Touma continuó divagando por lo ocurrido casi 30 minutos atrás, caminando junto a Index en modo automático… el autopiloto. Index se detuvo con un gato cría blanco con manchas beige, un gato Calicó, eso sacó al pelinegro del autopiloto, dándole conciencia de esa presencia extraña, muy débil para que Index la detecte, pero claramente presente para el pelinegro.

Index dijo algo, Touma la ignoró.

Index se molestó y repitió irritada, Touma se negó a tener al gatito en el dormitorio.

Index gritó e hizo un berrinche que nadie más que Touma escuchó, y el gato escapó…

— ¡Alguien a activado una runa de color verde! ¡Iré a revisar, adelántate al dormitorio! — La niña salió detrás del gato.

— Runa, dice… — Murmuró Touma más para sí mismo.

— Una runa para alejar gente. — Una voz masculina surgió detrás de Touma. El motivo real del porque no fue tras Index. — A pasado tiempo, Kamijou Touma. —

— No tanto como me gustaría… — Dijo Touma encarando al sujeto, un hombre bastante alto, vestido en túnica negra, cabello anormalmente rojo y lo que parece ser un código de barras debajo del ojo derecho.

— Bueno, supongo que eso está bien para el tipo de relación que tendremos. — Contestó el pelirrojo encogiéndose de hombros.

Sacó una carta blanca simple, que rápidamente se convirtió en una llamarada que se extendió contra el estudiante. Una mueca de burla seguida de una expresión de aburrimiento apareció en el rostro del pelinegro cuando el fuego fue negado. Para sorpresa del pelirrojo, Touma no levantó su brazo derecho como se supone que lo haría.

La expresión de desconcierto en el pelirrojo punketo se ganó otro chasquido burlesco de lengua por parte de Touma.

— No se quien eres, pero deduzco que te patee el trasero y ahora te obligaron a trabajar conmigo para solucionar algo mágico. ¿No? — Contestó con una sonrisa casi arrogante.

— No te pongas arrogante conmigo niño. — Contestó el pelirrojo conteniendo su molestia.

— Dime tu nombre, mago, y a lo que has venido. — La expresión pétrea de Touma regresó, alerta de cualquier ataque sorpresa.

— No puedo creer que tenga que hacer esto. — Susurró el pelirrojo. — Stiyl Magnus es mi nombre, niño tonto. — El mago sacó un sobre común de su túnica y lo alzó haciendo que los papeles dentro del sobre salgan por si solos y giren alrededor de él.

Stiyl comenzó a informar, según él, de la misión que tiene en Ciudad Academia; Dentro de la escuela suplementaria Misawa está una joven encarcelada como parte de un culto que adora a la ciencia como si fuera religión, todo liderado por un alquimista de nombre Aureolus Izzard. Al parecer, el sujeto ha estado desaparecido por tres años, ahora quiere usar a la chica, quien porta algo llamado Deep Blood, que es excelente para matar algo en particular… Vampiros.

— Neta… — Comentó Touma descolocado por la idea de que esos seres anémicos existan.

— Ni siquiera nosotros los magos conocemos los detalles, pero Deep Blood es la sangre que mata vampiros. — Contestó Stiyl exhalando su cigarro. — Si queremos encontrar a un vampiro, ¿No sería mejor tener a Deep Blood a nuestra disposición? —

— Y quieres que te ayude a infiltrarte en la escuela para que puedas rescatar a la chica. ¿Cierto? — Argumentó Touma con expresión seria.

— Eres más inteligente de lo que pareces, chico. Eso facilita las cosas. — Touma contestó con un resoplido al insulto del pelirrojo.

— Esta es mi ciudad y por lo tanto te ayudaré. Pero espero una remuneración por parte de ustedes; mantener el apetito de Index a raya es una maldición en sí misma. — Continuó Touma con severidad. — Y no empieces con estúpidas amenazas, esa es mi condición si no quieres que haga tu trabajo más difícil. — Touma caminó en la dirección de Index dejando al mago renegando y maldiciendo en voz baja.

Ya en el departamento, el gatito callejero votó del hábito de Index casi al instante en que Touma cerró la puerta. Genial, otra criatura que Touma debe Mantener en contra de su voluntad.

