Capítulo 3: Nieta de bruja
En el dedo indicie de su mano derecha había un anillo gris con detalles de cadena negra, lo hizo girar un par de veces y tomo mi muñeca con la misma mano. Todo me dio vueltas, como si me hubiera subido a un juego mecánico. Al abrir los ojos estábamos en un pasillo obscuro, lleno de telarañas y cuadros antiguos.
—¿Dónde estamos? — le murmure e inconscientemente me acerque más a su cuerpo.
—Ella nos podrá ayudar. No te preocupes—dijo dando unos pasos hacia la luz al final del pasillo
Lo cual no era muy prometedor. Yo iba caminando con pasos pequeños detrás de él. usándolo como escudo, su chaqueta despedida esa loción masculina que me hacía suspirar. Era tan atractiva, adictiva.
—Ese olor a azufre—dijo la mujer con un tono de voz áspera
—Yo solo percibo el olor de putrefacción—Shaoran vio a la mujer posada en la silla detrás de ese escritorio lleno de cosas— ah, te vez más joven ¿Cuántos niños fueron?
—Los necesarios querido…— la mujer alzo su cuello para verme— Traes compañía
No parecía pasar de los 35, pero su voz era grave como si se tratara de una persona mucho mayor, su cabello era lacio, negro y estaba peinado con una larga cola de caballo.
—Meilin, ella es Sakura… y creo que la han maldecido
—Desde cuando…Oh— me miro de pies a cabeza y lo demás solo lo murmuró—La niña
Shaoran inmediatamente empezó a hablar sobre mis síntomas y apariciones, evitando tal vez una conversación incomoda. Pero es un tema que después tocaré. Solo espero no olvidarlo.
—¿Un rougarou? Esas cosas solo están en norte América, niña, ¿Con quién metiste la pata? —exclamó sorprendida
—No lo sé—dije avergonzada
—Ven— me acerque y tomo mi mano le dio la vuelta sujeta mi muñeca con mis venas hacia el techo. Sus ojos se volvieron blancos y empezó a balbucear un momento. Tenía miedo, pero Shaoran no dejaba de mirar, como si cuidara cada movimiento de Meilin como si no confiara del todo en ella
—Europa… ¿España? —dijo mientras seguía en trance— es confuso… ¿conoces a alguien?
—No—negué rápidamente y ella hijo una mueca, colocó su mano libre sobre mi muñeca tapando mis venas, el agarre era más fuerte, y empecé a sentir un ardor en mi brazo que me recorría hasta el corazón.
—Mujer…muy mayor… cabello teñido de rubio…piel clara…usa lentes…
Se me hizo un nudo en la garanta. Recuerdos vinieron a mí, de mi infancia y adolescencia. La mayoría malos, gritos, dramas, mentiras… pero con los años lo había expulsado de mi mente.
—Mi abuela…paterna—Meilin regresó sus ojos a la normalidad, hubo un silencio incomodo por un largo momento, Shaoran me miraba extrañado y se colocó a mi lado para quedar frente a ella— ¿Quieres decir…ella me está hechizando?
—Ella te maldijo—dijo ella se cruzó de brazos y se recargo en su silla— No voy a preguntar los motivos ya que no me incumbe, pero… ella es una bruja…común, pero al final de cuentas bruja… ¿lo sabias?
Negue con la cabeza. Pero haciendo un retroceso a mi infancia había cosas que me marcaron y no entendía la razón de sus acciones. Por ejemplo, en una ocasión enterró en el patio de su casa la foto de alguien, en su lacena tenía bolsas que olían mal, tenía hierbas y cabellos en sus cajones. Son de las cosas que ignoraba. Era una niña
—¿Qué tipo de maldición? —preguntó él. Parecía estar molesto
—Por lo que te pasa y por lo poco que se dejó ver… es algo fuerte, creo que quiere robar tu juventud. Es un hechizó complicado tienes que robarle años de vida a una mujer de tu familia; no cualquiera lo puede hacer, y por lo que considero que tiene a una de las "Grandes" aconsejándola— empezó a escribir en una hoja blanca con una pluma de ave negra— Pero eso no la hace buena bruja, su maldición salió mal…por eso estas viva… aun. En pocas palabras te abrió las puertas del infierno y por alguna razón eres blanco de estas criaturas, yo recomiendo protección.
