Saludos a todos!
Aquí su humilde servidora trayéndoles otra historia a pesar de no haber terminado algunas por aquí jeje.
En fin, referente a lo que será esta historia, hace bastante tiempo había tenido pensado escribir una historia enfocada en Lean, personaje que a decir verdad me agrada mucho. Debido a que tenia bastantes ideas en mi mente no pude concretar antes esta historia.
Luego de un par de meses pude ordenar esas ideas y al final logre escribir esta historia. Sin más que decir por ahora, nos vemos al final.
Verano
..
..
"Porque un poco de verano, hace que todo el año valga la pena"
..
..
*Beep* *Beep*
Tres
*Beep**Beep*
Cuatro
*Beep**Beep*
..
Tras escuchar por quinta vez el sonido que emitía el despertador, el chico se levanto de su cama, tomo aquel molesto aparato, abrió la ventana de la habitación y lo arrojo por esta.
Si debía escuchar un minuto más el sonido del despertador iba a dolerle la cabeza.
Durante toda la noche estuvo dando vueltas por toda su cama tratando de conciliar el sueño, pero no lo consiguió. Al final cuando estaba por conseguir descansar el sonido del despertador se lo impidió.
"La mejor forma de empezar el día"
Luego de un ultimo bosteo el chico opto mejor por levantarse de la cama, tenia un entrenamiento programado para ese día, quizás luego de este podría tomarse una hora para descansar y ver si recuperaba un poco de su sueño.
Mientras se arreglaba escucho un ruido que provenía de una pequeña jaula pequeña que tenia en su habitación. Al parecer Harry estaba despertando o durmiendo de nuevo, no lo sabía exactamente, consideraba que los erizos tenían un horario de dormir muy extraño.
Una vez que termino de dibujarse esa ultima linea en su mejilla, apago las luces del baño y salió. Se acerco a la puerta del closet y tomo su abrigo de siempre y se lo puso. Cuanto termino de ajustarse el cinturón de este volteo a ver hacia donde se encontraba aún dormido aquella criatura.
— Iré a desayunar, regreso después — le dijo el chico a su erizo, este seguía dormido dentro de la jaula.
Después de despedirse de su pequeño amigo, el chico cerro la puerta de la habitación y camino en dirección hacia la cocina del departamento.
Ya habían pasado un mes desde que regreso a Estados Unidos, igual que hace un mes que concluyo aquel torneo de beyblade por parejas en Japón.
Si bien los planes que tenia con respecto a dicho torneo no terminaron como él esperaba, eso no significo que el resultado haya sido tampoco malo para él. Aquel torneo lo ayudo aprender varias cosas nuevas, entre ellas descubrir su propia llamarada. En un principio había creído que aquella llama que sentía dentro él era su verdadera esencia, pero que equivocado estaba, su verdadero ser se encontraba oculto muy dentro de él y el cuál consiguió sacar a la superficie después de tanto tiempo.
Cuando entro a la cocina de aquel departamento se dio cuenta que en la mesa ya se encontraban colocados los platos y vasos. Todo colocado de manera casi perfecta.
— Buenos días Lean — lo saludo Shu, este estaba terminando de colocar los utensilios en la mesa.
— Bueno días — saludo cortamente el chico.
Aunque la idea de quedarse en Japón no era mala, al final el chico tomo la decisión de regresar a Estados Unidos días después de que concluyera el torneo. Aquella decisión que tomo tenia dos motivos importantes para él.
El primero de ellos tenia que ver con Shu Kurenai, unos tres días después de finalizar el torneo se entero que este había regresado a Estados Unidos. Gracias al torneo, todos aquellos rencores que tenia hacía el albino habían quedado en el pasado y ambos habían quedado en "buenos términos". A pesar de eso, algo muy dentro de Lean, quizás producto de su descubierto "nuevo ser" sintió la necesidad de disculparse como realmente debería con aquel que fungió en el pasado como su mentor.