— ¿Que me puedes contar de Stiyl Magnus? — Preguntó el pelinegro con expresión pétrea.

La verdad es que Index no podía decir quién es ese mago, él fue uno de los magos que estaba detrás de ella para resetear el hechizo que la afligía cuando se conocieron, pero comentó que Touma se enfrentó a una chica llamada Kaori Kanzaki, quien es una Santa, y eso la vuelve una persona muy poderosa.

— Bien, resolveré este asunto mágico lo antes posible… No dejes el departamento, ni dejes salir al gato. — Dijo Touma saliendo del cuarto.

— ¡Se llama Sphinx! — Index contestó como si aceptara lo que dijo antes. En realidad, saber que su cuidador saldrá a luchar contra magos sin ella la preocupa, pero no admitirá eso.

En el pasillo de los departamentos, Stiyl está pegando sus tarjetas blancas por dentro del edificio sin aparente órden. — ¿Qué haces? —

— Pensé en dejar a Innocentius para protegerla. — Contestó el mago, algo absorto en sus acciones, muestra de lo concentrado que está en pegar las tarjetas que dan forma a su magia. — Es posible que otros magos vengan para llevarse a Index. — Agregó antes de murmurar algo bajo un suspiro melancólico pero soñador.

— Ya… Entonces te gusta Index. — El mago de dos metros de altura se sonrojó y balbuceó baboseando el pretil por unos segundos.

Sí… Esa es una reacción de alguien que quiere ocultar sus sentimientos por una persona. Pero nada de eso importa.

Mientras se dirigían a la escuela, el mago no desaprovechó la oportunidad de averiguar el porqué de los cambios en el pelinegro.

— Un viejo amigo pidió mi ayuda para solucionar un problema muy delicado que tenía entre manos. Él me entrenó para poder hacer frente a esas personas, el resultado es lo que ves. — Touma abrió los brazos mostrándose a sí mismo. — Más alto, más fuerte y rápido, más viejo… y como viste, puedo usar el Imagine Breaker sin la necesidad de levantar mi brazo… aunque no es para tanto. —

Al llegar al edificio, cerca del anochecer, Stiyl comentó que el edificio es un sello en sí mismo, algo sobre la disposición de sellos mágicos y matemática, que el pelirrojo no se dignó a explicar con claridad. Finalmente el mago habló sobre el Alquimista, Aureolus, y su capacidad para alterar la realidad a gusto, sin embargo, todo tiene un límite y todo lo que el alquimista creé sigue siendo un objeto sobrenatural.

— Esta es Deep Blood. —

Stiyl le entregó una foto a Touma con la chica en traje de Miko que se encontró en el establecimiento más temprano, Aisa Himegami. Al entrar al edificio, al fondo de la entrada, los recibe el cadáver de un caballero en armadura de placas.

— ¿Qué es esto? ¿Un cuerpo? — Dijo Touma arrodillándose ante la armadura.

— Eso mismo. —

— Pues se jodió la cosa muy rápido… Y por lo que veo, nadie nos vió entrar. —

— Así es, una barrera que divide el interior del exterior. — Dijo Stiyl mostrando una moneda como analogía innecesariamente rebuscada para algo tan sencillo de explicar y entender. — Ellos no podrán notar nuestra presencia o lo que hagamos, de igual manera ellos no pueden interferir con nosotros. —

— Eso está bien, supongo. — Contestó Touma ignorando olímpicamente la explicación de un minuto y algo sobre cómo la barrera funciona, sacando a su vez su teléfono para marcar a su departamento, ya subiendo las escaleras del edificio. — Oye, In… Espera, escucha, "Esta es la residencia de Kamijou, habla Index", ¿Eso te ayuda…? Sí sí, hola… ¿¡Te comiste los dos!? Diablos Index; Dejemos eso de lado, te llamo para avisar que llegaré tarde. Deduzco que ya cenaste, así que no me esperes. — Colgó el pelinegro para continuar por la escalera.

— ¿Qué sucede? — Replicó el preparatoriano.

— Nada, solo que estás muy tranquilo. Estamos en un campo de batalla para tu información, y tú estás despreocupado hablando con ella. — Contestó de mala gana.