Ella le entrego la hoja a Shaoran, la vi de reojo y había muchos símbolos.
—¿Qué puedo hacer para quitármela?
Ella suspiró y me miro con unos ojos llenos de ternura, como si viera a un cachorro indefenso bajo la lluvia en medio de la carretera.
—Eres muy inocente… solo es sentido común… intentare hacer algo
—Meilin—dijo Shaoran entre dientes
—Tranquilo primo, hare lo posible, tengo que hablar con el aquelarre
—Está bien, muchas gracias—dije con muchas preguntas en mente, pero me quería ir de ahí sentía náuseas y dolor de cabeza
—Toma esto por 3 días, así dejaran de molestarte los vómitos y lo de la piel— me entregó un frasco de vidrio de aproximadamente 1 litro de un líquido espeso color marrón
Volví a agradecer, Shaoran me tomo de la mano y empezó a girar su anillo.
—Niña…considera que eso también te hace a ti una bruja
…
De nuevo estábamos en la ciudad, el paisaje era familiar. Sentí una salivación excesiva en mi boca, solo me incliné y vomité. Solo así me pude sentir mejor. Me incorpore y con la manga de mi blusa me limpie los labios.
—Son los efectos secundarios de usar el portal— Shaoran estaba junto a mí. Y no había nadie más. Mire mi reloj y era la media noche, el tiempo paso muy rápido mientras estuvimos con ella.
—Tengo muchas preguntas…—me frote los ojos sentía ansiedad. Ese cosquilleo en todo mi cuerpo
—Empecemos con las más importantes
—¿La bruja es tu prima? — él se bufó
—¿Esa es la más importante?
Ciertamente no, pero quería empezar con la más fácil de comprender, algo que no me involucre.
—Bien, si es mi prima segunda
—¿Los demonios son familiares de las brujas?
—¿De todas las preguntas que puede hacerme ahora, elegiste esa?
—Es lo que más me intriga
Shaoran me sujeto del brazo y empezó a caminar rumbo a mi departamento. Recuerdo su piel fría y tenía curiosidad de tocar su mano que se veía un poco pálida.
—Los demonios antes éramos personas. Los demonios no nacen… bueno hay muchos tipos de demonios, pero en general todos fuimos humanos alguna vez. Melin era mi tía abuela, pero prefiere que le diga prima, por eso de sentirse joven—me miro con picardía—y antes de que lo preguntes, Meilin es una Shtriga, se alimenta de la energía vital de los niños y por lo tanto se rejuvenece
—¿Cómo la bruja de Hansel y Gretel? —él sonrió con ternura
—No, ese es otro tipo de bruja, pero la idea es la misma. Son malas y acaban con la vida de los niños
Shaoran a pesar de ser un demonio parecía buena persona, o buen demonio debo decir. El que se relacione con Meilin debe ser por conveniencia. Caminamos rumbo a mi casa y el ambiente se sentía pesado, como si entráramos en una espesa niebla.
—Si tú no tienes más preguntas…
—No era buena persona—me adelanté—Ella tenía una actitud negativa hacia mi padre, mi hermano y yo. Tiene años que no se nada de ella, solo que se fue a otro país en Europa. Mi padre tampoco habla con ella hace años
—Pero no justifica que te haga esto…
—¿Sabrá lo que está haciendo?
—Es magia negra, todo tiene consecuencias, para ambas
Suspiré y me detuve justo frente a la puerta de mi departamento. No sabía qué hacer en este momento.
—¿Puedo entrar? Tengo que poner estos símbolos de protección en tu departamento—me enseño la hoja que previamente Meilin le había entregado
—Claro, pasa—dije abriendo mi pierna y sentí un escalofrío que recorrió mi cuerpo.
Deje entrar a un demonio a mi lugar seguro.
Kero estaba arriba del sofá de la cama, viendo a Shaoran fijamente con una expresión extraña. Empezó a gruñir y lanzar garrotazos. Shaoran lo vio de reojo mientras pasaba de largo, sonrió solo de su lado izquierdo. De una manera muy sexy mostrando su colmillo.
—Bien…—saco una pequeña botella de cristal con un líquido rojo y espeso
—¿Qué es eso?
