Capítulo I:


#1. ¿Y si te voy a buscar?

Capaz sigues estando en alguno de esos rincones

que usabas para esconderte del mundo cuando no podías más.

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ANGELS HIDE

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Se me olvido que te estaba olvidando.

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―Bienvenido a tu nuevo hogar, Sasuke―

Yo quise salir corriendo en ese momento sobre todo porque hacia tan solo dos semanas mis padres había muerto en aquel accidente.

Aun recuerdo el fuerte olor a llanta quemada, los brazos de Itachi rodear ni cuerpo apretándome al suyo, el grito de mi padre al dar aquel volantazo que nos sacó del camino -camino a casa de regreso de unas vacaciones- pero lo que más recuerdo de aquella tarde fueron los ojos de mi madre.

―Tranquilo, pequeño― Su mano apretó la mía con fuerza y yo clave mis ojos en los suyos ―Todo va a estar bien―

Esa fue la primer mentira que mi madre me dijo, porque después de esa tarde nada volvió a estar bien.

Mi madre murió en el acto tras descarrilar por el ebrio conductor de autobuses que nos embistió, mi padre falleció camino al hospital e Itachi y yo quedamos varados en aquel pueblito de Otogakure.

Dos días en la jefatura de policía.

―Tranquilo, Sasuke― Murmuro mi hermano mayor alcanzándome una soda y un sándwich de lomito y mayonesa.

Yo intente sonreír mientras me acurrucaba en la chaqueta de aquel oficial, Itachi revolvió mis cabellos con cariño e hizo una mueca semejante a una sonrisa mientras observaba los oficiales de policía pasar a nuestro lado. La realidad era que no teníamos más familiares que se hicieran cargo de nosotros. Ahora solo quedábamos los dos.

―Estaremos siempre juntos, pequeño

Esa fue la primer mentira que me dijo mi hermano mayor.

Yo realmente quise creerle, quise creer que dos niños de ocho y catorce años podrían solos en este mundo. Pero no fue así, por eso yo terminé en aquel Orfanato.

―Pasa―

Apreté la maleta entre mis manos y avance al interior de aquella oficina, el director del orfanato se encontraba sentado del otro lado del escritorio. La silla chillo produciendo un sonido hueco por todo el lugar cuando la corrí para sentarme y deje la maleta con la pocas pertenencias que tenía a mi lado. El anciano sonrió, quizás queriendo hacerme sentir en casa pero solo logro asustarme aún más de lo que ya estaba.

―Sasuke Uchiha― Pronunció y dejo de lado el legajo que tenía entre sus manos ―Sé que lo te ocurrió fue algo terrible― Yo evite llorar frente a él ―Pero nosotros te cuidaremos a partir de ahora―

―¿Mi hermano?―

El anciano bufo por lo bajo.

―Itachi ya tiene catorce, no puede quedarse en este Orfanato― El aire empezó a abandonar mis pulmones al oír esas palabras ―Ira a un hogar para adolescentes―

―No― Chillé levantándome de golpe de la silla y esta hizo un sonido hueco al chocar con el suelo cuando cayó.

Corrí lo más rápido qué pude saliendo de la oficina, los cuidadores intentaron detenerme cuando baje las escaleras pero yo me escabullí entre ellos al divisar a mi hermano mayor de pie en la gran puerta que daba a la salida de aquel horrible edificio.

―Sasuke― Chillo cuando lo abrace por la cintura y hundí mi rostro en su pecho evitando que viera mis lágrimas.

―Vuelve aquí, mocoso― Escuche el grito de una de las cuidadoras del hogar.

Supe que se acercaban al oír sus pasos pero Itachi me abrazo con fuerza dándole la espalda a la puerta.

―Él ya entra― Pronunció y yo levante la cabeza asustado ―Déjenme hablar con él― Pidió serio.

El anciano asintió obligando a aquellos cuidadores alejarse de nosotros, fue mi hermano mayor quien rompió aquel abrazo y se inclino hasta quedar a mi altura, paso la yema de sus dedos por mis ojos para limpiar las lágrimas que bajaban por mis mejillas.

―Necesito que seas valiente, hermanito― Yo negué con la cabeza apretando los ojos, no podía perder a mi hermano también.

―Por favor― Rogué y observe sus ojos tan rojos como los míos aguantando las lágrimas ―No me dejes. No quiero quedarme aquí―

Itachi sonrió, me apretó con fuerza contra su pecho. Yo quise quedarme así para siempre.

―Prometo volver por ti― Susurro ―Sé que te portaras bien y harás todo lo que te digan― Dijo alejándose unos centímetros de mi ―Sé un buen niño Sasuke― Pronunció y yo asentí aceptando esa promesa.

Itachi observó aquel coche detrás de nosotros, allí se encontraba quienes lo llevarían al hogar para adolescentes al cual por supuesto yo no podía ir. Sonrió y apoyo su dedo índice y medio en mi frente golpeándola despacito. Yo largue una risita baja por su acción.

―Te quiero, Sasuke―

Mis ojos dejaron de verlo para clavarse en aquel cartel de madera que adornaba el edificio que a partir de ahora seria mi hogar.

Orfanato de Konohagakure.

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―¿Qué tal las chicas nuevas?― Escuche la voz de Neji a mi lado.

