó— Debido a eso, no aceptó en primera instancia a dejarme ir. Sin embargo, cuando mi tía enfermó, mi padre entendió que lo mejor sería no dejar sola a Hikari.— Habló— Fue así como finalmente me vine a Japón y aquí estoy.

—¿Y planeas establecerte definitivamente aquí en Japón? — Cuestionó la rubia.

Takuya asintió.

—¿No te gustaría regresar a Estados Unidos?

El moreno negó—Por el momento no, la verdad es que tengo nuevos planes en mi vida que involucraban a mi banda.

—¿Banda?— Cuestionó Izumi— ¿Tienes una banda?

Takuya asintió—Sí, aquellos chicos que viste junto a mí el día de la fiesta sirviendo pertenecen a mi banda.

—¡Vaya!— Exclamó la chica— ¡Genial! ¿Ya tienen contrato o algo así?

—Pues...—Hizo una mueca— No, pero de a poco vamos innovando con nuevas ideas. Por ejemplo, cantar en semáforos.

El recuerdo de su primer encuentro vino a la mente de Izumi— ¿Y es buen negocio?

—Pues claro.— Musitó el moreno— Damos un buen show, con una caida gratis sobre el parabrisas.

Izumi rió ante la elocuencia del chico— Que forma tan inusual de trasmitir tu pasión por la música.

—Sin duda.— Comentó Takuya— De a poco voy mejorando mi técnica, ahora estoy practicando caer en paracaídas sobre camiones.

La rubia rio— Ya me gustaría ver eso.

El moreno carcajeo—Solo espero no encontrarme con otra rubia molestosa que insista por mi cadena.

—¡Oye!— Exclamó Zoe.

—No te molestes, es simplemente una broma.— Comentó Takuya— La verdad es que jamás esperé que luego de ese encuentro nos volviéramos a encontrar y que justamente tú tuvieras mi cadena.

—Sí, fue bastante extraño, tampoco lo esperaba.

Como si algo o alguien hubiese querido unirlos de alguna forma.

—Pero ahora tienes tu cadena de vuelta.— Musitó Izumi— Eso es algo bueno.

—Sin duda.— Habló el moreno— Y te estaré eternamente agradecido por eso.

—Bueno, yo sé cómo puedes expresarme tu agradecimiento.— Comentó la rubia.

—¿Así?— Cuestionó Takuya— ¿Cómo?

—Dándome un concierto exclusivo de tu banda.— Respondió la oji-verde— Me dio interés por escucharlos.

—¿De verdad?— Preguntó el moreno.

Izumi asintió.

Desde el minuto en que escuchó cantar al castaño se interesó bastante en su voz. Si él cantaba excelente debía imaginarse que su banda también tocaba bien.

—Bueno, con gusto te invito a escuchar uno de nuestros ensayos.— Comentó Takuya— Aunque, dejame decirte que tocamos todo tipo de música, excepto clásica.

—No te preocupes por eso.— Respondió la rubia— Amo la música, generalmente escucho clásica cuando necesito tranquilidad para hacer diseños, sin embargo, no es mi favorita. Generalmente amo más el pop, soul, jazz y aunque no lo creas también escucho rock de vez en cuando.

—Nosotros tocamos todo esos estilos, en especial el rock, aunque generalmente terminamos combinando muchos estilos.— Musitó el moreno— Ojalá te guste y así nos contratas en algún evento. Aunque, debo mencionar que no somos muy elegantes para la gente de tu indole.

—¡No seas clasista! — La rubia pasó su mano por la fuente lanzó agua contra el moreno.

—¡Hey! — Exclamó el moreno antes de hacer lo mismo.

—¡Cuidado con mi maquillaje!

—Tú empezaste. — Musitó el castaño burlón antes de lanzarle nuevamente agua.

La rubia no demoró en responder con la misma acción. Takuya volvió hace esto y sin esperarlo, ambos se sumergieron en una ardua, pero agradable batalla de agua.

Sin embargo, no duró mucho, ya que algo llamó la atención del chico.

—¿E? Izumi, disculpa, pero, tienes algo en tu rostro.

—¿En mi rostro?

El moreno asintió—Se te escurrió el maquillaje.

—¿Qué?— Preguntó la rubia alarmada.

Lamentablemente el rimel de sus ojos ensució sus ojos y su labial ensució su mentón.

Le recordaba a una serie que vio de niño llamada: Digimon, donde la villana mitad calamar caía al agua y se le escurría en maquillaje. Sin embargo, en este caso no era traumante, porque esa Digimon tenía cara de demonio y bruja, todo lo contrario a esta chica rubia, quién parecía a un ángel de esa misma serie.

Pero ¿qué rayos estaba pensando?

Movió levemente su cabeza intentando alejar esos pensamientos de su mente.

—¡Rayos!—Exclamó Izumi y sacó de su chaqueta un espejo portatil—Maquillaje defectuoso.

Agradecía que su nana, Layla, le regalara cosas, sin embargo, no eran de buena calidad.

—¡Que vergüenza!— La rubia intentó voltear la mirada— ¡Perdona esto!

—No te preocupes.

La chica rápidamente sacó de su cartera una toallita desmaquillante para comenzar a limpiar su rostro.

Fue así como luego de unos segundos ya estaba lista.

—¿Y bien?— Zoe volteo hacia él— ¿Cómo me veo?

