Buenas, aquí os entrego la quinta parte del cuento, espero que os guste.

XD

Una disculpa de ante mano, posiblemente habrán errores ortográficos y de escritura. Ya no tengo las herramientas para pulir esos detalles.

Kung fu panda es propiedad de DreamWorks.

capítulo 5

Guang abrió los ojos. Levantó el cuerpo y se quedó sentado. Al rededor de él, el bosque estaba siendo pintado con los primeros rayos matutinos. El ambiente era acompañado con el sonido que hacía el viento al rozar las hojas de los árboles.

se frotó los ojos, se levantó y sacó el pergamino de su mochila para orientarse, vio que la dirección correcta era subiendo la zona por la que cayo rodando el día anterior.

Salió de esa zona, caminaba viendo el pergamino en determinados momentos para poder ir en la dirección más óptima... pero sus orejas se movieron al oir un susurro.

-Guang -lo llamó una voz femenina.

- ¿¡mamá!? -respondió Guang instintivamente después, se detuvo y miró desesperadamente a todos lados.

-aquí estoy, hijo -respondió la voz de su madre.

Guang volteo hacia la dirección de donde vino lo que escuchó... y ahí estaba la Maestra Tigresa, de pie, ella le sonreía. Guang inmediatamente quiso correr hacia ella, pero no podía mover ninguna parte de su cuerpo... ni siquiera la cabeza.

Llorar fue lo único que pudo hacer mientras la obserbaba - ¡mamá! -exclamó.

La Maestra Tigresa se acercó caminando y al estar frente a él lo abrazó y usando sus manos pegó la cabeza de Guang a su pecho, rodeándolo con inmenso calor mmaternal...

-hijo mio -le susurraba maternalmente la Maestra Tigresa mientras lo rodeaba de la espalda con una mano y con la otra mano le acariciaba la nuca, inclinaba el rostro para darle besos en la cabeza -mi bebé - le susurraba feliz.

Guang podía sentir el cálido amor con la que su madre lo abrazaba y el calor maternal de su pecho mientras le mojaba el atuendo con sus lágrimas- quiero estar para siempre contigo -imploró Guang mientras sollozaba.

-lo siento mi amor -le dijo esta vez su madre con la voz apagada por la tristeza mientras dejaba de abrazarlo. Ella poco a poco se alejaba mientras lo miraba.

- ¡mamá! -gritó llorando desilusionado. Ahora podía ver a su madre de rodillas dentro de una jaula a unos metros de él.

-lo siento mi amor -se lamentó sollozando la Maestra.

Guang no podía hacer nada más que observar.

- ¡no! ¡mamá! ¡por favor no te vayas! -imploraba desesperado con sus lágrimas chorreando a cántaros.

- ¡mamaaaaá! -gritó por última vez...

...

Se despertó de golpe sentándose en la cama en la que se encontraba acostado. Sudaba y le salían lágrimas. usó el antebrazo para secarse el sudor y las lágrimas de su rostro.

- ¿cómo llegué aquí? -se preguntó. Por suerte la curiosidad le hizo olvidar el mal sueño que tuvo dicipándole la tristeza.

Miró a todos lados; estaba dentro de una cabaña hecha enteramente de madera, tenía una puerta y una ventana por la cual los rayos del sol ingresaban y alumbraban el lugar. Habían armas arrinconadas e un lado; espadas, lanzas, estrellas arrojadizas, etc todo bien ordenado y colgado en la parded. En el otro lado habían costales llenos algo que no se podía ver. Lo más probable alimentos.

Se levantó de la cama, y notó que su mochila estaba a lado de él sobre un gran tronco que hacía de velador. Tomó la mochila y vio en el interior; todo en orden, recordó también que se le había acabado la comida. Se puso la mochila, salió de la habitación y dio con otro cuarto, la habitación del centro de la cabaña en donde estaba la puerta principal que por ahora estaba cerrada. La habitación del centro tenía chimenea y una mesa a lado en donde habían ollas de barro y un cesto de pan. Las ollas desprendían un olor a comida... comida recién cocinada.

En las paredes interiores de la habitación central habían estantes y alasenas con todo tipo de contenidos, frascos y botellas, que contenían especias y líquidos de uso culinario.

