Título: Invocación Demoníaca.
Emparejamiento: Katsuki / ¡Fem! Izuku / Todoroki.
Género: Fantasía / Humor / Romance / Sobrenatural.
Mundo de Fantasía.
Resumen.
UA: Ella solo quería un lindo familiar... Un pequeño gatito o un conejito hubiese estado bien... Realmente no se esperaba en cambio, invocar a dos sexis y caóticos demonios. Pobre Izuka.
Disclaimer: El manga y anime de Boku no Hero Academia no me pertenecen, todo crédito a su creador Kohei Horikoshi.
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En la mística y hermosa ciudad de Musutafu, se situaba la prestijiosa academia de magia llamada U.A., jóvenes magos y brujas de todas partes del mundo llegaban esperanzados buscando la mejor formación en la magia entre las paredes de sus elegantes aulas, instruídos por los más famosos y poderosos magos en el mundo de la magia.
Era una regla general, que a los 16 años de edad de cada joven mago y bruja, se les requiriera el convocar un familiar que fuese el compañero de cada estudiante, el cual estaría con ellos el resto de sus vidas, brindándoles ayuda en lo que fuese necesario, en lo mejor de sus capacidades. Los familiares podían ser de muchos tipos: hadas, duendes, ángeles, dragones, etc. Cada uno tenía sus propias habilidades y personalidades, y se decía que reflejaban el alma de su invocador o invocadora.
En aquellos momentos, en la penumbra de su habitación en dicha academia, una linda chica de largos cabellos color verde oscuro bastante risados, grandes ojos verdes y adorables pecas en sus mejillas sonrosadas, trazaba diversas runas en el suelo con una determinación que dicha joven no había sentido antes. "Esta noche será diferente", se dijo mentalmente, mientras la torre del reloj que había en los amplios terrenos de la U.A. estaba a minutos de marcar las doce campanadas de la medianoche.
Esta joven se llamaba Izuka Midoriya. Ella siempre había querido tener un familiar propio, como el resto de sus compañeros, pero no había podido conseguirlo. No era por falta de talento, pues era una de las mejores estudiantes de la Academia de Magia U.A., donde también los jóvenes aprendían a usar sus poderes mágicos para proteger el mundo de las amenazas sobrenaturales. Tampoco era por falta de esfuerzo, pues se había preparado a conciencia para el ritual de invocación, estudiando los libros y los hechizos necesarios. El problema era que Izuka era muy tímida, y le costaba mucho recitar el conjuro frente a toda su clase, por lo que todos los intentos que había realizado, terminaron en rotundos fracasos.
Por eso, había decidido hacer el ritual en secreto, sin que nadie lo supiera. Había escogido un libro antiguo que había encontrado en la biblioteca, que contenía una fórmula para invocar a un familiar al azar. Según el libro, el familiar que apareciera sería el más adecuado para el invocador o la invocadora, y se crearía un vínculo mágico entre ellos que duraría para siempre.
Siguiendo las instrucciones del viejo libro que había encontrado, Izuka dibujó el círculo de invocación con las runas indicadas, colocó cinco velas enscendidas alrededor de éste y pinchándose el dedo con una daga de plata, dejó caer tres gotas de sangre en el centro del círculo rúnico. Hecho esto, se puso de pie Casi al borde sur del círculo y comenzó a recitar el conjuro con la voz más clara y firme que pudo, pero al pronunciar la última parte del conjuro, sus nervios la traicionaron. Las palabras salieron torcidas de sus labios.
Al principio, no pasó nada. El círculo mágico permaneció oscuro, y las velas no mostraron alteración alguna. Izuka se sintió decepcionada. Parecía que el ritual había fallado, como siempre.
Pero entonces, algo cambió. El círculo se iluminó con una luz cegadora, y se oyó un estruendo. Izuka se tapó los ojos y se agachó, asustada. Cuando abrió los ojos de nuevo, vio que en el centro del círculo había una especie de portal negro y, casi al instante, de éste salieron dos figuras humanas. Eran dos chicos, que aparentaban tener su misma edad, pero con aspectos muy diferentes.