—Espera te queda aun poco de labial ahí, en el borde...

—¿Ahí?— Cuestionó Izumi observándose al espejo— ¿Dónde?

—Aquí.— El castaño se acercó a ella y posó su mano en su mentón para limpiar su labio con su dedo pulgar.

Esto sorprendió a Izumi, quién se quedó estática ante ese contacto entre ellos.

Takuya pasó su mirada por los labios de la chica, debía admitir que se veían bastante bien. En realidad, todo su rostro se veía bien, incluso sin maquillaje.

El recuerdo de su primer encuentro vino a su mente. En ese minuto le pareció hermosa. Ahora la tenía en frente y podía afirmar que era mucho más hermosa, parecía un ángel.

—Creo que estoy interrumpiendo algo.— Una voz masculina se hizo presente en el lugar provocando que tanto el Kanbara como la Ishida se sorprendieran.

Al voltear ambos se encontraron con el novio de la chica, quién no los miraba con buenos ojos.


—No esperaba verla aquí señora Anderson.— Toshiko le habló a Mimi.

Ella tampoco.

—Señorita. — Corrigió la oji-miel— Pero puede decirme Haruna. — Intentó sonar amigable, sí, amigable.

No le quedaba de otra, debía ganarse su confianza.

Toshiko no la observó de buena manera—¿Y qué hace aquí?

—Con la empresa Ishida haremos negocios.

—¡Vaya!— Exclamó Toshiko— Hasta que finalmente lograste lo que querías con tu insistencia.

¿Su insistencia?

—Hiroaki me comentó que querías hacer negocios con nosotros, Yamato no quería, pero al parecer lograste convencerlos. — Comentó la Takenouchi.

¡Vaya! Al parecer eso cambiaba. Hiroaki siempre dándole explicaciones a su principal aliada, Toshiko Takenouchi.

—Debía hacerlo, quiero lo mejor para mi y supongo que usted también quiere lo mejor para la empresa donde invierte. — Contestó Haruna.

—¿Lo mejor? — Cuestionó Toshiko— ¿Y tú crees que eres lo mejor?

La Anderson asintió— No lo creo, lo soy. — Respondió firmemente— Ya verá que no me equivoco.

—Eso espero. — La Takenouchi le dedicó una mirada desconfiada.

Haruna apretó los dientes.

Evidentemente Toshiko no estaba convencida por su presencia en aquel lugar, hecho que no le sorprendía, ella siempre fue así.

—Y bien, abuela. — Nene llamó a la mujer— ¿Qué haces aquí?

La nombrada dirigió su mirada hacia la joven—¿Qué no es obvio?— Preguntó— Vine a ver a mi nieta favorita.

¿Qué?

Haruna alzó una ceja sorprendida ante esto.

Nene sonrió ante esto.

—¿Nieta favorita? — Preguntó la empresaria—No sabía que eran unidas.

—Pocos lo saben.— Habló Nene— Pero sí, somos muy unidas. Soy su nieta predilecta.

Toshiko asintió— Mi consentida. — La tomó por el brazo.

Y su copia.

Nadie lo sabía, pero a lo largo de los años Toshiko Takenouchi logró crear en Nene lo que Sora jamás fue.

Mimi apretó los dientes molesta. Era horrible saber que su hija tenía buena relación con esa mujer y la considerara su "abuela"

Toshiko era el ser más despreciable que podía existir en esa tierra.

~Recuerdo~

Mimi caminó en dirección a la sala de visitas de prisión.

Cruzaba los dedos porque fuera uno de sus amigos, su madrina, su hermano o Yamato.

Sí, Yamato.

Aun guardaba la esperanza que supiera la verdad, le pidiese disculpas y la ayudara a salir de ahí.

Ilusa ¿no?

Grande fue su sorpresa al ingresar al lugar y no encontrarse con las personas que esperaba ver. Sino, una completamente ajena a esto.

—¿Toshiko?

La mujer observó a Mimi y sonrió— Hola.

¿Qué rayos hacia esa mujer ahí?

Toshiko dirigió su mirada al guardia que trajo a la Tachikawa donde ella— Por favor, quiero estar a solas con ella.

El hombre asintió y decir palabra, salió del lugar.

Mimi hizo una mueca ante esto y apretó su puño molesta.

—Pero ¿qué rayos hace usted aquí?

—Vine a verte.— Contestó Toshiko—No me pude aguantar la curiosidad de venir a verte.— Examinó a la chica de pies a cabeza, estaba irreconocible, llena de rasguños, su ropa era vieja y sin brillo, al igual que su rostro— Mejor dicho, venir a ver el despojo humano en el cual te convertiste. Este es solo el principio, aquí en este lugar te esperan años de tortura.—Sonrió— Torturas bien merecidas, muerta de hambre.

La Tachikawa frunció el ceño— No soy una muerta de hambre.

—Por unos minutos no lo fuiste, cuando te casaste con Yamato y te aprovechaste de su dinero.— Comentó la Takenouchi— Ahora no.

Mimi frunció el ceño— Lo que piense usted de mi poco me interesa ¿sabe?— Habló— Lo único que me importa en estos minutos solo me interesan mis hijas, no lo que usted o los demás piensen de mí.

—Justo te venía a hablar de ellas ¿sabes?

La Tachikawa alzó una ceja sorprendida.