—Sangre de muerto
Era lo que me temía.
—No vas a llenar de sangre las paredes de mi departamento
—Es la forma más efectiva
—No me importa… si mi hermano ve eso va a decir que estoy loca y me va a encerrar en un psiquiátrico
—No se equivocaría del todo
Le di un pequeño golpe en su brazo derecho. Estaba muy duro. Era el musculo hipertrofiado. En mis nudillos sentí un poco dolor, pero traté de disimúlalo.
—¿Esperas que lo haga con pintura blanca y solo detrás de las decoraciones donde no sea visible?
—Eso es precisamente lo que espero.
—¿Tu hermano no tiene casa?
—Si, pero no quiero que arruines mi departamento me costó años de estudios y sacrificios poder rentarlo. No me regresaran el depósito.
—No tendrás la protección completa, seguirás en riesgo hasta que esto acabe contigo—me sujeto de los hombros para que pudiera verlo a la cara
—Tengo que seguir con mi vida, no puedo quedarme aquí encerrada por siempre
—No dije eso, pero estas en riesgo, no sabes defenderte…si quieres seguir con tu vida ya sabes que debemos hacer
—¡No soy como ella!... yo no la voy a matar…
Shaoran trago saliva, Kero se lanzó a los brazos de Shaoran y empezó a rasguñarlo por todas partes, con una facilidad se lo saco y lo arrojo al suelo.
—Kero, tranquilo es mi amigo
El gato seguía viendo a Shaoran como su peor enemigo y el gato estaba dispuesto a matarlo de no ser porque lo detuve…con mis palabras… como si el gato entendiera.
—No creo que sea el termino adecuado
—¿Cómo quieres que te diga? Mi demonio
—Eso se escucha mucho más ardiente
Sentí como mis neuronas explotaban una a la vez, tenía tanto que asimilar y la forma de seducción del demonio muerto que estaba junto a mí y su chaqueta de cuero negra donde además de tener armas de fierro y pequeñas navajas, guardaba sangre de muerto fresca.
—¿A qué te dedicas normalmente, además de estar muerto y seguir a mujeres malditas a punto de morir?
Él se bufó
—Los últimos 70 años he sido demonio de crucero
Iba a soltar una pregunta estúpida sobre barcos, pero decidí guardar silencio y sentarme en la orilla del sofá, él me siguió.
—Es decir, hago pactos en encrucijadas. Supongo que has odio lo de "pactos con el diablo", el jefe no tiene tiempo para perder en esas tonterías de los humanos, así que tiene a un grupo seleccionado de demonios en estos asuntos. Los humanos nos invocan y nos piden "su gran deseo" y dependiendo de este, nosotros decidimos como cobrarlo.
—¿Puedo pedirte algo?
—¡Nunca! —exclamó molesto— Nos cobramos con su vida… 5, 6, hasta 10 años máximo. Tarde o temprano morirán y se irán al infierno. Nunca permitiría que sufrieras eso.
—No quiero morir, sé que pasará tarde o temprano, pero quisiera conocer a mis nietos… es decir, disfrutar lo más que se pueda de esta vida. Pero no así…
—Eres aun una humana débil… puedo protegerte, no tendremos que hacer ningún pacto, solo si evitas hacer tantas preguntas—comentó en tono sarcástico al final
—¿Tu jefe no se molestará que estas perdiendo el tiempo con una humana?
—Soy de los favoritos del jefe—sonrió y miro a kero que seguía junto a mí con ese ceño fruncido—Del grupo de los inocentes mal juzgados, le da un poco de nostalgia.
No quise preguntar, aunque parecía que lo de no hacer tantas preguntas era una broma, decidí no investigar más sobre su pasado y esperar que el me lo dijera. Nos acabamos de conocer y si lo interrogó es probable que quiera irse y así moriré más rápido.
—Solo para saber cómo referirme a ti… ¿Cuántos años tienes?
El soltó una carcajada como un niño
—24 años, desde 1912 cuando morí
—Te vez más grande…—en comparación de un niño de 22 años de hoy en día
—Considerando que la esperanza de vida era 40 años…si evidentemente
—¿Puedes cambiar de apariencia?