Aunque le costara reconocerlo, si no hubiera sido por Shu posiblemente ni siquiera lo hubieran dejado participar en el torneo. Tras pensarlo unos días decidió viajar de regreso a Estados Unidos e ir a buscar a Shu a su departamento.
Cuando al fin llego a la puerta, se detuvo unos momentos en esta a pensar en lo que iba a decir. Por unos segundos se arrepintió de la idea y casi cuando estaba por dar media vuelta, la puerta de aquel departamento se abrió y Shu lo recibió.
No supo cuanto tiempo ambos se la pasaron conversando en el departamento pero ya era bastante tarde, aunque bueno, estaban en Nueva York, el tiempo era irrelevante en esa ciudad. Cuando le comento a Shu que tenia que retirarse, este le ofreció quedarse en su departamento. A pesar de que le explico que ya tenia un lugar en la ciudad en donde quedarse, Shu debió pensar que ese sitio se trataba de alguna fabrica abandonada como en la que se quedo en Japón, por lo que continuo insistiéndole en que se quedara con él ahí. Al final aunque no muy convencido con la idea acepto la oferta de su ex-maestro.
Y desde ese día hasta la fecha es que vive en aquel elegante departamento.
Tras tomar asiento en la mesa, el chico tomo un poco de jugo de naranja de la jarra que había sobre la mesa. Shu había terminado de servir el desayuno y había tomando asiento al otro extremo de la mesa, en ese momento se percato del semblante malhumorado de Lean.
— ¿Mala noche?
— El despertador no me dejo dormir — le respondió el chico.
— Es el quinto despertador en dos semanas, si tanto te cuesta levantarte yo puedo ir a despertarte — le decía Shu tranquilamente para después darle un sorbo a su café. —, solo te recuerdo que siete pisos abajo del edificio vive el jefe del departamento de policía de Nueva York, así que yo me plantearía antes la idea de querer arrojarme por la ventana como lo haces con los despertadores.
Ante el comentario, el chico emitió un gruñido.
— Tsk, no pienso hacer eso — le respondió el pelirosa, dándole después un sorbo a su vaso con jugo. —, además a la policía le importa más otras cosas. No creas que son como en las series de Televisión.
Luego de Lean terminara con su desayuno, ayudo a Shu a recoger la mesa, una tarea que aprendió recién empezó a vivir ahí. Cuando todo estuvo limpio y ordenado, el chico regreso a su habitación a recoger sus cosas para el entrenamiento, así como también recogió a su erizo para llevárselo, este seguía dormido por lo que lo dejo que se durmiera en uno de los bolsillos de su abrigo.
Si bien podría dejar a Harry en el departamento para que descansara, Lean no se sentía muy seguro de dejar al pequeño animalito solo, a pesar de que sabe qué estando dentro de la jaula no le pasaría nada malo, lo hacia sentirse más tranquilo si este iba con él.
Ya una vez listos ambos chicos salieron del departamento y abordador el elevador del edificio. Un punto positivo de ese departamento, aparte de que era el ultimo de arriba de ese edificio, era que el elevador no contaba con música, lo que hacia del descenso más tranquilo.
Antes de llegar a la planta baja, el elevador se detuvo en el tercer piso, lo que significaba que alguien iba a abordar. Al abrirse las puertas por unos momentos Lean se tenso al ver de quien se trataba, era el jefe de la policía de Nueva York.
A Lean no le intimida ese sujeto, para nada. Lo consideraba como cualquier otro "hombre de la ley", que lo más probable era que se la pasara todo el día en su oficina. Sin embargo días recientes hizo que comenzara a sospechar de este.