—¿Sabes? Yamato aceptó cambiar su certificado de nacimiento, legalmente ya no son tus hijas.

¿Qué?

—Y con el poder de Hiroaki creo que muy pronto todos olvidaran el hecho que una mujer como tú las trajo al mundo.— Comentó la Takenouchi sonriendo. Sabía que esto le estaba doliendo.

Mimi enterró sus uñas en sus propias palmas.

—Sin duda les espera un futuro brillante a ambas.— Exclamó Toshiko— De a poco se van a convertir en unas señoritas de sociedad, porque están lejos de ti, de tu vulgar hermano menor, Tomoko y toda esa gentuza amiga tuya.— Enumeró— Ahora Nene e Izumi son hijas de Sora ¿Qué mejor?

¿Hijas de Sora?

—Por si no lo sabías, Yamato le pidió a mi hija reconocer a sus mellizas, como sus hijas.— Habló la mujer— Como su nueva esposa era lo apropiado y así lo hizo. En un tiempo más serán, frente al mundo, nietas de la familia Takenouchi.

¿Qué? No, eso no podía ser. Yamato ¡No podía hacerle esto! ¿No le bastó con simplemente casarse con Sora? ¿Ahora quería que sus hijas la llamasen "mamá"?

—Y para variar, ahora su familia es completa.— Musitó la mayor— Porque tienen otra hija ¿sabes? Con la cual sustituyeron fácilmente a la bastarda que llevabas en tu vientre.

¿Bastarda? ¡No! Todo ¡menos eso!

—No se atreva a hablar así de mi hija.— Regañó entre dientes la Tachikawa.

Quizás, ella estaba muerta, jamás pudo sostenerla en sus brazos. Pero ahora sería su ángel y siempre estaría a su lado.

¡Nunca dejaría que ofendieran a su ángel!

—¿Enserio creíste que tu vida sería perfecta a Yamato?— Preguntó Toshiko— ¿Qué formarías una vida feliz a su lado?

Lamentablemente sí, lo creía.

Yamato la ilusionó con esas falacias.

—¿Sabes? ¡Eso mismo pensaba tu madre cuando se casó el estúpido de tu padre, Keisuke!— Recordó la Takenouchi— Y poco le duró la felicidad, porque él murió. Finalmente, Satoe volvió al basurero donde ella vivía y tuvo otro bastardo. Que dejó solo, triste y abandonado al morir.

—No me hables así de mi madre.

—Yo hablo de quién quiero, como quiero.—Respondió Toshiko.

La Tachikawa bajó la mirada.

—¿Sabes? Me da mucho gusto verte en este lugar.— Musitó la castaña analizándola nuevamente de pies a cabeza— Lo mejor de todo es que estarás aquí para siempre.— Habló—Pero tranquila, no estarás sola, tendrás a muchas compañeras que cometieron crímenes al igual que tú.

Mimi literalmente enterró sus uñas en la palma de su mano al apretar su puño ante la furia que sentía.

—Fijate que este lugar va acorde contigo.— Musitó la Takenouchi— Y es perfecto para ti, porque aquí es donde acaba la gente inutil, ilusa y estúpida.

La Tachikawa apretó su puño molesta.

¡Odiaba a Toshiko Takenouchi con todo su corazón! Sin duda.

Esa mujer siempre le hizo la vida imposible, jamás supo la razón de su odio, sin embargo, logró que este odio fuera recíproco, porque en su corazón solo existía desprecio hacia ella.

—¿Terminaste Toshiko?— Cuestionó la castaña— Ahora es mi turno de hablar.

—¿Qué me dirás?—Rió la Takenouchi.

La Tachikawa contuvo sus manos para no agredir físicamente a esa mujer, no quería tener problemas.

—Juro por la vida de mis hijas…—Habló Mimi— Por la vida de la criatura que arrebató de mi vientre y por mi hermano. Que usted junto a su hija Sora y todos sus aliados pagarán cada golpe que me ha dado.

—Creo que no te has visto en un espejo.— Musitó la Takenouchi— No estás en condiciones de amenazarme.

—Esto no es una amenaza.— Unas lágrimas brotaron de los ojos de Mimi— Es un hecho.—Habló— Hiroaki Ishida, Kousei Minamoto, Shuu Kido, Satomi Takaishi, Sora, Layla, Yamato y usted pagarán por todo lo que me han hecho. —Advirtió—Ya verá usted, que me suplicará de rodillas cuando empiece mi venganza.

—Deja de soñar pobretona. — Musitó Toshiko— Y comienza a ver la realidad. —Río—Aunque lograras escapar lo lograrías nada. Nadie te cree, frente a todos eres una demente y por eso estarás para siempre encerrada en este lugar.

Mimi apretó los dientes.

—Debes estar tranquila con respecto a tus hijas...—Toshiko rió— ¡Ups! Quiero decir mis nuevas nietas.— Corrigió— Yo ayudaré a Sora a criarlas.— Musitó la Takenouchi— Y me encargaré de que sean mujeres elegantes, finas, como yo…—Habló— No un estropajo como tú.— La observó con desprecio— ¿Quién sabe? Con todo lo que ha ocurrido es posible que de aquí a un futuro te odien…—Río irónica— Pero ¡Que digo! Ellas jamás sabrán que eres su madre, porque yo me encargaré de eliminarte de nuestras vidas.

