Hinata suspiró casi con felicidad cuando el líquido rojo bajo por su garganta. Necesitaba varias copas de vino, para intentar asimilar lo que había pasado ese día.

Apenas llegó a casa corrió a su habitación, porque obviamente no tenía una habitación compartida con Sasuke, y buscó en su laptop información sobre Naruto Uzumaki. No había mucho sobre él, pero si había millones de fotografías. Sus redes sociales estaban en privado, pero se notaba que era un personaje que llamaba mucho la atención de la prensa.

Supo que tenía 35 años, doce años mayor que ella, pero no aparentaba ser mucho más grande. La mayoría de las fotografías eran él con una gran sonrisa simpática. A veces con lentes oscuras, y otras mostrando sus luminosos ojos celestes. Él era un adonis... Pero uno muy peligroso, se dijo.

Había unos pocos vídeos, con él hablando y todos sus poros se abrieron al volver a escuchar su voz grave. Tenía una pizca sexual y peligrosa que la excitaba. No sé avergonzaba admitir que se había masturbado.. dos veces. La primera había sido tan sorprendentemente rápida e insatisfactoria, que tuvo que hacerlo de nuevo, esa vez más lento. Luego fue a darse un largo baño en la bañera, relajada por dos clímax fuertes, pero no tan satisfactorios como había creído.

Reflexionó sobre eso mientras tomaba su vino esa tarde noche, creyendo que la culpable eran las hormonas. Ella jamás había sido tan.. necesitada de sexo. Pero sólo pensar en Uzumaki, y recordar esa sonrisa depredadora que le dió, hacia que sus pezones se pusieran duros.

Suspiró, con cansancio cuando la puerta de la casa se abrió. Dió una mirada a su teléfono, confirmando que era el horario donde llegaba Sasuke. Pero ella no tenía ganas de intentar seducirlo, ni tampoco le había hecho la maldita cena.

No levantó la mirada cuando escuchó los pasos que entraban a la cocina. Estos se detuvieron en la puerta, pero Hinata le dió otro sorbo a su vino.

—¿Mi cena?

Hinata bajó la copa con cuidado, dejándola en la mesa, pero sin soltarla. Ella no estaba maquillada, su cabello era un nudo de desorden sobre su cabeza. Sólo tenía una enorme bata de baño blanca.

Ella se encogió un hombro, sin mirar al hombre.

— ¿No hiciste nada para cenar?— la voz de Sasuke sonaba algo molesta.

Ella empezó a sentir como se comenzaba a tensar.

— Nop—, dijo simplemente y levantando la copa para agitar el líquido frente a sus ojos.

—¿Estás borracha?— preguntó algo confundido después de unos minutos.

Hinata soltó una risita, tapándose la boca porque justamente había tomado otro sorbo.

— No... aún —, dijo alegremente.

Sasuke hizo un ruido molesto, pero se movió para abrir el refrigerador y sacó algunas cosas. Luego se movió por la alacena. Hinata estaba algo sorprendida que él supiera donde estaban las cosas para hacerse un sándwich.

—¿Para que fuiste a la empresa hoy?— preguntó dándole la espalda y cortando el pan.

Hinata pasó sus dedos por la curva de la copa, de repente aburrida y sin ganas de seguir tomando ese delicioso vino. Él desgraciado le arruinaba hasta eso.

—¿No puedo ir?— preguntó en cambio.

— Puedes hacer lo que quieras..— dijo despreocupado mientras cortaba tomates en la tabla de madera.

Hinata alzó una ceja, le dió una mirada a la parte de su espalda. Él se había sacado el saco, llevando sólo una camisa negra brillante. Sasuke también era atractivo, dijo mientras miraba su trasero apretado en el pantalón del mismo color. Luego hizo una mueca.. porque era un imbécil.

— Lo único que quiero es pagar la maldita deuda—, dijo con la copa en sus labios y luego tomó otro sorbo.

Sasuke se detuvo, dejando de hacer el característico ruido del cuchillo bajando contra la madera. Pero luego él volvió a retomar la tarea.

— Que pena que ni siquiera piense en follarte.