Todo comenzó un martes en la tarde cuando de regreso al departamento, mientras esperaba a que el elevador bajara aquel sujeto apareció a su lado y lo saludo. Al chico no le gustaba mucho socializar con las demás personas, por lo que solo como cortesía le devolvió un breve saludo, este comenzó a decirle que era un vecino del edificio, así como también a que se dedicaba. Sin embargo Lean solo se dedico a permanecer en silencio, una vez que el elevador llego el chico lo abordo automáticamente mientras que aquel sujeto se había quedado en ese piso.
Esperaba no tener que volverse a topar con aquel sujeto, pero ese no fue el caso. Siguió encontrándose con aquel sujeto en varias ocasiones. Y en todas ellas el chico permanecía callado, esperando a que el elevador llegara a su correspondiente piso. La verdad no entendía el interés de ese sujeto con querer hablar con él.
Terminaría por descubrir la verdad un día cuando en uno de esos "casuales" encuentro se lo topo de nuevo en el elevador.
He investigado la zona en donde se encuentra ubicado este edificio, según tengo entendido es una de las zonas más tranquilas que hay en Nueva York. Nunca habido reportes de robo o padillas, por lo que seria bueno tanto para mí como para los otros vecinos que siguiera así, ¿No te parece Lean?
¿Qué insinúa?
¿Yo? nada, solo quería comentarte un dato interesante del vecindario. Todos los que vivimos en este edificio trabajamos de manera honrada y no sería nada bueno para nosotros, que durante una noche alguien decidiera entrar a nuestros departamentos a robarnos nuestras cosas.
Yo no soy ningún ladrón —le respondió apretando ligeramente sus manos hasta hacerlas puño.
Yo no he dicho que seas un ladrón Lean, estos días en los que hemos conversando me han hecho darme cuenta que eres un buen chico. Y no parece que te juntes con malas personas, o bueno, ¿aún lo haces?
Nunca se había sentido más aliviando de haber llegado a su piso antes que en otras ocasiones. Cuando comenzó a sentirse acorralado el chico consiguió salir del elevador y camino hasta el departamento, entrando de manera rápida a este.
Jamás pensó que después de todo ese tiempo alguno de esos "hombres de la ley" supieran de él. Y de cierta manera saber que alguien en ese edificio sabia de ese asunto lo tenía alerta.
Luego de ese día, en cada oportunidad en el que tuviera que salir del departamento se aseguraba de no coincidir con aquel sujeto ó optaba mejor por tomar las escaleras. Cualquier opción que le permitiera no tener que toparse con ese individuo.
— Buenos días — saludo el hombre a ambos chicos. El albino le dio un saludo corto, mientras que Lean solo volteo a ver hacia otro lado.
Para su suerte ese breve trayecto no fue tan largo, por lo que no tardaron en llegar a la planta baja. Una vez la puerta se abrió aquel hombre salió primero seguido por los dos chicos, Lean noto que aquel sujeto lo volteo a ver por unos momento antes de retirarse por la entrada del edificio.
— ¿Estas bien? — le pregunto Shu este noto un breve cambio en el comportamiento de Lean.
— Si, no pasa nada.
..
..
Después de ese incomodo momento en el elevador durante la mañana, Lean siguió a Shu hasta la sede de los Raging Bulls en donde llevaban acabo los entrenamientos. Recordó que cuando regreso de Japón y visito ese lugar, algunos de los chicos de ahí parecían sorprendidos al verlo, mientras que otros se acercaron para "felicitarlo" por su participación en el Torneo por equipos.
Aunque no le hacia el feo a sus felicitaciones, para Lean todos esos chicos no eran importantes para él, ya que nunca creo una amistad con ellos.
Como en todos los entrenamientos que tenia, llego a un punto en el que tuvo que descansar unos minutos para recuperar algo de energía por lo que decidió sentarse en una de las bancas que había en la sala. Noto que luego de un par de horas Harry ya se encontraba despierto, haciendo uso de la tapa de su botella de agua, vertió un poco de liquido en esta y le dio de beber al animalito.
Mientras dejaba que su erizo bebiera un poco de agua, Lean comenzó a pensar en el encuentro que tuvo con aquel sujeto en el ascensor.