~Fin del recuerdo~

Rogaba al cielo que ninguna de sus hijas se pareciera a esa bruja.

—Bien, vamos a ver a mi padre. — Habló Nene— Todavía debemos entregarle unos informes con la señorita Haruna.

Fue así como la castaña volteo en dirección a la puerta de la oficina de su padre y abrió.

Grande fue la sorpresa de las tres mujeres al ver que Yamato no estaba solo, sino acompañado de su esposa, quién se encontraba de puntillas frente al rubio besando sus labios.

Esto literalmente fue un shock para Mimi, quién detuvo su mano de manera abrupta.

—¡Wow! Creo que no llegamos en buen momento.—Musitó Nene.

La pelirroja se separó del rubio y volteo hacia las recién llegadas—¡Rayos! —Musitó—Madre, Nene…—Y luego posó su mirada en la castaña— Señora Anderson ¿Qué hacen aquí?

—Eso mismo iba a preguntarte yo a ti madre. — Comentó Nene.

—Creo que interrumpimos algo. — Habló Toshiko.

—No. — Respondió Yamato antes de dirigirse a su escritorio— Simplemente nos estábamos saludando.

—Disculpen, no queríamos molestar yo simplemente quería hablar un tema de la empresa, pero, si están muy ocupados regreso en otro momento. — Habló Haruna.

—No es necesario Haruna. — Comentó Sora— Yo solo vine a saludar.

La castaña pasó su mirada por el rubio, este actuaba normal, parecía que en verdad no pasaba algo más. Luego pasó su mirada por la pelirroja, quién sostenía un ramo en su mano derecha—¿Y ese ramo de tulipanes?

—Es un obsequio.— Respondió Sora— Que me dio mi esposo.

¿Obsequio?

—Hoy cumplimos un año más de matrimonio.—Contestó la pelirroja.

¿Qué?

¿Hoy cumplían un año más de matrimonio?

Una presión se hizo presente en su corazón. Llevó una mano a su pecho intentando calmar esta sensación.

—Muchas felicidades Yamato y Sora.— Musitó la mujer Takenouchi— Espero que sea uno de muchos años más.

—Obvio que lo serán.—Exclamó Nene— Mi madre es la mejor esposa que mi padre pudo encontrar.

Toshiko sonrió y asintió— Esposa y madre para sus hijas. ¿Cierto yerno?

El rubio simplemente asintió en silencio.

—¡Sin duda alguna, la mejor madre!— Exclamó Nene antes de abrazar a su madre.

Haruna, mejor dicho, Mimi, sintió un nudo horrible en su garganta ante esto. Sentía un dolor indescriptible en su pecho, era como si alguien la hubiese apuñalado con un cuchillo caliente. Sin piedad.

—Y bien ¿vamos a celebrar?—Preguntó Nene— Yo invito.

¿Celebrar?

Ella no tenía ánimo para celebrar una farsa, un matrimonio y una familia creada a base de mentiras.

—Hija, no es necesario.—Declaró Sora.

—¡Claro que sí!— Exclamó Nene— Papá puede dejar unos minutos de trabajar para brindar.

—Lamentablemente no puedo dejar la empresa, pronto llegará la delegación de Rusia para la reunión.— Declaró Yamato.

Nene hizo una mueca— Se me había olvidado ese detalle.

—Bueno, al menos podríamos brindar aquí.— Habló Toshiko.

—Me parece buena idea.— Comentó Nene.

—¿Te quedas Haruna?—Sora le preguntó a la mujer.

—¿E?— Balbuceo la mujer— N-no, gracias, tengo que continuar revisando los informes y el negocio antes de firmar.—Aclaró su garganta—Permiso.

Fue así como salió de la oficina.

—Está bien que se vaya, esta celebración es familiar.— Musitó Toshiko—Mandaré a pedir un champagne.


—Kou-Kouji.— Izumi pronunció el nombre de su novio.

El oji-azul pasó su mirada furiosa por la rubia y luego por el moreno.

Esta era la segunda vez que los encontraba juntos ¡Y cerca! ¡Muy cerca!

—Cariño, me alegra verte.— La oji-verde se acercó y lo besó en la mejilla— ¿Qué haces aquí?

—Vine a buscarte.— Respondió el oji-azul— Me pediste que te llevara a la Universidad ¿Acaso no lo recuerdas?

—¿E? S-sí. — Contestó la oji-verde— Disculpa, lo había olvidado.

El Minamoto se cruzó de brazos—¿Puedo saber que estaba sucediendo entre ustedes?

—¿Sucediendo?—Cuestionó Izumi—Nada. No ha ocurrido nada.

—Eso no me pareció a mi.— Musitó el oji-azul— Estaban muy cerca ¿e? Y sonrientes.

—¿E? Fu-fue un leve inconveniente.— Declaró la rubia— Verás, mi maquillaje comenzó a escurrir y él me quiso ayudar.

—¿A sí? ¿Tocando el rostro y acercándose te iba a ayudar?

Si lo colocaba de esa forma no sonaba bien, pero ¿qué más iba a decir? Era la pura y santa verdad.

—Kouji, no te enojes, por favor.—Rogó la rubia— Sin simplemente fue una acción sin meditación previa, sin querer.