Uno de ellos tenía el cabello bicolor, mitad blanco y mitad rojo. Sus ojos también eran de distinto color, el derecho gris y el izquierdo azul turquesa. Llevaba un traje negro con detalles rojos y blancos, y tenía un collar con un pentagrama en el cuello. Su expresión era seria y fría, y emanaba una aura de poder y elegancia.
El otro tenía el cabello rubio y puntiagudo, y unos ojos rojos que brillaban con intensidad. Llevaba una camiseta negra sin mangas, unos pantalones vaqueros rotos, y unas botas de combate. Tenía unas marcas rojas en las mejillas, que parecían cicatrices, y unos colmillos que sobresalían de su boca. Su expresión era arrogante y desafiante, y emanaba una aura cargada de furia y caos.
Los dos atractivos chicos miraron a Izuka con sorpresa y confusión, y luego se miraron entre ellos con hostilidad.
Izuka se quedó boquiabierta al verlos. ¿A quiénes había invocado?
-¿Qué carajos...? -exclamó el chico rubio, mirando a su alrededor con claro disgusto-. ¿Qué es este lugar? Claramente no parece el inframundo -gruñó, mirando alrededor con desdén.
-Eso es porque no lo es -dijo el ser de ojos bicolor-. Fuimos invocados por esta jovencita al mundo humano -le informó al rubio, haciendo un gesto en dirección de la pobre Izuka, quien solo quería salir corriendo del lugar.
-Pequeña bruja, has tropezado en tus palabras y nos has traído a tu mundo -dijo el ser de ojos bicolor, con una suave voz sedosa, arrastrando las palabras, fijando su penetrante mirada en la chica.
-¿Ah sí? -espetó el joven de ojos escarlata, levantando una fina ceja-. ¿Y bien? ¿Quién diablos eres tú, mortal? -cuestionó éste centrando más su atención en Izuka.
La joven bruja sintió que se le secaba la boca, y que le temblaban las piernas. No sabía qué hacer ni qué decir. Solo sabía que estaba en un gran problema.
-H-hola... -balbuceó Izuka, intentando sonreír.
-¿Hola? ¿Eso es todo lo que se te ocurre decir? -dijo el atractivo rubio, frunciendo el ceño-. Vuelvo a preguntar. ¿Quién eres tú, y por qué nos has invocado? -inquirió, entrecerrando los ojos.
-Yo... yo soy Izuka Midoriya, una estudiante de la Academia de Magia U.A. -dijo la chica, nerviosa.
-¿Una simple estudiante de magia? ¿Qué broma es esta? -dijo el ser de aura caótica, incrédulo.
-¿S-sí? ¿Q-quiénes son ustedes? -preguntó Izuka, tratando de mantener la calma.
-Me llamo Todoroki -se presentó el primer joven-. y él es Bakugou. Somos príncipes demonio. Yo soy el futuro gobernante del reino de los Demonios Elementales y Bakugou el futuro gobernante del reino de los Demonios del Caos. Debo decir que estoy imprecionado de que tu nivel mágico fuese suficiente para traernos a tu mundo, siendo nosotros dos príncipes demonios de gran poder.
Bakugou asintió. "Exactamente. Y ahora posiblemente estamos atrapados en tu mundo. -sentenció el rubio, cruzando los brazos-. Enserio, qué bruja tan inepta eres.
Izuka se sonrojó. -Lo siento mucho. No era mi intención invocarlos. Oh, dioses -se lamentó la ojiverde acunando su cabeza entre sus manos. Realmente había jodido las cosas, ¿no?
Los dos príncipes demonio intercambiaron miradas, una chispa de travesura en sus ojos al ver la reacción de la chica. -Bueno, Midoriya, parece que estás atascada con nosotros -declaró Todoroki, con una sonrisa torcida.
- Yo... yo solo quería invocar a un familiar... -dijo Izuka, avergonzada.
La ojiverde se mordió el labio inferior. "¿Hay alguna forma de romper el contrato?"
El príncipe demonio del caos sonrió con malicia. -No lo sabemos -respondió despreocupado.