Lo que más destacaba de todo eso era un aroma inconfundible que venía de la parte alta de uno de los estantes. Guang subió la mirada, vio que en la esquina de la habitación se unian dos estantes una perpendicular a la otra. Y en la última plataforma de uno de esos estantes estaba el origen de tan delicioso olor; un platillo lleno de dumpling. Se le hizo inmediatamente agua a en la boca al verlos, además tenía mucha hambre. Deseaba los dumplings, quería saciar su hambre con tan deliciosos bocadillos...

...

Mientras tanto, a pocos metros de la cabaña se podía ver a un extraño cubierto con una túnica de color gris y una capucha cubriéndole la cabeza, el atuendo no dejaban ni verle los pies. Tenía puestos unos guantes negros y una máscara de madera en el rostro. Portaba una correa en la cintura en donde estaban sujetadas; una katana enfundada y una fila de bolsillos portátiles de cuero sujetados en todo el rededoor de la correa. Su aspecto reservado y misterioso solo le hacían parecer un... ¿asesino? un mercenario tal vez.

El extraño sujetaba entre sus brazos leña recién cortada y se dirigía hacia la cabaña. Al llegar, dejó la leña en una especie de cochera fuera de la cabaña y caminó hacia la entrada. Abrió la puerta, entró y se quedó inmvóvil con la postura serena, giró la cabeza hacia donde estaba Guang...

Guang estaba en la esquina de la cocina, se había subido hasta arriba de los estantes y se mantenía ahí haciendo un buen split apoyando un talón en cada estante. Tenía un dumpling en la mano y estaba paralizado, miraba asustado al extraño quien también lo miraba inmóvil con el rostro enmascarado. Todo en un incómodo silencio.

A Guang le galopaba el corazón ¿quién era ese extraño enmascarado? ¿acaso era un bandido? preguntas flotaban en la mente de Guang. El silecio poco a poco iba siendo disipado debido a que los talones de Guang estaban safando de los estantes hasta que finalmemte safaron completamente y cayó al suelo.

Con una mueca de dolor, Guang inmediatamente se puso de pie.

el extraño se acercó a él sin decirle nada.

-lo... lo lamento señor, yo... yo solo -titubeaba Guang retrocediendo.

-silencio -le pidió de manera neutral el extraño, la máscara hacía que su voz se oyera raspada similar a la de un robot, totalmente rara y distinta a cualquier voz que había escuchado, eso asustó a Guang todavía más- ¿quién eres? -le preguntó después.

-me... me llamo Guang -respondió nervioso- ¿no... no va a hacerme daño? -preguntó después con miedo.

-las preguntas las hago yo -le dijo el extraño poniéndolo más nerviso.

- ¿de dónde eres? ¿por qué haz venido aquí? -cuestionó el extraño.

-soy... del Valle de la paz, vivo en el Palacio de jade, señor -respondió Guang e hizo una breve pausa -me dirijo hacia la prisión del silencio -le aclaró después.

-da la vuelta y regresa por donde viniste -le dijo el extraño a manera de una buena recomendación.

-no puedo... tengo que llegar a la prisión.

-és la última vez que te lo digo, da la vuelta y márchate -le interrumpió, esta vez ordenándoselo con un tono tajante.

Guang no respondió, se quedó en silencio.

-no pudiste ni llegar aquí a salvo. A partir de aquí, más hacia el norte, el camino es más peligroso todavía. No llegarás a ninguna parte, regresa -le advirtió después.

Guang perdió su vista en el suelo sin saber cómo actuar ni qué decir, analizaba una y otra vez todo lo que le acababa de decir el extraño enmascarado.

Mientras tanto el enmascarado miraba arriba, sobre el estante, el plato de dumpling que Guang se estaba comiendo minutos atrás.

-de todas formas iba a invitarte algo de comer -le dijo. Guang lo miró- siéntate, voy a servirte algo -le dijo después.

Guang no sabía que hacer, al no poder verle el rostro, desconfiaba, y no sabía sus verdaderas intenciones. Pero estaba seguro de que fue aquel extraño quien lo encontró desmayado en el bosque y lo llevó hasta su cabaña. Decidió hacerle caso y sentarse, además aún tenía mucha hambre.

Después de que terminara de comer, el extraño le ofreció comida para llevar, Guang la aceptó.

Cuando se despidieron, el extraño le dijo que regresara, que és muy peligroso si continuaba.

Guang en silencio emprendió la marcha regresando por el camino del que había venido... Pero solo lo hizo para buscar otra ruta y rodear la zona en donde vivía el extraño. Siguió con su marcha hacia en norte.