Era peligroso que un sujeto como ese supiera algo sobre él y lo peor es que ambos vivían en el mismo edificio, lo que significaría que tarde o temprano Shu podría llegar a sospechar algo y la idea de que supiera sobre dicho tema no era algo que quería.
Existían secretos que era mejor que estuvieran ocultos, y el suyo eran uno de esos.
Hubiera continuando pensando en aquel asunto, si no fuera porque en ese momento un sonido que provenía de uno de los bolsillos de su abrigo que dejo en la banca lo saco de sus pensamientos.
Al buscar se dio cuenta que se trataba de su celular, gracias al dinero que recibió por participar en pasados torneos de beyblade, había conseguido hacerse de uno de esos dispositivos. Aunque no le daba mucho uso a este, considero que dicho aparato podría serle de utilidad en algún momento, por lo que decidió comprar uno.
Al verificar la pantalla de su celular se dio cuenta que tenia una solicitud para una videollamada, sin siquiera verificar de quien era dicha solicitud, la acepto.
— ¡HOLAAA LEAN!
¿Señor, acaso me odias?
— Hola Hyuga — respondió Lean de manera cansada.
Y de esa manera, Lean confirmo que ese no había sido su día. Al otro lado de aquella llamada lo saludo aquel niño de ojos rojos y cuyo cabello se parecía a un bambú rojo. Era uno de esos dos hermanos... aguarde, ¿y el otro hermano?
— Hola Lean — saludo minutos después Hikaru tranquilamente.
Y ahí estaba el otro.
Para Lean nunca, pero nunca, jamás,pero, para nada... pensó que terminaría por ser amigo de esos hermanos. Si alguien le preguntara al respecto posiblemente lo negaría en ese momento, ya que aún era difícil para el chico creer que eso fuera posible.
Hikaru y Hyuga eran aquellos dos hermanos con los que compitió en la final del torneo por equipos y contra los cuales perdió, aunque haber perdido no le molesto, al contrario, esos dos torpes hicieron que disfrutara de esa batalla.
Luego de la final del torneo por alguna extraña razón esos dos hermanos le pidieron al chico ser sus amigos, algo que sin duda nunca espero que sucediera. Ya que bueno, dado el pasado que tuvo con estos dos no creyó que estos quisieran tener alguna clase de amistad con él y era entendible.
A pesar de ello a esos dos chicos no les interesaba lo que había sucedió en el pasado y siguieron insistiéndole en ser sus amigos. Al final, cansado y quizás, debido a su "nuevo yo", el chico acepto ser amigo de ambos hermanos. Cabe mencionar que cuando acepto, estos dos casi se le lanzan encima para darle un abrazo, algo que sin duda no le pareció y los aparato de su lado con una patada.
Así fue como comenzó aquella amistad con ese par de revoltosos hermanos.
— Y ¿Cómo has estado Lean? — le pregunto el peliazul.
— Bien no me quejo, ¿Cómo consiguieron mi numero? — los cuestiono.
Noto que ambos hermanos intercambiaron brevemente miradas.
— ¿Y bien?
— Digamos que no podemos decírtelo Lean — le respondió Hikaru. —, le prometimos a esa persona que no revelaríamos su identidad.
—mm... ¿fue Shu?
—¡Si, como lo supiste!
— ¡Hyuga! — regaño el chico a su hermano, no podía creer que este revelara el secreto. —, por favor no le comentes a Shu de esto, enserio TRATAMOS —volteando a ver molesto a su hermano unos segundos. —, de que esto fuera secreto.
Ver como Hikaru regañaba a su hermano por su comportamiento y por hablar demás, le causo al chico algo de gracia, no cabía duda que esos dos seguían siendo los mismos.
Sin darse cuenta Lean se la paso conversando varias horas con esos dos hermanos, estos le platicaban sobre como les había estado yendo luego del torneo de beyblade. Al parecer su victoria causo que días después del torneo varios chicos fueran a su club a querer conocerlos y otros más queriendo tener algunas batallas con ellos.
