Capítulo 4 la rutina
Había sangre esparcida por casi todo el recinto, no era mucha pero si dibujaba un extraño patrón, reina mishima se encontraba de pie en su forma humana, tenía su brazo izquierdo roto, al menos tres costillas igualmente rotas, su nariz sangraba abundantemente, apenas estaba consciente, pero lo había logrado, feng wei sen encontraba noqueado en el suelo, aun asi, ella no estaba feliz, ya que feng wei aunque estaba derrotado, apenas estaba herido, reina se sentía frustrada, uso todo su poder y apenas había ganado, por un golpe de suerte, reina intento sacar esos pensamientos de su cabeza, pero era difícil no ver la realidad frente a ella, ya solo le quedaba ir a recuperarse, volvería después para dar las indicaciones a feng wei, según los datos de archivo este era un guerrero honorable, por lo que este cumpliría su parte del trato, aun así, el pensar que asuka kazama no pudo derrotar a feng wei le daba ciertos ánimos de que ella podría derrotarla fácilmente aun a pesar del poder kazama.
Mientras tanto, en el dojo kazama, asuka estaba ordenando todos los materiales de entrenamiento, pronto iniciaría la clase de la tarde, aunque solo vendrían dos estudiantes, eso era lo mejor que había logrado a lo largo de los años, desde la destrucción del dojo, este nunca se habría logrado recuperar, sin importar cuando lo intentara ella o su padre, no lograban levantar el interés por el estilo kazama, si no fuera por el dinero de lili quien sabe que le habría pasado a ella o a su papa, aun así ella esperaba nunca tener que admitirlo en voz alto delante de ella; de repente escucho el timbre de su celular, ella esperaba que fuera su padre, no tenia ganas de hablar con lili.
Asuka: ¿hola?
Harada kazama: ¿hola asuka, como va todo por ahí?
Asuka: ¡oh papa! todo esta bien, muy tranquilo de hecho, pronto empezara la clase de la tarde.
Harada kazama: ¿ya, ya, como están las cosas con lili? ¿No se están peleando todo el día eh?
Asuka: papa, lili sigue en su viaje de negocios.
Harada kazama: oh claro, ya me es muy extraño que ella no esté en la casa.
Asuka: pues para mi estas son las mejores vacaciones que eh tenido.
Harada kazama: hay asuka, me gustaría que después del entrenamiento salieras un rato, a pasear o algo así.
Asuka: papa, estoy bien en casa, el entrenamiento para los alumnos no es igual que el mío, pasare un buen tiempo en el dojo y cuando termine, ya será la hora de la cena.
Harada kazama: bueno, pero al menos mañana podrías ir a algún lado, solo por diversión, nada de buscar problemas, solo diviértete.
Asuka: papa, no necesitas pedirme algo así, yo me divierto con mi entrenamiento, pero bien, saldré a dar un paseo en bicicleta.
Harada kazama: bueno hija, tal vez podrías hacer algo más, tal vez invitar a alguna amiga o incluso a un amigo, para que te acompañe.
Asuka: ¡PAPA!, Y-O, PUEDO DIVERTIRME YO SOLA.
Harada kazama: ah, esta bien hija, yo solo quería llamar para saber cómo estabas.
Asuka: estoy bien papa, no necesitas preocuparte por mí, diviértete nos veremos pronto.
Harada kazama: claro que sí, te traeré un recuerdo.
Asuka: ¡genial! Que tal algo para comer, me gustaría probar algo exotico sin que lili me dé una explicación exhaustiva sobre lo que es eso.
Harada kazama: ja ja ja, bueno hija, nos vemos pronto.
Asuka: adiós papa.
Asuka colgó la llamada, pensando en lo feliz que debería de estar su padre, era su primer viaje lejos de la ciudad en mucho tiempo, el merecía pasárselo bien después de todo lo que había pasado, seguramente se lo pasaría bien con sus amigos, pensar eso la puso un poco triste, su padre era alguien muy sociable, aún tenía varios de sus amigos de la infancia, en este viajes ellos podrían platicar lo que había sucedido en sus vidas, mientras que ella, no tenia con quien hablar, aunque tampoco tenia mucho de que hablar, su día había sido levantarse, comer, descansar, entrenar y comer, entrenar y luego irse a dormir; entonces por un momento se le cruzo por la mente llamar a lili, pero seguramente ella no la dejaría hablar, seguramente estaría viviendo un montón de experiencias alucinantes, todo lo que el dinero puede comprar.
Oyo el sonido del timbre, seguramente serian sus estudiantes, dos estudiantes para un dojo con mas de 30 años en funcionamiento, eso no la motivaba mucho, pero entonces recordó una promesa que había hecho hace años, levantar el dojo devuelta a sus viejas glorias, levantar el apellido kazama del fango en el que jin lo había puesto, dar lo mejor de si misma. eso era lo que más le gustaba hacer.