Clave mis ojos en aquella rubia de ojos celestes que se encontraba a unos metros de nosotros, ella me sonrió tomando su maleta del suelo y agito la coleta coqueta. Hacía bastante tiempo no había alumnas nuevas en el Colegio.

―Ya tienes nueva admiradora, Uchiha― Alardeo Sai a mi lado.

Yo sonreí aún observando aquella rubia pero no duró mucho cuando el Uzumaki se nos unió con una sonrisa de idiota en la cara.

―¿Vieron a la nueva?― Pregunto intentando recuperar el aliento y se apoyo en sus piernas respirando agitado.

Neji y Sai largaron una risita burlona.

―¿La rubia? Ya se la apropio el Uchiha― Hablo Gaara uniéndose por primera vez a la conversación.

Naruto negó con la cabeza y sonrió aumentando esa muecas que tenía en las mejillas.

―La pelirrosa― Murmuro levantando las cejas sugerente y formó esa sonrisita de idiota que siempre ponía cuando una chica le parecía atractiva.

Neji me golpeo levemente en el hombro obligándome a ver hacia la entrada del edificio principal, estábamos sentados en una de las mesas de mármol que adornaban el campus, yo había llegado hacia unos días para cursar mi último año escolar. La mayoría llegaban esa tarde.

―¿Ella?―

Y en ese preciso instante el aire abandono por completo mis pulmones.

―Hola, ángel― Susurre con una media sonrisa.

Ella no me vio, se veía muy perdida y fuera de lugar pero sumamente hermosa. El cabello color rosa le caía hasta media espalda, el uniforme escolar se amoldaba perfectamente a su cuerpo pero lo que me hizo reconocerla al instante fueron esos ojos verdes.

―Iré a darle la bienvenida―

Naruto corrió hasta ella llamando su atención. Yo bufé fastidiado ya que mi mejor amigo me había ganado de mano pero no pude quitar mis ojos de ella. Sé que noto la forma en como la miraba porque sus ojos verdosos se clavaron con los míos, me miro muy seria y trago nerviosa.

Me gusta ponerla nerviosa.

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Al día siguiente era la ceremonia de bienvenida. Yo ya estaba en los Jōnin desde hacía unos cuatro años que había ingresado a ese Colegio.

Nuestro primer encuentro fue pura casualidad. Yo no esperaba verla en aquel baño pero cuando la vi desnuda frente a mi no pude evitar acercarme a ella.

Ángel

Frunció el ceño enojada y fue en ese preciso momento que supe que ella no tenía idea de quien era yo.

―¿Qué haces? ― Pronuncio nerviosa.

Como me gustaba ponerla nerviosa porqué yo ya no era su pequeño.

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―Te vas a quedar aquí― Murmuro la cuidadora apretando mi brazo con fuerza y clavo sus uñas en mi piel, a mi me dolía más el alma que los latigazos que me habían dado en la espalda tras intentar llamar por teléfono a mi hermano mayor ―Y así vas a aprender a portarte bien― Dijo empujándome con fuerza al interior de aquella habitación.

Yo chille al caer sobre el colchón mugroso que había en el suelo y evite gemir de dolor cuando rozo mi espalda ensangrentada. Hacía tanto frío ahí abajo. Supongo que allí llevaban a todos los niños que se portaban mal.

―Itachi― Llore apretando mis manos entorno a mis rodillas, acurrucándome del frio.

No se cuanto tiempo estuve dormido solo se que era muy entrada la noche cuando la puerta de entrada de aquella mohosa habitación se abrió. Yo retrocedí aún acurrucado en aquel colchón, me invadió el miedo al ver esa silueta ingresar y cerrar la puerta detrás de ella. Yo cerré los ojos asustado cuando se acerco a mi.

―Tranquilo, pequeño― Susurro agachándose hasta quedar a mi altura.

Esa voz logró calmar el terror que tenía en el pecho, abrí los ojos despacito y los clave en su rostro, ella sonrió. Era la sonrisa más hermosa que había visto en mi vida. Dejó aquella canasta a un lado de nosotros y sacó una botella de agua de ella.

―Ten, toma― Me dijo alcanzándome la botella, yo la tome de prisa bebiendo casi la mitad de un trago y la vi sacar unos bollos de pan y crema de la canasta.

Los tome de prisa casi devorando la mitad en tres bocados, tenía tanta hambre. Ella largo una risita baja al verme comer.

―¿De que te ríes?― Pregunté frunciendo el ceño enojado.

Solo logré que riera aun más, me miro con suma ternura y quito los cabellos pegados a mi frente con cuidado, no tenía golpes en el rostro, era muy visible, alguien podría verlos por eso se habían desquitado con mi espalda. Ella se acercó aun más a mi acomodándose a mi lado sobre aquel colchón de polifon y la luz de la luna que se filtraba por aquella pequeña ventanita ubicada en la esquina derecha de la habitación la ilumino.

Era hermosa. Se veía mayor que yo por un par de años pero supongo que a mi edad se notaba aun más. Tenía el cabello de un color muy peculiar y los ojos más verdes que yo vi en mi vida.

―¿Eres un ángel?

Ella sonrió.

―Soy Sakura―

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Hay conexiones que son irreemplazables.

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Buenaaas.

A empezado la version de Sasuke. Esta historia cuenta la otra version de Demons Hide.

Los invito a leer tambien.

Desde ya les doy las gracias por leer y comentar me motivan a seguir escribiendo.

Gracias

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