—¿Sin querer?—Preguntó el oji-azul— Acercarte a otro chico cuando estás novia no creo que sea algo simple de describir como "sin querer"

—Bu-bueno, Kouji, fue algo sin sentido, por favor, no te enojes.

—Pierdes tu tiempo pidiéndome eso.— Declaró el pelinegro— No me gustó ver a mi novia con otro.

Izumi hizo una mueca—¿No creerás que yo tengo algo con él? Por un momento como ese.

—No es primera que los encuentro juntos ¿e?— Musitó el Minamoto—Tengo razones para desconfiar.

—¡Hey! No, por favor, no digas eso.— La chica se acercó a él y tomó su rostro entre sus manos— Por favor, no te enojes cariño.—Rosó sus narices— No tiene sentido que te enojes.

—Yo creo que sí lo tiene. A ningun chico le gustaría encontrar a su novia con otro, mucho menos en esa posición o en la posición de ayer.

—Ambas fueron sin querer.

—¿Cómo puedo estar seguro de eso? Si ya se repitió esto dos veces.

—Yo te lo prometo.— Habló Izumi— No volverá a pasar.

—¿Quién me asegura que no volverá a suceder?

—Yo.— Respondió la rubia—Yo te lo aseguro, no volverá a pasar.

Kouji se cruzó de brazos—Eso espero, porque verdaderamente no me gustaría que esto afectara nuestra relación.

Él dejó muchas cosas por estar con ella y de esa relación dependían muchas cosas, no quería que por un aparecido como este moreno arruinara todo.

—Tranquilo, eso no pasará.— Respondió la rubia antes de depositar un beso sus labios— Continuaremos siendo la pareja perfecta.


Mimi ingresó al baño de la empresa llorando totalmente devastada.

Jamás pensó que sería tan doloroso ver la vida que llevaban Sora, Yamato y sus hijas, como una "familia feliz"

Era horrible ver como continuaban con su vida ignorando que a ella la dejaron atrás.

Lo más triste era pensar que...

¡Esa vida debió ser de ella!

Sí, de ella. O al menos eso imaginó cuando se casó con Yamato, antes de conocer como era en realidad ¡Ella se casó primero con Yamato! Pero no tuvo más opción que firmar el divorcio, amenazada. Sí, amenazada. Hiroaki la obligó a firmar, ya que si no lo hacía enviaría a Ryo a un orfanato ¡Algo que no podía permitir!

Apretó puño.

Jamás pensó ver a Sora y Yamato besándose, en vivo y en directo.

¡Ambos eran unos traidores!

Irónico ¿no? Ellos consideraban que Taichi y ella eran los traidores y por eso Yamato la enjuicio, por serle "infiel" Eso la causaba enojo, pero a la vez tristeza ¡Y eso le molestaba! Debía dejar de sentir tristeza y decepción, ya que ellos no merecían ni una lágrima suya.

Pero su hija sí.

Lo más doloroso para ella, fue escuchar como Nene, su hija, sangre de su sangre, mencionaba que la pelirroja era "La mejor madre" y esposa. Esos comentarios fueron una puñalada en su corazón. Porque ¡ella era su madre! pero le negaron la posibilidad de serlo por una injusticia ¡Por un asesinato que ella no cometió! El asesinato de su abuela, Natsuko Ishida.

Llevó sus manos a su rostro.

Esto no era justo, al menos no para ella, siempre intentó hacer las cosas bien para que su familia estuviese bien.

¿Por qué la vida era tan injusta y le privó de estar cerca de aquellas personas que más amaba en el mundo?

No pudo estar con Ryo en sus años de adolescente, Nene e Izumi desconocían su existencia y perdió a su bebé, a aquella criatura que le dio esperanzas para seguir cuando Yamato le arrebató todo.

Mimi apretó su puño enfadado con ganas de golpear a alguien y gritar. No obstante, se contuvo, lo mejor era mantener el perfil bajo, no levantar sospechas.

El sonido de la perrilla de la puerta llamó su atención.

¡Rayos! No quería que alguien la viese así.

Rápidamente volteo hacia una cabina de baño e ingresó a ella cerrando la puerta tras ella. Prácticamente en ese mismo momento la puerta se abrió y en el lugar ingresó una persona.

Mimi llevó sus manos a su boca intentando oprimir sus sollozos para no quedar en evidencia.

—Hola…—Una voz femenina se escuchó en el lugar.

La castaña alzó una ceja sorprendida, esa voz le parecía familiar.

—Sí, hablas con Rika Ishida.—Otra vez habló.

¿La hija de Sora y Yamato?

—Sí, no me presiones, estaba ocupada, mis padres me quitaron el móvil y no podía contestar.—Habló la joven—Finalmente le pedí a mi tío Takeru que me prestara su móvil para llamar...Mmmm no, lamentablemente mis padres me castigaron. Verás ellos no están de acuerdo con esto...— Habló—Pero tranqui, quizás me castigaron, pero eso no impedirá que vaya, apenas tenga la posibilidad me voy a escapar...—Segundos de silencio— Si iré, dije que estaría ahí y no fallaré...Bueno, nos vemos, bye.

Mimi alzó una ceja sorprendida ante esto y observó por un espacio de la puerta atentamente a la chica que rápidamente acomodó sobre su cabeza un gorro azulado junto a unas gafas sobre sus ojos.

Pero ¿qué?

¿Dónde iba la hija de Yamato?