— ¿Celoso? — Un silencio incómodo se formó entre ambos. — Escucha. Mientras ustedes cumplan con mi condición, no tienen nada de qué preocuparse; tampoco creas que estoy siendo arrogante, como dije, fui entrenado, así como tú confías en tu magia yo confío en mis capacidades. — Touma interrumpió cualquier queja o argumento que Stiyl intentó soltar, y continuaron subiendo las escaleras.

Ambos continuaron su camino por la escuela sin incidente alguno hasta que llegaron a la cafetería en la tercera planta, los estudiantes que se suponía que no podían percibirlos, se levantaron abruptamente y comenzaron a recitar.

— ¿Control mental? —

— Es más un sistema de seguridad, los estudiantes forman parte del rito. — Contestó Stiyl huyendo de la cafetería. — Bien Imagine Breaker, ¡Te lo dejo a ti! —

'Cobarde.' El pelinegro pensó y murmuró irritado.

Touma alzó la mano derecha y extendió los dedos abriendo la palma. el sonido de una bestia superior retumbó por la cafetería y el pasillo helando la sangre del mago. Al momento que Touma cerró la mano un rugido surgió, y todas las esferas de luz fueron eliminadas, también los estudiantes cayeron inconscientes por la pérdida de la conexión mágica.

— ¿Qué fue eso? — Preguntó el mago estupefacto.

— Entrenamiento. — Contestó el pelinegro con una sonrisa. — ¿Pero qué fue eso que recitaron? — Touma preguntó caminando hacia Stiyl.

— Fue una réplica de un canto gregoriano, una oración antigua… pero pensar en que está usando a los enemigos- —

— Detente ahí. — Interrumpió Touma. — El que estemos en círculos diferentes, no nos vuelve enemigos. Ese es tu ego controlando tu mente… Quizá necesitas que te inyecte un poco de conciencia en esa cabeza tuya. — Touma dijo alzando su puño, el mago solo chasqueó la lengua. — ¿Por qué es tan preocupante que use a ESPERs en su ritual? —

— Estás tonto. Las leyes de la magia son diferentes a las leyes de la ciencia. Cuando un Esper intenta usar magia, la diferencia de leyes generan conflicto, eso resulta en algún tipo de daño físico o mental, que puede llegar a ser irremediable o mortal. —

— Entiendo… dijiste que es una réplica, — Stiyl asintió. — ¿Es posible que use objetos para acelerar el ritual? —

— No puede ser acelerado, pero puede usar sellos para multiplicar las voces, dada la cantidad de estudiantes en este edificio, es lo más probable. —

— Entonces dividámonos, yo bajaré para golpear la cara de los fanáticos mientras busco a Aisa. — Dijo Touma caminando hacia la escalera más cercana.

— Funciona, romperé los sellos que encuentre… — Touma no tardó en correr por el pasillo hacia la escalera. — Estás lleno de sorpresas, Kamijou Touma. — Contestó Stiyl al estudiante, su último comentario fue casi un murmullo que nadie escuchó.

Stiyl corrió edificio arriba mientras Touma bajó; en el camino, el pelinegro se encontró no con estudiantes, era casi como si todos hubieran desaparecido, Lo que sí encontró fueron muchas esferas blanquecinas flotando y persiguiéndolo edificio abajo. Para utilizar el rugido y eliminar todas esas molestas esferitas, él debe concentrarse, y no hay tiempo o margen de maniobra para hacerlo.

Naturalmente el pelinegro corrió escaleras abajo, saltando dos a tres escalones, incluso siete de una sola vez, todo para llegar no a la planta baja como uno esperaría, sino a un piso inferior que sigue siendo un piso de salones… seguramente el sótano está una o dos plantas más abajo. Casi tropezando por la repentina aparición de una chica, aunque el que apareció realmente fue Kamijou, el preparatoriano aprovechó ese impulso extra para casi saltar sobre la chica poseída, desconectándola del sistema mágico que de apoco le está cortando el cuerpo, literalmente.

Aun así, Touma terminó rodeado de esferas de luz blanca con una chica inconsciente en sus brazos, con muestras claras de los estragos que usar magia provoca en un ESPER, cortes que aparecieron por todo su cuerpo, unos más profundos que otros; la pregunta viene a ser cuánto daño interno sufrió. Y con todo eso, lo que hizo a las esferas de luz casi fantasmal desaparecer en el suelo no fue nada que Kamijou pudiera hacer desde su posición hincada.