Esa y varios otras cosas le contaron, una de esas historias en particular capto su atención.
— Destrozaron una de las paredes de su club.
— Si, lo que paso es que el clavo de uno de los pizarrones se quebró e hizo que este se cayera al piso. Y para acomodarlo de nuevo, uno de nuestros amigos tuvo que ir por un taladro eléctrico a su casa, mientras que yo fui a la tienda a comprar un clavo nuevo — le explico Hikaru. —, una vez que ya teníamos todo, yo me ofrecí a colocar el pizarrón, se como se maneja un taladro así que no tenia ningún problema para usarlo.
— ¿Entonces?
— Entonces... — hizo una pausa el peliazul. —, Hyuga quiso usar el taladro...
Con eso ultimo que dijo Hikaru, Lean tuvo una ligera sospecha de como termino esa historia.
— Y Obviamente como todo "hermanos mayor responsable" que eres no le permitiste que usara esa herramienta tan peligrosa — continuo Lean con aquella historia. —, y Hyuga como "buen niño obediente" que es, no te hizo caso y te quito el taladro, lo que llevo a ambos a tener una de sus "peleas entre hermanos" y sin darse cuenta terminaron por hacerle varios agujeros y marcas a la pared, ¿o me equivoco?
Aquella explicación genero en el peliazul un ligero tic en su ceja.
— ¿Acaso lees mentes?
— No se leer mentes, pero supuse que eso fue lo que paso — le respondió el chico. —, ¿entonces esa pared sigue como esta? ¿o ya pudieron repararla?
— No, sigue igual, reparar esa pared costaría mucho dinero y pues la verdad no contamos con los fondos suficientes para arreglarla — le dijo el peliazul.
— Supongo que a su maestro casi se le cae su abanico cuando supo lo que hicieron...
— ... — ambos hermanos se quedaron callados.
— Esperen, ¿acaso su maestro no sabe lo que le hicieron a la pared?
— Bueno la verdad...
— Audaz no lo sabe, dos días antes del accidente tuvo que salir fueras — hablo en ese momento Hyuga. —, nos dijo que uno de sus amigos lo llamo para que viajara a Paris a ayudarlo con algún trabajo, el cual no nos dijo de que se trataba, pero que terminando de ayudarlo regresaría.
Lean no se esperaba que el maestro de ambos chicos estuviera fueras y desconociera del accidente, aunque eso explicaría porque en la historia este no estuvo presente supervisando a ambos chicos.
— Me sorprende su nivel de responsabilidad, ya quisiera yo ser igual de "responsable" que ustedes — les dijo Lean de manera sarcástica.
Aquella conversación continuo y sin darse cuenta Lean noto por la ventana que el sol ya se encontraba de lado, por lo que considero terminar con la llamada.
— Bueno, creo que eso es todo, nos vemo...
— ¡Espera Lean! — dijo Hikaru en ese momento. —, no cuelgues aún queremos decirte otra cosa.
El chico miro a ambos hermanos confundido.
— Veras el motivo por el que le pedimos a Shu que nos pasara tu numero fue porque queríamos saber si te interesaría venir a Japón a celebrar el festival de verano que se llevara acabo en la ciudad.
— ¡Habrá muchas cosas interesante Lean, como música, juegos mecánicos, fuegos artificiales...
Lean abría seguido escuchando lo que le decía Hyuga sino fuera porque en ese momento una idea se le cruzo por su cabeza.
Para ser sincero la idea de ir a ese festival la verdad no le interesaba, para el chico el verano no era precisamente su estación favorita, hacia mucho calor, sudaba y el sol parecía querer rostizarte vivo. Elementos que se alejaban mucho al clima que el prefería.