Hinata apretó los dientes y apoyó la copa en la mesa con un poco más de fuerza. No le importaba si rompía el cristal. Ella sólo quería eso.

—¿Tienes problemas con tu amiguito?— preguntó con sorna. Sasuke soltó una carcajada sin humor y negó con la cabeza. Ella presionó un poco más —. Tal vez.. ¿eres gay? Oh—, ella se sentó derecha, asombrada por esa idea—. Ahora entiendo.. por eso Itachi está tan desesperado por casarte y que tengas un hijo ¿Verdad?

Sasuke se detuvo, quedó congelado como si hubiera sido atrapado. Hinata soltó una risita, probablemente estaba más borracha de lo que creía, porque ya no podía callarse.

— Prometo no juzgarte, Sasuke. Eso debe ser una mierda. Pero comprendo el porqué no reaccionas cuando ando en cueros al frente tuyo —. Ella soltó otra risita—. Comprendo, te gusta la salchicha. ¿Te gusta comerla o que te la coman? O sea, ¿eres el que da o el que recibe? Pareces el que recibe —, comento con sorna viendo su trasero.

La risa de Hinata se detuvo de golpe cuando Sasuke golpeó en la madera, haciendo saltar hasta a ella misma. Él silencio se volvió tan tenso, que Hinata se dió cuenta que había presionado demasiado. Estaba tan nerviosa, viendo su espalda tensa, que no podía ni hablar.

— No te importa mi vida sexual, pero si tanto quieres saber...—, él se volvió con un sándwich en sus manos, su expresión seguía siendo fría —. Me gustan las mujeres. Pero no unas tan putas como tú, cariño—, él hizo sonar al mote cariñoso más como un insulto que la otra palabra.

Hinata entrecerró los ojos hacia él, furiosa.

— Agradece a tu hermano que estamos en esta posición de mierda. No soy ninguna puta, me están obligando a esto tanto como a ti.

Sasuke alzó una ceja mientras masticaba su sandwich. Se tomó su tiempo para tragar y luego le dió una fría sonrisa de medio lado.

— He tenido putas como tú antes. Sólo quieren un poco de semen para escalar—, él dió otro mordisco, dando unos pasos hacia ella hasta que se detuvo al lado. Hinata lo observó agitada, con ganas de arrancarle la cabeza o hundir sus uñas en sus ojos negros—. Pero—, comenzó después de tragar el pequeño bocado—. No serás la primera en conseguirlo de mí.

Hinata golpeó la mesa, con la suficiente fuerza para volver la copa. El líquido bordo corrió por la superficie dura y acerada. Ella no prestó atención y se levantó, para enfrentarlo. Sasuke era alto y ella quedaba pequeña al frente de él, pero estaba tan furiosa que sintió que podía cernirce sobre él.

— Si pudiera elegir a alguien para que me diera semen..— Hinata le dió una mirada de pies a cabeza, sin ocultar todo el desprecio que sentía —. Eligiría un hombre. ¡No un pichón de macho como tú!

Sasuke tiró la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada. Él parecía muy divertido, el bastardo. Hinata se cruzó de brazos, quería herir su ego, no hacerlo reír.

— Además.. además..— dijo mientras buscaba más para decir, sin llegar a nada en realidad.

—¿Además, qué?— le insistió Sasuke, antes de dar otro mordisco a su sandwich.

Hinata hizo una mueca totalmente en blanco y frustrada. Golpeó el suelo con su pie descalzo y alzó la barbilla.

— ¡Eres horrible! Seguro que no puedes lograr que una mujer se corra ni en tus sueños...

Sasuke alzó una ceja, aún masticando con la boca cerrada. Hinata esperaba otra reacción, y eso sólo la enfureció más. En un arrebato de valentía, agarró la botella de vino y le lanzó en contenido a la cara, el pecho y los pantalones. Sasuke sólo llegó a alejar el sándwich para que no se empapara con el vino, y luego levanto la mirada a sombreada hacia ella.

—¡Idiota!— le gritó. Luego dejó la botella en la mesa con fuerza, se volvió y corrió a su habitación.

Estaba tan enojada que no escuchó la risa profunda de la cocina.

Continuará...