— ¿Qué pasó? — Preguntó el chico al aire cuando las esferas comenzaron a caer, y desvanecerse en el suelo cómo burbujas de vapor.

Pasos que se escucharon desde la escalera detrás del estudiante fueron la respuesta accidental que recibió; la persona que han estado buscando, Aisa Himegami, se dejó ver conforme descendía tranquilamente los escalones, vistiendo el mismo traje miko de la tarde, encontrándose de nuevo por una casualidad.

Por otro lado, en los pisos superiores, el alquimista se muestra ante el mago de fuego para convencerlo de unirse a su causa,hablando sobre la naturaleza del canto gregoriano; intentando colar la idea de que Touma fue eliminado por la magia.

— Lamentablemente, él es más duro de lo que imaginas. — Stiyl lanzó su cigarro encarando al alquimista de traje blanco y cabello verde. — ¿Y? ¿Qué planeabas al traerme aquí? —

— Tu mejor que nadie debería entenderlo, viejo amigo. — El alquimista casi sonrió al ver la reacción del mago. — Con uno de esos seres podré alcanzar un estado mayor, y de esa manera reparar los daños y salvar a otros. —

— ¿Quieres a un vampiro para llegar a ser un dios mágico? — Stiyl preguntó con el ceño fruncido y una carta en mano.

— Eso es tentador, pero no. — El alquimista, conocido como Aureolus, contestó sacando una gran aguja dorada. — Tomemos a Index como ejemplo; Ella no puede sobrevivir mucho sin verse obligada a sufrir pérdida de memoria al final de cada año, Pero sin el límite humano, no hay necesidad de borrar sus recuerdos. —

— Jeh. Jajaja. — Esta vez fue el turno de Aureolus para fruncir el ceño, qué es tan gracioso para este mago. — Veras, ese chico encontró una manera de salvar a Index; él y su mano derecha hicieron en una noche lo que nadie logró en años, ni siquiera yo. —

— Déjame ver si entendí bien. Tu sangre atrae a los "Vampiros", sin embargo los mata, e hiciste un pacto con ese sujeto para servir de carnada para sus planes, con la excusa de que intenta salvar a la gente, matando gente en el proceso. ¡Y todo esto por qué algún desquiciado convirtió tu pueblo natal en un pueblo de vampiros! ¿Voy bien o me perdí? —

— Decirlo de esa forma es ofensivo jovenzuelo. — Una voz se escuchó desde el fondo del pasillo oscuro. — ¿Qué es lo que te hace pensar de mí de esa manera? Independiente a lo que pienses, iré a por ti de inmediato. — El alquimista apareció frente a Touma en un segundo. — Seguro tienes preguntas, pero no debo responderte. —

Touma intentó dar un golpe lento al costado del alquimista. — No te acerques más a mi. — El alquimista se alejó del estudiante al instante. — Desafortunadamente, me aburres. ¡Desaparece! — Esas fueron sus palabras, pero algo en esa frase no se sintió real, casi como si el supuesto super alquimista estuviera ansioso de deshacerse del chico.

Y para sorpresa de todos, solo El mago y la miko realmente, nada ocurrió; si acaso algo parecido a un espejismo se movió del supuesto alquimista contra el pelinegro, para simplemente desvanecerse antes de siquiera tocar al estudiante.

— Oh… ya entiendo cómo funciona tu magia… Creas aquello en lo que puedes creer… Ese poder tuyo es otra cosa. — Las palabras de Touma dejaron helado al alquimista. Se supone que el estudiante debió desaparecer del mundo entero, como si nunca hubiese existido, pero sigue allí… Como si nada. — ¿Confundido? — Dio una sonrisa soberbia para sacudir la cabeza y retomar el tema.

— Dime, alquimista… ¿Sacrificas a ESPERs en tu ritual para cumplir tus deseos? — Preguntó Touma con severidad, con su brazo extendido, como si intentara proteger a Aisa. — No respondas, yo sé que sí. Y estoy aquí para evitar que utilices a Himegami en tu ritual y sacrifique a más inocentes. —

Esa afirmación, aunque real, en la desviada mente del alquimista estaba justificada, y eso generó un ceño fruncido en el hombre de cabello verde.