Sin embargo aquella ida a Japón podría ayudarlo librarse un tiempo de su vecino el jefe de policía. Así quizás este se cansaría de búscalo y se olvidaría de querer interrogarlo sobre su vida.
— También hay arena y esta el mar, el sol...
— Suficiente Hyuga, entendí a lo que quieres llegar — le indicio al niño que se detuviera. — ¿Cuándo es ese dicho festival?
Aunque Lean no podía verlos por completo debido a la dimensión de la pantalla de su celular, pudo ver al fondo como Hyuga saltaba de la emoción.
— ¿Entonces si vas a venir? — le pregunto el peliazul para confirmar.
— Si por qué no —fue lo que les respondió ambos hermanos.
— ¡Genial! — escucho el grito de Hyuga al otro lado.
..
..
Con ese plan en mente el chico regreso al departamento, por fortuna no tuvo que toparse con aquel sujeto por lo que el regreso fue tranquilo. Durante la cena Lean hablo con Shu sobre el viaje que realizaría a Japón a lo que este le respondió que no había ningún problema en que se fuera y que cuando regresara la habitación que había en el departamento seguiría estando ahí.
Luego de preparar todo para el viaje y conseguir su boleto de ida, dos días después el chico viajo a Japón. Aquellas habían sido las 14 horas más largas y aburridas de su vida, pero cuando el avión aterrizo en el aeropuerto se sintió aliviado.
Una vez recogió su maleta el chico salió por la entrada del aeropuerto, grande fue su sorpresa al ver que afuera se encontraba Hikaru y Hyuga esperándolo con un cartel.
Debe ser una broma
— ¡Hola Lean! — lo saludaron ambos hermanos, el chico trato de ignorarlos pero con el escandalo que hacían ambos, era imposible.
— ¿Cómo supieron que llegaría hoy?
— Shu nos dijo.
Debí suponerlo...
Después de su recibimiento en el aeropuerto, ambos hermanos con ayuda de uno de sus padre, le ayudaron con su traslado a la ciudad.
— Oye Lean ¿Y donde te vas a quedar? — le pregunto Hyuga.
— En un hotel — le respondió el chico mirando por la ventana del vehículo. Aquella respuesta que le dio era una mentira, la verdad era que tenia pensando volver a quedarse en aquella fabrica abandonada.
— Eso suena aburrido, ¿Por qué no te quedas en nuestra casa? tenemos espacio para uno más.
— No gracias.
— ¡Por favor Lean! — volvió a insistir Hyuga, en esta ocasión comenzó a jalar al chico del brazo.
— Si no le dices que sí, es capas de seguirte hasta el hotel Lean — le advirtió Hikaru quien estaba viendo por la otra ventana.
— ¡De acuerdo esta bien! — respondió el chico harto. Tras escuchar su respuesta Hyuga se puso feliz, mientras que el chico regreso a ver molesto hacia la ventana.
De esa manera fue que Lean paso los primeros días en Japón viviendo en la casa de ese par de molestos hermanos. Parecía que Hyuga intuía que iba a aceptar su propuesta de quedarse en su casa, ya que ese día que llego a instalarse este le había acondicionado un espacio para que el se quedara, lo que hizo que se sintiera como un tonto por haber caído en el juego del chico.
— Oye Lean ¿Quieres un poco de agua? — le ofreció en una noche Hyuga al chico.
— Hyuga son las 3 de la mañana, si no quieres que tome ese vaso y te arroja el agua a la cara más te vale volver a dormir en tu cama — le advirtió Lean aún con los ojos cerrados, era de noche y estaba algo cansando.
Por algún extraño motivo el menor de los hermanos parecía querer incluirlo dentro de sus actividades y conversaciones lo que resultaba extraño e incomodo para el chico.
— Oye Lean...
— Hyuga tienes un hermano sentado a lado tuyo, porque no hablas con él — le dijo el chico ya algo fastidiado. Lean y ambos hermanos se encontraban comiendo en una de las mesas del restaurante.