—¡Tarde! Muy tarde. — Regañó Junpei bastante enojado al moreno primo de Hikari, quién ¡al fin! se dignó a llegar al ensayo ¡Con veinte minutos de retraso! Sí, veinte minutos ¡Estaba histérico! ¡Se supone que todos prometieron ser responsables!

—Lo siento. — Musitó Takuya— Pero demoré en el trabajo, el bus que debía tomar se demoró un montón, había mucho tráfico.

—Las excusas agraban las faltas.— Declaró el representante— ¡Tú siempre llegas tarde!

—Lo sé, pero esta vez es verdad.— Contestó Takuya— Por favor, perdónenme.

—No te preocupes.—Contestó Daisuke.

—Lo bueno es que llegaste.—Musitó Tomoki.

—Y justo a tiempo.—Comentó Ken— Jp nos iba a dar una información importante ¿no?

¡Verdad!

Pensó el castaño.

Estaba tan molesto que casi se le olvida.

—¿Información importante? — Preguntó el Kanbara y observó sorprendido a los demás miembros de la banda— ¿De qué trata esto?

—No lo sabemos. — Respondió el Motomiya— Lleva diciendo que tiene una noticia importante hace varios minutos, sin dar una pista.

—Tenía que esperar a que llegase Takuya. — Contestó el Shibayama— No quería tener que repetir esta noticia dos veces.

—¡Oh no! —Exclamó el Kanbara— No me digas que dejarás de ser nuestro manager.

Junpei negó.

—¿Harás dieta? —Cuestionó Ken.

—No. — Respondió el Shibayama.

—¿Te harás una liposucción? —Musitó Daisuke.

—N-no. — Contestó el castaño. Aunque, dudó de esto, ya que, tal vez sí lo haría.

Debía juntar dinero antes de eso.

—¿Finalmente nos presentarás una novia? — Preguntó Tomoki.

—¡No! — Exclamó Junpei un tanto ofendido— Esta noticia no trata de mí. Sino de ustedes.

Los cuatro chicos intercambiaron miradas sorprendidos y desconcertados.

—¡Les conseguí un concierto! —Declaró finalmente el Shibayama.

¿Qué?

—¿Un concierto? — Preguntó Takuya.

—Si.— Respondió el castaño— Verán, tengo un amigo que es dueño de un bar y realizará un evento importante, donde necesitará música en vivo, así que, le hablé sobre nuestro grupo y aceptó.

—¡Wow!— Exclamó Daisuke.

—La presentación será la próxima semana y podrán cantar todas las canciones que quieran.— Finalizó el Shibayama.

—¡Genial! — Exclamó Takuya.

—¿Y nos pagarán? —Preguntó Tomoki.

—Sí. —Respondió Junpei— No será mucho, pero servirá como publicidad.

Takuya sonrió— El dinero es lo de menos, esto nos ayudará como publicidad.

—Exacto.— Musitó Daisuke— Gustándole a ese grupo, nos gustaran en otro evento.

—Desde ya debemos ensayar chicos.

—¡Obvio! — Exclamó Tomoki.

El Kanbara abrió el estuche de su guitarra y sacó su instrumento.

—Por cierto ¿dónde está Hikari?—Preguntó Daisuke— Ella dijo que vendría al ensayo.

—¿E? Sí, pero no podrá, ya que está ocupada.

—¿Ocupada? —Cuestionó el Motomiya— ¿Estudiando?

—No. — Respondió Takuya— Preparandose para su cita.

—¿Cita? — Preguntaron los chicos de la banda a coro.

Daisuke frunció el ceño—No me digas que es con ese rubio, acomodado, de plata…

—Lamentablemente sí. —Comentó el Kanbara.

¡Oh no!

—E-eso, no puede ser. —Balbuceo Daisuke—¿Otra vez con él?

Takuya asintió.

—Debe ser una broma. — Musitó el Motomiya.

—Lamentablemente no lo es. —Respondió el Kanbara.

—¿Y no harás algo al respecto?

—No. — Respondió Takuya.

—¿Por qué?

—Porque Hikari ya es grande, puede tomar sus propias decisiones. —Contestó el Kanbara—Además, parece que le gusta ese chico de verdad.

¡No! Todo menos eso.

La Kanbara no podía enamorarse de él.

¡Debía hacer algo al respecto!

—¿E? Chi-chicos, debo retirarme.

—¿Retirarte? — Preguntó Ken.

—Aun ni siquiera comenzamos a ensayar. — Regañó Tomoki.

—¿E? S-sí, pero recién acordé que dejé mi móvil en mi auto. — Contestó el Motomiya—Comiencen a ensayar, yo iré a buscar mi móvil y regreso, es importante, mi madre dijo que me llamaría para que la fuese a buscar y ya saben cómo es.

—Pe-pero…

—Pero nada, regreso pronto. — Fue lo único que dijo el Motomiya antes de salir del lugar.

Junpei hizo una mueca—¿Cómo piensan llegar lejos si demoran en ensayar? Esto no estaba en mi contrato.

—¿E? Jp. —Tomoki lo llamó.

—No tienes contrato. — Respondió Ken.

—¿E? — Balbuceo el Shibayama— ¡Cómo sea! La irresponsabilidad me molesta.