— Filo corta la derecha. — Las palabras del alquimista formaron una hoja de luz que rebanó el antebrazo derecho de Touma.

Sangre brotó del codo del pelinegro como una fuente, dejando al estudiante estupefacto por unos segundos. La risa ahogada casi gangosa del alquimista comenzó a escucharse por el pasillo; la frustración de que ese jovenzuelo hiciera algo que él no pudo, que no se viera afectado por su hechizo anterior, y que de algún modo comprendiera su magia, desató una ira loca en contra del pelinegro, una ira que nace de un miedo primitivo, así que Aureolus simplemente se deshizo de aquello que hace al chico tan especial.

Aisa, sin embargo, estaba paralizada por lo que presenció, la miko dió su lealtad hacia Aureolus por su promesa de liberarla de la maldición de su sangre, pero el hombre también prometió no dañar a inocentes; que es el mayor temor y arrepentimiento de la chica, y con esa última acción aquella lealtad desapareció; Asia ya sabía que Aureolus estaba lastimando a los otros estudiantes, pero al no ver daños de algún tipo, prefirió ignorar el asunto.

Aún con todo eso, la risa macabra que surgió desde Touma cayó al alquimista con un escalofrío que compartió la miko.

— Eres estúpido pensando que podrás derrotarme con algo tan absurdo. — La voz de Touma se distorsionó y se escuchó mucho más grave y casi gutural.

Las pupilas del estudiante pasaron de oscuro a rojo, y del codo de Touma la cabeza de una criatura, un dragón, surgió dejándose ver por la sangre que lo envolvía. — Esa magia tuya es muy conveniente, admitiré eso. — La cabeza de dragón rugió, el mismo rugido de cuando eliminó las esferas de luz en el corredor; pero mucho más imponente y terrible, empujando el aire a su alrededor.

Aureolus utilizó su magia, su Ars Magna, para eliminar la vida en el chico, pero ni siquiera logró enfocar su maná, como si no tuviera maná en absoluto. — ¡Pero esa magia tuya no es más que una patética ilusión para mí! — La cabeza de dragón se lanzó en contra de Aureolus, "devorando" su cabeza y dejándolo inconsciente, Aisa por otro lado quedo paralizada por la presencia tan abrumadora de la criatura que sale del codo del pelinegro.

Todo quedó en silencio tras ese instante, y solo entonces Aisa logró recuperarse lo suficiente para ver al chico recoger su "antebrazo" del suelo, absorto en algo mientras el dragón transparente rodea su cuerpo. Touma asintió y cerró sus ojos aún enrojecidos. La criatura abrió sus fauces para morder la cabeza del chico, Aisa, con los nervios en punta, intentó protestar incluso con todo ocurriendo muy rápido, el sonido de cristales rompiéndose retumbó por el pasillo, la cabeza de dragón desapareció, y el brazo de Touma se recuperó sin dejar marca.

— Mmm, se siente extraño… como si le faltara algo. — Pensó en voz alta el chico observando su brazo.

— E- ¿Estás bien? — La voz de Aisa regresó al estudiante a la realidad, sacando un susto.

— Hmm, si… es solo que mi brazo se siente diferente… — Repitió Touma moviendo la mano, plenamente consiente de que en ningún momento perdió el brazo, solo la sensibilidad de este. — Más importante, ¿Qué harás ahora? —

— ¿Cómo? — Contestó la chica suavemente con una expresión blanca, tal vez, ella no muestra expresiones faciales. Ciertamente después de ver morir a todo tu pueblo en una noche te dejará traumas emocionales.

— Llevaré al alquimista con mi… contacto… ¿Qué tal si vienes? Quizá él, o su grupo, puedan ayudarte de una forma más… amena. — Dijo Touma con expresión tranquila. — Ah, por cierto, mi nombre es Touma Kamijou. —

— Aisa Himegami. — Touma caminó hacia el alquimista inconsciente para cargarlo a la espalda. — ¿Qué fue eso? —

— Eso… Bueno, te puedo decir que es Ryuujin, un ser que habita dentro de mí, cuando el Imagine Breaker se rompe, él puede salir y concluir la batalla en ese momento. — Esa explicación no es tan precisa… Pero sirve para el momento.