— Eso es por qué Hikaru no es divertido.
—¡Oye! ¿Cómo que no soy divertido? — le reclamo el peliazul a su hermano. Y así comenzó una nueva discusión entre ambos hermanos, lo que le permitió a Lean comer a gusto.
En el trascurso de esos días Hikaru y Hyuga también lo llevaron a conocer al resto de sus amigos de su club de beyblade. Lean solamente los saludo brevemente y estos igualmente lo saludaron.
— ¿Así que esta es la pared que destruyeron? — le pregunto el chico a Hikaru. Mientras recorría el club Lean llego hasta la "famosa" pared destrozada.
— Si esta es — le respondió, volteo a ver a Lean y noto que este embozaba una ligera sonrisa. —, no te burles de nuestra desgracia — se quejo.
— Hablando de la pared — dijo en ese momento la única chica del grupo, Lean recordó que esta dijo que se llamaba Raika. —, he estado pensando en un plan para repárala o bueno para que no se vea tan mal.
— ¿Y cual es tú plan? — le pregunto el peliazul.
— Qué tal si vendo las fotos que tome con mi cámara, apuesto que podríamos juntar el dinero suficiente para arreglar la pared — les dijo Raika.
— ¿Pero que tipo de fotos vas a vender? — pregunto otro de los compañeros de la chica. Al parecer se trataba de ¿Guy?
— Estas — respondió la chica al mismo tiempo que de su bolsa sacaba varias fotos impresas y se las enseñaba.
— Aguarda, todas estas fotos son de Valt y el resto de las leyendas — le dijo Hikaru a su compañera.
Aquellas fotos que les mostros la chica eran todas de las leyendas, había fotos de Valt, Shu, Free, Audaz, Lui y de Silas, aunque de Silas había más.
— Exacto, mi plan es vender fotos de ellos al público — le explico Raika. —, de esa manera podremos obtener el dinero necesario para arreglar el "accidente" que causaron ustedes — refiriéndose a Hikaru y a Hyuga.
— Dirás vender fotos a las chicas — corrigió Chuck. —, porque lo más probable es que ellas son las que van a comprarlas.
— Chicas o no chicas es igual, con tal de reparar la pared antes de que regrese Audaz es una buena idea — dijo la chica. —, ¿Qué dicen chicos?
Tras ver que aquella idea que tenia la chica podría funcionar, los chicos aceptaron. Raika les menciono que buscaría en su casa más fotos de las leyendas para vender, por lo que les dijo que los vería hasta el día del festival de verano.
Los días siguieron y fue entonces que llego el día del tal esperado festival de verano, a diferencia de lo que Lean tenia planeado para evadir dicho festival, el hecho de que terminara quedándose en casa de los Asahi le impidió crear una cuartada nueva.
Por lo que esa tarde el chico busco entre lo que cargo de ropa algo ligero y que le permitirá estar fresco en la playa, no descartaba la idea de llevarse su abrigo, pero la verdad no quería que este terminara por llenarse de arena, por lo desistió de usarlo. Tras elegir una camisa y unos pantalones ligeros, así como un tipo de zapato cómodo, el chico se fue junto con los hermanos al dichoso festival.
Tal como le explico Hyuga en aquella llamada, en ese lugar había varios juegos mecánicos, música, comida entre otras cosas qué a Lean no le llamaba la atención. Los dos hermanos y Lean esperaron en uno de los puestos de comida a que llegaran el resto de los chicos.
No tuvieron que esperar mucho en ese lugar para que estos llegaran, ya una vez juntos comenzaron a pasearse por el festival.
— Miren un puesto del juego de pistolas de agua, vamos — les indico Raika, esta halo del brazo a Hikaru para llevarlo a aquel puesto. Aquella acción de la chica confundió al resto de los chicos, pero no comentaron nada y siguieron a esos dos aquel puesto.