Daisuke llegó corriendo a una pequeña y antigua cabina de teléfono para hacer una llamada. Rápidamente buscó en sus bolsillos una moneda para hacer la llamada.

—¡Rayos! — Murmuró molesto.

Bajó sus manos a los bolsillos de su pantalón y…¡Bingo!

Sin dudarlo descolgó el teléfono, depositó la moneda en la cerradura y marcó aquel número que tantas repasaba en su cabeza.

Bip…bip…bip

La llamada sonó hasta que finalmente escuchó esa dulce voz que amaba escuchar todas las mañanas—¿Hola?

—Disculpe ¿hablo con Hikari Kanbara? — Habló Daisuke fingiendo una gruesa voz de adulto.

Sí, con ella.

—Me alegra comunicarme con usted. — Musitó el Motomiya— Soy el mayordomo de Takeru Ishida.

¿Mayordomo?

—Sí. —Respondió el moreno— El me pidió que me contactara con usted.

¿Por qué? — Cuestionó Hikari— ¿Ocurrió algo?

—Sí. — Contestó el Motomiya— Por motivos de fuerza mayor el joven Ishida, tuvo que cambiar el lugar donde sería su cita.

¿Cambiar el lugar? — Preguntó la Kanbara— ¿Por qué?

—Po-porque el lugar donde se iban a juntar canceló su reservación por…—Aclaró su garganta— Por…—Intentó buscar una excusa—Por problemas técnicos.

Comprendo. — Respondió Hikari— Entonces ¿dónde será la cita?

—En un lugar nuevo, le doy de inmediato la dirección…


~Horas después~


Mimi observó a su al rededor completamente sorprendida. Cuando pensó en seguir a la hija de Yamato jamás se imaginó que llegaría hasta ese lugar.

¿Qué lugar?

Aquella comuna de clase media baja, bastante vieja y destrozada donde ella vivía con Ryo antes de casarse, donde también vivió Taichi, donde Tomoko actualmente vivía y donde lamentablemente su historia con Yamato se desarrolló.

¿Qué hacia la hija menor del rubio en ese lugar?

De todos los lugares de Japón hubiese esperado que la pelirroja fuera a otro lugar con mucho más "glamour" o estilo. No a ese lugar viejo que los ricos miraban con desprecio. En especial sus padres, Yamato y Sora...¡Un minuto! Ahora todo tenía sentido.

Mimi dirigió su mirada a la pelirroja que caminaba en el lugar sin ningún temor, libre. En un minuto dado la chica llevó sus manos a su cabeza, quitó el gorro y las gafas sin detener su caminar. Mimi de manera sigilosa también continúo caminando tras ella, utilizando unas gafas y un sombrero, ocultando todo lo que pudiera exponerla.

Fue así como la castaña caminó tras ella hasta que Rika se detuvo fuera de un edificio bastante antiguo, donde se encontraban unos chicos vestidos de manera bastante extravagante, dos de ellos se encontraban fumando. La pelirroja comenzó a hablar con ellos y extendió su mano para saludarlos.

¿Acaso los conocía?

Mimi rápidamente sacó su móvil y presionó la opción de "Cámara" No lo dudó dos veces y le sacó una foto.

Rika observó atentamente el edificio enfrente a ella y no dudó en entrar.

La castaña hizo una mueca, caminó hacia el edificio un tanto dudosa.

¿Sería bueno entrar?

Lo dudó por unos minutos, ya que no era lugar agradable, había muchos jóvenes afuera algunos tomando, otros fumando y otros simplemente hablando, le recordaba sus tiempos de adolescente cuando por las noches llegaba a su casa, y veía ese tipo de gente en la calle. Generalmente Japón se distinguía por ser un país rico, no obstante, todos ignoraban este grado de "pobreza" o este porcentaje de personas que no tenían muchos recursos.

Respiró profundo intentando alejar esos pensamientos de su mente ¡Debía concentrarse en su objetivo! No persiguió a la pelirroja todo ese tiempo para dejar votado su plan. Necesitaba saber que estaba haciendo. Así fue como se armó de valor e ingresó al lugar.

Al principio tuvo temor por lo que se pudiera encontrar, no obstante, grande fue su sorpresa al encontrarse algo completamente diferente a lo que ella pensó. Era un salón bastante grande, como un rin de boxeo, no obstante, no había personas luchando, sino que había instrumentos, micrófonos, parlantes y alrededor de ese lugar se encontraban muchos chicos de diferentes edades observando esto.

—¡Muy buenas tardes!— Un joven vestido con una gorra negra, anteojos oscuros, un buzo negro de rapero y joyas apareció en el escenario llamando la atención de todos—¿Dónde está el público?

Todos los presentes gritaron emocionados.

Mimi llevó una mano a sus oídos ante esto.

—Bienvenidos a todos a una nueva tarde, casi noche, de duelos.— Habló el anfitrión— Como todos saben cómo es el funcionamiento de nuestras batallas, todos luchan por un premio final y para eso todos tendrán que ir enfrentándose en duelo. Hoy tenemos la séptima edición y tendremos el primer duelo, entre Kenta...

En el escenario apareció un chico de anteojos, cabello cafe y ojos oscuros vestidos de manera similar al anfitrión.

—Y del otro lado tenemos a la reconocida y talentosísima, reina del reggeaton ¡Rika Ishida!