-¡P-pero no puedo permitir que se queden. Los desastres que podrían causar...! -tartamudeó la joven bruja, comenzando a entrar en pánico.
Todoroki profirió un leve suspiro de exasperación. -Tranquila, Midoriya. No vamos a hacer nada. Si nos quedáramos, solo buscaríamos un cambio en la monotonía del día a día tras vivir en nuestros respectivos reinos demoníacos, después de siglos de lo mismo. Por cierto, ¿qué conjuro usaste? Tal vez allí podamos obtener respuestas.
Izuka no supo qué responder. Estaba demasiado asustada para hablar. Solo pudo señalar con el dedo el libro que tenía en sus manos.
-Déjame ver. -dijo el chico bicolor, acercándose a Izuka y quitándole el libro de las manos.
Izuka retrocedió, pero no pudo escapar del círculo. Se dio cuenta de que estaba atrapada con los dos demonios, y sintió un escalofrío.
El demonio elemental abrió el libro y lo hojeó. Sus ojos se abrieron de par en par cuando encontró la página del ritual.
-No puede ser... -murmuró.
-¿Qué pasa? -preguntó Bakugou, impaciente.
-Mira esto. -dijo Todoroki, mostrándole el libro.
El chico rubio miró la página que le estaba señalando Todoroki y también se sorprendió.
-¿Estás bromeando? -exclamó.
-Ojalá. -dijo el chico de ojos bicolor.
-¿Qué sucede? -preguntó Izuka, con los nervios al borde.
Los dos demonios la miraron con una mezcla de incredulidad y diversión.
-Dice que efectivamente, nos has invocado como tus familiares. -le informó Todoroki.
- Y que ahora estamos vinculados a ti por el contrato de invocación. -añadió el chico rubio.
- ¿Qué? -gritó Izuka, sin poder creer lo que oía.
-Así es, mocosa. -dijo Bakugou, acercándose a ella con una sonrisa maliciosa. - Ahora somos tus familiares, y tú eres nuestra ama. ¿No es genial?
-No, no lo es. -dijo Izuka, temblando.
-Tranquila, no te haremos daño -dijo Todoroki, rodando los ojos. "De verdad, los humanos y sus creencias sobre todos los demonios".
-Ja. Habla por ti, yo lo estoy pensando -replicó Bakugou.
-¡Qué! -exclamó Pálida la joven bruja.
-Es broma -profirió una risita burlona el ojiescarlata.
-¡Basta! -espetó Izuka, sacudiendo la cabeza-. Esto es un error. Tiene que haber una forma de deshacer esto. Yo no quiero tener dos demonios como familiares. Yo solo quería un familiar normal... un gatito o un conejito hubiesen estado bien...
-Lo siento, pero no hay vuelta atrás. -dijo el chico de ojos bicolor, encogiéndose de hombros-. El contrato es irrompible y se afianzó aún más por la mala pronunciación que le diste. Solo puedes liberarnos si tú lo deseas, y nosotros también.
-Y eso no va a pasar -alegó el chico rubio, cruzando los brazos-. Nosotros no queremos volver al inframundo. Estamos muy bien aquí.
La habitación se llenó de un tenso silencio. Izuka sabía que no podía simplemente deshacer el conjuro; ahora estaba vinculada a estos dos seres del inframundo. Suspirando con resignación, aceptó su destino.
-Bien... si van a quedarse, al menos deben seguir mis reglas -Izuka trataría de que estos dos no causaran problemas. Presentía que tendría muchos dolores de cabeza en los días venideros. Ya sentía ganas de echarse a llorar por la futura tarea.
Todoroki y Bakugou intercambiaron una mirada. -Por supuesto, Izuka -dijeron al unísono cruzando los dedos detrás de sus espaldas sin que la joven bruja se diese cuenta.
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(Escena Extra).
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-¡Oye, mocosa! ¡¿Qué crees que estás haciendo?! -gritó Bakugou, furioso al ver que Izuka le había puesto un collar con un cascabel alrededor del cuello mientras dormía.
La joven bruja, sobresaltada se alejó unos cuantos pasos del ojiescarlata. -Lo siento, Kacchan. Es que siempre me asustas cuando apareces de repente. Así podré saber dónde estás -se disculpó Izuka, nerviosa.