—Solo de mi forma demoniaca a mi forma humana, no soy transformista, solo mi cabello sigue creciendo por eso no tengo el mismo estilo que tenía hace 100 años en China.
Supongo que eso le servirá como camufle con las personas vivas. Fue un silencio largo. Me sentía cansada muy cansada, quería mantener mis ojos abiertos pero el silencio solo me ayudo a acomodarme para dormir.
Para mi sorpresa dormí como hace mucho tiempo no lo hacía, no me despertó ningún ruido. Desperté en mi cama. Los rayos del sol indicaban el medio día, dormí más de 10 horas… hoy trabajo así que me levanté y decidí tomar una ducha.
Mi cuerpo desnudo bajo el agua caliente fue tan relajante y reparador que al salir me percate de algo importante, ya no tenía marcas en la piel. La posición obscura y asquerosa había funcionado. Tenía hambre, y no solo de chucherías. Quería comida de verdad, proteínas, llevaba más de 1 semana sin comer si quiera un huevo.
Solo me puse mi bata del baño y dejé que mi cabello secara al natural. Sentía calor, por fin, hoy no sería un día nublado.
Olvide un pequeño detalle, Shaoran. Él estaba en la cocina preparando de comer. No se había ido. No recuerdo haberme despedido de él. No recuerdo nada. ¿de dónde saco carne?
—¿También en tus tiempos libres cocinas?
—Aprendí de grandes chefs, solo viéndolos por la tele—me sonrió—Debes estar hambrienta, la fórmula mágica te recuperara el apetito de los últimos días
—Podría comerme una vaca completa
—Lástima que tu ratón amarillo está encerrado
—¿Kero? ¿Qué le hiciste a mi gato?
—Tranquila…lo deje en el cuarto de lavado… ¿Segura que así se llama esa cosa?
—El llego a mí, lo refugié y en esa noche soñé que lo llamaban así, por eso kero
—Bien, si así lo dices
—Perdón por preguntar… ¿Tu duermes?
—No, estoy muerto
—¿Tampoco comes?
—Ambas puedo hacerlas, puedo fingir que lo hago, pero no lo necesito. Generalmente no me sabe a nada la comida, así que espero este bien condimentada
Pobre un poco del estofado con una cuchara
—Sabe muy bien, pero acompáñame, me canse de hacerlo sola.
—No te dejare hacerlo sola….
Tal vez fue una frase en doble sentido que decidí omitir. Shaoran era muy… extraño para estar muerto, para ser un demonio. No sé si puedan experimentar otras cosas como lo hacían cuando estaba vivo.
Y no sé porque pasaban por mi mente imágenes del cuerpo de Shaoran desnudo. Fantaseando con un demonio musculoso como si fuera una película de vampiros. Me sentí ridícula.
—No podre protegerte todo el tiempo. Lo ideal es que aprendas a hacerlo tu.
—¿Quieres que lleve una espada de hierro conmigo al hospital?
—Tu cualidad no es la fuerza…tienes magia…y antes de que empieces a decir cosas de ser como tu abuela, te recuerdo que hay magia buena y mala, luz y obscuridad… y esas cosas que hablan las personas, te recomiendo que empecemos con unos hechizos de protección
—¿y si me pasa algo malo?
—Si no le haces mal a nadie, no habrá consecuencias…
—¿Sabes hacer hechizos?
—Puedo buscar libros, iniciaremos mañana cuando regreses del trabajo—se puso de pie y se dirigió a la puerta
—¿Ya te vas?
—Tengo cosas que hacer… come y trata de que no te maten…te veo después
Y así se esfumó de mi vista. No se molestó si quiera en salir por la puerta como una persona viva.
Por el resto del día me repetir una y otra vez, no es una persona, no está viva, es un demonio. Pero de todas formas quería confiar en él.
—¿Entonces…?
—Los últimos días se me hacía super raro que mi consulta aumentara considerablemente, había muchas interconsultas de urgencias y era el mismo doctor. Alto, atractivo, lentes, cabello azul
—Creí que tu tipo eran los asiáticos.
—Siempre me negué a estar con algún extranjero, pero el… tengo una debilidad por los nerds, además es urgenciólogo. Sabe moverse
—Espera…tu y él…
—Oh, no no. Solo fue una cita, ya sabes un café, platicar de cosas sin sentido. Pero Eriol lo hace todo tan divertido.