En el escenario apareció la pelirroja hija de Yamato sorprendiendo a Mimi, quién literalmente no creyó que fuera ella.

—Muy bien ¡Que empiece el duelo!— Exclamó el anfitrión y todos gritaron.

Primero empezó el chico de nombre Kenta a rapear.

Eres reina de locura, llena de guerra,
no tiene sentido, vete a tu casa que es techo cuicos.
No vale la pena que vengas hasta acá, plana eres y sin sentido,
llora y llora porque tu tag es de lo peor.

Así fue como el tipo cantaba y rapeaba diferentes cosas intentando ofender a la chica y a su vez mostrar su talento.

Mimi no le prestó atención a él, sino a la chica pelirroja, expectante a la futura respuesta de Rika.

...Veamos que respondes, porque poco vales.

Así fue como finalizó el sujeto.

—¡Uh!— Gritó el público.

—Veamos que responde nuestra competidora pelirroja.— Exclamó el anfitrión por su micrófono.

Fue así como la Ishida agarró su micrófono y se dispuso a responder.

"Hola locuras", pero que saludo de guerra.
Te querés copiar de Yuya y te sale para la verga
Todavía sos una nena, mejor terminá el colegio
No sabes ni sumar y te das ese privilegio
"Soy la turra del bigote, enseñame a afeitarme"
Eso es lo que vos decís, para menospreciarme
Pero te informo: no podés desvalorizarme
Valgo más que un mal hater que se sienta a criticarme
Bienvenidos esta es Rika la raqueta
La que no tiene ni risa raqueta

Subió el tag del reggaeton pa' mostrar lo poco que tiene
Pobre, eso de ser plana se ve que está en los genes
Tus vídeos no dan risa, dedicate a cantar
Ah, no, pará, si no podés ni afinar
Cerrando tu canal nos estás haciendo un favor
Deja de dar tanto cringe, te lo pido por favor
Tu contenido me parece una bazofia
Ya tenemo' a Mica Suarez, ¿pa' qué queremo' a la copia?
No es mi culpa que seas tan miserable
Que tengas que criticarme pa' sentir que sos alguien

Mimi alzó una ceja sorprendida ante el rap de la pelirroja, verdaderamente no lo esperaba.

Mirala a la ricachona, critiquemo' a la bobita
Seguí llorando mientras yo cuento mi guita
Mi guita, mi guita, mi guita
Quisiste ser artista, adáptate a la crítica
Seguí criticando, que yo me vuelvo más mítica
Mítica, mítica, mítica

La impresión de la castaña aumentó a más no poder ante la voz de la pelirroja, cantaba bastante bien. Pero ¿cómo?

Hizo una mueca al recordar cierto detalle.

Sin duda alguna era hija de Yamato.

¿Por qué?

Porque ese idiota también cantaba bien.

Así fue como le endulzó el oído y la atrapó en sus garras.

Movió su cabeza intentando alejar ese pensamiento de su mente.

Volvió su mirada hacia la pelirroja.

Debía admitirlo, esa chica tenía talento, pero ¿Cómo una Ishida llegó a ese lugar?

Ahora todo calzaba en su rompercabezas. De seguro Yamato y su familia estaban avergonzados de que su hija tuviera interés en ser rapera antes que en ser. Sobre todo, en un lugar así, evidentemente era un lugar de música, sin embargo, las personas al rededor evidentemente eran de una clase social ajena a ella. Si alguien de su círculo social o de la prensa farándulera llegaba a saber sobre esto, los Ishida serian prácticamente el hazme reír y...

¿Y si sacaba provecho de esta situación?

El cuadro se veía inocente.

Rika cantando junto a una banda de chicos de bajos recursos, pero fuera de contacto podría significar otra cosa.


+Dato: El rap de Rika está inspirado o mejor dicho, es el Roast Yourself - María Becerra by John Foos. Pueden ir a escucharlo.

TheBigParadox: Jajaja Mi hermana fue la primera en leer esta historia y me dijo lo mismo, no entiende. Es como Dark de Netflix debes estar con un cuaderno anotando y debes ingeniártela. Ya con el paso de los capítulos sabrán que lazo parentesco tiene Takuya con Taichi jsjsjs Es bueno tener un mapa de relaciones jsjs porque aquí hay muchas, yo antes de comenzar esta historia armé uno y créeme hay muchas relaciones entre los personajes que llevan la misma sangre y ni idea tienen jajaja La hermana de Toshiko es un factor clave también, une más personajes como familias. Bueno, con respecto a gramática es un tema difícil por dos motivos: Soy chilena y aquí tenemos expresiones que al momento de escribir es un horror para aquellos escritores que saben de esto. Y porque, soy más matemática, me cuesta mucho mejorar la escritura, pero con algo de ayuda lo intentaré mejorar, si tienes tips con gusto los acepto. Ojalá sigas leyendo mi historia, comentando y ojalá te guste todo lo que se viene.

mimato bombon kou: Jsjsjs gracias, espero que te guste y sigas leyendo, tengo muchas ideas, les gustaran los recuerdos de Yamato y Mimi, pero sobretodo como actuara ella frente a él ahora. Ojalá sigas leyendo mi historia, comentando y ojalá te guste todo lo que se viene. Te mando un abrazo.

Maberth24: Jiji que bueno que te esté gustando, espero que sigas leyendo y comentando la historia dandome tus puntos de vista.