-¿Kacchan? ¿Qué clase de apodo estúpido es ese? ¡No me llames así! ¡Y quítame esta cosa! -exigió Bakugou, tratando de quitarse el collar con sus manos-. ¡Maldigo el momento en el que sin querer te dije mi nombre completo!
-B-bueno, no quiero. Además se te ve lindo -dijo con una divertida sonrisa la ojiverde.
-Maldita sea, Deku, no soy un perro! ¡A veces realmente me dan ganas de volarte hasta el otro lado de la academia! ¡Maldito contrato! -se quejó Bakugou, bufando.
- Bakugou, no seas tan grosero. Izuka solo quiere que te lleves bien con ella -intervino Todoroki, que estaba sentado en el sofá, leyendo un libro.
-¡Cállate, mitad y mitad! ¿Qué sabes tú de llevarse bien? ¡Si eres un antisocial que no habla con nadie! -replicó Bakugou, mirándolo con desprecio.
-No soy antisocial, solo selectivo. Y no me llames mitad y mitad. Mi nombre es Todoroki -dijo el demonio elemental, frunciendo el ceño.
-Todoroki, no le hagas caso. Kacchan es así. Es su forma de expresar su cariño -dijo Izuka, tratando de calmar la situación, aunque solo la estaba empeorando.
-¿Cariño? ¿Qué cariño? ¡Yo no siento nada por nadie! ¡Menos por ti, mocosa! ¡Eres una molestia! -gritó Bakugou, sonrojándose.
-Kacchan, no digas eso. Yo sé que en el fondo eres una buena persona. Y que te preocupas por mí -dijo Izuka, sonriendo tiernamente.
-¿Qué? ¿De qué estás hablando? ¡No digas tonterías! -dijo el rubio, sumamente avergonzado.
-Es verdad ¿no, Midoriya? Bakugou te salvó la vida cuando aquel dragón te atacó. Y también te ayudó con tu examen de magia. Y te regaló una flor el otro día -dijo Todoroki, apoyando a Izuka-. Es todo un blando por dentro.
-¿Qué? ¿Qué flor? ¡Eso fue un accidente! ¡Se me cayó de la mano y ella la recogió! -dijo el príncipe del caos, nervioso.
- Sí, claro. Un accidente -dijo Todoroki, sarcástico-. Además no negaste lo demás que dije.
-¡Ya cállate idiota! -gritó éste, comenzando a generar leves explosiones de sus manos.
Izuka solo pudo suspirar mientras veía como sus dos familiares empezaban a luchar haciendo todo un desastre en su habitación. ¿Por qué a mí -se preguntó cayendo de sentón sobre su cama llorando al estilo anime, con cascadas de lágrimas saliendo cómicamente de sus ojos.
En una de esas, Bakugou con una de sus explosiones mandó a volar a Todoroki justo encima de Izuka, y sus labios chocaron repentinamente. Aprovechando la oportunidad, el demonio elemental profundisó el apacionado beso, que tenía a la linda brujita con la mente haciendo corto circuito por lo deliciosamente bueno que estaba dicho beso.
De pie a un lado, el rubio miraba la escena en total shock, que segundo a segundo se fue tornando en completa ira por los celos que iban llenando todo su ser al ver a su Deku en los brazos de ese infeliz que no dejaba de besarla como si no hubiese un mañana.
-¡Ahora si te mato, jodido bastardo! -exclamó colérico éste.
Todoroki se alejó de Izuka, no antes de darle un último beso y continuó su pelea con Bakugou, dejando a la chica sentada en su cama con un profundo sonrojo y una sonrisa tonta, para satisfacción del chico de ojos bicolor y molestia del príncipe demonio del caos, que más tarde se las cobró besando a la dulce ojiverde hasta dejarla sin sentido.
BNHA X BNHA X BNHA X BNHA X BNHA X BNHA X BNHA X BNHA X BNHA X BNHA X BNHA X BNHA X BNHA X BNHA X BNHA
Fin del One Shot.