Un par de horas después, Guang percibió sonido de pasos apresurados acercándose por su retaguardia. Al darse la vuelta vio a dos gigantescos jabalíes corriendo hacia él. Guang galopó a gran velocidad para poder perderlos, pero otro jabalí lo esperaba más adelante, este jabalí le sujetó de la parte trasera del cuello del atuendo e inmediatamente lo puso de espalda hacia él para rodearle el cuello con el otro brazo mientras los otros dos que corrían detrás de él se acercaban.

Guang logró reaccionar y antes de que el jabalí presionara el abrazo en su cuello le mordió con fuerza en el antebrazo, el jabalí lo soltó mientras daba un graznido de dolor sujetándose la mano mordida. Guang volvió a emprender la huída, pero otro de los jabalíes le sopló un dardo que se le clavó en la parte trasera del cuello. Guang al sentir el pinchazo se llevó una mano atras y se sacó el dardo para después tirarlo, un par de segundos después, Guang sintió mareos y poco a poco sus piernas y brazos perdieron fuerza, dejó de correr y finalmente cayó boca abajo con el rostro mirando hacia los bandidos. Ya no se podía mover, pero sí podía mirar y escuchar. Los jabalíes llegaron hasta él y lo redearon tranquilamente. Pero se alteraron al darse cuenta de que alquien se aproximaba a lo lejos. Guang también lo vio.

- ¡aléjate! -le gritó alterado uno de ellos.

Guang podía verlo acercarse y se tranquilizó al darse cuenta de quien se acercaba era el extraño de la cabaña, cargaba con una mano un pequeño saco con manzanas rojas.

- ¿¡quién diablos eres!? -le pregunto intentando fingir enfado uno de los jabalíes quien era intimidado, al igual que sus compañeros, por la postura relajada de aquel enmascarado.

-no puedo buscar comida tranquilamente porque ustedes imbéciles hacen demaciado ruido -dijo el enmascarado con esa voz que alteró de inmediato a los bandidos los cuales desenfundaron sus hojas y se abalanzaron hacia él.

De forma lenta y tranquila, el enmascarado dejó su bolsa de manzanas en el suelo, se puso en guardia y esperó paciente.

Un bandido le dio una cortada vertical descendente, el enmascarado se hizo a un lado para evadirlo e inmediatamente le dió una patada circular impactándole la parte lateral de su rostro noqueándolo y dejándolo tendido en seguida.

al próximo bandido se le adelantó con una patada voladora impactándole en el pecho tirándolo varios metros atrás. El último bandido le dio una cortada lateral, el enmascarado la bloqueó sujetándole la muñeca y torciéndole de inmediato el brazo haciéndole soltar el arma. El bandido jabalí ya desarmado, atacó con dos puñetazos rectos al rostro, el enmascarado las bloqueó fácilmente con las palmas. El bandido continuó con una patada frontal, el enmascarado evadió dando un paso atrás para después saltar y dar un giro de 360 grados en el aire finalizando el giro con una poderosa patada circular que le impactó al jabalí en el costado de la cabeza rompiéndole el cráneo y matándolo al instante.

Guang aún paralizado pudo ver aquel gran espectáculo, el enmascarado era experto en el Kung fu. Él veía al enmascarado con una pose serena y frente a él el cuerpo del jabalí desplomándose con fuerza por el efecto de la poderosa patada tornado, con la cabeza sangrando en abundancia. Luego poco a poco la vista se le iba nublando y lo último que vio fue al enmascarado acercándose a él...

Cuando Guang despertó se encontró acostado en una cama, distinda a la última cama en la que había despertado. Su mochila estaba sobre un velador a lado de su cama.

Al salir de la habitación se encontró en un pasillo con puetras a ambos lados. Estaba en una posada.

Se encontraba en una aldea extraña, caminó por sus alrededores intentando buscar el lugar correcto para ubicarse. Afortunadamente más que extraña, era una aldea tranquila, inmensa y con un infaltable bosque rodeándolo por todos sus lados. Guang abandonó el lugar y supo de inmediato lo que debía hacer.

El enmascarado se encontraba sentado en posición de loto fuera de su cabaña, meditaba.

- ¿por qué regresaste? -formuló esa pregunta. Había notado la presencia de Guang atrás suyo.