—No me lo tomes a mal Tomoyo, pero nunca te quedas hasta tarde en el trabajo y hoy lo esperaste… y le trajiste la cena. Cosa que, a mí como tu mejor amiga de toda la vida, nunca haz echo.
—Solo son galletas, me gusta mucho el…
Suspiré, mi amiga tenía ese brillo en los ojos, estaba llena de ilusión y pocas veces la había visto así de feliz, la última fue cuando fue al concierto de Taylor Swift. Le di un corto abrazo y me despedí de ella ya que Eriol se acercaba y necesitaban su tiempo a solas.
Tomoyo es la clásica chica que llora con las películas de romance de los 2000, y que cree que todos los romances son buenos, le han roto el corazón mil veces, si, y esas mil veces yo tenía razón, pero la deje ser feliz. De eso se trata la amistad ¿no? Además, tengo más problemas que solo mi mejor amiga salga con mi compañero de guardia. Eso explicaría porque Eriol es tan amable conmigo, quiere que hable bien de el con Tomoyo. Pero no abusare de él, es buena persona y como médico excelente, con más experiencia que yo.
Además, hacen una linda pareja, parecen dos tortolos adolescentes juntos.
Después de casi 2 horas viendo a mis pacientes y ajustando dosis de medicamentos de acuerdo con sus resultados de laboratorio nocturnos, me percate de algo, había una persona sentada en la sala de espera con los ojos fijos en mí, esa vibra mala, que te dan esos pacientes o familiares que te van a gritar, demandar o incluso escupir por cualquier cosa que hagas y que a él no le parezca. Pero esa persona no venía por ningún paciente. No respondió a ningún llamado. Decidí omitirlo, probablemente es de un paciente de otra área.
El resto de la noche fue tranquila, llego mi hora de salida, no encontré a Eriol en ningún lugar para despedirme, por lo que supuse que estaría con Tomoyo ya que ella entraba en el turno de la mañana a su consultorio.
Los hermosos rayos del sol me indicaban que sería un gran día, podría decirse que pase 24 horas sin ver ninguna criatura que intentara matarme, no ubo fallecimientos, por lo tanto, no hubo parcas en el turno, me fue muy bien y sin el respaldo de Shaoran, aunque tengo esa necesidad de tenerlo cerca, como ese presentimiento de algo malo puede pasar.
Caminaba por la explanada del hospital donde había algunos monumentos, una fuente que se ilumina y ambulancias. Era muy temprano, pocos pacientes dispersados por el área, algunos en silla de ruedas.
—Ayuda—escuche la voz femenina, seguido por el ruido metálico, seguro una paciente en sillas de ruedas se atascó en el área verde, lo cual es común cuando van solas.
El ruido provenía del monumento de 6 metros de alto y 8 de largo hecho de concreto puro en honor a el personal médico que había fallecido en un desastre natural hace muchos años, me dirigí a esa zona solitaria pero no había nada, se escuchó una risa de una riña seguido por un tirón de mis piernas que me hizo caer sobre mis rodillas, giré a todos lados, pero no había nada. se escucharon tres golpes intensos, era el mural que parecía estar más cerca de lo normal.
El sonoro ruido se hizo presente en todos lados, el sonido que me paralizó era la alerta sísmica. Y yo estaba rodeada de murales y arboles gruesos. Intenté pararme para ir a un lugar seguro, pero no pude. Mis tobillos estaban amarrados entre sí.
—Mierda
No podía hacerme preguntas, no podía perder tiempo, me arrastré lo más que pude entre el césped, pero parecía que no avanzaba, y el mural ya iba a caer sobre mí. Rodé tratando de esquivarlo. No sirvió de nada. el mural se derrumbó.
Pero yo estaba consciente.
Y algo aun hacia sombra frente a mí. Los pedazos del mural a mi alrededor. Pero no me había pasado nada.
Había otro mural, o eso parecía, hecho de piedra.
Su piel, sus alas eran de piedra.
Él me salvó
¿Tú también? pensé
….
Un poco tardado, feliz año a todos, gracias por la paciencia. Me costó mucho escribir este capítulo porque ando enferma. Espero les haya intrigado un poco más.
Yamilna