A diferencia de ellos Lean decidió esperarlos cerca de otro puesto. No estaba acostumbrado a estar rodeado de varias personas por lo que estar en ese sito le estaba constando un poco de paciencia al chico.
— Hola Lean — saludo en ese momento el pelirrojo.
— Creí que iras a ese puesto de pistolas de agua.
— Si, pero la verdad no me parece muy divertido ese juego, además descubrí otro sitio interesante fuera de aquí, sígueme — le dijo Hyuga.
Al ver que podía irse a otro lugar menos concurrido el chico acepto seguir al chico a ese lugar que le comento. Luego de pasar por varios puestos y juegos mecánicos ambos chicos llegaron a una zona en donde Lean pudo ver que había varios estadios de beyblade colocados, así como varios chicos jugando.
Hyuga si sabe lo que me interesa.
Ambos chicos habían llevado sus lanzadores y sus beys por lo que decidieron retar a varios chicos a algunas batallas.
—¡Eso Lean, muéstrale los prohibidos!
Lean decidió ignoro ese comentario que le dijo Hyuga y de un movimiento Lucifer consiguió burstear el bey de ese otro chico. Una vez que terminaron de enfrentarse a todos los chicos que estaban ahí jugando, ambos chicos tomaron la decisión de retirarse.
— ¡Guao Lean! si que has mejorado desde la ultima vez que nos enfrentamos — le decía Hyuga al chico. A lo lejos se podía ver que no faltaba mucho para el atardecer.
— Estuve entrenando todos los días en Estados Unidos, así que si, podría decirse que mejore.
Habían quedado de verse con Hikaru y los otros chicos cerca de una de las plazas que estaba cerca de la playa por lo que ambos chicos caminaron hasta ese sitio, al ver que sus compañeros aún no habían llegado decidieron esperarlos cerca de una banca.
— Sabes la arena de esta playa es muy suave, si pudiera me dormiría sobre ella.
— Hyuga, ¿por que desde que llegue aquí a Japón has estado todo el tiempo pegado a mi? — le pregunto Lean al pelirrojo. Desde que llego había tenido esa pregunta en su cabeza por lo que ahora que estaba solo con el chico era la oportunidad perfecta para hacérsela.
Hyuga se sorprendido por un momento, pero después sonrió y volteo a ver el atardecer.
— Porque pienso que deberías divertirte — le respondió el chico. —, ni yo ni Hikaru te habíamos visto divertirte antes, bueno, de manera sana y sin sed de poder, por ello ambos creamos un plan para que pudieras venir a Japón a divertirte y relajarte un rato. Eres nuestro amigo Lean y lo que queremos es verte feliz.
Aquellas palabras que le dijo Hyuga hicieron que algo dentro de Lean se removiera de manera algo incomoda y al mismo tiempo hizo que se sintiera de una manera culpable. No cabía duda que esos dos hermanos se estaban esforzado por hacer que se la pasara bien, a pesar de que saben lo solitario que suele ser.
— Entonces... supongo que gracias — mirando también el atardecer.
Antes de que Hyuga quisiera platicar con Lean de otras cosas, su hermano y sus otros amigos llegaron a ese sitio.
— Creo que los fuegos artificiales empezaran dentro de 5, 4, 3...
Una vez que el cielo se oscureció los fuegos artificiales se hicieron presentes sorprendiendo a todas las personas de ese lugar. Sin duda para Lean ese era un espectáculo increíble y al mismo tiempo lo hizo sentirse feliz.
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"El verano suavizaba las líneas que el cruel invierno mostraba"
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Primer capitulo: Verano
Saludos a todos, ¿Qué les pareció el capitulo?
Como podrán ver en esta historia habrá algo sobre el pasado de Lean, el cual será digamos una versión creada por su servidora. Por lo que si les atrae saber más continúen leyendo esta historia.
Y sin nada que decir por ahora, nos vemos en el siguiente capitulo el cual será: OTOÑO
Chau!