-eres un Maestro -le dijo Guang, esperó unos segundos caminó hasta estar frente al enmascarado -por favor entréneme -le pidió después haciéndole una reverencia.

-regresa por donde viniste -le respondió el extraño.

-por favor, necesito que me entrene, se lo suplico -imploró Guang.

El enmascarado se levantó y dio un par de pasos hacia Guang hasta estar frente a él, bajó el torso hasta estar cara a cara con él- ya te he ayudado demasiado salvándote la vida 2 veces. Tiene que ser suficiente -aclaró- ¡vete! -le ordenó finalemente levantándole la voz.

-no lo haré -habló Guang mirándolo casi desafiante, no duró demasiado y se desarmó en seguida desviando la mirada -por favor... Se lo suplico. Puedo pagarle con lo que quiera, mi padre es el...

-no me importa lo que tengas -interrumpió el enmascarado.

-por favor, yo también sé Kung fu, no será difícil porque no tendré que aprender desde el principio -habló Guang

El enmascarado lo ignoró, entró a su cabaña y cerró la puerta. Guang se quedó en silencio parado observando la puerta.

Guang pasó ahí todo el día, al anochecer se sentó en posición fetal apoyado sobre la pared de a lado de la puerta. La puerta se abrió lentamente. Guang se había quedado dormido esperando una respuesta y porque ni sabía a dónde ir.

-niño -se oyó la distorcionada voz del en mascarado quien lo miraba desde la puerta, guang no despertó, él notó que Guang sujetaba entre sus débiles dedos dormidos una pequeña hoja con la figura de alguien, caminó hasta estar muy cerca de él y vió con claridad lo que Guang sujetaba, era un retrato.

-niño, despierta -entonó, esta vez en voz alta. Guang abrió lentamente los ojos y se sobre saltó- entra- le ordenó después. Guang pensó un momento muy confundido, luego de darse cuenta se levantó rápidamente y entró.

-siéntate -le ordenó el enmascarado.

Guang obedeció y segundos después el enmascarado le trajo un plato de dumplings, tofu, pescado y tomates. Después se sentó frente a él.

-respóndeme con la verdad mientras comes -le solicitó- ¿para qué quieres ser entrenado por mí?

-necesito entrenar para poder cruzar con mayor seguridad el tramo que me falta para llegar a la prisión -respondió.

- ¿por qué te urge tanto ir a ese lugar?

-yo... Quiero ir a ver a alguien

-sabes que aunque si llegas, no podrás entrar a verla ¿verdad?

Guang no respondió.

-bien, voy a entrenarte niño, empezaremos al amanecer, ahora termina tu cena y vete a dormir a la habitación en donde dormiste el otro día.

Guang lo miró con los ojos abiertos, se quedó perplejo, segundos después reaccionó, se paró rápidamente he hizo una reverencia.

- ¡gracias Maestro! ¡prometo no decepcionarlo!

Sin decir nada el enmascarado se puso de pié.

-mi nombre es Heng -se presentó al fin el enmascarado.

- ¡prometo no decepcionarlo, Maestro Heng! -exclamó aún en posición de reverencia.

-ahora has lo que te dije y duerme temprano.

El enmascarado quién, ahora sabemos que se llama Heng, se entró a la habitació opuesta a la habitación en donde Guang debía dormir y cerró la puerta.

Al amanecer del día siguiente, Guang al despertarse salió inmediatamente de la habitación y al salir de la cabaña, vio al Maestro Heng en posición de loto. Guang corrió hasta estar frente a él y lo saludó haciéndole una reverencia. El Maestro Heng se puso de pié y lo invitó a desayunar primero. Una vez culminado el desayuno, ambos salieron de la cabaña. Y justo antes de empezar el entrenamiento el Maestro caminó hasta estar frente a Guang.

-voy a entrenarte, pero tengo una condición.

- ¿cual?

-te lo diré cuando termines el entrenamiento, si es que sobrevives.

Fin del capítulo.

Hola, espero que aún hayan algunos o haya alguien esperando capítulos de este fic les suplico que por favor se manifiesten con un review, MP, o lo que sea. Lamento haberme perdido (creo que fueron 3 años) repentinamente me entraron unas ganas de revivir lo bonito que fué mi viaje por fanfiction en aquellos hermosos años antes de la catástrofe.

En fin, intentaré terminar este fic lo antes posible.

Un abrazo. Cuídense mucho.